Samayoa Guevara, Hector Humberto. Ensayos sobre la ...

Maa el taimado señal6 aquel Tumbo
deseoso de acabar la conferencia
y así le hizo vagar toda -la noche,
sin hallar cosa que a hombre se parezca •. '
La aurora, cuyos labiQs.como rosas
una sonrisa tímida bosquejan
escucha las pintadas. .avecillas
que conduIces gorjeos\la. celebran.
. .'. . .
En tanto, el le6n dé~cu.bre otro _viviente
que al buey enlliésta'ti.lra ',se asemeja.
Vil
LA 9FENS;A DEL CABALLO
A él dirige su' marcha acelerado,
y con tono insultante, así que llega,
-j Ah! ¿Tú eres el víl'ho~bre? -le pregunta::
." . " .
Pero aquel animal, _qúeairoso mues'tra
gallarda petulancia, y noble orgullo,
no le da tan de proilto la respu~sta..
Primero, atentamente lo, examina,
en los pies se recarga, ainbas orejas
hacia él dirige e iinpa,jido respoitde:
.. , ','"
-Del hombre, aquien'se rinden:li sobérbia,
un criado soy,- que con ,place.r le sirvo,
tomando como IIÚas sus empresas.
En sus largas jornadas lo conduzco
puesto sobre mi lomo; con la espuela