Abril Nº 113 - Biblioteca Virtual El Dorado

El Nazareno de Atalaya
Por CARLOS PEREZ HERRERA (Pbro.)
Antes de construída la iglesia de Atab"ya, según una
tradición, ya f;(; veneraba la imagen del Nazareno, en un bohío.
El origen de la imagen es discutido y se pierde entre la h;storia
y leyenda; de todas maneras, es una hermosa imagen de .J esús
Naiareth que encontró un pequeño pueblo en nuestra República
para albergarse, y al cual acuden los católico-s de toda la
naciÓn y del exterior, a rendirle tributo de ,,"mor, a agradecerle
~.'¡s bondades y a pedirle salud y favores para el cuerpo y
para el alma.
Desde el miércoles y jueves de ceniza, comienzan a nasal'
los romeros hacia el Santuario de Atalaya, a millares en -montón,
en carro, a pie, a caballo como sea van llegando los peregrinos,
algunos visten una vestimenta morada de penitente y
i'l sábado en la tarde y en la noche y el domingo en todo el
día no hay sitio libre en todo el pueblo. Es un inmenso mar
humano que ondea en el pueblo y que murmura una plegaria
al Padre Jesús. Cada uno tiene algo que pedirle, que agra.
decerle o que decirle. Todos son generosos en sus limosnas,
todos están llenos de té, todos son ese día buenos católicos.
La procesión que desfila después de la Misa Solemne es imponente.
Los campesinos pelean las palancas de cai'gar las
andas, todos quieren sentir el peso, dulce del Nazareno que
pasa bendiciendo la aldea. En Atalaya hemos visto con frecuencia
en un domingo de cuaresma, a muchos que se las dan
de protestantes, de ateos y de comunistas. Qué van a hacer'?
86Jo ellos saben, pero nosotros sabemos que .J esús, como lo
dijo un profeta nació para contradición de los pueblos: unos
le aman, otros le odian, pero aún aquellos que odian tierHm
sus momentos en que le admiran, le respetan, le temen.
No es posible narrar las tradiciones de Atalaya sin hacer
referencia al sacerdote benemérito Juan José Cánovas Guerao,
a cuya bondad y celo apostólko Re deben las romerías cada
vez más numerosas al Santuario de mi Padre Jesús, constituíd:)
en Basílica Menor por la Santa Sede.
Durante media centuria, el Padre Cánovas estuvo al frenÜ
de los destinos espirituales de la paroquia. Oriundo de la Madre
Patria vino al Istmo en el primer decenio de este ski\).
Ordenado Sacerdote en 1910, el Padre Cánovas, humilde y
apostólico, inició su cura de almas en Atalaya en 1912 en donde
permaneció hasta las -pòstrimerias de su edificante vida. Sintiendo
el llamado d_e la muerte viajó a España H reuniese COL
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