Samayoa Guevara, Hector Humberto. Ensayos sobre la ...

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Muy cierto es que con este movimiento Se fueron prepa. rando las conciencias a concebir la idea de la emancipación, que al fin cristalizó, pero sin verse en todo el proceso el plan que guiara a eSe término. No hubo idea de independencia en Yucatán. Es también muy cierto que un joven yucateco tomó activa participación en México en las luchas de independencia. Pero don Andrés Quintana Roo no fue ningún delegado del pueblo yucateco para representarlo en esas contiendas. Hijo de familia meridana, de profundas convicciones constitucionalistas, él aun en la adolescencia fue enviado por su padre a México para que terminara sus estudios. Años más tarde, envuelto en el romance de amor de doña Leona Vicario, enamorados ambos del porvenir, sus corazones se decidieron a ser héroes y fuéronse al campo de batalla, alli donde militaban los va. lerosos insurgentes que capitaneaba el gran Morelos. Quintana Roo es gloriosa figura que mucho honra a la cuna donde vio la luz primera. Pero, justo es confesarlo, su actuación individual en la epopeya insurgente no reflejó ninguna idea yucateca. Fue un yucateco que comprendió ideas mexicanas y las desarrolló en el centro donde podían ser apreciadas. Muy honroso es para Yucatán saber que un hijo suyo muy ilustre, el presidente del Congreso de Chilpancingo hizo la primera declaración formal de la independencia nacional. Pero justo es confesar que Yucatán no lo envió. El por cuenta propia lo hizo. Y si Quintana Roa usó el nombre de Yucatán en algún acta del Congreso de los insurgentes, no consta que tuviera tal representación. Tal vez lo hizo para dar mayor influencia territorial al movimiento y convencer así al enemigo de la extensión que ya abarcaba la idea. En Yucatán no hubo idea de independencia antes de 1821. No podía haber con buenos gobernantes como Pérez Valde· lomar. Y si surgieron bandos constitucionalistas y absolutistas, las ideas que éstos perseguian entraban en el movimiento politico que se llevaba a cabo en España. y el gobierno de la provincia no los tuvo como insurgentes. Los gobernantes españoles adoptaban en Yucatán el sistema político que triunfaba en España, y los que perdían en Yucatán se aguantaban a esperar un nuevo testimonio de la volubilidad de Fernando VII. Cierto es que se les perseguía, pero por enemigos de las ideas politicas que habían triunfado, no por enemigos del dominio español. No fue sino hasta que se formó el Plan de Iguala y el generalísimo don Agustín de Iturbide envió al general Juan José Fernández del Ejército Libertador mexicano, con destino a Yucatán cuando surgió la idea emancipadora en la pe'1ín. sula. El último Capitán·General español citó a una magna asamblea, el 15 de septiembre de 1821, para informar al pue. blo yucateco de que tropas enemigas al régimen español ha.

ían entrado a la capital de Tabasco y que él. s.e veía en difíciles circunstancias por no tener fuerzas sufiCIentes con qué hacerles frente. El pu~blo decidió la cues~i~mproclamando la independencia en el mIsmo act.o. El Capltar;¡ Gene~al re.spetó la opinión popular y en nOVIembre del mIsmo ano deJó el gobierno de una manera muy digna y noble. Así se proclamó y consumó la independencia de Yucatán. y Yucatán se emancipaba de la Madre España conforme a las siguientes bases: 'Que la provincia de Yucatán, unida en afectos y sentimientos a todos los que aspiraban a la f~lici~,!-d del suelo americano, proclamaba su emancIpaclOn política de la metrópoli; bajo el supuesto de que el sistema de independencia ac?rdado en los. pl!lpes de Iguala y Córdova no estana en contradlcclOn con la libertad civil. Que Yucatán haría la proclamación solemne de su independencia, luego que los encargados del poder interino en México fijasen las bases de la nueva nao cionalidad. Que entretanto y para afianzar más eficazmente la libertad la propiedad, la seguridad individual que son los' elementos de toda sociedad bien organizada, se observasen las leyes existentes, con inclusión de. 'la Constitución Española y se conservasen las autoridades establecidas. Que la provincia reconocia por hermanos y amigos a todos los americanos y españoles europeos que participaran de sus mismos sentimientos y. quisieran comunicar pacíficamente con. sus habltan~es, para todos los negocios y transaCClOnes de la VIda civil". Es de observarse en todos estos actos el siguiente resumen: Yucatán no se había manifestado por la independencia. Iturbide concebía un plan vastisimo de nacionalidad americana que abarcaría desde las riberas del Colorado hasta muy cerca del Istmo de Panamá. Le enamoraba el ideal de Bolívar .y soñaba hacer de la nueva nación toda una fuerte potenCIa americana: No podía consiguientemente permitir que Yucatán quedara en poder de España, porque serviria de base a en· torpecerle sus planes. Echeverri, el último Capitán General de Yucatán no tenia fuerzas suficientes para hacer frente al Ejército' Libertador Mexicano, que. había invadi.do Tab~sco. La opinión popular yucateca se deCIde P?r m.ayona a la. m~e. pendencia y la unión con la nueva naclOnahdad.. 90nstltuclO. nalistas y absolutista s eran ya adversos al dommlO español.

Muy cierto es que con este movimiento Se fueron prepa.<br />

rando <strong>la</strong>s conciencias a concebir <strong>la</strong> idea de <strong>la</strong> emancipación,<br />

que al fin cristalizó, pero sin verse en todo el proceso el p<strong>la</strong>n<br />

que guiara a eSe término. No hubo idea de independencia en<br />

Yucatán.<br />

Es también muy cierto que un joven yucateco tomó activa<br />

participación en México en <strong>la</strong>s luchas de independencia. Pero<br />

don Andrés Quintana Roo no fue ningún delegado del pueblo<br />

yucateco para representarlo en esas contiendas. Hijo de familia<br />

meridana, de profundas convicciones constitucionalistas, él<br />

aun en <strong>la</strong> adolescencia fue enviado por su padre a México<br />

para que terminara sus estudios. Años más tarde, envuelto<br />

en el romance de amor de doña Leona Vicario, enamorados<br />

ambos del porvenir, sus corazones se decidieron a ser héroes<br />

y fuéronse al campo de batal<strong>la</strong>, alli donde militaban los va.<br />

lerosos insurgentes que capitaneaba el gran Morelos.<br />

Quintana Roo es gloriosa figura que mucho honra a <strong>la</strong><br />

cuna donde vio <strong>la</strong> luz primera. Pero, justo es confesarlo, su<br />

actuación individual en <strong>la</strong> epopeya insurgente no reflejó ninguna<br />

idea yucateca. Fue un yucateco que comprendió ideas<br />

mexicanas y <strong>la</strong>s desarrolló en el centro donde podían ser apreciadas.<br />

Muy honroso es para Yucatán saber que un hijo suyo muy<br />

ilustre, el presidente del Congreso de Chilpancingo hizo <strong>la</strong><br />

primera dec<strong>la</strong>ración formal de <strong>la</strong> independencia nacional. Pero<br />

justo es confesar que Yucatán no lo envió. El por cuenta<br />

propia lo hizo. Y si Quintana Roa usó el nombre de Yucatán<br />

en algún acta del Congreso de los insurgentes, no consta que<br />

tuviera tal representación. Tal vez lo hizo para dar mayor<br />

influencia territorial al movimiento y convencer así al enemigo<br />

de <strong>la</strong> extensión que ya abarcaba <strong>la</strong> idea.<br />

En Yucatán no hubo idea de independencia antes de 1821.<br />

No podía haber con buenos gobernantes como Pérez Valde·<br />

lomar. Y si surgieron bandos constitucionalistas y absolutistas,<br />

<strong>la</strong>s ideas que éstos perseguian entraban en el movimiento<br />

politico que se llevaba a cabo en España. y el gobierno de<br />

<strong>la</strong> provincia no los tuvo como insurgentes. Los gobernantes<br />

españoles adoptaban en Yucatán el sistema político que triunfaba<br />

en España, y los que perdían en Yucatán se aguantaban<br />

a esperar un nuevo testimonio de <strong>la</strong> volubilidad de Fernando<br />

VII. Cierto es que se les perseguía, pero por enemigos de <strong>la</strong>s<br />

ideas politicas que habían triunfado, no por enemigos del<br />

dominio español.<br />

No fue sino hasta que se formó el P<strong>la</strong>n de Igua<strong>la</strong> y el<br />

generalísimo don Agustín de Iturbide envió al general Juan<br />

José Fernández del Ejército Libertador mexicano, con destino<br />

a Yucatán cuando surgió <strong>la</strong> idea emancipadora en <strong>la</strong> pe'1ín.<br />

su<strong>la</strong>. El último Capitán·General español citó a una magna<br />

asamblea, el 15 de septiembre de 1821, para informar al pue.<br />

blo yucateco de que tropas enemigas al régimen español ha.

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