Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Entro <strong>de</strong> nuevo a la casa, es hora <strong>de</strong> tomar mi medicación. Saco las pastillas <strong>de</strong> la<br />
maleta y pienso qué hubiera pasado si la abuela hubiera podido acce<strong>de</strong>r a este<br />
tratamiento. Yo tengo mis síntomas controlados, y mi pronóstico no es tan malo<br />
como el suyo, tengo mucho tiempo por <strong>de</strong>lante para vivir mi vida sin tropiezos. Y<br />
según avanza el tiempo, hay más posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ir frenando el paso inexorable<br />
<strong>de</strong> este mal. Pero entonces no había lo que hoy, y la abuela hubo <strong>de</strong> pasar sus últimos<br />
años recluida en uno <strong>de</strong> aquellos horribles asilos, sin los cuidados necesarios,<br />
sin nadie que la visitara, con todos sus recuerdos apilados en una caja <strong>de</strong> cartón<br />
don<strong>de</strong> guardaba las cartas que yo le enviaba cada vez más <strong>de</strong> tar<strong>de</strong> en tar<strong>de</strong>, <strong>de</strong>jando<br />
que la enfermedad acabara en poco tiempo en todo cuanto fue.<br />
No volví a este lugar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquel lejano día <strong>de</strong> mi marcha. La abuela murió tres<br />
años <strong>de</strong>spués y la casa pasó a ser <strong>de</strong> mi propiedad, pero cuando me hice mayor y<br />
pu<strong>de</strong> ven<strong>de</strong>rla, jamás tuve el valor para hacerlo. Tal vez no quería <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>rme<br />
<strong>de</strong> un pasado que no llegué a asumir, o tal vez no <strong>de</strong>seaba que nadie profanara<br />
mis recuerdos dormidos. Y ahora que la edad me lo permite, y el peso <strong>de</strong> la vida<br />
se ha vuelto más liviano, y las priorida<strong>de</strong>s han variado su rumbo, puedo recorrer<br />
todos estos rincones sólo con la añoranza <strong>de</strong> los tiempos felices, y no con el odio<br />
enfermizo a todo lo que cercenó mi infancia.<br />
Empieza a refrescar, así que cierro las ventanas y me preparo para poner un poco<br />
<strong>de</strong> or<strong>de</strong>n en la casa. He <strong>de</strong> empezar la tarea que me trajo hasta aquí: escribir mis<br />
memorias y la historia <strong>de</strong> mi familia, esa que me fue arrebatada por circunstancias<br />
que no estuvo en mi mano compren<strong>de</strong>r hasta pasado mucho tiempo. Mi portátil<br />
me espera ansioso. Es tanto lo que tengo que <strong>de</strong>cir...<br />
Fin<br />
Cuéntanoslo con arte 19