universidad autónoma de barcelona. facultad de letras ...

como para sus familiares; sin embargo, sus amenazas y sanciones se debieron circunscribir
al “imperio de la ley” que buscaba más intimidar y amedrentar antes que aprisionar a todos
los sectores populares. A diferencia de otros periodos se buscaba dominar el espíritu antes
que atormentar el cuerpo. De este modo, la ley y el accionar de los agentes de control
buscaron inculcar y difundir la noción de delito y las terribles consecuencias que conllevaba
la trasgresión.
Por su parte, los jueces, policías y alcaldes le otorgaron a los supervisados la
posibilidad de continuar con sus costumbres (por más toscas que fueran según su criterio)
siempre y cuando no trasgredieran los preceptos de la ley y la paz comunal. Las
comunidades, en medio de la pugna entre la civilización y las costumbres tradicionales,
utilizaron a las instancias de control formal como instrumentos para canalizar aquellas
disputas que rebasaban los mecanismos de control comunal y familiar y restablecer la
armonía. De este modo, los sectores populares utilizaron a los juzgados, alcaldías y
agencias para reproducir sus propios valores y prácticas socioculturales. Esto se evidenció
en los juicios de calumnias e injurias en los que casi el 90% de los juicios resultaron sin
condena, donde los móviles se circunscribían al ámbito interpersonal y en los cuales el
ofendido prefería la retractación antes que una onerosa y larga resolución judicial.
Fenómenos que también se reprodujeron en los juicios de conducta y de prostitución. Como
se comprobó, los vecinos de las meretrices procedieron contra ellas cuando rebasaron los
límites de lo tolerado por su comunidad y más que su encarcelamiento buscaban su salida o
la moderación de su conducta. En este sentido, las disputas analizadas tuvieron diversos
componentes que iban desde la revancha hasta la preservación de los valores familiares; de
este modo, los conflictos tendieron a ser intensificados y personalizados y como tales fueron
dirimidos y resueltos.
2. El sistema de control no sólo respondió a los deseos de la clase dominante, su
“inteligentsia” y a los agentes de control, sino que también debió acceder a las diversas
culturas de los sectores populares. Los mecanismos informales impusieron una dinámica
propia a la configuración de los sistemas de control. Esto provocó que las diversas
instituciones de control fueran sometidas a una relación de interdependencia con la dinámica
sociocultural de los sectores que debía supervisar. Ello llevó a que estas instituciones
debieran readaptarse y ejercer el poder de forma distintiva. La aplicación de las leyes, las
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