Esperadme en el cielo Maruja Torres - El País
Esperadme en el cielo Maruja Torres - El País
Esperadme en el cielo Maruja Torres - El País
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
<strong>Esperadme</strong> <strong>en</strong> <strong>el</strong> ci<strong>el</strong>o (DESTINO).qxp:- 19/1/09 12:19 Página 14<br />
formación d<strong>el</strong> sustantivo, tan propia de Ter<strong>en</strong>ci, y<br />
pronunciada al unísono por Manolo, me anudó la<br />
garganta—. Tú, la niña d<strong>el</strong> Raval, la charnega fi<strong>el</strong>,<br />
¿habrías preferido que <strong>el</strong> patatús te sorpr<strong>en</strong>diera<br />
mi<strong>en</strong>tras pronunciabas <strong>el</strong> discurso de aceptación<br />
d<strong>el</strong> Premio Príncipe de Asturias de las Letras, <strong>en</strong><br />
retransmisión directa por <strong>el</strong> canal internacional de<br />
T<strong>el</strong>evisión Española, poco antes de la emisión de un<br />
docum<strong>en</strong>tal sobre la extinción d<strong>el</strong> oso cántabro?<br />
Esta tía se ha bebido <strong>el</strong> <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to... Hay para<br />
alquilar sillas... Eso sí que es soñar tortillas...<br />
Y así continuaron, posiblem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la primera<br />
traducción t<strong>el</strong>epática literal al cast<strong>el</strong>lano de viejos<br />
giros catalanes arrojada al Mundo Superior. Aqu<strong>el</strong><br />
alarde consiguió conmoverme, obligándome a una<br />
modesta aunque todavía más absurda aportación:<br />
—¡Dios nos da! —exclamé, transida, pues no <strong>en</strong><br />
vano comprobaba que, aunque <strong>en</strong> vida no fuimos<br />
considerados escritores catalanes auténticos, allá<br />
<strong>en</strong> Donde Fuera todo resultaba posible, y nadie se<br />
reconcomía por vernos utilizar a nuestra manera,<br />
plac<strong>en</strong>teram<strong>en</strong>te, las l<strong>en</strong>guas con que habíamos<br />
sido <strong>en</strong>riquecidos, no mermados.<br />
«¡Dios nos da!», repetí, m<strong>el</strong>ancólica. Reducción<br />
forzosa de la inabarcable e intraducible expresión,<br />
Deu-n’hi-do, que significa «Vaya», «Cuánto»,<br />
«Qué gordo, esto que pasa», «Qué barbaridad»,<br />
«Lo que hay que aguantar»... y mucho más. Dios<br />
nos da. Y Dios nos quita. Dios... «¡Si estás ahí, cabronazo,<br />
sal y da la cara!», clamé. «¡Me adeudas<br />
más de una explicación!»<br />
14