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La historiografía española dedicada al control social ha detectado como el sistema
carcelario evolucionó continuamente para readaptarse a las necesidades del proyecto
hegemónico. En la notable VII edición extra de la revista Historia 16 se indicaba como la
cárcel modificó su carácter procesal, en donde el procesado era simplemente recluido en
espera a un juicio a otro sistema donde la cárcel se convertía en el sitio de castigo del
acusado. ( 206 ) La transición implicó un largo proceso de cambio en el que las penas
corporales (azotes, destierro, penas de galeras y el escarnio público) cedieron su lugar a la
moralización y a la educación del nuevo orden liberal con su defensa a la propiedad privada,
el mercado y la hegemonía social. Pedro Trinidad Fernández ha destacado por su parte el
peso que tuvo el control y la fragmentación del tiempo en el nuevo modelo carcelario
surgido en los siglos XVIII y XIX adaptado al desarrollo capitalista. ( 207 )
Las hipótesis foucaultinas y las investigaciones españolas podrían tener cierta
validez en el caso costarricense, tal y como lo ha dejado planteado Mónica Granados. Así
por ejemplo, en el último tercio del siglo XIX el sistema penitenciario de Costa Rica dejó de
escarmentar el cuerpo para corregir las conductas de los reos. ( 208 ) En el nuevo contexto en
el sistema carcelario costarricense comenzó a imperar el disciplinamiento y la morigeración
de las costumbres; las imposiciones de nuevos roles sexuales y la exigencia de nuevas
relaciones sociales. La cárcel se convirtió poco a poco en una institución vital para los
intereses de reingeniería social de la clase dominante tal y como ocurría en otros países
latinoamericanos y europeos. ( 209 )
206 Véase: Varios. Cinco Siglos de Cárceles. En: Historia 16. Número Extra VII. Octubre. 1978.
Además puede consultarse el excelente trabajo de Pedro Trinidad. La Defensa de la Sociedad. Cárcel y
Delincuencia en España (S.XVIII – XX). Madrid, España. Alianza Universidad. 1991 y Roldán, Horacio.
Historia de la Prisión en España. Barcelona, España. Publicaciones del Instituto de Criminología de
Barcelona. 1988.
207 Trinidad, Pedro. La Defensa de la Sociedad..., p. 146-147.
208 - Ricardo Jinesta dejó patente que los castigos corporales y ritualizados de la época colonial subsistían
en 1863. Según él, en ese año, un condenado a muerte, don Gregorio Vargas, fue llevado en: “procesión
desde la cárcel, con la cabeza tapada, los pies descalzos, vestido con una túnica blanca de mangas
encarnadas; los brazos a la espalda, atados con una cuerda; y al cuello, una cadena de hierro cuyo
extremo llevada el cabo de la escolta” Véase: Jinesta, Ricardo. La Evolución Penitenciaria en Costa
Rica. Imprenta Falco Hermanos. San José, Costa Rica. 1940, p. 152.
209 Al respecto véase: Bailey, Victor. English Prisions, Penal Culture, and the Anatenent of Imprisonnent,
1895-1922. En: Journal of British Studies. Vol. 36. No.3. 1997, 285-324; Goldsmith, Larry. History
from the inside out Prision Life in Nineteenth Century Massachusetts. En: Journal of Social History. Vol
31. No.1. 1997, pp.109-125; Mc Gowen, Randall. Review a Piter Spierenburg “The Prison Experience:
Disciplinary Institutions and their Inmates in Early Modern Europe 1991. En: Journal of Social History.
Vol 26. No.3. 1993, 669-671; Weiss, Robert. Humanitariansm, Labour Exploitation, or Social Control?
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