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Juan Francisco Mesa Sanz tivo y los actos directivos. Puede llegarse así a una argumentación circular en la cual retornaríamos a este supuesto punto de partida situado en el optativo indoeuro peo. Sin embargo, creemos que no existe esta correspondencia, no tanto por la naturaleza del modo subjuntivo cuanto por la de los actos optativos. Dicho de otra manera, puede admitirse una correspondencia estrecha entre los actos optativos y el subjuntivo, entre el contenido «deseo» y este modo verbal, pero no una identidad; la relación es debida a que comparten rasgos comunes y no a una identidad plena entre ellos (§6.1). En segundo lugar y relacionado con lo anterior, ya que anunciamos que el subjuntivo introduce un ingrediente más en la expresión del deseo, ¿en qué consiste éste? ¿cuál es su valor? Por ejemplo, ¿cuál es la razón para que utinam sólo admita su construcción con subjuntivo? La cuestión incide en reconocer cuáles son esos rasgos en el modo subjuntivo (§6.2). 6.1. La inestabilidad de los actos optativos Ya las defi niciones y el cuadro propuesto por Risselada (1993) y las afi r maciones de Núñez (1991) anuncian el carácter inestable de los actos optati vos. Esta se debe a que ocupan una posición limítrofe en los dos parámetros que la autora establece en su clasifi cación: el contenido y la orientación. ÍNDICE 352

El deseo y el subjuntivo En cuanto al primero, son actos que fl uctúan entre la emoción (i.e. el de seo) y la acción (i.e. el cumplimiento del estado de cosas por medio de la parti cipación del destinatario o de otra persona). Es en este aspecto en el cual el reconocimiento de estos actos resulta más complejo. Lo afi rmábamos en el capítulo 3. La necesidad de contener dos elementos que por sí solos bastan para defi nir otros actos de habla contribuye a que la percepción sea inestable. El segundo, por su parte, atañe al principio de observar la perlocución, la reacción del hablante. El ejemplo más notorio es la oposición utinam / ut que hemos observado en nuestra obra, especialmente en los llamados subjuntivos yusivos. Así utinam se caracterizaba porque el hablante no esperaba la reac ción del destinatario; no quiere decir que no la haya, sino que no la provoca de un modo intencionado y, por ello, no tiene por qué estar relacionada con el deseo que se ha producido. Vt, en cambio, requiere esa reacción, ya que el hablante la provoca de un modo consciente. La enunciación de un deseo, no obstante, en tanto que explicitación de esta emoción del hablante, ha de poseer una función; ésta se relaciona precisamente con lo que podemos denominar como ‘orientación indirecta al destinatario’. De nuevo Risselada (1993) ha estudiado este tipo de mensajes ÍNDICE 353

El <strong>de</strong>seo y el <strong>subjuntivo</strong><br />

En cuanto al primero, son actos que fl uctúan entre la emoción<br />

(i.e. el <strong>de</strong> seo) y la acción (i.e. el cumplimiento <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong><br />

cosas por medio <strong>de</strong> la parti cipación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stinatario o <strong>de</strong> otra<br />

persona). Es en este aspecto en el cual el reconocimiento<br />

<strong>de</strong> estos actos resulta más complejo. Lo afi rmábamos en el<br />

capítulo 3. La necesidad <strong>de</strong> contener dos elementos que por<br />

sí solos bastan para <strong>de</strong>fi nir otros actos <strong>de</strong> habla contribuye a<br />

que la percepción sea inestable.<br />

El segundo, por su parte, atañe al principio <strong>de</strong> observar la<br />

perlocución, la reacción <strong>de</strong>l hablante. El ejemplo más notorio<br />

es la oposición utinam / ut que hemos observado en nuestra<br />

obra, especialmente en los llamados <strong>subjuntivo</strong>s yusivos.<br />

Así utinam se caracterizaba porque el hablante no esperaba<br />

la reac ción <strong>de</strong>l <strong>de</strong>stinatario; no quiere <strong>de</strong>cir que no la haya,<br />

sino que no la provoca <strong>de</strong> un modo intencionado y, por ello,<br />

no tiene por qué estar relacionada con el <strong>de</strong>seo que se ha<br />

producido. Vt, en cambio, requiere esa reacción, ya que el<br />

hablante la provoca <strong>de</strong> un modo consciente.<br />

La enunciación <strong>de</strong> un <strong>de</strong>seo, no obstante, en tanto que explicitación<br />

<strong>de</strong> esta emoción <strong>de</strong>l hablante, ha <strong>de</strong> poseer una<br />

función; ésta se relaciona precisamente con lo que po<strong>de</strong>mos<br />

<strong>de</strong>nominar como ‘orientación indirecta al <strong>de</strong>stinatario’. De<br />

nuevo Risselada (1993) ha estudiado este tipo <strong>de</strong> mensajes<br />

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