haciendo posible lo imposible. la izquierda en el umbral ... - Rebelión
haciendo posible lo imposible. la izquierda en el umbral ... - Rebelión haciendo posible lo imposible. la izquierda en el umbral ... - Rebelión
a la cabalidad en inglés. No tiene, por ejemplo, los caracteres que usa el francés. Esto da a la “red de redes” una coloración desagradable de imperialismo cultural. [...] Todos somos efectivamente iguales ante Internet, siempre que seamos anglófonos. 676 736. Y como esta cultura crea iguales necesidades de consumo tanto en quienes tienen medios para satisfacerlas como entre las personas que carecen de ellos ‐recordemos que mil millones de personas en el planeta viven en la pobreza absoluta‐, ¿cómo extrañarse entonces que junto con el consumismo aumente la delincuencia, cuando estos medios, al mismo tiempo que propagandizan los productos, otorgan detalladas informaciones de cómo adquirirlos ilícitamente a través de los filmes que las divulgan masivamente? 737. Pero la influencia cultural de los Estados Unidos no se transmite sólo a través de las producciones audiovisuales y de Internet. También hay que tener en cuenta el papel que juega la formación de cuadros de los más distintos países del orbe en sus universidades. En 1991 había en el país 420 mil extranjeros realizando estudios superiores. 677 Debido a que se trata generalmente de élites dirigentes uno puede imaginarse la influencia cultural que tendrán al regresar a sus países de origen. 738. Pero no todos piensan que la globalización trae efectos necesariamente negativos. José Joaquín Brünner, que se autocalifica de optimista 678 sostiene que en virtud del comercio y de los medios de comunicación, la experiencia cultural contemporánea se está transformando rápidamente en un evento multicultural y desterritorializado para la gran mayoría que accede a la televisión y a los mercados. 679 Hoy el telespectador tiene ante sí, en forma casi simultánea, la diversidad de tradiciones existentes y las certezas sobre las que se fundan, y esto pone en tela de juicio las prácticas ciegas anteriores obligando a quienes las asumen a argumentar en 676. Bernard Cassen, El que todo sea inglés no tiene por qué ser una fatalidad, en revista Cine Cubano Nº142 (núm. especial), Dossier: Ante la globalización del nuevo milenio: todavía la utopía, La Habana, Cuba, 1998, p.55. Esto se debe a razones técnicas: el sistema de codificación ASCII (American Standard Code for Information Interchange) sólo integra una serie limitada de caracteres, la que necesita la lengua inglesa, y de manera accesoria, el swahili y el indonesio. El código ASCII está, efectivamente, constituido por juego de caracteres de siete bits (y no, como es clásico, por ocho) y las herramientas que los utilizan todavía tienen tendencia a eliminar un bit de cada ocho para los juegos de caracteres que no son los del inglés. De ahí, por ejemplo, que con ese código, no se ven, cuando aparecen en pantalla, los signos didácticos del francés: acentos, cremas, cedilla. (Idem.). 677. J. J. Brünner, Globalización cultural..., op.cit. p.155. En el año 1991 había en los Estados Unidos 420 mil estudiantes extranjeros cursando estudios de tercer grado: 22 mil del Africa; 44 mil de los restantes países de América del Norte, Centro América y el Caribe, incluyendo a cerca de 7 mil alumnos mexicanos; 10 mil de América del Sur; 277 mil del Asia, incluyendo a 78 mil de China, 35 mil de la India, 26 mil de Corea del Sur (más que de toda América del Sur), y 13 mil de Malasia (15 veces el número de estudiantes chilenos); 52 mil de Europa; y 4 mil de los países de la Oceanía. (Idem). 678. Ver su artículo Vanity Fair Inc., en revista Rocinante Nº2, Santiago de Chile, diciembre 1998, pp.20‐21. 679. J. J. Brünner, Globalización cultural..., op.cit. 135 - - 196
favor de su tradición. ¿Es posible, entonces, seguir justificando los varillazos a un joven en Singapur, sencillamente porque allí siempre se ha procedido así con ciertos infractores? ¿O puede legitimarse, en nombre de la cultura tradicional de ciertas naciones, que se mantenga la subordinación/exclusión de las mujeres? 680 739. Humberto Eco, por su parte sostiene que no existe una cultura de masas en el sentido imaginado por los críticos apocalípticos de las comunicaciones de masas, porque este modelo compite con otros (constituidos por vestigios históricos, cultura de clases, aspectos de la cultura ilustrada transmitidos mediante la educación, etcétera 681 . Y yo agregaría: prácticas políticas antisistémicas. 682 740. Comentando estas palabras Castells sostiene que resulta paradójico que sean precisamente aquellos pensadores que abogan por el cambio social quienes suelan considerar a la gente receptáculos pasivos de manipulación ideológica, descartando de hecho las nociones de movimientos sociales y cambio social, excepto cuando se trata de acontecimientos excepcionales y singulares generados fuera del sistema social. 683 741. El secretario permanente del SELA, Carlos Juan Moneta, considera a su vez que la globalización alberga [...] vertientes de homogeneización y de heterogeneidad cultural. Los que ponen el acento en la primera vertiente serían los que enfatizan en la importancia de la globalización económica a partir de la acción de las empresas transnacionales y de los países industrializados más importantes, como fuentes emisoras de mensajes vinculados al consumo y a la cultura de mercado. Los que ponen el acento en la hererogeneidad serían los que destacan dinámicas de apropiación y modificación del mensaje y de sus símbolos en los niveles nacionales y subnacionales. 684 680. J. J. Brünner, Ibid. p.138. 681. Citado por M. Castells, La era de la información: la sociedad red, Vol.I; Alianza Editorial Barcelona, 1997, p.367. 682. Estoy pensando en la experiencia del presupuesto participativo en Porto Alegre. Ver más adelante párrafos 1333‐1345.. 683. Si la gente tiene algún grado de autonomía para organizar y decidir su conducta, los mensajes enviados a través de los medios de comunicación interactuarán con sus receptores, con lo cual la noción de medios de comunicación de masas hace referencia a un sistema tecnológico, no a una forma de cultura, la cultura de masas. En efecto, algunos experimentos en psicología descubrieron que aun cuando la televisión presenta 3.600 inágenes por minuto y canal, el cerebro responde de forma consciente sólo a un estímulo de cada millón enviado. (M. Castells, La era de la información..., op.cit. p.367‐368). 684. Juan Carlos Moneta, La dimensión cultural: el eslabón perdido de la globalización, revista Cine Cubano Nº142 (núm. especial), Dossier: Ante la globalización del nuevo milenio: todavía la utopía, La Habana, Cuba, 1998, p.25. - - 197
- Page 145 and 146: Norte, Europa y la zona A
- Page 147 and 148: 546. Pero la actual globali
- Page 149 and 150: plena, todavía existen regla
- Page 151 and 152: 558. Su meta suprema es l
- Page 153 and 154: 564. Según el investigador
- Page 155 and 156: los años ochenta ‐con la
- Page 157 and 158: como señala Fernando Fajnzyl
- Page 159 and 160: Pero, lo que torció de f
- Page 161 and 162: 593. Mientras los organismos
- Page 163 and 164: 600. Hay que recordar que
- Page 165 and 166: la década pasada, fue dism
- Page 167 and 168: sociedad fragmentada implica
- Page 169 and 170: 622. Una de sus metas es
- Page 171 and 172: mercado no lleva, como se
- Page 173 and 174: protagonismo inesperado en la
- Page 175 and 176: 645. Se trata, como dice
- Page 177 and 178: por otra, se ha restringido
- Page 179 and 180: implantada por la dictadura
- Page 181 and 182: dice Bourdieu, un programa
- Page 183 and 184: nuestra sociedad abierta y
- Page 185 and 186: nuevamente a los pocos mese
- Page 187 and 188: sucumbir nuevamente creando u
- Page 189 and 190: 705. Antes de pasar al si
- Page 191 and 192: 712. El impacto social deva
- Page 193 and 194: Programa Nacional de Solidari
- Page 195: que precede a la Navidad
- Page 199 and 200: 746. Y en este sentido me
- Page 201 and 202: convertido en desiertos; bosq
- Page 203 and 204: 761. Por otra parte, no s
- Page 205 and 206: Habría que reemplazar la r
- Page 207 and 208: de microondas, para poder s
- Page 209 and 210: ecosocialista, que se basa
- Page 211 and 212: que aproveche ese potencial
- Page 213 and 214: todas, sino por unas fórmu
- Page 215 and 216: sería mejor decir, elaborar
- Page 217 and 218: presentes en muchos de esto
- Page 219 and 220: VIII. CONCLUSIÓN: ¿EL COMIENZO DE
- Page 221 and 222: de Kondratieff. Como vimos
- Page 223 and 224: Unidos, que ha llevado a
- Page 225 and 226: 978. ¿Cuál debe ser enton
- Page 227 and 228: desarrollados; la fragmentació
- Page 229 and 230: obótica, por una parte, y
- Page 231 and 232: producción capitalista: el t
- Page 233 and 234: y que ya disponían de un
- Page 235 and 236: se encaminaba. Marx previó
- Page 237 and 238: profunda y acertada del cap
- Page 239 and 240: 1032. La izquierda debe, se
- Page 241 and 242: de los privilegios, todos q
- Page 243 and 244: 1047. Para la izquierda, la
- Page 245 and 246: gran fuerza; pero cuando mu
a <strong>la</strong> cabalidad <strong>en</strong> inglés. No ti<strong>en</strong>e, por ejemp<strong>lo</strong>, <strong>lo</strong>s caracteres que usa <strong>el</strong> francés. Esto <br />
da a <strong>la</strong> “red de redes” una co<strong>lo</strong>ración desagradable de imperialismo cultural. [...] Todos <br />
somos efectivam<strong>en</strong>te iguales ante Internet, siempre que seamos anglófonos. 676 <br />
736. Y como esta cultura crea iguales necesidades de consumo tanto <strong>en</strong> qui<strong>en</strong>es <br />
ti<strong>en</strong><strong>en</strong> medios para satisfacer<strong>la</strong>s como <strong>en</strong>tre <strong>la</strong>s personas que carec<strong>en</strong> de <strong>el</strong><strong>lo</strong>s <br />
‐recordemos que mil mil<strong>lo</strong>nes de personas <strong>en</strong> <strong>el</strong> p<strong>la</strong>neta viv<strong>en</strong> <strong>en</strong> <strong>la</strong> pobreza absoluta‐, <br />
¿cómo extrañarse <strong>en</strong>tonces que junto con <strong>el</strong> consumismo aum<strong>en</strong>te <strong>la</strong> d<strong>el</strong>incu<strong>en</strong>cia, <br />
cuando estos medios, al mismo tiempo que propagandizan <strong>lo</strong>s productos, otorgan <br />
detal<strong>la</strong>das informaciones de cómo adquirir<strong>lo</strong>s ilícitam<strong>en</strong>te a través de <strong>lo</strong>s filmes que <br />
<strong>la</strong>s divulgan masivam<strong>en</strong>te? <br />
737. Pero <strong>la</strong> influ<strong>en</strong>cia cultural de <strong>lo</strong>s Estados Unidos no se transmite só<strong>lo</strong> a través de <br />
<strong>la</strong>s producciones audiovisuales y de Internet. También hay que t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta <strong>el</strong> <br />
pap<strong>el</strong> que juega <strong>la</strong> formación de cuadros de <strong>lo</strong>s más distintos países d<strong>el</strong> orbe <strong>en</strong> sus <br />
universidades. En 1991 había <strong>en</strong> <strong>el</strong> país 420 mil extranjeros realizando estudios <br />
superiores. 677 Debido a que se trata g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te de élites dirig<strong>en</strong>tes uno puede <br />
imaginarse <strong>la</strong> influ<strong>en</strong>cia cultural que t<strong>en</strong>drán al regresar a sus países de orig<strong>en</strong>. <br />
738. Pero no todos pi<strong>en</strong>san que <strong>la</strong> g<strong>lo</strong>balización trae efectos necesariam<strong>en</strong>te <br />
negativos. José Joaquín Brünner, que se autocalifica de optimista 678 sosti<strong>en</strong>e que <strong>en</strong> <br />
virtud d<strong>el</strong> comercio y de <strong>lo</strong>s medios de comunicación, <strong>la</strong> experi<strong>en</strong>cia cultural <br />
contemporánea se está transformando rápidam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> un ev<strong>en</strong>to multicultural y <br />
desterritorializado para <strong>la</strong> gran mayoría que accede a <strong>la</strong> t<strong>el</strong>evisión y a <strong>lo</strong>s mercados. 679 <br />
Hoy <strong>el</strong> t<strong>el</strong>espectador ti<strong>en</strong>e ante sí, <strong>en</strong> forma casi simultánea, <strong>la</strong> diversidad de <br />
tradiciones exist<strong>en</strong>tes y <strong>la</strong>s certezas sobre <strong>la</strong>s que se fundan, y esto pone <strong>en</strong> te<strong>la</strong> de <br />
juicio <strong>la</strong>s prácticas ciegas anteriores obligando a qui<strong>en</strong>es <strong>la</strong>s asum<strong>en</strong> a argum<strong>en</strong>tar <strong>en</strong> <br />
<br />
676. Bernard Cass<strong>en</strong>, El que todo sea inglés no ti<strong>en</strong>e por qué ser una fatalidad, <strong>en</strong> revista Cine Cubano Nº142 (núm. <br />
especial), Dossier: Ante <strong>la</strong> g<strong>lo</strong>balización d<strong>el</strong> nuevo mil<strong>en</strong>io: todavía <strong>la</strong> utopía, La Habana, Cuba, 1998, p.55. <br />
Esto se debe a razones técnicas: <strong>el</strong> sistema de codificación ASCII (American Standard Code for Information <br />
Interchange) só<strong>lo</strong> integra una serie limitada de caracteres, <strong>la</strong> que necesita <strong>la</strong> l<strong>en</strong>gua inglesa, y de manera accesoria, <strong>el</strong> <br />
swahili y <strong>el</strong> indonesio. El código ASCII está, efectivam<strong>en</strong>te, constituido por juego de caracteres de siete bits (y no, como <br />
es clásico, por ocho) y <strong>la</strong>s herrami<strong>en</strong>tas que <strong>lo</strong>s utilizan todavía ti<strong>en</strong><strong>en</strong> t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a <strong>el</strong>iminar un bit de cada ocho para <br />
<strong>lo</strong>s juegos de caracteres que no son <strong>lo</strong>s d<strong>el</strong> inglés. De ahí, por ejemp<strong>lo</strong>, que con ese código, no se v<strong>en</strong>, cuando aparec<strong>en</strong> <br />
<strong>en</strong> pantal<strong>la</strong>, <strong>lo</strong>s signos didácticos d<strong>el</strong> francés: ac<strong>en</strong>tos, cremas, cedil<strong>la</strong>. (Idem.). <br />
677. J. J. Brünner, G<strong>lo</strong>balización cultural..., op.cit. p.155. En <strong>el</strong> año 1991 había <strong>en</strong> <strong>lo</strong>s Estados Unidos 420 mil <br />
estudiantes extranjeros cursando estudios de tercer grado: 22 mil d<strong>el</strong> Africa; 44 mil de <strong>lo</strong>s restantes países de América <br />
d<strong>el</strong> Norte, C<strong>en</strong>tro América y <strong>el</strong> Caribe, incluy<strong>en</strong>do a cerca de 7 mil alumnos mexicanos; 10 mil de América d<strong>el</strong> Sur; 277 <br />
mil d<strong>el</strong> Asia, incluy<strong>en</strong>do a 78 mil de China, 35 mil de <strong>la</strong> India, 26 mil de Corea d<strong>el</strong> Sur (más que de toda América d<strong>el</strong> <br />
Sur), y 13 mil de Ma<strong>la</strong>sia (15 veces <strong>el</strong> número de estudiantes chil<strong>en</strong>os); 52 mil de Europa; y 4 mil de <strong>lo</strong>s países de <strong>la</strong> <br />
Oceanía. (Idem). <br />
678. Ver su artícu<strong>lo</strong> Vanity Fair Inc., <strong>en</strong> revista Rocinante Nº2, Santiago de Chile, diciembre 1998, pp.20‐21. <br />
679. J. J. Brünner, G<strong>lo</strong>balización cultural..., op.cit. 135 <br />
- - 196