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La%20larga%20huida%20del%20infierno%20Marilyn%20Manson

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Aún llenos de maldad y viéndonos como repugnantes cadáveres pálidos y sucios, nos estacionamos cerca<br />

de él y lo llamamos al auto. Emocionado por haber encontrado a alguien con quien discutir sus opiniones<br />

acerca de la condenación, se acercó a nosotros. Cuando estaba lo suficientemente cerca para ver<br />

claramente a través de la ventanilla, saqué mi mano. “Hablé con el Diablo el día de hoy, y me dijo que te<br />

dijera hola,” gruñí, disparándole fuego en el rostro. Explotó en su cara, y dejó escapar un grito impío, lanzó<br />

su pancarta y corrió. Ya no lo vi mucho en esa esquina después de eso. Pero creo que en realidad le hice<br />

un favor ya que probablemente se convirtió en un héroe en su iglesia; todos saben que, como Job, debes<br />

ser muy santo y justo para ameritar la atención del Diablo.<br />

Jeordie y yo ya teníamos una amistad muy cercana para ese entonces, aunque él aún no era miembro de<br />

la banda. El lazo que nos unía era la música, el amor por el caos y una obsesión por los juguetes antiguos<br />

para niños, particularmente parafernalia de Star Wars, Charlie’s Angels y Kiss. Ya había hablado algunas<br />

veces antes con Jeordie en el centro comercial, pero nos hicimos amigos cuando me encontraba en un<br />

concierto con Pogo. Yo llevaba una de las loncheras metálicas de mi colección, y Jeordie corrió hacia mí y<br />

dijo, “Yo conozco a alguien que tiene más de esas. Si quieres te llevaré con él. Tiene toneladas de<br />

loncheras.” Intercambiamos números telefónicos, y el día siguiente me llevó a la tienda de un matón<br />

corpulento llamado John Jacobas. Era un paraíso de figuras de Star Wars, muñecos de Muhammad Ali,<br />

monos oxidados con platillos en sus manos, y, en particular, parafernalia Nazi de la Segunda Guerra<br />

Mundial, lo cual probablemente era de donde sacaba mas dinero. Tan sólo te miraba, media el grado de<br />

desesperación en tus ojos y te daba el preció más alto que sabía que aceptarías. Él era un profesional, y<br />

siempre me hacía regresar a la tienda con la promesa de que traería su tesoro de loncheras, las cuales,<br />

como el final de un arco iris, nunca pudo encontrar, si es que acaso existió.<br />

Jeordie y yo también descubrimos que nos atraía la misma chica, una ardiente morena que parecía el tipo<br />

de persona que estaría trabajando en el centro comercial. Y, de hecho, así era –en un local donde hacen<br />

perforaciones. Pero ella no notaba nuestra humanidad, sin importar que parte de nuestro cuerpo le<br />

pidiéramos perforar. Así que volví a mi usual forma desviada de atraer la atención de las chica: conducta<br />

asesina. Todos los días por casi un mes, Jeordie y yo nos encontrábamos en un teléfono público a la<br />

vuelta de su local, donde nosotros podíamos verla pero ella no podía vernos. Al principio, las llamadas eran<br />

inofensivas. Pero rápidamente se volvieron más rudas. “Te estamos observando,” la amenazábamos al<br />

nivel de nuestro deseo disfrazado de odio. “Más vale que no salgas del trabajo esta noche, porque vamos<br />

a violarte en el estacionamiento y después vamos a aplastarte con tu propio auto.” Se como debió haberse<br />

sentido, porque Nancy solía dejar mensajes similares para mí.<br />

Octavo círculo: Los Fraudulentos – Hipócritas<br />

Jeordie era miserable con Amboog-A-Lard porque era el único de la banda con presencia en el escenario y<br />

ambición de ser algo más que sólo una versión más pesada de Metallica. Siempre le dije que quería que<br />

fuera un Spooky Kid, y el decía que le gustaba mas lo que hacía mi banda que lo que hacía la suya. Pero<br />

yo tenía todos los músicos que necesitaba y él estaba atrapado en Amboog-A-Lard, cuyos miembros<br />

comenzaban a ponerse en contra suya porque se parecía demasiado a nosotros. Así que tuvimos que<br />

contentarnos con proyectos alternativos como Satan on Fire, una falsa banda de Death Metal cristiano con<br />

canciones como Mosh for Jesus. Nuestra meta era infiltrarnos en la comunidad cristiana (fantasía que aún<br />

conservo) pero el club cristiano local nunca nos contrató.<br />

Tal vez por el hecho de que no podía estar en Marilyn Manson and the Spooky Kids, Jeordie terminó<br />

incitando el desorden en nuestros shows más notorios. Tocamos en un club llamado Weekends en Boca<br />

Raton, el equivalente en Florida de Beverly Hills, y el show estaba repleto de chicas ricas de Boca, atletas<br />

conservadores y un grupo rebelde de surfistas. Cuando estábamos tocando, Jeordie subió al escenario y<br />

se bajo los pantalones, lo cual era una conducta normal para él. Aunque no le importaba el que toda su<br />

vida la gente le había dicho que parecía una chica, a veces sentía la necesidad de probar que no lo era. Lo<br />

extraño fue que no trato de prender fuego a su vello púbico, como usualmente hace cuando se baja los<br />

pantalones en público y no está teniendo sexo. Como estaba parado junto a mí y yo tenía una mano libre,<br />

comencé a masturbarlo. Los snobs de Boca estaban sorprendidos, y desde ese día existió el rumor de que<br />

éramos amantes gay. Un rumor que nosotros nos esforzamos por fomentar y extender.<br />

Jeordie trajo a su hermano de diez años a otro de los shows, y, para poder meterlo al club, pretendimos<br />

que era parte de la banda y lo metimos en la jaula de Pogo. Detrás de él, Missi estaba atada a una cruz,<br />

usando solamente una máscara y una pinta de sangre. Yo imaginé la escena como una pintura<br />

representando la idea de que era sólo a través de tal horror y brutalidad que la humanidad puede nacer<br />

con alguna esperanza de inocencia y redención. La crucifixión cristiana no parecía diferente del sacrificio<br />

pagano, en el cual la gente pensaba que podía mejorar su propia condición derramando la sangre de<br />

alguien más, un concepto que me atraía particularmente como consecuencia de mi deseo de matar a

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