Samayoa Guevara, Hector Humberto. Ensayos sobre la ...

cendio y el arrasamiento del corsario. Su viaje estuvo también
matizado de episodios dignos de mencionarse, tales como
la ayuda que prestó en Madagascar al gobernador inglés,
cooperando para que no zarparan unos barcos traficantes, de
esclavos, obrando en consonancia con los principios proclamados
por la revolución emancipadora de la República de la
Argentina, que proscribió la esclavitud. Otro episodio digno
de mencionarse es la devolución que obtuvo de la nave corsaria
de bandera argentina "La Chacabuco", cuya tripulación
sublevada contra su capitán y oficiales, se había dedicado a
la piratería, y finalmente dicha tripulación, amotinada, había
vendido la nave al poderoso monarca de la isla de Hawaii.
Aquí reinaba el poderoso monarca Kameha-Meha 1, cuyo imperio
se extendía a todo el archipiélago circunvecino a su
reino y que tenía su capital en la ciudad de Karakakova. De
este inteligente, hábil, astuto y poderoso monarca que ensayaba
la europeización de sus súbditos -su secretario era un
norteamericano--, obtuvo Bouchard con hábil diplomacia la
devolución de la Chacabuco, la entrega de los amotinados para
su castigo, que incluyó el fusilamiento de sus cabecillas y la
pena de azotes para sus cómplices. Pero el hecho más notable
fue el reconocimiento que obtuvo Bouchard de parte de Kameha-Meha
1, de la independencia de la Argentina y un
tratado que estipulaba la "Unión para la paz, la guerra y el
comercio, reconociendo el Rey la independencia argentina, obligándose
a poner a disposición de su gobierno todo buque que
llegase a aquellas islas, como la Chacabuco, a suministrar los
auxilios que necesitase la fragata", "incluso algunos naturales
para aumentar su tripulación además de los marineros asilados,
que según noticias pasaban de setenta" (H. R. Ratto,
op. cit., 46).
A su regreso a Valparaíso el 9 de julio de 1819, Bouchard
fue capturado, reducido a prisión, despojado de sus naves y