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La%20larga%20huida%20del%20infierno%20Marilyn%20Manson

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Mi madre claramente negaba que su joven hijo había estado cogiendo chicas y contagiándose de<br />

parásitos. Incluso mi padre, quien siempre había prometido que el día que perdiera mi virginidad<br />

celebraríamos con una botella de champaña que se había robado cuando trabajaba en Kmart, no quería<br />

admitirlo. Esto era principalmente porque desde que descubrí los senos en secundaria, él había querido<br />

llevarme con una prostituta para que perdiera mi virginidad. Así que sólo seguí el juego con la historia de la<br />

cama bronceadora.<br />

Mi madre me compro medicina para los piojos, pero en la privacidad de mi baño me rasuré todo el vello<br />

púbico y me encargué de las garrapatas yo mismo. (En ese entonces el rasurarme el vello corporal aún era<br />

inusual para mi.)<br />

Hasta donde yo sé, nunca he tenido otra enfermedad venérea desde entonces. Y, que yo sepa, mis padres<br />

aún creen que soy virgen.<br />

* * *<br />

Hechizando al Gusano<br />

John Crowell y yo estábamos de pie sobre la punta de la colina frente a su casa, turnándonos bebiendo de<br />

una botella de Mad Dog 20/20 que habíamos hecho que nos comprara un chico mayor. Habíamos estado<br />

ahí al menos una hora, perdiendo el tiempo y observando la tierra fértil a nuestro a nuestro alrededor, el<br />

cielo lastimado e hinchado por la amenaza de lluvia, y de vez en cuando un automóvil pasando en su<br />

camino hacia la civilización. Habíamos caído en un aturdimiento autosatisfactorio cuando de repente hubo<br />

una explosión de grava.<br />

Envuelto en un a nube de humo, un auto GTO verde viró precipitadamente en la carretera y frenó con un<br />

rechinar de llantas. La puerta se abrió lentamente y una bota negra golpeó el suelo. Una gran cabeza<br />

apareció sobre la puerta, con un cráneo enorme estrechando la piel. Tenía el cabello rizado y despeinado.<br />

Sus ojos profundamente sumidos dentro de la cabeza brillaban como la punta de dos alfileres en el centro<br />

de dos círculos negros. Mientras caminaba, noté que, como Richard Ramírez, el merodeador nocturno, sus<br />

manos, pies y torso eran mas grandes y largos de lo normal. Vestía una chamarra de mezclilla adornada<br />

en la parte trasera con el símbolo universal de rebelión: una hoja de marihuana.<br />

Con la mano derecha, sacó una pistola de la cintura de su pantalón. Levantó su brazo salvajemente y<br />

disparó una y otra vez, cada disparo impulsaba cada vez mas su brazo en nuestra dirección. Una vez que<br />

la pistola estuvo vacía, caminó hacia nosotros. Mientras yo aún estaba sorprendido, el me derribó de un<br />

empujón, hizo a John a un lado y tomó la botella de Mad Dog, vaciándola en segundos y lanzándola al<br />

suelo. Limpiándose la boca con la manga, murmuró algo que sonó como la letra de Suicide Solution de<br />

Ozzy Osbourne y entró a la casa.<br />

“Ese es mi hermano, amigo,” dijo John, con el rostro, que pocos momentos antes había estado pálido de<br />

miedo, ahora brillando de orgullo.<br />

Subimos las escaleras detrás de su hermano y observamos azotar la puerta de su habitación y cerrarla con<br />

llave. A John no se le permitía poner un pie en la habitación de su hermano. Pero él sabía lo que sucedía<br />

ahí dentro: magia negra, heavy metal, automutilación y notorio consumo de drogas. Al igual que el sótano<br />

de mi abuelo, ese cuarto representaba mis miedos y mis deseos. Y aunque estaba asustado, lo que más<br />

quería era ver lo que había ahí dentro.<br />

Con la esperanza de que su hermano saliera de la casa mas tarde, John y yo caminamos hasta su<br />

granero. O al menos el esqueleto de madera de lo que alguna vez había sido un granero- donde<br />

guardábamos una botella de Southern Comfort.<br />

“¿Quieres ver algo realmente cool?,” preguntó John.<br />

“Seguro,” asentí. Yo siempre estaba listo para algo cool, especialmente si John decía que era cool.<br />

“Pero debes prometer no decir una palabra a nadie”<br />

“Lo prometo”

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