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11.05.2013 Views

Pobreza y Precariedad Urbana en Nicaragua Mónica Baltodano POBREZA Y PRECARIEDAD URBANA EN NICARAGUA Experiencias y casos relevantes Msc. Mónica Baltodano ♣ Evolución de la pobreza urbana en Nicaragua Cuando en Nicaragua y particularmente en Managua hablamos de Urbanismo, no podemos obviar el hecho de que dicha problemática ha sido uno de los cauces para la especulación y acumulación de riquezas por parte de los sectores oligárquicos del país, es decir una de las vías de transferencia de riquezas. El caso mas notable, fueron precisamente los proyectos y planes para la reconstrucción de Managua luego del devastador terremoto de 1972. En aquellas circunstancias, la familia Somoza y sus allegados vieron en la colosal tragedia una halagadora oportunidad para el enriquecimiento. La avaricia los condujo a excluir de toda participación en la elaboración y realización de proyectos, a la empresa privada de entonces. Es bueno recordar que en esa disputa comenzó el proceso definitivo de ruptura política de la burguesía local con la dictadura. Somoza y sus allegados querían solo para ellos el pastel de la reconstrucción de la nueva Managua. La excluida empresa privada optó entonces por la insubordinación y la conspiración política contra la dictadura. Al final nadie se pudo enriquecer, la dictadura sucumbió y con ella los planes para la reconstrucción de la capital, muy poco como se podrá notar, hemos avanzado más de treinta años después. Si indagamos en nuestra historia, encontraremos que al igual que otros países del continente la pobreza y la precariedad urbana, están intrínsecamente ligados al mismo fenómeno: El modelo económico basado en la exclusión de las mayorías, la transferencia y apropiación de la riqueza en pocas manos, gobiernos cuya preocupación principal ha sido el uso del poder en beneficio de los intereses económicos de esa minoría, y una economía frágil subordinada a los altibajos del ♣ Mónica Baltodano es Presidenta de la Fundación Popol Na, Para la Promoción y el Desarrollo Municipal , miembro de la Red Nacional por la Vivienda 1

Pobreza y Precariedad Urbana en Nicaragua Mónica Baltodano<br />

<strong>POBREZA</strong> Y <strong>PRECARIEDAD</strong> <strong>URBANA</strong> <strong>EN</strong><br />

<strong>NICARAGUA</strong><br />

Experiencias y casos relevantes<br />

Msc. Mónica Baltodano ♣<br />

Evolución de la pobreza urbana en Nicaragua<br />

Cuando en Nicaragua y particularmente en Managua hablamos de<br />

Urbanismo, no podemos obviar el hecho de que dicha problemática<br />

ha sido uno de los cauces para la especulación y acumulación de<br />

riquezas por parte de los sectores oligárquicos del país, es decir una<br />

de las vías de transferencia de riquezas.<br />

El caso mas notable, fueron precisamente los proyectos y planes para<br />

la reconstrucción de Managua luego del devastador terremoto de<br />

1972. En aquellas circunstancias, la familia Somoza y sus allegados<br />

vieron en la colosal tragedia una halagadora oportunidad para el<br />

enriquecimiento. La avaricia los condujo a excluir de toda<br />

participación en la elaboración y realización de proyectos, a la<br />

empresa privada de entonces.<br />

Es bueno recordar que en esa disputa comenzó el proceso definitivo<br />

de ruptura política de la burguesía local con la dictadura. Somoza y<br />

sus allegados querían solo para ellos el pastel de la reconstrucción<br />

de la nueva Managua. La excluida empresa privada optó entonces por<br />

la insubordinación y la conspiración política contra la dictadura.<br />

Al final nadie se pudo enriquecer, la dictadura sucumbió y con ella los<br />

planes para la reconstrucción de la capital, muy poco como se podrá<br />

notar, hemos avanzado más de treinta años después.<br />

Si indagamos en nuestra historia, encontraremos que al igual que<br />

otros países del continente la pobreza y la precariedad urbana, están<br />

intrínsecamente ligados al mismo fenómeno: El modelo económico<br />

basado en la exclusión de las mayorías, la transferencia y apropiación<br />

de la riqueza en pocas manos, gobiernos cuya preocupación principal<br />

ha sido el uso del poder en beneficio de los intereses económicos de<br />

esa minoría, y una economía frágil subordinada a los altibajos del<br />

♣<br />

Mónica Baltodano es Presidenta de la Fundación Popol Na, Para la Promoción y el Desarrollo<br />

Municipal<br />

, miembro de la Red Nacional por la Vivienda<br />

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Pobreza y Precariedad Urbana en Nicaragua Mónica Baltodano<br />

mercado externo y a los enclaves, clusters decimos ahora, creados<br />

por la inversión extranjera.<br />

Dicho modelo, ha ampliado el número de excluidos y agudizado su<br />

condición de pobreza y marginalidad. La precariedad, condición<br />

predominante en nuestras ciudades, es un vivo reflejo no sólo de la<br />

de la desigual distribución de la riqueza, sino de la lógica de<br />

segregación imperantes en el ámbito espacial.<br />

Los pobres no solo carecen de seguridad jurídica porque se<br />

terminaron tomando el suelo urbano, sino que además no se les<br />

pavimentan las calles, no cuentan con adecuados servicios de agua,<br />

energía, recolección de basura, mucho menos que sus asentamientos<br />

cuenten con parques, áreas deportivas o escuelas.<br />

A pesar de ser un país agrícola, históricamente rural, cuya economía<br />

ha descansado en la producción agropecuaria, en el espacio de unos<br />

pocos años, y tal pareciera como si nadie se hubiese percatado,<br />

Nicaragua ahora se ha “urbanizado”. En efecto, el abandono de la<br />

producción agropecuaria, la ausencia de financiamiento y<br />

acompañamiento técnico y el traslado de las inversiones al sector<br />

especulativo de las finanzas y el comercio, aunado a los prolongados<br />

conflictos armados, produjeron un traslado sostenido de la población<br />

del campo hacia la ciudad.<br />

En 1970 el censo nacional arrojó una población urbana de 47%. En<br />

1975 se incremento al 50,4%, en 1980 se elevo al 53.5%, en 1990<br />

la cifra se aumento al 62% y finalmente en 1994 alcanzamos un<br />

63% de población Urbana. i<br />

Este forzoso proceso de migración interna o de urbanización forzada,<br />

lógicamente agravó el deterioro de las condiciones sociales de las<br />

masas de población involucradas. Las cifras de la pobreza en<br />

Nicaragua, son bastante conocidas y por demás elocuentes. Baste<br />

señalar que en 1997, el PIB de Nicaragua era de 2000 millones de<br />

dólares, con una población de 4,5 millones de habitantes: eso<br />

equivale a 450 dólares per cápita, el más bajo de Latinoamérica,<br />

después de Haití. Según datos del PNUD en el año 98, el 50% de la<br />

población sobrevive con menos de un dólar diario.<br />

Durante buena parte del siglo XX, la pobreza se había localizado de<br />

manera especial en la zona rural. Sin embargo, al igual que en el<br />

resto de América Latina, las migraciones hacia las zonas urbanas, en<br />

donde tampoco hay soluciones, han generado “ciudades de pobres”,<br />

en donde la gente se hacina en tugurios buscando su inserción<br />

aunque sea entre “los informales” que constituyen ya la mayoría de la<br />

economía formal en nuestros países.<br />

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Pobreza y Precariedad Urbana en Nicaragua Mónica Baltodano<br />

Sin duda las carencias económicas de la mayoría de la gente se<br />

agravaron con los años de guerra, sin embargo, una vez concluida<br />

ésta, 14 años de políticas de ajuste estructural, parecen haber<br />

impuesto la paz de los sepulcros, para estas mayorías.<br />

Los beneficios de los pequeños incrementos en la producción se<br />

concentran en unas pocas manos. Según el último informe del<br />

Desarrollo Humano del PNUD, en Nicaragua el 20 % de población más<br />

pobre apenas consume el 4.2% de la riqueza generada, mientras el<br />

20% más rico, consume el 55%.<br />

Pobreza urbana y políticas de Estado<br />

El traslado masivo de población a zonas urbanas, se produjo en<br />

oleadas y de manera desordenada, presionando así fuertemente la<br />

demanda de servicios, de manera especial suelo y viviendas. La<br />

carencia condujo a la población a buscar su propia, aunque precaria<br />

respuesta: a través de la toma de tierras y el surgimiento de<br />

Asentamientos Humanos Espontáneos.<br />

En Nicaragua habitan unas 850.000 familias. El déficit de viviendas<br />

alcanzó la cifra de 50.000 (medio millón) en el año 2003, según los<br />

más recientes datos, brindados por el Instituto de la Vivienda Urbana<br />

y Rural. Es decir tan sólo 350 mil familias cuentan con un techo Ello<br />

equivale al 41% de las familias. El resto 58% de las familias no<br />

tienen un techo digno. Sobreviven en casas de latas o cartón, sin las<br />

mínimas condiciones humanas, o “arrimados” a algún familiar.<br />

En el Segundo Encuentro Nacional sobre Viviendas y Asentamientos<br />

Humanos, realizado en noviembre del 92, se señaló que el<br />

incremento anual del déficit es de 20.000 viviendas<br />

La crisis es mucho más profunda que lo que indica estas cifras. Está<br />

demostrado que el déficit cualitativo es dos o tres veces mayor que<br />

el déficit cuantitativo. La magnitud cualitativa se expresa en que del<br />

total de viviendas censadas, sólo 15.5% toma agua de conexiones de<br />

INAA, y hay 67% de vivienda sin conexión ni alcantarillado, y un<br />

17% sin letrina.<br />

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Pobreza y Precariedad Urbana en Nicaragua Mónica Baltodano<br />

CUADRO No. 2<br />

CARACTERÍSTICAS DE LOS HOGARES POR GRUPO DE <strong>POBREZA</strong> Y ÁREA GEOGRÁFICA<br />

<strong>EN</strong> 1993<br />

(PORC<strong>EN</strong>TAJE DE INDIVIDUOS Y HOGARES)<br />

CARACTERÍSTICA<br />

TOTAL POBRES NO POBRES<br />

URBANO RURAL URBANO RURAL TOTAL<br />

Sin agua potable dentro o<br />

fuera de la casa<br />

23.70% 79.10% 11.00% 61.30% 39.60%<br />

Sin conexión de<br />

alcantarillado<br />

71.50% 98.40% 35.30%<br />

92.20%<br />

67.70%<br />

Sin inodoro o letrina 5.80% 43.60% 1.20% 20.50% 17.40%<br />

Inadecuada, recolección de<br />

basura<br />

12.80% 34.30% 5.50% 16.50% 17.10%<br />

Poseen electricidad 83.80% 29.90% 97.30% 61.50% 69.80%<br />

% Hogares con jefe de<br />

familia mujer<br />

36.50% 16.80% 34.30% 23.30% 28.50%<br />

Analfabetismo 19.50% 45.80% 8.50% 25.60% 23.00%<br />

Analfabetismo mujeres 22.00% 45.40% 9.60% 27.00% 23.50%<br />

Analfabetismo hombres 16.80% 46.20% 7.10% 24.30% 22.60%<br />

Fuente Banco Mundial, 1993<br />

En la encuesta de Medición de Nivel de Vida (EMNV) realizado en<br />

1993, se señala que 46% de las viviendas son de piso de tierra 19%<br />

no tienen cuartos para dormir, y 72% cocinan con leña mientras 29%<br />

no tienen servicio de energía eléctrica<br />

No se han emprendido acciones que permitan resolver este dramático<br />

resultado. Lo común es la ausencia de políticas de suelo urbano y de<br />

vivienda, como parte integrante de las políticas sociales, es decir no<br />

hay respuesta a las demandas de un hábitat popular. En efecto, la<br />

Administración del Estado se ha caracterizado por el abandono de sus<br />

responsabilidades sociales, con el argumento de la eficiencia y el<br />

traslado gradual de sus responsabilidades a la “iniciativa privada”. La<br />

lógica del mercado, ha dejado en el más absoluto desamparo a los<br />

sectores populares empobrecidos que constituyen la inmensa<br />

mayoría de nuestro país. 70 % de la población se ubica debajo de la<br />

línea de la pobreza.<br />

No se trata, como piensan algunos que es un problema de carácter<br />

técnico, de falta de visión o que expresa las deficiencias para<br />

planificar. Es un problema mucho mas profundo que se puede<br />

analizar desde dos visiones.<br />

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Pobreza y Precariedad Urbana en Nicaragua Mónica Baltodano<br />

Existe un bien llamado suelo, y otro llamado la vivienda. El acceso a<br />

esos bienes adquiere para nosotros la categoría de un derecho básico<br />

de los ciudadanos, y que por tanto es responsabilidad del estado y la<br />

sociedad su solución. Para otros, ambos tienen el carácter de una<br />

mercancía más, y por lo tanto su adquisición debe quedar sujeta a<br />

las leyes de la oferta y la demanda en el mercado. El Estado a lo<br />

sumo se limitará a regularla.<br />

Para los primeros, el Estado y la sociedad en su conjunto, deben<br />

asumir la necesidad de una distribución más equitativa de estos<br />

bienes sociales. La segunda visión, deja a grandes mayorías, y no<br />

solamente a las más pobres, en manos de los especuladores y<br />

traficantes de toda calaña, como ocurre de manera ostensible<br />

actualmente en Nicaragua.<br />

La inexistencia de políticas de suelo urbano y viviendas, favorece la<br />

acumulación de capital, en unos pocos que han convertido el suelo<br />

en uno de los filetes de su enriquecimiento y una nueva ruta de<br />

transferencia de riqueza.<br />

El reflejo del abandono del Estado se ha expresado no sólo en el<br />

presupuesto de la Republica, que en los últimos años no dispone un<br />

solo centavo para esta tarea. En Nicaragua han sido sucesivamente<br />

desmanteladas las instituciones que se especializan en este problema<br />

y ni siquiera se ha contado con políticas paliativas, como “soluciones<br />

habitacionales”, viviendas populares, o urbanizaciones progresivas.<br />

Evolución de los Asentamientos espontáneos,<br />

Problemas de Propiedad y Ley de Asentamientos<br />

La dictadura somocista utilizó la represión y la fuerza para controlar<br />

los asentamientos espontáneos. Al amparo de las mismas florecieron<br />

los repartos populares de allegados al régimen que expoliaban a los<br />

más pobres. Se entregaban lotes al crédito, y si un ciudadano dejaba<br />

de pagar dos o tres cuotas, era expulsado del lugar, perdiendo todo<br />

sus ahorros y hasta las construcciones realizadas.<br />

La Revolución Sandinista adoptó medidas y dictó algunas políticas<br />

que no pueden dejar de mencionarse si se es objetivo en estos<br />

temas.<br />

1) Declaró todos los repartos populares de utilidad pública y luego<br />

los adjudicó a sus ocupantes a través de una Ley de Titulación<br />

de lotes en Repartos Intervenidos. Así mismo dictó una Ley de<br />

Expropiación de Tierras Urbanas baldías para ubicar en ellos<br />

proyectos habitacionales populares.<br />

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Pobreza y Precariedad Urbana en Nicaragua Mónica Baltodano<br />

2) Estableció como obligación del Estado el brindar a las familias<br />

el acceso a viviendas dignas. También implementó, de hecho,<br />

una política de reasentamientos que permitió la reubicación de<br />

barrios marginales a tierras urbanas de alto valor, no solo<br />

catastral sino también de mercado. Así mientas en otros países<br />

la población marginada se ubica en cinturones de miseria, en<br />

Nicaragua encontramos, hasta hoy, barrios pobres y<br />

asentamientos espontáneos que se entremezclan con áreas<br />

residenciales de clases altas. De esta manera los servicios<br />

quedaron más accesibles para los barrios pobres.<br />

3) El otro fenómeno fue la explosión de los asentamientos<br />

humanos espontáneos, como resultado de las expectativas<br />

sociales que generó la Revolución. Frente a la imposibilidad de<br />

dar respuestas a las demandas, se generalizó la permisibilidad<br />

frente a las tomas. Dicho fenómeno continuó en la década de<br />

los 90, incrementándose la presión y demanda de acceso al<br />

suelo urbano por la desmovilización de los bandos en conflicto<br />

(Ejercito-Mingob-Resistencia).<br />

La tierra repartida con la Reforma Agraria, las viviendas que se<br />

trasladaron a través de la Ley 85, y los lotes de la Ley 86, fueron<br />

objeto de sucesivas negociaciones en los años 90. Estas dieron como<br />

resultado la Ley 209, Ley de Estabilidad de la Propiedad, en el año<br />

95. Esta Ley fue reglamentada en el año 96.<br />

En el año 97 se abrió otro proceso de negociaciones, que dio lugar a<br />

la Ley 278, Ley sobre Propiedad Reformada, Urbana y Agraria.<br />

(Diciembre 97) Su reglamento fue emitido en Febrero de 1998.<br />

Necesidad de una Ley de Asentamientos<br />

En la Ley 278 se dictó una disposición transitoria que dice “Mientras<br />

no se emitan las disposiciones legales que regulen los asentamientos<br />

humanos espontáneos que se encuentren consolidados hasta<br />

diciembre del 95, los ocupantes mantendrán la posesión en los<br />

juicios que contra ellos se promuevan, sin ser privados de la posesión<br />

Sin embargo quedan sujetos a las disposiciones de las autoridades en<br />

materia de urbanismo”.<br />

Para el año 2000, se calculaban unas 300.000 familias viviendo en<br />

asentamientos humanos espontáneos. Podría decirse que el déficit<br />

urbano de viviendas se ubica en estos asentamientos, como reflejo de<br />

la pobreza de sus habitantes.<br />

En efecto, la pobreza urbana, se encuentra concentrada de manera<br />

particular, en nuestro caso, en los asentamientos espontáneos. Que<br />

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Pobreza y Precariedad Urbana en Nicaragua Mónica Baltodano<br />

expresan las condiciones de penuria de los más esenciales servicios.<br />

Esta carencia es agudizada por la situación de inseguridad en la<br />

tenencia de los lotes, por los conflictos derivados de tal tenencia, que<br />

han llevado a no pocos casos de violencia.<br />

La inseguridad de la propiedad ha sido utilizada como pretexto para<br />

justificar la deficiente prestación de servicios, alegándose que<br />

mientras no estén ordenados y regularizados, a sus pobladores no se<br />

les puede considerar sujetos de crédito. La realidad es que los<br />

Asentamientos espontáneos están metidos en el mercado, con<br />

características de “mercado sumergido”, irregular. Alrededor de la<br />

escasez de soluciones se ha construído también un propio mercado<br />

de carácter especulativo, que llevan adelante algunos grupos que se<br />

especializaron en tomas de tierra, sustituyendo a los movimientos<br />

sociales que aparecen con beligerancia en otros países.<br />

La problemática no se reduce al suelo y la casa. Se trata de abordar<br />

el problema desde una visión integral: el hábitat. Las soluciones por<br />

tanto no son un techo o una casa. Una solución integral habitacional<br />

debe de considerar el derecho a la infraestructura básica, (agua,<br />

energía), equipamiento social (escuela, salud, áreas para la<br />

recreación y el deporte) y medio ambientales: Accesible para la<br />

limpieza, el drenaje de aguas servidas y pluviales.<br />

La Ley de Asentamientos Humanos Espontáneos (LEY ·309) Dictada<br />

en Junio de 1999. como una ley de interés público y social, tiene la<br />

novedad que no sólo aborda el tema de la regularización de los<br />

asentamientos, sino que coloca en primer orden la obligación por<br />

parte de la municipalidad a realizar un PLAN URBANÍSTICO<br />

ESPECIAL, que contiene el trazado de calles, y la determinación del<br />

equipamiento social indispensable en los mismos. La regularización<br />

tiene algunos componentes importantes, pues garantiza la<br />

legalización a favor de la pareja, priorizar de manera particular a la<br />

mujer en la obtención del título de propiedad, protege a los niños al<br />

establecer que ellos serán usufructuarios hasta la mayoría de edad,<br />

establece la prohibición de vender hasta 5 años después de obtenido<br />

el título, y permite que los pobladores organizados de manera<br />

expedita en asociaciones de pobladores sean parte directa en las<br />

decisiones y protagonistas de todas las gestiones que tienen que ver<br />

con el ordenamiento y la titulación de sus asentamientos.<br />

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Pobreza y Precariedad Urbana en Nicaragua Mónica Baltodano<br />

Suelo urbano, vivienda y Municipalidades<br />

El drama de la precariedad urbana, es fuente de conflictos y<br />

tensiones. Históricamente la demanda de suelo urbano y viviendas ha<br />

sido motivo para la organización de movimientos populares. Baste<br />

señalar el gran movimiento que terminó por propiciar la caída del<br />

Dictador Peruano Odría, en 1954, o “el Pamplonazo”, en Mayo del 71,<br />

en ese mismo país 1 . Mas recientemente, aunque referido a lo rural, la<br />

capacidad de movilización desplegada por el MST alrededor de la<br />

tierra.<br />

Esta fuerte conflictividad es señalada por el propio Banco Mundial<br />

como un peligro que pone en riesgo la gobernabilidad a escala<br />

planetaria. De allí que recientemente se adoptan medidas de urgencia<br />

para amortiguar los desequilibrios resultantes del sistema.<br />

Dentro de estas medidas se ubican la creación de Fondos sociales de<br />

vivienda que muestran tempranamente sus disfunciones.<br />

También encontramos en América latina, y como parte integrante de<br />

las políticas del FMI y del BM, se ha propiciado el traslado de la tarea<br />

de urbanismo y políticas urbanas a las municipalidades. Casi siempre<br />

sin dotar a estas de los recursos y condiciones que les permitan jugar<br />

un rol verdaderamente efectivo en el enfrentamiento del problema.<br />

Una de las debilidades es el marcado énfasis en las soluciones<br />

regulatorias, sin ir a la raíz del problema. O bien se sugiere la<br />

“legalización”, que frecuentemente ha sido la ruta del despojo, el bien<br />

vivienda, por esta vía se vuelve transable en el mercado.<br />

La Ley de Asentamientos ( Ley 309), define claramente la<br />

responsabilidad de las Municipalidades de su aplicación, que conlleva<br />

un plan urbanístico especial, reubicar a los pobladores que se<br />

encuentren en zonas de riesgo (orillas de cauces o zonas sísmicas) o<br />

en zonas cuyos usos correspondan a servicios comunitarios. La<br />

Municipalidad es responsable del proceso de reordenamiento, y de la<br />

negociación con instituciones del gobierno central o instituciones o<br />

personas privadas, a quienes pertenezca legalmente el terreno donde<br />

se ubican dichos asentamientos.<br />

1 Entre los años 40 y 56, la dictadura del Gral. Odría, en Perú, dedicó grandes esfuerzos en solucionar el<br />

problema de las carencias habitacionales, centrándose en el fortalecimiento de su base social. Promovió la<br />

organización de grandes barriadas.. El mismo presidente presidía la Asociación de Pobladores de las<br />

barriadas. Pero la oposición finalmente comprendió que la demanda de solución al problema dela<br />

vivienda era el que mas movilizaba a la población y realizó sus propios acciones de tomas de tierra. La<br />

mas connotada de ellos fue el de la navidad de 1954 en que una sola noche hicieron el gran Asentamiento<br />

“La Ciudad de Dios”, y a partir de ello sobrevino el debilitamiento y debacle de la Dictadura.<br />

Similar situación ocurrió en el 71 con el movimiento denominado “El Pamplonazo”. Ver el libro de<br />

Manuel Castells “La Cuestión Urbana”, Editorial Siglo XXI, Madrid, 1988<br />

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Pobreza y Precariedad Urbana en Nicaragua Mónica Baltodano<br />

El gran problema es que no se definen las fuentes de financiamiento<br />

para que los gobiernos locales puedan cumplir con esta tarea. Por<br />

tanto el desafío consiste en articular una propuesta en la que se<br />

establezca claramente las responsabilidades del estado, de los<br />

gobiernos locales, de la banca, de las organizaciones de la sociedad<br />

civil, y de los propios ciudadanos, una propuesta que debería<br />

subsanar el de una “política social del hábitat” y en la que se<br />

incluyan las iniciativas que correspondan, particularmente del<br />

financiamiento para su implementación.<br />

El otro y tal vez mas importante reto estriba en que esa propuesta<br />

debe asumir un enfoque social, un enfoque inclusivo e integral. No<br />

seguir profundizando los desequilibrios. Tomando “al toro por los<br />

cuernos”: No puede emprenderse esta tarea sin subsidios para<br />

las familias pobres, y sin afectar la propiedad de las minorías.<br />

Los Municipios, apoyados por la población afectada, deberían de ser<br />

capaces de propiciar la movilización de las voluntades hacia planes<br />

integrales de solución.<br />

Hasta hoy ha prevalecido la lógica de impedir a todo costa el<br />

surgimiento de nuevos asentamientos, los desalojos por la fuerza de<br />

cada nuevo intento de tomas de suelo urbano. Pero,¿hasta dónde se<br />

podrá impedir que los marginados desistan de buscar sus propias<br />

soluciones para este problema? Ejemplos numerosos en otros países<br />

de América Latina, ponen de manifiesto que si no hay respuestas,<br />

ineluctablemente se producirán movimientos de tomas<br />

La lógica prevaleciente hasta hoy propicia la “segregación urbana”.<br />

Las urbanizadoras construyen viviendas y las amurallan, para<br />

“separar” a los pobres, para “proteger” a los que tienen mejores<br />

condiciones económicas de los marginados. Mientras las inversiones<br />

públicas, y con frecuencia las de nivel municipal, se concentran a<br />

favor de los privilegiados que ven incrementarse de esa manera la<br />

plusvalía de sus propiedades.<br />

El desafío de los gobiernos municipales, es asumir esta función de<br />

ordenamiento local y de planificación urbana, acompañándola de la<br />

participación ciudadana, pero también de un enfoque humanista del<br />

que han carecido las administraciones centrales hasta hoy, para<br />

poner la ciencia y la planeación, al servicio de un verdadero<br />

desarrollo humano e incluyente.-<br />

i Morales Carlos Manuel y Stein Alfredo, Pobreza Urbana y Descentralización, El Caso de Nicaragua<br />

Centro de análisis y políticas públicas. Universidad de Chile. 1997.<br />

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