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peligrosos y las supuestas conductas arcaicas. La estigmatización de muchos sectores
sociales por parte de los médicos conllevó a una aversión social de las mujeres solas
consideradas como mujerzuelas o disolutas.
El costoso financiamiento que implicó la supervisión de todos los sectores populares
se procuró resolver en 1922. En ese año, se subvencionaron las onerosas campañas
antivenéreas con el cinco por ciento que obtenía la beneficencia de la lotería nacional; según
la ley del 29 de diciembre de 1917. ( 272 ) De la misma forma, esa disposición permitió
eximir de los impuestos aduaneros a los medicamentos antivenéreos; aspecto que fue
aprovechado por muchos entes sanitarios y empresarios como la Secretaría de Salubridad, la
Facultad de Medicina, médicos y boticarios quienes pretendieron disfrutar de las generosas
franquicias de importación. ( 273 )
Un mes después y para complementar la ley del Servicio de Asistencia Pública se
dictó la Ley sobre Protección de la Salud Pública redactada por Solón Núñez. Esta se
aprobó en la administración de don Julio Acosta, uno de los grandes defensores de la raza y
la eugenesia costarricense. Esta nueva disposición también reguló a las rameras enfermas,
en su artículo 42 decía:.
“Las mujeres que ejerzan la prostitución estarán sometidas a la inspección
médica.
En caso de que se reconozca en ellas una afección venérea, deberán ser
secuestradas y aisladas en locales especiales durante el tiempo que sea necesario
para la curación, todo de acuerdo con las leyes y reglamentos que regulen este
servicio. ( 274 )
Para estos años los conocimientos bacteriológicos comenzaron a ganar espacios en
la ideología terapéutica que defendía la oligarquía cafetalera. La adopción generalizada de
las ideas bacteriológicas dentro de la comunidad médica nacional se notó en los diferentes
artículos que aparecían en las revistas médicas y en la promulgación de nuevos proyectos de
ley. Así mismo, en 1917, se evidenció la implementación de los nuevos ideales con la
conformación del primer Consejo Superior de Salubridad integrado por el:
272 Zeledón, Marco Tulio. Compilación de Leyes y Decretos 1923- 1939, p. 4.
273 Al respecto véase Costa Rica. Leyes, Decretos y Reglamentos de Carácter Sanitario 1923 - 1935.
Imprenta Nacional. San José, Costa Rica 1935, p. 7-8, 10, 16, 91- 94, 112-113, 115-116,
274 Costa Rica. Leyes, Decretos y Reglamentos de Carácter Sanitario 1923 - 1935…, p. 15.
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