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Efectivamente, varios médicos y escribientes se vieron motivados a evadir la ley de
sanidad. Aun cuando el artículo del protomedicato y ley de sanidad los obligó a reportar las
enfermedades de la sangre muchos de ellos preferían no hacerlo. De igual forma las
autoridades de profilaxis fueron víctimas de los encantos de las meretrices o de su peculio.
También en esos casos podríamos estar en presencia de la extorsión y pillaje que cometieron
autoridades y doctores en contra de las prostitutas; el chantaje pudo ser una forma de abuso,
desafortunadamente no contamos con fuentes que permitan analizar esa expoliación.
La astucia de las prostitutas josefinas fue más allá del simple hecho de comprar
médicos o autoridades. En efecto, algunas desarrollaron una cultura médica que les permitía
evadir los exámenes profilácticos y las pruebas de laboratorio. En el último capítulo se
analizará con detalle este tipo de estrategias de evasión.
Entre 1890 y 1930 a pesar del florecimiento de nuevas instituciones de control y del
acrecentamiento del poder del Estado en la supervisión de los sectores populares el control
de la moralidad y de las prostitutas no se logró. Así por ejemplo, pese a que las prostitutas
fueron las más vigiladas por la policía y las agencias sanitarias estas se las ingeniaron para
evadir constantemente el denominado registro profiláctico. Así mismo al igual que la Ley
de Higiene de 1875, la de profilaxis emitía en 1894 tuvo que enfrentar la descoordinación de
las autoridades subalternas y los diferentes pareceres de ellas. Varios fueron los ejemplos de
ello. Así el 29 de noviembre de 1894, el Jefe de Policía de Higiene del Departamento de
Profilaxis informó indignado al Secretario de Estado en el Despacho de Gobernación como
después de haber impuesto un arresto a dos mujeres por falta al registro médico el Agente
Principal de Policía las puso en libertad. Según el Jefe de Higiene:
“... este funcionario en vez de hacerla efectiva puso en libertad á las dos
penadas, una sin pretexto alguno, y la otra con el de estar embarazada.
Como las penas correccionales á las mujeres que no dan cumplimiento á lo
ordenado en el reglamento respectivo, deben hacerse efectivas, suplicó a Ud. se
sirva imputar las órdenes del caso para evitar en lo sucesivo contradicciones de
esa naturaleza”. ( 308 )
308 ANCR. Policía. No. 5639. Por situaciones como estas las autoridades de Gobernación y Policía
emitieron una Aclaratoria Ministerial donde se explicó a cuáles mujeres se podían arrestar e inscribir
mientras que a las concubinas, mujeres solas, madres solteras y adulteras debía dejárselas en paz, aunque
tuvieran compañeros o relaciones inestables. Véase. ANCR. Policía. No. 1394.
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