Pinzamientos de meniscos. - Dr. Hernán Silván

INTRODUCCIÓN
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LOS ARTÍCULOS DEL DOCTOR HERNÁN SILVÁN
PINZAMIENTO DE MEISCOS
La rodilla, articulación intermedia del miembro inferior, está dotada de un movimiento principal en
el eje antero-posterior: La flexo-extensión. Con este movimiento acercamos, cerramos o abrimos la
articulación y ello nos permite conformar la zancada. Pero, de manera accesoria, la rodilla posee un
segundo sentido de libertad que es la rotación sobre el eje longitudinal de la pierna y que sólo
aparece cuando la rodilla está en flexión. Gracias a la existencia de unos “cojinetes” o almohadillitas
que llamamos meniscos, el fémur, por arriba (en el muslo) y la tibia (en la pierna) se mueven hacia
delante y atrás e incluso con esa pequeña rotación en flexión. Nuestro peso corporal es sontenido y
desplazado con total seguridad cuando estos discos o meniscos están íntegros y facilitan estos
movimientos en el paso y la zancada.
DESPLAZAMIENTO DE LOS MENISCOS NORMALES
Los meniscos son unos fibrocartílagos de forma semilunar que están interrumpidos en la zona
central a la altura de las espinas tibiales de manera que tienen esa forma de semiluna con un
cuerno anterior y otro posterior. Los cuernos del menisco externo están más próximos entre sí que
los del interno y por tanto el menisco externo forma un anillo casi completo, teniendo forma de O,
mientras que el interno se parece más a una media luna, con forma de C.
Los meniscos no están libres entre las dos superficies articulares, sino que contraen conexiones
importantes desde el punto de vista funcional. Así se inserta la cápsula articular en su cara más
periférica y un ligamento yugal o transverso los une entre sí y a la rótula a través del paquete
adiposo. Las aletas menisco-rotulianas se extienden desde el borde de la rótula a la cara lateral de
los meniscos. El ligamento lateral interno fija sus fibras posteriores al borde interno del menisco
interno y el ligamento lateral externo está separado de su menisco por el músculo poplíteo, que
envía una expansión fibrosa al borde posterior del menisco externo. El tendón del músculo
semimembranoso envía una expansión fibrosa al borde posterior del menisco interno. Y algunas
fibras del ligamento cruzado posterior se van a fijar en menisco externo. Igualmente sucede con el
cruzado anterior al menisco interno.
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Todo ello nos habla de movilidad y fijaciones muy importantes de estas almohadillas tan populares
por su fácil lesionabilidad en deportes como el fútbol o el basket.
Durante la extensión de la rodilla (poner recta la pierna) los meniscos avanzan hacia delante tirados
por la rótula y el ligamento yugal, rechazados por los cóndilos femorales.
Durante la flexión el menisco externo es impulsado hacia atrás por el poplíteo y el menisco interno
por el semimembranoso. Pero el menisco interno retrocede menos, casi la mitad menos, lo cual le
hace más vulnerable ante repetidas flexo-extensiones con adelantamiento, retroceso incompleto y
nuevo adelantamiento. En este proceso, el menisco interno puede ser sorprendido por los cóndilos
femorales y provocar un pinzamiento meniscal.
También en el movimiento auxiliar de rotación de rodilla (dijimos que únicamente en flexión) el
menisco del lado al que se rota avanza más. Si rotamos la tibia respecto al fémur hacia el exterior se
adelanta el menisco externo. Si es a rotación interna, se adelanta el menisco interno. Esto nos debe
llevar a concluir que es relativamente fácil que cualquiera de los meniscos (especialmente el
interno) sean sorprendidos en flexo-extensión o rotación o en una combinación de ambos
movimientos originando un cuadro clínico de impotencia funcional, bloqueo y dolor, sin signos de
fisura o rotura en resonancias magnéticas. Esto es lo que nos puede pasar cuando corremos y
sufrimos una leve torcedura de rodilla, sin molestias en caliente pero con la clínica de un
pinzamiento de menisco en los días siguientes.
¿QUÉ NOTAMOS CON UN MENISCO PINZADO PERO INTACTO?
Más que el dolor, que existe y es una extraña mezcla de quemazón y tirantez, existe dificultad para
correr más rápido, esto es con más zancada.
Parece que no podemos ampliar mucho nuestros pasos y ello nos obliga a rodar con trote muy
suave para no sentir ninguna molestia, a pesar de haber realizado un buen calentamiento.
A veces se percibe un pequeño “fallo” de la rodilla, cómo si no tuviera fuerza la pierna.
Es más raro encontrar verdaderos “bloqueos” con dolor punzante al bajar escaleras andando o
cuestas corriendo, cómo sucede en las fisuras y roturas completas de menisco. También es raro
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perder el total control de la pierna cuando corres cuesta abajo, cómo sucede en esos daños
mayores de los meniscos que son, la mayoría de las veces, “carne de quirófano”.
TRATAMIENTO DE UN BLOQUEO DE MENISCO
Si está indicada (realizados los tests ortopédicos para descartar un “mal mayor” en los meniscos) se
procede a hacer la maniobra de desbloqueo desde la flexión a la extensión de la rodilla; con un
empuje desde el compartimento del menisco que queremos desbloquear o con una técnica
indirecta desde el otro menisco para que el dañado resulte arrastrado por el ligamento yugal y
todas las estructuras tendinosas solidarias que referíamos más arriba.
Los siete tests ortopédicos que utilizamos para descartar un problema de rotura o grave
degeneración de meniscos( en cuyo caso no esta indicada la maniobra de desbloqueo y se hace
simple recuperación muscular isométrica hasta ver la evolución, pues puede requerir cirugía si
persisten los síntomas) son: La prueba de presión de Apley (grinding-test), la prueba de Mc Murray,
la prueba de Bragard, las pruebas de Payr, de Merke y de Cabot, y los signos de Steinman (I-II).
El tratamiento manual de este tipo de bloqueos articulares es la única alternativa que ofrece la
Recuperación Funcional antes de la Cirugía.
Se necesita una buena formación manual por parte del médico deportivo en este tipo de
maniobras, pero los resultados son tan satisfactorios y definitivos que merece la pena aprender
bien estos tratamientos para aplicarlos a los corredores.
A continuación se muestran las maniobras médico-manuales de diagnóstico y las de masaje
terapeútico y manipulación articular para liberar esa especie de “pellizco articular” que como citaba
al principio no es tan raro en corredores.
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