universidad autónoma de barcelona. facultad de letras ...

parecer se creyeron tener también derecho los Agentes de Policía, Médicos de Higiene y
Directores de Correccionales, entre otros. ( 315 )
A pesar de los esfuerzos de los legisladores, higienistas y moralistas por establecer
un sistema de control estable y armonioso las contradicciones continuaron. Los famosos
Consejos Superiores de Salubridad funcionaron a brincos y a saltos. Al parecer en la
década de 1920, las paradojas del sistema reglamentario del lenocinio eran tan enormes que
exigieron nuevas reestructuraciones. Precisamente, en mayo de 1921, un funcionario le
solicitó a Mariano Rodríguez proponente de un proyecto de Reorganización Científica del
Servicio de Profilaxis para que hiciera un:
“... calculo aproximado de lo que se gastaría en el año en el sostenimiento del
personal y de provisión de necesidades”. ( 316 )
En 1920, los análisis bacteriológicos avanzaron en el país. Esto provocó que las
prostitutas no pudieran evadir tan fácilmente los diagnósticos médicos. Las rameras se
dieron cuenta de que las famosas boletas sanitarias, que certificaban su supuesta sanidad ya
no servían, por lo cual debieron cambiar sus estrategias de evasión. La nueva legislación
atentó aún más contra la libertad de las meretrices por lo que fueron más vigiladas por las
autoridades sanitarias y policiales.
Ya en la década de 1920 con los cambios en la legislación y la introducción de los
argumentos microbianos la estrategia de las prostitutas de usar las boletas de sanidad para
agenciarse clientes, evadir a los policías o ejercer en forma autorizada la putería había
desaparecido por lo que con esa legislación era más rentable para las rameras la
clandestinidad.
En 1944, el fracaso de la ley prohibitiva era evidente por lo cual se hicieron
necesarias varias reformas. En ese año el Jefe del Departamento de Lucha Antivenérea, el
315 ANCR. Gobernación. No. 5792, folio 261.
316 ANCR. Gobernación. No. 5808, folio 406. Un año antes el Secretario de Gobernación y Policía señaló
que era creencia general que los métodos reglamentaristas eran totalmente inútiles por lo que sería menor
valorar nuevos métodos como la inspección general de toda la ciudadanía. Críticas parecidas se
reprodujeron en 1924 por lo que fue muy posible que la tendencia en la supervisión social pasará de una
vigilancia individual de las rameras por otro sistema de tipo holista que abarcará toda la sociedad (Véase:
Costa Rica. Memoria de Gobernación y Policía de 1919. Imprenta Nacional. San José, Costa Rica. 1920
pp. XXXVII- XL. y Costa Rica. Memoria de Gobernación y Policía de 1924. Imprenta Nacional. San
José, Costa Rica. 1924 pp. 266-267).
415