Rousseau_JeanJacques-Suenos De Un Paseante Solitario
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mis penas en vez de aumentarlas. Puede que al arrancarme gritos, me ahorrara gemidos, y<br />
los desgarros de mi cuerpo suspenderían los de mi corazón.<br />
¿Qué más he de temer de ellos si todo está consumado? al no poder ya empeorar mi<br />
estado, no podrán inspirarme ya alarma. Son la inquietud y el espanto males de los que me<br />
han librado para siempre; nunca deja de ser un alivio. Poco me hacen los males reales;<br />
admito fácilmente los que padezco, pero no los que temo. Mi imaginación espantadiza los<br />
combina, los resuelve, los dilata y los aumenta. Su acechanza me atormenta cien veces más<br />
que su presencia, y el amago se me hace más terrible que el golpe. Tan pronto como ocurren,<br />
al privarles su acontecer de cuanto de imaginario tenían, les reduce a su justo valor. Los<br />
encuentro entonces mucho menores de como me los había figurado, y no dejo, en medio<br />
incluso de mi sufrimiento, de sentirme aliviado. En tal estado, liberado de todo nuevo temor<br />
y de la inquietud de la espera, la mera costumbre bastará para hacerme más soportable cada<br />
día una situación que no puede empeorar con nada, y a medida que se embota el sentimiento<br />
por la duración, van careciendo ya de medios para reanimarlo. Ve aquí el bien que me han<br />
hecho mis perseguidores al agotar sin mesura las trazas de su animosidad. Se han privado de<br />
todo dominio sobre mí, y puedo en lo sucesivo burlarme de ellos.<br />
<strong>Un</strong>a calma total se ha restablecido en mi corazón no hace aún ni dos meses. Hacía mucho<br />
tiempo que ya no temía nada, p pero seguía esperando, y esta esperanza, ora alimentada ora<br />
truncada, constituía una presa por la que mil pasiones diversas no cesaban de agitarme. <strong>Un</strong><br />
acontecimiento tan triste como imprevisto acaba finalmente de borrar de mi corazón este<br />
débil rayo de esperanza y me ha hecho contemplar mi destino fijado para siempre y sin<br />
remisión aquí abajo. <strong>De</strong>sde entonces me he resignado sin reserva y he encontrado la paz.<br />
En cuanto he comenzado a entrever la trama en toda su extensión, he perdido para<br />
siempre la idea de atraer en vida al público a mi lado; además, no pudiendo ser recíproco, en<br />
adelante el acercamiento me sería sobremanera inútil. Aunque los hombres volvieran a mí,<br />
no me encontrarían. <strong>De</strong>spués del desdén que me han inspirado, su comercio se me hará<br />
insípido e incluso molesto, y soy cien veces más dichoso en mi soledad de lo que pudiera<br />
serlo viviendo con ellos. Han arrancado de mi corazón todas las dulzuras de la sociedad. Ya<br />
no podrían germinar de nuevo a mi edad; es demasiado tarde. En lo sucesivo, me hagan bien<br />
o mal, todo me es indiferente viniendo de ellos, y hagan lo que hagan, mis contemporáneos<br />
nunca serán nada para mí.