Samayoa Guevara, Hector Humberto. Ensayos sobre la ...

abiertas también a todas revelan lo más escondido. La
imprenta publica el origen más oculto y los procedimientos
más ignorados de los Gobernantes; y son diversos
los autores que escriben contra las Sesiones Secretas. manifestando
que no Son conformes a un sistema Popular
Representativo. Querer en Gobiernos de' esta clase que
séa secreto el cumplimiento de la ley fundamental que
manda poner en libertad a los que existen presos sin
auto motivado de prisión: querer que este acuerdo no sea
pronunciado en las visitas de Cárcel, instituidas para
oeshacer agravios y corregir yerros, sería exponerse a
la risa y aventurarse a la crítica y censura.
2a. Arreola era un espia de los expatriados: un traidor
al Estado. Poner en libertad a tal hombre es un verdaoero
crimen.
Véase aqui la segunda objeción que se hace por ignorarse
el punto preciso de la cuestión que se ventila en
la causa.
No hay en los autos prueba plena de que Arreola fuese
espía de los expatriados: no la hay de que fuese verdadero
traidor al Estado lo digo teniendo a la vista el proceso:
lo escribo después de haber examinado en las le·
yes cuales son en derecho las pruebas que merecen el
titulo de plenas.
Arreola vino a esta Capital sin pasaporte: decía a unos
que había hecho su viaje por un camino: indicaba a otros
que lo habia verificado por otro: deseaba regresar a
Chiapa, y queria que otros se fuesen con él: se expre·
saba contra los que Se llaman exaltados. Todo esto lo
hace sospechoso pero no acredita plenamente que fuese
espía y traidor.
Tampoco es un hombre iniluente, apto para un plan ca·
paz de poner cuidado a un Gobierno. Es una persona
insignificante: un sujeto despreciable. Se le puso en li·
bertad, y la atmósfera no fué perturbada en un solo
átomo.
Pero supongo cuanto se quiera señores su criminalidad.
Que fuese un espia, un traidor, un criminal, un faci·
neroso, un Catilina, un Dantón, un Robespierre, un diablo,
un monstruo, el geaio del mal.