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La ley prohibicionista, a pesar de sus incoherencias y problemas, recibió constantes
apoyos, gracias a los aportes del Primer Congreso Médico Venereológico de Centroamerica
celebrado en Panamá durante el mes de abril de 1946. Los representantes nacionales que
asistieron permitieron justificar la ley represiva e intolerante de la prostitución. Los doctores
José Amador, Joaquín Zeledón, Fernando Quirós, Eugenio García, Arturo Romero y el
odontólogo Edwin Fischel fueron los principales portavoces de la ley prohibitiva de 1943.
Así mismo, la mayoría de ellos defendieron la inspección de todos los sectores de la
sociedad, en especial de los populares. Los descubrimientos médicos y la convalidación de
sus ideas les hizo pensar que iban en el camino correcto, aunque la ramería y los burdeles
clandestinos conquistaran la capital. ( 321 )
En noviembre de 1949, con el triunfo del Gobierno de Facto de Figuerres Ferrer y
bajo una supuesta filosofía social demócrata se emitió el decreto No. 809 del Código
Sanitario, el cual continuó con la legislación prohibitiva de 1943 pero con registros
sanitarios obligatorios para las prostitutas. Ello hizo que se diera un sistema ecléctico entre
represión y tolerancia. Esto condujo a una tolerancia de la putería sin el cargo moral de
reglamentarla y sin fomentar abiertamente la ramería como lo habían hecho los liberales
costarricenses. ( 322 )
Este sistema es el que ha perdurado hasta la actualidad, a pesar de sus mútiples
contradicciones. En el periodo que va de 1950 hasta la actualidad no es extraño ver como
los policiales entran a los burdeles con la única función de velar que no haya desórdenes en
el local, esto para beneficio del proxeneta y la seguridad de los clientes. La aparición del
Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) ha vuelto la mirada del Estado a las
prostitutas, inspeccionando su salud con efectos en su vida cotidiana que todavía no han sido
evaluados. ( 323 )
321
Sobre el Primer Congreso Venereológico Centroamericano véase el número especial de Revista
Médica. No. 141-146. Enero- Junio. 1946, pp 1-61.
322
La nueva acción estatal tuvo un intersticio que facilitó la transición entre ambos sistemas. La
institución que posibilitó tal transición fue el Patronato Nacional de Higiene Social. Dicho organismo
tendría que reglamentar la prostitución sólo con exámenes médicos periódicos, promovía los dispensarios
gratis para aquellas personas que se sintieran enfermos, realizar campañas educativas, y declarar el delito
venéreo (al respecto véase: Revista Médica. No. 197. Setiembre. 1950, pp 209-210 y Revista Médica.
No. 177. Julio. 1950, pp 168- 169.
323
Entre los trabajos más recientes se encuentran: Treguear, Tatiana, Carro, Carmen. Niñas Prostituidas:
Caso Costa Rica. San José, Costa Rica. Fundación Procal. 1994; Claramunt, Marcela Cecilia.
Explotación Sexual en Costa Rica: Análisis de la Ruta Crítica de Niños, Niñas y Adolescentes hacia la
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