Samayoa Guevara, Hector Humberto. Ensayos sobre la ...

tos, ilegales, y nulos por derecho, según parece por los
papeles públicos que se han tenido a la vista. Y en con·
secuencia acordaron renovar, como renovaron, todos, el
juramento de fidelidad a nuestro legitimo Soberano, y
a las leyes que actualmente nos rigen; guardando toda
uni6n·y conformidad con los Magistrados, para que se
conserve ilesa nuestra sagrada Religi6n, y se mantenga
el orden y la tranquilidad pública; y protestando no ad·
mItir autoridad extranjera".2
El 5 de septiembre de 1808, el capitán general don Antonio
González Mollinedo y Saravia, mandó publicar la declaración
de guerra de la Junta Suprema de Sevilla, al emperador Napoleón.
Desde este momento se tomaron, por parte de las
autoridades del Reino, una serie de medidas de seguridad y
represión contra cualquiera maniobras hostiles de parte de
los franceses, ya provinieran éstas de la península o de las
colonias mismas. Dichas medidas, como confiesa el mismo
González y Saravia -habían sido ya tomacÍas- con anterioridad
a la publicación de la declaratoria de guerra en la
Capitanía. Entre las medidas adoptadas se encontraban las
relativas al registro escrupuloso de todas las naves de nacionalidad
extranjera y española, que arribaran a los puertos
del Reino, por temor de que ellas transportaran tropas, armamentos,
o papeles u órdenes falsas y desorientadoras de
parte de los franceses. 8
A partir de este momento se inicia de parte de las autoridades
de la Capitanía General de Guatemala, una época de
franco temor y sospecha contra cualesquiera actividades subversivas
que pudieran provenir de los franceses. El temor y
las medidas contra los franceses se extremaron a partir del
recibimiento de la Real Orden de 27 de junio de 18Ó9, en
la cual se daba a conocer a las autoridades, los planes del
2 BAGG, af\o lII, número 3', pflg. 331.
3 Op. cit., pflg. 349.