11.05.2013 Views

Rousseau_JeanJacques-Suenos De Un Paseante Solitario

Rousseau_JeanJacques-Suenos De Un Paseante Solitario

Rousseau_JeanJacques-Suenos De Un Paseante Solitario

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Comienzo a veces con esfuerzo, pero este esfuerzo me cansa y me agota enseguida, no<br />

podría continuar. Para cualquier cosa imaginable, lo que no hago con placer pronto me es<br />

imposible hacerlo.<br />

Hay más. La coacción en consonancia con mi deseo basta para aniquilarlo y trocarlo en<br />

repugnancia, incluso en aversión, a poco que aquélla actué intensamente, y eso es lo que me<br />

hace penosa la buena obra que se exige y que yo hacía de propio cuando no se me exigía. <strong>Un</strong><br />

favor puramente gratuito es ciertamente una obra que me gusta hacer. Más cuando quien lo<br />

ha recibido hace de él un título para exigir la continuación sopena de su odio, cuando me<br />

decreta ser para siempre su benefactor por haber tenido primero el placer de serlo, entonces<br />

comienza el malestar y el placer se desvanece. Lo que a la sazón hago si cedo es debilidad y<br />

mala vergüenza, pero la voluntad ya no existe, y antes de aplaudirme en mis adentros, me<br />

reprocho en mi conciencia el obrar bien de mala gana.<br />

Sé que hay una especie de contrato, puede que hasta el más santo de todos, entre el<br />

benefactor y el reconocido. Es una suerte de sociedad que forman el uno con el otro, más<br />

estrecha que la que une a los hombres en general, y si el reconocido se compromete<br />

tácitamente al agradecimiento, el benefactor se compromete asimismo a conservar para el<br />

otro, mientras no se vuelva indigno de ello, la misma buena voluntad que acaba de<br />

testimoniarle, y a renovarle los actos cuantas veces pueda y sea requerido. No son esas<br />

condiciones expresas, sino efectos naturales de la relación que acaba de establecerse entre<br />

ellos. Quien la primera vez rehúsa un servicio gratuito que se le pide, no da ningún derecho<br />

a quejarse a aquel a quién ha rechazado; pero quien en parecido caso rehúsa al mismo la<br />

merced que le concedió anteriormente, frustra una esperanza que le había autorizado a<br />

concebir; burla y desmiente una expectativa que había hecho nacer. En este rechazo se siente<br />

un no sé qué injusto y más duro que en el otro; no es menos, empero, el efecto de una<br />

independencia que ama el corazón y a la que la que no renuncia sin esfuerzo. Cuando pago<br />

una deuda, se trata de un deber que cumplo, cuando hago un donativo, se trata de un placer<br />

que me doy. Ahora bien, el placer de cumplir con los deberes es de aquéllos que el solo<br />

hábito de la virtud hace nacer: aquéllos que nos vienen inmediatamente de la naturaleza no<br />

se elevan tan alto.<br />

<strong>De</strong>spués de tan tristes experiencias, he aprendido a prever de lejos las consecuencias de<br />

mis primeros movimientos consecutivos, y con frecuencia me he abstenido de una buena

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!