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La%20larga%20huida%20del%20infierno%20Marilyn%20Manson

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hubiera sido un mal sueño que no tuvo nada que ver con drogas, la puse debajo de mi lengua sin pensarlo<br />

dos veces –hasta después.<br />

En el escenario, usé un vestido corto color naranja y arrastré a Nancy con su correa usual. Por alguna<br />

razón, no perdí la cordura con al ácido: Nancy sí lo hizo. Lloró y gritó durante todo el show, rogándome que<br />

la golpeara más y más fuerte, hasta que le salieron ampollas en su anémica y pálida espalda. Yo estaba<br />

asustado por lo que me vi hacer, pero también emocionado, principalmente porque la multitud parecía<br />

disfrutar mucho nuestro drama sicodélico sadomasoquista.<br />

Después del show, el cual no creo que Trent Reznor haya visto, me lo encontré detrás del escenario.<br />

“¿Me recuerdas?” Pregunté, tratando de fingir que no estaba drogado, aunque mis ojos ultradilatados<br />

probablemente me delataron. “Yo te entrevisté para 25th Parallel.”<br />

Él educadamente fingió recordarme, y yo le di una cinta y me fui rápidamente antes de poder decir algo<br />

demasiado estúpido. Fuera de mí a cause de las drogas y aún bajo el hechizo de Nancy, me tambaleé<br />

hasta el área de descanso –lo más probable es que fuera el vestidor de Nine Inch Nails- donde la encontré<br />

esperándome. Tuvimos sexo, y vi al diablo en sus ojos de nuevo. Pero no tenía miedo. Ya nos conocíamos<br />

bastante bien para ese entonces.<br />

Cuando terminamos bajamos nuestros vestidos y fuimos hacia el pasillo, donde nos encontramos al novio<br />

de Nancy, Carl, y a mi novia Teresa. Era un extraño momento de reconocimiento que pareció congelado en<br />

el tiempo. Los miramos y nos parecieron culpables. Ellos nos miraron y les parecimos culpables. Nadie dijo<br />

nada. Todos sabíamos, o creíamos que sabíamos.<br />

De todos modos algo sobre Teresa había estado molestándome. Desde el comienzo de nuestra relación,<br />

hubo un elemento de misterio, como si tuviera un esqueleto encerrado en el oscuro armario de su mente.<br />

Vivía en una pequeña casa con su madre, quien dormía en un sofá en la sala, y su hermano, era una<br />

contradicción andante. Era un camionero borracho y racista a quien le gustaba el hip-hop. Teóricamente,<br />

esto significaba que debía darse una paliza el mismo.<br />

Nunca fue muy divertido dormir en casa de Teresa, porque su hermano solía ponerse violento y hacer<br />

hoyos en la puerta a puñetazos, y su perro tenía pulgas así que me pasaba la mitad de la noche<br />

rascándome. Aunque habría sido mejor para ambos si tan sólo hubiéramos terminado, yo era demasiado<br />

inseguro y estaba demasiado asustado de pararme por mí mismo sin usarla como muleta. No se trataba de<br />

sexo, se trataba de apoyo –ella pagaba por todo, me daba consejos, me trataba como un niño y toleraba<br />

mi abuso mental. Ella era dulce, simple y maternal, que era lo que yo estaba buscando después de mi<br />

experiencia con Rachelle, quien era fría, hermosa y manipuladora.<br />

Pero cuando visité a Teresa en su casa el día de las madres, sus ojos, los cuales usualmente estaban<br />

rodeados de oscuridad, se veían más negros y más nublados de lo usual. Le pregunté que andaba mal, y,<br />

después de intentar de evitar la pregunta, admitió que había quedado embarazada en preparatoria, que<br />

había tenido al niño y después lo había dado en adopción. Después de que me dijo esto, comencé a verla<br />

de forma diferente, notando las marcas que tenía en sus caderas y la forma maternal en que trataba a todo<br />

mundo. Sentía que estaba cogiendo a mi propia madre cuando me acostaba con ella. Aunque yo la estaba<br />

engañando con Nancy, no pude evitar ser hipócrita y sentir rencor por la forma en que, como cada mujer<br />

que había salido hasta ese momento –desde la pretenciosa Asia hasta la infiel Rachelle- Teresa me había<br />

mentido y me había traicionado. Hasta el día de hoy tengo el complejo de que cada mujer que conozco<br />

tiene un hijo o va a tratar de tener un hijo conmigo. Usualmente tengo razón.<br />

También comencé a notar que Teresa y Nancy estaban conectadas por algún tipo de balance que<br />

mantenía su peso colectivo en equilibrio. Mientras Teresa engordaba, Nancy se volvía más delgada. Una<br />

de las razones por las que caí bajo la influencia del hechizo de Nancy fue que ella vio los agujeros que se<br />

formaban en mi armadura y se metió por ahí como el óxido corrosivo que era.<br />

Cuando desapareció el efecto del ácido esa mañana después del show de Nine Inch Nails, también<br />

terminó el efecto del hechizo de Nancy. Fue como si hubiera estado en un largo viaje desde el cuatro de<br />

Julio. Me fui a la cama molesto y confundido, tratando de averiguar que había estado mal conmigo los<br />

meses anteriores. Me llamó esa tarde –justo después de que había despertado con el coro de la peor<br />

canción que escribiría, ‘She’s not my girlfriend/ I’m not who you think I am,” en mi cabeza- y me dio su<br />

habitual discurso sobre echar a Carl y mudarme con ella. Pero esta vez no lo creí.

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