Enero - Ministerio Los Perseveradores

“Vivió Enoc sesenta y cinco años, y
engendró a Matusalén. Y caminó
Enoc con Dios, después que engendró
a Matusalén, trescientos
años, y engendró hijos e hijas. Y fueron
todos los días de Enoc trescientos
sesenta y cinco años. Caminó,
pues, Enoc con Dios, y desapareció,
porque le llevó Dios” (Génesis 5:21-
24).
Enoc significa en hebreo “dedicado”.
La Biblia nos enseña que fue séptimo
en la descendencia de Adán y afirma
que este hombre caminó con Dios.
En este contexto, el verbo "caminar"
significa literalmente "andar fielmente
con Dios”. Esta frase incluye diferentes
conceptos, implica una variedad
de aspectos que, por razones de espacio,
enumeraremos solamente
cuatro:
1. Tener comunión con Dios, esto
es, conocerlo personalmente, entrar
en una relación estrecha con El. No
es una religión aprendida de los antepasados,
ni ritos que se hacen
mecánicamente. Es reconocer que
somos pecadores y que necesitamos
el perdón del Señor Jesucristo.
¿Conoce usted a Dios? Le invito a
que tenga una relación personal con
Él. Jesús dijo de sí mismo: "Yo soy el
camino, la verdad, y la vida; nadie
v i e n e a l P a d r e , s i n o p o r
mí" (Juan.14:6).
También Cristo expresó: "Yo soy la
puerta; el que por mi entrare, será
salvo" (Juan 10:9).
En otras palabras, para poder caminar
con Dios, como lo hizo Enoc, usted
tiene que entrar por la puerta que
es Cristo.
2. Estar de acuerdo con Dios. Dos
personas no pueden caminar juntas
si no se ponen de acuerdo, deben
llevar el mismo paso y seguir la misma
dirección. Así, el caminar con
Dios es aceptar Su Voluntad en
nuestra vida, debemos recordar que
el Señor nos creó con un propósito y
CAMINANDO CON DIOS
es nuestro deber cumplirlo. Es negarnos
a nosotros mismos (Lea Mateo
16:24).
Estoy seguro que muchos adultos
que han caminado con Dios gran
parte de su vida, tuvieron que rechazar
muchas “oportunidades” que el
mundo les ofreció. El Apóstol Pablo
lo destaca en Filipenses 3:13-14:
“Hermanos, yo mismo no pretendo
haberlo ya alcanzado; pero una cosa
hago: olvidando ciertamente lo que
queda atrás, y extendiéndome a lo
que está delante, prosigo a la meta,
al premio del supremo llamamiento
de Dios en Cristo Jesús”.
3. Tener buena comunicación con
el Señor. Si usted quiere caminar
con Dios debe tener un diálogo fluido
con Él. ¿Cómo puede ser esto posible?
La respuesta es muy sencilla:
Dios nos habla por medio de Su Palabra,
la Biblia, y nosotros le hablamos
a Él por medio de la oración.
Cuando no practicamos el estudio
bíblico y olvidamos orar al Señor,
vamos a perder la guía del Creador.
Es como meterse en el tránsito de
una gran ciudad desconocida, sin
fijarse en el mapa. Es como querer
manejar una sofisticada máquina sin
leer el manual. Evidentemente las
consecuencias no serán positivas.
Dos herramientas vitales para enfrentar
las grandes batallas espirituales
son justamente las Sagradas Escrituras
y la oración.
Note, por ejemplo, lo que nos enseña
Pablo en Efesios 6:17-18: "Y tomad...
la espada del Espíritu, que es la palabra
de Dios; orando en todo tiempo
con toda oración y súplica en el Espíritu,
y velando en ello con toda perseverancia
y súplica por todos los santos”.
4. Tener Fe en Dios. “…por la fe
Enoc fue traspuesto para no ver
muerte, y no fue hallado, porque los
traspuso Dios.” (Hebreos 11:5a).
Enoc sobresalió por su FE, por confiar
y descansar en Dios. Lo primero
que busca Dios en una persona es
que ponga su FE incondicionalmente
en Él. Enoc estaba seguro que Dios
lo llevaría en forma segura a la eternidad.
La Fe en el Señor le permitió a Enoc
mantenerse firme en una sociedad
anti-diluviana, donde abundaba la
maldad, la corrupción y donde la
gran mayoría de la gente se había
olvidado de Dios.
Para finalizar, permítame hacerle
unas preguntas:
¿Cómo está su comunicación con
Dios?
¿Está aprovechando bien su tiempo,
las oportunidades para que su fe
crezca?
Enoc nos dejó un legado y es recordado
como un hombre que caminó
fielmente con Dios, ¿Cómo será usted
recordado?
Recuerde: ¡Dios camina con la persona
que camina con Él!
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