haciendo posible lo imposible. la izquierda en el umbral ... - Rebelión
haciendo posible lo imposible. la izquierda en el umbral ... - Rebelión haciendo posible lo imposible. la izquierda en el umbral ... - Rebelión
1068. Un estilo político consecuente con la concepción de la política como arte de la construcción de una fuerza social popular, por el contrario, parte de la base de que la fuerza social no es algo ya dado sino que hay que construirla y que las clases dominantes tienen una determinada estrategia para impedirlo. Esto implica no dejarse llevar por la situación sino actuar sobre ella seleccionando entre los espacios y conflictos presentes aquellos donde debe concentrar sus energías en función del objetivo central: la construcción de fuerza popular. Esta construcción no se produce espontáneamente, requiere de un sujeto constructor, de un sujeto político capaz de orientar su acción en base a un análisis de la totalidad de la dinámica política. Pero ¿cuál es la situación de la izquierda al respecto? IV. CRISIS ORGANICA 1. ESCEPTICISMO CON RESPECTO A LA POLÍTICA Y LOS POLÍTICOS 1069. A mi entender, la izquierda no vive sólo una crisis teórica y programática, sino que tampoco cuenta con un sujeto político adecuado a los nuevos desafíos. 1070. Coincido plenamente con las apreciaciones de Clodomiro Almeyda en cuanto a que los partidos de izquierda se encuentran hoy en una evidente crisis, no sólo desde el punto de vista de las insuficiencias o carencias de proyectos y programas, sino también, y no en menor medida, en lo relativo a su naturaleza orgánica, relaciones con la sociedad civil, e identificación de sus actuales funciones y de las formas de llevarlas a cabo. [...] Esto último es lo que denomino crisis orgánica. 1071. Esta crisis de la actual institucionalidad de los partidos de izquierda se expresa tanto en la pérdida de su capacidad de atracción y convocatoria ante las gentes y especialmente ante la juventud, como en una evidente disfuncionalidad de sus actuales estructuras, hábitos, tradiciones y maneras de hacer política, con las exigencias que la realidad social reclama de un actor político de carácter popular y socialista, en proceso de renovación sustantiva. 871 2. POR QUÉ LA IZQUIERDA NO PUEDE PRESCINDIR DE UNA ORGANIZACIÓN POLÍTICA 1072. Esta decepción de la política y los políticos que crece día a día no es grave para la derecha, pero para la izquierda sí lo es. La derecha puede perfectamente prescindir de los partidos políticos, como lo demostró durante los períodos dictatoriales, pero la izquierda, en la medida en que necesita construir una fuerza popular antisistémica para transformar cualitativamente la sociedad, no puede prescindir de un instrumento político ‐sea éste un partido, un frente político u otra fórmula‐. 871 . C. Almeyda, Sobre la dimensión orgánica..., op.cit. p.13 (Lo subrayado es de Marta Harnecker). - - 248
1073. Y ésto por una doble razón: en primer lugar, porque la transformación no se produce espontáneamente, las ideas y valores que prevalecen en la sociedad capitalista ‐y que racionalizan y justifican el orden existente‐ invaden toda la sociedad e influyen muy especialmente en los sectores menos provistos de armas teóricas de distanciamiento crítico. 872 En segundo lugar, porque es necesario que seamos capaces de vencer a fuerzas inmensamente más poderosas que se oponen a esa transformación 873 , y ello no es posible sin una instancia política formuladora de propuestas, capaz de dotar a millones de hombres de una voluntad única 874 , al mismo tiempo que unificadora y articuladora de las diferentes prácticas emancipatorias. 1) LOS EFECTOS DE LA IDEOLOGÍA DOMINANTE 1074. En cuanto al primer punto, debemos recordar que la visión del mundo que tiene la gente se construye históricamente; 875 y que en esta visión del mundo o sentido común gravita con mayor o menor fuerza la influencia ideológica de las clases dominantes ‐la ideología burguesa en el caso del capitalismo‐. Esto es así muy especialmente en los sectores menos provistos de armas teóricas de distanciamiento crítico. ¿Qué mejor ejemplo de esta influencia que el hecho de que los sectores más pobres y marginados de América Latina voten por los candidatos de más extrema derecha? 1075. Por esta razón, a esa gente debe proporcionársele otras experiencias y conocimientos que le permitan alterar su concepción del mundo, descubrir las causas profundas de su situación de explotación y, por consiguiente, el camino para su liberación. 1076. Esto no quiere decir que en determinadas condiciones los sectores populares no puedan despertar y ser capaces de desenmascarar los verdaderos intereses que mueven a los diferentes sectores sociales. Esto ocurre así en las épocas de grandes conmociones sociales y de revoluciones. Las clases dominantes se quitan la careta y 872 . M. Harnecker, Vanguardia y crisis actual, Brecha Editores, Santiago de Chile, 1990, pp.9‐14; 59‐61; Hacia el siglo XXI: la izquierda se renueva Ed. CEESAL, Quito, Ecuador, 1991, pp.7‐23; C. Almeyda, Cambio social y concepto de partido, apuntes a máquina, 1994, pp.1‐5. 873 . Si, como ya casi nadie osa negarlo: la historia es la historia de la lucha de clases, es evidente que se hace necesaria una conducción de esta lucha. 874 . Vladimir Lenin, La bancarrota de la II Internacional, en Obras Completas, Ed. Cartago, Buenos Aires, 1970, t.22, p.349; M. Harnecker, Vanguardia y crisis actual, op. cit. p.87. 875 . Conversación con Lito Marín y Nelson Gutiérrez en La Habana, mayo 1989. - - 249
- Page 197 and 198: favor de su tradición. ¿E
- Page 199 and 200: 746. Y en este sentido me
- Page 201 and 202: convertido en desiertos; bosq
- Page 203 and 204: 761. Por otra parte, no s
- Page 205 and 206: Habría que reemplazar la r
- Page 207 and 208: de microondas, para poder s
- Page 209 and 210: ecosocialista, que se basa
- Page 211 and 212: que aproveche ese potencial
- Page 213 and 214: todas, sino por unas fórmu
- Page 215 and 216: sería mejor decir, elaborar
- Page 217 and 218: presentes en muchos de esto
- Page 219 and 220: VIII. CONCLUSIÓN: ¿EL COMIENZO DE
- Page 221 and 222: de Kondratieff. Como vimos
- Page 223 and 224: Unidos, que ha llevado a
- Page 225 and 226: 978. ¿Cuál debe ser enton
- Page 227 and 228: desarrollados; la fragmentació
- Page 229 and 230: obótica, por una parte, y
- Page 231 and 232: producción capitalista: el t
- Page 233 and 234: y que ya disponían de un
- Page 235 and 236: se encaminaba. Marx previó
- Page 237 and 238: profunda y acertada del cap
- Page 239 and 240: 1032. La izquierda debe, se
- Page 241 and 242: de los privilegios, todos q
- Page 243 and 244: 1047. Para la izquierda, la
- Page 245 and 246: gran fuerza; pero cuando mu
- Page 247: son sino la forma en que
- Page 251 and 252: 1081. Esto implica el recha
- Page 253 and 254: 1091. Para el reconocido hi
- Page 255 and 256: 2) VERTICALISMO Y AUTORITARISMO 110
- Page 257 and 258: 1116. Es distinta la visió
- Page 259 and 260: movimiento popular como: la
- Page 261 and 262: 1137. Hoy, el movimiento re
- Page 263 and 264: 1. LA ORGANIZACION HACIA AFUERA 1)
- Page 265 and 266: pretendido emplear para sumar
- Page 267 and 268: 1173. Además de poner en
- Page 269 and 270: 1187. Según Jon Elster, la
- Page 271 and 272: Debe partir de la base de
- Page 273 and 274: 6) ADECUAR SU LENGUAJE A LOS NUEVOS
- Page 275 and 276: 1220. Como es de todos co
- Page 277 and 278: 1229. Y esta lucha tiene
- Page 279 and 280: antidemocrático, porque otorga
- Page 281 and 282: epresentados 928 y, de esa
- Page 283 and 284: economía, con las que tien
- Page 285 and 286: que corresponde a opciones
- Page 287 and 288: 1277. De esto se deduce q
- Page 289 and 290: que incluya la articulación
- Page 291 and 292: VI. GOBIERNOS LOCALES: SEÑALES DE
- Page 293 and 294: fueron humillados y estuviero
- Page 295 and 296: ellos incluyan propuestas de
- Page 297 and 298: que el mismo vehículo tran
1073. Y ésto por una doble razón: <strong>en</strong> primer lugar, porque <strong>la</strong> transformación no se <br />
produce espontáneam<strong>en</strong>te, <strong>la</strong>s ideas y va<strong>lo</strong>res que prevalec<strong>en</strong> <strong>en</strong> <strong>la</strong> sociedad <br />
capitalista ‐y que racionalizan y justifican <strong>el</strong> ord<strong>en</strong> exist<strong>en</strong>te‐ invad<strong>en</strong> toda <strong>la</strong> sociedad <br />
e influy<strong>en</strong> muy especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> <strong>lo</strong>s sectores m<strong>en</strong>os provistos de armas teóricas de <br />
distanciami<strong>en</strong>to crítico. 872 En segundo lugar, porque es necesario que seamos capaces <br />
de v<strong>en</strong>cer a fuerzas inm<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te más poderosas que se opon<strong>en</strong> a esa <br />
transformación 873 , y <strong>el</strong><strong>lo</strong> no es <strong>posible</strong> sin una instancia política formu<strong>la</strong>dora de <br />
propuestas, capaz de dotar a mil<strong>lo</strong>nes de hombres de una voluntad única 874 , al <br />
mismo tiempo que unificadora y articu<strong>la</strong>dora de <strong>la</strong>s difer<strong>en</strong>tes prácticas <br />
emancipatorias. <br />
1) LOS EFECTOS DE LA IDEOLOGÍA DOMINANTE<br />
1074. En cuanto al primer punto, debemos recordar que <strong>la</strong> visión d<strong>el</strong> mundo que ti<strong>en</strong>e <br />
<strong>la</strong> g<strong>en</strong>te se construye históricam<strong>en</strong>te; 875 y que <strong>en</strong> esta visión d<strong>el</strong> mundo o s<strong>en</strong>tido común <br />
gravita con mayor o m<strong>en</strong>or fuerza <strong>la</strong> influ<strong>en</strong>cia ideológica de <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses dominantes ‐<strong>la</strong> <br />
ideo<strong>lo</strong>gía burguesa <strong>en</strong> <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> capitalismo‐. Esto es así muy especialm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> <strong>lo</strong>s <br />
sectores m<strong>en</strong>os provistos de armas teóricas de distanciami<strong>en</strong>to crítico. ¿Qué mejor <br />
ejemp<strong>lo</strong> de esta influ<strong>en</strong>cia que <strong>el</strong> hecho de que <strong>lo</strong>s sectores más pobres y marginados <br />
de América Latina vot<strong>en</strong> por <strong>lo</strong>s candidatos de más extrema derecha? <br />
1075. Por esta razón, a esa g<strong>en</strong>te debe proporcionárs<strong>el</strong>e otras experi<strong>en</strong>cias y <br />
conocimi<strong>en</strong>tos que le permitan alterar su concepción d<strong>el</strong> mundo, descubrir <strong>la</strong>s causas <br />
profundas de su situación de exp<strong>lo</strong>tación y, por consigui<strong>en</strong>te, <strong>el</strong> camino para su <br />
liberación. <br />
1076. Esto no quiere decir que <strong>en</strong> determinadas condiciones <strong>lo</strong>s sectores popu<strong>la</strong>res <br />
no puedan despertar y ser capaces de des<strong>en</strong>mascarar <strong>lo</strong>s verdaderos intereses que <br />
muev<strong>en</strong> a <strong>lo</strong>s difer<strong>en</strong>tes sectores sociales. Esto ocurre así <strong>en</strong> <strong>la</strong>s épocas de grandes <br />
conmociones sociales y de revoluciones. Las c<strong>la</strong>ses dominantes se quitan <strong>la</strong> careta y <br />
<br />
872 . M. Harnecker, Vanguardia y crisis actual, Brecha Editores, Santiago de Chile, 1990, pp.9‐14; 59‐61; Hacia <strong>el</strong> <br />
sig<strong>lo</strong> XXI: <strong>la</strong> <strong>izquierda</strong> se r<strong>en</strong>ueva Ed. CEESAL, Quito, Ecuador, 1991, pp.7‐23; C. Almeyda, Cambio social y <br />
concepto de partido, apuntes a máquina, 1994, pp.1‐5. <br />
873 . Si, como ya casi nadie osa negar<strong>lo</strong>: <strong>la</strong> historia es <strong>la</strong> historia de <strong>la</strong> lucha de c<strong>la</strong>ses, es evid<strong>en</strong>te que se hace <br />
necesaria una conducción de esta lucha. <br />
874 . V<strong>la</strong>dimir L<strong>en</strong>in, La bancarrota de <strong>la</strong> II Internacional, <strong>en</strong> Obras Completas, Ed. Cartago, Bu<strong>en</strong>os Aires, 1970, <br />
t.22, p.349; M. Harnecker, Vanguardia y crisis actual, op. cit. p.87. <br />
875 . Conversación con Lito Marín y N<strong>el</strong>son Gutiérrez <strong>en</strong> La Habana, mayo 1989. <br />
- - 249