Samayoa Guevara, Hector Humberto. Ensayos sobre la ...

La. seguridad de un Estado exige que se ponga preso a
quien séa criminal; pero no demanda que se omita el auto
de prisión en el término prefinido por la ley. Son puntos
diversos: no confundamos lo uno con lo otro. Ni los
Magistrados ni el Alcayde tenian empefio por la libertad
de Arreola. Si lo hubieran tenido, habrían deseado con
insistencia el auto motivado de prisión? querian el cumplimiento
de la ley para no ser responsables. Por esta
causa el día anteríor a la visita el Alcayde pidió dos veces
por la mafiana y por la tarde al Alcalde 10. el auto
motivado: por ella misma no acordaron los Magistrados
que desde luego se pusiese en libertad a Arreola como
pudieron hacerlo. Concedieron en la Sala de visíta una
hora entera para que se proveyesen el auto de prisión:
otorgaron en la de la Corte otra medida para el mismo
fin.
El articulo 188 de la Constitución del Estado manda que
todo preso sea interrogado dentro de dos días; y el 145;
cuando se informare al Poder Ejecutivo de alguna conspiración
o traición al Estado, que amenace un riesgo próxi·
mo al orden público, podrá dar orden de arresto e
interrogar a los que se presuman reos; pero en término
de tres dias los pondrá precisamente a disposición del
Juez respectivo. Lo mismo manda la Constitución de la
República en el articulo 127; y ambas disposiciones son
decisivas del caso.
Aún maquinándose conspiraciones: aún habiendo traición:
aú~ estando el orden público en riesgo próximo, la ley
qUlere que se respete las garantías prometidas a los detenidos
y presos; y una de ellas es que Se provea el auto
de prisión o se acuerde su libertad. Arreola estuvo en
la Cárcel siete días sin practicarse ni uno ni otro. Tenía
derecho a las garantías aún siendo espía: aún siendo
cómplice de traidores. La ley lo manda así. Esta es la
forma prescrita por ella misma; y el artículo 33 de la
Constitución del Estado dice: que ninguno puede ser arrestado
ni detenido sino en la forma que prescribe ella
misma.
El peligro del orden público di6 mérito para que la Asam·
blea concediece facultades extraordinarias al Poder Eje·