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11.05.2013 Views

que la Artavia tenía un carácter alborotador, que empleaba constante un vocabulario odioso, que constantemente estaba en estado de ebriedad, y que comerciaba carnalmente con menores de edad o personas casadas. A estos argumentos ellos anexaron otros que estipulaba la ley de vagancia, tales como el desconocimiento de un empleo honrado y la carencia de rentas por parte de la inculpada. Todos estos aspectos hacían suponer a las autoridades superiores que mujeres como doña Josefa Artavia no pudieran vivir desahogadamente, sin tener que recurrir a la putería u a otro tipo de fechorías. ( 397 ) Los sastres, zapateros y carpinteros que se presentaron a las salas de profilaxis y de policía para denunciar a las rameras josefinas representaron un 87,5%, 69,25% y un 64% de los casos, respectivamente. Desgraciadamente, las fuentes de policía no detallaron en todos los casos el tipo de artesanos y su condición (oficiales, aprendices, propietarios o asalariados), por lo que no se puede comprender la verdadera tendencia del comportamiento de los artesanos. Así por ejemplo, los artesanos que sólo se declararon como tales, sin especificar que eran albañiles, carpinteros, panaderos, herreros y fontaneros, entre otros, se inclinaron por defender a las meretrices en un 66,1% de los casos, contrastando con aquellos que si especificaron una rama de la manufactura artesanal o un oficio especifico que tendieron a acusarlas. Así mismo, existen indicios de que ciertos artesanos se organizaron políticamente procurando erradicar a la putería. El 16 de enero de 1920, el periódico “El Hombre Libre” publicaba el programa del Partido Socialista donde se hacía mención que: “… el Vicio y la Prostitución desaparecerán, llenandose naturalmente todos los preceptos de Pan, Abrigo y Casa, a que todo el mundo tiene derecho”. ( 398 ) Del mismo modo algunos intelectuales y trabajadores radicalizados compartieron los deseos del Partido Socialista costarricense. En 1925, un parte policial informaba como en el galerón de Carlos Marín, reconocido líder artesano de la época, se reunieron unos 30 albañiles para discutir la: “ … conveniencia de establecer una zona de tolerancia” ( 399 ) en la capital costarricense. 397 ANCR. Policía. No. 1896. f.2 ss. 398 Véase Acuña, Victor. Los orígenes de la clase obrera en Costa Rica: Las huelgas de 1920 por la jornada de 8 horas. CENAP - CEPAS. San José, Costa Rica. 1986, p. 35. 399 ANCR. Policía. No. 31508, f.30. 381

Las actitudes tan contrastantes dentro del gremio de los artesanos se puede explicar en la forma en que se comportaron y se relacionaron las meretrices con su vecindad inmediata. En efecto, la forma en que ellas manejaban su contacto cotidiano determinaba la aceptación o no de sus comunidades; si bien es cierto, su oficio podía crear enemistades dentro de su vecindad, la capacidad de establecer alianzas con otros miembros facilitaba su accionar. Lo cierto, es que algunos artesanos actuaron como otros sectores populares, si no podían erradicarlas por los medios tradicionales entonces recurrían a los tribunales de profilaxis y de policía. B- REDES DE APOYO A LAS PROSTITUTAS En los expedientes de policía también se evidenció que hubo un sinnúmero de testigos que apoyaron a las prostitutas. Los datos del cuadro 15 insinuaron que las meretrices o las mujeres consideradas como licenciosas tendieron a aprovechar la cercanía y vínculos logrados con sus vecinos. Esto ocasionó que muchos de los tenedores de libros (57,1%), comerciantes (58,20%), escribientes (60%), artesanos (66,1%), dependientes (66,7%), barberos (71,4%) y tipógrafos (77,8%) tendieran más a favorecerlas que a impugnarlas. La amistad cotidiana, la ambición de su compañía (ya sea como clientes ó concubinos) y la simpatía fueron los motivos más tangibles que movieron a sus allegados a apoyarlas. 382

Las actitu<strong>de</strong>s tan contrastantes <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l gremio <strong>de</strong> los artesanos se pue<strong>de</strong> explicar<br />

en la forma en que se comportaron y se relacionaron las meretrices con su vecindad<br />

inmediata. En efecto, la forma en que ellas manejaban su contacto cotidiano <strong>de</strong>terminaba la<br />

aceptación o no <strong>de</strong> sus comunida<strong>de</strong>s; si bien es cierto, su oficio podía crear enemista<strong>de</strong>s<br />

<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su vecindad, la capacidad <strong>de</strong> establecer alianzas con otros miembros facilitaba su<br />

accionar.<br />

Lo cierto, es que algunos artesanos actuaron como otros sectores populares, si no<br />

podían erradicarlas por los medios tradicionales entonces recurrían a los tribunales <strong>de</strong><br />

profilaxis y <strong>de</strong> policía.<br />

B- REDES DE APOYO A LAS PROSTITUTAS<br />

En los expedientes <strong>de</strong> policía también se evi<strong>de</strong>nció que hubo un sinnúmero <strong>de</strong><br />

testigos que apoyaron a las prostitutas. Los datos <strong>de</strong>l cuadro 15 insinuaron que las<br />

meretrices o las mujeres consi<strong>de</strong>radas como licenciosas tendieron a aprovechar la cercanía y<br />

vínculos logrados con sus vecinos. Esto ocasionó que muchos <strong>de</strong> los tenedores <strong>de</strong> libros<br />

(57,1%), comerciantes (58,20%), escribientes (60%), artesanos (66,1%), <strong>de</strong>pendientes<br />

(66,7%), barberos (71,4%) y tipógrafos (77,8%) tendieran más a favorecerlas que a<br />

impugnarlas. La amistad cotidiana, la ambición <strong>de</strong> su compañía (ya sea como clientes ó<br />

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apoyarlas.<br />

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