Abril Nº 113 - Biblioteca Virtual El Dorado

PoncÎo Pitatos o Patatas: Gobernador romano de la Judea
en tiempo de Tiberio. Murió el año 40 de nuestra era.
En el 27 de Jesucristo obtuvo aquel cargo, que desempeñó
diez años. Cuando los judíos presentaron a Jesús para que
decidiera de su suerte, no encontró Pi1atos cUlpabilidad bastante
para imponerle la pena capital, que aquellos pedían, y
en tal caso, teniendo en cuenta la circunstancia de ser de Galilea
el preso, le envió al exarca de aquel país, Herodes, que en
aquellos díag se encontraba también en Jerusalén. Más Herodes
con todos los de su séquito despreció a Jesús, y para burlarse de
tos,
él le hizo vestir la ropa blanca y le envió de nuevo a Pila
con lo cual ge hicieron amigos aquel migmo día éste y Herodes,
que antes estaban enemistados. Entonces Pilatos presentó
a Jesús al pueblo, esperando que este le perdonará con n10tivo
de la celebración de la Pascua, pues cuando llegaba la celebración
de esta fiesta tenía el Gobernador que dar libertad a
un reo.
Pero el pueblo a una voz clamó que se le quitage la vida
y soltase a Barrabás, insistiendo en que Jesús fuese crucificado.
Pilatos cedió a log deseos del pueblo, y luego delante de
éste se lavó solemnemente las manos para declinar toda responsabilidad
en aquella muerte. Al año siguiente de aquel
acontecimiento hubo una sublevación que tuvo que reprimir
con castigos crueles. Quejáronse los judíos, y al fin su Gobernador
fue llamado a Roma en el año 37 y de all desterrado
a Vienne, en el paíg que siglos despuég se llamó Delfinado,
pretendiendo enseñar el lugar de su tumba, otros dicen que se
arrojó al lago de Lucerna, existiendo en aquel país una leyenda
que supone que todos log años aparece un fantasma un día
determinado, flotando entre las aguas del lago y arrastrando
su toga de Juez". Tomado de la Enciclopedia Latina Americana,
en su página 447. Tomo 16. Esto es en escencia el
pretor Romano.
JESUS ANTE PILA TOS
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- Ecce - Homo -
Es muy conveniente recurrir a la mejor fuente de información
en cuanto a la persona de Poncio Pilatos, y nadie más
autorizado para hacerlo que su mujer Claudia Prócura, venerada
como ¡,anta en la igiesia griega.
En las grandes tormentas de las pasiones humanas, los
seres más humildes gozan por lo general de una fe que los
salva, y son fortalecidos por una fuerza espiritual que contrashi
con la miseria humana; siempre ocurre a un estado místi-
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LOTERIA