Rousseau_JeanJacques-Suenos De Un Paseante Solitario
Rousseau_JeanJacques-Suenos De Un Paseante Solitario
Rousseau_JeanJacques-Suenos De Un Paseante Solitario
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
eneficencia, sostenidas o seguidas en la sociedad sin prudencia y sin alternativa, cambian<br />
de naturaleza y llegan a ser a menudo tan perjudiciales como útiles eran en su primera<br />
trayectoria. Tan crueles experiencias fueron cambiando poco a poco mis primeras<br />
disposiciones, o mejor, encerrándolas por fin en sus verdaderos límites, me enseñaron a<br />
seguir menos ciegamente mi inclinación a obrar el bien cuando no servía sino para favorecer<br />
la maldad ajena.<br />
Pero en absoluto he lamentado estas mismas experiencias, ya que me han procurado por<br />
la reflexión nuevas luces sobre el conocimiento de mí mismo y sobre los verdaderos motivos<br />
de mi conducta en mil circunstancias sobre las que tan a menudo me forjé ilusiones. He visto<br />
que para obrar el bien con placer era preciso que actuase libremente, sin coacción, y que<br />
para privarme de toda la dulzura de una buena obra bastaba con que se convirtiera en un<br />
deber para mí. <strong>De</strong>sde entonces, el peso de la obligación convierte en pesada carga los más<br />
dulces goces, y como he dicho, me parece, en el Emilio, habría sido en tierra de turcos un<br />
mal marido a la hora en que la voz pública los llama para que cumplan con los deberes de su<br />
estado.<br />
Eso es lo que modifica mucho la opinión que durante largo tiempo tuve de mi propia<br />
virtud; porque nada hay en seguir sus inclinaciones y en otorgarse el placer de bien obrar<br />
cuando a ello nos conducen. Antes bien, aquélla consiste en vencerlas cuando el deber lo<br />
ordena, para hacer lo que nos prescribe, y eso es lo que he sabido hacer peor que cualquier<br />
otro hombre del mundo. Nacido sensible y bueno, llevando la piedad hasta la debilidad, y<br />
sintiéndome exaltar el alma por cuanto concierne a la generosidad, fui humano, benefactor,<br />
caritativo, por gusto, por pasión incluso, mientras que sólo se interesó a mi corazón; habría<br />
sido el mejor y más clemente de los hombres si hubiera sido más poderoso, para apagar en<br />
mí todo deseo de venganza que hubiera bastado con poder vengarme. Incluso hubiera sido<br />
justo sin esfuerzo contra mi propio interés; pero no hubiera podido decidirme a serlo contra<br />
el de las personas que me eran caras. Mientras mi deber y mi corazón estuvieron en<br />
contradicción, el primero obtuvo raramente la victoria, a menos que no tuviera más que<br />
abstenerme; entonces era la mayoría de las veces fuerte, pero actuar en contra de mi<br />
inclinación me fue siempre imposible. Ya sean los hombres, el deber o incluso la necesidad<br />
quienes ordenen cuándo ha de callarse mi corazón, mi voluntad permanece sorda y no podría<br />
obedecer. Veo el mal que me amenaza y lo dejo llegar antes que agitarme para prevenirlo.