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Sala C Luzán<br />

CAJA DE AHORROS DE LA INMACULADA<br />

PASEO DE LA INDEPENDENCIA, 10· 50004 ZARAGOZA<br />

23 de julio al 19 de septiembre de 1996


@ SERVICIO<br />

Edita<br />

CULTURAL<br />

CAJA DE AHORROS DE LA INMACULADA DE ARAGÓN<br />

Depósito Legal<br />

Z-2422/96<br />

I.S.B.N.<br />

84-88305-35-4<br />

Textos<br />

Juan Carrete Parranda<br />

Ricardo Centellas Salamero<br />

Guillermo Fatás Cabeza<br />

Coordinación<br />

Guillermo Fatás<br />

Ricardo Centellas<br />

Agradecimientos<br />

Calcografía Nacional<br />

Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid.<br />

Francisco Echauz Buisán<br />

Fotografa<br />

Oronol, Madrid<br />

Diseño ) totocomposición<br />

José Belbiure<br />

Fotomecánica<br />

Brut Scanner. S. L. , Zaragoza<br />

Impresión<br />

Octavio y Félez, S. A., Zaragoza<br />

Encuadernación<br />

Encuadernaciones Fontanel. Lérida<br />

Cubierta<br />

Francisco de Gaya, Que valor!, aguafuerte número 7<br />

de los Desastres de la guerra. l' edición, 1864.


• I<br />

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7<br />

11<br />

20<br />

106<br />

192<br />

230<br />

254<br />

255<br />

256<br />

ÍNDICE<br />

M. Solá Sáncllez ue Rojas, PRESENTACIÓN<br />

Juan Carrete, Francisco de Goya y el arte del grabado<br />

CAPRICHOS<br />

DESASTRES DE L GUERRA<br />

TAUROMAQUIA<br />

DISPARATES<br />

EDICIONES DE LAS SERIES<br />

BIBLIOGRAFÍA SELECTA<br />

LOS TIEMPOS DE GOYA<br />

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Glosadas, exh;b;das y oo;ladas lanl" veces, las magnifleas see;es<br />

de grabados de Francisco de Gaya poseen valor extraordinario<br />

cuando pertenecen a las primeras tiradas de las mismas, realizadas con las<br />

láminas de cobre nuevas e impolutas, tal y como las trazó el inmortal artis­<br />

ta, y sin que las sucesivas impresiones les hayan causado todavía desgastes<br />

o deterioros. Fue el 30 de marzo 1746, hace doscientos cincuenta años,<br />

cuando Francisco de Gaya vino al mundo en la aldea zaragozana de<br />

Fuendetodos, lugar natal de su madre, Gracia Lucientes. Con ocasión de<br />

esta efemérides, que coincide con el XC aniversario de la fundación de la<br />

Caja de Ahorros de la Inmaculada, nuestra entidad ha adquirido para<br />

Aragón una excepcional colección completa de esas primeras ediciones, en<br />

impecable estado de conservación. Su valor y representatividad se mul­<br />

tiplican al reunirse, en sendas primeras tiradas, los cuatro grandes álbumes<br />

ideados y realizados por Gaya, hasta el punto de que la colección adquirida<br />

ha sido declarada inexportable por el Estado Español.<br />

Los 211 grabados están distribuidos en cuatro series. Los Caprichos y la<br />

Tauromaquia se estamparon, bajo supervisión del propio Gaya, en 1799 y<br />

1816, respectivamente. Los Desastres (1863) y los Disparates (1864) se<br />

editaron después de la muerte de su creador. Estas primeras ediciones, pós­<br />

tumas o no, ahora adquiridas, fueron realizadas por la Real Academia de<br />

Bellas Artes de San Ferando, a la cual perteneció Gaya de forma destaca­<br />

da, como otros grandes artistas españoles de su tiempo.<br />

La Caja de Ahorros de la Inmaculada se constituye, así, en conservadora<br />

de estos valiosísimos originales para generaciones futuras y desea divul­<br />

garla de forma permanente, como el mejor homenaje de Aragón para el más<br />

afamado de sus hijos universales. Para multiplicar, en lo posible, el disfru­<br />

te general de tan excepcionales creaciones, la Caja ha encargado una cui­<br />

dadosa edición en ejemplar facsímil que recoge hasta en el menor detalle la<br />

inimitable riqueza de los grabados originales. Ha desarrollado el encargo la<br />

Editorial Casariego, sobre fotografías de Oronoz y fotomecánica de Lucam,<br />

sobre papel especial Tintoretto de Fedrigoni. La tirada se ha limitado a dos<br />

ejemplares completos de cada álbum, con hojas numeradas y con sello en<br />

seco. De tal forma, los aragoneses dispondrán tanto de la edición original<br />

como de su perfecta reproducción, muy interesante a los efectos de la nece­<br />

saria divulgación del talento goyesco.<br />

El Catálogo de estas series, ideado para su uso por el público en general,<br />

contiene la reproducción individual de las estampas, así como la presenta­<br />

ción de cada grupo de grabados, los datos de erudición exigibles para una


8<br />

correcta comprensión de la obra, un comentario redactado para la ocasión<br />

y una sinopsis didáctica sobre el tiempo de Gaya, su vida y su obra, todo<br />

ello confeccionado por Guillermo Fatás y Ricardo Centellas. Juan Carrete,<br />

Subdelegado de la Calcografía Nacional de la Real Academia de Bellas<br />

Artes de San Fernando, propietaria de las planchas y editora inicial de los<br />

grabados, ha compuesto expresamente para esta obra un texto en el que se<br />

avalora la extraordinaria trascendencia, en el tiempo, en el espacio y en las<br />

mentes, de la obra grabada de Francisco de Gaya.<br />

La Caja de Ahorros de la Inmaculada de Aragón expresa su honda grati­<br />

tud a las personas y entidades que han colaborado en hacer realidad su pro­<br />

pósito y se honra en ofecerlo al público como una nueva muestra de su más<br />

verdadera vocación: contribuir al constante desarrollo, cultural y material,<br />

de Aragón, nuestra tierra.<br />

ManuelSolá Sánchez de Rojas<br />

Presidente del Consejo de Administración<br />

Caja de Ahorros de la Inmaculada de Aragón


I<br />

!


Francisco de Gaya y el arte del grabado<br />

Juan Carete Paranda<br />

Calcografía Nacional, Madrid<br />

En pocas ocasiones se ha dado que las obras de arte gráfico de un artista -dibujos y<br />

estampas calcográficas y litográficas- tengan tanta importancia para su cabal comprensión<br />

como en el caso de Francisco de Gaya. Pues sus estampas son además de uno de los pro­<br />

ductos más puros del pensamiento de Gaya en cuanto a lo que entendía por ser artista, es<br />

decir, en expresarse con total libertad y dar rienda suelta a su lenguaje de invención, un alar­<br />

de en cuanto al dominio de la técnica del grabado y a las innovaciones que aportó.<br />

Gaya sabía el potencial que encerraba el grabado como técnica artística, método de ense­<br />

ñanza y medio de difusión de su obra. Sus inicios en el arte del grabado son expresión del<br />

entorno que le rodea, cercano a los modelos italianos y la influencia de Tiépolo. Es lógico<br />

pensar que este pri mer contacto con la técnica fue lo suficientemente reconfortante como<br />

para hacer que el pintor se adentrara en sus secretos y posibilidades, no sólo como medio de<br />

reproducción de pinturas propias o ajenas, sino como manera autónoma y actividad parale­<br />

la a su práctica pictórica.<br />

En el grabado de invención, Gaya podía expresarse libremente al igual que ocurriera con<br />

aquellas pinturas que nacían sin ser obra de encargo, en las cuales, según el mismo pintor<br />

comenta, podía «hacer observaciones a que regularmente no dan lugar las obras encargadas,<br />

y en que el capricho y la invención no tienen ensanches». Por esta razón, no es de extrañar<br />

que siempre estuviera ávido por incorporar todas aquellas innovaciones que pudieran abrir<br />

nuevas posibilidades a su mundo de creación.<br />

La evolución de la técnica de grabado en Goya es constante y permanente. La simple y<br />

rígida linealidad de la aguja que se aprecia en sus primeras obras -EL ciego de la guitarra,<br />

San Francisco de Paula, San Isidr, La huida a Egipto, El agarrtado- se rompe y multi­<br />

plica casi desde sus comienzos como grabador hasta alcanzar la perfecta combinación de<br />

todas las técnicas y útiles: aguafuerte, aguatinta, aguada, punta seca, escoplo, bruñidor, ras­<br />

cador ... se van incorporando a la práctica artística con el objetivo primordial de obtener ver­<br />

daderas calidades pictóricas en una combinación de luces y sombras que crean un lenguaje<br />

dramático singular y difícilmente imitable.<br />

En su afán por obtener nuevas calidades, ensaya las posibilidades de la ruleta y el agua­<br />

tinta hasta el extremo de echar a perder el cobre que mayor dificultad debió suponerle en la<br />

reproducción de las pinturas de Velázquez: Las meninas. Esta primera forma de trabajar el<br />

aguatinta como complemento a una composición enteramente grabada al aguafuerte, bus­<br />

cando una manera de entonar la composición, fue pronto sustituida por la construcción de<br />

un lenguaje de líneas y masas opacas que discurrían en una rica gama de tonalidades obte­<br />

nida con resinas de distintos grosores y diferente tiempo en la acción del ácido, combinado<br />

con el trabajo del bruñidor para suavizar transiciones y dulcificar las texturas. El resultado<br />

es una armonía dramática de contrastes entre zonas luminosas y oscuras que dirigen al<br />

espectador en su lectura de la composición. Sin duda, la consolidación de esta forma de gra­<br />

bar se da en los Caprichos y se lleva a sus últimas consecuencias y perfección en los II


Sala C Luzán<br />

CAJA DE AHORROS DE LA INMACULADA<br />

PASEO DE LA INDEPENDENCIA, 10· 50004 ZARAGOZA<br />

23 de julio al 19 de septiembre de 1996


Como la mayor parte de los objetos que en esta obra se representan son ideales, no será<br />

temeridad creer que sus delectos hallarán, tal vez, mucha disculpa entre los inteligentes:<br />

considerando que el autol; ni ha seguido los ejemplos de otr ni ha podido copiar tampoco<br />

de la naturalez. Y si el imitarla es tan difil, como admirable cuando se logra; no dejará<br />

de mercer alguna estimación al que apartándose enteramente de ella, ha tenido que expo­<br />

ner a los (os formas y actitudes que sólo han existido hasta ahora en la mente humana,<br />

obscurecida y confusa por laflta de ilustración o acalorada con el desenfi-eno de las pasiones.<br />

Sería suponer demasiada ignorancia en las bellas artes el advertir al público que en nin­<br />

guna de las composiciones que forman esta colección se ha propuesto el autOl; para ridi­<br />

culizar los defectos particulares, a uno u otr individuo: que sería en verdad, estrechar<br />

demasiado los límites al talento y equivocar los medios de que se valen las artes de imita­<br />

ción para producir obras pelji!Ctas.<br />

La pintura (C0I0 la poesía) escoge en lo universal lo que juzga más a propósito para<br />

susllnes: rúne euun solo persouajefantástico, circunstancias y caracteres que la na/uraleza<br />

prsenta rartidos en muchos, y de esta combinación, ingeniosamente dispuesta,<br />

resulta aquella feliz ilitación, por la cual adquiere un buen artíice el título de inventor y<br />

uo de copianle servil.<br />

Se vende en la calle del DesengaFo, nO] tienda de pe rfumes y licores, pagando por cada<br />

coleccióude a 80 estampas 320 ,s vn"<br />

La tirada de la primera edición fue de unos 300 ejemplares y la venta bastante reducida.<br />

El 19 de febrero de 1799 se daba en el Diario de Madrid el último anuncio. La situación<br />

política motivó que se retiraran de la venta y en 1803 Goya decidió, probablemente para evi­<br />

tar mayores problemas con la Inquisición, ceder las ochenta láminas de cobre a la Real<br />

Calcografía -institución en la que en la actualidad se conservan- junto a 240 ejemplares a<br />

cambio de una pensión para su hijo.<br />

Numerosos eruditos e investigadores se han preocupado del verdadero significado de<br />

estas sátirs y, para ello, se han servido de los diversos comentarios manuscritos que han<br />

llegado hasta nosotros. Su existencia podría también tener su explicación en las sátiras o<br />

caricaturas inglesas. La función principal de éstas era entretener; compradas o alquiladas,<br />

vistas en locales públicos o en la privacidad del hogar, se facilitaba o se compartía su visión<br />

con invitados y huéspedes como entretenimiento y tema de conversación. Desde esta pers­<br />

pectiva se explica que los duques de Osuna adquirieran cuatro colecciones de Caprichos en<br />

1799 que servirían de divertimento y comentario a los invitados en su casa de campo, en El<br />

Capricho, donde los anfitriones podían emular a la aristocracia inglesa. Es posible entonces<br />

que también se incorporara la tradición de escribir interpretaciones de este tipo de estampas<br />

y que en la actualidad conocemos como comentarios.<br />

De entre todos ellos, el más conocido es el que se guarda en el Museo del Prado y se le<br />

da gran credibilidad pues perteneció al gran erudito y heredero de la colección de estampas<br />

de Ceán Bermúdez, el aragonés Valentín Carderera. A él se debe el comentario manuscrito<br />

que se lee en la cubierta: Explicación de los Caprichos de Gaya escrita de propia !nano. No<br />

obstante es el de tOllO más cauto y menos preciso, en el que se huye de cualquier concreción<br />

y cualquier compromiso en asuntos religiosos o políticos. Puesto que la mayoría de los<br />

temas tratados tanto sobre las creencias supersticiosas, médicos ignorantes, nobles inútiles,<br />

literatos pretenciosos, brujería, como sobre el cortejo, frailes licenciosos, la represión inqui­<br />

sitorial, matrimonios por interés, las asnerías, la mala educación de los niños, el mundo al<br />

revés, etc., con toda la crítica que ello comportaba, eran, sin duda, asuntos un tanto com­<br />

prometidos, en los que se mezclaban lo ilustrado y lo popular.<br />

A partir de la muerte de Goya la postura adoptada en España ante sus estampas será la<br />

de silenciarlas -la segunda edición no apareció hasta 1855­ cuando no de infravalorarlas. En


Europa, al contrario que en España, y sobre todo en Francia, bajo los aires del<br />

Romanticismo, las estampas de Gaya adquirieron una gran valoración.<br />

Desastres de la guerra<br />

En 1808, Gaya, a los sesenta años de edad, va a ser víctima y testigo de una de la más<br />

significativas crisis bélicas de la historia de España: la Guerra de la Independencia (1808 -<br />

1814).<br />

La guerra fue un motivo suficientemente violento y poderoso como para que Gaya vol­<br />

viera a retomar esa frenética actividad de grabar que apenas un reducido número de amigos<br />

compartían. De nuevo, como ocurriera años atrás, pensamientos, reflexiones y amarguras<br />

encuentran en el dibujo y el grabado el medio natural para expresarse.<br />

En pocas ocasiones se ha llegado a plasmar con tan escalofriante dramatismo, coro en<br />

los Desastres de la guerra, los horrores de la guerra, sus nefastas consecuencias y, lo que<br />

aún es peor, la muerte de la esperanza ien época de pazl Habría que esperar a los actuales<br />

documentos cinematográficos para conseguir efectos parecidos a los logrados por esta serie<br />

goyesca.<br />

El pintor vivía en Madrid cuando tuvo lugar el levantamiento de la población el 2 de<br />

mayo de 1808, y poco después, en la primera semana de octubre de ese mismo año, se tras­<br />

ladó a Zaragoza, ciudad que había sufrido un largo y destructivo asedio por parte de los ejér­<br />

citos franceses, llamado por el general Palafox para que inmortalizara con su pintura las glo­<br />

rias de aquellos naturales, según comentaba el propio Gaya.<br />

Es muy probable que los Desastres de la guerra tengan su origen en los sucesos de<br />

Zaragoza, pues el pintor se vió inmerso en el mismo escenario de la contienda y en contac­<br />

to directo con la realidad de una ciudad debastada. Se sabe que allí, pintó algunos bocetos<br />

al óleo e hizo varios dibujos. Aunque el primer sitio de Zaragoza pudo inspirar casi una<br />

veintena de las estampas que forman la colección, la rapidez de los acontecimientos, su viaje<br />

por unas tierras que padecían todo el sufrimiento de la guerra, la generalización a toda<br />

España de la sangrienta contienda donde se habían implicado militares y paisanos, la inse­<br />

guridad y el hambre, fueron circunstancias lo suficientemente poderosas para que esa idea<br />

inicial se transformara sustancialmente.<br />

Gaya comenzó a grabar la serie por lo menos en 1810 -en ese año el autor fecha algunas<br />

láminas de cobre-, aunque al no haber sido publicada en el momento de su ejecución resul­<br />

ta difícil aventurar cuando la dio el pintor por finalizada, si es que se trata en realidad de una<br />

obra terminada. Viviendo todos los artistas de esa época una misma realidad, Gaya constru­<br />

yó una reflexión sobre aquella guerra y podemos llegar a creer que, incluso esta serie, fue<br />

fruto de una necesidad por parte del pintor, necesidad de trasladar en imágenes su visión del<br />

hombre sin tiempo ni lugar, sin héroes ni hazañas. En este sentido, es muy probable que el<br />

mismo pintor fuera consciente de la dificultad de venta, pues la estampa de fácil consumo<br />

era la que mostraba las batallas, las caricaturas, el retrato de los héroes, etc., en las que no<br />

hay asomo alguno de meditación sobre los sucesos, sobre la destrucción que significa la gue­<br />

rra. Además, hay que suponer que Gaya desarrolló este trabajo de manera silenciosa, inclu­<br />

so secreta, porque el momento en el que estaba trabajando en ella, era peligroso y tenía con­<br />

ciencia de ello, no en vano cuando deja Zaragoza para trasladarse de nuevo a la Corte escon­<br />

de sus bocetos pictóricos, bajo una capa de barniz que luego no pudo levantar.<br />

Desde el punto de vista de la técnica, y visto ya el dominio que Gaya tenía de la combi­<br />

nación del aguatinta y el aguafuerte, los Desastres de la guerra presentan una gran innova­<br />

14 ción: la aguada. Se trata de la aplicación directa del aguafuerte sobre la plancha con un pi n­<br />

"


cel sin que medie protección alguna en ésta. Es una técnica que proporciona suaves tonos<br />

rompiendo la brillantez de los blancos pero sin trama alguna como sería el caso de la resi­<br />

na. De gran efecto si se aplica en zonas pequeñas, resulta difícil controlar los resultados en<br />

superficies amplias quedando una mayor intensidad en los bordes de la mancha donde ha<br />

actuado el pincel, del mismo modo que ocurre en la acuarela.<br />

La característica fundamental de Gaya como grabador es su capacidad para dar nuevas<br />

soluciones técnicas ante nuevos problemas y situaciones compositivas. En esta ocasión hay<br />

que suponer que la necesidad de soluciones ante las dificultades se extremaron debido a la<br />

carencia de materiales que existía en el momento en que el pintor estaba trabajando. Desde<br />

esta perspectiva podía plantearse la aguada como la solución dada por Gaya ante la caren­<br />

cia de aguatinta, y la mala calidad de los materiales, barnices y resinas, que se evidencian<br />

en las falsas mordidas del ácido. Gaya emplea en esta serie el mismo lenguaje visual que<br />

empleara en los Caprichos, la atención del espectador se centra con el reclamo que ejercen<br />

los blancos y que introducen al espectador en el contenido de la estampa.<br />

Gaya traslucirá una profunda amargura al enumerar los horrores y atrocidades de la gue­<br />

rra, no conmueve, hace reflexionar. Los Desastres de la guerra, como tantas veces se ha<br />

dicho, no son una proclama, en estas estampas se exalta a la razón y al valor, en la misma<br />

medida que se critica el fanatismo, la crueldad, la injusticia y los vicios que trajeron como<br />

consecuencia el terror, el hambre y la muerte.<br />

Por último, en los Desastres de la guerra se denota un apego a la realidad cotidiana que<br />

puede explicar la continuidad cronológica que se aprecia en la totalidad de la obra: el levan­<br />

tamiento y la lucha popular, los efectos devastadores de la contienda, el hambre en Madrid,<br />

las consecuencias de los siniestros primeros años de reinado de Fernando VII y la esperan­<br />

za de cambio.<br />

La serie de los Desastres de la guerra estaba terminada hacia 1815 pero no parece que<br />

Gaya tratara de hacer edición alguna en aquellos años, muy probablemente debido a las cir­<br />

cunstancias políticas de España. Sólo se conoce un ejemplar completo tirado en la época. Se<br />

trata del que Goya regaló a su amigo Ceán Bermúdez y cuya hija, Beatriz Ceán de Arana,<br />

dió a Valentín Carderera y que en la actualidad se encuentra en el British Museum<br />

(Londres). En la primera página de este volumen y con caligrafía de un profesional se lee:<br />

Fatales consequencias de la sangrienta guerra en España con Buonaparte. Y otros capri­<br />

chos enfáticos, en 80 estampas. Inventadas, dibuxadas y grabadas, por el pintor original D.<br />

Francisco de Gaya y Lucientes, En Madrid. Cincuenta y tres años después de que Gaya<br />

fechara los primeros cobres la Academia de San Fernando decidía publicar, tras haber adqui­<br />

rido toda la colección de láminas de cobre en octubre de 1862, la primera edición bajo el<br />

título Los desastres de la guerra. Esta denominación de la serie inicia el proceso de progre­<br />

siva universalización de la visión goyesca de la guerra, quedando en un segundo plano esa<br />

directa vinculación con la realidad que provocó la totalidad de las imágenes. Ayudó a este<br />

proceso, las escenas reflejadas en las estampas. En muchas ocasiones es imposible precisar<br />

en favor de quien va la lucha e incluso, a veces, no se puede afirmar quienes son sus prota­<br />

gonistas. La atemporalidad contribuye a ello, no se reconocen héroes ni generales, etc. Son<br />

imágenes recogidas de las experiencias vividas; la crueldad, la violencia y la muerte son los<br />

protagonistas de una guerra que el artista ve no ya como una contienda entre buenos y<br />

malos, sino mala en sí misma y en la que únicamente deja traslucir miseria e insolidaridad;<br />

y, al llegar la paz, de nuevo los egoísmos y la irracionalidad, que incluso hicieron que Gaya<br />

no se atreviera a publicar estas estampas, que lo fueron por primera vez en 1863.<br />

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6<br />

Tauromaquia<br />

La tercera de las grandes series grabadas por Gaya se distingue de las anteriores princi­<br />

palmente por su temática: la corrida de toros. Es difícil dar las razones precisas por las que<br />

el pintor acometió este tipo de obra, pero es fácil argumentar que lo fuera por motivos eco­<br />

nómicos: en aquella época, Gaya pasa un mal momento y estas estampas son el único tema,<br />

junto con el religioso, para el que hay demanda. Algunas de las láminas de cobre están fir­<br />

madas y fechadas en 1815:de modo que en esos momentos compaginaba el grabado de los<br />

Desaslres con un tema que a primera vista pueda parecer de recreo, por lo que ha llevado a<br />

muchos estudiosos .a concebirlos como un paréntesis y un refugio donde, el ya anciano pin­<br />

tor, podía rememorar y evocar tiempos de su juventud, pero una mirada atenta nos conduce<br />

al igual que en los Desastres al tema de la violencia, la crueldad y la muerte.<br />

Sea como fuere, la realidad es que cuando Gaya graba y pretende vender la colección<br />

apenas si existía actividad en el mercado de estampas madrileño, máxime cuando desde el<br />

5 de mayo de 1814 se había vuelto a la censura previa de estampas y restablecido el Tribunal<br />

de la Inquisición. Desde esta perspectiva, el tema de los toros era el más adecuado para crear<br />

una colección de estampas que pldiera reportar algun ingreso puesto que la fiesta de los<br />

toros vivió un resurgir durante el reinado de Fernando VII.<br />

Para esta colección, Gaya empleó un período de tiempo no superior a dos años y medio.<br />

La mayor parte de los dibujos preparatorios se conservan en la actualidad en el Museo del<br />

Prado y están, como muchos de las anteriores colecciones, dibujados con sanguina roja. Las<br />

planchas de cobre, de procedencia inglesa, eran de buena calidad y tamafo uniforme. Todas<br />

las composiciones tienen un estilo muy similar y, excepto una, se presentan con una gruesa<br />

línea de enmarque; la técnica de grabado, sin ser tan innovadora como en las colecciones<br />

anteriores, demuestra la armonía, destreza y capacidad pictórica que puede existir en la com­<br />

binación de todas ellas.<br />

Singulariza .a esta serie, el carácter dramático que Gaya dio a las composiciones. En la<br />

mayoría de las estampas presenta el momento brutal del encuentro entre el hombre y la fiera,<br />

aquél tratando de dominar al animal que embiste con bravura. Al comparar los grabados con<br />

los dibujos se ve como progresivamente reduce a lo esencial el tema. En la mayoría de las<br />

ocasiones la plaza está insinuada por la barrera en la que a veces se ve apoyarse directamente<br />

al público. Pero la cabeza que idea e inventa la Taurmaquia es la misma que ha meditado<br />

sobre la guerra y está trabajando en los Desastres y que seguidamente va a empezar los<br />

Dispara/es, por ello es lógico que existan coincidencias entre estas tres colecciones de<br />

estampas de Gaya: los moros de esta serie se parecen a los mamelucos y los muertos del<br />

Desjarrete de la canalla recuerdan a esos muertos que pueblan los Desastres; por otro lado<br />

la masa de espectadores que en algunas ocasiones se esboza detrás de la barrera parecen<br />

figuras precursoras de los Disparates. Pero en todas las estampas se puede apreciar bajo el<br />

dinamismo y la violencia de la escena -esa violencia que en ocasiones desfigura los rostros<br />

o contorsiona los cuerpos-, la nobleza, valentía e, incluso, heroicidad de los protagonistas:<br />

el hombre y el toro que con libertad y elegancia se mueven, se acometen y se defienden en<br />

una lucha a muerte digna, ya que lidiar un toro es un arte.<br />

Se cree que Gaya comenzó a grabar las láminas por aquellas escenas que le eran vir­<br />

tualmente más contemporáneas. A este momento corresponden además de las tres que están<br />

fechadas aquellas que fueron desechadas por el grabador aunque éste aprovechó la plancha<br />

de cobre por la otra cara. Estos siete grabados son los que actualmente son designados con<br />

letras, no llevan título conocido y no fueron incorporados a la primera edición. Las estam­


pas que presentaban el aspecto histórico de la lidia las grabó con posterioridad seleccionan­<br />

do aquellas figuras que estaban vinculadas con una determinada suerte.<br />

Fue Van Loga quien por primera vez señaló que los títulos dados a las estampas de la<br />

Tauromaquia estaban en relación con algunos pasajes de la Carla hislórica sobre el origen<br />

y progresos de las jleslas de loros en Espaiia, publicada en Madrid en 1777 por Nicolás<br />

Fernández de Moratín. Se ha sugerido que Goya pretendía ilustrar este trabajo, mientras que<br />

para otros no es muy plausible esta idea ya que en algunas de las composiciones se aleja de<br />

este texto y parece estar más en relación con el de la Taurmaquia o arte de lorear a caba­<br />

llo y a pie de Pepe Hillo, obra que, publicada originariamente en Cádiz, tuvo una segunda<br />

edición en Madrid en 1804.<br />

El 3 J de diciembre de /816 en la Gaceta de Madrid se daba el siguienle anuncio:<br />

«Colección de eSlampas inventadas y grabadas al aguafuerte por D. Francisco Gaya, pin­<br />

lar de cámara de S.M., en que se representan diversas suertes de tors, y lances ocurridos<br />

con motivo de esas funciones es nuestras plazas, dándose en la serie de las estamas una<br />

idea de los principios, prgresos y estado actual de dichasjlestas en Espaía, que sin expli­<br />

cación se manifiesta por la sola visla de ellas. Véndese en el almacén de estampas, Calle<br />

MayO!; frente a la casa del cnde de Oiale, a JO ,. vl. cada una suellas, ya 300 id. cada<br />

juego complelo, que se compone de 33».<br />

No parece que la serie tuviera mucho éxito de venta. En este sentido se debe tener pre­<br />

sente que Gaya no hizo estampas de técnica sencilla y lineal destinadas a ser iluminadas y,<br />

además, tampoco desarrolló una narración gráfica, incluso didáctica, de la manera de trans­<br />

currir la fiesta. Es decir, no grabó la estampa de costumbres a la que fácilmente se adaptaba<br />

el tema taurino y cuyo mejor ejemplo sería las Principales suertes de una corrida de tors<br />

de Antonio Caricero que tenía un públ ico seguro. Es más, ni siquiera lleva el título graba­<br />

do al pie de cada escena. Parece que Gaya consideró innecesario grabar las inscripciones<br />

aunque el mismo, como ocurriera en las colecciones anteriores, tenía un ejemplar donde<br />

aparecían los títulos manuscritos.<br />

Disparates<br />

El elevado número de obras grabadas por Gaya en estos años ponen de manifiesto la ade­<br />

cuación de este arte a las necesidades del pintor. La habilidad lograda por Gaya en la com­<br />

binación del aguafuerte y el aguatinta le permitían expresarse con plena libertad debido al<br />

control y dominio de los útiles y la acción del ácido. Los Disparates fue la última gran colec­<br />

ción grabada por Gaya, que quedó probablemente sin terminar. Aunque ninguna de las lámi­<br />

nas de cobre va fechada, al menos se sabe que Gaya comenzó a grabar la serie poco antes<br />

de poner a la venta la Tauromaquia en 1816 ya que en el ejemplar de dicha colección que<br />

dió a Ceán, iba una prueba de estado sólo con el aguafuerte del Disparate 13, Modo de volar.<br />

No se conoce edición de la época y es difícil explicar por qué Gaya, encontrándose en cir­<br />

cunstancias económicamente estrechas, decidió emplear estos cobres de excelente calidad y<br />

de la misma partida que los utilizados para la Tauromaquia para esta serie. Cabe pensar que<br />

su idea fuera publicarlas y que lo impidió su traslado a Francia para alejarse de la España<br />

fernandina de la Dec'ad ominosa.<br />

La técnica de grabado empleada vuelve a ser, por lo general, la combinación de agua­<br />

fuerte y aguatinta, esta última en ocasiones matizada por el bruñidor. Pero parece como si el<br />

aguafuerte viniera a definir las figuras esbozadas en los dibujos y a ajustar la composición<br />

al marco. Los retoques suele hacerlos en esta colección con punta seca -a veces son tan lige­<br />

ros los trazos de la punta que pueden confundirse con arañazos-, en muy raras ocasiones<br />

emplea el escoplo y sólo una vez ha utilizado la aguada. Y es que los Disparales es la obra


18<br />

más cuidada y delicadamente trabajada por Gaya, parece el pintor dominar la técnica y sus<br />

propias pasiones, no hay improvisación ni rectificaciones.<br />

De todas las estampas creadas por el pintor, éstas, pertenecientes a su vejez, son las más<br />

herméticas y difíciles de interpretar. A la dificultad de lectura que presentan por sí solas ha<br />

venido a sumarse que en esta ocasión Ceán no conservara un ejemplar -se desconoce, por<br />

tanto, el orden que Gaya pudo dar a las estampas- y, además, sólo han quedado trece prue­<br />

bas de estado con el título manuscrito. Dichos títulos tienen algo en común, todos ellos<br />

comienzan con el término disparate, de ahí el título que en la actualidad tiene la colección.<br />

No obstante, la Academia de Bellas Artes de San Fernando, en la primera edición de<br />

1864, la publicó bajo el título de Los Prverbios, intitulación que surgió por suponer que las<br />

escenas representadas se acomodan siempre a algún proverbio. Con viene tener presente el<br />

nombre dado por el que fuera propietario de las láminas con anterioridad a la Academia de<br />

San Fernando, Jaime Machen; quien los denominaba Caprichos fantásticos, y es imposible<br />

explicar por qué no tuvo éxito este título entre los miembros de la Academia. El resultado<br />

es la dificultad que encuentra el espectador para descifrar el significado de las estampas que<br />

han sido motivo de muchas interpretaciones y que algunos estudiosos han considerado que<br />

están en relación con el carnaval.<br />

Aunque se conocen veintidós estampas pertenecientes a esta serie no todas las láminas<br />

de cobre corrieron la misma suerte: dieciocho de ellas fueron ofrecidas en 1856 por Jaime<br />

Machen Casalins al Estado en un mismo lote junto a los Desastres de la guerra. El 14 de<br />

agosto de ese mismo año la Sección de Pintura de la Academia de San Fernando emitió un<br />

informe favorable para su adquisición con destino a la Calcografía por ser «una excelente<br />

escuela para los grabadores al aguafuerte», por encontrarse «en excelente estado de con­<br />

servación» de manera que podían «arrojar considerable número de ejemplares sin cansar­<br />

se» y además la institución creía que eran «muy interesantes por el método de ejecución, por<br />

ser muy poco conocidas y algunas de sus láminas completamente inéditas; y por poderse<br />

considerar como una excelente escuela de improvisación y de grabado al aguafuerte aten­<br />

dida la fuga y energía de las actitudes, la espontaneidad de los conceptos, la novedad del<br />

clar oscur y la delicadeza de los detalles». Finalmente, al igual que los Desastres la<br />

Academia los adquirió en octubre de 1862 coincidiendo con el momento de recuperación de<br />

la técnica del aguafuerte. La primera edición, que se llevo a cabo en 1864, fue de 300 ejem­<br />

plares y es similar, en cuanto a la estampación, a la primera de los Desastres.<br />

Las cuatro láminas restantes que grabó Gaya y que pertenecen a esta serie -Disparate<br />

conocido, Disparate puntual, Disparate de bestia, Disparate de toritos- pasaron a Francia.<br />

Francois Liénard hizo la primera edición para la revista L'Art en 1877.


1 •<br />

I<br />

I<br />

,\<br />

C apricho<br />

era, en el Diccionario de 1729, un «dictamen formado<br />

de idea [de intento] y por lo general fuera de las reglas or­<br />

dinarias y comunes. Parece voz compuesta de Caput y Hecho, como si se<br />

dijera hecho de propria cabeza [de creación propia]; pero sin duda es toma­<br />

da del italiano Capricio. En la pintura vale lo mismo que concepto». Gaya,<br />

según ello, fue un hombre de capricho, esto es, el que «tiene agudeza para<br />

formar ideas singulares, y con novedad, que tengan feliz éxito». El<br />

Diccionario señala hoy que capricho es una «determinación que se toma<br />

arbitrariamente, inspirada por un antojo, por humor o por deleite en lo<br />

extravagante y original»; y, también, «obra de arte en que el ingenio o la<br />

fantasía rompen la observancia de las reglas».<br />

La Colección de estampas de asuntos caprichosos, inventadas y graba­<br />

das al aguafuerte por don Francisco de Goya consta de 80 estampas, anun­<br />

ciadas en la Gaceta de Madrid el 6 de febrero de 1799 y puestas a la venta<br />

en la calle del Desengaño, númer 1, tienda de perfumes y licores, pagan­<br />

do por cada colección de 80 estampas 320 reales de vellón. La intención de<br />

Gaya era explícita y nadie mejor que él (probablemente con ayuda de L.<br />

Fernández de Moratín) la ha explicado: Persuadido el autor de que la cen­<br />

sura de los errres y vicios humanos (aunque parece peculiar de la elo­<br />

qüencia y la poesía) puede también ser objeto de la pintura: ha escogido<br />

como asuntos para su obra, entre la multitud de extravagancias y desacier­<br />

tos que son comunes en toda sociedad civil, y entre las preocupaciones y<br />

embustes vulgares, autorizados por la costumbre, la ignorancia, o el inte­<br />

rés, aquellos que ha ere ido más aptos para suministrar materia para el<br />

ridículo, y exercitar al mismo tiempo la fantasía del artíice.<br />

y sigue: El autor, m ha seguido los ejemplos de otros, ni ha podido<br />

copiar tampoco de la naturaleza. y si el imitarla es tan difícil, como admi­<br />

rable cuando se logra, no dejará de merecer alguna estimación el que<br />

apartándose enteramente de ella, ha tenido que exponer a los ojos normas<br />

y actitudes que sólo han existido hasta ahora en la mente humana, obscu­<br />

recida y confusa por la falta de ilustración o acalorada por el desenfreno<br />

de las pasiones.<br />

Concluye así: (. .. ) En ninguna de las composiciones que forman esta<br />

colección se ha propuesto el autor, para ridiculizar los defectos particula­<br />

res, a uno u otr individuo (. .. ) La pintura, como la poesía, escoge en lo<br />

universal lo que juzga más a propósito para sus fines: reúne en un solo per­<br />

sonage fantástico circunstancias y caracteres que la naturaleza presenta<br />

repartidos en muchos, y de esta convinación, ingeniosamente dispuesta,


24<br />

resulta aquélla feliz imitación por la cual adquiere un buen artíice el tíu­<br />

lo de inventor y no de copiante servil.<br />

Gaya empezó sus apuntes en dos álbumes dibujados en casa de los<br />

Duques de Alba en Sanlúcar de Barrameda (Huelva) y en el llamado<br />

«Álbum de Madrid», todos a tinta china y aguada, y los siguió en 113 dibu­<br />

jos más. La fuerte crítica satírica de las estampas irritó a la Inquisición y<br />

Gaya ofreció al Rey las 80 láminas y las colecciones invendidas. El monar­<br />

ca aceptó la oferta (1803) y, a cambio, incluyó al hijo del pintor, Javier, en<br />

la nómina de la Real Casa.<br />

La ignorancia y las pasiones, dice Gaya, son el objeto de su crítica.<br />

Comentarios manuscritos de época guardan el Museo del Prado, la<br />

Biblioteca Nacional y la Colección Ayala; aclaran el mensaje de cada<br />

estampa y este catálogo reproduce los del Prado y la Biblioteca Nacional.<br />

Los Caprichos tuvieron gran difusión fuera de España. Fueron el primer<br />

símbolo de «lo goyesco» y de un nuevo modo de afrontar la realidad, pre­<br />

sentándola próxima y expresiva, con un lenguaje fresco y atrevido, del que<br />

se harán eco los artistas del siglo XIX. Supusieron el final del frío y artifi­<br />

cioso grabado neoclásico.


( !!<br />

1 Fran. co Goya y Lucientes, Pintor<br />

aguatinta,<br />

Aguafuerte, punta seca y buril. 220 x 153 mm<br />

Verdadero retrato suyo, de mal humor y gesto satírico,<br />

ya, r<br />

g reparalorio<br />

90 en un p úer ¿bu/o no hab/a acenluado lanlo su mirada<br />

enTrecerrada ! d re¡fón, cJ !1eslo !aZnenle ele!1idl mueslra con aire más<br />

escéplico o crilico, 'en/a enlonces cuarenla ylres años, 25


c/é /f¿7/ 11¿7?ér/'l'?1 Y' 0 ??2¿Zl2¿? ¿z&zffan<br />

/ //// / "/ .) /l r"? C7 f7? /'(/ 41"¿;{" .<br />

2 El si pronuncian y la mano alargan Al primero que llega<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 215 x 150 mm<br />

Facilidad con que muchas mujeres se prestan a celebrar matrimonio esperando vivir en<br />

éL con más libertad.<br />

B os malrimonios se hacen re'Jularmenle a ciegas: las novias acheslradas por<br />

sus padres, se enmascaran'y alavlan hndamen7e para en'Jañar alprimero 'lue<br />

IIe'Ja. esla es una princesa con máscara, 'lue lue'Jo ha de ser una perra con sus<br />

vasallos, como lo Inchca el reverso de su cara in21lando un peInado: el pueblo<br />

necio aplaude eslos enlacesijf, delrás wene orando un embllslero en Ira'Je sacerdolal<br />

por la /ehCidad de la 'Xaclon (:73odas de las Camaáslas).<br />

Crítica acerba de las bodas por interés o razón política, en que Goya censura lo que no<br />

sea verdadero amor de la pareja y denuncia la doblez de la novia, hermosa enmascara-<br />

26 da, pero contenta con su sino. El tiempo dirá cómo es.<br />

é


3 Qué viene el Coco<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 219 x 154 mm<br />

Abuso funesto de la primera educación. Hay que hacer que un niño tenga más miedo al<br />

coco que a su padre y obligarle a temer lo que no existe.<br />

Bas madres lonlas ¡;acen medrosos a los ¡;i¡os fijurando el Coco,·.y airas peores<br />

se valen de esle arlij';,cio para eslar con sus amanles a solas cuando no pueden<br />

aparlar de si á sus ¡;i¡os.<br />

Insensatez de las madres que aterrorizan a sus hijos con horrores imaginarios, a veces<br />

para lograr desentenderse de las criaturas o alejarlas cuando no les conviene que sean<br />

testigos de una bribonada. 27


4 El de la rollona<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 209 x ¡57 mm<br />

La negligencia, la tolerancia y el mimo, hacen a los niños antojadizos, obstinados, soberbios,<br />

golosos, peritosos, e insufribles, llegan a grandes y son niños todavía. Tal el de<br />

la rollona.<br />

Bos hi/os de los grandes se crian sieny;re niño/es, chupándose el dedo, a/iborrándose<br />

de comida, arras/rados por Jos lacayos, llenos de dixes supers/iciosos,<br />

aun cuando !la son barbados.<br />

Mofa de la artificiosa prolongación de la infancia que sufren los hijos de casa rica, caprichudos<br />

e inútiles a base de vivir como bebés. "El de la Rollona, diez años y aún mama-<br />

28 ba" : frase hecha contra la madre que impide la vida adulta del hijo.<br />

00


5 Tal para qual<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca. 200 x 1 S 1 mm<br />

Muchas veces se ha disputado si los hombres son peores que las mujeres o al contrario.<br />

Los vicios de unos y otros vienen de la mala educación: dondequiera que los hombres<br />

sean perversos, las mujeres lo serán también. Tan buena cabeza tiene la señorita que se<br />

representa en esta estampa como el pisaverde que le está dando conversación; y en<br />

cuanto a las dos viejas, tan infame es la una como la otra.<br />

Ea !J?eyna y 9odoy cuando era suardia .'/, los burlaban las lauanderas.<br />

!J?epresenla una eLla 'fue han proporcionado dos alcduelas, y de 'fue se eslán<br />

riendo, haciendo 'fue rezan el rosar io.<br />

Dura estampa contra el atildamiento, femenino y masculino: el pisaverde pasa sus horas<br />

en acicalamientos, como la coqueta, pendiente no de ser, sino de aparentar y apegado a<br />

las modas y no al buen temple. 29


7 Ni asi la distingue<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca. 200 x 150 mm<br />

Como ha de distinguirla? Para conocer lo que ella es no basta el anteojo; se necesita<br />

juicio y práctica de mundo y esto es precisamente lo que le falta al pobre caballero.<br />

eSe áeyan lanlo los hombres fu/uriosos, fue ni con fenle dúlinyuen fue fa<br />

eSeñora fue obsefuian, es una ramera.<br />

Aunque la mire de cerca no conocerá su ser verdadero y se engañará si sólo fía de la<br />

apariencia, así se ayude de anteojos. Más le valiera reparar en cosas que no se llevan en<br />

la cara. Goya firmó la plancha, abajo, a la izquierda. 31<br />

7


8 Que se la llevaron!<br />

Aguafuerte y aguatinta. 218 x 152 mm<br />

La mujer que no se sabe guardar es del primero que la pilla y cuando ya no tiene remedio<br />

se admiran de que se la llevaron.<br />

Q/n 0clesiáslico fue liene un amor /licdo, busca un !jañán fue le ayucla alraplo<br />

efe su fuericla.<br />

Si no velan por el decoro y la fama de la mujer, así ella misma como los suyos, puede<br />

acabar, por la fuerza de las cosas, donde nunca quiso haber estado. O, más sencilla-<br />

32 mente, dos bárbaros que raptan a una joven.


10 El amor y la muerte<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y buril. 219 x 152 mm<br />

Ve aquí un amante de Calderón que, por no saberse reír de su competidor, muere en brazos<br />

de su querida y la pierde por su temeridad. No conviene sacar la espada muy a<br />

menudo.<br />

'lJe los amores /!Jc¡!os n o se suelen seyu/r más fue ru/dos y pendencias.<br />

Los anticuados, que se toman cualquier chanza a la tremenda, como en los dramas de<br />

Calderón, se exponen a morir en una pendencia por asunto de faldas. Así y todo, él<br />

34 amaba locamente y ella queda en la desesperación. Eros y Tánatos.


11 Muchachos al avío<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y buril. 2 19 x 154 mm<br />

Las caras y el traje están diciendo lo que ellos son.<br />

\<br />

Bos con/rabandis/as en acecho dé cuan/os pasan cerca dé un camino, poco se<br />

chferencian dé los laclrones.<br />

"Moralistas" y "Mercaderes silvestres" pensó titular la estampa. Los contrabandistas<br />

proclaman no ser ladrones: pero "muchachos" con avío de navaja, mondadientes, cigarro,<br />

fus il y holganza son lo que parecen y no lo que dicen. 35


t<br />

'.\<br />

12 A caza de dientes<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y buril. 2 19 x 1 S3 mm<br />

Los dientes de ahorcado son eficacísimos para hechizos; sin este ingrediente no se hace<br />

cosa de provecho, ¡Lástima que el vulgo crea tales desatinos' '<br />

:]Jor salirse con la sur¡a,sobre/odo si es/a enamorada, es capaz de ar.rancar los<br />

dien/es a un abarcado.<br />

La supersti ción es dura dueña: hay quien se atreve a arrancar con sus manos los dientes<br />

de un ahorcado, por horror que le cause, para emplearlos en bebedizos o conjuros, según<br />

se sabe desde "La Celestina". Tanto puede la ignorancia.


J 3 Estan calientes<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 219 x 153 mm<br />

Tal prisa tiene de engullir que se las tragan hirviendo. Hasta en el uso de los placeres<br />

son necesarias la templanza y la moderación.<br />

Bos Fa¡les es/úpúlos se a/racan bien en sus rejéclonos, !I se r/en del mundo.<br />

¡,Qué han de hacer después sino es/ar calien/es!<br />

Parece que Goya concibió primero una escena onírica de canibalismo. Quedó en triste<br />

mofa de gentes que no tienen otra idea que la de comer y ni aun capacidad para hablar<br />

de lo que no sea el condumio. 37


15 Bellos consejos<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y buril. 220 x 154 mm<br />

Los consejos son dignos de quien los da. Lo peor es que la señorita va a seguirlos al pie<br />

de la letra. ¡Desdichado del que se acerque!<br />

Bas marh'es suelen ser alcabuelas de sus mismas hl/as fleumldofas a cierlos<br />

paseos'y concurrencias.<br />

En manos de la horrible mujeruca que cree conocer la vida porque nada ignora de sus<br />

picardías y maldades, la linda joven, promesa de una vida en sazón, puede convertirse<br />

en la reedición de aquélla. 39


18 Ysele quema la Casa<br />

Aguafuerte y aguatinta. 219 x 154 mm<br />

Ni acertará a quitarse los calzones, ni dejar de hablar con el candil, hasta que las bom­<br />

bas de la villa le refresquen. ¡Tanto puede el vino'<br />

Bos u/e / os lasciuos se r¡ueman UlUOS, .!I eslán úempre con las bra 9 as en las<br />

manos.<br />

La expresión bobalicona del perezoso, desaliñado e incapaz, acaso ebrio, muestra su<br />

ausencia de la vida verdadera y una inconsciencia tal que no advierte los más graves<br />

42 peligros.


17 Bien tirada está<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y buril. 219 x 1 S3 mm<br />

1 7<br />

¡Oh!, la tía Curra no es tonta. Bien sabe ella lo que conviene que las medias vayan esti­<br />

raditas.<br />

Q;/na proslJlula se eslira la mecha por enseñar su bella pierna, y no ha y cosa<br />

más II"rada por los suelos 'fue ella.<br />

Bien estirada está la media que adorna la linda pierna juvenil. y bien tirada anda ya la<br />

muchacha que la luce, anzuelo para los hombres que compran su belleza. 41


16 Dios la perdone: Y era su madre<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca. 151 x 202 mm<br />

Una hija viciosa que se echa a puta no conoce ni aún a su madre que anda tal vez<br />

pidiendo limosna.<br />

Y:;erdone por '[Has;; era su madre.<br />

Se fue de casa, hizo dinero fácil con su cuerpo y despachó a la mendiga que le pidió un<br />

auxilio con una moneda y la frase de rigor: un simple buen deseo que nada vale. Sin<br />

40 advertir que era su madre.


¡ /<br />

18 Ysele quema la Casa<br />

Z/ 7N(/ //(/<br />

Aguafuerte y agualinla. 219 x 154 mm<br />

/<br />

(((<br />

( :( )<br />

Ni acertará a ql/itarse los calzones, ni dejar de hablar COI el candil, hasta que las bom­<br />

bus de la villa le rsquen. ¡Tanto puede el vino'<br />

hos uie J os (a scúJos se ' l1eman u/uos , y eslán siempre con la s bra ' as en la s<br />

¡nanos.<br />

La expresión bobalicona del perezoso, desaliñado e incapaz, acaso ebrio, muestra su<br />

ausencia de la vida verdadera y una inconsciencia tal que no advierte los más graves<br />

42 peligros.<br />

.8


44<br />

20 Ya van desplumados<br />

Aguafuere. aguatinta bruñida y punta seca. 218 x 152 mm<br />

Si se desplumarn ya, vayan fuera: que van a venir otros.<br />

'espués d la cópula de ls auecbuclos , las pulas ls arr%an a escobazos , desplumados,<br />

cOJos'y cabbaJos: ds ,'ai!s muy reuerendos os 'juardan las espal<br />

das, .Y son ls fue celebran la burla con sends rosarlOS a la e/nlura.<br />

Todo ha sido fingim iento: sin dineros, no hay carantoñas. Las gentes "respetables" que<br />

rigen el lupanar observan impávidas y complacidas cuán bien marcha el negocio.


21 ¡Qualla descwionan!<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 218 x 149 mm<br />

También las pollas encuentran milanos que las despluman y aún por eso se dijo aque­<br />

/lo de: Donde las dan las toman.<br />

Bos Jueces superiores hacen capa re;ularmenle ls escribanos' aluacJes<br />

para rue roben' desplumen a las pulas pobres.<br />

La ramera es la rapaz de los "pollos" que la frecuentan, pero la autoridad corrupta, con<br />

faz predadora, es la rapaz de todos: usa su poder para desplumarla impunemente sin que<br />

nada trascienda, tapado todo con su amplia capa.<br />

45


22 Pobrecitas!<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 218 x 153 mm<br />

Vayan a coser las descosidas. Recójanlas, que bastante anduvieron sueltas.<br />

Bas inflices 'ue se hacen prosÚ!ulas, lal uez p.r miseria . son Iuadas a las<br />

;<br />

cárcels , cuand se ls anloa a ls al'uadls; las d rumbo uiuen como les da<br />

la cana, por'ue las lyes srl se han hecho para ls pobres.<br />

¿Una redada de prostitutas? Avergonzadas y temerosas, tanto, que tapan su rostro, su<br />

46 vida acaba en el temor y la indefensión, sujeta a la voluntad ajena. Mal oficio.


23 Aquellos polbos<br />

-- ----<br />

Aguafuerte, aguatinta brufiida, punta seca y buril. 219 x 150 mm<br />

- =-<br />

- ______ · - ,1<br />

¡Mal hecho' A una mujer de honor que por una friolera servía a roda el mundo tan dili­<br />

gente, tan útil, tratarla así; mal hecho.<br />

el uulo de curas y fayls es el fue u/ue con la pes/a d aa/fils (co el<br />

cOJ O)<br />

Él o ella, qué más da. La Inquisición crea un ambiente sofocante: dar polvos para bebe­<br />

dizos de amor exige castigo público y solemne. No tendrá la Iglesia cosa mejor que<br />

hacer. Un auto de fe así pudo Goya ver en Madrid, en 1784. 47


24 Nohubo remedio<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 219 x [52 mm<br />

/ 0' //If'f/;I.<br />

!4<br />

A esta santa señora la persiguen de muerte. Después de escribirla la vida la sacan en<br />

triunfo. Todo se lo merece y si lo hacen por afrentarla es tiempo perdido. Nadie puede<br />

avergonzar a quien no tiene vergüenza.<br />

el bajoyuebl es el cue se d/u/erle con las encorozadas, 'ue sol se casl/yan si<br />

son yfas, en/onces no remeco.<br />

pobres h<br />

Pobre mujer, entre espectadores rudos o pasivos y alguaciles con cara de perro que le<br />

darán de vergajazos. La Inquisición pone coroza o cucurucho de infamia a una infeliz<br />

48 desnuda y la Justicia la exhibe ante el Pueblo. Una ignorancia sobre otra.


J _ _ _ __ ,__ .<br />

25 Si quebró el Cantaro<br />

- -<br />

C2v¿h z


27 Quien mas rendido?<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca. 198 x 151 mm<br />

Ni uno ni otro, él es un charlatán de amor que a todas dice lo mismo, y ella está pen­<br />

sando en evacuar cinco citas que tiene dadas entre las ocho y nueve, y son las siete y<br />

media.<br />

rn cas'uiuano<br />

,<br />

cuand sohóla a una m<br />

j/er , hace con e llas las mISmas muecas<br />

y za lamerias 'ue un pernfl fa ldro. (lu'uesa d JICa y 9oya).<br />

Nadie más rendido que el galán zalamero, encaprichado de una bella frívola y casqui­<br />

vana, dispuesto a mil tonterías: la pasión por la mujer logra más rendiciones que el arma<br />

del enemigo. 51


28 Chiton<br />

Aguafuere, aguatinta y buil. 219 x 1 S9 mm<br />

Excelente madre para un encargo de confianza.<br />

Bas señoras d dis/úzcl6n se valen de a:uellas vie/as 'ue suelen estar rezando<br />

a la pueda d la iclesia para llevar bl/feúcos' embiar cdas a sus aman/es.<br />

La vieja alcahueta y celestinesca, siempre encogida y rezando el rosario, acepta mediar<br />

en los amores inconfesables de una dama de buena posición: en el sigilo ("¡Chitónl")<br />

52 hallará su recompensa.


29 Esto si que es leer<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y punta seca. 219 X 148 mm<br />

Jos<br />

2.')<br />

Le peinan, le calzan, duerme y estudia. ¿ Nadie dirá que desaprvecha el tiempo?<br />

80S 2inis/ros , canse/eros . o/ros /als agua.rdan para leer , es/udiar ! en/e­<br />

rarse de ls ne oc ios a la lora elpeluquero<br />

g < .e ls va a /raba/ar la cabeza , les<br />

desp eluza. c1ega d polo . el zapa/ero prueba ls zapa/os.<br />

,<br />

El adinerado vejestorio, que ni para vestirse o acicalarse desea valerse por sí, aparenta<br />

ocuparse en un texto, aunque su pereza y desinterés lo mantienen con los ojos cerrados:<br />

no necesita para nada instruirse. 53


30 Porque esconderlos?<br />

------<br />

---- -<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y punta seca. 218 x 153 mm<br />

La respllesta es fácil: porque no los quiere gastar y no los gasta, porque aunque tiene<br />

los ochenta cumplidos y no puede vivir un mes todavía, teme que le ha de sobrar la vida<br />

y faltarle dinero. Tan equivocados son los cálculos de la avaricia.<br />

r clénjo auaro y muy respelabl, escond sus lale;as,·pero ya se las buscan<br />

sus sobrl/?Os y airas sacrlslanes.<br />

Sufre el codicioso por la integridad de sus caudales, angustiado y en perpetuo tormen­<br />

to: ríen de su inútil empeño quienes saben que él morirá y los dineros quedarán en este<br />

54 mundo . .. y en sus manos.<br />

--


31 Ruega por ella<br />

Aguafuerte, aguatinta brñida, punta seca y buril. 219 x 152 mm<br />

y hace muy bien para que Dios le dé fortuna y la libre de ciruanos y alguaciles, y lle­<br />

gue a ser tan diestr, tan despejada y tan para todos, como su madre, que en gloria esté,<br />

Jenlras se aderezan y vislen las pulas, rezan las afabelas para


56<br />

32 Por que fue sensible<br />

Aguatillta. 219 x 1 S3 mm<br />

¡Como ha de ser! Este mundo tiene su altos y bajos. La vida que ella trahía no podía<br />

parar en otra cosa.<br />

has pobres mozas inca u/as uan a las carcels des,ués d ' uedar preñadas por<br />

una na/uralsensibihdad. (ha mu;er d Gas/Jlo).<br />

Parece tratarse de un caso real. Acaso alguna pobre moza que auxilió a quien no conve­<br />

nía, se defendió de quien no lo permitía, amó a quien no podía: dio con sus huesos en la<br />

mazmorra. Joven, hermosa, angustiada y sola. Así es el mundo.


33 Al Conde Palatino<br />

Aguafuerte, agualinta, punla seca y buril. 219 x 152 mm<br />

En todas las ciencias hay charlatanes, que sin haber estudiado palabra lo saben todo,<br />

y para todo hallan remedio. No hay que fiarse de lo que anuncian. El verdader sabio<br />

desconfí siempre de lo cierto. Prmete poco y cumple mucho, pero el conde Palatino<br />

no cumple nada de lo que Promete.<br />

Jodas ls charlalanes! sacamuelas quieren pasar por Conds! YJ(aLlueses<br />

eslranc¡erosarruúzads para uender bien sus dro ¡as.<br />

c<br />

Nunca han faltado falsos príncipes charlatanes que han engañado a los crédulos con su<br />

aspecto distinguido y sus modales de "gente bien". Apariencia que les ayuda en sus tra-<br />

pacerías y fraudes. No fiarse. 57<br />

33.


34 Las rinde el Sueio<br />

Aguafuere y agualinla bruñida. 219 x 154 mm<br />

Qué han de hacer silla dormir los frailes y lI1onjas, después de borrachos y estragados<br />

allá en sus cOllventos?<br />

Bos frails sueln enlFar d nocbe en ls Conuenlos de monlas. se enlre<br />

el<br />

;<br />

¡ an a<br />

lada FelawCn con efas, basla ,ue las rinden. fas co;¡e sueño.<br />

¿Monj as, mendigas. encarceladas, rameras, todo ello a un tiempo? La tétrica escena<br />

muestra a un grupo de desdichadas que acaban su jorada en el agotamiento y en lugar<br />

58 escasamente acogedor.<br />

-- -------------- ---------<br />

,"í..


35 Le descañola<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 219 x 154 mm<br />

Le descaionan, y le desollarán. La culpa tiene quien se pone en manos de fal barbero.<br />

rna cor/esana ajeda a su aman/e boba¡'6n fue se l cae la baba , . l arranca<br />

as! has/a elál¡mo marauec<br />

"Le despluma". Él, arrobado, mira suavemente adormecido los encantos de la maja<br />

entre cuyas manos va a perder barbas y patillas. Y, quizás, alguna cosa más... 59


36 Mala /loche<br />

Aguafuerte y aguatinla bruñida. 218 x 155 11m<br />

A estos trabajos se exponen las niFas pindongas, que no se quieren estar en casa.<br />

'oche de u/enlo Fea/o, mafa para las pulas.<br />

Frío, incomodidad, falta de clientes ... Las busconas añaden a su vida de padecimientos<br />

más dolor y carencias en una oscura noche agitada por un rudo viento en la que, inclu-<br />

60 so muestran más de lo que querrían.


.<br />

('// /<br />

37 Si sabrá mas el discipulo?<br />

Aguafuerte, aguatinta y buril. 218 x 153 mm<br />

-_- -.<br />

/?1r /l/ /)<br />

. . - --<br />

-) -<br />

No se sabe si sabrás más o menos, lo cierto es que el maestro es el personaje más grave<br />

que se ha podido encontr/:<br />

r maeslro burro LO pued enseñar más 'ue a rebuznar<br />

¿Acabará sabiendo más el alumno que su profesor? No. Todos acabarán como lo que<br />

son: jumentos. Por mucho empeio que se ponga -viene a decir Goya-, de donde no hay,<br />

no se puede sacar.<br />

1') '1<br />

'i<br />

6/


38 Brabisimo!<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y punta seca. 219 x 152 mm<br />

Si para entenderlo bastan las orejas, nadie habrá más inteligente, pero es de temer que<br />

aplaudan lo que no suena.<br />

Jasla ls burros aplauden por moda fa mÚSIca mala, cuand ven olros fue<br />

rcen brabs/mo.<br />

En una estampa preparatoria de ésta aclaró Goya el primer sentido que quiso dar a la<br />

escena: "Protege las Artes y dicen que lo entiende". Ya se ve que no: el mono lleva la<br />

62 guitarra del revés. Hay mecenazgos que se prestan sólo por fatuidad.


-<br />

" ,<br />

,<br />

,:<br />

1,<br />

!<br />

.<br />

'\' '<br />

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i',<br />

" . '<br />

39 Ast su Abuelo<br />

Aguatinta. 154 x 218 11111<br />

A este pobre animal le volvieron loco los genealogistas y reyes de armas, no es él solo.<br />

Bos borácos preciads d nobls desciendn de olros lales hasla el úlúno abuel.<br />

Primero dibujó Goya un libro normal y tituló la estampa "El Asno Literato". Luego, lo<br />

ilustró con pollinos y trazó, en la mesa, un escudo asnal: mofa de la obsesión por hallar<br />

abuelos ilustrísimos. Vaya mérito: todos serían burros. 63


40 De qué mallllorirá?<br />

Aguafuerte. aguulil1la bruñida, punta seca y buril. 216 x 152 mm<br />

E/lIlédico es excelel/te, lI1editabundo, reflexivo, pausado, serio. ¿ Qué lI1ás pedir?<br />

X hay 'ue preyunlar d 'ué mal ha muerlo el enfermo ' ue hace caso ee méd ­<br />

cos bes/as e ¡ y - Iol'anles.<br />

El enfermo, exangüe, está en manos de un mal médico, no por bien trajeado más com­<br />

petente: no hace falta discurir para saber que la incompetencia va a ser la causa de su<br />

64 muerte.


41 Ni mas ni menos<br />

( 1(· /////. /1/ /(/(/ /Id /.<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida, punta seca y buril. 200 x 1521111<br />

Hace muy bien retratarse; así sabrán quién es los que no lo conozcan ni hayan visto.<br />

Q amina/fue se hace re/rq/al', no d/ará depal'ecel'pol' eso anúnal aU/lfue<br />

se f pinle con su


42 Tu que no puedes<br />

Aguafuere y aguatinta bruñida. 218 x 252 mm<br />

¿ Quién no dirá que estos caballers son caballerías?<br />

bos pobres !I clases ,í/Iles de la soc i eda d 'ue ll van a eues/as a ls burr os o ear­<br />

,<br />

!an con lodo elpeso d las eon/ribuciones del es/ac.<br />

"Cómo suben los borricos" fue su primer título: muchos encumbrados son asnos, aun­<br />

que manden y gobiernen. Por si fuera poco, se encaraman sobre el sudor de los humil­<br />

66 des. 'Tú que no puedes, Ilévame a cuestas". Qué tiesos van. Y con espuelas.


43 El sueño de la razón produce monstruos<br />

En la parte anterior de una mesa situada a la izquierda del grabado se lee el título del<br />

capricho.<br />

Aguafuerte y aguatinta. 218 x 1 S2 mm<br />

Lafantasía, abandonada de la razón, produce monstruos imposibles; unida con ella es<br />

madre de las artes y origen de las maravillas.<br />

'orlada para esla obra: cuando ls hombres 120 oyen elJrllo e la razón, lod<br />

se uueluen Ulsiones.<br />

"El autor, soñando. Su yntento solo es desterrar bulgaridades peljudiciales, y perpetuar<br />

con esta obra de caprichos el testimonio sólido de la verdad", escribió Goya dos años<br />

antes (1797). Pensó poner la estampa al frente de la edición. 67


44 Hilan delgado<br />

Aguafuerte, aguatinta, punta seca y buril. 219 x 153 mm<br />

Hilan delgado, y la trama que urden ni el diablo la podrá deshacer<br />

Bs alc ale/as ll van l/na cl/en/a muy cabald sus /ercerÍas ! se hacen pa'ar<br />

ml/' b/en ls n/os rl/e van despachan d ! se ven delrás cofa ds como cerros<br />

de Y/no.<br />

Estas horribles mujeres, mezcla de brujas, celestinas y parcas, son calculadoras, metó­<br />

dicas y frías. Expertas en decidir destinos ajenos, quien cae en sus manos puede pere­<br />

68 cer: aun antes de haber vivido (¿provocadoras de abortos?)


45 Mucho hay que chupar<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 208 x 152 mm<br />

Las que llegan a (los) 80 chupan chiquillos; las que no pasan de 18 chupan a los gran­<br />

des. Parece que el hombre nace y vive para ser chupado.<br />

/os rufanes y alabue/as ds g racian cen/adas d ch/fws, dand doCas<br />

para abor/ar cuand elsecre/o / eX/Ce.<br />

La superstición y la brujería hacían creer que las viejas podían vigorizarse con la sus­<br />

tancia vital de los niños. Chupar esa sustancia y "chupar" el dinero de quien encarga el<br />

negro negocio. Mucho chupar. 69


46 Correccion<br />

Aguafuerte y agua tinta bruñida. 217 x 1 SO mm<br />

Sin corrección ni censura no se adelanta ninguna facultad, y la de la brujería necesita<br />

particularmente talento, aplicación, edad madura, sumisión y docilidad a los consejos<br />

del gran brujo que dirige el seminario de Barahona.<br />

has pIcaros d lods eslads.! condiáones, mercadres) Fails' wflanos, aparenlan<br />

dseo re la enmienda cuand ls predica un mono cualuiera pero pronlo<br />

uuelen a las andadas pon1ue lod / hacemos por 1cion.<br />

Todos, en apariencia, andan contritos, compungidos y llenos de comedimiento. Pero al<br />

fondo asoman los horrores de sus almas, que también se traslucen en sus rostros, si bien<br />

70 se observa.


, --<br />

47 Obsequio á el maestro<br />

/)/(//;)<br />

Aguafuerte, aguatinta y buril. 218 x 150 mm<br />

// 1/ //IIII://?/<br />

Es muy justo: serían discípulos ingratos, si no visitaran a su catedrático, a quien deben<br />

todo lo que saben en su diabólica facultad.<br />

Bas mon/as y!rw!s rue adran la /uxuria cuyo simulacro se ve dlanle en la<br />

fjura cabruna, no liene más arbl/no reJukrmenle rue locarse la pera, ó lener<br />

poluclones conlinuas.<br />

Las brujas de alma horrible ofrendan un niño al Maestro, figura sexualmente ambigua y<br />

con dos cuernos esbozados que revelan su condición satánica. Casi lo único digno de la<br />

reunión es el Diablo. 71


7<br />

48 Soplones<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 208 x 153 11111<br />

Los brujos soplones sal! los más fastidiosos de toda La brujería y los menos inteligentes<br />

en aquel arre. Si supieran algo no se meterían a soplones.<br />

Ea con!esú au:ular 10 sirue más fue para llnar ls o/dos d ls paies de<br />

suáedadS , obscenidades. porfuer/as.<br />

Quien denuncia desde el anonimato es un demonio que satisface al depravado y crea un<br />

ambiente fétido (obsérvense abajo las fuentes de la delación). Sólo maldad y alevosía<br />

hay en el alma hedionda del soplón.


49 DuendecitQs<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 217 x 152 mm<br />

Esto ya es otra gente. Alegres, juguetones, serviciales, y un poco golosos amigos de<br />

pegar chascos, pero muy hombrecitos de bien.<br />

y , ka/ls<br />

80S uerdadros duends d esle mund, son los curas 7ue comen y<br />

beben a cosla nueslra. 8a !;lsia O el clro liene el cenle aflad y la mano<br />

drecha monslruosa y lar;a para ayarra; el f'ail dscalo; como mds ;azmoño,<br />

lapa eluaso de uino;pero el calad no se anda con melinc'es; ech sopas<br />

d uino y !risca al;remenle.<br />

El pueblo creía en los pícaros duendes nocturos, más bien simpáticos, con aire de frai­<br />

lucos. Tan falsos como las brujas y hechiceras, poblaban la mente de la gente sencilla.<br />

Así los vio el aragonés. 73


74<br />

50 Los Chinchilas<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y buril. 207 x 151 mm<br />

,./0.<br />

El que no oye nada, ni sabe nada, ni hace nada pertenece a la numerosa familia de los<br />

Chinchillas, que nunca han servido de nada.<br />

Bos neáos ¡reciads de nobles siempre eslán con su execuloria a/pecho, rec/inadas<br />

deúdiosamenle, rezand como unos fanálicos e/ rosan0! boslezando. Ba<br />

¡!noranáa ls alimenla ;¡roseramenle J hene su enlendenlo cerrad a candado.<br />

Aristócratas ociosos de una comedia de Cañizares, los Chinchilla y quienes son como<br />

ellos tienen el seso ocioso, se nutren sin esfuerzo, de forma asnal y, además, ciega. Sus<br />

libreas y espadines no los hacen respetables.


.. . : .<br />

51 Se repulen<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida, buril. 214 x 149 mm<br />

80S empleads 'fue roban al eslad, se arudan y soslienen unos a airas. el gefe<br />

d ells luanla erguid su cuell, y ls hace sombra con sus alas monslruosas.<br />

j/<br />

Esto de tener las uñas largas es tan peculiar que aún en la brujería está prohibIdo.<br />

Los depravados que esquilman y malgobiernan el mundo no desean mostrar su calaña y<br />

rapacidad, para no causar alarma ni sospecha. Disimulan sus garras y, así, logran mejor<br />

su innoble propósito. 75


Jó<br />

52 Lo que puede un sastre!<br />

-é6 / ¿?l C r. /<br />

. - -..<br />

Aguafuerte, aguarinla bruñida, punta seca y buriL 218 x 151 Illm<br />

¿ Cuántas veces un bicho ridículo se transforma de repente en un fantasmón que no es<br />

nada y aparenta mucho? Tanto puede la habilidad de un sastre y la boberí de quien<br />

juzga las cosas por lo que parecen.<br />

ba supersl/ci61 general hace 'ue lod elpuebl se proslerne . adore con lemol'<br />

a un Ironco cual ¡ u/era, uesl/do de sanlo.<br />

Poderosa estampa. La superchería vive de la ignorancia y el engaño. Las cosas en que<br />

debe creerse no han de elegirse por la apariencia: ésta, a menudo imponente, puede ocul-<br />

76 tal naderías, camelos.<br />

' f)<br />

.. ) -:. .


53 Qué pico de Oro!<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y buril. 218 x 152 mm<br />

Esto tiene trazas de junta académica. ¿ Quién sabe si el papagayo estará hablando de<br />

medicina? Per no hay que creerlo sobre su palabra. Médico hay que quando habla es<br />

un pico de oro, y cuando receta un Herodes; discurre perfectamente de las dolencias y<br />

no las cura, emboba a los enfermos y atesta los cementerios de calaveras.<br />

li ails<br />

80S son regularmenle preccadres plagiarios; pero como se alaban<br />

mucho unos a airas, el auc!orio necio eslá con la boca abierla.<br />

Embobados están ... porque son bobos. En el gárrulo papagayo no reconocen a quien<br />

sólo repite lo que otros dijeron. Sin mérito propio, pero con solemnidad aparatosa, deja<br />

boquiabiertos sólo a quien son más vacuos que él. Lo merecen. 77


54 El Vergonzoso<br />

Aguafuerte y aguatinta. 217 x 152 mm<br />

Hay hombres cuya cara es lo más indecente de todo su cuerpo, y sería bien que, los que<br />

la tienen tan desgraciada y ridícula, se la metieran en los calzones.<br />

Bos hombres d !randes nances suelen ser lambién d sran birole !0rdas<br />

!andumbas. Como sueln dar en sodm!a, se represenla ésle con calones por<br />

!0rro, dscubriend sus ueIyüenzas por la Irampa,' en el ac/o d echarse sobre<br />

un pobre diabl, . de reman!arl la laldamen/a.<br />

El rostro, con una gran nariz que recuerda un falo, sale de los calzones, donde su dueño,<br />

avergonzado, 10 encierra, salvo para comer. El mundo es cruel y se burla de la fealdad<br />

78 física.<br />

/1


55 Hasta la muerte<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 220 x 154 mm<br />

Hace muy bien en ponerse guapa. Son sus días, cumple setenta y cinco aFas y vendrán<br />

las amigas a verla.<br />

bas muceres lcas l serán has/a la muer/e. es/a es cier/a dl'lesa (la de<br />

Osuna) 'ue se llena la cabeza de moños' caram6as) 'ypw' mal 'ue le caican<br />

no ¡afan cU/lones de ls 'le uienen a alapar las criada s) 'ue aseluran a 0u<br />

'<br />

excelncia 'ue esl e'ina.<br />

Gaya era amigo de los Osuna y es difícil que su acerba crítica se refiera a la Duquesa.<br />

Reprocha a las mujeres de edad que se acicalen como jovencitas y crean a los pícaros<br />

parásitos (guitones) que las requiebran por interés. 79


80<br />

56 Subir y bajar<br />

Aguatüerte y agualinta bruñida. 217 x 1 S2 mm<br />

Lo .rluno trlo Il1UY 1//01 ({ quien lo obsequia. Paga con humo la fatiga de subir y al<br />

que ha subido le casliga COI/ precitarle.<br />

el 'ncpe d la ea L leuan/acpor la luxur/a,'y con la cabeza llena de humo<br />

U'ra rayos conlra los buenos mú¡slros. Caen es/os y rueda la bola; fue es k<br />

h,:s/ona de los lauon/os.<br />

El encumbrado de hoy, ayudado por un ser demoníaco, fulmina a quienes quieren poner­<br />

se a su altra. Pero lo mi smo que ahora sube, bajará. Como les sucedió a los que ahora<br />

caen. Es el sino del poder.


57 L filiacion<br />

Aguafuerte y aguatinta. 217 x 152 mm<br />

Aquí se trata de engatusar al novio haciéndole ver por la ejecutoria quienes fueron los<br />

padres, abuelos, bisabuelos y tatarbuelos de la señorita ¿ Y ella, quién es? Luego lo<br />

verá.<br />

Ba yen/e vana pre/ende descender de hbres yrandes cuand ls par/en/es<br />

lexanos apenas se conocen, y es necesar/o an/e% s para ver l fue es/á cerca.<br />

La mujer elegante, con máscara zorruna y de cuya halda sale una cabeza de viejo (cor­<br />

nudo en dibujo previo e, incluso, evocando una vulva), ¿será hija de quien dice? ¿D<br />

oculta su progenie verdadera, hija de cornudo a quien no se parece? 81


58 Traga/a, perro<br />

Aguafuere, aguatinta bruiida y punta seca. 218 x 152 mm<br />

El que viva enre los hombres sera geringado irremediablemente, si quiere evitarlo<br />

habrá de irse a habitar los montes, y cuando esté allí conocerá también que esto de vivir<br />

solo es una geringa.<br />

Xo le echan mala lauahua a áerlo Suan Banas unos paJls ' ue yalanlean a su<br />

muyer, ' y<br />

le ponen un lale;¡UJll al cuell a manera de reh'uJa para fue se cure<br />

. calle. muyer se ue dlrás cubierla por un uel,'y un monslruo d enorme<br />

ha<br />

cOrJiamenlapres/de fa jWlcJ6n aulonzándl lod nueslro ?adre ?nor.<br />

El monstruo de la Superchería preside, al fondo, la escena en la que un infeliz es obli­<br />

gado por las autoridades a "tragar" una vejatoria y terrible lavativa. Y le hacen un<br />

82 favor ... Otros dicen que es un enredo cómico que Goya conocía.


59 Yaun no se van!<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y buril. 219 x 152 mm<br />

JI ( ) ,i(' ? '(7 J /<br />

El que no refexiona sobre la inestabilidad de la fortuna, duerme tranquilo, rodeado de<br />

peligros: no sabe evitar el daño que amenaza, ni hay desgracia que le sorprenda.<br />

'un esland con el p/e en la sepufura, se hallan lan encenq9ads en ls u/dos,<br />

rue I huyen ee la lsa ee la muerle 'ue ua a caer sobre ehos, o no piensan en<br />

la enmienda.<br />

Primero pudo titularse "La trampa". Luego, "Salga lo que saliere". La muerte es la tram­<br />

pa ineluctable. Todos caeremos en ella y, guarde lo que guarde, pasaremos por ello.<br />

Siempre estarán ahí: la Muerte y los Muertos. 83


60 Ensayos<br />

Aguafuerte, aguatinta y buril. 210 x 166 mm<br />

Poco a poco se va adelantando. Ya hace pinitos y con eL tiempo sabrá más que su maes­<br />

tra.<br />

7exar las labores del sexo , . reyaiar conli nuamenle ls casads , . rO bar ' eslar<br />

si em.re como yalos , son ensaios . pri ncipios de cabronerJa.<br />

Brujas primerizas que, ante el Macho Cabrío, han dejado sus ruecas, el cántaro de las<br />

pócimas, la calavera y los gatos para iniciarse en el vuelo hacia el Akelarre. Gaya cono­<br />

ció, por Moratín, los detalles inverosímiles y absurdos atribuidos a las brujas de<br />

84 Zugarramurdi, condenadas por la Inquisición en 1610.<br />

60.


61 Volaverunt<br />

- -/ ,<br />

e ltT¿ I<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca. 219 x 152 mm<br />

--. - -- -- ---<br />

/? 7<br />

El grupo de brujas que sirve de peana a la petimetra, más que necesidad es adoro. Hay<br />

cabezas tan llenas de gas inflamable, que no necesitan para volar Ili globo ni bn(jas.<br />

Jres loreros luanlan d cascos a l duruesa ee JfDa, rue pierd alPn fa clauela<br />

por su uelúc<br />

La bella, con cabeza de mujer que mariposea, se fue, como en un vuelo, del mismo<br />

modo que las brujas. Primeramente, escribió: "La hacen volar". La Mala Fortuna priva<br />

al Hombre del Amor, se lo arrebata. ¿Perdió Gaya a la Duquesa? 85<br />

6'1


- - ---<br />

-<br />

62 Quien lo creyera!<br />

Aguafuerte. aguatinta bruiida y buril. 153 x 209 mm<br />

Ve aquí una pelotera cruel sobre cual es más bruja de las dos; quién diría que la peti­<br />

ñosa y la crespa. se repelaran así; la amistad es hija de la virtud; los malvados pueden<br />

ser cómplices, per amigos no.<br />


63 Miren que grabes!<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca. 215 x 163 mm<br />

La estampa indica que estos son dos brujos de conveniencia, y autores que ha salido a<br />

hacer un poco de exercicio a cabal/o.<br />

X se uen en elmund más que monslruos/dades: ds feras monslruosas !ua<br />

a cueslas a ds personas: el uno da por ser ualienle pero lacón,' el aio, por<br />

janálico pero salvage. Jales Is'ejlesy Yrinápales magislrads de ls plebls;j<br />

con lad eslo ls llman e lexos, ls aclaman j les confan su gobierno.<br />

Serios y graves. Pero ten-ibles. Encumbrados, viven sobre montura o pedestal, parece<br />

que meditan y la multitud, a distancia de la cual se mantienen, los ac lama y respeta_ Mas<br />

el uno es un ave de presa y, el otro, un asno. 87<br />

f:


64 Buen Viage<br />

f/C)?<br />

'/, a7{/)<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y buril. 219 x 152 mm<br />

¿Adónde i rá esta caterva inferal dando aullidos por el aire entre las tinieblas de la noche? Aún si<br />

Bs u/e/os remon/an el ul/elo por la reg10n ee la /gnoranc/a. Cs/ragacs los<br />

hombres caen en el u/e/o nefanc ele la socm!a.<br />

é<br />

6'4.<br />

fuera de día ya era otra cosa, y, a fuerza de escopetazos caerían al suelo toda la grullada; pero<br />

como es de noche nadie las ve.<br />

Será un viaje notable. Todos los horrores agrupados en el cielo nocturno planean sobre<br />

el mundo. Un monstruo transporta a otros consigo, todos horrendos e indeseables. ¿O<br />

88 son almas pecadoras camino del Averno?


65 Donde vá mamá?<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca. 210 x J 62 mm<br />

Madama está hidrópica y la mandan a pasear<br />

6 ' /'<br />

ü.<br />

Ba (ase / u/a' la honradez en las mUJeres ¡raen d sí inffulos dsórdenes, bru­<br />

lenas uerdaderas.<br />

El primer comentario de Goya llamó a esta obesa mujer "Bruja poderosa". La gran ruin­<br />

dad siempre tiene escolta de otras menores y asiduas y cortejo de males o vicios de<br />

menor fuste. 89


66 Allá vá eso<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca. 210 x 167 mm<br />

Allí va una bruja a cc/ballo en el diablo cojuelo, este pobre diablo, de quien todos hacen<br />

sel//ir burla, no deja de ser útil algunas veces.<br />

Es u/e/as aslulas, son las 'ue p/erden alas /obenes; las hechan a uolar;.! ense,<br />

Han a ser sú!/pes.! ;arduñas d los bolJls.<br />

Un cortejo brujeril, con murciélago , gato rabioso, sierpe y cayado cruza los aires a gran<br />

altura sobre el suelo. La bruja veterana lo guía y la aprendiza se acostumbra y aprende<br />

90 los saberes del oficio.


67 Aguarda que te unten<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y punta seca. 218 x 153 mm<br />

6 ' 7<br />

Le envían un recado de importancia y quiere irse a medio untar; entre los brujos los hay<br />

también troneras, precipitados, botarates, sin pizca de juicio; todo el mundo es paí.<br />

Con la unlura ee la icnorancia, .la lorpeza, se conuierlen al fn ls hombres<br />

en cabrones. (Ea exlema-uncion).<br />

El iniciado a la brujería (o al mal, o al vicio) ya se ha tornado en lo que quería: un cápri­<br />

do. Pero tiene tanta prisa en ejercitarse que pugna por actuar sin que su transformación<br />

haya concluido: aún tiene un pie que no es pezuña. 91


68 Linda maestra<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y punta seca, 214 x 150 mm<br />

La escoba es uno de los utensilios más necesarios a las brujas, porque además de ser<br />

ellas granees barrenderas, como consta por las historias, tal vez convierten la escoba<br />

en mula de paso y van con ella que el diablo las alcanzará,<br />

Bas u/e/as qUlan la escoba de las manos a las fue h'enen buenos UIjoles¡, les dan<br />

lecc¡:mes de uolar por el mund, mehéndlas por prúera uez, aunfue sea un<br />

pal de escoba en/re las piernas,<br />

Las brujas alcahuetas detectan a las buenas noyicias, Les enseñan lo preciso para que<br />

dejen de ser fregonas y se entreguen a negocios más rentables, La escoba no han de usar­<br />

la para barrer, sino para yolar alto, Metáfora sobre chismes de Zugarramurdi que Gaya<br />

92 xxconocía bien,


69 Sopla<br />

Aguafuerte, aguatinta, punta seca y buril. 214 x 152 mm<br />

Gran pesca de chiquillos hubo, sin duda la noche anterior; el banquete que se prepara<br />

será suntuoso; buen provecho.<br />

80S hombres es/rayads hacen m1! d/abluras con ls n/ños; ls frn/can unos<br />

con o/ros por fuerza, ls chupan la minya, . o/ras uar/as oscen/dads.<br />

"Brujas consumadas", como anotó Gaya en un dibujo previo. Usan niños en sus conju­<br />

ros, presas inocentes que acarrean a la tenebrosa ceremonia los ángeles del Mal. Eso<br />

creía el vulgo. Y la Inquisición de Logroño, que sentenció a las brujas de ZugalTamurdi<br />

en el siglo XVII. 93


70 Devota profesion<br />

(;, //I), I 'J 1/c ()//<br />

<br />

/ ( __ . yr,<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca. 210 x 166 mm<br />

¿Juras obedecer y respetar a tus maestras y superiores? ¿Barrer desvanes, hilar esto­<br />

pa, tocar sonajas, aullar chillar volar, guisar untar chupar cocer soplar freír cada y<br />

cuanto se te mande? Juro. Pues, hija, ya eres bruja, sea enhorabuena.<br />

7os hombres cualsfuiera salids d la nada , son levanlads en alo por la lascivia.<br />

la iynorancia , . II'arán a ser m1lrads , alenazeand ls libros sasrads.<br />

(Bas bulas/<br />

Oficio el brujeril que exigen dedicación y esfuerzo, pues, a tenOT de lo que se cree, la<br />

bruja ha de ser capaz de un sinfín de cosas. Una de ellas, aprendiza, se examina ante<br />

94 muy grandes hechiceros. Todos con orejas de burro.


n<br />

J)<br />

) ;=<br />

.-<br />

" <br />

=<br />

71 Si amanece; nos Vamos<br />

)<br />

r J/ // /;// /1/'/1-/ /IJ/ )!//N/.<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y buriL 202 x 152 mm<br />

Y aunque no hubiérais venido, no hicierais falta.<br />

bos rufianesy alabue/as con[rene/an d noche sobre sus h'uiandads, y ls<br />

medios d ir echandse más nIños ale/n/o.<br />

A la luz del día, no es posible el conciliábulo de brujas. A la luz del saber y la razón, se<br />

dispersarán la ignorancia, la superstición y el engaño en que tantos viven presos, a veces<br />

verdugos y víctimas a un tiempo. 95


<br />


"<br />

,¡- .. .<br />

73 Mejor es holgar<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 217 x 152 mm<br />

/¿7/;/,5<br />

Si el que más trabaja es el que menos goza, tiene razón mejor es holgar.<br />

7<br />

Qna familia uiciosa cficJlmen/e se s'e/a a las ocupaciones bones/as caseras.<br />

bes/ia dl marid se pone a /ener madja , se enreda; la suecra la desen<br />

el la<br />

&<br />

maraña'y la muyer se cansa'y manies/a en sus admanes fue la /Jene más<br />

cuen/a ecbarse a la bnuia.<br />

"¿Que te cansas?, tituló primero Goya la imagen de la pavisosa consentida, con la<br />

cabeza a pájaros, que no atiende a lo que hace y deja el ovillo en el regazo, pensando en<br />

Babia, como si le diera fatiga lo poco que hace. 97


74 No grites, tonta<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 218 x 1 S 1 mm<br />

¡Pobre Paquilla, que yendo a buscar lacayo se encuentra con el duende; pero no hay<br />

que temer, se conoce que Martinico está de buen humor y no le hará mal.<br />

: las maseres fas d dislinci6n se las en/ran ls ya/ls por las uen/anas a<br />

pares; ellas hacen como s/ se asas/an; pero no //enen o/ra cosa' ls rec/ben con<br />

ls brazos ab/er/os.<br />

No molesta, en el fondo, la aventura a la dama, bien trajeada, que enseguida trueca su<br />

susto en regocijo cuando advierte que los duendes visitantes vienen sólo a cometer pille-<br />

98 rías y necesitan su concurso.


¡¡<br />

I<br />

' 1 ,'1<br />

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y<br />

75 ¿No hay quien nos desate?<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 218 x 152 mm<br />

1"<br />

¿ Un hombre y ufa mujer atados con cuerdas y forcejeando por soltarse y gritando que<br />

los desaten a toda prisa? O me equivoco, o son dos casados por fuerza.<br />

7os /obenes amancebads en vano inlenlan dsalarse por si mismos: más nuds<br />

n<br />

"<br />

El gran pajarraco que permite soñar a la razón preside la escena desesperante: ni se quie­<br />

ren ni se soportan, pero han de vivir no ya juntos, sino amarrados para siempre. Vaya<br />

castigo.<br />

X_<br />

99


---=<br />

-- --<br />

76 ¿Está Vñd ... pues, Como digo ... eh !Cuidado! Si nó ...<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 217 x 152 mm<br />

La escarapela y el bastón le hacen creer a este majadero. que es de superior naturaleza.<br />

y abusa del mando que se le confía para fastidiar a cuantos le conocen, soberbio,<br />

insolente y vano con los que son inferiores; abatido y vil con los que pueden más que<br />

él.<br />

80S m ihlareslinchads llnos d;lo/ay d po/ra echan braba/as a ls /ulhds<br />

, ,<br />

ya 'ue no las echaron a ls enemIgos.<br />

Advertencias chulescas de un soldadote ridículo y nada bizarro que no consiente se dude<br />

de sus bravatas y mentiras. ¿Está Vuesa Merced', dice, retador. Y amenaza, valiente ... a<br />

lOO un enano tullido. Más bocazas cuanto más cobarde.<br />

7


--<br />

-<br />

77 Unos á otros<br />

2 )/¿{I<br />

a (/tn<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida, punta seca y buril. 218 x 152 mm<br />

Así va el mundo, unos y otros se burlan y torean el que ayer hacía de toro, hoy hace de<br />

caballero en plaza. La fortuna dirige la fiesta y distribuye los papeles según las incons­<br />

tancia de sus caprifhos.<br />

JodauJa se lorean unos a airas ls uie J os carcamals (alaire ' y ·ron).<br />

Los hombres se alancean cruelmente, como si estuvieran siempre en un coso sangriento.<br />

Parece más eficaz en la carnicería el más empingorotado, sobre cabalgadura con librea.<br />

Pero no falta tampoco la gente común. 101<br />

7,<br />

;,<br />

I<br />

1


78 Despacha, que dispiertan<br />

Aguafuerte y aguatinta brñida. 218 x 152 mm<br />

78<br />

----<br />

Los duendecitos son la gente más hacendosa y servicial que pueda hallarse, como la<br />

criada los tenga contentos, espuman la olla, cuecen la verdura, friegan, barren y aca­<br />

llan al niío; mucho se ha disputado si son diablos o no; desengañémonos, los diablos<br />

son los que se ocupan de hacer mal, o estorbar que otros hagan bien o en no hacer<br />

nada.<br />

bos ;aJles lienen sus comilnas a solas de noche con las mon/as; ells !rie 5 an<br />

ls ¡Ialos . ellas soplan la lumbre.<br />

Los duendes o gnomos hacen su trabajo de noche, en los fogones y cocinas. Con aire de<br />

frailecillos, la fábula popular los cree divertidos, laboriosos y traviesos. Pero nadie<br />

102 puede verlos, sino en sueños. Como que no existen.


79 Nadie nos ha visto<br />

72(7;/<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y buriL 217 x 152 mm<br />

¿ y qué importa que los martinicos bajen a la bodega y echen cuatr tragos, si.n han tra­<br />

bajado toda la noche y queda la espetera como un ascua de oro?<br />

Bos curas yHa/ls echan valen/es fagas cuand na re ls ve; pero elmun d<br />

I<br />

bien / save. elabuso delaba/e es d Suena marca p ara inrcar elmayor d ­<br />

sor dn fue hay en elclro.<br />

Travesura de los duendes, tras su trabajo: un gran trago de vino en la bien provista bode­<br />

ga de la casa. ¿O son clérigos que hacen lo que no deben? En un primer dibujo, el que<br />

está de espaldas, llevaba bonete. 103<br />

<br />

",<br />

l.


.<br />

/<br />

80 Ya es hora<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida, punta seca y buril. 219 x 152 mm<br />

Luego que amanece huyen cada cual para su lado, brujos, duendes, visiones y fantas­<br />

mas. Buena cosa es que esta gente no se dexe ver sino de noche y a oscuras! Nadie a<br />

podido aberiguar donde se encierran y ocultan durante el día. El que lograse coger una<br />

madriguera de duendes y las enseñase dentr de una ja¡la a las diez de la mañana en la<br />

Puerta del Sol, no necesitaba otro mayorazgo.<br />

80s Obispos y Ganómos, después de drmir a pierna suefa se lvanlan larde<br />

para ir a mÍsa,· boslezan,· se es/erezan ' no piensan más ' ue en darse buena<br />

vida SIl Iraba/ar nada. C/lO lleva como figurand el ro ' uele las pasllas y<br />

a.rliculaciones de los cUfls ' ue malgran por la maslurbación.<br />

Fih de la obra. Los duendes frailunos están cansados. Bostezan, esponjan el cuerpo y se<br />

disponen a partir. Han estado mucho tiempo en la trastienda de la mente de Gaya. Es<br />

104 hora de que se vayan. Torne a su reino la Razón.<br />

I<br />

I<br />

I


F,al' "<br />

consequencia. d, la sangrienla guma ,n España con<br />

Buonaparte. Y otros caprichos enfáticos fue el prolijo título escri­<br />

to por Gaya en el ejemplar regalado a su amigo el célebre crítico Ceán<br />

Bermúdez. La represión política absolutista que coincidió con la conclusión<br />

de la obra y los anteriores fracasos económicos de Gaya como grabador (las<br />

copias de Velázquez y los Caprichos no se vendieron bien) dejaron inédi­<br />

tos los Desastres casi medio siglo, hasta 1863. Redescubierta entonces por<br />

la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, esta serie se convirtió<br />

en paradigma para los aguafuertistas de creación. Hoy, a casi dos siglos de<br />

su invención, las estampas mantienen íntegro su valor, gracias a su signifi­<br />

cado universal e intemporal y a su insuperable expresión estética.<br />

Gaya comenzó a grabar las lámi nas hacia 1810, fecha que consta en<br />

varias planchas, tras conocer el frente en una estancia que hizo en Zaragoza,<br />

llamado por Palafox, desde octubre de 1808 hasta los primeros meses de<br />

1809; se aplicó con decisión a la tarea de abrir los cobres, variando poco la<br />

primera idea de los dibujos preparatorios, que en su mayoría guarda el<br />

Museo del Prado. La serie se concibió, primero, como un álbum de estam­<br />

pas patrióticas sobre la Guerra de la Independencia, aunque de forma muy<br />

origi nal; el lento avance de la obra y la evolución política de España sugi­<br />

rieron a Gaya extender la serie a otros sucesos, y así nació el núcleo de los<br />

Caprichos e/fáticos. Las investigaciones sobre las técnicas y el papel utili­<br />

zados y sobre el contexto histórico-artístico de las imágenes han fijado la<br />

cronología de los Desastres entre 1810 y 1815, mejor que en los años 18 L-<br />

1823, fecha de la liquidación del régimen liberal y comienzo de la Ominosa<br />

Década absolutista. Esta cronología corta abunda en la cohesión de la serie,<br />

sin cortes bruscos entre sus tres partes: el primer bloque, dedicado a la gue­<br />

rra (hasta la estampa 47); el siguiente, a la hambruna sufrida por Madrid en<br />

1811 y 1812 (n° 48-64); Y el tercero, los Caprichos enfáticos, referidos al<br />

régimen represor de Fernando VII (del n° 65 al final). Los Desastres, por lo<br />

tanto, fueron grabados a la vez que preparaba Goya la Taurmaquia (pues­<br />

ta a la venta en (816) y los dibujos de los Disparates, serie, esta última,<br />

redescubierta también póstumamente (1864) cuya edición no dejó ultimada<br />

el artista.<br />

Los Desastres dan rienda suelta a una de las categorías estéticas<br />

fundamentales de la modernidad: el patetismo. Gaya, a diferencia de la<br />

mayoría de sus coetáneos, no fija ninguna crónica seriada y sistemática de<br />

los hechos, lo que dificulta la interpretación de las imágenes. Por el contra­<br />

rio, transforma o elimina lo anecdótico para llegar a una visión universal.


llO<br />

La muerte, el sufrimiento y la persecución ideológica muestran un mundo<br />

negativo al que es imposible sustraerse. No son estampas «propagandísti­<br />

cas», sino obras abiertas.<br />

La técnica casi en·.exclusiva al aguafuerte, vive en sabia unión con la<br />

punta seca y la agtíada; el aguatinta, tan usual en los Caprichos, apenas apa­<br />

rece, quizás pOr la falta de medios causada por la guerra. Todo ello acentúa<br />

el patetismo de la imagen y refuerza con el dominio técnico los valores<br />

estéticos, a pesar de los defectos de las planchas, descuidadas por sus here­<br />

deros, en la primera edición de 1863.


1 Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer<br />

Aguafuerte, punta seca, buril y bruñidor. 178 x 220 mm<br />

Un hombre arrodillado y suplicante, vestido con andrajos, se humilla y mira hacia lo<br />

alto; lo rodea un entorno no menos angustioso cuya negrura (física y simbólica) parece<br />

poblada de seres monstruosos, preludio de la sinrazón que vendrá. Goya seculariza la<br />

tradicional iconografía de Jesús en el Huerto de los Olivos (recurso también empleado<br />

en la estampa 16) y así pinta: ¡Qué cuadro tan lastimoso presentaba la España en los<br />

años de 1806 y 1807' ¡Con qué colores tan negros, con que imágenes tan lúgubres<br />

hubiera pintado Tácito la triste situación de esta agonizante monarquía, si hubiera<br />

escrito la historia de sus desastres' (anónimo, Valencia, 1809). JII


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... - ..<br />

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. 1.<br />

2 Con rzón o sin ella<br />

'. ' :'<br />

Aguafuerte. aguada, punta seca, buril y bruñidor. 150 x 209 mm<br />

Un pelotón de soldados napoleónicos se dispone a fusilar a un par de patritotas espaio­<br />

les que se defiende hasta la muerte (el del primer término embraza una lanza y esgrime<br />

un cuchillo mientras la sangre chorrea de su rostro). Entre los personajes del fondo la<br />

lucha continúa. Perdida la razón, facultad que modera las pasiones según el pensamien­<br />

to ilustrado, el hombre se convierte en una bestia, apelativo aplicable a ambos bandos<br />

(la máquina de matar profesional e impersonalizada de los franceses contrapuesta a la<br />

112 de los patriotas, provistos sólo de arma blanca).<br />

. i:'_< ' ,",',' d . .•. • • i . . • '<br />

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3 Lo mismo<br />

Aguafuerte, aguada, punta seca, buril y bruñidor. 162 x 223 mm<br />

El título hace referencia a la anterior estampa, el dominio de la sinrazón. Un patriota<br />

cuyo rostro recuerda la fisionomía de un loco, blande horriblemente su hacha. «Amemos<br />

ciegamente nuestra patri a hasta la locura» fue una consigna de la época (M. Freyre,<br />

1810). La


4 Las mugeres dan valor<br />

Aguafuerte, aguada, punta seca, buril y bruñidor. 157 x 207 mm<br />

Una mujer propina una mortal estocada a un soldado napoleónico mientras la compa­<br />

ñera se defiende como puede del enemigo que la ase de los pelos, Es una visión dramá­<br />

tica, fundamentada en numerosos relatos históricos, de la participación de la mujer en la<br />

//4 guerra, posición extremada en una actividad tradicionalmente reservada al hombre,


- - - - ---<br />

5 Y son fiers<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y punta seca. 158 x 210 mm<br />

Goya critica en esta estampa los efectos de sinrazón que produce en las clases menos<br />

preparadas y débiles la desesperación, estado pasional que puede volcar a la agresión<br />

más pura y sin freno, como la de la mujer que por defender a su hijo hiere mortalmente<br />

con un chuzo al francés. Pero la desesperación también puede volverse contra uno, si el<br />

objetivo de la misma no se alcanza, como recuerdan los tratadistas de la época; así, a la<br />

izquierda, una mujer se dispone a autoinmolarse cual Lucrecia. Piedras, cuchillos, espa­<br />

das y chuzos no son bastantes para combatir a un ejército profesional y bien pertrecha­<br />

do como el de la estampa. Título y aguafuerte continúan el sentido de la anterior. !! 5


6 Bien te se está<br />

Aguafuerte, aguada y buril. 144 x 210 1111<br />

Un militar napoleónico agoniza rodeado por sus compañeros en pleno campo de batalla<br />

cuyo fragor se observa al fondo, en el grupo de la izquierda. Gaya, con su particular<br />

empleo de la gramática, ironiza acerca de la gloria no alcanzada por muchos militares,<br />

116 muertos anónimos a la postre. La lámina está firmada en el ángulo inferior izquierdo.


I<br />

7 Qué valor!<br />

Aguafuerte, aguatinta, punta seca, buril y bruñidor. 158 x 209 mm<br />

Antítesis de la estampa 5, la razón -y no la desesperación- rige el acto calmoso de pren­<br />

der la mecha del cañón que sembrará la muerte en las filas enemigas. Se necesita valor,<br />

virtud que se apoya física y simbólicamente en el montón de cadáveres de los defenso­<br />

res que sirven de apoyo a la anónima mujer artillera. Ésta representa a todas las heroí­<br />

nas de la guerra (y no a Agustina de Aragón en particular, aunque la escena esté direc­<br />

tamente inspirada en su hazaña), por esta razón da la espalda al espectador ocultando su<br />

rostro que de soslayo resulta irreconocible por el efecto del abundante rayado del agua­<br />

fuerte; esta significación ejemplar y emblemática, Goya la concibió con claridad desde<br />

el principio como lo atestiguan los dos dibujos preparatorios (Gassier 168 y 169). ¡ 17


I<br />

8 Siempre sucede<br />

Aguafuerte y punta seca. 178 x 219 mm<br />

í<br />

)1 . /// 'r<br />

'( I{"<br />

Un coracero o dragón napoleónico junto con su caballo caen estrepitosamente en el<br />

campo; detrás de este descalabro, un grupo de jinetes pasa al galope. Atravesar así pue­<br />

blos y ciudades dominados, o sus alrededores, fue costumbre usual de los ocupantes<br />

franceses; el caballo al galope es utilizado como símbolo de fuerza y dominación. Pero<br />

esta velocidad puede traer fatales consecuencias como la representada en la lámina que<br />

lI8 podría hacer una velada alusión a la derrota de Bailén (22-VIl-1808).<br />

"


9 No quieren<br />

Aguafuerte, aguatinta, punta seca y buril. 1 S6 x 209 mm<br />

Un soldado napoleónico intenta raptar a una doncella; descuidado por la soledad del<br />

paraje (una aislada casa rural, sensación sugerida por la primitiva noria de arcaduces de<br />

la izquierda), ha bajado la guardia y no ve cómo una mujer vieja se acerca con un puñal.<br />

La violación sexual es un tema recurrente dentro de los horrores de la guerra que apa­<br />

rece en otras estampas de la serie así como en los grabados de otros artistas. El acierto<br />

plástico de la escena radica en el forcejeo de la joven con el soldado (blanco contra<br />

negro, pictóri co a la vez que simbólico), al que aparta poniendo una mano en su rostro;<br />

la vieja, por el contrario , está ins pi rada en la iconografa teatral de la época. 119


I<br />

; 1\<br />

I v<br />

10 Tampoco<br />

Aguafuerte y buril. 150 x 219 mm<br />

Reiteración del tema de la estampa anterior donde se ha dado comienzo a la descripción<br />

de los horrores de la guerra. En medio de un amasijo dramático de cuerpos, una mujer<br />

se defiende como fiera del rapto de los soldados napoleónicos. Firma invertida en el<br />

120 ángulo inferior derecho.


JI Ni por esas<br />

Aguafuerte, aguada, punta seca y buil. 162 x 213 mm<br />

Tema similar al de los dos aguafuertes precedentes. Un militar napoleónico arrastra al<br />

interior de un porche o cueva obscuros a una madre que deja desatendida en el suelo a<br />

su hijita; al fondo otro soldado trata de raptar a otra mujer que le implora sin resultado;<br />

a la izquierda se observa la silueta de una ermita o iglesia. El dramatismo de la escena<br />

esta subrayado por la diagonal que forman los personajes del primer término y el uso<br />

teatral de la luz. Firmado en el ángulo inferior izquierdo. 121<br />

---<br />

-<br />

------


L<br />

12 Par eso habeis nacido<br />

Aguafuerte, aguada, punta seca y buril. 163 x 237 111111<br />

Dentro de la representación de los horrores de la guerra y tras la representación de la<br />

violación de mujeres Goya graba la primera tanda de cuerpos sin vida (cf. 22 y 23) entre<br />

,<br />

los que se eleva un hombre que, vomitando sangre por la boca, pronto se unirá a estos.<br />

La utilización de un paisaje yermo sin más horizonte que el de la muerte, refuerza su<br />

122 patetismo.


13 Amarga presencia<br />

Aguafuerte, aguada, buril y bruñidor. 143 x 169 mm<br />

Amarga presencia la del varón maniatado de espaldas, de la izquierda, probable marido<br />

de la mujer a la que en el centro de la composición intentan violar dos soldados napo­<br />

leónicos; a la derecha, otro militar yace con una mujer, allegada de los anteriores. Los<br />

porches relacionan esta escena con la violación de la estampa J 1 Ni por esas, lo que con­<br />

fiere a los espacios arquitectónicos de esta serie un valor dramático más que tectónico.<br />

Gaya grabó este Desastre reaprovechando el dorso de la mitad de la lámina original del<br />

paisaje con una gran roca y edificios (antes de 1810; Harris, 23); la otra mitad se empleó<br />

en el Desastre 15. Firmada en el ángulo inferior izquierdo. 123


14 Duro es el paso!<br />

Aguafuerte, aguada bruñida. punta seca y buril. 143 x J 68 I11Il<br />

Un condenado a la horca es conducido por una escalera con la ayuda de tres sayones; a<br />

la par, un fraile intenta reconfortar espiritualmente al reo. Dos ahorcados se balancean<br />

al fondo; a la derecha otro reo parece prepararse para el paso. Como en la escena<br />

siguiente, Gaya intenta transmitir la sensación de simultaneidad de la muerte. Esta vez,<br />

la pena capital es infligida a presuntos colaboracionistas de acuerdo con los artículos"<br />

y III de un Decreto de principios de 1809. Gaya grabó este Desastre reaprovechando el<br />

dorso de la mitad de la lámina original del paisaje con una gran roca y cascada (Harris,<br />

124 24); la otra mitad se empleó en el Desastre 30.


15 Y /lO hai remedio<br />

Aguafuerte, punta seca, buril y bruñidor, 142 x 168 111111<br />

Un prisionero español va a morir fusilado por las tropas napoleónicas; detrás suyo, un<br />

camarada muere por la descarga de un segundo pelotón; al pie del protagonista, otro<br />

patriota yace muerto, Gaya consigue así transmitir la sensación de la s i multaneidad de<br />

la muerte, en el espacio y en el tiempo, continuación del asunto tratado en el anterior<br />

grabado, La máquina de matar de la guerra -tan anónima como los cañones de los fusi­<br />

les que asoman por la derecha de la estampa- es imparable, constante", y l/O hay reme­<br />

dio, Gaya grabó este Desasrre reaprovechando el dorso de la mitad de la plancha origi­<br />

nal del paisaje con una gran roca y edificios (antes de J 810; Harris, 23); la otra mitad se<br />

empleó en el Desastre 13. /25


16 Se aprovechan<br />

Aguafuerte, aguada, punta seca, buril y bruñidor. 162 x 237 I<br />

/'<br />

111'1 1 / ' 1 / 1.<br />

Una pareja de soldados napoleónicos despoja de sus vestiduras a los prisioneros muer­<br />

tos. Triste botín del que se aprovechan estos militares; el cadáver yacente del centro pre­<br />

senta una secularización del tema evangélico de la Deposición de Cristo muerto, recur­<br />

126 so ya utilizado en la primera estampa. Firmada en el ángulo inferior izquierdo.<br />

1"


17 No se convienen<br />

,) I J I I 11 ( I (<br />

Aguafuerte. punta seca, buril y bruñidor. 148 x 218 mm<br />

En medio del fragor de la batalla, sugerido por la lid y los muertos de la derecha, dos<br />

oficiales napoleónicos no se ponen de acuerdo respecto a las órdenes que han de cursar:<br />

en definitiva, no se convienen. Firmada por dos veces: la primera, casi oculta debajo del<br />

caballo, cerca del margen; la segunda, debajo del fusil del soldado muerto de la derecha. /27


18 Ellterrar y callar<br />

Aguafuerte, aguada bruñida, punta seta y buril. 163 x 237 11m<br />

(<br />

1- J. / ',-,' ,/ ," tI /( /"<br />

Una pareja desconsolada se tapa las narices para no oler el aire putrefacto que despren­<br />

de el montón de cadáveres hediondos que se arracima a sus pies, todos desnudos por los<br />

que se aprvec/¡a!. La muerte, en medio de un espacio desolado protagoniza la estam­<br />

pa, una de las más patéticas y de mejor resolución plástica de la serie. La composición<br />

J 28 tiene relación con la de la estampa 60. Firmada junto al margen inferior izqLlierdo.


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I<br />

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19 Ya 110 hay tiempo<br />

Aguafuerte, aguada, pUlla seca, buril y bruiiidor. 166 x 239 111111<br />

Un oficial mameluco, ya sea para restablecer la disciplina, ya para avisar de la proxi­<br />

midad del enemigo, provoca el cese de la violación de las mujeres en manos de la sol­<br />

dadesca: ya no hay tiempo. Los hombres que las defndían han muerto; al de la derecha,<br />

agonizante, un mameluco se dispone a infligirle un terrible tao con su sable, acción que<br />

parece interrumpir la presencia del oficial. Firmada en el ángulo inferior izquierdo,<br />

debajo de la pierna del soldado napoleónico.<br />

129


20 Curarlos y a otra<br />

Aguafuerte, aguada, buril y bruñidor. 162 x 237 mm<br />

' ·1<br />

( 1/ '.7 ,' 1 t<br />

Soldados franceses heridos, casi moribundos, son curados para su pronto regreso al fren­<br />

te. Envuelve la escena un paisaje de cadáveres y una naturaleza tan patética como la pro­<br />

pia enfermedad de los militares: la silueta de dos árboles se recorta mostrando sus sim­<br />

bólicas ramas rotas (cf. 16 Se aprvechan). La composición del soldado herido de la<br />

izquierda parece preludiar la del lienzo Coya atendido por Arrieta (Minneapolis<br />

Institute of Arts, EE. Uu., 1820) a la par que seculariza la iconografía de la Piedad cris­<br />

tiana. Firmado y fechado en 1810 abajo a la izquierda, disimulado por el rayado del<br />

¡ 30 aguafuerte.


21 Será lo mismo<br />

Aguafuerte y aguada bruñida. 148 x 218 mm<br />

Una pareja de hombres apilan los cadáveres de un grupo de guerrilleros -obsérvese la<br />

canana de uno de ellos- muertos en alguna acción, mientras una mujer llora amarga­<br />

mente estas muertes. El sentido de esta lámina no está claro; de nuevo domina el pate­<br />

tismo de la muerte afirmado por una luz expresiva. Firmado por dos veces en el ángulo<br />

inferior izquierdo.<br />

131


í<br />

._ t /11/.\1110 (11 O/I"aS ))(!r!t,f<br />

23 Lo mismo ell otrs partes<br />

Aguafuerte, aguada, punta seca y buril. 162 x 240 mm<br />

Lo mismo de la anterior en otras partes, Hay dos variantes significativas entre el dibu­<br />

jo preparatorio y el aguafuerte: la composición en un espacio cueva, típico de algunas<br />

de las pinturas de esta época,(como la serie bélica del marqués de la Romana); en el<br />

dibujo hay un único guerrillero vivo que parece alcanzado por un disparo, el cual se<br />

transforma en el cadáver tendido de espaldas de la derecha, intensificando el efecto paté­<br />

tico de la muerte. Firmada dos-veces junto al margen inferior, hacia la izquierda: una vez<br />

bajo el rayado del aguafuerte; la definitiva, en el blanco. 133


¡ /-<br />

24 Aun podrán servir<br />

Aguafuerte y bruñidor. 163 x 260 mm<br />

".<br />

- !<br />

' 1/1/ /Htdr(/! _\t-rl'lr<br />

Un grupo de militares españoles acaba de dar una batalla junto a una fortaleza; los heri­<br />

dos, que más bien representan a muertos, son recogidos por varios civiles. Si sanan aún<br />

134 podrán servir. Firmada en el ángulo inferior izquierdo.


25 Tambien éstos<br />

Aguafuerte, punta seca y buril. 165 x 236 mm<br />

Continuación de la estampa anterior; esta vez la acción se desarrolla en un hospital de<br />

campaña donde junto a los enfermos tambíén se representa a la muerte. Es notable el<br />

juego de personajes vivos, convalecientes o muertos compuestos en escorzo, recurso que<br />

da a la escena una paradójica dinamicidad. Firmada junto al márgen lateral izquierdo. 135


2.)<br />

1.7<br />

26 No se puede mirar<br />

Aguafuerte, aguada, punta seca y buri 1. J 45 x 2 J O 1111<br />

.'1 ')./(,J( Jllt rtl i'<br />

Fusilamiento de un grupo de patriotas, hombres, mujeres y niños. Como en otras esce­<br />

nas de la serie, la acción se desarrolla en un espacio cueva, bajo una luz expresiva, no<br />

naturalista, y sin que se muestre a los actores de la ejecución (el anonimato de la máqui­<br />

na de matar) de los que únicamente se conoce el estremo de sus fusi les armados con<br />

bayonetas (eL 15 Y no hay remedio). Firmada en la parte inferior izquierda, parcial­<br />

136 mente oculta por el rayado del aguafuerte.<br />

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27 Caridad<br />

.=3:<br />

Aguafuerte, aguada, punta seca, buril y bruñidor. J 63 x 236 mm<br />

Continuación del asunto de la estampa 18 Enterrar y callar. Los cadáveres ya aprvechados<br />

(cf. 16 Se aprvechan) son arrojados desnudos a una profunda y tenebrosa fosa<br />

común. Hay razones de salubridad ya indicadas en el aguafuerte 18 (el personae mas­<br />

culino que se tapa la nariz) y ahora se hace referencia -quizás con ironÍa- a la virtud de<br />

la caridad. Firmada y fechada en J 8 I O, en el ángulo inferior izquierdo. /37


2 6<br />

28 Populacho<br />

Aguafuerte, aguada, buril, punta seca y bruñidor. 177 x 220 mm<br />

,{;/J ti la (/(r<br />

Un presunto traidor, tras haber sido arrastrado por las calles, es apaleado por una pare­<br />

ja con la connivencia del vulgo, entre el que destaca un eclesiástico con sombrero de<br />

teja; populacho, lo llama despectivamente Gaya, que consiente este tipo de desmanes<br />

que equiparan su barbarie con la del enemigo. Tadeo González Mateo escribe en la<br />

Gaceta de 16-X-1808: Persuádete pues, a que nada bueno se puede esperar de los cr<br />

menes y de los excesos; todo ha de ser malo y perjudicial a la patria: el que halla pla­<br />

cer en arrastrar vivo a un hombre que no conoce, hasta hacerle dejar la vida entre las<br />

/38 piedras y estacas [ . . .]<br />

.<br />

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-----<br />

29 Lo merecia<br />

Aguafuerte, punta seca, buril y bruñidor. 180 x 220 mm<br />

-------. ------- .<br />

Continuación de la estampa anterior, esta vez con un sentido irónicamente aprobatorio.<br />

En este par de aguafuertes reitera Goya el tema de la sinrazón del hombre que puede<br />

provocar la bestialidad más absoluta (cL 2 Con razón o sin ella y 3 Lo mismo). La vio­<br />

lencia física que parece desprenderse de la escena no es menos vívida que la de la des­<br />

cripción de González Mateo: [el] que se recrea en ver saltar su sangre [la del arrastra­<br />

do]; que oye con serenidad, cuando no con algazara, sus últimos lamentos y suspiros;<br />

y que acaba sufiera diversión con llenar de carne humana los huecos de las calles, que­<br />

mando el resto para aventar sus cenizas, es capaz de cometer más atrcidades que las<br />

que se pueden imaginar. 139


30 Estragos de la guerra<br />

Aguafuerte, punta seca, buril y bruñidor. x 170 mm<br />

141<br />

Una bomba ha destruido una casa y provocado la voladura de todo su interior, donde<br />

destaca el cuerpo de una joven que cae sobre un grupo de cadáveres retorcidos por el<br />

efecto de la explosión. Inspirada en los sucesos del primer sitio de Zaragoza, Gaya crea<br />

una escena convincente, llena de dramatismo. Firmado en la parte inferior izquierda,<br />

oculta por el rayado. Gaya grabó este Desastre reaprovechando el dorso de la mitad de<br />

la plancha original del paisaje con una gran roca y cascada (Harris, 24); la otra mitad se<br />

140 empleó en el Desastre 14.


31 Fuerte cosa es!<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y punta seca. 155 x 208 mm<br />

Un soldado napoleónico , visiblemente indignado, se dispone a cortar con su sable las<br />

sogas de las que cuelgan tres presuntos afrancesados, ahorcados por patriotas españoles;<br />

a las espaldas de este militar, otro sostiene las piernas del aj usticiado para amortiguar la<br />

caída del cadáver. Como en otras esta mpas de la serie (cf. 32, 33, 37, etc.) el árbol sub­<br />

vierte su antigua significación como elemento placentero de la naturaleza para conver­<br />

tirse en medio de tortura. A la izquierda, otro soldado sostiene a una mujer mi entras un<br />

segundo militar se avalanza sobre ésta, en un grupo confuso y mal resuelto. 14/


32 Por qué?<br />

Aguafuerte, aguada , buril y bruñidor. 157 x 209 mm<br />

-<br />

Tres militares napoleónicos ahorcan a un patriota. La crueldad de la acción ha sido con­<br />

densada en el rostro agónico y el pelo encrespado del desgraciado español que es aho­<br />

gado de la forma más patética: dos soldados tiran de sus piernas mientras el tercero lo<br />

empuja con la pierna apoyada en el hombro; todos hacen fuerza y estiran del cuerpo<br />

atado al árbol, de nuevo convertido en instrumento de tortura. La tensión de la escena<br />

142 se transmite mediante una composición dinámica a base de diagonales.


33 Qué hai que hacer mas?<br />

Aguafuerte, aguada, buril y bruñidor. 157 x 207 mm<br />

Un grupo de mamelucos sujeta por las piernas a un prisionero desnudo al que otro sol­<br />

dado se dispone a mutilar en la ingle. Más cuerpos mutilados aparecen en la s estampas<br />

37 Esto es peor y 39 Grande hazaña ¡Con muertos' Para Gaya toda esta serie de cruen­<br />

tísimas barbaridades está provocada por efecto de la sinrazón que convierte al hombre<br />

en una bestia como ya expuso en la estampa 2 Con razón o sin ella. 143


4<br />

34 Por una navaja<br />

Aguafuerte, punta seca, buril y bruñidor. 157 x 208 mm<br />

El garrote fue generalizado como método de ejecución por el rey intruso José 1, en 1809.<br />

Su empleo, que venía de antiguo, lo recoge Gaya en una estampa suelta anterior, El agarrofado<br />

(1778-1780), pero en este contexto de los Desastres cobra una nueva dimensión<br />

crítica. La posesión de una insignificante arma blanca (la navaja que cuelga sobre el pecho<br />

del reo, por encima del texto de la sentencia) puede conducir a un hombre cualquiera, tal<br />

vez ni siquiera un patriota, al patíbulo. Eso sí, debidamente asistido por los auxilios de la<br />

religión (el cruzifijo en sus manos). El pueblo contempla la pena impotente, entre los<br />

144 sollozos de alguna figura.


35 No se puede saber por qué<br />

Aguafuerte, aguada bruñida, punta seca y buril. 154 x 256 mm<br />

Un grupo de españoles han sido agarrotados. Se supone que por la tenencia ilícita de las<br />

amlas que cuelgan de sus cuellos, o por actuar como espías, caso de los que tan sólo por­<br />

tan el papel de su delito. Siendo estas dos faltas graves y motivo suficiente para la eje­<br />

cución como proclaman los edictos y las sentencias, los rostros de estos ajusticiados,<br />

con sus semblantes de «pobres diablos», hacen a Goya ironizar sobre la pretendida jus­<br />

ticia francesa que según se divulga no persigue otro fin salvo «que los buenos descan­<br />

sen sobre la protección de las leyes, teman el castigo los malos y sirva de ejemplo a<br />

todos» (Gaceta de Madrid, 8-II-181 O). 145


j<br />

36 Tamoco<br />

Aguafuerte, bruñida, punta seca y buril. 157 x 208<br />

aguatinta mm<br />

El título de la estampa continúa el sentido de la anterior: Tampoco se puede saber por<br />

qué. Un presunto "guerrillero" cuelga ahorcado por su propia correa de un árbol seco (la<br />

simultaneidad de la muerte que se repite en los ahorcados del fondo). Al escario de una<br />

muerte tenida por infame -desde 1809 se ha generalizado el método del garrote- se suma<br />

la posición caída de los pantalones. Sin embargo, frente al dramatismo de la pena des­<br />

taca la actitud entre meláncolica y meditabunda del polaco -paradigma del horror y el<br />

espíritu sanguinario en las filas napoleónicas-, único elemento vivo presente en la esce­<br />

na. La indolencia del ser humano ante los horrores de la guerra lleva a una especie de<br />

patetismo del que careció la estampa que probablemente sirvió a Gaya de inspiración<br />

146 directa: el grabado 11 de Les Miseres et les Malheurs de la Guerre de J. Callot (1611).<br />

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37 Esto es peor<br />

Aguafuerte, aguada y punta seca. 157 x 208 mm<br />

Un prisionero español desnudo ha sido empalado en un árbol seco a la par que mutila­<br />

do de sus extremidades superiores; al fondo, en un plano inferior, en parte acuito, dos<br />

militares napoleónicos, uno con el sable, el otro con un cuchillo, parecen mutilar a un<br />

prisionero. A la izquierda, un militar arrastra un cadáver en dirección al grupo. Este<br />

aguafuerte que representa la barbarie francesa tiene su contrapunto en el 39 Grande<br />

hazaña ¡Con muertos! donde se expone la de los patriotas. En ambos, el árbol se trans­<br />

muta en objeto de tortura (cf. 32 ¿Por qué?). 147


38 Bárbaros!<br />

Aguafuerte, aguatinla bruñida y punta seca. 155 x 208 mm<br />

Un par de arcabuceros napoleónicos se dispone a fusilar de espaldas y atado a un árbol<br />

a un prisionero; en un segundo plano inferior, recurso de composición utilizado también<br />

en la estampa precedente, el resto del destacamento contempla la escena. El título dado<br />

por Goya deja fuera cualquier duda la intención de todo este grupo de aguafuertes (32-<br />

148 39): Bárbars.


39 Grande hazaía! Con muertos!<br />

Aguafuerte, aguada y punta seca. 156 x 208 mm<br />

Los cadáveres mutilados (los dos de la izquierda han sido castrados) pendientes del<br />

árbol deben ser identificados con los de tres presuntos traidores. La muerte deshonrosa<br />

(horca, degüello, etc.) y el posterior troceamiento de los miembros del cuerpo para su<br />

exhibición pública en caminos y lugares públicos, constituyó una práctica salvaje del<br />

populacho "patriota" hacia los que designó de modo sumarísimo como traidores, asun­<br />

to del que se ocupan gacetas y memoriales de la época. Goya arremete de nuevo contra<br />

la ignorancia, presentando a la refexión del espectador este «monumento de barbarie y<br />

atrocidad». La firma Gaya aparece grabada en el ángulo inferior izquierdo. 149


40 Algún partido saca<br />

Aguafuerte, punta seca y buril. 177 x 221 mm<br />

( ;'n" 1 1 1<br />

./'(¡ Ir I rll (' ({<br />

Un hombre descalzo, representación del empobrecido pueblo español, lucha contra el<br />

Bull Dog (en español «perro toro») británico que bufa enseñando sus afilados colmi­<br />

llos. Los aliados británicos con Wellington a la cabeza, algún partido sacan por su inter­<br />

vención armada en la Guerra de Independencia (Peninsular War) como se queja la pren­<br />

sa de la época, que menciona las destrucciones y saqueos innecesarios causados por las<br />

150 tropas aliadas. Este aguafuerte marca un punto de inflexión en mitad de la serie.<br />

<br />

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I<br />

41 Escapan entre las llamas<br />

(" .c<br />

Aguafuerte y buril. 162 x 236 mm<br />

1/0_ )ti (1 L<br />

Como en la estampa 30 Estragos de la guerra, de nuevo vuelve Goya ha mostrar los<br />

efectos dramáticos de un bombardeo, admirablemente sugerido con el rompimiento de<br />

luz del fondo que siluetea los cadáveres del horizonte, entre los que destacan un par de<br />

pies desnudos como en 18 Enterrar y callar. En relación con la estampa anterior, se<br />

podría interpretar este incendio como el producido por la destrucción de la llamada Casa<br />

de la China, manufactura real de porcelanas del Buen Retiro destruida por los ingleses.<br />

Firmado en el ángulo inferior izquierdo, disimulado bajo el rayado. 151


Q<br />

42 Todo va revuelto<br />

Aguafuerte y buri 1. 178 x 220 mm<br />

,'';( "11 rpj/uP/O.<br />

Un grupo de frailes dominicos y capuchinos corre en todas direcciones; al fondo, a la<br />

izquierda, uno lleva una alfOlja bien repleta; a la derecha, otro monje contempla el escu­<br />

do del Santo Oficio (la espada y el ramo de olivo). Todo va revuelto, según los intere­<br />

sados, desde la supresión de la Inquisición, en 4 de diciembre de 1808, por el intruso<br />

152 José I.


------------------<br />

--<br />

43 Tambien esto<br />

Aguafuerte y agualinla bruñida. 157 x 209 mm<br />

Continuación de la anterior, frailes de varias órdenes vagan por un espacio campestre,<br />

unos corren (los franciscanos del primer término), otros conversan o simplemente repo­<br />

san C01110 los del fondo, a la derecha. El aguafuerte es una clara alusión al decreto de<br />

supresión de las órdenes regulares de José 1, en 18-VIll-1809. /53<br />

-


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44 Yo lo vi<br />

Aguafuerte, punta seca y buril. 161 x 239 mm<br />

c, lo fJ(_ .<br />

Un variado gentío, encabezado por un sacerdote con su bolsa, abandona precipitada­<br />

mente por temor a las tropas invasoras, una población cuyo caserío aparece diseminado<br />

en lontananza. Escenas como esta debió verlas Gaya en su viaje a Zaragoza o a<br />

Piedrahita durante la guerra. Sin embargo, la locución Yo lo vi es un lugar común en la<br />

retórica de la época que no sirve para objetivar, en un hecho concreto, esta composición.<br />

J 54 Firmada en el ángulo inferior izquierdo.


45 Y esto también<br />

Aguafuerte, ¿aguada, aguatinta, punta seca y buril. 166 x 222 ml11<br />

Continuación del tema anterior, la composición se ha centrado en un detalle de las gen­<br />

tes huidas que portan algunos de sus bienes, sus hijos e incluso animales como el marra­<br />

no de la izquierda. El abandono de las poblaciones ante el anuncio de la invasión fran­<br />

cesa fue un hecho generalizado que obligó a dictar severas medidas conmitorias dirigi­<br />

das a los habitantes de dichos núcleos. Firmada en el ángulo inferior izquierdo. 155<br />

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47 Así sucedió<br />

Aguafuerte. aguada bruñida. punta seca. bruñidor y buril. 156 x 209 mm<br />

Un par de soldados bonapartistas roban el tesoro de una iglesia: varios candelabros, un<br />

cáliz, una cruz procesional, una imagen de la Virgen con corona de plata, etc. Los ladro­<br />

nes anónimos huyen inclinados por el peso del botín; atrás dejan a un fraile derribado<br />

junto a la barandilla del comulgatorio, doblado hacia adelante por acción del dolor físi­<br />

co de la herida en el vientre que le han infligido los infantes, probablemente al resistir­<br />

se a la entrega de los objetos preciosos. El saqueo de los templos fue frecuente, y las<br />

gacetas y púlpitos hicieron ruido con algunos. Sin embargo, Gaya no objetiva el hecho<br />

y presenta a las partes sin rostro, en el final de la fechoría.<br />

157


48 Cruel lástima!<br />

Agllafuerte, aguada bruñida y buril. 151 x 208 mm<br />

'.,<br />

' .... - .....<br />

![,,! I ·Jl'U /<br />

( ,;/1,,1 .<br />

Un hombre en pie y descubierto contempla un grupo de cadáveres yertos en el piso, en<br />

medio de un paisaje patéticamente desolado; entre éstos, una madre sostiene en su rega·<br />

zo a su hijo, probablemente muerto. La escena posee una solución compositiva similar<br />

a la de 18 Enterrar y callar. A partir de esta estampa y hasta el comienzo de los capri·<br />

chos enfáticos (aguafuertes 65 al final) Gaya presentó una nueva serie de las fatales<br />

158 consecuencias de la guerra: el hambre y sus hijuelas, la enfermedad y la muerte.<br />

.<br />

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1<br />

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49 Caridad de una muger<br />

Aguafuerte, aguada, bruñidor y buril. 156 x 208 mm<br />

Una mujer completamente cubierta porta un plato de comida hacia un grupo de menes­<br />

terosos, en presencia de una mujer y un obeso sacerdote. A partir de 1811, el hambre fue<br />

un hecho generalizado tanto en Madrid coro en toda la Península; a pesar de las medi­<br />

das benéficas adoptadas en la capital del reino por el rey intruso, no se pudo paliar la<br />

escasez, para la que se reclamó el concurso de los particulares como nos muestra esta<br />

escena, relacionable tamáticamente con la 59 ¿De qué sirve una laza?<br />

159


50 Madre infeliz!<br />

1 ,<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y punta seca. 157 x 206 1111<br />

1 I " e '-"jt'/' l<br />

Una joven madre muerta es conducida por tres hOl1bres ante el llanto de su hijita que<br />

sigue al cortejo fúnebre; al fondo, otra moribunda pronto seguirá los pasos de la ante­<br />

rior. De nuevo, Gaya recurre a una composición en un yermo tenebroso, en el que una<br />

160 luz expresiva, no naturalista, inunda las figuras de los tristes protagonistas_


51 Gracias á la almorta<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 156 x 205 mm<br />

Un grupo de menesterosos de ambos sexos acuden con sus escudillas al socorro de una<br />

mujer completamente velada que reparte unas gachas a base de harina de almorta como<br />

nos aclara el título. Esta legumbre cuyos granos tienen forma de muelas descarnadas<br />

«


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52 No llegan á tiempo<br />

Aguafuerte, aguada, punta seca y buriL 157 x 207 mm<br />

,t //¡ya! {L !¿('/::.<br />

Una mujer mayor (idéntica a la caritativa protagonista de las estampas 49 y 51) sostie­<br />

ne por las axilas, con la ayuda de otra más joven, a una madre muerta en cuyo auxilio<br />

no llegan a tiempo. Al fondo, un hombre con sombrero yace ·muerto en el piso. La com­<br />

162 posición vuelve a secularizar el tema cristiano de la Piedad.


I¡<br />

53 Espiró sin remedio<br />

Aguafuerte, aguada, aguatinta bruiida, buril y bruñidor. 156 x 209 mm<br />

La persona muerta que espiró sin remedio no es mostrada al espectador, oculta por las<br />

seis personas que la rodean, en una típica escena callejera (obsérvese a la joven sirvien­<br />

ta cOn su cesta para la compra, interrumpida en su recado). El tema patético de la muer­<br />

te, reiterado en esta estampa, es presentado con un recurso teatral al que contibuyen la<br />

luz expresiva. 163


5 1<br />

54 Clamores en vano<br />

Aguafuerte, aguada, buril y bruñidor. 157 x 208 mm<br />

e rn r r( , f v a r<br />

En vano son los clamores del grupo de menesterosos de la izquierda ante el paso de las<br />

personas de buena condición, como la figura del oficial napoleónico que, altivo, con<br />

mostacho y tocado con un gran bicornio, no hace caso de las lamentaciones de estos<br />

pobres esqueléticos arrebujados a la sombra del tejadillo de un pobre edificio. [ . ..] las<br />

casas, las calles, los templos, todos resuenan con los clamores de los dolientes o nece-<br />

164 sitados [ . . .] publica la Gaceta de Madrid en 8-V-1812.<br />

(f¿


', 'o<br />

;. "<br />

55 Lo peor es pedir<br />

.,. <br />

" , .r<br />

Aguafuerte, aguada y bruñidor. 156 x 208 mm<br />

.. . . .<br />

1, ' •<br />

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. p •• ,:<br />

La guela atrajo el hambre, en especial a las urbes como Madrid. Un grupo de faméli­<br />

cos comtempla el paso de una joven prostituta que cruza sin mirarlos; al fondo, un bigo­<br />

tudo soldado napoleónico contempla a la hetaira. En el dibujo preliminar (Gassier 204),<br />

la meretriz, acompañada por una alcahueta, es conducida por un soldado bonapartista y<br />

las figuras esqueléticas alzan la mano para pedir. En el aguafuerte, Goya ha simplifica­<br />

do la composición, enmascarando la acción de la joven a la que no critica. La firma del<br />

artista está "emboscada" entre las hierbas del ángulo inferior izquierdo (la g está inver­<br />

ti. ¡<br />

¡ ..<br />

- " . .


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56 Al cementerio<br />

Aguafuerte, aguada y punta seca. 156 x 208 mm<br />

- -- - ----_. _-. -..<br />

"<br />

,l{ I re7J 7,,/,lr 'rl "<br />

Un par de hombres conducen un cadáver al cementerio como aclara el título. Al fondo,<br />

una madre con su hijito, recuerdo iconográfico de la Virgen con el No, Los muertos en<br />

Madrid fueron tantos que los servicios públicos no daban a basto en recoger y enterrar<br />

los cadáveres. De nuevo Gaya seculariza una iconografía cristiana: El entierr de<br />

Cristo. Recuerda una copia libre de la Deposición de Caravaggio en Santa Maria in<br />

Vallicella de Roma que pudo conocer Gaya en su original romano a través de copia o de<br />

166 los abundantes grabados que la difundieron.<br />

z-- :".),<br />

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1,<br />

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57 Sanos y enfermos<br />

Aguafuerte, aguatinta, buril y bruñidnr. 157 x 209 mm<br />

La hambruna provocada por la guerra redujo la dieta de los menesterosos a la ingestión<br />

de pan como único alimento. En seguida surgieron especuladores que fabricaron el ali­<br />

mento con harinas de muy diversa especie y condición, produciendo un pan insalubre.<br />

De resultas, la población madrileña sufrió de penalidad añadida. Goya representa a<br />

enfermos y sanos en un espacio arquitectónico envuelto por luces y tinieblas, las mis­<br />

mas que limitan cada grupo. En la retórica de la época, el adjetivo sano también se apli­<br />

có en ambos bandos (bonapartistas y patriotas) a la parte de la nación española legíti­<br />

ma y antagonista de la otra, matiz que confiere una doble lectura política de la lámina. 167


-<br />

58 No hay que dar voces<br />

Aguafuerte, aguatinta, buril y bruñidor. 157 x 211 mm<br />

, J /,-, (<br />

1. . / I t)" I ¡ t ,u 2-u r: da r ¡I(ln',,"<br />

No hay que dar voces de queja porque no las oigan los franceses del fondo, elegante­<br />

mente vestidos, el de espaldas con un carrik (sobretodo de esclavina) y tocado con som­<br />

brero de copa bajo; los oficiales del horizonte, con bicornios a la moda. Contraste del<br />

patetismo de la miseria del primer término con la elegancia de la clase superior del<br />

168 fondo, ajena a la hambruna; interesante variación del aguafuerte 54 Clamores en vano.<br />

J<br />

l<br />

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59 De qué sirve ulla taza?<br />

" ,r¡ I ¡; [" 111(1 1(--11.;<br />

Aguafuerte, aguada y aguatinta bruñida. 157 x 207 mm<br />

Una mujer socorre con un tazón de comida a una joven madre agónica cuyo rostro des­<br />

fallecido es sostenido por otra mujer más mayor; a su alrededor, un grupo de cadáveres<br />

entre los que destaca un par de criaturas. La escena es presentada en un yermo con una<br />

iluminación tenebrosa conseguida a través de un aguatinta muy gruesa. La caridad ya<br />

inútil de esta mujer (¿De qué sirve una taza, si esta casi muerta?) se relaciona temática­<br />

mente con la estampa 49 Caridad de una muer. 169


.<br />

. e<br />

,1<br />

60 No hay quien los socorra<br />

Aguafuerte, aguatinta, buril y bruñidor. 154 x 207 mm<br />

S (}(' { / T(D .<br />

Una pareja de adultos y otra de niños, todos muertos o en la agonía, yertos sobre el suelo<br />

por inanición, provocan la desesperación de un pobre hambriento que se lleva la mano<br />

al rostro con horror. Los efectos del hambre, visibles en el grabado esquelético de las<br />

extremidades, han producido esta situación terminal. El patetismo de la escena ha sido<br />

reforzado por Gaya presentando a estos menesterosos en medio de un paraje desierto,<br />

lejano de los centros de beneficencia de la ciudad o de cualquier otro socorro. Mediante<br />

un fondo logrado por el bruñido de la aguatinta, se crea la ilusión de un amanecer que<br />

J 70 ya no verán estas personas.


,,/<br />

J/ ,fO/l ; otro !nr: I .<br />

61 Si son de otro linage<br />

Aguafuerte, aguada, punta seca, bruñidor y buril. 156 x 208 1111<br />

Un grupo de pobres, del que se eleva el más menesteroso, tendiendo la mano para pedir<br />

limosna, se enfrenta, en simetría casi exacta, al grupo de los burgueses. El del bicornio,<br />

elegante y a la moda, representa a la clase especuladora, enriquecida por la guerra como<br />

glosó la Gaceta de Madrid en 1812: Vimos levantarse de /a nada ca/osos de poder y de<br />

riqueza; vimos cubrirse con el andrajoso manto de la indigencia a otrs que en algún<br />

tiempo habían nadado en la opulencia. A estos últimos, representaría la figura del bur­<br />

gués con sombrero de copa, serio y avejentado. Oportunamente lo ha grabado Goya en<br />

un plano inferior, para mostrar su desventaja social respecto del nuevo rico que vuelve<br />

la espalda a los pobres, a los que no puede sacar nada, como si fueran de otro linaje o<br />

condición humana. Entre los dialogantes se encuentra el rostro de una joven hermosa<br />

que mira al espectador fijamente, ajena a todo y a todos. /7/


62 Las camas de la muerte<br />

Aguafuerte, aguada, punta seca, buril y bruñidor. 177 x 221 mm<br />

-;, .. !L<br />

rnn ' 0S rv r a e rt .<br />

Los muertos cubiertos por una sábana se almacenan en espera de su entierro. Por medio<br />

de esas camas de la muerte deambula un persona cubierta con una harapienta sábana<br />

con la que se emboza y protege del hedor putrefacto (compárese con la figura femenina<br />

172 de 18 Enterrar y callar).


-' . )<br />

63 Muertos recogidos<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 155 x 208 mm<br />

Un montón de cadáveres espera su entieno; junto a ellos un par de ataúdes, un lujo por<br />

aquellos días. Son muertos recogidos, como anota Goya con amargo sarcasmo. Un cam­<br />

bio importante ha realizado el artista en el paso del dibujo al cobre; ha vestido todos los<br />

cuerpos, desnudos en el dibujo (cf. Gassier 212), y ha suprimido los cuerpecitos de cua­<br />

tro niíos.<br />

173


e '1<br />

64 Carretadas al cementerio<br />

Aguafuerte, aguatinta, buril y bruñidor. 156 x 209 mm<br />

el ra)as a ! ('e/nent('/,o<br />

Unos hombres cargan sobre una carreta llena de cuerpos sin vida, el cadáver de una<br />

joven hermosa cuyo grácil cuerpo conmueve; detrás, otros funcionarios acarrean más<br />

muertos. Mesonero Romanos recuerda en sus memorias como en Madrid, en aquella<br />

época, tan alto era el número de los muertos por el hambre y la enfermedad que las<br />

carretas municipales pasaban hasta dos veces al día, a recoger los cadáveres deposita-<br />

174 dos en las iglesias y calles.


.J .<br />

65 Qué alboroto es éste?<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y/o aguada, buril y bruñidor. 180 x 221 mm<br />

No está clara la explicación de esta estampa, pues, a partir de aquí, el lenguaje emplea­<br />

do por Gaya es el simbólico propio de los caprichos enticos. Un militar interrumpesLI<br />

tarea de anotar sobre unos papeles, para contemplar cómo dos mujeres son hostigadas<br />

por sendos canes furiosos; al fondo, más personas parecen formar una cola. El conjun ­<br />

to podría referirse a la evacuación de Madrid ante la inminente entrada de las tropas alia­<br />

das al mando de Wellington . 175


ó ( , .<br />

3n; ',.<br />

--<br />

·ti<br />

66 Extraía devocion!<br />

',"'!':<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida o aguada, y bruñidor. ¡ 77 x 222 mm<br />

['X /ULñl& dC'1I0c.¿"on./<br />

Un asno carga con una urna en la que yace el cuerpo incorrupto de un personaje vene­<br />

rable; en derredor, los devotos asistentes a la procesión se arrodillan y rezan ante la reli­ .<br />

quia. El asno es símbolo de ignorancia y estupidez; a tenor de ciertas fábulas de la época<br />

(Samaniego e Ibáñez de la Rentería) se podría interpretar la estampa como una sátira<br />

moral contra la vanidad, entendiendo que el asno (paradigma literario de la estulticie)<br />

cree que él es el objeto de veneración de las gentes y no la momia de sus espaldas. Sin<br />

embargo, Gaya critica veladamente el sometimiento del pueblo a los LSOS y costumbres<br />

del Antiguo Régimen, en particular los de la Iglesia, ya periclitados (tal como el cadá­<br />

ver venerado) y su sometimiento servil fruto de la ignorancia (el asno), tema recurrente<br />

176 en los Desastres. Este capricho enfático está en relación con el 67.<br />

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67 Esta no lo es menos<br />

Aguafuerte, aguada y/o aguatinta bruñida, punta seca, buril y bruñidor. 179 x 220 mm<br />

Un trío de viejos aristócratas, ataviado a la moda del Setecientos, soporta una imagen de<br />

vestir de la que se puede apreciar la armadura y las ruedas de la plataforma; la proce­<br />

sión continúa y otro personaje porta una segunda imagen. Las vírgenes son identifica­<br />

bles con la de la Soledad y la de Atocha (la del fondo). Goya intensifica con la crítica<br />

en esta extraña devoción el poder del clero y su poder reaccionario, fuente continua de<br />

luchas entre serviles y liberales. 177


'.<br />

Y \<br />

68 Que locura!<br />

Aguafuerte, aguada y buril. 160 ) 222 mm<br />

(Jue /¡/ ro /<br />

Un fraile se dispone a defecar tras haber comido como denota la cuchara en su diestra;<br />

mira, a su derecha, a un conjunto de máscaras junto a un orinal; a su izquierda, una pila­<br />

da desordenada de estampas devotas (se aprecian una Virgen y la aparición milagrosa de<br />

otra), exvotos de cera y reales (por ejemplo, unos pantalones junto a una muleta), un<br />

maniquí con ropas femeninas", Al fondo, en la penumbra, sus compañeros frailes for­<br />

man en procesión, Este capricho enfático critica -como los 66 y 67- las costumbres reli­<br />

giosas atávicas del Antiguo Régimen; el fraile vive a la sopa boba gracias a la ignoran­<br />

cia de la feligresía crédula en supersticiones (los exvotos e imágenes de la derecha) y a<br />

178 la manipulación que de aquélla lleva a cabo esta clerigalla (las máscaras),


69 Nada. Elo dirá<br />

Aguafuerte. aguatinta bruñida, aguada y punta seca. I SS x 20J mm<br />

La Muerte escribe al fin Nada (título nihilista dado por Gaya, alterado por la Academia<br />

de San Fernando en la primera edición) vencida por un ejército de espectros, entre los<br />

que destaca por su iluminación un clérigo con cabeza de perro, símbolo de la avaricia;<br />

la Muerte sostiene una corona de paja, símbolo de la gloria pasajera del poder. La<br />

Justicia, al extremo opuesto, lee ajena mientras sostiene su balanza característica y resplandece<br />

en su débil halo. Simboliza este desastre el retroceso social y político dado a<br />

la vuelta de El Deseado, tras una esperanzada espera sostenida durante la Guerra de<br />

Independencia; sólo permanece el nombre de la Justicia. Este grabado guarda cierta<br />

relación con una popular vanitas barroca de Valdés Leal, Finis gloria: mundi, probablemente<br />

contemplada por Gaya en Sevilla, en 1790. 179


I "<br />

70 No saben el camino<br />

Aguafuerte, punta seca, buril y bruñidor. 177 x 220 1111<br />

, ,;<br />

,


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l.<br />

71 Contr el bien generl<br />

Aguafuerte y bruñidor. 177 x 221 mm<br />

Un fraile tocado con alas de murciélago (vampiro) y de largas uñas (símbolo de avari­<br />

cia) escribe en un gran libro al tiempo que levanta la mano siniestra y dirige el dedo índi­<br />

ce hacia arriba (el cielo, Dios); se halla sentado en una antigua silla del Seiscientos (tan<br />

anticuada como su pensamiento); sus pies apoyan en una gran bola, símbolo del orbe.<br />

Al fondo, un grupo de personajes se desespera y aflige (el pueblo). Gaya critica abier­<br />

tamente al clero reaccionario que con más poder que antes de la guerra, vampiriza al<br />

pueblo ignorante y se restaura en sus antiguos privilegios que este amanuense eclesiás­<br />

tico escribe por designio divino contra el bien general, giro liberal habitual en la época.<br />

La intención de este grabado se extiende por los Desastres 72 y 73. ISI


182<br />

12<br />

72 Las resulas<br />

I<br />

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Aguafuerte. 179 x 220 mm<br />

Ó'<br />

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- ) '',lit !¡'a.r<br />

. ..... '<br />

En relación con la estampa anterior, un hombre yerto, amortajado, casi exánime, agoni­<br />

za mientras un par de vampiros le chupan la poca sangre que le queda; a su espalda, una<br />

bandada de más vampiros se aproxima. Estas son las resultas de la restauración del<br />

Antiguo Régimen en España. La acción de los vampiros es metáfora de los nuevos<br />

impuestos reinstaurados por Fernando VII, en especial, los eclesiásticos (diezmos, dere­<br />

cho de estolas, etc.) que "sangran" a la población sumida todavía en la miseria de la pos­<br />

guerra.<br />

¡<br />

I<br />

J<br />

I


73 Gatesca pantomima<br />

Aguafuerte, buril y bruñidor. 179 x 219 mm<br />

Un fraile se arrodilla servilmente ante un gato echado sobre un ara atiende a un búho<br />

que revolotea en torno a él. En la obscuridad del fondo, otros personajes atienden la<br />

escena. Goya hace uso del lenguaje de la fábula para plasmar esta gatesca pantomima;<br />

el gato (ágil depredador, símbolo del robo) es el rey que sobre un escabel (fusión plástica<br />

del Trono y el Altar) recibe el consejo del búho que aquí representa, por antítesis, a<br />

la ignorancia y no a la sabiduría, como es tradicional; en derredor sus consejeros humanos,<br />

entre los que es bien visible el fraile del primer término y otro, al fondo; estos personajes<br />

simbolizan la renombrada camarilla de Fernando VII, sumida metafórica y plásticamente<br />

en la obscuridad producida por el intenso rayado del aguafuerte. Partiendo del<br />

texto de Casti también podría ser interpretada esta escena como el tribunal formado para<br />

las depuraciones políticas en que la delación está a la orden del día (el gato sería un<br />

soplón rodeado de espías). J 83


184<br />

¡L I<br />

74 Esto es lo peor!<br />

Aguafuerte y bruñidor. 179 x 220 mm<br />

(<br />

(.',1(' P /(1 /f,n'<br />

Una zorra firma un decreto, ayudada por un eclesiástico arrodillado que sostiene el tin­<br />

tero, en presencia de un variado gentío donde destaca el preso harapiento y maniatado<br />

de la izquierda. Las palabras escritas sobre el papel son: Mísera humanidad Ila culpa es<br />

tuya I Casti (estrofa 57, canto XXI). Este autor italiano, probablemente leído por Goya<br />

(de aquéll'ealizó un dibujo, Gassier 350) en la traducción española de su obra principal<br />

Animales hablando, poema épico (Madrid, 1813) escribe rotundo: Esta fuera de duda,<br />

sin embargo. que el género humano tiene extremada simpatía por la esclavitud, ¿a qué<br />

pues gastar el aliento en vanas palabras? Si se halla bien con la esclavitud que no la<br />

suelte.


75 Farándula de charlatanes<br />

Aguafuerte, aguada o aguatinta, punta seca y buril. 177 x 222 mm<br />

El ave rapaz del centro viste ropas de eclesiástico y se arrodilla en actitud sumisa; al<br />

fondo, un grupo de figuras animalescas, una de ellas con una máscara en la nuca. La<br />

interpretación no está clara, pero parece representar al cardenal Luis María de Barbón<br />

(hijo del infante Luis de Barbón y la aragonesa Teresa Ballabriga, antaño protectores del<br />

joven Gaya) que aunque partidario de los liberales, reconoció a Ferando VII como rey<br />

aun antes de jurar la Constitución, en el acto de su recibimiento oficial en Valencia. El<br />

ave está tocada con la tiara de los persas, gorro que hace referencia al adulador<br />

Maniesto de los Persas presentado por los diputados conservadores ante el rey. Las<br />

figuras del fondo representarían la camarilla del rey. 185


C r-<br />

76 El buitre carívoro<br />

----<br />

---<br />

--<br />

AguaFuerte, buril, bruñidor y ¿punta seca? 177 x 221 mm<br />

------------------ ---<br />

- --<br />

Un colosal buitre es empujado por un hombre provisto de una horca; a éste lo sigue un<br />

gentío de personas de diversa condición (eclesiásticos, seglares ... ) y sexo, algunos de los<br />

cuales parecen alegres. El buitre se refiere a las tropas francesas expulsadas por el pue­<br />

blo; unos versos del poeta Arriaza en su Profecía del Pirineo (1808) son la clave: Y huye<br />

entre tus guerreros 1 como en banda de buitres cariceros. La caída de Napoleón supu­<br />

so la firma de Fernando VII del manifiesto de 4-V-18l4, y la vuelta a las luchas entre<br />

186 serviles y liberales.<br />

-- --<br />

-- I<br />

--------


¡ 1-:<br />

----<br />

77 Que se rompe la cuerda<br />

------..<br />

Aguafuerte, aguada o aguatinta bruñida, y punta seca. 178 x 221 mm<br />

Una dignidad eclesiástica camina haciendo equilibrios en la cuerda floja a punto de<br />

ceder, ante la atención espectante del público que lo contempla, uno de cuyos observa­<br />

dores señala el punto por el que rompe la maroma. En el dibujo preliminar (Gassier 225)<br />

el dignatario grabado es claramente el papa Pío VII, con tiara y enguantado. De nuevo<br />

Gaya apunta en su crítica contra la Iglesia, esta vez a su cabeza temporal, Pío VII, el<br />

pontífice que antaño coronó a Napoleón en París y que se significó por su apoyo ideo­<br />

lógico al régimen teocrático restaurado por Fernando VII. 187


88<br />

7.<br />

78 Se defiende bien<br />

Aguafuerte. punta seca. buil y bruñidor. 179 x 219 mm<br />

Una jauría de lobos-acosa a un caballo que se defiende como puede ante la quietud de<br />

cuatro mastines. El caballo blanco representaría al pueblo libre (la España liberal) sitia­<br />

do por sus enemigos reaccionarios fernandinos, los lobos, ante la impasibilidad de los<br />

cuatro perros guardianes, uno de los cuales mira hacia otro lado. Como en otros de los<br />

caprichos enfáticos, Gaya acude al lenguaje de la parábola mediante personajes de fábu­<br />

la (cf. 73 Gatesca pantomima, 74 Esto es lo peor!, 7S Farándula de charlatanes y 76 El<br />

buitre carívor).


79 Murió la Verdad<br />

Aguafuerte y bruñidor 176 x 221 mm<br />

Una mujer joven y hermosa, coronada de laurel y con los pechos desnudos, símbolo de<br />

la Constitución y de la Verdad, yace muerta a los pies de un nutrido grupo de frailes<br />

-uno de los cuales se apresta impaciente a arrojar sobre el cadáver la primera palada de<br />

tierra- y eclesiásticos. Preside el entierro un obispo que, lejos de bendecir el cadáver,<br />

señala al cielo como si se tratara de un designio divino (la misma actitud del Desastre<br />

71 Contra el bien general). A la derecha, la Justicia llora desconsolada la muerte de la<br />

Verdad (Ferando VII derogó en 1814 la Constitución); la balanza, su atributo, permanece<br />

enredada. La luz sobrenatural que irradia la Verdad no es naturalista y los personajes<br />

q ue componen la escena están iluminados o en penumbra, en función de su papel<br />

expresIvo. 189


( 1<br />

, n<br />

80 Si resucitará?<br />

Aguafuerte y bruñidor. 178 x 220 mm<br />

Continuación de la estampa anterior, la Constitución parece volver a la vida: ha movido<br />

la cabeza y parece incorporarse, además, su luz, la Verdad, no se ha extinguido. No hay<br />

losa que la pueda contener. Sin embargo, los enemigos que la acechan son todavía poderosos;<br />

en la penumbra, un grupo de eclesiástiéos, algunos con cabeza de animal (a la<br />

izquierda se destaca un sacerdote tocado con sombrero de teja y cara de gorrino), se disponen<br />

a ma, tarla de nuevo: uno la amenaza'con un mamotreto y el fraile de la derecha<br />

blande un palo mientras coge una piedra; al fondo, revolotean varios vampiros. Iumina<br />

190 el halo de la Verdad a un personaje amordazado que ruega por la resurrección.


R enaCidO el intecés po< la fiesta de los toms tras le Guerra de la<br />

Independencia, Goya decide aprovechar este tirón para ganar<br />

algún dinero y comienza a dibujar y grabar hacia 18141a Taurmaquia que<br />

concluye en 1816 (la fecha de 1815 aparece en varias láminas). En 31 de<br />

diciembre de 1816 aparece en la Gaceta de Madrid el anuncio de venta de<br />

la serie completa. Coincide el inicio del trabajo con la conclusión de los<br />

Desastres y los dibujos preliminares de los Disparates, serie esta última con<br />

la que guarda cierta relación, pues no sólo se trata de otra fiesta grabada<br />

-en este último caso, de carnaval- sino que el propio Goya incluye un dis­<br />

parate (n° 13 Modo de volar) en la edición que regala a su amigo Ceán<br />

Bermúdez. Como en los Desastres, el aragonés recurre de nuevo a la cate­<br />

goría estética de lo patético, especialmente en la última parte, que narra las<br />

habilidades personales de diferentes diestros y en que la muerte impera for­<br />

mando unos muy modernos Desastres de la Fiesta.<br />

Los precedentes de Goya en este tema fueron varios; el más destacado y<br />

vendido fue la serie por entregas inventada y grabada por el pintor Antonio<br />

Carnicero, Colección de las principales suertes de una corrida de tors<br />

(1787 -1790). Su éxito motivó numerosas copias españolas y extranjeras,<br />

pues el costumbrismo europeo puso de moda los toros fuera de nuestras<br />

fronteras, especialmente en Francia y Gran Bretaña. No es difcil encontrar<br />

grabados alusivos en los libros de viajes del siglo XVIII, más o menos pla­<br />

giarios, entre los que sobresale la serie grabada por Luis Fernández Noseret<br />

en 1795.<br />

Parece, sin embargo, que la obra que Goya tuvo en mente al emprender<br />

su tauromaquia fue la de Pepe Hillo, Taurmaquia o Arte de torear a caba­<br />

llo o a pie (Madrid, 1804), edición póstuma ornada con treinta estampas<br />

anónimas. Para la relación histórica del toreo se inspiró en la Carta históri­<br />

ca sobre el origen y progresos de las fiestas de tors en España de Nicolás<br />

Fernández de Moratín, padre de su amigo el dramaturgo Leandro, reedita­<br />

da en 1801. A pesar de estas afinidades, Goya grabó una obra personal y de<br />

gran calidad, nunca bien ponderada por los críticos, lo cual motivó el des­<br />

precio de las láminas por el Estado, que no las adquirió hasta 1979. Tal<br />

como en las series grabadas con anterioridad, dibujó cada posible lámina a<br />

la sanguina, en algunas ocasiones por varias veces. Goya, a cada nuevo<br />

paso, depuraba, concentraba y condensaba la escena para el futuro grabado.<br />

Los casi cincuenta dibujos preparatorios se conservan en su mayoría en el<br />

Museo del Prado. La serie consta de treinta y tres estampas numeradas, más<br />

siete adicionales alfabetizadas (A-G), grabadas al dorso de algunas plan­


96<br />

chas reaprovechadas (, 2, 6, 7, 1, 16 y 21 Y que fueron desechadas en la<br />

primera edición por los fallos producidos en el mordido del aguatinta.<br />

La colección careció del éxito esperado; en parte, el fracaso se debió a la<br />

novedad del lenguaje gráfico empleado. El aragonés no sigue ningún dis­<br />

curso narrativo lineal ni didáctico al modo de las series costumbristas; por<br />

otra parte, frente al atractivo de las series corrientes por su lenguaje senci­<br />

.<br />

llo, amenizado incluso por el uso del color, Gaya centra la dramatización<br />

de las escenas con el uso muy matizado de las técnicas del aguafuerte y el<br />

aguatinta, creando composiciones absolutamente inusitadas para la época.


1 Modo como los antiguos españoles cazaban los toros a caballo en el campo<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca. 254 x 356 mm<br />

[ . . . ] habiendo en este terreno [España] la previa disposición de hombres y brutos para<br />

semejantes contiendas, es muy natural que desde tiempos antiquísimos se haya ejerci­<br />

do esta disposición, ya para evitar el peligr, ya para ostentar el valor o ya para bus­<br />

car el sustento con la sabrosa carne de tan grandes reses, a las cuales perseguían en<br />

los primeros siglos a pie y a caballo, en batidas y cacerías (Nicolás Fernández de<br />

Moratín, Carta histórica ... ) .<br />

En un paisaje agreste, un jinete alancea un toro mientras el resto de sus tres compañe­<br />

ros se afana por doblegar a la res con una cuerda enredada en su cabeza. El primitivis­<br />

mo de la época está evocado tanto en los rostros de los captores como en sus vestimen­<br />

tas de pieles.<br />

197


2 Otro modo de cazarlos a pie<br />

Aguafuerte, aguatinta, punta seca y buril. 247 x 355 mm<br />

[Originariamente, la persecución de las reses se hacía] a pie y a caballo en batidas y<br />

cacerías.<br />

Sendos lanzazos en el cuello y el vientre del toro propinados por dos hombres primiti­<br />

vos hacen caer al suelo la mole de la res. La compleja composición en escorzo del ani­<br />

mal junto al esfuerzo de los cazadores, intensificado por la diagonal de sus lanzas, trans­<br />

miten una gran violencia física a la escena inmersa en un paisaje desolado y umbrío,<br />

798 reforzado por la aguatinta.


I<br />

3 Los moros establecidos en España, prescindiendo de las supersticiones de su<br />

Alcorán, adoptaron esta caza y arte, y lancean un toro en ei campo<br />

Aguafuerte, aguatinta, punta seca y buril. 357 x 249 mm<br />

Este espectáculo, con las circunstancias notadas, lo celebraron en España los moros de<br />

Toledo, Córdoba y Sevilla, cuyas cortes eran en aquellos siglos las más cultas de<br />

Eurpa. Los moros lo tomarn de los cristianos [".j.<br />

Comienza esta estampa una serie de siete (3 a 8, y 17) dedicadas al toreo de los hispa­<br />

nomusulmanes. El toro herido de muerte acaba de descabalgar al jinete moro, quien le<br />

ha clavado una lanza que le atraviesa el vientre de parte a parte, y ha desventrado al<br />

caballo, cuyos intestinos cuelgan sobre la arena (para muestra: en una corrida lidiada en<br />

1790 por Costillares, murieron veintisiete caballos de pica). Simétricamente, tres infan­<br />

tes 10 hieren por el otro costado. J 99<br />

?<br />

,


4 Capean otro encerrdo<br />

Aguafuerte, aguatinta, punta seca y buril. 250 x 358 mm<br />

Un moro capea un toro mientras otro lo contempla desde retaguardia y un tercero pare­<br />

ce imprecar. La escena tiene lugar en un recinto cerrado por una barrera de madera,<br />

similar a un primitivo ruedo con anónimos espectadores. El aspecto de estos musulma­<br />

nes, como los del resto de las estampas, está inspirado en los. soldados mamelucos<br />

(musulmanes egipcios) que intervinieron en la invasión napoleónica y que también par­<br />

200 ticiparon en las corridas de toros de la época de José Bonaparte.


5 El animoso moro Cazul es el primero que lanceó toros en regla<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca. 250 x 358 mm<br />

Estas fiestas eran solamente empleo de los caballeros entre cristianos y moros; entre<br />

éstos hay memoria de Muza, Malique-Alabez y el animoso CazuZ.<br />

Gazul posee una amplia tradición en el romancero español. «Gazul, el muy fuerte,<br />

/ caballero de gran fama» como lo recuerda un romance anónimo del siglo XVI, se<br />

enfrenta a caballo y con un rejón al toro. El blanco del équido contrasta con el negro de<br />

la res salvaje y ambos convergen en el centro de una composición desprovista de cual­<br />

quier paisaje. 20!


!<br />

r<br />

6 Los moros hacen otro capeo en la plaza con su albornoz<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y punta seca. 247 x 356 mm<br />

Los moros lo hacín [capear1 con el alboroz y el capellm;<br />

Como en la estampa 4, un moro ejecuta una suerte llamada en época de Gaya aragone­<br />

sa o suerte de espaldas descrita por el torero Pepe-Illo y también recogida por Francisco<br />

Montes Paquiro como de frente por detrás. En la penumbra, creada por la aguatinta, se<br />

202 distinguen dos espectadores en el cerco del ruedo.


7 Origen de los arpones o banderillas<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y punta seca. 247 x 357 mm<br />

No se ponían banderillas a pares, sino cada vez una, que le llamaban arpón.<br />

El nioro, un mameluco, fija la atención del toro con su albornoz -improvisado capote­<br />

mientras se prepara para clavar una gran banderilla. En segundo término, otro arponero<br />

espera, embozado en su albornoz que usa a modo de capote. 203<br />

7


8 Cogida de un moro estando en la plaza<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y punta seca. 249 x 356 mm<br />

Continúa la acción de la estampa anterior y se muestra la aparatosa cogida -primera de<br />

la serie- de un moro, mientras otro se prepara para clavar una banderilla a la fiera. La<br />

204 plaza aparece desierta y apenas esbozada.


__ J<br />

9 Un caballero espaiol mata un toro después de haber perdido el caballo<br />

Aguafuerte, aguatinta y buril. 249 x 356 mm<br />

Es de notar que éstas eran funciones solamente de caballeros que alanceaban o rejo­<br />

neaban a los tors siempre a caballo, siendo este emleo de la primera nobleza y sóla­<br />

mente se apeaba al empeño de a pie que era cuando el tor le herí a un chulo o al<br />

caballo, o el jinete perdía el rejón, la lanza [ . . .]<br />

Herido el caballo, su noble j inete, vestido a la moda barroca y protegido por curiosas<br />

grebas, mata de certera y profunda estocada al toro postrado en el ruedo. Goya, cuya<br />

firma aparece en el ángulo inferior izquierdo, concentra de nuevo toda la composición<br />

y prescinde de cualquier escenario, acertadamente matizado por el empleo de la agua-<br />

tinta que crea un halo en torno a la cabeza del toro.<br />

'j<br />

205


10 Carlos V lanceando un toro en la plaza de Valladolid<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida, punta seca y buril. 254 x 356 mm<br />

El mismo Emperador Carlos V aún con haber nacido y criándose afuera, mató un toro<br />

de una lanza en la plaza de Valladolid, en celebración del nacimiento de su hijo, el rey<br />

Felipe I<br />

Como en las estampas dedicadas a Gazul y El Cid, un personaje histórico es recordado<br />

por su relación con el arte de torear, inclusión que llenaba de orgullo a los aficionados<br />

de la época. A pesar del anacronismo del vestido, llama la atención el dinamismo de la<br />

composición, intensificado si cabe por la posición frontal del jinete, que mira con fiere­<br />

za al espectador, parecido a un mameluco que al César Carlos. Goya firmó en el<br />

206 ángulo inferior izquierdo.


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/ ' , ,<br />

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.<br />

11 El Cid Campeador lanceando otro toro<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y buriL 356 x 250 mm<br />

Pasando de los discursos a la Historia, es opinión en la nuestra que el famoso Ruy o<br />

Rodrigo Díaz de Vivar llamado el Cid Campeador, fue el primer que lanceó los toros<br />

a caballo. Esto solía ser por bizarría particular de aquel héroe.<br />

Variante de la lámina anterior, caracerística que también se aprecia en los dibujos pre­<br />

paratorios (Gassier 251 Y 252). De nuevo, la indumentaria de El Cid presenta un total<br />

anacronismo. La violencia de la lanzada que llega sobresalir por el costado del toro, conc<br />

trasta con la mirada distraída del caballo, dirigida hacia el espectador. 207<br />

¡;


208<br />

12 Desjarrete de la canalla COIl lanzas, medias lunas, banderillas y otrs armas<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca. 255 x 356 mm<br />

Antiguamente eran lasflestas de tors con mucho desorden y amontonada la gente f. .. }. Sólo<br />

se hac lugar a los caballeros y después tocaban a desjarrete, a cuyo son los de a pie (que<br />

entonces no había torers de oficio) sacaban las espadas y todos a una acometían al toro<br />

acolpmiados de perros; y unos le desjarretaban (y la voz lo está recordando) y otrs le<br />

remataban COI chuzos y a pillchazos con el estoque, corriendo y de pasada, sin esperarle y<br />

sin habilidad, como aún hacen rústicamente los mozos de los lugares [ ... j. Hoy esto es insu­<br />

frible. Los que desjarretaban eran esclavos mors; después fuern negros y mulatos, a los<br />

que también hacían los seíores aprender a esgrimir para su guarda.<br />

Un desordenado grupo de hombres porta diversos instrumentos para desjarretar o dejar<br />

inválido al toro que ya se ha cobrado dos víctimas inertes a sus pies, patético antece­<br />

dente de los Desastres. Todo vale en esta dramática escena de lidia villanesca: las pri­<br />

mitivas banderillas, lanzas, venablos, la desjarretadera (con cuchilla en forma de media<br />

luna), un sable ... Complementa esta acción la estampa 17.


--- -<br />

- -:--- <br />

13 Un caballero español en la plaza quebrando rejoncillos sin auxilio de los chulos<br />

Aguafuerte, aguatinta, punta seca y buril. 251 x 358 mm<br />

A partir de este grabado, Gaya abandonó el tiempo histórico de la tauromaquia y comen<br />

zó a describir las suertes de la lidia tal como se podían ver en vida del de Fuendetodos.<br />

La primera de estas suertes muestra el rejoneo deun toro por un jinete vestido de época<br />

(a la moda barroca), tal como hoy todavía los rejoneadores portugueses se atavían «a la<br />

federica». Por vez primera se representan la barrera y los espectadores de la plaza. Los<br />

chulos a que hace referencia el título son los actuales peones y monosabios, representa<br />

dos en una lámina que Gaya desechó. 209


i,<br />

14 El diestrísimo estudiante de Falzes, embozado burla al toro con sus quiebros<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca. 251 x 358 mm<br />

Lo fue [capeador] sin igual el diestrísisimo licenciado de Fa/ces.<br />

Un antiguo tratadista describe con tino la especialidad de este diestro de la villa navarra<br />

de Palees reproducida en la lámina: «Hizo varias veces rendir al toro sin salir del recin­<br />

to de un pequeño círculo marcado por él mismo en la arena, sin desembozarse siquiera<br />

210 de la capa» (José de Gamorusa, Carta apologética).<br />

"<br />

,<br />

1:,<br />

, I


15 Elfamoso Martincho poniendo banderillas al quiebro<br />

Aguafuerte, aguatinta, punta seca y buril. 249 x 357 mm<br />

Se ha visto varias veces un hombre sentado en una silla, o sobre una mesa y con grillos<br />

en los pies, poner banderillas y matar un toro.<br />

Primera de las cuatro estampas (15, 16, 18 y 19) dedicadas en esta serie por Goya a su<br />

paisano Antonio Ebassún Martincho, natural de Farasdués (Zaragoza). Lidió en nume­<br />

rosas ocasiones en la capital aragonesa, destacando en el cartel de inauguración del Coso<br />

de la Misericordia alzado por Pignatelli. Aquí banderillea al toro al quiebro, a topacar-<br />

nero, forma de clavar, actualmente en desuso. 21J<br />

J c' /


212 ción.<br />

16 El mismo vuelca un toro en la plaza de Madrid<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida, punta seca y buril. 357 x 250 mm<br />

Martincho intenta con sólo su destreza fsica derribar al toro bravo, al que agarra del<br />

pitón diestro y el rabo; es una suerte tan vieja como la misma convivencia del hombre<br />

y el animal. La soledad del diestro, destacada por el empleo del fondo neutro de agua­<br />

tinta contrasta con las dos figuras de la derecha que equilibran el vacío de la composi­


17 Palenque de los moros hecho con burros para defenderse del toro embolado<br />

Aguafuerte, aguatinta, punta seca y buril. 356 x 248 mm<br />

Un toro embolado embiste a un burro mientras otros dos yacen en la arena vencidos.<br />

Mientras, cuatro moros (ataviados como mamelucos) se disponen a picar por ambos<br />

flancos a la res brava. Probablemente, esta estampa esté en relación con la número 12,<br />

describiendo otra diversión más de una corrida villana. Para algunos tratadistas, el toro<br />

embolado sería de origen hispanomusulmán. De cualquier forma, con ser la escena de<br />

actualidad, típica de cualquier pueblo o de la mojiganga (antigua fiesta con disfraces) de<br />

una ciudad, también podría relacionarse con la serie histórica. 213<br />

, -<br />

'<br />

I


18 Temeridad de Martincho en la plaza de Zaragoza<br />

Aguafuerte, aguatinta, bruñidor y punta seca. 249 x 357 mm<br />

Se ha visto varias veces un hombre [no hay referencia a Martincho 1 sentado sobre una<br />

silla, o sobre una mesa y con grillos en los pies, poner banderillas y matar al toro.<br />

El diestro aragonés, inmovilizado por unos grilletes en los pies, recibe al toro en la plaza<br />

saliendo del toril, sentado sobre una silla, con la sola defensa de una espada y un som­<br />

brero de ala ancha por muleta. Centra el grabado la poderosa mirada del toro que atrae<br />

la atención del torero, retratado esta vez con rasgos individualizados. Toda la escena es<br />

contemplada por el público de la barrera, hacinado en un ' minúsculo ángulo que, sin<br />

214 embargo, transmite la sensación de lleno y alboroto en la plaza.


19 Otra locur suya en la misma plaza<br />

Aguafuerte, aguatinta, bruñidor, punta seca y buril. 247 x 355 mm<br />

Se ha visto varias veces un hombre [no hay referencia a Martincho] [",] sobre una mesa<br />

y con grillos en los pies, poner banderillas y matar al tor.<br />

Martincho espera al toro en pie, con los brazos abiertos (gesto que recuerda al persona­<br />

je central de Los fusilamientos del Prado), sobre una mesa, inmovilizado por unos gri­<br />

lletes en los pies, listo para saltar por encima de la res brava dando una voltereta apo­<br />

yado en los cuartos traseros del animal. Este viejo juego circense era muy popular en la<br />

época, aunque pocos diestros se atrevían a ejecutarlo. En la arena, varios peones (7)<br />

observan la faena. En último término, una masa anónima de espectadores (cabezas sin<br />

rostro, rayadas por el aguafuerte) contempla la función. La lámina está firmada y fecha­<br />

da en el ángulo inferior derecho (1815 I Gaya). 2/5


20 Ligereza y atrevimiento de juanito Apiñani en la de Madrid<br />

Aguafuerte y aguatinta. 250 x 358 mm<br />

Juan Apiñani, natural de Calahorra (La Rioja), fue banderillero en las cuadrillas de José<br />

Romero (retratado por Goya) y Martincho, y tuvo un hermano Manuel el Tuerto, mata­<br />

dor de toros y facineroso de cuidado, según cuenta Vargas Ponce. Apiñani es representado<br />

en el momento justo en que sobrevuela con una garrocha al fiero animal, en pre­ )<br />

sencia de un tendido medio lleno, en el que algunos espectadores se acogen a la sombra<br />

2/6 de un quitasoL Expresión estética, técnica y de contenido son perfectas en esta lámina.<br />

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- - . _- - ..- - ' ;<br />

21 Desgracias acaecidas en el tendido de la plaza de Madrid, y muerte del alcalde de<br />

Torrejón<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida, aguada, punta seca y buril. 253 x 357 mm<br />

En época de Gaya, el vigor y fiereza de los toros producía, con bastante frecuencia, el<br />

salto de la res al tendido, hiriendo o matando a los espectadores. Consta por los tratadis­<br />

tas del tiempo y por algunas reales órdenes. En la estampa, de modernidad plástica arre­<br />

batadora, la escena es tomada desde lo alto del tendido en dirección a la arena, total­<br />

mente vacía con excepción de un personaje que contempla la escena junto al pretil, cali­<br />

ficado erró'eamente como autorretrato. Descentrada de la composición, la silueta del<br />

toro se recota patética sobre el ruedo mientras porta, empitonado hasta el fondo, el<br />

cadáver del alcalde que le impide toda visión; en derredor del funesto animal, la gente<br />

huye despavorida en todas direcciones, en acción que recuerda a los Desastres. El suce­<br />

so tuvo lugar en Madrid, el lunes 15 de junio de 180 l.<br />

2 í<br />

2/7


22 Valor varonil de la célebre Pajuelera en la de Zargoza<br />

Aguafuerte, aguatinta, punta seca y buril. 255 x 356 mm<br />

La Pajuelera pica al toro mientras un peón, casi oculto detrás del caballo, conduce al<br />

équido hacia la suerte de varas. Al fondo,. unos espectadores anónimos aparecen baña­<br />

dos en la aguatinta. La lámina esta firmada «Goya» en el ángulo inferior izquierdo.<br />

Nicolasa Escamilla la Pajuelera lidió en los cosos españoles en 1748. El apodo de esta<br />

mujer torera se debe a su anterior dedicación como vendedora ambulante de pajuelas de<br />

2/8 azufre (mecha para quemar el mineral).<br />

(


23 Mariano Ceballos, alias el Indio, mata al toro desde su caballo<br />

Aguafuere y aguatinta, 254 x 356 mm<br />

t-, \.<br />

Mucho debió impresionar el arte de este criollo peruano o, más probablemente, argenti­<br />

no a Gaya, pues lo convirtió en protagonista de las estampas 23 y 24 de la Tauromaquia<br />

(y la J, desechada en la edición definitiva) y la primera de la serie litográfica Los tors<br />

de Bureos (J 825), En la estampa, Ceballos propina una certera y profunda estocada al<br />

toro mediante un ágil movimiento desde su cabalgadura, Para concentrar la atención<br />

sobre esta acción, finamente grabada al aguafuerte, Gaya baña en la penumbra el resto<br />

de la lámina tanto los peones y enmascarados (¿?) de la arena como al público, mediante<br />

el uso del aguatinta,<br />

/<br />

(, '<br />

, ,<br />

219


24 El mismo Ceballos montado sobre otro toro, quiebra rejones en la plaza de<br />

Madrid<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida, punta seca y buril. 249 x 359 mm<br />

Mariano Ceballos el Indio monta un toro ensillado para su "doma"; la lanza que porta<br />

servirá para dar muerte al segundo toro que se contrapone en la escena, en un magnífi­<br />

co escorzo; la alternancia del blanco y negro en las figuras de las reses y en la vestimenta<br />

del americano proporcionan a la escena un gran vigor plástico reforzado por el fondo<br />

desnudo levemente matizado por el aguatinta bruñida. Esta escena es un precedente<br />

claro de rodeo americano, tema retomado en Los tors de Burdeos (1825). Sobre esta<br />

especie de rodeo hay una interesante mención en el Tratado sobre los orígenes y losfun­<br />

damentos de la desigualdad de los hombres de Rousseau. Refiere cómo un criollo bona­<br />

erense condenado a galeras se jugó la vida con esta suerte, en Cádiz, en l746, a cambió<br />

220 de recuperar su libertad, recompensa que obtuvo.<br />

¿ 4


25 Echan perros al toro<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca. 357 x 250 mm<br />

Un toro se defiende de una jauría de perros de presa mientras un alguacilillo se aleja de<br />

la brutal escena. El tratadista José de la Tixera explica que esta suerte, actualmente<br />

extinguida, se emplea con los toros mansos y los ya corridos: así «no sólo se evita el<br />

riesgo de las inapreciables vidas de los actores, sino que al prpio tiempo se divierte el<br />

público al disfrutar de unas luchas que son de la mayor complacencia y de tiempo inme­<br />

morable se han mirado como anejas e inseparables de las funciones de toros». La com­<br />

paración de esta lámina con la e desechada muestra como Gaya en su complejo proce­<br />

so creativo se decanta hacia una clara simplicidad. 221


26 Caída de un picador de su caballo debajo del toro<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca. 250 x 350 mm<br />

Para suplir la falta de caballers, entrarn los toreros de a caballo, que son una espe­<br />

cie de vaqueros que con destreza y mucha fuerza, pican los toros con varas de detener:<br />

No es propiamente la ilustración de una suerte el contenido de esta lámina sino la repre­<br />

sentación de un percance real que se repetía hasta la saciedad en las corridas de la época<br />

lo que provoca su reiteración en las estampas 32 y B (desechada). No es un alegato anti­<br />

taurino, sino la constatación plástica de la realidad de ciertos fenómenos. El dramatisc<br />

mo de la escena, con el toro destripando al caballo mientras el picador aprisionado es<br />

pateado por el astado, al que no pueden desclavar los cuatro peones de la cuadrilla, pro­<br />

222 vaca la hilaridad de un espectadorfrailuno. Hay gente para todo.


27 El célebre Fernando del Toro, barilarguero, obligando a lafier con su garrocha<br />

Aguafuerte, aguatinta, punta seca y buril. 356 x 248 mm<br />

Entre ellos [los varilargueros] han sido insignes los Marchantes. Gamero, Daza (que<br />

tiene dos tomos del arte inéditos), Ferando del Tor [ . . .],<br />

El picador Fernando del Toro asistido por tres peones espera la embestida del toro que<br />

lo observa con la cabeza alta. Resulta paridigmática de la suerte de varas esta escena,<br />

repetida en lo ensecial en un pequeño óleo ejecutado en París en 1825 (Paul Getty<br />

Museum, Malibu, EE. UU.). Al fondo galopa otro picador junto a un caballo inerte, la<br />

gran víctima de la fiesta. Más atrás, se recorta contra la barera la silueta de dos peones<br />

difuminados por Gaya para no restar fuerza expresiva a las cabezas del toro y del caba-<br />

llo, cuya huella fantasmagórica dejó el artista en el aguatinta. 223<br />

{


28 El esforzado Rendón picando un toro, de cuya suerte murió en la plaza de<br />

Madrid<br />

Aguafuerte, aguatinta y buriL 255 x 356 mm<br />

Siguen los percances de la suerte de varas. Gaya representó al picador Rendón en el<br />

mismo instante previo en que el toro le clavó el pitón en el pecho. El astado embiste con<br />

fuerza al caballo al que empitona mientras Rendón aguanta el empuje del toro con la<br />

pica en el morrillo, pero ya se vislumbra amenazador el cuerno siniestro que va a cla­<br />

varse sobre el vientre del varilarguero, acción que moviliza a toda la cuadrilla, incluso<br />

a los peones que estaban en el callejón que corren desde la parte derecha de la lámina.<br />

Rendón fue coetáneo de Fernando del Toro y miembro de la cuadrilla del famoso dies­<br />

224 tro Pedro Joaquín Rodríguez Costillares.<br />

1<br />

I


29 Pepe Illo haciendo el recorte al toro<br />

Aguafuerte, agualinta,punta seca y buil. 248 x 356 mm<br />

El sevillano José Delgado, Pepe lllo, describe así la suerte de recorte, por él mismo<br />

inventada, en L Tauromaquia o arte de torear (l796): «la que hace el Diestr cuando<br />

) cita al Toro a distancia proporcionada, y saliendo en frente de su cabeza, forma con él<br />

una especie de semicírculo, a cuyo remate se reúne con el Toro en un mismo centro,<br />

donde le da un quiebro de cuerpo, saliendo cada qual con distinto viage». Pepe Illo des­<br />

pués de clavar un par de banderillas se "despide" del animal con un teatral saludo con<br />

la cabeza y genuflexión, mientras el astado lo contempla con una mirada fuera de sí. En<br />

un plano posterior, otro banderillero se apresta a clavar sus terribles puyas; al fondo se<br />

retiran dos picadores, el de la izquierda con el caballo despanzurrado, hecho que ya se<br />

puedo contemplar en la estampa 3. 225


30 Pedro Romero matando a toro parado<br />

Aguafuerte, aguatinta, punta seca y buril. 251 x 359 mm<br />

El rondeño Pedro Romero fue amigo de Goya y retratado por él en varias ocasiones, En<br />

su época, formó parte de una terna gloriosa en el arte del toreo junto con Pepe llo y<br />

Costillares (ausente en la serie), Aquí Goya lo representa en la suerte de matar al vola­<br />

pié, inventada por el de Ronda El toro parado contempla alelado la muleta del torero a<br />

la par que éste se prepara para encajarle una mortal estocada, La arena está vacía, para<br />

recabar la máxima atención del público, contra lo que era usual en aquel tiempo. En el<br />

tratamiento del fondo, destaca el virtuosismo técnico empleado para diferenciar el sol<br />

226 de la sombra.<br />

,


31 Banderilas de fuego<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida, aguada, punta seca y buril. 249 x 357 mm<br />

Contempla el espectador de esta lámina al astado en un magnífico escorzo de espaldas;<br />

de stllo cuelgan un par de banderillas humeantes, cuyo humo es fingido con nota­<br />

ble virtuosismo técnico mediante aguatinta bruñida y aguada, En frente se apresta un<br />

banderillero con un nuevo par, el resto de la cuadrilla junto con los picadores pulula por<br />

la arena, en presencia de un público que llena la plaza y que está sólamente sugerido por<br />

los fuertes trazos ovales de las cabezas, Las banderillas de fuego eran usadas en vez de<br />

los perros para hostigar a los toros mansos. Goya, particularmente satisfecho de esta<br />

lámina, la firma y fecha (J 815) en el ángulo inferior derecho. 227


32 Dos grupos de picadores arrollados de seguida por un solo toro<br />

Aguafuerte. aguatinta. punta seca y tí48 x 356 mm<br />

Gaya abunda aquí en la plasticidad de los percances del toreo como si de unos nuevos<br />

Desastres de la tauromaquia se tratase. La res brava vuelca al picador y su montura, el<br />

cual no por ello deja de aguijonear al animal; apoyan al piquero otros chulos de la cua­<br />

drilla. En derredor hay una verdadera carnicería: dos caballos muertos y un picador, sino<br />

muerto, herido inconsciente que portan dos de sus compañeros en una escena que<br />

recuerda de nuevo a los Desastres. Parece que en este estado de cosas sólo se iluminen<br />

los actores de la tragedia y que la arena y el ruedo permanezcan en la sombra produci­<br />

228 da por el aguafuerte y el aguatinta.


33 La desgraciada muerte de Pepe lllo en la plaza de Madrid<br />

Aguafuerte, aguatinta, punta seca y buril. 249 x 355 mm<br />

Varios son los testimonios de la época que narran la muerte del diestro José Delgado en<br />

el coso de Madrid, en 11 de mayo de 1801, a los cuarenta y siete años de edad. A estos<br />

testimonios escritos hay que sumar las estampas populares, conjunto que debió servir de<br />

inspiración a Gaya -si no estuvo presente en la corrida- para componer esta lámina, par­<br />

ticularmente fiel al acontecimiento. Delgado yace en la arena tras haber sido herido en<br />

una pierna; en un instante el toro lo empitona y le clava su asta siniestra en el vientre, a<br />

pesar del denuedo de su cuadrilla por liberarlo. Murió a los veinte minutos en la enfer­<br />

mería de la plaza. El cuerpo casi exánime del torero, de arrebatadora fuerza plástica en<br />

su simplicidad, inspiró a Manet su célebre aguafuerte Le torro mort (1864-1868). 229<br />

l'<br />

0.)


No "bemos cómo hub;,,, Goya bauti,.do de fo,ma definitiva su<br />

portentosa serie de Disparates, término que empleó para deno­<br />

minar a bastantes de ellos por separado. En el siglo XVIII, según el acadé­<br />

mico Diccionario de la Lengua Castellana o Diccionario de Autoridades,<br />

disparate significaba "hecho o dicho fuera de propósito y de razón. Díjose<br />

disparate de "dispar", por no tener paridad ni conformidad con la razón." El<br />

Diccionario de 1992 señala que disparate deriva del latín disparatus,<br />

participio de disparare, separar, y que significa "hecho o dicho disparatado<br />

(fuera de razón y regla)".<br />

Los Disparates de Gaya, creados por el artista probablemente a lo largo<br />

de un septenio, entre 1816 y 1823, no fueron editados en vida de éste. Su<br />

primer propietario conocido fue R. Garreta, coleccionista madrileño; el<br />

segundo, el santanderino J. Machén; y el tercero, el actual, la Real<br />

Academia de Bellas Artes de San Fernando, que los adquirió en 1862. Eran<br />

dieciocho láminas inglesas de cobre, a las que habría que sumar otras cua­<br />

tro, que fueron a parar a Francia, y que no forman parte de la edición ofi­<br />

cial. La primera publicación, con el inadecuado título de Prverbios, corrió<br />

a cargo de L. Potenciano, por mandato de la Academia (864). Después<br />

fueron estampadas, siempre por decisión de la Academia y en su gabinete<br />

de la Calcografía Nacional, en diez ocasiones más, la última de ellas en<br />

1983, fecha en la que la Docta Corporación acordó no volver a imprimir­<br />

las, para preservar las planchas de cualquier desgaste.<br />

De todos los grabados goyescos han sido, sin duda, los que han desperta­<br />

do más constante interés. Todos los tratadistas, desde los pioneros Yriarte y<br />

Lefort, estudiosos, poetas, artistas o filósofos, tales como Baudelaire,<br />

Huysmans, Carderera, Mélida, A. L. Mayer, Paul Klee, Araujo, E. Nolde,<br />

Blamire Young, F. S. Wight, Aldous Huxley, Gómez de la Serna, Camón,<br />

Glendinning, Carrete o M. Armstrong Roche, se han sentido fascinados por<br />

esta obra inclasificable, "alegoría sombría y enigmática", espejo de los<br />

"pecados y estulticias originales" del ser humano, carnavalesca, albergue de<br />

realismo mágico, expresión de lo Sublime Terrible, "oscuramente subversi­<br />

va", cuna del expresionismo por su inextricable mezcla de emociones fuer­<br />

tes y de terror, logrado a veces mediante lo grotesco, que produce vértigo<br />

por su exacerbado pesimismo y en la que se produce una auténtica apoteo­<br />

sis de lo irracional...<br />

A diferencia de lo que sucede con otras series, no se sabe de cierto cuál<br />

hubiera sido la secuencia concreta que Goya pensaba asignar a estas fan­<br />

tásticas creaciones basadas en el carnaval de Madrid. Dato relevante por­


234<br />

que, como sucede a veces en los Carichos, la contigüidad de ciertas estam­<br />

pas ayuda a interpretar su intención. Se conocen 20 dibujos preparatorios,<br />

hechos mediante sanguina y aguada roja, a menudo muy reformados en la<br />

plancha definitiva y que no ayudan al esclarecimiento de los últimos signi­<br />

ficados que Gaya quiso dar a sus portentosas y atormentadas creaciones.<br />

Los Disparates están, pues, destinados a ser objeto de continuada reflexión<br />

por parte de sús espectadores, que hállarán en ellos una inagotable fuente<br />

de inquietudes y cuestiones sobre la naturaleza profunda del ser humano.


1 Disparate femenino<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca O). 359 x 247 mm.<br />

Mujeres de diverso aspecto y todas ataviadas lindamente mantean a un par de<br />

varones en el juego del pelele. Más que hombres son, por su tamaño y dislo­<br />

camiento, homúnculos, monigotes desarticulados con los que puede hacerse<br />

cualquier cosa. Con ellos se practicaba, a veces, este juego, mejor que con per­<br />

sonas de carne y hueso. La división de sexos está clara en el "disparate": pele­<br />

le o real, el manteado es masculino. El varón de poca enjundia puede ser tra­<br />

tado como un fútil maniquí por el bello sexo. Más aún: lo que hay en el fondo<br />

de la manta es una asociación de jumento y hombre, como si ésa fuera la con­<br />

dición verdadera de quien se deja tratar de tal forma. En una de las pruebas<br />

hechas por Gaya para este grabado había escrito el aragonés: "Con los burros<br />

se juega a los peleles".<br />

235


2 Disparate de miedo<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y punta seca (7). 357 x 245 mm<br />

Hay guerra. Los soldados matan y mueren en un paisaje de desolación. Apenas hay lu­<br />

gar para la vida: excepto para la vida que busca la muerte. U pobre árbol solitario,<br />

despojado de todo verory rama en su mayor parte, centra la vista del espectador y la<br />

conduce al montículo que le sirve de base: no es un mogote de tierra, sino el escenario<br />

de la carnicería, del caión devastado/; del encono entre los hombrs. En primer plano,<br />

otrs soldados, en trance de matar y de morir, quedan dispersos, caíos y aterrrizados<br />

ante el gigantesco espectro sin rostro que se les manifiesta. Enorme, su horror apenas<br />

cabe en el panorama que lo contiene. Encorvado, alarga sus invisibies brazos hacia el<br />

pelotón, que no puede resistir lo que, por fin, ha acertado a ver: el pavor que prvoca<br />

236 la vesania del hombre. Siempre hay un horrr más grande.


3 Disparate ridículo<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca. 247 x 358 mm.<br />

Un grupo, acaso una familia congregada, atiende a un individuo que diserta. Alguno<br />

quizá escuche; los más están ajenos, distraídos, desentendidos de lo que sucede, sin inte­<br />

rés ninguno por la plática. Hace frío. Todos se han abrigado como pueden, con ropas de<br />

mal y bien vestir (se ve un manguito) o con mantas. No es escena hogareña, sino de<br />

intemperie, incómoda. No hay a dónde ir. Quedan, pues, quieto. El más abrigado es el<br />

hablador, que apenas deja fuera de la envolvente manta las manos que lo muestran como<br />

protagonista del discurso. Está enfrentado al grupo, como si fuera especial o superior.<br />

Sucede en lugar tan inverosímil como una gran rama, alta, desnuda, de un árbol añejo y<br />

muerto, en cuya parte más quebradiza se ha instalado el dueño del sermón junto a una<br />

mujer velada y ausente. Como si Goya pensase: "Déjennos de sermones". 237


5 Disparate volante<br />

Aguafuerte y aguatinta. 360 x 248 1111.<br />

Un fascinante ser imposible lleva en rápido y peligroso ascenso por los aires a la mujer,<br />

asustada, temerosa, y al hombre de oscura vestimenta, que parece cabalgar a sus anchas<br />

en la grupa equina, blanquísima y musculada, de la rara montura. Sobre el perfil de sus<br />

enormes alas, la faz dentada del animal, las manos implorantes y la cabellera de la dama<br />

son otros tantos toques de claridad en los que, a la fuerza, reparan los ojos del especta­<br />

dor que, así, asume la condición dramática de este paseo imaginario. La belleza de los<br />

elementos sueltos, la airosa cola, los pliegues de la falda o las abiertas alas de la bestia,<br />

poderosas, perfectas, no atenúan ni menguan el aura de tragedia con que Goya quiso<br />

teñir la escena. Fuerzas por encima del control humano generan miedo y padecimiento. 239


6 Disparate furioso<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 247 x 359 mm.<br />

La furia, la violenta agitación que causan las pasiones humanas, desemboca en iracundia,<br />

en cólera violenta, en precipitación y desprecio temerario de todo obstáculo, priva de<br />

raciocinio y lleva a cometer desatinos y a causar graves daños. El hombre enfurecido es<br />

temible y, si va armado, su enojo resulta fatal. Nada lo detendrá: ni la debilidad de una<br />

víctima que aúlla de dolor, derribada de un golpe en la nuca, ni el número y hosco aspec­<br />

to de los enemigos contra quienes se dirige, quizás por causa de la recatada mujer a la<br />

que guardan. Tanta es su pasión que el furibundo puede seguir asestando golpes sin des­<br />

prenderse siquiera del cuerpo desmadejado que acaba de abatir certeramente. El ruinoso<br />

lugar, la difusa luz del fondo y el misterioso personaje recogido y cubierto que camina<br />

240 lentamente para salir de escena, aumentan los tonos trágicos del arrebato.


7 Disparate matrimonial<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca. 247 x 359 1111l.<br />

Disparate desorenado se lee en una de las pruebas que el aragonés hizo para esta pun­<br />

zante y fea estampa, denominada por Beruete Disparate matrimonial. Un grupo de repo­<br />

sados espectadores, con aire más bien devoto y rostros de estulticia o indiferencia, con­<br />

templa la angustiosa situación de una pareja de aspecto indisoluble (¿matrimonio a la<br />

fuerza? ¿monstruos de feria?), que suma ocho pies, tensamente ceiida por un solo ro­<br />

paje y en la que el varón, en actitud admonitoria o de recriminación, plantado sobre sus<br />

recias pieras, dirige su fea mueca y sus dedos retadores a un obispón. La mujer, sol­<br />

dado su cráneo y con gesto de dolorosa asfixia, inmóvil a la fuerza y sin poder ver lo<br />

que pasa, cruza pasivamente las manos ante otro congregación, sombría e imposible, de<br />

cuatro asistentes. Todo está fuera del orden natural o racional. 24/


8 Los ellsacadós<br />

Agu:lIueTl': y H&L1:l\1I11:1 bruillda. 2-8 , 359111111.<br />

No es título dc Goya. Largo desfile de .ujetos virone: emhu{ido en aco


9 Disparate general<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 248 x 359 111111.<br />

Escena de magistral composición, repleta de personajes disímiles. para la que se han<br />

propuesto varias interpretaciones. Ninguna da cuenta cabal de cuanto se ve. Sólo Gaya.<br />

si quiso darle sentido preciso, podría resolver el enigma. ¿La España pintore sca y ab­<br />

surda. que hace caso omiso del hombre letrado, perdida en supercherías, mientras se<br />

acerca el peligro por el fondo? ¿Improbable ilustración del proverbio "Uñas de gato, h¡í­<br />

bita de beato''') El soldadote del fondo semeja un monigote de la CO/llll1edia del/'Are y<br />

no infunde temor; el devoto, figura de expresividad y fuerza, se dispone a acoger una<br />

camada de mininos; la noble cabeza del anciano lector destaca, absorta. Cada figura se<br />

singulariza pero el grupo es compacto: un montón en cuyo extremo superior hay un bebé<br />

en rara posición. Y, en el remate, un varón adusto, que tiene alguna semejanza con el<br />

pintor. La mejor glosa, su título: disparate general. 243


10 Caballo raptor<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y punta seca. 253 x 359 mm.<br />

Mejor, "Disparate desenfrenado", pues no hay freno en el brioso corcel ni en la imagi­<br />

nación de su creador. Un trabajo previo a la estampa definitiva incluyó a un hombre<br />

muerto ante el caballo, acaso por los cascos de éste, que, triunfador, se lleva a la dama<br />

consigo. La escena, depurada y más hermética, centra la atención en la mujer, que pa­<br />

rece flotar agitada, con expresión enigmática. El caballo, desde su poderosa anatomía y<br />

en la equilibrada serenidad de su cabriola, domina el argumento y la escena. El paisaje,<br />

yerto, intemporal, muestra roquedos horribles que, en realidad, son animales monstruo­<br />

sos, especímenes fantásticos de rata o alimaña en cuyas fauces, como sucede en la parte<br />

izquierda, cabe ampliamente un ser humano. Doble disparate y, por eso, la justa etique­<br />

244 ta de desenfrenado.


11 Disparate pobre<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida, punta seca y buril. 247 x 358 mm.<br />

Estampa bimembre, con una mitad clara y otra oscura, con la parte derecha reposada y<br />

quieta, afirmada sobre un podio que la eleva, y la izquierda abierta, agitada, confusa y<br />

rampante de abajo a arriba. Cerca del centro, en postura que no permite interpretar con<br />

claridad si llega o parte, huye o regresa, llama o rechaza, la mujer a la que acosa (¿o<br />

saluda?) un espectro ¿rechazado?, mientras otra criatura, de aspecto enloquecido e hir­<br />

suta cabellera, se dirige hacia el primer trasgo. En la otra parte, en tenebrosa quietud, el<br />

impasible y decrépito grupo de viejos con traje talar queda tras el rostro lampiño del<br />

acólito, único que parece advertir la rara condición de la mujer, que posee dos torsos:<br />

atento el enhiesto al escenario blanco, dirigido el segundo al interior del recinto. Ayer y<br />

hoy, dentro y fuera, azar y certeza, ser y soñar... 245


12 Disparate alegre<br />

Aguafuerte. aguatinta bruñida y punta seca. 246 x 358 mm.<br />

Baile concertado, pero torpe y rígido,de tres hombres feos, ridículos y sin gracia que ha­<br />

cen corro con otras tantas mujeres, menos descompuestas y, como ellos, de distinta al­<br />

curia. Todos tocan los crótalos, todos marcan el ritmo, todos parecen disfrutar de la<br />

danza, todos tienen pareja de su rango y estado, todos se han acicalado, adorado, pei­<br />

nado: mas no resulta de esta suma de correspondencias ninguna galanura final. Ellas<br />

señalan pasos de baile como es debido; ellos quedan cortos o exageran. El conjunto<br />

resulta artificioso, afectado; la alegría que trasciende de la escena, es acartonada, in­<br />

hábiL En todo caso, el varón danzarín no puede compararse con la mujer que baila: llana<br />

o afectada, de su disposición natural emana una grácil soltura que la mera presencia del<br />

246 varón trueca en desarmonía.


13 Modo de volar<br />

Aguafuerte, aguatinta y punta seca? 247 x 359 11111.<br />

Encogido, estirado, de frente, de perfil, por detrás y delante, con el artificio ieonardes­<br />

ca recogido o abierto, no hay ironía amarga ni crítica acerada en esta estampa. Es, casi,<br />

un manual de instrucciones. El hombre equilibrado y atento, de expresión inteligente y<br />

decidida, ha logrado alcanzar la soñada destreza del ave, en cuyo homenaje corona la<br />

cabeza con tocado de pájaro. Los hilos tensos, el timón de cola, el ceñidor del cuerpo,<br />

los asideros para las manos, los estribos, las nervaduras del artificio ... No es imposible<br />

que el hombre se eleve en el aire. Hoy es un disparate, pero nada risible: hay un modo<br />

de volar y alguien sabrá mañana dar con él. (Ícaros actuales surcan el aire ayudados sólo<br />

por su cuerpo y unas alas de tejido multicolor. Gaya tenía razón. No es, ya, un dispara­<br />

te. Era, exactamente, el modo de volar). 247


14 Disparate de carnaval<br />

-=='--- -----<br />

Aguafuerte y agua tinta. 246 x 357 mm.<br />

Representación de carnaval en una plaza, al aire libre, en la vía pública. Los personajes<br />

grotescos en escena evocan los modelos italianos, que Goya conocía desde joven: la<br />

Commedia dell'Arte, con sus Pantaleones, Polichinelas y Arlequines. Otro cómico se<br />

exhibe sobre zancos ante el gentío, anuncio ambulante de las habilidades en el teatro<br />

para pobres. El perro gruñe, amenazador, uno más entre el gentío, mezclado con perso­<br />

nas. Mientras los comediantes hacen la farsa, la vieja se alela, el joven señala al zancu­<br />

do y un tipo pícaro, al fondo, trama una fechoría o la comete. En primer plano, un suje­<br />

to del pueblo, vestido de domingo, planta su corpulencia con aplomo. Su figura subra­<br />

ya que en la fiesta no hay más artificio ni escenografía que la tensión dramática que sean<br />

248 capaces de crear los cómicos de la legua.


15 Disparate claro<br />

Aguafuerte, aguada y aguatinta bruñida. 247 x 357 mm.<br />

Composición teatral y efectista, que muestra un terrible discurso inapelable. Arriba y<br />

abajo, cielo e infierno, te salvo o te condeno, obedece o perece, anuncian, sin rebozos ni<br />

alambicamientos, los rígidos dedos. del orador, presa de un transporte justiciero, exi­<br />

gente y fanático. Una enorme y opresiva techumbre, híbrido de pesado cortinaje y som­<br />

brío roquedo, marca los límites del ominoso mundo en que suceden tales cosas, fronte­<br />

ra que apenas los hombres, encaramados unos sobre otros, pueden rozar con sus dedos,<br />

si es que no la sostienen ellos mismos para albergar al predicador intransigente.<br />

Devotas, frailes, nobles y plebeyos son la clientela del iracundo hablador, testigos de<br />

cómo el soldadote, de rostro apenas pergeñado, vase camino del peor destino . En el<br />

exterior. sombras confusas e indefinibles. Y mayor claridad. 249


J 6 Las exhortaciones<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 246 x 359 mm.<br />

Suele llamarse a esta estampa Las exhortaciones, pero la han bautizado también como<br />

El divoro o Disparate triple, cuyo sentido preciso se veda, lo qle sólo molestará a<br />

quien necesite argumentos para lo goyesco. Ellos no quieren separarse: la idea aterro­<br />

riza a la mujer, cuyo rostro desfigura la angustia de la expectativa. El hombre, humillado<br />

y contrito, soporta como puede la bronca de un magro y autoritario reprendedor, que pa­<br />

rece hablase directamente a los sesos del cuitado. Un monstruo tricéfalo contiene la es­<br />

cena por la izquierda y abre el paréntesis que se cierra con el predicador. El fondo es<br />

oprobioso, sombrío y móvil. Dos personas mayores, con ademanes suaves, acompañan<br />

a la mujer: la anciana musita un consuelo para el espíritu desgarrado de su pupila, inca­<br />

paz de decidir. Y, en el codo de la vieja, un rostro socarrón y boquiabierto, que pasa de­<br />

250 sapercibido, y que da al traste con todo raciocinio.


17 L lealtad<br />

Aguafuerte y aguatinta bruñida. 246 x 358 mm.<br />

Concentrado sobre su interior, impávido, vestido con lo justo y sin calzado, sobre un so­<br />

mero taburete de palo, con las manos trenzadas en refuerzo de su recogimiento, ajeno al<br />

mundo, el personaje central inspira respeto, a pesar de su risible atuendo, su rostro<br />

deforme y su cabeza estrafalaria. Los personajes de la derecha se mofan con descaro de<br />

la actitud meditabunda y quieta. Los de la izquierda, lo interpelan, quieren llamar su<br />

atención, ponerlo a prueba, sacarlo de su voluntario e imperturbable reposo, descom­<br />

poner su gesto introspectivo y firme. Al fondo, un adusto jinete, con aire entre domina­<br />

dor o indiferente, queda a verlas venir. Es seguro que, si no cede, recibirá un amargo<br />

castigo que ya se avecina, en el interior de una descomunal jeringa. Sólo el perrillo,<br />

impotente y asustado, muestra con la presión de su breve cuerpo que no está sola la vÍC­<br />

tima. 251


252<br />

18 Disparate fúnebre<br />

Aguafuerte, aguatinta bruñida y buril. 244 x 358 mm.<br />

Los fantasmas y Disparate fúnebre son nombres propuestos para este enigma, de estudiada<br />

composición. Pero no tiene nombre o, si alguna vez lo tuvo, se ha olvidado. Los más hablan<br />

de la muerte y el tránsito incierto al otro mundo, donde acaso el alma encuentre un universo<br />

insólito y variado: el cuerpo por tierra sería, pues, cadáver; y ánima inquieta la que pone un pie<br />

en el otro mundo y busca con el dedo alguna certidumbre. Pero, ¿por qué no un sueño o una<br />

pesadilla? El espíritu adulto y .atribulado pasea, libremente, ajeno al freno de la consciencia,<br />

por entre sus propios fantasmas y recuerdos. El viaje astral. La metempsícosis. La rapaz más<br />

parece acoger que amenazar. No hay int¡nción aviesa que se advierta en los seres oscuros. Éste<br />

es el último de los proverbiales disparates que, en 1864, vieron la luz por primera vez, en Ma­<br />

drid, al cuidado de la Real Academia de Nobles Artes de San Fernando, treinta y seis años pasa­<br />

dos de la muerte de Francisco Gaya, cesaraugustano y natural de Fuendetodos.


CAPRICHOS<br />

(1796-17(9)<br />

PRIMER" EDICI(N 1799<br />

(se desconoce el estampador que trabajó<br />

para Gaya)<br />

SEGUND,\ EDICiÓN 1, 1855*<br />

TERCERA EDICiÓN 1868"<br />

CUART\ EDICiÓN 1878:<br />

QUINTA EDICIÓN 1881-1886'<br />

SEXTA EDICIÓN 1qo-I 900*<br />

SÉPTIMA EDICION 1913-190S*<br />

0CTWA EDICiÓN 1905-1907*<br />

NOVENA EDICIÓN 1908-1912':<br />

DÉCIMA EDICiÓN 1918-1828*<br />

UNDÉCIMA EDICiÓN 1929<br />

(Calcografía Nacional de la Escuela<br />

Nacional de Arres Gráficns pura la<br />

Exposición Hispano-Americana de Sevilla,<br />

1929)<br />

DUODÉCIMA EDICiÓN 1937<br />

(Rupérez en la Calcografía Nacional para<br />

el Ministerio de Instrucción Plblica y<br />

Bellas Artes)<br />

EDICIONES DE LAS CUATRO PRINCIPALES SERIES<br />

SEGUNDA EDICI(N 1892'<br />

DE<br />

GRABADOS DE GOYA<br />

DESATRES DE L GUERRA<br />

PRIMERA EDICiÓN<br />

(1810-1815)<br />

filalizada en marzo de 18ó.<br />

(en el taller de Laurenciano Potenciano<br />

pan la Real Academia de Bellas Artes de<br />

San Ferando)<br />

TERCERA EDICiÓN 1903*<br />

CUARTA EDICION 1906'<br />

QUINTA EDICIÓN 1923'<br />

SEXTA EDICION 1930*<br />

SÉPTIMA ErICIÓN 1937<br />

(Rupérez en la Calcografía Nacional para<br />

el Ministerio de Instrucción Pública y<br />

Bellas Artes)<br />

TAUROMAQUIA<br />

( 1814-1816)<br />

PRIMER' EDICiÓN 1816<br />

(se desconoce el estampador que trabajo<br />

para Gaya)<br />

SE!;UNDA EDICiÓN 18)5"<br />

TER! 'ERA EDICiÓN 1870<br />

(un grabador frallcs para E. Loizclet, en<br />

París, 1876)<br />

CU.\RTA EDICIÓN 1905<br />

(Pérez AgUil en la Calcografía Nacional<br />

pnra Ricardo de los Ríos)<br />

QUINTA EDICiÓN 1921<br />

(Calcografía Nacional para J Círculo de<br />

Bellas Aries de Madrid)<br />

SEXT\ EDICIÓN 1928<br />

(Rupérez en la Calcografía Nacional para<br />

el Círculo de Bellas Alles de Madrid, en<br />

conmemoración del J Centenario dc la<br />

muerte de Gaya)<br />

SéPTIM.\ EDICIÓN 1937<br />

(Rupérez en la Calcografí¡ Jacional para<br />

el Ministerio de Instrucción Plíblica y<br />

Bellas Artes)<br />

OCTAVA EDICIDN 1983'<br />

* Estampada en la Calcografía Real (o Nacional) para la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando,<br />

254 exponen re,taurados en el «Gabinete Francisco de Goya», en la Calcograha Nacional. desde I Cl0,<br />

DISPARATES<br />

(1 1816-1823)<br />

PRIMER" EDICIÚN 1864<br />

(Laurcllciano Potenciallo para la Real<br />

\cademia de Bellas Artes de S:<br />

remando)<br />

SEGUNDA EDICiÓN<br />

oClubre de 1875"<br />

TERCERA EDICIÓN 1 91'<br />

CUART\ ELICllN 1902*<br />

1)11111.\ EfICIIIN 1904"<br />

SEXT\ EDICfIlN 191b':'<br />

SÉPTIMA ED(('[N 1923<br />

Ocr,\\A EDICIr 1931<br />

N()VENA WICIÓN 1937<br />

(Rupérez en la Caleografla Nacional para<br />

el Ministerio de Inslrucciun Pública y<br />

Bellas Aries)<br />

N. B. La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando -poseedora de todas las láminas de cnbre excepto las de los Caprichos, propiedad<br />

de la Calcografía Nacional- tomó el acuerdo unánime, en 1985, de no volver a estampar los cobres (incluido el fondo histórico), los cuales se


BIBLIOGRAFÍA SELECTA<br />

Una buena síntesis sobre el grabado español en época de Goya en Vv AA .. El grabado en Espaíia (siglos XV-XVlI), Summa Artis,<br />

XXXI, Madrid, Espasa-Calpe, 1987.<br />

La bibliografía completa sobre la obra gráfica de Goya hasta 1992 en Javier BLAS (coOI·d.), Gaya grabador y IitóRrafo. Repertorio<br />

biblioRráfico, Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Calcografía Nacional, 1992; para una valoración crítica de ésta,<br />

Jesusa VEGA,


256<br />

GOYA<br />

1746 Nace, sexto hijo de José y Gracia<br />

,<br />

I<br />

1748<br />

1749<br />

1750<br />

1751<br />

1752<br />

1753<br />

1754<br />

1756<br />

I<br />

1759<br />

1760<br />

1761<br />

1762<br />

Aprendiz con Luzan I<br />

1764 Concursa en la Academia de San Fernando<br />

1766 Concursa de nuevo en la Academia<br />

1767<br />

1769<br />

"<br />

1770 Viaja a Italia<br />

1771<br />

1772<br />

Concurso Academia. de Parma. Careto del Pilar<br />

1773 Casa con Josefa Bayeu<br />

1774<br />

1776<br />

Cartuja de Aula Del. Cartones para tapices<br />

1778<br />

1779<br />

Grabados sobre Velazquez<br />

1780 Académico de San Fernando<br />

1781 Regina Martyrum. Primer gran encargo regio<br />

1783 Retratos Importantes. Infante Don Luis<br />

1784<br />

1785<br />

1786<br />

1787<br />

1788<br />

Osuna y Medlnacell. Vlcedir. Academia 1<br />

Gaya, pintor del rey<br />

<br />

1789 Pintor de cámara Retratos regios<br />

1791<br />

<br />

1792<br />

1793<br />

Memoria sobre la Pintura. Queda sordo<br />

1794<br />

1795<br />

Dir. de Pintura de la Academia. Los Alba<br />

1796 En Sanlúcar, con los Alba fl<br />

1797 Trabaja para los Osuna<br />

1798 Frescos de San Antonio de la Florida.<br />

1799 Primer pintor de cámara. Caprichos<br />

1800 Trabaja para Godoy<br />

1801<br />

1802<br />

La familia de Carlos IV<br />

<br />

1803<br />

1804<br />

I<br />

1805 Las Majas<br />

1806 I',ace Marianito Gaya, único nieto I<br />

1807<br />

1808 Pinta a Fernando VII para la Academia<br />

Visita Zaragoza tras el I Sitio. El Coloso<br />

Jura lealtad a José I Bonaparte<br />

\<br />

I<br />

1809 Alegoría de la Villa de Madrid I<br />

1810<br />

1811<br />

1812<br />

1813<br />

Desastres de la Guerra<br />

Recibe la Real Orden de España (José 1)<br />

t Josefa Bayeu. Pinta a Wellington<br />

,<br />

,<br />

1814 Pinta el Dos de mayo y el Tres de mayo<br />

Es investigado por la Inquisición<br />

1815 Exculpado de impiedad y afrancesamiento<br />

1816 Tauromaquia. Disparates<br />

Amarguras ante el absolutismo<br />

<br />

1817<br />

1818<br />

Viaje a Andalucía<br />

1819 Enfermedad grave. La Quínta del Sordo<br />

I<br />

1820 Pinturas Negras "<br />

1821<br />

1822<br />

!<br />

1823<br />

1824 Emigra a París y Burdeos. Litografías<br />

I<br />

I<br />

,<br />

1825<br />

1826<br />

Los Toros de Burdeos. Enfermo grave<br />

En Madrid. Pide el retiro. Va a Burdeos<br />

I<br />

h<br />

1827 Viaje a Madrid. La lechera de Burdeos I<br />

I<br />

1828 Muere el 15 de abril en Burdeos<br />

1


Fundación de la Real Academia de San F.rnando<br />

anuel Godoy, valido. Academia de San Luis, Zaragoza<br />

---<br />

ESPAÑA<br />

t Felipe V. Ferando VI, rey<br />

Nace Carlos (IV)<br />

Giaquinto, pintor de cámara<br />

V. Rodríguez: Santa Capilla del Pilar<br />

La Inquisición contra L'Encyclopédie y L'Esprit .<br />

t Fernando VI. Carlos 111, rey<br />

Mengs, pintor de cámara<br />

Tlépolo en Madrid<br />

RR. SS. Ecc. de AA. del País<br />

Motín de Esquilache. Aranda, primer ministro<br />

Expulsión de los Jesuitas<br />

t Tlépolo<br />

ridablanca, primer ministro.R. S. E. Arag.de AA. del P.<br />

t Mengs<br />

Sarnaniego: Fábulas morales<br />

Nace Fernando (VII)<br />

Canal Imperial de Aragón<br />

t Carlos 111. Carlos 1'1, rey<br />

Cadalso: Cartas marruecas<br />

Jovellanos: Informe agrario<br />

Godoy casa con la condesa de Chinchón<br />

Apogeo de Godoy<br />

España recupera Menorca<br />

Batalla de Trafalgar<br />

Moratin: El si de las niñas<br />

Los franceses en España<br />

Abdica Carlos IV<br />

Gu"rra de la Independencia<br />

Jovellanos: Canto guerrero. Gallego: AI2 de mayo<br />

Constitución de Cádiz<br />

Retirada francesa<br />

Vuelve Fernando VII. Absolutismo<br />

Trienio liberal<br />

Independencia de Méjico y Venezuela<br />

Reacción absolutista. Cien Mil Hijos de San Luis<br />

Ejecución de Marian Pineda<br />

MUNDO<br />

Buffon: Histoire Naturelle.<br />

Máquina de hilar (Hargreave)<br />

Máquina de vapor (Watt)<br />

Independencia de los EE. UU.<br />

t Federico II de Prusia<br />

Lavoisier: Leyes. Laplace: Sistema planetario<br />

Revolución Francesa<br />

Desmotadora de algodón (Whitney)<br />

Telégrafo (París-Lille). Sistema métrico decimal<br />

Vacuna viruela (Jenner)<br />

Nace Comte. Malthus: teoría demográfica<br />

Golpe de Estado de Bonaparte. Gauss<br />

Pila de Volta. Electrolisis<br />

Radiación ultravioleta (Ritter)<br />

Napoleón, emperador Pruebas de nave a vapor<br />

Fotosíntesis (Saussure)<br />

Batalla de Austerlltz<br />

Barco a vapor (Fulton)<br />

Gay-Lussac: Combinación de los gases<br />

Polarización de la luz (Malus)<br />

Nacen Proudhon y Darwin<br />

Nace Kierkegaard<br />

Locomotora (Stephenson)<br />

Restau ración de los jesuitas<br />

Batalla de Waterloo. Congreso de Viena<br />

Fotografía (Niepce)<br />

Nace Marx<br />

Nace F Engels<br />

Sindicatos legales en Inglaterra<br />

CULTURA<br />

Montesquieu: El espiritu de las leyes<br />

Nace Goethe<br />

t Bach<br />

L'Encyclopédie, vols. I y II<br />

Rousseau: Causas de la desigualdad ...<br />

Nace Mozart<br />

Voltaire: Candide<br />

Rousseau: El contrato social<br />

Beccaria: De los delitos y las penas<br />

Nacen Beethoven, Hólderlin y Hegel<br />

L'Encyciopédie, completa<br />

Goethe: Werther<br />

t Voltaire y Rousseau<br />

Schiller: Los bandidos. Kant: Critica de la razón pura<br />

Mozart: Las bodas de Figaro<br />

Mozart: Don Juan<br />

Nace Schopenhauer<br />

Nace Delacroix<br />

Nace Rossini. La Flauta mágica y muerte de Mozart<br />

David: Muerte de Marat<br />

Litografía (Senefelder)<br />

Nacen Pushkin y Balzac<br />

Beethoven: 1 ª Sin fama. David: Mme. Récamier<br />

Nace V. Hugo. Chateaubriand: Genio del Cristianismo<br />

t Kant. Beethoven: Sinfonia Heroica<br />

Blake: El Juicio Final<br />

Nacen Chopin y Schumann. t Haydn<br />

Nace Dickens. Lord Byron: Childe Harld<br />

Nacen Verdi y Wagner<br />

Ingres: La gran odalisca<br />

Rossini: El barbero de Sevilla<br />

Nace Walt Whitman. W Scott: Ivanhoe<br />

Géricault: Los náufragos del Medusa<br />

Nacen Flaubert y Dostoievski<br />

t Srlelley. Delacroix: Dante y Virgilio<br />

Beethoven: Novena Sinfonia<br />

t Byron y Géricault<br />

t Beethoven. Víctor Hugo: Prefacio al Cromwell<br />

Nace Tolstoi


CATÁLOGOS EDITADOS CON MOIVO DE LAS<br />

EXPOSICIONES CELEBRADAS EN LA SALA LUZÁN<br />

(DON JAIME 1, 33) DE L CAJA DE AHORROS<br />

DE LA INMACULADA DE ARAGÓN<br />

1. FOTOGRAFíA. "L CARA INFANTIL MÁS EXPRESIVAII,<br />

febrero 1962.<br />

2 ,N SALÓN NACIONAL DE FOTOGRAFíA", marzo 1962.<br />

3. "PRIMERA EXPEDICiÓN ESPAÑOLA A LOS ANDES<br />

DEL PERÚ», abril 1962.<br />

4 PINTURA "ORGANIZADA POR EDUCACiÓN Y DES­<br />

CANSO», actubre 1962.<br />

5. ,d MUESTRA COLECTIVA DE ANTICUARIOS ZARA­<br />

GOZANOSII, diciembre 1962<br />

6. "JAVIER CLAVO», diciembre 1962.<br />

7. "ÁNGELA", diciembre 1962.<br />

8. "MOVIMIENTO DE TRÁFICO EN ZARAGOZA EX­<br />

CELENTíSIMO AYUNTAMIENTOII, maya 1963.<br />

9. FOTOGRAFIA "CENTENARIO DE SAN PABLO", junio<br />

1963.<br />

10. ,di MUESTRA COLECT IVA DE ANTICUARIOS ZARA­<br />

GOZANOS", naviembre 1963.<br />

11. "PRIMERA EXPOSICiÓN ESPAÑOLA DE LA HISTORIA<br />

DE LA FARMACIAII, marzo 1964<br />

12. "ESCULTURA AFRICANA», abril 1964.<br />

1 PINTURA "ALUMNOS COLEGIO MARIANISTASII,<br />

junio 1964.<br />

14. ,dll MUESTRA COLECTIVA DE ANTICUARIOS ZARA­<br />

GOZANOSII, maya 1965.<br />

15. "FOTOGRAFíA URBANA DE ZARAGOZA», naviembre<br />

1965<br />

16. "CARMEN VIVESII, maya-junio 1966<br />

17. ,dRENE» lartista francesal, diciembre 1966.<br />

18. OBJETOS ANTIGUOS. "COLECCiÓN JAVIER CIRIAII,<br />

diciembre 1966.<br />

19. "ALBERTO DUCE", enero 1967.<br />

20. "ARMANDO RUlb, maya 1967.<br />

21. "SOCIEDAD FOTOGRÁFICA DE ZARAGOZA", maya<br />

1967.<br />

22 "PEDRO BORJA", actubre 1967.<br />

23 "CONQUIOLOGíA y PINTURA DE JAVIER ClRIA",<br />

sobre temas canquialógicas y blaplásticas, naviembre<br />

1967<br />

24. "MARIANA LÓPEZ CANCIO", diciembre 1967.<br />

25. HISTORIA, ARTE Y ARQUEOLOGíA Museo del Perfume<br />

de Barcelana, febrero 1968.<br />

26. d DE LECEA", abrrl 1968.<br />

27. "BEULAS", maya 1968.<br />

28. "COLECTIVA DE MARTA CABEZA, JULIA DOMEQUE<br />

y ANA GARCíA PADILLA», junio 1968.<br />

29 "RICARDO MACARRÓN", navlembre 1968<br />

30. "ECHAUb, naviembre 1968.<br />

31. "ÁNGEL GONZÁLEZ MARCOS", diciembre 1968.<br />

32. FOTOGRAFjA "COLEGIO MAYOR UNIVERSITARIO<br />

PEDRO CERBUNA» de Zaragaza, marzo 1969.<br />

33. "CERÁMICA DE VALENCIA», presentada par Javier<br />

Cina, marzo 196 9<br />

34. "JAVIER DE PEDRO", abril 1969.<br />

35. "ENCARNACiÓN IZAR Y PASCUAL BLANCO", octubre<br />

1969.<br />

36 "JOAQuíN LOSCOS", enero 1970.<br />

37. "PAISAJE. COLECCiÓN DE LA DIRECCiÓN GENERAL<br />

DE BELLAS ARTES». (Calectiva de O/artúa, García<br />

Ochaa, Ama! Menehu Ga/, Beu/as, Rubia, Martínez<br />

Navil/o J. Prear Juan GurJlermo, Gracia /emes, Re­<br />

dande/a, Lloveras, Antonio Lago Gonzá/ez de /a Torre,<br />

Conejo, Villaseñar Díaz CaneJa, Mercadé V Jiménez­<br />

Hernándezl, enero 1970.<br />

38. "NATURALEZA MUERTAII. En calaba ración can la Dirección<br />

General de Bellas Artes. (Manuel Calmelra,<br />

José Luis Balaguer, Antonio Guijarro, Francisco Cossio,<br />

Cristina de Vera, Palacios Tardez, Milagros Lambert,<br />

Rafael Durancamps, Francisco Marsá, Alvaro Delgado,<br />

Santiago de Uranga, B. Montalvo, G. Coslin,<br />

L. Opsomerl, febrero 1970.<br />

39. "MARTA CABEZA", febrero 1970.<br />

40. ,dLUNDAIN SOLANO", febrero 1970.<br />

41. FILATELIA. "ASOCIACiÓN NACIONAL DE INVÁLIDOS<br />

CIVILES", marzo 1970<br />

42. "LUGAN" (Luis García Núñezl, mayo 1970.<br />

43. "LA FIGURA". En colaboraCión can la Dirección General<br />

de Bellas Artes, Cecilia Pla, Gustavo de Maeztu<br />

y Witney, Julián Grau Sántas, Alberto Duce, Antonia<br />

Zarco, Rosario de Velasco, Miguel Villa, FranCISco Espinasa,<br />

Rafael Álvarez, Antonio Blardony, José Vela,<br />

Ángel Medrna, Juan Barjola, Jaaquín Pacheco, Antonio<br />

Valencia, José Vento, Constantino Grandio, Jorge<br />

Mercadé y José Antonio Molina, julio 1970.<br />

44. "EL RET RATO» En colaboración con la Dirección General<br />

de Bellas Artes, septiembre 1970.<br />

45 ,rJULlÁN BORREGUERO", octubre 1970.<br />

46. "ECHAUz", noviembre 1970.<br />

47. ,rYRAYOLA", diciembre 1970.<br />

48. "LUIS SÁEz", enero 1971<br />

49. I Exposición, en Zaragoza, de la "ASOCIACiÓN DE CO­<br />

LECCIONISTAS DE BARCELONA", enero 1971<br />

50. "MARIANA LÓPEZ CANCIO}}, enero 1971.<br />

51. "XILOGRAFíAS DE CATALUÑA}> de Pre Abada/, Siglos<br />

XVI al XIX, febrero 1971.<br />

52. "CARMEN VIVES", marzo 1971<br />

53. FILATELIA, "ASOCIACiÓN NACIONAL DE INVÁLIDOS<br />

CIVILES", marzo 1971<br />

54. "ANDRÉS GALDEANO", marzo 1971<br />

55. ,rJOSÉ BESTll>, abril 1971.<br />

56. "EMILlA NAVARRO", abnl 1971<br />

57. "PILAR MARCO TELLO Y ANTONIO RODRíGUEZ<br />

CALERO}}, mayo 1971.<br />

58. "PILAR ARAN DA", mayo 1971<br />

59. "EMILIO BENEDICTO", jUnio 1971<br />

60. "ALBERTO DUCE", octubre 1971<br />

61. "BEULAS}}, ocubre 1971<br />

62 "ESTAMPAS JAPONESAS". Arte industrial del Japón<br />

(estampas, armas, lacas, bronces y artes industriales.<br />

Siglos XII al XXI, naviembre 1971.<br />

63. "AGUSTíN CELlS", nOViembre 1971.<br />

64. "PINT URAS, DIBUJOS Y BIOPLÁSTICAS JAVIER<br />

CIRIA", diciembre 1971<br />

65. "MARíA PILAR ARENAS)}, diCiembre 1971.<br />

66. "EMILIO DE ARCE", diciembre 1971<br />

67. rdESÚS INFANTE", enero 1972<br />

68. "ADRIANO PÉREZ PULIDO", febrero 1972<br />

69. "LAPAYESE DEL Río", marzo 1972.<br />

70. ,rJOSÉ M. SERl} 11874-19451 Y "MIGUEL MASSQl,<br />

11883-1968), marzo 1972.<br />

71. ,JOMÁS ROURES SAURA", abril 1972.<br />

72. ,dLUNDAIN SOLANO", abril 1972.<br />

73 "GÓMEZ MARCO", octubre 1972<br />

74. ,rVISCONTI", noviembre 1972.<br />

75. ,¡JOSÉ ALFONSO CUNí", nOViembre 1972.<br />

76. rNAQUERO", diciembre 1972.<br />

77. "MARIANA LÓPEZ CANCIO}}, diCiembre 1972.<br />

78. "DEMETRlO SALGADO", enero 1973.<br />

79. ,rVIRGILlO ALBIAC", febrera 1973.<br />

80. "EDUARDO ROLDÁN", febrero 1973.<br />

81. "ENRIQUE DE SALAMANCA", marzo 1973.<br />

82. "PASCUAL PALACIOS TARDEz", abnl 1973.<br />

83. "AGUSTíN ALEGRE", abnl 1973<br />

84. "RAMÓN POLll>, junio 1973.<br />

85. "VAQUERO TURCIOS", octubre 1973.<br />

86. "MÉNDEZ RUIZ IJOSÉI", naviembre 1973.<br />

87. "ECHAUz", noviembre 1973.<br />

88. "EDUARDO SANz", diCiembre 1973.<br />

89. "ISABEL VILLAR", enero 1974.<br />

90. "JULIO ZACHRISSON", febrero 1974.<br />

91 "ORCAJO", marzo 1974.<br />

92. "CEFERINO MORENO SAN DOVAL}}, abril 1974.<br />

93. "GÓMEZ PERALES", maya 1974.<br />

94 "AGUSTíN CELlS", maya 1974.<br />

95. "LUIS GORDILLO", octubre 1974.<br />

96. "ANZO" !José Iranzo Almonacid), noviembre 1974<br />

97. "LUIS FERNAIDO AGUIRRE}}, diciembre 1974.<br />

98. "AMADOR", enero 1975.<br />

99. "LUIS SÁEz", febrero 1975.<br />

1OO. "SALVADOR VITORIA", marzo 1975.<br />

101. "DANIEL ARGIMÓN", abnl 1975.<br />

102. "ENRIQUE DE SALAMANCA}}, mayo 1975<br />

103. ,rJUAN ANTONIO AGUIRRE", octubre 1975.<br />

104. "FELlCIANO,,: naviembre 1975.<br />

105. "CUIXARli>, diciembre 1975.<br />

106. "NASSIO}}, enero 1976.<br />

107. "JULlÁN SANTAMARíA}}, febrero 1976.<br />

108. "HORACIO SILVA }}, marzo 1976.<br />

109. ,rELVIRA ALFAGEME", abril 1976,<br />

110. "JOAQuíN MICHAVILA", mayo 1976.<br />

111. GRABADO "FUNDACiÓN RODRíGUEZ ACOSTA", octubre<br />

1976<br />

112. "FRANCISCO LOZANO", noviembre 1976.<br />

113 "ÁNGEL MEDlNA", diciembre 1976.<br />

114. "JOAQuíN RUBIO CAMíN", enero 1977<br />

115. "FERNANDO SÁEz", febrera 1977.<br />

116 "MODESTO CUIXARl>, marzo 1977.<br />

117. "VAQUERO TURCIOS", abril 1977.<br />

CATÁLOGOS EDITADOS CON MOIVO DE LAS<br />

EXPOSICIONES CELEBRADAS EN LA SALA LUZÁN<br />

(NUEVO DOMIC(LlO DE po INDEPENDENCIA, 10)<br />

DE LA CAJA DE AHORROS DE LA INMACULADA<br />

DE ARAGÓN<br />

1. "SEIS MAESTROS ARAGONESES DEL ARTE ACTUAL<br />

AGUAYO, ORÚS, SAURA, SERRANO, VICTORIA,<br />

VIOLA}}, actubre 1977<br />

2. "MANOLO HUGUE", diciembre 1977<br />

3 ,rJOSE LUIS SÁNCHEz", VEINTICINCO AÑOS DE OFICIO DE<br />

ESCULTOR, febrero 1978<br />

4. "EDUARDO SANz", CODIGO INTERNACIONAL DE SEÑALES<br />

PARA USO DE EDUARDO SANZ y DE USTED, marzo 1978<br />

5. "ECHAUZ: 1968-1978", abril 1978.<br />

6. Cinco nombres en la pintura aragonesa. "NATALlO<br />

BAYO, PASCUAL BLANCO, JOSÉ LUIS CANO, PEDRO<br />

GIRALT LA HERMANDAD PICTÓRICA", octubre 1978.<br />

7. "EQUIPO CRÓNICA", LA PARTIDA DE BILLAR, naviembre<br />

1978.<br />

8. "FARRERAS", RETRaSPECTIVA 19581978, diCiembre 1978.<br />

9. "MOLEZÚN", enero 1979.<br />

10. "LUIS SÁEz", marzo 1979<br />

11. "AMA DEO GABINO", abril 1979.<br />

12. "LUCIO MUÑOz", octubre 1979<br />

13. "VAQUERO}}, noviembre 1979.<br />

14. "SALVADOR VICTORIA", OBRA DE UNA DÉCADA, 197C1979,<br />

diciembre 1979.<br />

15 ,r$. SOR lA", enero 1980.<br />

16. ,rVENANCIO BLANCO}}, marzo 1980.<br />

17. "AMALlA AVIA", abnl 1980.


18. "CANOGAR", RETROSPECTIVA 1957-1980, noviembre 65. "SOBRINO", octubre 1988<br />

1980. 66. "VENT, 1982-1988", noviembre 1988.<br />

19. "ANTONIO LORENZO", diciembre 1980. 67. Cinco aragoneses en la Luzán: "SERGIO ABRAíN,<br />

20. "JOSÉ MARíA DE LABRA", enero 1981 SANTIAGO ARRANZ, RICARDO CALERO, JULIA 00-<br />

21 . "ANTONIO SAURA", EXPOSICiÓN ANTOLÓGICA DE 08RA EN RADO, MIGUEL GALANDA", diciembre 1988.<br />

PAPEL, febrero 1981 68 "LA HERMAN DAD PICTÓRICA", enero 1989<br />

22. "ISABEL VILLAR", marzo 1981. 69. "MARTA CÁRDENAS", marzo 1989.<br />

23<br />

24.<br />

25.<br />

"SEMPERE», mayo 1981<br />

"JUANA FRANCÉS", octubre 1981<br />

"ANTONI CUMELLA", noviembre 1981<br />

70.<br />

71<br />

7<br />

,JORAL", abril 1989.<br />

"CARUNCHO" IEV OLUCIÓN 1874-18891, octubre 1989.<br />

«VERDES 11955-19891», noviembre 1989.<br />

26. "ANTNI CLAVÉ", OBRAS DE 1939 A 1979, febrero<br />

1982.<br />

27. "RÁFOLS CASAMADA", OBRA RECIENTE, febrero 1982.<br />

28 "ACRÓSTIC DE MANUEL BOIX", marzo 1982.<br />

29 "MOMPO". OBRA RECIENTE, abril 1982.<br />

30. "MINGNONI". OBRA 1976-1982, octubre 1982.<br />

73. "SANTONJA", diciembre 1989.<br />

74. "APARICIO", enero 1990.<br />

75. "PABLO RUNYÁN", marzo 1990.<br />

76. "MIGUEL GALANDA", abril 1990.<br />

7 "ANTONIO SUÁREZ", PINTURAS, octubre 1990.<br />

78. ,, diciembre 1992-enero 1993.<br />

Cossio, Dali O Dominguez, Garcia Condov Gargalo,<br />

91. "JAIME LORENTE", enero-febrero 1991<br />

J González, Juan Gris, Manolo Hugue Lobo, Miró,<br />

92. "SERGIO ABRAíN", febrero-marzo 1993.<br />

Parra, Peinado, Picasso, l. de la Sera, Viñes), abrrl<br />

93. "FERNANDO SOMOZA", abril-mayo 1993.<br />

1984.<br />

94. "GENOVÉS", octubre 1993.<br />

41. "DARíO VILLALBA, 1974-1984", octubre 1984.<br />

42. "BARÓN", noviembre 1984.<br />

43. "MANRIQUE" ARTE TOTAL, diciembre 1984.<br />

44. "BAQUÉ XIMÉNEz" PINTURAS 1933-1984, enero 1985.<br />

45. "GUILLERMO PÉREZ VILLAIJA" AlUNAS OBRAS DE 1973<br />

A 1985, marzo 1985.<br />

46. ,rEL PACTO INVISIBLE» (Pilar Aladrén, Manuel Barba-<br />

dillo, Patricio Court, José María Cruz Novillo, Marisa<br />

González, Eduardo Gruber Don Herbert, Paul Hofman,<br />

Paul Kallos, Laura Lamrel, Frando Lerin, Paloma Na-<br />

vares, Manuel Padorno, Rinaldo Paluzzi, Eloisa Sanz,<br />

Estéban Tranche, Máximo Tueba, Mara LUisa Valdés,<br />

Enrique Vega, Francis Warringa. Organiza, Evelyn Bo-<br />

tella), mayo 1985<br />

47. ,¡JOSÉ LUZÁN MARTiNEZ 11710-17851", octubre<br />

95. "FELlCIANO", ESCULTURAS, noviembre-diciembre 1993.<br />

96. "LUIS MARCO", diciembre 1993-enero 1994.<br />

97. "ALFONSO GALVÁN", enero-febrero 1994.<br />

98 "MARíA GIRONA", febrero-marzo 1994.<br />

99. ,,-3 DIO D I + 3 D", Colectiva, abril-mayo 1994.<br />

100. "JOAQuíN RAMO", octubre 1994.<br />

101 "ORCAJO", noviembre-diciembre 1994.<br />

102. ,iERESA SALCEDO", diciembre 1994-enero 1995.<br />

103. "GUILLERMO LLEDÓ", enero-febrero 1995.<br />

104. "LEONA", marzo 1995.<br />

105. "NOVENTA AÑOS DE ARTE EN ARAGÓN. PINTURA<br />

y ESCULTURA", mayo-junio 1995.<br />

106. "JOCALlAS PARA UN ANIVERSARIO", octubre 1995.<br />

107. "ALFREDO ALCAIN", noviembre-diciembre 1995.<br />

108. "DANIEL QUINTERO", diciembre 1995-enero 1996<br />

109. "GONZALO TENA", febrero 1996.<br />

48.<br />

1985.<br />

"JOSÉ LUIS FAJARDO", nOViembre 1985.<br />

110.<br />

111.<br />

"ROMÁ VALLÉS", marzo-abril 1996.<br />

"BRINKMANN", abnl-mayo 1996.<br />

49. "HERNÁNDEZ PIJOÁN", diciembre 1985. 112. "GOYA", ,uÉ VALOR', julio-septiembre 1996.<br />

50. "PASCUAL BLANCO", enero 1986.<br />

51 . "GUINOVART 83, 84, 85, 86", marzo 1986.<br />

52. "JULIO L. HERNÁNDEz", abril 1986.<br />

53. ,¡JOSÉ CABALLERO", octubre 1986.<br />

54. "GERARDO RUEDA", noviembre 1986.<br />

55 "FRANCISCO CORTIJO", diciembre 1986<br />

56. "NATALO BAYO", febrero 1987.<br />

57. "ORTEGA", marzo 1987.<br />

58. "ARCADIO BLASCO", abril 1987.<br />

59. ,¡JUAN ROMERO", octubre 1987.<br />

60. "LUGÁN", noviembre 1987.<br />

61. "XXV AÑOS DE ARTE CONTEMPORÁNEO ESPAÑOL<br />

EN LA SALA LUZÁN", diciembre 1987.<br />

62. "PEDRO GIRALl>, ENSAYO CÁNTICO, 1986-1987, enero<br />

1988.<br />

63. "LUIS SÁEz", marzo 1988.<br />

64. "ECHAUz", abril 1988.


Se concluyó la impresión del catálogo de la exposición<br />

Goya,<br />

¡Qué valor!<br />

por iniciativa y patronazgo<br />

de la<br />

Caja de Ahonos de la Inmaculada<br />

en la oficina tipográfica de<br />

Octavio y Félez, S. A, de Zaragoza,<br />

el día 14 de julio de 1996,<br />

año de la conmemoración del CCL aniversario<br />

del nacimiento de<br />

Francisco de Goya y Lucientes.

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