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poco éxito debido a las dificultades económicas y a la falta de gendarmes. ( 219 ) A pesar de
la existencia de esos otros centros, fue la Casa Nacional de Reclusión de Mujeres la que
tendió a encarcelar a la mayoría de las prostitutas y supuestas mujeres descarriadas de la
Región Central del país e incluso de una buena parte de las provenientes de la periferia.
( 220 )
A pesar de la injerencia religiosa y la relativa inestabilidad de las instituciones de
reclusión se puede afirmar que en la década de 1910 se suscitó el advenimiento de la
denominada cárcel moderna. Incluso, los principales políticos e ideólogos liberales
hablaban del principio de una época “flamante” de la cárcel. Esta consistía en una era de
renovación donde las reas a través del trabajo, más que de las oraciones y la penitencia, se
enmendarían y encontrarían su sitio en la “buena sociedad liberal”. Con tales proyectos la
ingeniería social que pretendía la clase dominante se fortaleció en esta década.
El inicio de esta nueva fase pretendía resolver los problemas estructurales de los
presidios; ( 221 ) así como centralizar el sistema carcelario femenino. Para cumplir con esos
objetivos, el gobierno decretó la unificación de la Algodonera y la Casa Nacional de
Los argumentos de la Prensa Libre reflejaban el apremio que tenían muchos para diversificar y ampliar el
sistema penal costarricense, el cual todavía estaba en ciernes.
219 - Los recursos económicos apenas si alcanzaron para mantener un centro penal. En 1890, las presas de
la Cárcel Pública de Mujeres se quejaron ante la municipalidad de San José que no tenían a nadie para que
por lo menos les trajera alimentos y vituallas de afuera de la cárcel. Según ellas, en una nota emitida el 15
de agosto: “... la necesidad de un corchete para que con su servicio alivie nuestros sufrimientos en este
lugar a que la desgracia nos ha conducido. Aquí se nos hace necesario mandar a buscar nuestro
fumado, ropa, y aún nuestra comida y aunque podamos adquirir recursos monetarios no es posible
obtener con ellos nada, pues los cuarteleros de la guardia no tienen obligación de servir a los pobres
presos. Muchas veces tambien se nos dificulta quien nos lleve una carta urgente ya sea para nuestro
defensor o familia ó para un amigo”. Véase: ANCR. Municipal. No. 3534, p.1.
Al parecer fue hasta el 12 de julio de 1894 que se creó la Casa Nacional de Corrección para menores de
ambos sexos. Véase: Decreto No. 17, 12 de julio de 1894.
220 - Ortiz, Bienvenido. Compilación de Leyes, Decretos... p, 34.
221 - Un informe anual del Juzgado de San José de 1900 mostró las debilidades
infraestructurales de estos presidios. Así con respecto a la Casa de Reclusión de Mujeres
decía dicho informe: “... El edificio es una casucha vieja sin ninguna condición
higiénica, con solo dos saloncillos que con trabajo mide cada uno 16 m2 en las cuales se
encierran a veces hasta 35 mujeres; calabozos estrechisimos donde no circula el aire,
dos corredores y 2 patios sumamente pequeños. Su aspecto es repugnante. En ese
establecimiento descuentan las penas de presidio, reclusión y arresto las mujeres de
todos los lugares de la República que han sido condenadas, excepto las de arresto que
son solo de San José” (Véase ANCR. Justicia. No. 120, s.f.). Sin duda los problemas
estructurales de las cárceles eran monumentales.
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