haciendo posible lo imposible. la izquierda en el umbral ... - Rebelión
haciendo posible lo imposible. la izquierda en el umbral ... - Rebelión haciendo posible lo imposible. la izquierda en el umbral ... - Rebelión
él mismo se ha dado; y tercero, si desarrolla humanamente a la persona que a él se entrega. 919. Analizando la práctica toyotista sostiene, en primer lugar, que si bien no se puede negar que los trabajadores se auto‐organizan a escala de grupo para la ejecución de una tarea compleja entendida como tarea común de los miembros del grupo, y que para ello cuentan con un grado apreciable de autonomía, de hecho esa no es una tarea que ellos hayan elegido sino que viene predeterminada y es coordinada desde el exterior con las tareas de otros grupos y no son los individuos sino los grupos los que funcionan como engranajes. 740 En segundo lugar, considera que la alienación del producto es aún más total que en la fabrica taylorizada, porque los trabajadores no intervienen jamás sobre el producto o el semiproducto, es la máquina la que lo hace, el trabajador se limita a programarla y a corregir sus anomalías. 741 Por último, considera que el interés y la variedad de un trabajo no bastan para convertirlo en un factor que desarrolle a la persona; esta meta sólo se logra si al final de la jornada ese trabajador se siente enriquecido humanamente con el trabajo que ha hecho. 742 920. De este análisis Gorz concluye que el sentido de la actual revolución tecnológica no puede consistir en rehabilitar la ética del trabajo, pretendiendo convencer al grupo de trabajadores privilegiados de que deben trabajar más y mejor identificándose con los intereses de la empresa, mientras un sector creciente de la población tiene trabajos rutinarios o ni siquiera tiene la oportunidad de trabajar. 743 El hombre sólo podrá realizarse en el campo de las actividades no profesionales donde pueda desarrollar plenamente aquellos aspectos humanos que el trabajo tecnificado no le permite desarrollar. 744 921. Según el autor, la polarización de la sociedad será detenida, y luego invertida, no por la imposible utopía de un trabajo apasionante y a tiempo completo para todos y 740. A. Gorz, Metamorphoses du travail..., op.cit. 1991, pp.101‐102; 1995, p.108‐109. 741. A. Gorz, Ibid. 1991, p.104; 1995, p.109‐110. 742. A. Gorz, Ibid. 1991, p.105; 1995, p.110. Ver también: Oscar A. Martínez. Los trabajadores frente a las nuevas formas de organización del trabajo. El mito de la gestión participativa, revista Herramienta Nº6, Buenos Aires, pp.65‐76. 743. El capital trata de motivar y controlar ideológicamente una mano de obra difícilmente reemplazable, y para esto debe preservar en ella la ética del trabajo, destruir solidaridades que podrían vincularla con los menos privilegiados, persuadirla de que trabajando lo más posible es como mejor se servirá al interés de la colectividad además del suyo propio. Habrá pues que ocultar el hecho de que existe un creciente excedente estructural de mano de obra y una penuria estructural en el aumento de empleos estables y a tiempo completo. [...] (A. Gorz, Metamorphoses du travail...,op.cit. 1991, p.93; 1995, p.98). 744. A. Gorz, Ibid. 1991, p.116; 1995, p.120. - - 212
todas, sino por unas fórmulas de redistribución del trabajo que reduzcan la duración de éste para todo el mundo, sin por ello descualificarlo y parcelarlo [...] 745 922. Estos planteamientos de Gorz y mis propias reflexiones me han llevado a concluir que si bien el nuevo paradigma tecnológico contiene enormes potencialidades liberadoras y es fundamental que la izquierda las tenga en cuenta para su propuesta de una sociedad alternativa a la actual sociedad capitalista neoliberal, aún en esa sociedad alternativa sólo una parte de los trabajadores podrá beneficiarse de ellas, ya que siempre habrá otra parte que tendrá que realizar trabajos más rutinarios y menos creativos, aunque su número decrezca en la medida en que el nuevo paradigma se expanda. Para muchos de estos trabajadores el “reino de la libertad” empezará solo cuando termine su jornada laboral. 746 923. Pienso, por lo tanto, que no tenemos que apostar tanto a la realización del hombre en el trabajo profesional 747 por muy importante que ello sea ‐pero a la que hoy tiene acceso sólo una élite de trabajadores‐ como a su realización en el tiempo libre. De ahí que piense que una de las banderas de lucha de la izquierda debe ser la reducción del tiempo de trabajo pagado, 748 por supuesto que sin disminución salarial, no sólo para que se logre el pleno empleo, aspiración a la que no debemos renunciar, 745. A. Gorz, Ibid. 1991, pp.94‐95; 1995, p.99. 746. [...] el reino de la libertad sólo comienza allí donde cesa el trabajo determinado por la necesidad y la adecuación a finalidades exteriores; con arreglo a la naturaleza de las cosas, por consiguiente, está más allá de la esfera de la producción material propiamente dicha. [...] La libertad de este terreno sólo puede consistir en que el hombre socializado, los productores asociados, regulen racionalmente ese metabolismo suyo con la naturaleza poniéndolo bajo su control colectivo, en vez de ser dominados por él como por un poder ciego; que lo lleven a cabo con el mínimo empleo de fuerzas y bajo las condiciones más dignas y adecuadas a su naturaleza humana. Pero éste siempre sigue siendo un reino de la necesidad. Allende el mismo empieza el desarrollo de las fuerzas humanas, considerando como un fin en sí mismo, el verdadero reino de la libertad , que sin embargo sólo puede florecer sobre aquel reino de la necesidad como su base. La reducción de la jornada laboral es la condición básica (K.Marx, El Capital, Tomo III, Vol.8, Siglo XXI, España, 1984, p.1044) 747. Empleo aquí el término para dar cuenta del trabajo en cualquier actividad rentada. 748. Gorz señala que la reducción del tiempo de trabajo puede hacerse de muchas maneras pudiendo reducir las desigualdades o aumentarlas, aumentar o disminuir la seguridad, ser un factor de exclusión o de inclusión social. Según el autor la reducción del tiempo de trabajo tiene una calidad muy diferente según se libere tiempo a escala de la jornada, de la semana, del año o de la vida activa; y sobretodo según que las zonas de tiempo liberado puedan o no ser elegidas por cada uno. Gorz estima que la reducción lineal del tiempo de trabajo manteniendo horarios rígidos es la forma menos prometedora, porque considera imposible introducir en todos lados la jornada de 35, 30 ó 25 horas a la semana. En cambio sería posible introducir para todo el mundo una duración anual de 1400, 1200 ó 1000 horas al año en lugar de las 1600 actuales, que podrían repartirse en 30, 40 ó 48 semanas al año o también entre 120 a 180 días. La persona podría elegir la forma que más le acomodara, por ejemplo, trabajar una jornada más larga durante un período de tiempo para poder disponer de varios meses de tiempo libre después. El autor propone que el sindicalismo y la izquierda política se adueñen de esta tendencia a la discontinuidad, y haciéndola objeto de negociaciones y luchas colectivas, la transforme en fuente de libertad nueva, mientras que actualmente es sobre todo fuente de inseguridad. (A. Gorz, Ibid. 1991, p.240; 1995, p.249. - - 213
- Page 161 and 162: 593. Mientras los organismos
- Page 163 and 164: 600. Hay que recordar que
- Page 165 and 166: la década pasada, fue dism
- Page 167 and 168: sociedad fragmentada implica
- Page 169 and 170: 622. Una de sus metas es
- Page 171 and 172: mercado no lleva, como se
- Page 173 and 174: protagonismo inesperado en la
- Page 175 and 176: 645. Se trata, como dice
- Page 177 and 178: por otra, se ha restringido
- Page 179 and 180: implantada por la dictadura
- Page 181 and 182: dice Bourdieu, un programa
- Page 183 and 184: nuestra sociedad abierta y
- Page 185 and 186: nuevamente a los pocos mese
- Page 187 and 188: sucumbir nuevamente creando u
- Page 189 and 190: 705. Antes de pasar al si
- Page 191 and 192: 712. El impacto social deva
- Page 193 and 194: Programa Nacional de Solidari
- Page 195 and 196: que precede a la Navidad
- Page 197 and 198: favor de su tradición. ¿E
- Page 199 and 200: 746. Y en este sentido me
- Page 201 and 202: convertido en desiertos; bosq
- Page 203 and 204: 761. Por otra parte, no s
- Page 205 and 206: Habría que reemplazar la r
- Page 207 and 208: de microondas, para poder s
- Page 209 and 210: ecosocialista, que se basa
- Page 211: que aproveche ese potencial
- Page 215 and 216: sería mejor decir, elaborar
- Page 217 and 218: presentes en muchos de esto
- Page 219 and 220: VIII. CONCLUSIÓN: ¿EL COMIENZO DE
- Page 221 and 222: de Kondratieff. Como vimos
- Page 223 and 224: Unidos, que ha llevado a
- Page 225 and 226: 978. ¿Cuál debe ser enton
- Page 227 and 228: desarrollados; la fragmentació
- Page 229 and 230: obótica, por una parte, y
- Page 231 and 232: producción capitalista: el t
- Page 233 and 234: y que ya disponían de un
- Page 235 and 236: se encaminaba. Marx previó
- Page 237 and 238: profunda y acertada del cap
- Page 239 and 240: 1032. La izquierda debe, se
- Page 241 and 242: de los privilegios, todos q
- Page 243 and 244: 1047. Para la izquierda, la
- Page 245 and 246: gran fuerza; pero cuando mu
- Page 247 and 248: son sino la forma en que
- Page 249 and 250: 1073. Y ésto por una dob
- Page 251 and 252: 1081. Esto implica el recha
- Page 253 and 254: 1091. Para el reconocido hi
- Page 255 and 256: 2) VERTICALISMO Y AUTORITARISMO 110
- Page 257 and 258: 1116. Es distinta la visió
- Page 259 and 260: movimiento popular como: la
- Page 261 and 262: 1137. Hoy, el movimiento re
todas, sino por unas fórmu<strong>la</strong>s de redistribución d<strong>el</strong> trabajo que reduzcan <strong>la</strong> duración de <br />
éste para todo <strong>el</strong> mundo, sin por <strong>el</strong><strong>lo</strong> descualificar<strong>lo</strong> y parce<strong>la</strong>r<strong>lo</strong> [...] 745 <br />
922. Estos p<strong>la</strong>nteami<strong>en</strong>tos de Gorz y mis propias reflexiones me han llevado a <br />
concluir que si bi<strong>en</strong> <strong>el</strong> nuevo paradigma tecnológico conti<strong>en</strong>e <strong>en</strong>ormes <br />
pot<strong>en</strong>cialidades liberadoras y es fundam<strong>en</strong>tal que <strong>la</strong> <strong>izquierda</strong> <strong>la</strong>s t<strong>en</strong>ga <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta <br />
para su propuesta de una sociedad alternativa a <strong>la</strong> actual sociedad capitalista <br />
neoliberal, aún <strong>en</strong> esa sociedad alternativa só<strong>lo</strong> una parte de <strong>lo</strong>s trabajadores podrá <br />
b<strong>en</strong>eficiarse de <strong>el</strong><strong>la</strong>s, ya que siempre habrá otra parte que t<strong>en</strong>drá que realizar trabajos <br />
más rutinarios y m<strong>en</strong>os creativos, aunque su número decrezca <strong>en</strong> <strong>la</strong> medida <strong>en</strong> que <strong>el</strong> <br />
nuevo paradigma se expanda. Para muchos de estos trabajadores <strong>el</strong> “reino de <strong>la</strong> <br />
libertad” empezará so<strong>lo</strong> cuando termine su jornada <strong>la</strong>boral. 746 <br />
923. Pi<strong>en</strong>so, por <strong>lo</strong> tanto, que no t<strong>en</strong>emos que apostar tanto a <strong>la</strong> realización d<strong>el</strong> <br />
hombre <strong>en</strong> <strong>el</strong> trabajo profesional 747 por muy importante que <strong>el</strong><strong>lo</strong> sea ‐pero a <strong>la</strong> que hoy <br />
ti<strong>en</strong>e acceso só<strong>lo</strong> una élite de trabajadores‐ como a su realización <strong>en</strong> <strong>el</strong> tiempo libre. <br />
De ahí que pi<strong>en</strong>se que una de <strong>la</strong>s banderas de lucha de <strong>la</strong> <strong>izquierda</strong> debe ser <strong>la</strong> <br />
reducción d<strong>el</strong> tiempo de trabajo pagado, 748 por supuesto que sin disminución sa<strong>la</strong>rial, <br />
no só<strong>lo</strong> para que se <strong>lo</strong>gre <strong>el</strong> pl<strong>en</strong>o empleo, aspiración a <strong>la</strong> que no debemos r<strong>en</strong>unciar, <br />
<br />
745. A. Gorz, Ibid. 1991, pp.94‐95; 1995, p.99. <br />
746. [...] <strong>el</strong> reino de <strong>la</strong> libertad só<strong>lo</strong> comi<strong>en</strong>za allí donde cesa <strong>el</strong> trabajo determinado por <strong>la</strong> necesidad y <strong>la</strong> adecuación <br />
a finalidades exteriores; con arreg<strong>lo</strong> a <strong>la</strong> naturaleza de <strong>la</strong>s cosas, por consigui<strong>en</strong>te, está más allá de <strong>la</strong> esfera de <strong>la</strong> <br />
producción material propiam<strong>en</strong>te dicha. [...] La libertad de este terr<strong>en</strong>o só<strong>lo</strong> puede consistir <strong>en</strong> que <strong>el</strong> hombre <br />
socializado, <strong>lo</strong>s productores asociados, regul<strong>en</strong> racionalm<strong>en</strong>te ese metabolismo suyo con <strong>la</strong> naturaleza poniéndo<strong>lo</strong> <br />
bajo su control colectivo, <strong>en</strong> vez de ser dominados por él como por un poder ciego; que <strong>lo</strong> llev<strong>en</strong> a cabo con <strong>el</strong> <br />
mínimo empleo de fuerzas y bajo <strong>la</strong>s condiciones más dignas y adecuadas a su naturaleza humana. Pero éste <br />
siempre sigue si<strong>en</strong>do un reino de <strong>la</strong> necesidad. All<strong>en</strong>de <strong>el</strong> mismo empieza <strong>el</strong> desarrol<strong>lo</strong> de <strong>la</strong>s fuerzas humanas, <br />
considerando como un fin <strong>en</strong> sí mismo, <strong>el</strong> verdadero reino de <strong>la</strong> libertad , que sin embargo só<strong>lo</strong> puede f<strong>lo</strong>recer <br />
sobre aqu<strong>el</strong> reino de <strong>la</strong> necesidad como su base. La reducción de <strong>la</strong> jornada <strong>la</strong>boral es <strong>la</strong> condición básica (K.Marx, <br />
El Capital, Tomo III, Vol.8, Sig<strong>lo</strong> XXI, España, 1984, p.1044) <br />
747. Empleo aquí <strong>el</strong> término para dar cu<strong>en</strong>ta d<strong>el</strong> trabajo <strong>en</strong> cualquier actividad r<strong>en</strong>tada. <br />
748. Gorz seña<strong>la</strong> que <strong>la</strong> reducción d<strong>el</strong> tiempo de trabajo puede hacerse de muchas maneras pudi<strong>en</strong>do reducir <strong>la</strong>s <br />
desigualdades o aum<strong>en</strong>tar<strong>la</strong>s, aum<strong>en</strong>tar o disminuir <strong>la</strong> seguridad, ser un factor de exclusión o de inclusión social. <br />
Según <strong>el</strong> autor <strong>la</strong> reducción d<strong>el</strong> tiempo de trabajo ti<strong>en</strong>e una calidad muy difer<strong>en</strong>te según se libere tiempo a esca<strong>la</strong> <br />
de <strong>la</strong> jornada, de <strong>la</strong> semana, d<strong>el</strong> año o de <strong>la</strong> vida activa; y sobretodo según que <strong>la</strong>s zonas de tiempo liberado puedan <br />
o no ser <strong>el</strong>egidas por cada uno. Gorz estima que <strong>la</strong> reducción lineal d<strong>el</strong> tiempo de trabajo mant<strong>en</strong>i<strong>en</strong>do horarios <br />
rígidos es <strong>la</strong> forma m<strong>en</strong>os prometedora, porque considera im<strong>posible</strong> introducir <strong>en</strong> todos <strong>la</strong>dos <strong>la</strong> jornada de 35, 30 <br />
ó 25 horas a <strong>la</strong> semana. En cambio sería <strong>posible</strong> introducir para todo <strong>el</strong> mundo una duración anual de 1400, 1200 ó <br />
1000 horas al año <strong>en</strong> lugar de <strong>la</strong>s 1600 actuales, que podrían repartirse <strong>en</strong> 30, 40 ó 48 semanas al año o también <br />
<strong>en</strong>tre 120 a 180 días. La persona podría <strong>el</strong>egir <strong>la</strong> forma que más le acomodara, por ejemp<strong>lo</strong>, trabajar una jornada <br />
más <strong>la</strong>rga durante un período de tiempo para poder disponer de varios meses de tiempo libre después. El autor <br />
propone que <strong>el</strong> sindicalismo y <strong>la</strong> <strong>izquierda</strong> política se adueñ<strong>en</strong> de esta t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a <strong>la</strong> discontinuidad, y haciéndo<strong>la</strong> <br />
objeto de negociaciones y luchas colectivas, <strong>la</strong> transforme <strong>en</strong> fu<strong>en</strong>te de libertad nueva, mi<strong>en</strong>tras que actualm<strong>en</strong>te es <br />
sobre todo fu<strong>en</strong>te de inseguridad. (A. Gorz, Ibid. 1991, p.240; 1995, p.249. <br />
- - 213