La%20larga%20huida%20del%20infierno%20Marilyn%20Manson
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‘No voy a poder, como estamos terminando nuestro álbum,’ mentí, mordiéndome la lengua. Trent estaba<br />
parado cerca.<br />
Salí corriendo del estudio, sintiéndome raro, como una novia que descubre a su novio engañándola. Me<br />
pregunté si había sido un tonto todo el tiempo. Tomando los consejos de todos cuando no hay nadie en<br />
este mundo en el que nadie pueda confiar mas que en uno mismo. había estado tratando de arreglar todo<br />
lo que pensé que estaba mal con Antichrist Superstar: Dave Ogilvie, Twiggy, Trent. Pero ni siquiera había<br />
considerado que el obstáculo más grande que me detenía era yo mismo. Tal vez era tiempo de dejar las<br />
drogas y tratar de arreglarme a mí mismo.<br />
* * *<br />
Me senté en la sala de espera de la clínica para mujeres, imaginando lo que pasaba a sólo tres cuartos de<br />
distancia mientras los doctores ponían una barra del tamaño de un cerillo, con dos hebras en forma de<br />
trenzas saliendo de la punta, dentro del útero de Missi. Haciendo que se dilatara antes de arrancar el<br />
cerebro de nuestro hijo con un par de fórceps.<br />
‘¿Café?’ preguntó una enfermera de cabello gris mientras cruzaba la habitación hacia un mostrador blanco.<br />
Miré y me di cuenta de que la marca que me estaba ofreciendo era Folger’s. Me encogí de hombros, y bajé<br />
la cabeza de nuevo, sin responder. Yo no bebía café. Y mi mente retrocedió en el tiempo hacia Canton,<br />
Ohio, hacia una época en que solía construir edificios con bloques en el césped cruzando la calle de mi<br />
casa, creando casas nuevas como una forma de escapar de la mía. Una tarde encontré una lata metálica<br />
de Folger’s con una putrefacta sustancia de color café y rojo dentro. Se la mostré a mi madre, quien la tiró<br />
diciendo que era carne podrida. Sólo recientemente confesó que en realidad eran los restos de un feto<br />
abortado. De pronto me di cuenta de porque no tomaba café.<br />
Missi había sentido miedo con respecto al aborto –ella estaba ya entrada en el segundo trimestre- y yo<br />
también tenía miedo, no sólo por su seguridad sino por mí mismo. pensé en el hecho de que no había<br />
nadie más en el mundo que me entendiera y aceptara tan incondicionalmente como ella, ninguna chica a la<br />
que me sentiría tan cercano, nadie más que pudiera compartir mi vida y mi música cuando saliera del<br />
estudio. ¿Pero por qué pensaba en tiempo pasado? ¿Estaba progresando más allá de ella? Estaba<br />
preocupado por ella y sabía que estaría destrozado si algo malo pasara, pero al mismo tiempo no podía<br />
evitar que un pensamiento torcido y degenerado cruzara mi mente. Me preguntaba si ella podría hablar con<br />
el doctor sobre conservar el feto abortado.<br />
Esa noche, me quedé en casa con Missi mientras se recuperaba. Había estado haciendo eso mucho<br />
últimamente: quedarme en casa. Había dejado las drogas definitivamente, algo que sabía que podía hacer.<br />
Había llegado a darme cuenta de que es más divertido buscar drogas y recordar lo que hiciste bajo sus<br />
efectos que tomarlas. Tal vez nunca antes en mi vida había ejercido el autocontrol, pero, cuando era<br />
necesario, tenía la fuerza de voluntad necesaria y la capacidad de autonegación como reserva, facultades<br />
tan fuertes al menos como las de cualquiera que haya conocido. También tenía ambición, una ambición<br />
tremenda, y las drogas ahora me estorbaban. Una de las dos cosas debía irse.<br />
Cuando Missi cayó dormida, me escabullí de la cama hacia la silla de peluquero, mirando las sombras de<br />
las gotas de lluvia jugar en la cabeza blanca de carnero colocada sobre un esqueleto humano de siete pies<br />
de alto, una reliquia del altar de la original Process Church de Inglaterra. Detrás de mí había dos cráneos<br />
de gorila ennegrecidos, mirándome a través de cuencas vacías como si estuvieran molestas e impacientes.<br />
Tenía muchas cosas en que pensar. Cuando concebí Antichrist Superstar por primera vez, me preparé a<br />
crear un Apocalipsis. Pero no sabía que iba a ser uno personal. De niño, había sido un debilucho, un<br />
gusano, un seguidor, una pequeña sombra tratando de encontrar un lugar en un mundo infinito de luz. Al<br />
final, para poder encontrar ese lugar, tuve que sacrificar mi humanidad –si una existencia tan insegura y<br />
guiada por la culpa puede llamarse humanidad. Tuve que quitarme la piel, purgar mis emociones y<br />
experimentar cada extremo: tuve que seguir lanzándome sobre las espadas hasta que no sintiera nada.<br />
Pero al intentarlo todo, había descubierto que no necesitaba nada de eso, no había a donde más ir excepto<br />
a la tumba –o a volverme más humano. Después de siete estresantes meses de trabajar (o no trabajar) en<br />
el álbum y lidiar con Missi, había comenzado a emerger de ese desalmado capullo de insensibilidad. Al<br />
tiempo que las drogas salían de mi sistema, mi humanidad –lágrimas, amor, odio, autorespeto, culpa-<br />
regresó a mí, pero no en la misma forma que la recordaba. Mi debilidad se había convertido en mi fuerza,<br />
mi fealdad se había convertido en mi belleza, mi apatía hacia el mundo se había convertido en un deseo de<br />
salvarlo. Me había convertido en una paradoja. Ahora, más que en ningún otro punto de mi vida, comencé<br />
a creer en mí mismo. Siempre había predicado eso en mi música, ¿pero lo había practicado alguna vez