haciendo posible lo imposible. la izquierda en el umbral ... - Rebelión
haciendo posible lo imposible. la izquierda en el umbral ... - Rebelión haciendo posible lo imposible. la izquierda en el umbral ... - Rebelión
45. La primera revolución socialista en el mundo occidental no sólo influyó en el terreno político, sino que también tuvo una gran trascendencia cultural. 46. Su originalidad, el hecho de haber triunfado a pesar de los esquemas establecidos, ayudó a abrir espacio a nuevas ideas y a una renovación del pensamiento social latinoamericano que gracias a esta revolución se tercermundializó. 47. Coincido con Agustín Cueva 50 en que las principales concepciones modificadas por el proceso cubano son: la definición del carácter de las formaciones sociales latinoamericanas que dejan de ser consideradas feudales para pasar a ser consideradas subdesarrolladas ‐hasta entonces se hablaba de terratenientes feudales y de regímenes feudales en América Latina y desde la revolución cubana empieza a ponerse énfasis en el carácter dependiente sometido al imperialismo de nuestras sociedades‐ 51 ; el esquema de interpretación de las clases sociales y de las fuerzas revolucionarias que veía en el pueblo a su fuerza motriz y consideraba que la burguesía era incapaz de conducir la revolución; 52 el carácter de la revolución latinoamericana 53 que deja de ser considerado democrático‐burgués para ser considerado antimperialista y socialista 54 y, por último, las formas de lucha donde la lucha armada pasa a desempeñar un papel muy importante. 55 50. Agustín Cueva, El marxismo latinoamericano: historia y problemas actuales, en revista Contrarios Nº3, Madrid, noviembre, 1989, pp.26‐27. 51. La forma en que se enfoca el proceso revolucionario ha cambiado, pero en ausencia de nuevos términos, se siguen usando las viejas palabras. Será sólo con el desarrollo de la Teoría de la Dependencia que aparecerán los nuevos términos. De hecho, los textos cubanos continúan haciendo referencia al feudalismo. Ver, por ejemplo, la Segunda Declaración de La Habana, del 4 de febrero de 1962 (F. Castro, La revolución cubana..., op.cit. p.482). 52. La mencionada II Declaración de La Habana sostenía: La burguesía nacional ya no puede encabezar la lucha antifeudal y antimperialista. La clase obrera y los intelectuales revolucionarios son considerados la vanguardia de la lucha contra el imperialismo y el feudalismo (F. Castro, Ibid. p.482). Y más adelante agrega: En la lucha antimperialista y antifeudal es posible vertebrar a la inmensa mayoría del pueblo tras metas de liberación que unan el esfuerzo de la clase obrera, los campesinos, los trabajadores intelectuales, la pequeña burguesía y las capas más progresistas de la burguesía nacional. [...] En este amplio movimiento pueden y deben luchar juntos por el bien de las naciones, por el bien de sus pueblos y por el bien de América, desde el viejo militante marxista hasta el católico sincero que no tenga que ver con los monopolios yanquis y los señores feudales de la tierra (Ibid. p.483). 53. Ver: Marta Harnecker, La revolución social, Lenin y América Latina, Ed. Alfa y Omega, Santo Domingo, República Dominicana, 1985, pp.167‐251. 54. De la revolución meramente antifeudal se pasa a la revolución antimperialista y socialista. Había que hacer una revolución antimperialista y socialista, decía Fidel el 1 de diciembre de 1961, y agregaba más adelante: La revolución antimperialista y socialista sólo tenía que ser una, una sola revolución, porque no hay más que una revolución. Esa es la gran verdad dialéctica de la humanidad: el imperialismo y frente al imperialismo, el socialismo (F. Castro, La revolución cubana..., op.cit. pp.438‐439). 55. Se trata de la lucha armada que se inicia con la lucha irregular de los campesinos en el escenario natural de éstos, lucha ante la cual los ejércitos regulares resultan impotentes; y lucha que se inicia con reducidos núcleos de combatientes que luego se nutren incesantemente de nuevas fuerzas y comienza a desatarse el movimiento de masas y el viejo orden se resquebraja poco a poco en mil pedazos y es entonces el momento en que la clase obrera y las masas urbanas deciden la batalla. (F. Castro, Ibid. p.482). - - 38
48. A su vez, el impacto de la revolución cubana sobre la intelectualidad hizo que muchos hombres de sus filas se ligaran a los procesos emergentes y comenzaran a servir a la causa popular desde una militancia más comprometida. 49. Por otra parte, las duras agresiones de los Estados Unidos contra Cuba hicieron patente a los revolucionarios latinoamericanos la necesidad de la integración continental para hacer frente al poderoso adversario común y representan un poderoso impulso para materializarla. 56 2. LA IZQUIERDA REVOLUCIONARIA Y LOS GRUPOS GUERRILLEROS RURALES 50. En torno a la polémica sobre la lucha armada la izquierda latinoamericana se divide. Los grupos que surgen optando por este camino se autodenominan izquierda revolucionaria, para diferenciarse del resto de la izquierda a la que tildan de reformista (partidos comunistas pro soviéticos, partidos socialistas, etcétera). En el caso chileno, serán considerados más tarde reformistas todos los partidos que conformarán el frente político Unidad Popular (UP) encabezado por Salvador Allende, por el simple hecho de haber aceptado transitar por la vía no armada. 51. La izquierda revolucionaria, de origen urbano y preponderantemente universitario, tuvo escasa penetración en el movimiento obrero, tanto por la oposición que recibió de los aparatos sindicales de los partidos comunistas y socialdemócratas o populistas que dominaban ese espacio, como por el propio desinterés de sus militantes, que preferían abocarse a las tareas de la preparación militar. 57 52. Esta nueva izquierda, idealista, llena de ímpetu e impaciencia juvenil, no sólo se declara partidaria de la lucha armada, sino que asume en la práctica esta forma de lucha y se lanza a crear organizaciones guerrilleras: Masseti en Salta, Argentina; las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, en Venezuela; las Fuerzas Armadas Rebeldes dirigidas por Yon Sosa y Turcios Lima, en Guatemala; el MIR 58 encabezado por Luis de la Puente y Guillermo Lobatón, y el ELN 59 dirigido por Héctor Béjar, en Perú; el Frente Sandinista dirigido por Carlos Fonseca, en Nicaragua; el Ejército de Liberación Nacional de Camilo Torres, en Colombia; 60 el Frente Guerrillero José Leonardo Chirinos de Douglas Bravo y el MIR de Moleiro, en Venezuela; Lucio Cabañas 56. De hecho esta idea se materializa algunos años más tarde en la I Conferencia de la OLAS. 57. G. Gaspar, Guerrillas en..., op.cit. p.12. 58. Movimiento de Izquierda Revolucionaria. 59. Ejército de Liberación Nacional. 60. No mencionamos aquí a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), porque estas guerrillas, dirigidas por el Partido Comunista Colombiano, nacen en 1954, antes del triunfo de la revolución cubana, luego de un primer período de autodefensa anterior a esa fecha. (Marta Harnecker, Combinación de todas las formas de lucha, Ed. La Quimera, Quito, Ecuador, 1988, pp.7‐22). Sobre la historia del ELN ver: Marta Harnecker, Unidad que multiplica, Ed. La Quimera, Quito, Ecuador, 1988. - - 39
- Page 1 and 2: A Manuel que vivir
- Page 3 and 4: -La respuesta de los Estados Unidos
- Page 5 and 6: ESTADOS NACIONALES.................
- Page 7 and 8: 3) Peligro de ser solo buenos admin
- Page 9 and 10: 7) Encarnación de los valores éti
- Page 11 and 12: UN LIBRO IMPORTANTE Y POLÉMICO [PR
- Page 13 and 14: siempre de acuerdo con las
- Page 15 and 16: Me incluyo entre aquellos q
- Page 17 and 18: trabajo o publicarlo en el
- Page 19 and 20: Absurdos como ese se insert
- Page 21 and 22: neoliberal imperial está con
- Page 23 and 24: contar con una organización
- Page 25 and 26: El libro de hecho se ha
- Page 27 and 28: PRIMERA PARTE: LOS HITOS QUE MARCAN
- Page 29 and 30: Nkrumah en Ghana; Burguiba
- Page 31 and 32: mayor tanto económica como
- Page 33 and 34: 22. Este creciente enfrentami
- Page 35 and 36: violenta. 37 Estaba consciente
- Page 37: 41. El impacto de la revo
- Page 41 and 42: salvo algunas excepciones y,
- Page 43 and 44: campo económico, político,
- Page 45 and 46: 73. Esta multitud de jóven
- Page 47 and 48: orientación marxista, juega
- Page 49 and 50: 87. Estas comunidades eclesia
- Page 51 and 52: econocido por el general To
- Page 53 and 54: el ejemplo más claro fue
- Page 55 and 56: Socialista y el Comunista,
- Page 57 and 58: del país, transformándose l
- Page 59 and 60: naciente revolución centroamer
- Page 61 and 62: inició el proceso de acuer
- Page 63 and 64: justificaba su ingerencia en
- Page 65 and 66: Sendero Luminoso y el MRTA.
- Page 67 and 68: 1985 148 por Mijail Gorbacho
- Page 69 and 70: ampliación de la transparenc
- Page 71 and 72: la negociación política; en
- Page 73 and 74: Nacional bloqueando cualquier
- Page 75 and 76: 213. Según Rubén Zamora,
- Page 77 and 78: interna es muy difícil que
- Page 79 and 80: abril 182 , aunque fue el P
- Page 81 and 82: continente. Por primera vez
- Page 83 and 84: movimiento popular; cómo evi
- Page 85 and 86: SEGUNDA PARTE: EL MUNDO DE HOY I. U
- Page 87 and 88: era superponerlos como en e
45. La primera revolución socialista <strong>en</strong> <strong>el</strong> mundo occid<strong>en</strong>tal no só<strong>lo</strong> influyó <strong>en</strong> <strong>el</strong> <br />
terr<strong>en</strong>o político, sino que también tuvo una gran trasc<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia cultural. <br />
46. Su originalidad, <strong>el</strong> hecho de haber triunfado a pesar de <strong>lo</strong>s esquemas establecidos, <br />
ayudó a abrir espacio a nuevas ideas y a una r<strong>en</strong>ovación d<strong>el</strong> p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to social <br />
<strong>la</strong>tinoamericano que gracias a esta revolución se tercermundializó. <br />
47. Coincido con Agustín Cueva 50 <strong>en</strong> que <strong>la</strong>s principales concepciones modificadas por <br />
<strong>el</strong> proceso cubano son: <strong>la</strong> definición d<strong>el</strong> carácter de <strong>la</strong>s formaciones sociales <br />
<strong>la</strong>tinoamericanas que dejan de ser consideradas feudales para pasar a ser <br />
consideradas subdesarrol<strong>la</strong>das ‐hasta <strong>en</strong>tonces se hab<strong>la</strong>ba de terrat<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes feudales <br />
y de regím<strong>en</strong>es feudales <strong>en</strong> América Latina y desde <strong>la</strong> revolución cubana empieza a <br />
ponerse énfasis <strong>en</strong> <strong>el</strong> carácter dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te sometido al imperialismo de nuestras <br />
sociedades‐ 51 ; <strong>el</strong> esquema de interpretación de <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses sociales y de <strong>la</strong>s fuerzas <br />
revolucionarias que veía <strong>en</strong> <strong>el</strong> pueb<strong>lo</strong> a su fuerza motriz y consideraba que <strong>la</strong> <br />
burguesía era incapaz de conducir <strong>la</strong> revolución; 52 <strong>el</strong> carácter de <strong>la</strong> revolución <br />
<strong>la</strong>tinoamericana 53 que deja de ser considerado democrático‐burgués para ser <br />
considerado antimperialista y socialista 54 y, por último, <strong>la</strong>s formas de lucha donde <strong>la</strong> <br />
lucha armada pasa a desempeñar un pap<strong>el</strong> muy importante. 55 <br />
<br />
50. Agustín Cueva, El marxismo <strong>la</strong>tinoamericano: historia y problemas actuales, <strong>en</strong> revista Contrarios Nº3, Madrid, <br />
noviembre, 1989, pp.26‐27. <br />
51. La forma <strong>en</strong> que se <strong>en</strong>foca <strong>el</strong> proceso revolucionario ha cambiado, pero <strong>en</strong> aus<strong>en</strong>cia de nuevos términos, se <br />
sigu<strong>en</strong> usando <strong>la</strong>s viejas pa<strong>la</strong>bras. Será só<strong>lo</strong> con <strong>el</strong> desarrol<strong>lo</strong> de <strong>la</strong> Teoría de <strong>la</strong> Dep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia que aparecerán <strong>lo</strong>s <br />
nuevos términos. De hecho, <strong>lo</strong>s textos cubanos continúan <strong>haci<strong>en</strong>do</strong> refer<strong>en</strong>cia al feudalismo. Ver, por ejemp<strong>lo</strong>, <strong>la</strong> <br />
Segunda Dec<strong>la</strong>ración de La Habana, d<strong>el</strong> 4 de febrero de 1962 (F. Castro, La revolución cubana..., op.cit. p.482). <br />
52. La m<strong>en</strong>cionada II Dec<strong>la</strong>ración de La Habana sost<strong>en</strong>ía: La burguesía nacional ya no puede <strong>en</strong>cabezar <strong>la</strong> lucha <br />
antifeudal y antimperialista. La c<strong>la</strong>se obrera y <strong>lo</strong>s int<strong>el</strong>ectuales revolucionarios son considerados <strong>la</strong> vanguardia de <br />
<strong>la</strong> lucha contra <strong>el</strong> imperialismo y <strong>el</strong> feudalismo (F. Castro, Ibid. p.482). Y más ade<strong>la</strong>nte agrega: En <strong>la</strong> lucha <br />
antimperialista y antifeudal es <strong>posible</strong> vertebrar a <strong>la</strong> inm<strong>en</strong>sa mayoría d<strong>el</strong> pueb<strong>lo</strong> tras metas de liberación que unan <strong>el</strong> <br />
esfuerzo de <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se obrera, <strong>lo</strong>s campesinos, <strong>lo</strong>s trabajadores int<strong>el</strong>ectuales, <strong>la</strong> pequeña burguesía y <strong>la</strong>s capas más <br />
progresistas de <strong>la</strong> burguesía nacional. [...] En este amplio movimi<strong>en</strong>to pued<strong>en</strong> y deb<strong>en</strong> luchar juntos por <strong>el</strong> bi<strong>en</strong> de <strong>la</strong>s <br />
naciones, por <strong>el</strong> bi<strong>en</strong> de sus pueb<strong>lo</strong>s y por <strong>el</strong> bi<strong>en</strong> de América, desde <strong>el</strong> viejo militante marxista hasta <strong>el</strong> católico sincero <br />
que no t<strong>en</strong>ga que ver con <strong>lo</strong>s monopolios yanquis y <strong>lo</strong>s señores feudales de <strong>la</strong> tierra (Ibid. p.483). <br />
53. Ver: Marta Harnecker, La revolución social, L<strong>en</strong>in y América Latina, Ed. Alfa y Omega, Santo Domingo, <br />
República Dominicana, 1985, pp.167‐251. <br />
54. De <strong>la</strong> revolución meram<strong>en</strong>te antifeudal se pasa a <strong>la</strong> revolución antimperialista y socialista. Había que hacer una <br />
revolución antimperialista y socialista, decía Fid<strong>el</strong> <strong>el</strong> 1 de diciembre de 1961, y agregaba más ade<strong>la</strong>nte: La <br />
revolución antimperialista y socialista só<strong>lo</strong> t<strong>en</strong>ía que ser una, una so<strong>la</strong> revolución, porque no hay más que una <br />
revolución. Esa es <strong>la</strong> gran verdad dialéctica de <strong>la</strong> humanidad: <strong>el</strong> imperialismo y fr<strong>en</strong>te al imperialismo, <strong>el</strong> socialismo <br />
(F. Castro, La revolución cubana..., op.cit. pp.438‐439). <br />
55. Se trata de <strong>la</strong> lucha armada que se inicia con <strong>la</strong> lucha irregu<strong>la</strong>r de <strong>lo</strong>s campesinos <strong>en</strong> <strong>el</strong> esc<strong>en</strong>ario natural de éstos, <br />
lucha ante <strong>la</strong> cual <strong>lo</strong>s ejércitos regu<strong>la</strong>res resultan impot<strong>en</strong>tes; y lucha que se inicia con reducidos núcleos de <br />
combati<strong>en</strong>tes que luego se nutr<strong>en</strong> incesantem<strong>en</strong>te de nuevas fuerzas y comi<strong>en</strong>za a desatarse <strong>el</strong> movimi<strong>en</strong>to de <br />
masas y <strong>el</strong> viejo ord<strong>en</strong> se resquebraja poco a poco <strong>en</strong> mil pedazos y es <strong>en</strong>tonces <strong>el</strong> mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se obrera y <strong>la</strong>s <br />
masas urbanas decid<strong>en</strong> <strong>la</strong> batal<strong>la</strong>. (F. Castro, Ibid. p.482). <br />
- - 38