Descárgala en PDF - Universidad Iberoamericana
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Año II Número 12 Febrero - marzo de 2011<br />
2 o<br />
aniversario<br />
REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA<br />
líder ibero<br />
Héctor aguilar<br />
camín:<br />
méxico es un<br />
país fracturado<br />
por sus<br />
desigualdades<br />
transitar a la<br />
democracia<br />
PORTE PAGADO<br />
PP15-5159<br />
(PUBLICACIÓN PERIÓDICA)<br />
AUTORIZADO POR SEPOMEX<br />
Miguel Ángel<br />
Granados<br />
Chapa<br />
Carlos Lomas<br />
Carlos Lugo<br />
Galera<br />
Tomás<br />
Segovia<br />
Hel<strong>en</strong>a Varela<br />
José<br />
Wold<strong>en</strong>berg<br />
Inéditos<br />
de Óscar<br />
Oliva y<br />
Jorge Volpi<br />
Marco Antonio Campos<br />
El viajero ilustrado <strong>en</strong> Morelia<br />
Élmer M<strong>en</strong>doza Literatura,<br />
viol<strong>en</strong>cia y narcotráfico<br />
Rogelio Naranjo y Rius<br />
¡Basta de sangre!: ¿Algui<strong>en</strong><br />
dijo democracia?
Índice<br />
Transitar a la democracia<br />
3 Dr. José Morales Orozco, S. J. Carta del Rector<br />
4 José Wold<strong>en</strong>berg. Hacia el 2012<br />
6 Miguel Ángel Granados Chapa. Democracia y crim<strong>en</strong> organizado<br />
8 Hel<strong>en</strong>a Varela. ¿De qué hablamos cuando hablamos de democracia?<br />
14 Carlos Lugo Galera. Democracia y participación ciudadana<br />
16 Tomás Segovia. Justicia y democracia<br />
20 Rogelio Naranjo y Eduardo del Río, Rius. Mirador. ¡Basta de sangre! ¿Algui<strong>en</strong><br />
dijo democracia?<br />
24 Carlos Lomas. Tiempo de olvidos, tiempo de memoria<br />
18 Juan Domingo Argüelles. Líder Ibero. México es un país fracturado por sus<br />
desigualdades. Entrevista con Héctor Aguilar Camín<br />
24 18<br />
42<br />
50<br />
52<br />
Actualidad, ci<strong>en</strong>cia, tecnología, cultura y<br />
<strong>en</strong>tret<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to<br />
34 Óscar Oliva. La llama inextinguible. Un poema inédito<br />
36 Jorge Volpi. Trivium/<strong>en</strong>sayo literario. Lectores camaleón<br />
y novelas espejo<br />
42 Juan Domingo Argüelles. Trivium/diálogo. Literatura,<br />
viol<strong>en</strong>cia y narcotráfico. Entrevista con Élmer M<strong>en</strong>doza<br />
44 Osvelia Ramírez y Pedro R<strong>en</strong>dón López. G<strong>en</strong>te que<br />
cambia al mundo. Los alumnos de la Ibero ante las<br />
elecciones<br />
45 Ag<strong>en</strong>da Ibero<br />
46 Marco Antonio Campos. El viajero ilustrado. Palomas<br />
para las plazas<br />
48 La voz del libro / el eco de la lectura. Qué leer y por qué<br />
50 Beatriz Palacios. Música para camaleones. Qué escuchar<br />
y por qué<br />
52 Itinerario del ocio. Adónde ir y por qué<br />
54 Ab<strong>en</strong>amar Sánchez Pablo Actualidad Ibero. Campaña de<br />
Procuración de Fondos para construir la sede de Prepa Ibero<br />
56 Innovación tecnológica. Dispositivos e instrum<strong>en</strong>tos que<br />
facilitan la vida<br />
DIRECTORIO<br />
UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA<br />
CIUDAD DE MÉXICO<br />
Dr. José Morales Orozco, S. J. Rector<br />
Dr. Javier Prado Galán, S. J. Vicerrector<br />
Académico<br />
IBERO, REVISTA DE LA UNIVERSIDAD<br />
IBEROAMERICANA<br />
Consejo editorial Víctor Gavito, Miguel Ángel<br />
Granados Chapa, Alan Huber Schowiecky,<br />
Vic<strong>en</strong>te Leñero, José Morales Orozco, S. J.,<br />
María Nieves Noriega de Autrey,<br />
Gonzalo Olivares Velázquez, Eug<strong>en</strong>io Páramo<br />
Ortega, S. J., Javier Prado Galán, S. J.<br />
Comité de asesores Carlos Alvarado Santoyo,<br />
José Carreño Carlón, Carlos Lugo Galera,<br />
Ignacio Padilla, Carlota Peón, Gilberto Prado<br />
Galán, Alberto Ruiz Treviño, Ilán Semo,<br />
Hel<strong>en</strong>a Varela, Gabriela Wark<strong>en</strong>tin<br />
Director Carlos Deveaux Homs<br />
Director editorial Juan Domingo Argüelles<br />
Asist<strong>en</strong>te editorial Beatriz Palacios<br />
Administración Áurea Maristany<br />
Información Angélica Cortés, Paola García<br />
Alarcón, Francelia Vargas<br />
Redacción Osvelia Ramírez, Pedro R<strong>en</strong>dón,<br />
Ab<strong>en</strong>amar Sánchez<br />
revistaibero@uia.mx<br />
(55) 5950-4197<br />
Consulta la versión electrónica <strong>en</strong>:<br />
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Socios directores Elías González Rogel,<br />
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V<strong>en</strong>tas Jorge Hernández Ambriz<br />
At<strong>en</strong>ción a cli<strong>en</strong>tes Lupita Espínola Medina<br />
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, Revista de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> es una publicación bimestral de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México y de Grupo Mexicano de Medios, S. A.<br />
de C. V., bajo la responsabilidad de la Dirección de Comunicación Institucional de la UIA. Editor responsable: Carlos Deveaux Homs, carlos.deveaux@uia.mx. Número de<br />
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pagado PP15-5159, autorizado por SEPOMEX. La responsabilidad de los artículos publicados refleja, de manera exclusiva, la opinión de sus autores y no necesariam<strong>en</strong>te el<br />
criterio de la institución. No se devuelv<strong>en</strong> originales no solicitados ni se <strong>en</strong>tablará correspond<strong>en</strong>cia al respecto. Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio<br />
o procedimi<strong>en</strong>to, del cont<strong>en</strong>ido de la revista, sin autorización previa y expresa, por escrito, de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>. Año II, número 12, febrero-marzo de 2011.<br />
Fotografía de portada: Héctor Aguilar Camín. Fotografía de Rogelio Cuéllar. ISSN <strong>en</strong> trámite.
Al llegar a su segundo aniversario, la Revista de la<br />
<strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> se consolida como un medio<br />
plural y abierto al aporte de qui<strong>en</strong>es, con el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to<br />
y la acción, contribuy<strong>en</strong> a la construcción de un<br />
mejor país.<br />
Para celebrar estos dos años, hemos querido dedicar las páginas<br />
de esta <strong>en</strong>trega al tema de la democracia, es<strong>en</strong>cial para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der<br />
el actual contexto.<br />
Desde el punto de vista económico y político, vivimos circunstancias<br />
muy difíciles, singularizadas por la viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>démica<br />
que ha v<strong>en</strong>ido a complicarlas, al poner <strong>en</strong> <strong>en</strong>tredicho la eficacia y,<br />
<strong>en</strong> muchos casos, la integridad de las instituciones democráticas.<br />
El incierto avance <strong>en</strong> el logro de una conviv<strong>en</strong>cia más armónica<br />
y ser<strong>en</strong>a, ha sembrado <strong>en</strong> la ciudadanía escepticismo y desali<strong>en</strong>to.<br />
Ante esta situación, es pertin<strong>en</strong>te preguntarse si vivimos <strong>en</strong><br />
una democracia real o si seguimos aspirando a ella y, <strong>en</strong> este caso,<br />
cArTA del recTor<br />
si estamos dando los pasos necesarios para alcanzarla. Por tanto, es<br />
necesario reflexionar acerca del tipo de democracia que es posible<br />
construir hoy <strong>en</strong> México, cuál debe ser el aporte de los partidos<br />
políticos, de las instituciones sociales, de las universidades, y,<br />
sobre todo, el de los ciudadanos, <strong>en</strong> este mom<strong>en</strong>to todavía de<br />
arranque o de transición a la democracia.<br />
Para la Ibero queda claro que la participación ciudadana no<br />
puede reducirse al voto, que es preciso que todos contribuyamos<br />
crítica y constructivam<strong>en</strong>te para hacer de México el país que<br />
todos deseamos.<br />
Hemos pedido a un grupo de especialistas que, desde su análisis<br />
y visión del mom<strong>en</strong>to actual, nos ayud<strong>en</strong> a perfilar el carácter<br />
de esta contribución. A ellos, y a las dec<strong>en</strong>as de colaboradores<br />
que han hecho posibles estos primeros dos años de IBERO, les<br />
damos las gracias por su responsable ejercicio ciudadano <strong>en</strong> aras<br />
de un México mejor.<br />
La veRdad nos haRá LIbRes<br />
Dr. José Morales Orozco, S. J.<br />
Rector<br />
IbEro 3
TRANSITAR A LA DEMOCRACIA/exam<strong>en</strong><br />
Foto: Corbis.<br />
4 IBERO<br />
Hacia<br />
el
José Wold<strong>en</strong>berg<br />
Lic<strong>en</strong>ciado <strong>en</strong> Sociología, maestro <strong>en</strong> Estudios Latinoamericanos y doctor <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Políticas<br />
por la Facultad de Ci<strong>en</strong>cias Políticas y Sociales de la UNAM. Fue consejero ciudadano y<br />
consejero presid<strong>en</strong>te del Instituto Federal Electoral (IFE). Ha sido director de la revista Nexos<br />
y colaborador <strong>en</strong> múltiples publicaciones nacionales y extranjeras. En 2004 recibió el Premio<br />
Nacional de Periodismo. Es autor de varios libros de investigación y reflexión políticas, <strong>en</strong>tre<br />
ellos La construcción de la democracia (Plaza y Janés, 2003) y Después de la transición:<br />
Gobernabilidad, espacio público y derechos (Cal y Ar<strong>en</strong>a, 2006)<br />
Las elecciones son<br />
sólo la punta de un<br />
iceberg civilizatorio que<br />
permite la conviv<strong>en</strong>cia<br />
y compet<strong>en</strong>cia de la<br />
pluralidad política que<br />
cruza a un país.<br />
Lo primero que hay que decir es que t<strong>en</strong>dremos auténticas<br />
elecciones. Partidos políticos fuertes, con arraigo y recursos,<br />
se disputarán la voluntad de los votantes. Esto que parece una<br />
obviedad no lo es, porque hasta hace muy poco tiempo, nuestros<br />
comicios eran rituales que se cumplían con puntualidad pero <strong>en</strong><br />
los cuales los ganadores y los perdedores estaban predeterminados.<br />
Y hay que recordar que las elecciones son sólo la punta de un<br />
iceberg civilizatorio que permite la conviv<strong>en</strong>cia y compet<strong>en</strong>cia de<br />
la pluralidad política que cruza a un país. Son la expresión más<br />
decantada de los sistemas democráticos y puede afirmarse que de<br />
sus cualidades dep<strong>en</strong>de que un régim<strong>en</strong> de gobierno pueda o no<br />
ost<strong>en</strong>tarse como tal. Sobra decir que <strong>en</strong> los regím<strong>en</strong>es autoritarios,<br />
dictatoriales o totalitarios las elecciones —si es que exist<strong>en</strong>— no<br />
son competitivas, porque se supone que una sola fuerza política es<br />
la que <strong>en</strong>carna todos los valores positivos, mi<strong>en</strong>tras las otras no son<br />
sino la <strong>en</strong>carnación del “mal”. En nuestro caso, luego de una espiral<br />
de conflictos y reformas, fuimos capaces de construir un esc<strong>en</strong>ario<br />
para la confrontación pacífica e institucional de la pluralidad que se<br />
asi<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> México.<br />
Se trata de elecciones federales g<strong>en</strong>erales, es decir, conti<strong>en</strong>das <strong>en</strong><br />
las que no estará <strong>en</strong> juego sólo la presid<strong>en</strong>cia de la República sino<br />
también la composición de las dos Cámaras del Congreso. Estas<br />
últimas han v<strong>en</strong>ido adquiri<strong>en</strong>do una c<strong>en</strong>tralidad que hace ap<strong>en</strong>as<br />
quince años resultaba imp<strong>en</strong>sable (para muchos). Desde 1997 <strong>en</strong> la<br />
Cámara de Diputados ningún partido ha logrado alcanzar la mayoría<br />
absoluta de los escaños y desde el 2000 ninguna fuerza política <strong>en</strong><br />
singular ha logrado esa misma mayoría <strong>en</strong> el S<strong>en</strong>ado. De tal suerte<br />
que a partir de <strong>en</strong>tonces los mexicanos nos hemos v<strong>en</strong>ido acostumbrando<br />
a que cualquier iniciativa requiera de diálogo, negociación<br />
y acuerdo si es que se desea que prospere <strong>en</strong> el circuito legislativo.<br />
2012IBERO<br />
5
El proceso electoral puede servir para<br />
que aflor<strong>en</strong> los difer<strong>en</strong>tes diagnósticos y las<br />
propuestas de los partidos y candidatos<br />
o para inundar el espacio de frases huecas<br />
y recursos mercadotécnicos que sólo<br />
ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a adelgazar el significado de<br />
las elecciones.<br />
Las elecciones federales serán concurr<strong>en</strong>tes con elecciones locales<br />
<strong>en</strong> diez u once estados <strong>en</strong> los que se elegirán gobernadores (no <strong>en</strong><br />
todos), congreso y ayuntami<strong>en</strong>tos. De tal suerte que bu<strong>en</strong>a parte del<br />
mapa de la repres<strong>en</strong>tación política <strong>en</strong> el país estará <strong>en</strong> juego. Sobre<br />
todo si se toma <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta la muy desigual inserción social de algunos<br />
de nuestros partidos. No obstante, <strong>en</strong> todos los casos, dados los<br />
cambiantes humores públicos, pued<strong>en</strong> darse sorpresas. Los tiempos<br />
de los nacidos para ganar y los cond<strong>en</strong>ados a perder han quedado<br />
(v<strong>en</strong>turosam<strong>en</strong>te) atrás.<br />
Contamos además con un sistema electoral sofisticado, cargado de<br />
candados de seguridad, pero que ofrece grados importantes de certidumbre<br />
<strong>en</strong> relación a la limpieza de la conti<strong>en</strong>da. El padrón electoral,<br />
piedra fundadora de cualquier elección, es auditado de manera perman<strong>en</strong>te<br />
por 333 comisiones de vigilancia <strong>en</strong> las que participan repres<strong>en</strong>tantes<br />
de los partidos, además de que un comité técnico integrado por<br />
especialistas de difer<strong>en</strong>tes disciplinas realiza un seguimi<strong>en</strong>to del mismo.<br />
Aquellas jornadas <strong>en</strong> las que se especulaba que el padrón estaba plagado<br />
de “fantasmas” (personas inexist<strong>en</strong>tes que abultaban el listado y que mágicam<strong>en</strong>te<br />
votaban) y además “rasurado” (ciudadanos realm<strong>en</strong>te exist<strong>en</strong>tes<br />
a los que se suprimía de manera ilegal), son parte de la historia.<br />
Las mesas directivas de casilla serán integradas por ciudadanos<br />
sorteados y capacitados que recibirán y contarán el voto de sus vecinos.<br />
Junto a ellos estarán repres<strong>en</strong>tantes de los partidos, <strong>en</strong>cargados<br />
de vigilar que la jornada transcurra de manera limpia.<br />
En la noche a través del Programa de Resultados Preliminares<br />
(PREP) cualquiera podrá observar desde su hogar, al mismo tiempo<br />
que las autoridades y los repres<strong>en</strong>tantes de los partidos, la manera <strong>en</strong><br />
que se van agregando los resultados electorales. Se les podrá consultar<br />
a nivel nacional, por estado, por distrito, por circunscripción, y<br />
qui<strong>en</strong> quiera, incluso casilla por casilla. Los tiempos <strong>en</strong> que se abría<br />
un espacio de especulación antes de contar con cifras oficiales es un<br />
asunto del pasado.<br />
Enumerar los candados de seguridad de las elecciones mexicanas<br />
puede resultar tedioso. Pero vale la p<strong>en</strong>a recordar que todos y cada<br />
uno de los eslabones del proceso (desde el registro de candidatos<br />
hasta el cómputo de los votos, pasando por el diseño y confección<br />
de las boletas, la infraestructura de las casillas o el sorteo de las letras<br />
para insacular a los funcionarios de casilla) se hac<strong>en</strong> bajo la estricta<br />
vigilancia de los repres<strong>en</strong>tantes de todos los partidos.<br />
La preocupación fundam<strong>en</strong>tal es sobre la calidad de la conti<strong>en</strong>da.<br />
6 IBERO<br />
El proceso electoral puede servir para que aflor<strong>en</strong> los difer<strong>en</strong>tes<br />
diagnósticos y las propuestas de los partidos y candidatos o para<br />
inundar el espacio de frases huecas y recursos mercadotécnicos que<br />
sólo ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a adelgazar el significado de las elecciones. Si sucede<br />
lo primero, las elecciones pued<strong>en</strong> resultar pedagógicas, formativas; si<br />
pasa lo segundo, una nueva nebulosa de jingles y sonrisas, de ataques<br />
y ocurr<strong>en</strong>cias se apoderará del espacio público. Lo más probable,<br />
sin embargo, es que se dé una combinación de ambas posibilidades.<br />
El papel de los medios será crucial. Si actúan de manera objetiva,<br />
profesional y equitativa, se creará un clima propicio para la<br />
conviv<strong>en</strong>cia y la compet<strong>en</strong>cia. Por el contrario, si su actuar resulta<br />
faccioso, el ambi<strong>en</strong>te puede nublarse y los ánimos volverse agrios.<br />
Qui<strong>en</strong>es pi<strong>en</strong>san que desde ahora puede darse como ganador a<br />
un pre-candidato (creo) se equivocan. En reiteradas ocasiones hemos<br />
observado cómo las int<strong>en</strong>ciones del voto cambian a lo largo<br />
de las campañas, que precisam<strong>en</strong>te están diseñadas para ello. Bastaría<br />
recordar que si las elecciones del año 2000 se hubies<strong>en</strong> celebrado <strong>en</strong><br />
febrero, el ganador (según las <strong>en</strong>cuestas) hubiera sido Francisco Labastida;<br />
y si las del 2006 hubieran sucedido <strong>en</strong> marzo, el triunfador<br />
hubiera sido Andrés Manuel López Obrador.<br />
No habrá —creo— ningún ganador absoluto ni perdedores totales,<br />
sino más bi<strong>en</strong> un reequilibrio de las fuerzas. Por supuesto que<br />
la organización política que gane la presid<strong>en</strong>cia se proclamará como<br />
v<strong>en</strong>cedora con toda justicia, pero es muy probable (subrayo probable,<br />
porque siempre pued<strong>en</strong> darse sorpresas), que sus votos no le alcanc<strong>en</strong><br />
para ost<strong>en</strong>tar mayorías absolutas <strong>en</strong> las dos Cámaras del Congreso,<br />
lo cual g<strong>en</strong>erará un esc<strong>en</strong>ario similar al que el país vi<strong>en</strong>e vivi<strong>en</strong>do<br />
desde 1997. Es decir, una conformación del Legislativo que<br />
obliga, como ya se apuntó, al diálogo, la negociación y el acuerdo.<br />
Pero más allá de ganadores y perdedores (siempre coyunturales),<br />
lo más importante es que se siga as<strong>en</strong>tando <strong>en</strong>tre nosotros la convicción<br />
de que un país complejo, masivo y contradictorio como México<br />
no puede ni debe caber bajo el manto de un solo ideario, una<br />
sola s<strong>en</strong>sibilidad, una sola política, una sola organización. Nuestro<br />
país es plural y ningún exorcismo logrará unificar lo que por definición<br />
es diverso. Ese reconocimi<strong>en</strong>to es el que nos obliga a construir<br />
y fortalecer un esc<strong>en</strong>ario <strong>en</strong> el cual la pluralidad de pulsiones que<br />
viv<strong>en</strong> y conviv<strong>en</strong> <strong>en</strong> el país, pueda expresarse, recrearse y competir<br />
de manera civilizada y sin viol<strong>en</strong>cia. Esa es la promesa profunda de<br />
los sistemas democráticos.
traNsitar a la democracia/exam<strong>en</strong><br />
Miguel Ángel Granados Chapa<br />
Lic<strong>en</strong>ciado <strong>en</strong> Periodismo y Derecho por la UNAM, y doctor <strong>en</strong><br />
Historia por la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México. En su<br />
larga trayectoria periodística, ha sido director del semanario Proceso<br />
y del diario La Jornada, así como director g<strong>en</strong>eral de la revista Mira.<br />
Fue consejero ciudadano del Instituto Federal Electoral. Ha recibido<br />
<strong>en</strong> tres ocasiones el Premio Nacional de Periodismo, y <strong>en</strong> 2008<br />
el S<strong>en</strong>ado de la República lo distinguió con la Medalla Belisario<br />
Domínguez, por su lucha constante <strong>en</strong> pro de la libertad de expresión<br />
y la justicia <strong>en</strong> México. Doctor Honoris Causa por la <strong>Universidad</strong><br />
Autónoma Metropolitana y miembro de la Academia Mexicana<br />
de la L<strong>en</strong>gua. Es columnista de Proceso y del diario Reforma<br />
y conductor del programa Interés Público <strong>en</strong> Radio <strong>Universidad</strong><br />
(UNAM). Entre otros libros ha publicado Votar, ¿para qué?<br />
Manual de elecciones (1985), ¡Escuche, Carlos Salinas! (1996),<br />
Fox & Co. Biografía no autorizada (2000) y Los periodistas no<br />
deb<strong>en</strong> ser socios de los políticos (El Financiero, 2010)<br />
No hay sociedad —con algunas contadas excepciones,<br />
posibles por su condición marginal <strong>en</strong> la economía<br />
globalizada—, sea democrática o esté sometida a un<br />
régim<strong>en</strong> autoritario, que no padezca la pres<strong>en</strong>cia del<br />
crim<strong>en</strong> organizado. Sus dim<strong>en</strong>siones pued<strong>en</strong> ser mayores o m<strong>en</strong>ores,<br />
su persist<strong>en</strong>cia puede deberse a l<strong>en</strong>idad o incapacidad gubernam<strong>en</strong>tal,<br />
o a la propia complexión de la delincu<strong>en</strong>cia. Pero se<br />
trata de una pres<strong>en</strong>cia, una cond<strong>en</strong>a inexorable. El crim<strong>en</strong> organizado<br />
es una realidad derivada de problemas ancestrales (la codicia<br />
como antivalor per<strong>en</strong>ne) y de modalidades nuevas, asociadas a<br />
la trasnacionalización de la economía y de las relaciones sociales.<br />
8 IBERO<br />
Democracia<br />
y crim<strong>en</strong><br />
organizado<br />
La democracia y el crim<strong>en</strong> organizado se repel<strong>en</strong>, son realidades<br />
antagónicas. Por eso se traban <strong>en</strong> lucha perman<strong>en</strong>te. Ent<strong>en</strong>dida<br />
como sistema de relaciones humanas y no sólo como mecanismo<br />
de integración del gobierno y la repres<strong>en</strong>tación política, la<br />
democracia es el clima m<strong>en</strong>os favorable al crim<strong>en</strong> organizado. Al<br />
contrario, las defici<strong>en</strong>cias de la democracia pued<strong>en</strong> ser caldo de<br />
cultivo de la delincu<strong>en</strong>cia, la común y la que opera a través de<br />
bandas integradas como empresas. En México la desigualdad de<br />
oportunidades, cuyo contrario es uno de los compon<strong>en</strong>tes de la<br />
democracia, alim<strong>en</strong>ta a la delincu<strong>en</strong>cia organizada. G<strong>en</strong>eraciones<br />
<strong>en</strong>teras car<strong>en</strong>tes de trabajo bi<strong>en</strong> remunerado no <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />
salidas más que la de emigrar a Estados Unidos o la de insertarse<br />
<strong>en</strong> las mafias criminales. Es notorio el abatimi<strong>en</strong>to de la edad<br />
<strong>en</strong>tre las víctimas y los verdugos de la guerra que libran <strong>en</strong>tre sí<br />
las bandas, o la que ha lanzado el gobierno contra esas organizaciones:<br />
cada vez son más jóv<strong>en</strong>es los protagonistas de la inm<strong>en</strong>sa<br />
tragedia nacional, cuyos contornos crec<strong>en</strong> <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que<br />
disminuye el acceso de la juv<strong>en</strong>tud al empleo o al bachillerato y<br />
la educación superior.<br />
Ese déficit de la democracia se completa con el que ha hecho<br />
perder a la sociedad confianza <strong>en</strong> las costumbres institucionales.<br />
Suponemos que es fácil resolver el dilema de buscar acceso a las<br />
bandas criminales o no hacerlo. En una sociedad sólidam<strong>en</strong>te<br />
democrática impera el respeto a la legalidad y a las instituciones<br />
que la prove<strong>en</strong> y la practican. En nuestro país, <strong>en</strong> cambio, ha<br />
cundido una cultura de la ilegalidad que propone formas de<br />
comportami<strong>en</strong>to aj<strong>en</strong>as al régim<strong>en</strong> jurídico pero que <strong>en</strong> apari<strong>en</strong>cia<br />
no constituy<strong>en</strong> delitos.<br />
El que no transa no avanza, es decir, la cond<strong>en</strong>a a la mediocridad<br />
de qui<strong>en</strong>es buscan at<strong>en</strong>erse a los términos de la ley <strong>en</strong> su<br />
conducta cotidiana, es una fórmula que resume este desprecio al
estado de derecho, vulnerado cotidianam<strong>en</strong>te por amplias capas<br />
de la sociedad y ext<strong>en</strong>sas porciones del aparato gubernam<strong>en</strong>tal.<br />
Sin respeto a la ley y a los poderes <strong>en</strong>cargados de hacerla valer no<br />
hay democracia, y por lo tanto se g<strong>en</strong>eran condiciones propicias<br />
a la criminalidad.<br />
Para prosperar, la delincu<strong>en</strong>cia organizada requiere vulnerar<br />
las instituciones, acrec<strong>en</strong>tar el desdén hacia las formas legales<br />
de vida. Citemos como ejemplo la piratería. En esa actividad<br />
ilegal se percibe con claridad esta circunstancia. Sin necesidad<br />
de desarrollar expresam<strong>en</strong>te un discurso <strong>en</strong> su provecho, la fabricación<br />
y difusión de bi<strong>en</strong>es que usurpan la propiedad industrial<br />
descansa <strong>en</strong> el ánimo social cada vez más ext<strong>en</strong>dido de que no<br />
hay intereses directam<strong>en</strong>te afectados con el comercio de artículos<br />
que imitan a los que circulan <strong>en</strong> la economía formal, o que,<br />
si los hay, su dim<strong>en</strong>sión es tal que es imperceptible el daño o el<br />
perjuicio que se les infiere.<br />
Los no pocos propagandistas de la piratería hac<strong>en</strong> ver que la<br />
difer<strong>en</strong>cia de precio de un disco producido ilegalm<strong>en</strong>te y el que<br />
corresponde a uno protegido por el régim<strong>en</strong> de propiedad industrial<br />
es tan ancho que revela un abuso ante el cual es lícito<br />
que los consumidores y usuarios se defi<strong>en</strong>dan. No estarían dispuestos<br />
a escuchar, o no le concederían<br />
credibilidad, el alegato sobre la estructura<br />
de costos de lo producido conforme a la<br />
ley, que se refleja <strong>en</strong> el precio.<br />
Todas las actividades de la delincu<strong>en</strong>cia<br />
internacional, como esta que proponemos<br />
a título de ejemplo, son deleznables y deb<strong>en</strong><br />
ser evitadas y combatidas. Pero hay algunas<br />
de mayor peligrosidad social, porque<br />
es más amplio el universo de los intereses lacerados y es de mayor<br />
alcance el conjunto de los valores que se perturban. Tal es el caso<br />
del comercio de drogas ilegales, la trata de personas, el contrabando<br />
de armas, el secuestro, que a m<strong>en</strong>udo aparec<strong>en</strong> vinculados.<br />
La alta r<strong>en</strong>tabilidad de estas formas de delincu<strong>en</strong>cia les permite<br />
minar deliberadam<strong>en</strong>te las instituciones democráticas, a las que<br />
logran quebrantar aunque no llegu<strong>en</strong> nunca a desmoronarse. La<br />
corrupción administrativa y judicial es un v<strong>en</strong><strong>en</strong>o que corroe a<br />
las instituciones democráticas, que las priva de su razón de ser,<br />
porque si el gobierno no está al servicio de los gobernados sino<br />
al de las bandas criminales, el pacto social <strong>en</strong> que ha de basarse<br />
la conviv<strong>en</strong>cia carece de s<strong>en</strong>tido.<br />
La democracia, la electoral y la sustantiva, deb<strong>en</strong> ser antídotos<br />
contra la delincu<strong>en</strong>cia organizada, el único modo de cont<strong>en</strong>erla.<br />
Democráticam<strong>en</strong>te, es decir con la participación de la sociedad<br />
<strong>en</strong> consonancia con sus autoridades, deb<strong>en</strong> definirse los modos<br />
de la cont<strong>en</strong>ción al crim<strong>en</strong> organizado. Debe discutirse <strong>en</strong> la<br />
sociedad y <strong>en</strong> las instituciones legítimam<strong>en</strong>te animadas por el<br />
voto popular la posición del gobierno ante el comercio de drogas<br />
prohibidas, por ejemplo. Es decir, la legalización de los estupefaci<strong>en</strong>tes<br />
m<strong>en</strong>os dañinos que el alcohol, <strong>en</strong> las modalidades y<br />
con la velocidad que se establezca, sólo puede ser fruto de una<br />
discusión realizada tanto <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de las organizaciones civiles<br />
—el modo de participación cotidiana de los ciudadanos <strong>en</strong> la<br />
democracia— como <strong>en</strong> el esc<strong>en</strong>ario <strong>en</strong> que actúan los poderes.<br />
No es útil ni sano que, como ha ocurrido <strong>en</strong> México <strong>en</strong> el último<br />
lustro, se despliegue una estrategia militar contra el crim<strong>en</strong><br />
organizado y no se revise esa conducta gubernam<strong>en</strong>tal ante la<br />
evid<strong>en</strong>cia de su insufici<strong>en</strong>cia y aun su índole contraproduc<strong>en</strong>te.<br />
Una confesión de parte respecto de la necesidad de participación<br />
social fue la convocatoria, casi cuatro años después de iniciada<br />
la lucha <strong>en</strong> términos puram<strong>en</strong>te bélicos, a agrupaciones<br />
sociales a las que, sin embargo, se las requiere para avalar, y no<br />
para discutir a fondo la ruta gubernam<strong>en</strong>tal.<br />
Es posible docum<strong>en</strong>tar las innumerables formas de debilitami<strong>en</strong>to<br />
gubernam<strong>en</strong>tal causado por la delincu<strong>en</strong>cia organizada.<br />
Pero estamos <strong>en</strong> riesgo de peores embates contra la democracia.<br />
Uno principalísimo es la fragilidad de nuestra estructura electoral.<br />
En los años reci<strong>en</strong>tes, <strong>en</strong> elecciones federales y locales han<br />
aparecido ominosas señales sobre la capacidad de p<strong>en</strong>etración<br />
del narcotráfico <strong>en</strong> los procesos comiciales. Es preciso cobrar<br />
conci<strong>en</strong>cia de ese riesgo y que la sociedad civil organizada y las<br />
instituciones lo combatan, a fin de evitar que el peligro de t<strong>en</strong>er<br />
autoridades impuestas por el crim<strong>en</strong> organizado nos alcance y<br />
conduzca al extremo de convertirnos <strong>en</strong> un narcoestado.<br />
En México la desigualdad de<br />
oportunidades, cuyo contrario es uno<br />
de los compon<strong>en</strong>tes de la democracia,<br />
alim<strong>en</strong>ta a la delincu<strong>en</strong>cia organizada.<br />
Cartón de Rogelio Naranjo.
transitar a la demoCraCia/exam<strong>en</strong><br />
10 IBERO<br />
Hel<strong>en</strong>a Varela<br />
Lic<strong>en</strong>ciada <strong>en</strong> Geografía e Historia, maestra <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Sociales y doctora <strong>en</strong><br />
Ci<strong>en</strong>cia Política, Sociología y Antropología Social. Es Directora del Departam<strong>en</strong>to<br />
de Ci<strong>en</strong>cias Sociales y Políticas de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad<br />
de México. Ha realizado múltiples investigaciones <strong>en</strong> torno a los procesos<br />
de transición y consolidación democráticas, la calidad de la democracia y<br />
el funcionami<strong>en</strong>to del poder legislativo. Entre otras publicaciones, es<br />
coautora <strong>en</strong> el volum<strong>en</strong> colectivo Democracia reprobada: la elección<br />
presid<strong>en</strong>cial de 2006<br />
¿De qué<br />
hablamos cuando<br />
hablamos de<br />
democracia?<br />
Para responder a la pregunta de si México se <strong>en</strong>camina<br />
hacia una democracia es importante t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> consideración<br />
dos cuestiones previas: por un lado, id<strong>en</strong>tificar<br />
la s<strong>en</strong>da por la cual estamos transitando; y por el otro,<br />
conocer muy bi<strong>en</strong> el destino al que nos dirigimos, esto es, qué<br />
<strong>en</strong>t<strong>en</strong>demos por eso que d<strong>en</strong>ominamos democracia. Si bi<strong>en</strong> pudiera<br />
parecer un asunto trivial, <strong>en</strong> realidad ti<strong>en</strong>e repercusiones<br />
fundam<strong>en</strong>tales, puesto que el camino que t<strong>en</strong>gamos que tomar<br />
para alcanzar la democracia dep<strong>en</strong>derá de su significado.<br />
¿De qué hablamos cuando hablamos de democracia? ¿Ent<strong>en</strong>demos<br />
todos lo mismo? Desde mi punto de vista, no todos definimos<br />
la democracia de la misma manera; al contrario, si hay un<br />
término que ha permitido múltiples acepciones e interpretaciones,<br />
y que sirve para referirse a realidades difer<strong>en</strong>tes, ese es el de<br />
democracia. El problema es que al no t<strong>en</strong>er un significado único,<br />
se ha limitado nuestra capacidad de acercarnos y compr<strong>en</strong>der la<br />
realidad, cuestionando la validez del concepto. 1<br />
Foto: Corbis.
el término democracia<br />
adquirió tantos<br />
significados que dejó de<br />
servir como un refer<strong>en</strong>te<br />
para compr<strong>en</strong>der una<br />
realidad concreta.<br />
Según Manheim y Rich, los conceptos deb<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er ciertas<br />
características que permitan cumplir con esa utilidad ci<strong>en</strong>tífica:<br />
deb<strong>en</strong> referirse a f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os que sean observables, deb<strong>en</strong> ser<br />
precisos; y deb<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er un alcance teórico. En el caso del término<br />
“democracia”, como concepto de ci<strong>en</strong>cia política, cumple<br />
con el primer y tercer criterio, pero dista mucho de t<strong>en</strong>er la<br />
segunda característica, esto es, la de ser preciso.<br />
La democracia y sus múltiples acepciones<br />
La tarea de pres<strong>en</strong>tar las difer<strong>en</strong>tes formas de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der el concepto<br />
de democracia rebasaría con creces el espacio del que aquí<br />
se dispone. Quisiera no obstante señalar las corri<strong>en</strong>tes teóricas<br />
más importantes que surgieron <strong>en</strong> torno al estudio de la democracia,<br />
porque con la id<strong>en</strong>tificación de las mismas, es posible<br />
compr<strong>en</strong>der algunos de los problemas que hoy <strong>en</strong> día afrontamos<br />
<strong>en</strong> el desarrollo de los sistemas políticos democráticos. 2<br />
En primer lugar, los teóricos distingu<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre la democracia<br />
ideal (el “deber ser”) y la democracia real (“lo que es”). En el<br />
primer caso, se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de la democracia a partir de sus aspiraciones,<br />
del reconocimi<strong>en</strong>to de las mejores formas de organización<br />
política que permitan la conviv<strong>en</strong>cia pacífica de una sociedad.<br />
En el segundo caso, se parte del hecho de que lo ideal es inalcanzable<br />
y que hay que c<strong>en</strong>trarse <strong>en</strong> aquellas características<br />
susceptibles de ponerse <strong>en</strong> práctica. Uno de los teóricos que<br />
reconoció la distancia que puede existir <strong>en</strong>tre lo deseable y lo<br />
posible, fue Dahl, qui<strong>en</strong> considerando que no se debía utilizar el<br />
mismo concepto para dos f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os difer<strong>en</strong>tes, acuñó el concepto<br />
de “poliarquía” para referirse a la aplicación práctica de la<br />
democracia. 3 Sin embargo, la mayoría de los teóricos siguieron<br />
usando el término de democracia tanto desde la filosofía política<br />
(como ideal) como desde la ci<strong>en</strong>cia política (el ser).<br />
En segundo lugar, también desde la perspectiva de la ci<strong>en</strong>cia<br />
política, <strong>en</strong>contramos múltiples acepciones de lo que es la democracia.<br />
De forma esquemática, podemos distinguir <strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>es<br />
<strong>en</strong>ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> la democracia como un conjunto de procedimi<strong>en</strong>tos<br />
o reglas del juego que determinan quién llega al poder, cómo<br />
llega y cómo lo ejerce (democracia procedim<strong>en</strong>tal, c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong><br />
las reglas electorales y <strong>en</strong> la protección de las garantías individuales),<br />
fr<strong>en</strong>te a aquellos que consideran que la democracia, más<br />
que procedimi<strong>en</strong>tos, es un conjunto de principios y valores que<br />
permit<strong>en</strong> el bu<strong>en</strong> funcionami<strong>en</strong>to de la sociedad (democracia<br />
sustantiva, basada <strong>en</strong> la igualdad y <strong>en</strong> aspectos como la participación<br />
ciudadana, la autonomía, la tolerancia, las libertades y la<br />
pluralidad). Pero incluso <strong>en</strong> cada una de estas corri<strong>en</strong>tes, hay una<br />
gran variedad de definiciones, dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do del aspecto específico<br />
de la democracia que quiera ser destacado. De esta manera,<br />
casi cualquier régim<strong>en</strong> podía ser definido como democrático,<br />
pues todo dep<strong>en</strong>día de la característica que quisiera ser resaltada.<br />
IBERO 11
transitar a la demoCraCia/exam<strong>en</strong><br />
el discurso político secuestró<br />
y hegemonizó la noción<br />
de lo que es democrático,<br />
sirvi<strong>en</strong>do a los intereses de<br />
cada qui<strong>en</strong>.<br />
Los adjetivos de la democracia<br />
Resultó <strong>en</strong>tonces que el término democracia adquirió tantos<br />
significados que dejó de servir como un refer<strong>en</strong>te para compr<strong>en</strong>der<br />
una realidad concreta. Y <strong>en</strong>tonces, tuvimos que acompañarlo<br />
de algún calificativo que le otorgara la precisión perdida,<br />
matizándolo y acotándolo. Hoy hablamos, por ejemplo, de democracia<br />
ideal, real, sustantiva, valorativa, procedim<strong>en</strong>tal, electoral,<br />
política, social, elitista, participativa, deliberativa, delegativa,<br />
multicultural, liberal, radical, cosmopolita, creativa… La lista<br />
podría continuar; es difícil <strong>en</strong>contrar un concepto <strong>en</strong> la ci<strong>en</strong>cia<br />
política que haya t<strong>en</strong>ido que ser acompañado de tantos adjetivos,<br />
y que aun así siga pres<strong>en</strong>tando tantos problemas para id<strong>en</strong>tificar<br />
la realidad concreta a la que nos estamos refiri<strong>en</strong>do.<br />
La situación se agrava cuando consideramos la forma <strong>en</strong> que<br />
la clase política se apropió del término, y ha hecho uso (y abuso)<br />
del mismo, puesto que le ha permitido justificar y legitimar<br />
cualquier acción, por el simple hecho de ser “democrática”. Un<br />
término que de por sí había perdido precisión, <strong>en</strong> manos de los<br />
políticos también perdió alcance teórico, lo cual ha impactado<br />
de forma directa <strong>en</strong> los propios procesos democráticos.<br />
La democracia real: cuando los políticos se apropiaron<br />
del concepto<br />
El desarrollo de las democracias occid<strong>en</strong>tales vino acompañado<br />
de la utilización del término democracia como un arma política,<br />
mediante la cual se respaldaba cualquier medida tomada por la<br />
clase política, incluso de aquellas que t<strong>en</strong>ían claros tintes autoritarios.<br />
El discurso político secuestró y hegemonizó la noción de<br />
lo que es democrático, sirvi<strong>en</strong>do a los intereses de cada qui<strong>en</strong>;<br />
los políticos se vanaglorian de contribuir al fortalecimi<strong>en</strong>to de<br />
las instituciones democráticas, y de esta manera fundam<strong>en</strong>tan sus<br />
acciones, cualquier que ésta sea. Es así como explicamos la apar<strong>en</strong>te<br />
paradoja de nuestra democracia: los cambios ocurridos <strong>en</strong><br />
12 IBERO<br />
las últimas décadas supuestam<strong>en</strong>te van <strong>en</strong>caminados a instaurar<br />
una democracia, pero ésta no parece estar funcionando.<br />
Para explicar esta paradoja, nuevam<strong>en</strong>te t<strong>en</strong>emos que regresar<br />
a la distinción <strong>en</strong>tre democracia procedim<strong>en</strong>tal y democracia<br />
sustantiva. Como m<strong>en</strong>cioné al principio, según cuál sea nuestro<br />
destino, t<strong>en</strong>dremos que tomar un camino difer<strong>en</strong>te. Si domina<br />
un concepto procedim<strong>en</strong>tal de la democracia, ésta será exitosa<br />
<strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que sus instituciones funcion<strong>en</strong> y permitan<br />
tomar decisiones, sin considerar el grado <strong>en</strong> que se está promovi<strong>en</strong>do<br />
una mayor libertad o una mayor igualdad <strong>en</strong>tre los<br />
integrantes de la sociedad, que es lo que importaría <strong>en</strong> el caso de<br />
dominar una visión más valorativa de la democracia.<br />
¿Cuál es el concepto de democracia que está dominando hoy<br />
<strong>en</strong> día? El discurso hegemónico está c<strong>en</strong>trado más que nada <strong>en</strong><br />
los procedimi<strong>en</strong>tos que caracterizan a la democracia a partir de<br />
su capacidad de establecer reglas claras que permitan la toma de<br />
decisiones. Es más, esas reglas parec<strong>en</strong> estar protegi<strong>en</strong>do unos<br />
intereses específicos, que son los que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que ver con el<br />
desarrollo del modelo económico del libre mercado. Por este<br />
motivo, la democracia está más basada <strong>en</strong> el individuo y <strong>en</strong> el<br />
mercado que <strong>en</strong> la sociedad y el bi<strong>en</strong> común, lo cual ha llevado<br />
a olvidar ciertos valores, como la igualdad o la solidaridad. En<br />
resum<strong>en</strong>, se trata de una democracia que favorece a determinados<br />
grupos de interés, más c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> los procesos y <strong>en</strong> las instituciones,<br />
y que está impidi<strong>en</strong>do el desarrollo de aspectos tan relevantes<br />
como los derechos y las libertades, además de cuestiones como<br />
la igualdad y la solidaridad. Es posible que México se esté<br />
<strong>en</strong>caminando hacia la democracia: la clave radica <strong>en</strong> saber hacia<br />
qué tipo de democracia nos dirigimos y si es ese el destino al<br />
que queremos llegar.<br />
1 sobre el papel de los conceptos <strong>en</strong> la ci<strong>en</strong>cia política, ver manheim, Jarol B. &<br />
rich, richard C. Análisis politico empírico. madrid, alianza <strong>Universidad</strong>, 2001. también<br />
nohl<strong>en</strong> (“Concepto y contexto. <strong>en</strong> torno al desarrollo de la comparación <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cia<br />
Política”. Working Paper núm. 265, institut de Ciènces Polítiques i socials. Barcelona,<br />
2008) apuntó que “la realidad social no se percibe nunca de forma directa,<br />
sino siempre a través de conceptos que estructuran lo observado por difer<strong>en</strong>tes<br />
observadores de manera difer<strong>en</strong>te”.<br />
2 la bibliografía sobre el tema es vastísima. Una bu<strong>en</strong>a síntesis sobre las difer<strong>en</strong>tes<br />
corri<strong>en</strong>tes se puede <strong>en</strong>contrar <strong>en</strong> Berlanga santos, José luis, “democracia”. <strong>en</strong> (Pre)<br />
textos para el análisis político. Disciplinas, reglas y procesos. Coordinado por eduardo<br />
Villarreal Cantú y Víctor Hugo martínez González. méxico, FlaCso, 2010.<br />
3 dahl, robert a., La poliarquía. madrid, tecnos, 1989.
transitar a la dEmoCraCia/exam<strong>en</strong><br />
Carlos Lugo Galera<br />
Politólogo, especialista <strong>en</strong> procesos electorales y partidos políticos.<br />
Lic<strong>en</strong>ciado <strong>en</strong> Sociología por la <strong>Universidad</strong> Autónoma<br />
Metropolitana, maestro <strong>en</strong> Sociología por la <strong>Universidad</strong><br />
<strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México, y candidato a Doctor <strong>en</strong><br />
Comunicación y Cultura de Masas por la <strong>Universidad</strong> Complut<strong>en</strong>se<br />
de Madrid. Es profesor de tiempo completo del Departam<strong>en</strong>to de<br />
Ci<strong>en</strong>cias Sociales y Políticas de la Ibero<br />
Democracia y<br />
participación<br />
ciudadana<br />
El pasado primero de diciembre de 2010 se cumplió una década<br />
de la caída del régim<strong>en</strong> priísta y la alternancia <strong>en</strong> la presid<strong>en</strong>cia<br />
de México. Para muchos analistas la transición a la<br />
democracia culminaba e iniciaba la democratización del país. Sin<br />
embargo la democratización se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra marcada por signos de<br />
interrogación, debido a que la alternancia <strong>en</strong> el Poder Ejecutivo no<br />
ha sido sufici<strong>en</strong>te para que se cumplan los principios básicos de la<br />
democracia <strong>en</strong> nuestro país.<br />
Una mirada a la historia política de la década de los años nov<strong>en</strong>ta<br />
nos muestra que las reformas electorales otorgaron las libertades<br />
necesarias de participación a las organizaciones civiles y políticas,<br />
d<strong>en</strong>tro de las que destacan el respeto al voto y a la voluntad de las<br />
mayorías que han sido la base de los nuevos gobiernos surgidos de<br />
los procesos electorales de la primera década del nuevo mil<strong>en</strong>io.<br />
Sin embargo el proceso de democratización del país requiere del<br />
cumplim<strong>en</strong>to de los principios básicos de la democracia. O’ Donell 1<br />
señala que un Estado que se diga democrático debe cumplir con<br />
la calidad de la democracia, misma que ti<strong>en</strong>e que ver directam<strong>en</strong>te<br />
con la participación ciudadana, así como con el cumplim<strong>en</strong>to de los<br />
derechos políticos, económicos y sociales.<br />
Pero <strong>en</strong> México exist<strong>en</strong> varias asignaturas p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes que no logran<br />
cumplir esos principios básicos. Por un lado <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tamos una<br />
crisis económica que ha llevado a ci<strong>en</strong>tos de miles de ciudadanos a<br />
niveles de pobreza inimaginables. A la par de lo anterior se muestran<br />
los límites y acotami<strong>en</strong>tos de la participación ciudadana que tan<br />
sólo alcanza a suscribirse al ámbito de la participación electoral.<br />
14 IBERO<br />
Cartón de Rius.<br />
Con respecto a los asuntos políticos, la r<strong>en</strong>dición de cu<strong>en</strong>tas significa<br />
que los ciudadanos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el poder de verificar y evaluar las<br />
demandas expresadas por la sociedad civil. Esto quiere decir que los<br />
gobernantes deb<strong>en</strong> cumplir con los principios básicos de dotar de<br />
información sobre sus actos políticos <strong>en</strong> la toma de las decisiones.<br />
Está muy claro que las reformas electorales otorgaron el derecho<br />
de participación, <strong>en</strong> los procesos políticos y electorales, a los partidos<br />
políticos opositores, a las asociaciones políticas, a los ciudadanos<br />
y a sus distintas organizaciones civiles y a las organizaciones no<br />
gubernam<strong>en</strong>tales, pero esas mismas reformas les concedieron muy<br />
poco marg<strong>en</strong> para exigir al gobierno la r<strong>en</strong>dición de cu<strong>en</strong>tas. Ahí se<br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra un derrotero para la ciudadanía.<br />
¿Como percib<strong>en</strong> la democracia los mexicanos? 2<br />
A pesar de la crisis económica, la falta de empleo, la inseguridad<br />
y los problemas de salud de la población, para m<strong>en</strong>cionar tan sólo
los que más impacto ti<strong>en</strong><strong>en</strong>, los mexicanos apoyamos a medias la<br />
democracia como sistema de gobierno. En el 2009 existía un 42%<br />
de la población que la apoyaba, y para el 2010 se increm<strong>en</strong>tó <strong>en</strong> 7<br />
puntos, llegando a 49%.<br />
Otro dato revelador es la respuesta a la pregunta: “¿La democracia<br />
puede t<strong>en</strong>er problemas, pero es el mejor sistema de gobierno?” El<br />
67% de la población <strong>en</strong>cuestada está muy de acuerdo <strong>en</strong> que es<br />
el mejor sistema de gobierno. Sin embargo, México aparece <strong>en</strong> el<br />
número 16 de los 18 países <strong>en</strong>cuestados, muy por debajo de países<br />
como Honduras, Nicaragua, Costa Rica, que son nuestros vecinos<br />
del sur y que apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te no han desarrollado un sistema democrático<br />
como el nuestro.<br />
Sobre la legitimidad del Congreso y la democracia sin<br />
partidos<br />
A la pregunta: “¿Sin Congreso Nacional no pude haber democracia?”,<br />
un 52% percibe que el Congreso es importante para el funcionami<strong>en</strong>to<br />
de la democracia. Y, con respecto a los partidos políticos,<br />
un 57% percibe que sin ellos no puede haber democracia.<br />
Datos muy por debajo de lo que pudiera esperarse, debido a que<br />
ambas instituciones son partes fundam<strong>en</strong>tales del proceso democrático<br />
del país.<br />
Pero el estudio de Latinobarómetro 2010, revela otro dato que es<br />
significativo sobre cómo se percibe la democracia <strong>en</strong> nuestro país.<br />
México es el país con mayor cantidad de población que le da una<br />
baja legitimidad a la democracia (31%). Y el dato es importante y<br />
revelador porque nos muestra a una ciudadanía con grados de des<strong>en</strong>canto<br />
del proceso democrático.<br />
Con respecto a la percepción del público sobre las decisiones<br />
que toma el gobierno para privilegiar a unos pocos, <strong>en</strong>contramos<br />
que un 65% de la población <strong>en</strong>cuestada contestó que esto sin duda<br />
sucede. Y sobre la percepción de que algunos grupos o personas<br />
ti<strong>en</strong><strong>en</strong> tanta influ<strong>en</strong>cia que los intereses de la mayoría son ignorados,<br />
un 62% coincidió <strong>en</strong> señalar que estas son prácticas comunes. Por<br />
último a la pregunta: “¿Se gobierna para el bi<strong>en</strong> de todo el pueblo?”,<br />
tan sólo un 21% de la población respondió afirmativam<strong>en</strong>te.<br />
Quizá estos datos nos pued<strong>en</strong> dar una respuesta a lo que O’ Donnell<br />
señala: “Un Estado que se diga democrático debe cumplir con<br />
la calidad de la democracia”. Y ahí está, quizá, uno de los puntos<br />
nodales para el avance democrático.<br />
¿Cómo se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra la participación ciudadana?<br />
La participación ciudadana es otro de los puntos fundam<strong>en</strong>tales para<br />
el avance de la democracia. Si participación implica la toma de decisiones<br />
de los ciudadanos <strong>en</strong> asuntos del interés público (plebiscito,<br />
referéndum, etcétera) y prácticas sociales que respond<strong>en</strong> a intereses<br />
particulares de los grupos que exist<strong>en</strong> <strong>en</strong> la sociedad 3 , <strong>en</strong>tonces<br />
t<strong>en</strong>emos que la democracia <strong>en</strong> México dista mucho de ser una<br />
democracia de calidad.<br />
Para inc<strong>en</strong>tivar la participación ciudadana, el gobierno federal ha<br />
incluido <strong>en</strong> el Plan de Desarrollo 2007-2012, como objetivo principal,<br />
el “desarrollar una cultura cívico-política que promueva la<br />
participación ciudadana <strong>en</strong> el diseño y evaluación de las políticas<br />
públicas”, y como una de sus estrategias el “promover la participación<br />
política de la mujer”.<br />
Cartón de Rius.<br />
la democracia <strong>en</strong><br />
méxico dista mucho<br />
de ser una democracia<br />
de calidad.<br />
Si bi<strong>en</strong> el Plan de Desarrollo es un mecanismo legal y organizacional<br />
que posibilita la participación de los ciudadanos <strong>en</strong> casi todos<br />
los ámbitos, éste se ha visto con recelo por parte de la clase política,<br />
qui<strong>en</strong> hace todo lo posible porque no se difunda masivam<strong>en</strong>te. Además,<br />
se sigu<strong>en</strong> <strong>en</strong>contrando resist<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> algunos grupos políticos<br />
que ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a no aceptar del todo la pres<strong>en</strong>cia de los ciudadanos <strong>en</strong><br />
el proceso de toma de decisiones.<br />
Sin embargo, periódicam<strong>en</strong>te se produc<strong>en</strong> movimi<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> busca<br />
de la participación, que desbordan los canales institucionales, caracterizados<br />
g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te por su oposición a iniciativas o políticas<br />
gubernam<strong>en</strong>tales que van <strong>en</strong> detrim<strong>en</strong>to de los ciudadanos.<br />
Por último, después de este apretado y sintético recorrido por<br />
el proceso democrático de México, podemos señalar que exist<strong>en</strong><br />
todavía tareas p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes que el Estado debe solucionar y que se<br />
inscrib<strong>en</strong> <strong>en</strong> los ámbitos del desarrollo social, político, cultural y<br />
económico. La gran paradoja <strong>en</strong> que nos <strong>en</strong>contramos es que, para<br />
muchos, somos un país democrático, pero con más de 50 millones<br />
de mexicanos <strong>en</strong> la pobreza.<br />
1 o’ donell, Guillermo. “Es una obligación y un derecho criticar nuestras democracias”<br />
<strong>en</strong> Metapolítica, núm. 39, 2005.<br />
2 los datos que se pres<strong>en</strong>tan fueron tomados del informe latinobarómetro 2010.<br />
http://www.latinobarometro.org/ el 5 de <strong>en</strong>ero de 2011.<br />
3 Bolos, silvia. Organizaciones sociales y gobiernos municipales: construcción de<br />
nuevas formas de participación, <strong>Universidad</strong> iberoamericana, 2003.<br />
IBERO 15
transitar a la demoCraCia/exam<strong>en</strong><br />
Tomás Segovia<br />
Poeta, narrador, <strong>en</strong>sayista, crítico literario<br />
y traductor español. Como consecu<strong>en</strong>cia de<br />
la guerra civil española, residió <strong>en</strong> París<br />
antes de llegar a México <strong>en</strong> 1940. Estudió<br />
literatura <strong>en</strong> nuestro país y fue investigador<br />
de El Colegio de México. Formó parte<br />
del consejo de redacción de las revistas<br />
Plural y Vuelta. Español-mexicano, vive<br />
alternativam<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre España y México,<br />
pues pasa largas temporadas <strong>en</strong> ambos países.<br />
En 1998, el Fondo de Cultura Económica<br />
publicó la recopilación de su obra bajo el<br />
título Poesía (1943-1997). Sus libros más<br />
reci<strong>en</strong>tes son Aluvial (Pre-textos, Val<strong>en</strong>cia,<br />
2009), Cartas de un jubilado (México,<br />
Ediciones Sin Nombre, 2010) y Estuario<br />
(Madrid, 2010). Entre otros reconocimi<strong>en</strong>tos,<br />
ha recibido el Premio Xavier Villaurrutia, el<br />
Alfonso X de Traducción, el Premio Octavio<br />
Paz de Poesía y Ensayo, el Premio Juan<br />
Rulfo de Literatura Latinoamericana y<br />
del Caribe y el Premio de Poesía Federico<br />
García Lorca.Blog:<br />
http://www.tomassegovia2.blogspot.com<br />
16 IBERO<br />
Justicia y<br />
Foto: Corbis.
la democracia es sin duda<br />
alguna inv<strong>en</strong>ción de la izquierda,<br />
hija de la ilustración, de la<br />
revolución Francesa y de la<br />
indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia norteamericana.<br />
Parece claro que hay algún lazo <strong>en</strong>tre la izquierda y el progreso,<br />
pero ese lazo es, por lo m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> gran parte, conting<strong>en</strong>te<br />
e histórico. Porque tampoco la alianza de la justicia con el<br />
progreso es tan sustancial como parece. La clase dirig<strong>en</strong>te y privilegiada<br />
ti<strong>en</strong>de a desconfiar del progreso, pero no por ser progreso,<br />
sino porque es cambio y el cambio ti<strong>en</strong>de a alterar las jerarquías<br />
establecidas. Pero pronto la clase dominante descubrió que no todo<br />
cambio es así y que hay progresos que afianzan las jerarquías <strong>en</strong> lugar<br />
de ponerlas <strong>en</strong> crisis. Esa es claram<strong>en</strong>te la situación <strong>en</strong> nuestros<br />
días, pero <strong>en</strong> realidad la burguesía adoptó esa estrategia casi desde<br />
el principio, desde que la idea de progreso empieza a t<strong>en</strong>er peso<br />
<strong>en</strong> la historia. Incluso, aunque claro que <strong>en</strong> otra forma y bajo otras<br />
categorías, desde mucho antes.<br />
La forma más descarnada de un progreso jerarquizante es el colonialismo,<br />
y el colonialismo empieza <strong>en</strong> el R<strong>en</strong>acimi<strong>en</strong>to. Los conquistadores<br />
y colonos r<strong>en</strong>ac<strong>en</strong>tistas no disponían de los conceptos<br />
que manejará después la burguesía colonialista: el white man’s burd<strong>en</strong><br />
y la labor civilizadora y modernizadora de la colonia; pero es<br />
claro que las ideas de cruzada religiosa y de paz imperial recubrían<br />
también la idea de cruzada civilizadora y de justificación del poder<br />
(y de su injusticia) por un mayor progreso.<br />
Nuestra época, <strong>en</strong> cierto modo, es un nuevo avatar de la vieja historia<br />
colonialista, que desde los tiempos de las colonias cartaginesas<br />
o griegas ha sufrido más de uno. El colonialismo económico es <strong>en</strong><br />
algún s<strong>en</strong>tido más colonial aún que el político, porque la es<strong>en</strong>cia<br />
del colonialismo es evid<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te económica. No hay duda de<br />
que el neocolonialismo neoliberal (¿por qué no neoburgués?) está<br />
fuertem<strong>en</strong>te interesado <strong>en</strong> el progreso que le asegura su hegemonía<br />
política y económica. Pero <strong>en</strong> la “metrópolis” tampoco es verdad<br />
que haya desaparecido la lucha de clases (es probablem<strong>en</strong>te eterna).<br />
Es verdad que resulta un poco ridículo hablar hoy de una clase<br />
proletaria <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tada a una clase burguesa. Pero las clases seguirán<br />
existi<strong>en</strong>do mi<strong>en</strong>tras haya jerarquías y haya injusticia.<br />
¿Es concebible una jerarquía justa? La respuesta a esta pregunta es<br />
una de las claves fundam<strong>en</strong>tales de la difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre la izquierda y<br />
la derecha. La derecha no sólo pi<strong>en</strong>sa que una jerarquía puede ser<br />
justa de por sí, sin constricciones exteriores, sino que la justicia es<br />
siempre jerárquica.<br />
(Apostilla: cuando digo pi<strong>en</strong>sa no quiero decir que lo exprese<br />
abiertam<strong>en</strong>te o ni siquiera que lo pi<strong>en</strong>se consci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te. Lo digo<br />
así para abreviar, pero me refiero, por supuesto, al s<strong>en</strong>tido que presupon<strong>en</strong><br />
las actitudes y acciones de los interesados.)<br />
La izquierda más rudim<strong>en</strong>taria (y por eso más radical) pi<strong>en</strong>sa que<br />
toda jerarquía es necesariam<strong>en</strong>te injusta. Una izquierda más matizada<br />
hace distinciones, por ejemplo <strong>en</strong>tre jerarquías naturales y jerarquías<br />
sociales o artificiales. Unos seres humanos son más guapos,<br />
más intelig<strong>en</strong>tes, más sanos, más fuertes o más simpáticos que otros,<br />
democraciaIBERO<br />
17
transitar a la demoCraCia/exam<strong>en</strong><br />
lo cual es una injusticia, pero <strong>en</strong> un s<strong>en</strong>tido más bi<strong>en</strong> metafórico,<br />
porque <strong>en</strong> rigor sólo los actos humanos pued<strong>en</strong> ser justos o injustos.<br />
Pero la izquierda pi<strong>en</strong>sa siempre que incluso las jerarquías naturales<br />
deb<strong>en</strong> ser vigiladas para evitar que se conviertan <strong>en</strong> injusticias, porque<br />
las jerarquías, si no son siempre injustas, son la forma <strong>en</strong> que se<br />
realiza necesariam<strong>en</strong>te la injusticia.<br />
La política puede impulsar o no la justicia <strong>en</strong> la sociedad, y puede<br />
impulsar o no el ord<strong>en</strong> <strong>en</strong> la sociedad, pero <strong>en</strong> su propio exterior<br />
no puede impulsar la justicia y no puede dejar de impulsar el ord<strong>en</strong>.<br />
El poder no sólo se <strong>en</strong>carga del ord<strong>en</strong> <strong>en</strong> la sociedad; él mismo<br />
es ord<strong>en</strong>: jerarquía, autoridad. La izquierda <strong>en</strong> el poder es por eso<br />
paradójica y conflictiva. Hay una faceta del poder que puede decirse<br />
que es constitutivam<strong>en</strong>te de derechas: la faceta que antepone<br />
necesariam<strong>en</strong>te el ord<strong>en</strong> a la justicia. El poder como poder ti<strong>en</strong>de<br />
<strong>en</strong> efecto a esa postura: un poder injusto sigue si<strong>en</strong>do poder (nos<br />
consta), mi<strong>en</strong>tras que un poder<br />
desord<strong>en</strong>ado empieza a perder<br />
poder <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que su<br />
ord<strong>en</strong> va sucumbi<strong>en</strong>do. La izquierda<br />
consiste es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> anteponer la justicia al ord<strong>en</strong>.<br />
Si está <strong>en</strong> el poder, esta tarea le<br />
resulta bi<strong>en</strong> difícil.<br />
Pi<strong>en</strong>so que de todas formas<br />
hay que votar por la izquierda <strong>en</strong><br />
las elecciones, porque comparativam<strong>en</strong>te<br />
los programas políticos<br />
de la izquierda serán siempre<br />
de más interés social que los de<br />
derecha. Pero el verdadero lugar<br />
de la izquierda está, más aún que <strong>en</strong> la oposición, <strong>en</strong> la acción social<br />
y cívica, que es <strong>en</strong> principio resist<strong>en</strong>cia al poder, aunque sólo sea <strong>en</strong><br />
la forma at<strong>en</strong>uada de autonomía fr<strong>en</strong>te al poder. El difícil desafío de<br />
la izquierda <strong>en</strong> el poder sería inhibirse ante la resist<strong>en</strong>cia social, r<strong>en</strong>unciar<br />
a su propio poder cuando la sociedad busca la justicia como<br />
sociedad, no como fuerza política, quizá incluso alim<strong>en</strong>tar esa búsqueda<br />
sin absorberla: seguir si<strong>en</strong>do social cuando está ya <strong>en</strong>cerrada<br />
<strong>en</strong> el ámbito de lo político. Ese ideal sería relativam<strong>en</strong>te alcanzable<br />
si no hubiera la derecha, o más bi<strong>en</strong> si la derecha no fuera lo que<br />
es. Pero dadas las condiciones reales, la derecha se apoderará de toda<br />
posición de poder que la izquierda no monopolice. ¿No es esto lo<br />
que está sucedi<strong>en</strong>do día a día <strong>en</strong> la España actual?<br />
Ley<strong>en</strong>do a Krauze, a Vargas Llosa, el increíble editorial de El País<br />
sobre el Che Guevara, me parece ver clara la astucia argum<strong>en</strong>tativa<br />
de la derecha. Por un lado, pres<strong>en</strong>tan la discusión como si la alternativa<br />
fuera <strong>en</strong>tre la izquierda y la democracia. En ese s<strong>en</strong>tido, Krauze<br />
y Vargas Llosa son insuperables. Aunque nunca lo afirman abiertam<strong>en</strong>te,<br />
hablan todo el tiempo sobre el presupuesto de que toda<br />
la izquierda es estalinista y totalitaria. Pero cuando aceptan alguna<br />
distinción <strong>en</strong>tre izquierda y estalinismo, de todos modos, a r<strong>en</strong>glón<br />
seguido y sin ningún rubor lógico, culpan a la izquierda <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral<br />
de los crím<strong>en</strong>es de Stalin. Ellos <strong>en</strong> cambio no son cómplices de los<br />
crím<strong>en</strong>es del nazifascismo, puesto que ellos son demócratas.<br />
La torpeza argum<strong>en</strong>tativa de la izquierda, que está estos tiempos<br />
18 IBERO<br />
la sociedad<br />
norteamericana, incluso<br />
cuando gobiernan los<br />
“demócratas”, no es <strong>en</strong><br />
absoluto más democrática<br />
que la sociedad sueca de<br />
fines del siglo XX, que era<br />
fuertem<strong>en</strong>te socialista e<br />
“izquierdista”.<br />
lam<strong>en</strong>tablem<strong>en</strong>te desori<strong>en</strong>tada, se ve <strong>en</strong> esa debilidad de aceptar<br />
siempre los términos polémicos de la derecha. La izquierda debería<br />
dejar siempre bi<strong>en</strong> claro que la dicotomía no es <strong>en</strong>tre izquierda y<br />
democracia, sino más bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre derecha y democracia. La democracia<br />
es sin duda alguna inv<strong>en</strong>ción de la izquierda, hija de la Ilustración,<br />
de la Revolución Francesa y de la Indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia norteamericana.<br />
Es cierto que algunos sectores de la izquierda traicionaron esa democracia<br />
que habían inv<strong>en</strong>tado. También la traicionaron, con toda<br />
evid<strong>en</strong>cia, sectores de la derecha, que además no la habían inv<strong>en</strong>tado.<br />
Una vez impuesta esa tonalidad <strong>en</strong> la argum<strong>en</strong>tación, les es fácil<br />
echar a correr la insidia de que la izquierda es <strong>en</strong>emiga de la libertad.<br />
Si no hubiéramos perdido tan vergonzosam<strong>en</strong>te como lo hemos<br />
perdido el oído histórico, nos haría saltar del asi<strong>en</strong>to oír decir<br />
que la libertad es obra de la derecha.<br />
Hay que poner at<strong>en</strong>ción tam-<br />
bién <strong>en</strong> la sutil insidia con que<br />
usan la palabra liberal. Como es<br />
sabido, esta palabra es de orig<strong>en</strong><br />
español. Los liberales españoles<br />
no eran propiam<strong>en</strong>te demócratas,<br />
eran antimonárquicos, que<br />
no es lo mismo. Lo que oponían<br />
a las limitaciones del régim<strong>en</strong><br />
monárquico no era es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te<br />
ni la democracia y ni siquiera<br />
la república, era el mercantilismo.<br />
En ese s<strong>en</strong>tido nuestros neo-liberales<br />
ti<strong>en</strong><strong>en</strong> perfecto derecho<br />
a llamarse liberales, aunque quizá<br />
no tan “neo”. Pero es por el mercantilismo, no por la libertad —o la<br />
democracia. En la propia Norteamérica, la difer<strong>en</strong>cia original <strong>en</strong>tre<br />
“republicanos” y “demócratas” es la difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre más mercantilistas<br />
y m<strong>en</strong>os mercantilistas. En ese contexto, los “demócratas” son<br />
la izquierda y por eso son más demócratas. Mirado <strong>en</strong> otro contexto<br />
más amplio, a mí me parece evid<strong>en</strong>te, digan lo que digan los<br />
Vargas Llosa y los François Revel, que la sociedad norteamericana,<br />
incluso cuando gobiernan los “demócratas”, no es <strong>en</strong> absoluto más<br />
democrática que la sociedad sueca de fines del siglo XX, que era<br />
fuertem<strong>en</strong>te socialista e “izquierdista”.<br />
Es que <strong>en</strong> esa argum<strong>en</strong>tación se disimula también otra sutil falacia.<br />
Esta derecha ilustrada se jacta de moderada cuando confiesa que<br />
“la democracia” ti<strong>en</strong>e sus defectos, pero es con todo, hasta ahora,<br />
la mejor organización política que ha conocido la historia. Cosa<br />
innegable, qué duda cabe, pero que no implica lo que ese argum<strong>en</strong>to<br />
finge dar por implicado: por lo tanto cualquier t<strong>en</strong>tativa de un<br />
cambio que no sea de detalle, lo que ellos llaman “reformismo” y<br />
que no afecta a ningún nivel estructural, es una t<strong>en</strong>tativa totalitaria.<br />
De donde resulta que apoyar a la democracia es apoyar a la derecha<br />
—puesto que, una vez más, toda la izquierda y sólo la izquierda es<br />
totalitaria. La “democracia” resulta así incriticable —e imperfectible—<br />
por ser el m<strong>en</strong>os malo de los sistemas. Es como si nos dijeran<br />
que el m<strong>en</strong>os malo de los torturadores es incriticable porque los<br />
demás son peores.
MIRADOR/¡Basta de sangre!<br />
Algui<strong>en</strong> dijo<br />
democracia<br />
Eduardo<br />
del Río,<br />
Rius, y<br />
Rogelio<br />
Naranjo<br />
Periodistas gráficos<br />
de larga trayectoria<br />
<strong>en</strong> el país.<br />
Colaboradores de<br />
los más importantes<br />
periódicos y<br />
revistas. Autores<br />
de múltiples libros<br />
de crítica política y<br />
educación ciudadana<br />
20 IBERO<br />
En la segunda semana de <strong>en</strong>ero, Eduardo del Río, mejor<br />
conocido como Rius, lanzó la campaña “¡Basta de sangre!”,<br />
una “loca y romántica idea”, según dice él mismo. Esta iniciativa<br />
fue acogida por diversos medios y múltiples moneros<br />
y caricaturistas o editorialistas gráficos de todo el país,<br />
así como por diversos sectores ciudadanos. A partir de una imag<strong>en</strong><br />
gráfica, a modo de lema y consigna se llama a la ciudadanía a demandar<br />
un alto a la viol<strong>en</strong>cia que padece México. En estas páginas<br />
les damos la voz y la tinta a Rius y Rogelio Naranjo.
Eduardo del Río, Rius<br />
¡Basta de sangre!<br />
La idea es motivar a que la g<strong>en</strong>te no se quede cruzada de brazos<br />
y m<strong>en</strong>tando madres, impot<strong>en</strong>te de no poder hacer nada. Desde<br />
el 10 de <strong>en</strong>ero empezó esta campaña, apoyada por Proceso, La Jornada<br />
y El Chamuco, y que tratamos de que se haga <strong>en</strong> todo el país.<br />
Sólo somos ciudadanos mexicanos <strong>en</strong>cabronados por lo que está<br />
pasando, sin apoyos políticos ni empresariales, que tratamos de<br />
que la g<strong>en</strong>te no se quede pasmada y sin manifestar su descont<strong>en</strong>to.<br />
T<strong>en</strong>emos que hacerle ver a los gobernantes y actores de la<br />
absurda guerrita calderoniana, que no estamos cont<strong>en</strong>tos con lo<br />
que está pasando. Es una forma pacífica de protestar por tanta<br />
sangre de mexicanos que también ti<strong>en</strong><strong>en</strong> familia que los pierde,<br />
aunque sean soldados o policías. México no se merece este baño<br />
de sangre”.<br />
¿ALGUIEN DIJO DEMOCRACIA?<br />
Ap<strong>en</strong>as estamos <strong>en</strong> un proceso de transición que, chance y algún<br />
día, posiblem<strong>en</strong>te, nos lleve a la democracia. No hay ninguna seguridad<br />
de eso... Porque no es la democracia la que va a traernos<br />
justicia, mejores condiciones de vida, bu<strong>en</strong>os sistemas de salud,<br />
mejor educación, etcétera, sino que esas “ganancias” son las que<br />
nos llevan a la democracia.<br />
IBERO 21
Rogelio Naranjo<br />
¡Basta de sangre!<br />
Los hechos hablan por sí solos. La población, la sociedad civil <strong>en</strong><br />
nuestro país, con todas las atrocidades que estamos vivi<strong>en</strong>do, ha<br />
llegado a un cons<strong>en</strong>so: México es un país muy deprim<strong>en</strong>te no<br />
sólo <strong>en</strong> su realidad interna, sino <strong>en</strong> la imag<strong>en</strong>, también real, que<br />
proyecta hacia el mundo. Esto no es un asunto de percepción,<br />
como dic<strong>en</strong> las autoridades, sino de una realidad salvaje. Los<br />
mexicanos no sólo vivimos indef<strong>en</strong>sos ante la inseguridad y la<br />
viol<strong>en</strong>cia, sino también avergonzados. “¡Basta de sangre!”, la pro-<br />
22 IBERO<br />
puesta de Rius a la que nos hemos sumado muchos, y se sigu<strong>en</strong><br />
sumando más, desea expresar esa indignación, porque esto ya no<br />
puede seguir así. Hay que hacer algo. Por lo pronto, protestar de<br />
alguna manera, correr la voz, y hacerle saber a las autoridades<br />
que, por supuesto, no estamos de acuerdo con la manera <strong>en</strong> que<br />
están procedi<strong>en</strong>do. Sabemos, porque no somos ing<strong>en</strong>uos, de los<br />
oídos sordos de las autoridades, de su terquedad y de su falta de<br />
visión. Pero si nos organizamos y somos muchos los que alzamos<br />
la voz, pese a su sordera, t<strong>en</strong>drán que escuchar. Vivimos <strong>en</strong> un<br />
país donde nos está gobernando la viol<strong>en</strong>cia.
¿ALGUIEN DIJO DEMOCRACIA?<br />
Es obvio que no vivimos <strong>en</strong> una democracia. Hay muchas defici<strong>en</strong>cias<br />
<strong>en</strong> la práctica democrática que, automáticam<strong>en</strong>te, impid<strong>en</strong><br />
el ejercicio real de la democracia. El IFE y los partidos, <strong>en</strong>tre<br />
otras instituciones, se han convertido <strong>en</strong> simples membretes que<br />
no respond<strong>en</strong> a las inquietudes y derechos de la ciudadanía. Y<br />
porque no vivimos <strong>en</strong> una democracia, es necesario que la sociedad<br />
civil alce la voz y exija verdaderas instituciones y auténticas<br />
prácticas democráticas. El objetivo es, precisam<strong>en</strong>te, alcanzar<br />
la democracia.<br />
IBERO 23
TRANSiTAR A LA DemoCRACiA /exam<strong>en</strong><br />
Tiempo<br />
de olvidos, tiempo<br />
de memoria<br />
24 IBERO<br />
La educación<br />
democrática debe<br />
contribuir a la<br />
emancipación de<br />
las personas<br />
Foto: Corbis.
Carlos Lomas<br />
Carlos Lomas es doctor <strong>en</strong> Filología Hispánica y catedrático de L<strong>en</strong>gua castellana y Literatura <strong>en</strong> Gijón (España). Fue<br />
director de la revista Signos (1990-1997) y es codirector de Textos de Didáctica de la L<strong>en</strong>gua y la Literatura.<br />
Como formador ha interv<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> diversos congresos, cursos y jornadas <strong>en</strong> España, Portugal, Brasil, México, V<strong>en</strong>ezuela,<br />
Puerto Rico, Chile y Colombia. Es autor, <strong>en</strong>tre otros libros, de El espectáculo del deseo (Octaedro, 1996), Cómo<br />
<strong>en</strong>señar a hacer cosas con las palabras (Paidós, 1999), Érase una vez la escuela: Los ecos de la escuela <strong>en</strong> las<br />
voces de la literatura (Graó, 2007) y ¿El otoño del patriarcado? Luces y sombras de la igualdad <strong>en</strong>tre mujeres<br />
y hombres (P<strong>en</strong>ínsula, 2008). En unos meses aparecerá <strong>en</strong> Barcelona el libro colectivo, por él coordinado, Lecciones<br />
contra el olvido: Memoria de la educación y educación de la memoria (Octaedro, 2011).<br />
Dic<strong>en</strong> que la distancia es el olvido”, reza un hermoso<br />
bolero. De igual manera oímos a m<strong>en</strong>udo<br />
que “el tiempo lo borra todo”. Sin embargo, hace<br />
tiempo que sabemos que no siempre es ni debe ser<br />
así y que la lejanía <strong>en</strong> el mapa y <strong>en</strong> el cal<strong>en</strong>dario no<br />
conduce inevitablem<strong>en</strong>te al olvido ni borra el recuerdo de lo que<br />
fuimos y ya no somos. Y aunque a veces la memoria no sea de fiar,<br />
es la memoria lo que <strong>en</strong> última instancia nos configura como seres<br />
humanos. Porque sin memoria no hay nada ni somos nadie ni es<br />
posible <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der el mundo <strong>en</strong> que vivimos.<br />
Somos memoria. Lo que somos y lo que sabemos está tejido con<br />
los hilos del recuerdo y de la memoria. Somos lo que sabemos, sí,<br />
pero acaso sólo sabemos quiénes somos cuando nos acercamos al<br />
sufrimi<strong>en</strong>to y a las emociones de los otros, de esos otros aus<strong>en</strong>tes<br />
e invisibles, de esas mujeres y de esos hombres que a lo largo de la<br />
convulsa historia de la humanidad han sufrido las mil y una formas<br />
posibles de la injusticia, de las tiranías y de las viol<strong>en</strong>cias. Quizá<br />
porque la memoria no es sólo añoranza, recuerdos y emociones<br />
sino también, como escribiera Walter B<strong>en</strong>jamín (2008), un modo<br />
específico y alternativo de conocimi<strong>en</strong>to elaborado a partir de la<br />
mirada de las víctimas de la sinrazón humana, de ese sueño de la<br />
razón que, <strong>en</strong> palabras de Goya, <strong>en</strong>g<strong>en</strong>dra monstruos. Sin memoria<br />
de la injusticia humana no hay justicia posible. Sin memoria de las<br />
víctimas el crim<strong>en</strong> sigue impune.<br />
Contra la r<strong>en</strong>dición del tiempo, la<br />
restauración de los derechos de la<br />
memoria es un vehículo de liberación<br />
y una de las más notables tareas del<br />
p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to humano.<br />
Herbert Marcuse<br />
Es obvio que el olvido constituye con frecu<strong>en</strong>cia un conjuro inevitable<br />
contra lo que nos resulta incómodo y am<strong>en</strong>aza nuestro pres<strong>en</strong>te,<br />
una eficaz terapia contra la crueldad del pasado y un antídoto<br />
contra la cegadora luz de los recuerdos. De ahí que haya qui<strong>en</strong>es argum<strong>en</strong>tan<br />
a favor de las v<strong>en</strong>tajas del olvido y de la amnesia colectiva<br />
a la hora de afrontar juntos el futuro. Sin embargo, otras personas<br />
vindicamos el derecho a la memoria no sólo como un acto de justicia<br />
con las víctimas de la injusticia, de las viol<strong>en</strong>cias, de las miserias y<br />
de las diásporas sino también como una estrategia ética ori<strong>en</strong>tada a<br />
fom<strong>en</strong>tar la emerg<strong>en</strong>cia de una ciudadanía crítica y democrática. La<br />
conci<strong>en</strong>cia social de las sombras del ayer (y del hoy) constituye una<br />
condición indisp<strong>en</strong>sable para el ejercicio de la libertad <strong>en</strong> la medida<br />
<strong>en</strong> que, como señalara Sor<strong>en</strong> Kierkegaard, la vida debe ser vivida<br />
hacia delante pero sólo puede <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse hacia atrás.<br />
En nombre del futuro no cabe el olvido de un pasado y de un<br />
pres<strong>en</strong>te tan imperfectos (guerras, matanzas, injusticias, g<strong>en</strong>ocidios,<br />
dictaduras…) porque constatamos a diario la terca perviv<strong>en</strong>cia de<br />
la miseria, de la opresión, de la desigualdad y de la viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong><br />
demasiadas zonas del planeta que cond<strong>en</strong>a a millones de personas<br />
al hambre, al analfabetismo, a la <strong>en</strong>fermedad, a las violaciones, a las<br />
torturas y a la muerte, cuando no al exilio y a la emigración a la<br />
búsqueda desesperada de otros paisajes y de otras patrias donde la<br />
vida humana t<strong>en</strong>ga aún algún valor y donde al m<strong>en</strong>os sea posible<br />
ejercer el derecho a vivir <strong>en</strong> paz.<br />
Vivimos, <strong>en</strong> estos albores del siglo XXi, <strong>en</strong> un tiempo<br />
de sil<strong>en</strong>cios, <strong>en</strong> un tiempo <strong>en</strong> el que se fom<strong>en</strong>ta,<br />
<strong>en</strong> nombre de la conviv<strong>en</strong>cia democrática, una<br />
amnesia colectiva que m<strong>en</strong>osprecia el valor de<br />
la memoria histórica.<br />
IBERO 25
TRANSiTAR A LA DemoCRACiA /exam<strong>en</strong><br />
Hacer visible lo invisible<br />
En España vivimos, <strong>en</strong> estos albores del siglo XXI, <strong>en</strong> un tiempo<br />
de sil<strong>en</strong>cios, <strong>en</strong> un tiempo <strong>en</strong> el que se fom<strong>en</strong>ta, <strong>en</strong> nombre de la<br />
conviv<strong>en</strong>cia democrática, una amnesia colectiva que m<strong>en</strong>osprecia<br />
el valor de la memoria histórica y sigue arrojando a las víctimas de<br />
la barbarie franquista, tantas décadas después, a las fosas del olvido.<br />
De esta manera los apologistas del olvido int<strong>en</strong>tan algo tan obsc<strong>en</strong>o<br />
como eliminar las obvias difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>tre verdugos y víctimas<br />
y afirmar categóricam<strong>en</strong>te el absurdo de vindicar, aunque sea de<br />
manera simbólica, el derecho de las víctimas de las dictaduras a la<br />
justicia y a la memoria. Por ello, y sigui<strong>en</strong>do el consejo feminista,<br />
urge hacer visible lo invisible, urge mirar el mundo con los ojos de los<br />
olvidados, de qui<strong>en</strong>es nacieron para perder, y urge vindicar el derecho<br />
a la memoria como un deber de justicia con las víctimas de<br />
tantas imposturas, de tantos sil<strong>en</strong>cios, de tantos maltratos, de tantos<br />
exilios y de tantas diásporas, de tantas cárceles, de tantas torturas y<br />
de tantas muertes.<br />
Una ética implicada <strong>en</strong> la construcción de formas de vida y de<br />
sociedades equitativas y democráticas exige aceptar que el convulso<br />
pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> que vivimos y ese futuro al que algunos apelan para<br />
justificar el olvido de la barbarie humana están construidos sobre<br />
las víctimas, sobre los sin nombre, sobre qui<strong>en</strong>es aún son invisibles.<br />
De ahí la importancia que ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> cualquier afán emancipatorio<br />
(y la educación democrática debiera contribuir a la emancipación<br />
de las personas) imaginar al otro (y a la otra), ponerse <strong>en</strong> la piel de<br />
otros seres humanos, emocionarse e indignarse ante el desamparo y<br />
el dolor aj<strong>en</strong>os, asomarse al espanto de las injusticias humanas y a las<br />
tragedias de tantas vidas sometidas a la pobreza, al analfabetismo, a la<br />
diáspora, a la viol<strong>en</strong>cia y a la injusticia. Sólo así es posible el diálogo<br />
y el <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre las personas y <strong>en</strong>tre las culturas porque “la<br />
memoria colectiva produce reconciliación cuando es memoria del<br />
sufrimi<strong>en</strong>to del otro” (Mate, 2008: 175).<br />
Lecciones contra el olvido<br />
En nombre de la conviv<strong>en</strong>cia y del futuro abundan de un tiempo a esta<br />
parte las voces que se manifiestan a favor del olvido de la memoria histórica<br />
a la vez que vindican la ocultación de la barbarie humana como<br />
una forma de conjurar <strong>en</strong> nombre de un pres<strong>en</strong>te imperfecto y de un<br />
futuro incierto las sombras del pasado. El eco de esas voces se escucha<br />
<strong>en</strong> la actualidad <strong>en</strong> la educación porque, como señala Ost<strong>en</strong> (2008), “no<br />
es ninguna casualidad que <strong>en</strong> los debates de política educativa ya no se<br />
hable de la formación <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de una participación <strong>en</strong> la memoria<br />
de la humanidad y de la capacidad de juicio que de ella resulta. La<br />
26 IBERO<br />
La educación de la memoria <strong>en</strong> las aulas<br />
debiera contribuir a convertir ese espejo<br />
opaco y hecho añicos <strong>en</strong> un espejo diáfano<br />
que evite los olvidos y las amnesias que nos<br />
impid<strong>en</strong> avanzar <strong>en</strong> la construcción de una<br />
sociedad más libre, igualitaria y democrática.<br />
relegación de la memoria <strong>en</strong> los planes de estudio a los ord<strong>en</strong>adores<br />
y a las bases de datos se realiza con éxito con el objetivo de despr<strong>en</strong>derse<br />
de la carga del recuerdo a cambio de una acelerada obt<strong>en</strong>ción<br />
de compet<strong>en</strong>cias de futuro”. Por el contrario, educar <strong>en</strong> la def<strong>en</strong>sa<br />
del derecho a la memoria de la barbarie humana constituye un<br />
acto de justicia con las víctimas, una invitación al ejercicio moral<br />
de la razón compasiva (Mate, 2008: 25) y <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia un deber<br />
ineludible y urg<strong>en</strong>te de la educación (o al m<strong>en</strong>os, de una educación<br />
democrática).<br />
El escritor colombiano Héctor Abad Faciolince afirma que “la<br />
memoria es un espejo opaco y vuelto añicos, o, mejor dicho, está<br />
hecha de intemporales conchas de recuerdos desperdigadas sobre<br />
una playa de olvidos” (2006: 137). La educación de la memoria <strong>en</strong><br />
las aulas debiera contribuir a convertir ese espejo opaco y hecho<br />
añicos <strong>en</strong> un espejo diáfano que evite los olvidos y las amnesias<br />
que nos impid<strong>en</strong> avanzar <strong>en</strong> la construcción de una sociedad más<br />
libre, igualitaria y democrática. Entre otras cosas, porque la escuela<br />
es uno de los esc<strong>en</strong>arios donde se transmite la memoria colectiva y<br />
las id<strong>en</strong>tidades y saberes socialm<strong>en</strong>te legitimados. Y <strong>en</strong> este contexto<br />
convi<strong>en</strong>e subrayar que esa memoria colectiva y esas id<strong>en</strong>tidades<br />
y saberes socialm<strong>en</strong>te legitimados por la escuela están a m<strong>en</strong>udo<br />
construidos sobre los cimi<strong>en</strong>tos del olvido de lo que se considera<br />
irrelevante, doloroso, incómodo e inoportuno. Por ello asistimos <strong>en</strong><br />
la actualidad a tantos debates y a tantas disputas por el control de<br />
las memorias colectivas y a tanta vindicación del olvido como una<br />
forma de imaginar tiempos mejores aunque, al hacerlo, corremos<br />
el riesgo de olvidarnos de las lecciones que se pued<strong>en</strong> apr<strong>en</strong>der a<br />
través del escrutinio de lo que no nos resulta cómodo recordar. Sin<br />
embargo, como señala Noam Chomsky (2002: 28), “es la responsabilidad<br />
intelectual de los maestros int<strong>en</strong>tar decir la verdad. Es un<br />
imperativo moral. […] El apr<strong>en</strong>dizaje verdadero ti<strong>en</strong>e que ver con<br />
descubrir la verdad por sí mismos, sin eliminar las informaciones y<br />
las ideas que pudieran resultar embarazosas para los poderosos: los<br />
que crean, diseñan e impon<strong>en</strong> la política escolar”.<br />
Refer<strong>en</strong>cias<br />
Abad Faciolince, Héctor (2006), El olvido que seremos, planeta, Bogotá.<br />
B<strong>en</strong>jamín, Walter (2008), Tesis sobre la historia y otros fragm<strong>en</strong>tos, Ítaca, méxico.<br />
Chomsky, Noam (2002), La (des)educación, edición e introducción de Donaldo<br />
macedo, Crítica, Barcelona.<br />
mate, Reyes (2008), La her<strong>en</strong>cia del olvido, errata Naturae, madrid.<br />
ost<strong>en</strong>, manfred (2008), La memoria robada. Los sistemas digitales y la destrucción de<br />
la cultura del recuerdo, Siruela, madrid.<br />
Contacto: lomascarlos@gmail.com
LÍDER IBERO<br />
México es<br />
un país<br />
fracturado<br />
por sus<br />
desigualdades<br />
Entrevista con<br />
Héctor Aguilar Camín<br />
Juan Domingo Argüelles<br />
Director editorial de IBERO<br />
Héctor Aguilar Camín (Chetumal, Quintana Roo,<br />
1946) es uno de los líderes de opinión más importantes<br />
de México. Escritor, historiador, periodista y<br />
editor, estudió la carrera de Ci<strong>en</strong>cias y Técnicas de la<br />
Información (hoy Comunicación) <strong>en</strong> la Ibero, y es doctor <strong>en</strong><br />
Historia por El Colegio de México. Carlos Fu<strong>en</strong>tes escribió:<br />
“Héctor Aguilar Camín es uno de los más intelig<strong>en</strong>tes escritores<br />
mexicanos de la g<strong>en</strong>eración que sigue a la mía”.<br />
En su obra literaria destacan las novelas Morir <strong>en</strong> el golfo (1980),<br />
La guerra de Galio (1990), El error de la luna (1995), Un soplo <strong>en</strong> el<br />
río (1998), El resplandor de la madera (1999), Las mujeres de Adriano<br />
(2002), Mandatos del corazón (2003), La conspiración de la fortuna<br />
(2005) y La provincia perdida (2007). Su más reci<strong>en</strong>te obra es Pa-<br />
28 IBERO<br />
sado p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te y otras historias conversadas (Seix Barral, 2010). En su<br />
trabajo de investigación histórica y política sobresal<strong>en</strong> sus libros<br />
La frontera nómada (1977), México; la c<strong>en</strong>iza y la semilla (2000) y<br />
La tragedia de Colosio (2004).<br />
En 1986 recibió el Premio Nacional de Periodismo y <strong>en</strong> 1998<br />
el Premio Mazatlán de Literatura. En 2009, la <strong>Universidad</strong> Veracruzana<br />
le concedió el Doctorado Honoris Causa. Ha sido<br />
director de la Editorial Cal y Ar<strong>en</strong>a y subdirector del diario La<br />
Jornada, y actualm<strong>en</strong>te es director de la revista Nexos, de la cual<br />
es fundador. En televisión, fue conductor del programa Zona<br />
Abierta y participa <strong>en</strong> Tercer Grado, de Televisa, y <strong>en</strong> el periodismo<br />
escrito es columnista del diario Mil<strong>en</strong>io. Tal es el perfil del<br />
líder Ibero que conversa para nuestros lectores.
Las desigualdades<br />
de México hac<strong>en</strong><br />
que todo —la<br />
democracia, el<br />
civismo, la solidaridad,<br />
la educación, el<br />
conocimi<strong>en</strong>to,<br />
etcétera— sea algo<br />
fracturado.<br />
¿Cómo fue tu formación <strong>en</strong> la Ibero?<br />
Lo primero que vi<strong>en</strong>e a mi m<strong>en</strong>te es una universidad mucho<br />
más pequeña y un tanto confesional. Una universidad que era<br />
una especie de club social <strong>en</strong> las afueras de la ciudad de México,<br />
porque <strong>en</strong>tonces estaba ubicada <strong>en</strong> la colonia Campestre<br />
Churubusco. Conservaba, para mí, mucho del ambi<strong>en</strong>te de la<br />
escuela preparatoria, porque yo era muy jov<strong>en</strong>, t<strong>en</strong>ía 16 años,<br />
cuando <strong>en</strong>tré a la universidad, y porque <strong>en</strong> la carrera de Ci<strong>en</strong>cias<br />
y Técnicas de la Información, al igual que <strong>en</strong> la prepa, llevábamos<br />
una cantidad <strong>en</strong>orme de materias. T<strong>en</strong>íamos un dicho: “Si<br />
es materia, la llevamos”.<br />
La novedad absoluta de mi formación universitaria fueron las<br />
mujeres, muy especialm<strong>en</strong>te las alumnas de Filosofía y Letras:<br />
Fotografías de Rogelio Cuéllar.<br />
una colección espectacular de bellezas resplandeci<strong>en</strong>tes. T<strong>en</strong>ían<br />
que ser novedad, porque yo había estudiado toda la vida <strong>en</strong> colegios<br />
de varones y toda la vida también con jesuitas, salvo los<br />
primeros años que estudié con las monjas <strong>en</strong> Chetumal. A raíz<br />
del ciclón Janet, vine con mi familia a la ciudad de México, y<br />
ese mismo año, 1955, <strong>en</strong>tré al Instituto Patria, que era la escuela<br />
que t<strong>en</strong>ían los jesuitas <strong>en</strong> Polanco, también <strong>en</strong> las afueras de la<br />
ciudad, rodeada de milpas, donde hoy está El Palacio de Hierro,<br />
<strong>en</strong> la calle de Molière. En el Patria estuve desde el quinto año de<br />
primaria hasta el segundo de prepa, porque <strong>en</strong>tonces la preparatoria<br />
era sólo de dos años, y de ahí, a partir de 1962, seguí con los<br />
jesuitas cinco años más <strong>en</strong> la Ibero. De manera que soy una fruta<br />
directa de la educación jesuita, cualquier cosa que esto signifique.<br />
¿A qué profesores y condiscípulos recuerdas<br />
especialm<strong>en</strong>te?<br />
Al director de la carrera, Jesús María Cortina, que era un hombre<br />
ll<strong>en</strong>o de bu<strong>en</strong>a voluntad, de bu<strong>en</strong> humor y de s<strong>en</strong>tido práctico,<br />
que fue realm<strong>en</strong>te qui<strong>en</strong> convirtió esa carrera <strong>en</strong> un instrum<strong>en</strong>to<br />
de conocimi<strong>en</strong>to para el trabajo, para salir a ganarse la vida.<br />
Nosotros decíamos que había tres tipos de jesuitas, y creo que<br />
son canónicos y sigu<strong>en</strong> existi<strong>en</strong>do. Uno era el sabio jesuita, que lo<br />
<strong>en</strong>carnaba Felipe Pardinas. Luego estaba el santo varón, que era<br />
un jesuita con un toque muy suave, muy espiritual, muy retirado<br />
de las cosas mundanas, <strong>en</strong>vuelto <strong>en</strong> las obligaciones de la ord<strong>en</strong>,<br />
hombre terso de apari<strong>en</strong>cia beatífica, y el prototipo era el padre<br />
Héctor González Uribe, que fue un tiempo director de la escuela<br />
de Ci<strong>en</strong>cias y Técnicas de la Información y luego rector<br />
de la Ibero. Y el tercer tipo jesuítico era el curita “boxeador”,<br />
mi favorito, porque era el cura que se acercaba realm<strong>en</strong>te, como<br />
amigo, a la vida cotidiana de los alumnos. En el Patria <strong>en</strong> particular<br />
así eran realm<strong>en</strong>te los curas más populares, porque con<br />
ellos se podía departir de tú a tú y porque, además, eran relativam<strong>en</strong>te<br />
jóv<strong>en</strong>es. Formalm<strong>en</strong>te, eran maestrillos más que curas ya<br />
recibidos y constituían la parte de la Compañía de Jesús con la<br />
que uno t<strong>en</strong>ía una relación más amistosa.<br />
Cortina se aproximaba mucho a ese estilo campechano, pragmático,<br />
humorístico, del curita “boxeador”, <strong>en</strong> el bu<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido<br />
de la expresión. Por supuesto también t<strong>en</strong>íamos nuestros<br />
problemas con él, como es natural que los tuviéramos con las<br />
autoridades, pero lo que él llevó a cabo —y que estuvo muy<br />
bi<strong>en</strong> hecho— fue quitarle a la carrera de Comunicación la carga<br />
excesivam<strong>en</strong>te filosófica e intelectual que t<strong>en</strong>ía <strong>en</strong> las manos de<br />
José Sánchez Villaseñor, y volverla más técnica e instrum<strong>en</strong>tal,<br />
con materias como publicidad, periodismo, televisión, cine, etcétera,<br />
indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de conservar nuestras materias de<br />
filosofía, historia de la cultura, psicología y demás.<br />
La carrera que yo estudié, a difer<strong>en</strong>cia, por ejemplo, de Administración<br />
de Empresas, que era quizá la más prestigiada <strong>en</strong>tre<br />
todas las escuelas de <strong>en</strong>tonces, era una miscelánea de una <strong>en</strong>orme<br />
diversidad de cosas difícilm<strong>en</strong>te compatibles <strong>en</strong>tre sí, pero <strong>en</strong><br />
eso residía un poco su <strong>en</strong>canto. Íbamos a clases mañana y tarde:<br />
<strong>en</strong>trábamos a las ocho de la mañana y salíamos a las once o a<br />
las doce, y luego volvíamos a las cuatro y salíamos a las ocho o<br />
a las nueve de la noche, de acuerdo con la infinita cantidad de<br />
materias que podíamos tomar.<br />
IBERO 29
LÍDER IBERO<br />
Yo siempre he mirado el<br />
periodismo como una forma de<br />
repartir el conocimi<strong>en</strong>to, de darle<br />
a la sociedad lo que necesita<br />
para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der lo que sucede.<br />
Yo pert<strong>en</strong>ecí a la cuarta g<strong>en</strong>eración. Todavía era una g<strong>en</strong>eración<br />
muy pequeña, de unos cuar<strong>en</strong>ta o cuar<strong>en</strong>ta y cinco alumnos.<br />
La primera había sido sólo de catorce, y había arrancado <strong>en</strong><br />
la calle de Zaragoza, <strong>en</strong> Coyoacán, con Sánchez Villaseñor. Sánchez<br />
Villaseñor t<strong>en</strong>ía una idea bastante romántica aunque también<br />
muy práctica de la escuela. Quería formar un humanista, un<br />
hombre con el conocimi<strong>en</strong>to profundo e intelectual de su tiempo<br />
y con los instrum<strong>en</strong>tos también de su época, para difundir un<br />
bu<strong>en</strong> m<strong>en</strong>saje. Pero la verdad es que a esas primeras g<strong>en</strong>eraciones<br />
de la carrera <strong>en</strong>tramos puros despistados. Íbamos cay<strong>en</strong>do allá<br />
porque no t<strong>en</strong>íamos claro qué cosa queríamos hacer. Eran tan<br />
diversas las materias, al igual que las posibilidades profesionales,<br />
que todo esto le quedaba muy bi<strong>en</strong> a nuestro desconcierto.<br />
De la primera g<strong>en</strong>eración recuerdo ahora, y de toda la vida,<br />
a José María Pérez Gay; también a Eduardo Maldonado, un cineasta<br />
docum<strong>en</strong>talista muy notable, y a Yolanda Lazo. De la segunda<br />
g<strong>en</strong>eración, los primeros que vi<strong>en</strong><strong>en</strong> a mi memoria son<br />
dos amigos míos de toda la vida: Luis Linares Zapata y Alberto<br />
Ulloa. De la tercera recuerdo a Paco Prieto, a Francisco Rodríguez<br />
Ezeta y a María Angélica Luna Parra. Y de mi g<strong>en</strong>eración<br />
a varios amigos que conservo a la fecha, como Sergio González<br />
Romero y Ernesto García Cabral, <strong>en</strong>tre otros, algunos de los<br />
cuales fueron mis compañeros desde el Instituto Patria. La Ibero<br />
era, realm<strong>en</strong>te, como una pequeña familia ext<strong>en</strong>sa.<br />
¿Siempre te s<strong>en</strong>tiste a gusto con la educación jesuita?<br />
En ese <strong>en</strong>tonces, quizá lo que echábamos de m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> la Ibe-<br />
30 IBERO<br />
ro era un poco el tema deportivo y un<br />
poco también la mayor libertad que t<strong>en</strong>íamos,<br />
desde el punto de vista personal<br />
y religioso, <strong>en</strong> el Patria. La Ibero t<strong>en</strong>ía <strong>en</strong>tonces<br />
un toque confesional: se rezaba el<br />
ángelus <strong>en</strong> las tardes, y los curas vigilaban<br />
con cierto celo las relaciones amorosas de<br />
los alumnos, eran un poco dirigistas con<br />
nuestra vida personal, a fin de corregir las<br />
conductas que consideraban desviantes.<br />
Además, una bu<strong>en</strong>a parte de ellos t<strong>en</strong>ía<br />
la convicción, razonable, de que yo estaba<br />
completam<strong>en</strong>te loco, que era un personaje<br />
desviante y un poco anárquico, y lo<br />
era <strong>en</strong> realidad, porque a pesar de ser un<br />
hijo de las escuelas jesuitas, nunca tuve<br />
una disciplina religiosa, una profesión de<br />
fe o ciertas conductas vinculadas a la ética<br />
del rito católico. Siempre fui bastante<br />
agnóstico y anárquico. Entonces, tuve algunos<br />
problemas con los curas, especialm<strong>en</strong>te<br />
con una pequeña plaga que llegó<br />
de España: unos curas franquistas bastante<br />
conservadores y <strong>en</strong>trometidos. Pero la<br />
verdad es que yo recuerdo mi paso por la<br />
Ibero, y por la educación jesuita <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral,<br />
con gran gusto, como <strong>en</strong> medio de un<br />
cierto resplandor.<br />
¿Qué opinión ti<strong>en</strong>es hoy de la<br />
Ibero?<br />
La Ibero <strong>en</strong> la que yo estudié estaba <strong>en</strong><br />
una fase experim<strong>en</strong>tal; era una universidad que estaba empezando<br />
a ofrecer sus cursos y que t<strong>en</strong>ía muy pocas carreras. Estaba<br />
<strong>en</strong> su fase de construcción. La <strong>Iberoamericana</strong> de hoy es una<br />
universidad muy consolidada, muy profesional y nada confesional.<br />
Y cuando digo profesional me refiero a que la mayor parte<br />
de las autoridades que nosotros t<strong>en</strong>íamos, sino es que todas, eran<br />
sacerdotes. Los principales maestros eran sacerdotes, y aunque<br />
había externos muy importantes (por ejemplo Vic<strong>en</strong>te Leñero,<br />
que fue nuestro maestro de periodismo, si<strong>en</strong>do él muy jov<strong>en</strong>), la<br />
verdad es que todo t<strong>en</strong>ía un toque de pedagogía sacerdotal, <strong>en</strong><br />
un contexto jesuita absolutam<strong>en</strong>te religioso.<br />
Pero ahora lo que t<strong>en</strong>emos es una universidad donde las autoridades<br />
mayores pued<strong>en</strong> ser miembros de una Compañía mucho<br />
más liberal, cercana al mundo; una universidad meritocrática,<br />
con <strong>en</strong>orme cantidad de laicos y civiles conduciéndola. Sobre<br />
todo, una universidad muy progresista; a veces incluso ing<strong>en</strong>uam<strong>en</strong>te<br />
progresista, como queri<strong>en</strong>do pagar todavía alguna aduana<br />
por ser una universidad privada, a fin de no ser tachada como<br />
una universidad conservadora o burguesa. Pero tanto por la calidad<br />
de la <strong>en</strong>señanza como por las instalaciones y la cantidad<br />
de las carreras, la Ibero es hoy una de las mejores universidades.<br />
A partir de tu formación profesional, ¿cómo <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>des el<br />
periodismo?<br />
Yo siempre he mirado el periodismo como una forma de repartir<br />
el conocimi<strong>en</strong>to, de darle a la sociedad lo que necesita<br />
para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der lo que sucede. No lo he visto como un negocio
o como una forma de simple <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to. En este s<strong>en</strong>tido,<br />
mi visión del periodismo es una visión elitista, porque no me<br />
interesa el periodismo popular, ni el periodismo de escándalo,<br />
ni el periodismo de la farándula. Me interesa el periodismo del<br />
conocimi<strong>en</strong>to, que t<strong>en</strong>ga una influ<strong>en</strong>cia sobre los cambios que la<br />
sociedad necesita; un periodismo para crear conci<strong>en</strong>cia y hacer<br />
política <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido más amplio y g<strong>en</strong>eroso del término política:<br />
mejorar la cosa pública.<br />
¿Cómo ves el periodismo actual?<br />
El periodismo <strong>en</strong> México vive, a la vez, un gran mom<strong>en</strong>to y un<br />
mom<strong>en</strong>to muy pobre. Es el gran mom<strong>en</strong>to de la pluralidad, la<br />
libertad y la riqueza (<strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de dinero y <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de la<br />
calidad de profesionistas que lo ejerc<strong>en</strong>). Pero, al mismo tiempo,<br />
es un periodismo muy poco responsable, <strong>en</strong> términos de llevarle<br />
a la g<strong>en</strong>te el conocimi<strong>en</strong>to que necesita para ser mejores ciudadanos<br />
y seres humanos más intelig<strong>en</strong>tes. Los grandes periódicos<br />
son grandes intelectuales colectivos: máquinas de g<strong>en</strong>erar información<br />
para ayudar a ser más intelig<strong>en</strong>tes y más eficaces a sus<br />
lectores; para <strong>en</strong>señarles a compr<strong>en</strong>der cosas que difícilm<strong>en</strong>te van<br />
a compr<strong>en</strong>der solos, a conocer a su sociedad, y a crear comunidad<br />
intelig<strong>en</strong>te, que compr<strong>en</strong>da y esté al tanto de lo que pasa <strong>en</strong><br />
todos los ámbitos (político, económico, social, deportivo, cultural,<br />
etcétera). Si los periódicos no son grandes intelectuales colectivos<br />
—y <strong>en</strong> este s<strong>en</strong>tido soy muy sanchezvillaseñoriano—, no diría<br />
que son despreciables, pero sí que son instrum<strong>en</strong>tos de segunda<br />
calidad pública: bu<strong>en</strong>os negocios o bu<strong>en</strong>os divertim<strong>en</strong>tos, pero<br />
car<strong>en</strong>tes de ese ethos que yo, quizá, apr<strong>en</strong>dí <strong>en</strong> la Ibero: ser algo<br />
más que divulgadores, <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>edores, escandalizadores y masajeadores<br />
de la sociedad. Ser sus cerebros, sus intelectuales colectivos.<br />
En este s<strong>en</strong>tido, ¿el periodismo debe t<strong>en</strong>er una<br />
vocación educativa, formativa?<br />
Sí, claro. El periodismo ti<strong>en</strong>e que ser parte de la intelig<strong>en</strong>cia, de<br />
la compr<strong>en</strong>sión, la responsabilidad y la conducta cívica, solidaria y<br />
ética de los lectores, de los públicos. Y yo si<strong>en</strong>to que nuestro periodismo<br />
r<strong>en</strong>uncia demasiado fácilm<strong>en</strong>te a toda noción que no sea una<br />
formulación tan limitada como la sigui<strong>en</strong>te: “A mí no me importa<br />
nada más que la noticia y yo no t<strong>en</strong>go más responsabilidad que<br />
atraer a los lectores a mi medio, sin callarme nada, y si hace falta<br />
subiéndole bastantes decibeles a los gritos y los susurros de la sociedad”.<br />
Una formulación así me resulta muy pobre como periodismo.<br />
¿Así era el periodismo cuando fundaste Nexos?<br />
Cuando fundamos Nexos el periodismo mexicano era un periodismo<br />
bastante provinciano, sometido, amordazado y alquilado<br />
<strong>en</strong> muchos s<strong>en</strong>tidos. Había muy pocos periódicos realm<strong>en</strong>te<br />
indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes y libres, aunque por ello mismo, también, una<br />
<strong>en</strong>orme oportunidad para hacer el periodismo que a mí me ha<br />
interesado siempre. Nexos se fundó <strong>en</strong> los años set<strong>en</strong>ta, y com<strong>en</strong>zaba<br />
a haber <strong>en</strong> México una cierta riqueza muy visible, muy<br />
madura ya, de conocimi<strong>en</strong>to académico; de g<strong>en</strong>te que estudiaba<br />
con rigor la política, la economía, la dinámica social. Y lo que<br />
nosotros hicimos <strong>en</strong> Nexos fue tratar de traer ese conocimi<strong>en</strong>to,<br />
que había <strong>en</strong> los claustros académicos, a un espacio público<br />
intermedio <strong>en</strong>tre el artículo de periódico y el <strong>en</strong>sayo académico,<br />
añadi<strong>en</strong>do desde luego algo que ya era una riqueza muy<br />
consolidada de la vida cultural mexicana: la creación y la crítica<br />
literaria, <strong>en</strong> el ámbito de las humanidades.<br />
La titulamos Nexos, sociedad, ci<strong>en</strong>cia y literatura, porque nos parecía<br />
desde <strong>en</strong>tonces que había un tema tecnológico y ci<strong>en</strong>tífico<br />
que estaba también escondido y del que nadie se hacía<br />
cargo <strong>en</strong> los espacios de las audi<strong>en</strong>cias periodísticas. Fue una<br />
decisión acertada que le permitió a la revista t<strong>en</strong>er un perfil<br />
muy claro desde el principio. Luego lo que nosotros iniciamos<br />
se acabó volvi<strong>en</strong>do una moda, de manera que ahora t<strong>en</strong>emos<br />
una <strong>en</strong>orme desv<strong>en</strong>taja si persistimos <strong>en</strong> ser un espacio periodístico-académico,<br />
porque todos los periódicos están ll<strong>en</strong>os de<br />
com<strong>en</strong>taristas de una gran solidez académica, que desahogan <strong>en</strong><br />
las páginas editoriales, con mucha eficacia, lo que han apr<strong>en</strong>dido<br />
<strong>en</strong> las aulas; y, paradójicam<strong>en</strong>te, ahora el espacio abierto para una<br />
revista como Nexos es el increíble espacio que han dejado los<br />
periódicos mexicanos a causa de ir <strong>en</strong> pos de ese periodismo de<br />
inmediatez, de shock y escándalo. El periodismo mexicano ha<br />
r<strong>en</strong>unciado al reportaje largo, complejo, bi<strong>en</strong> escrito; ha r<strong>en</strong>unciado<br />
a la crónica, a la <strong>en</strong>trevista de perfiles, de larga p<strong>en</strong>etración,<br />
y, <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, ha r<strong>en</strong>unciado a la escritura, y, especialm<strong>en</strong>te, a la<br />
bu<strong>en</strong>a escritura. Con unas cuantas excepciones, <strong>en</strong> los periódicos,<br />
escrib<strong>en</strong> mucho mejor los columnistas y los articulistas que<br />
los reporteros que reduc<strong>en</strong> su ejercicio a dar síntesis noticiosas.<br />
¿Ti<strong>en</strong>e esto que ver con una crisis de la lectura o con la<br />
preemin<strong>en</strong>cia del periodismo como negocio?<br />
Ti<strong>en</strong>e que ver con una cuestión de negocio, obviam<strong>en</strong>te, pero<br />
también con un contagio del periodismo televisivo y radiofónico<br />
sobre los hábitos informativos de la g<strong>en</strong>te y, por tanto, sobre<br />
lo que la g<strong>en</strong>te tolera leer <strong>en</strong> un periódico. Los periódicos han<br />
ido sigui<strong>en</strong>do el tema de la inmediatez y del formato corto y<br />
rápido de las noticias de televisión y de radio, y han r<strong>en</strong>unciado,<br />
poco a poco, a los lectores. Los periódicos tratan a los lectores<br />
como si fueran radioescuchas: les dic<strong>en</strong> rápidam<strong>en</strong>te las cosas, y<br />
no hay ninguna confianza <strong>en</strong> que un lector de periódico pueda<br />
leerse, de principio a fin, un reportaje que ocupe dos planas o<br />
plana y media de un periódico estándar. El periodismo mexicano<br />
se ha empobrecido mucho al contagiarse de la rapidez y del<br />
s<strong>en</strong>tido de choque y de inmediatez de la radio y la televisión.<br />
Hasta los periódicos mejor hechos lo que le dan al público son<br />
noticias casi casi como soundbits que pued<strong>en</strong> escuchar <strong>en</strong> la radio.<br />
Y <strong>en</strong>tre más escandaloso, rijoso y descontrolado el dicho de un<br />
político, más va a la primera plana. Ahora t<strong>en</strong>emos un nuevo modelo<br />
de ganarse la primera plana con la l<strong>en</strong>gua, dici<strong>en</strong>do chascarrillos<br />
y gracejadas y tirando lancetas. Es, además, un periodismo<br />
amarranavajas, que ofrece a los lectores muy pocos instrum<strong>en</strong>tos<br />
para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der lo que sucede y para portarse de un modo más<br />
intelig<strong>en</strong>te que como se portan con sus propios medios.<br />
Lo paradójico es que t<strong>en</strong>emos, <strong>en</strong> México, un periodismo más<br />
libre y más plural que nunca, con más garra <strong>en</strong> la búsqueda de<br />
la noticia, pero a la vez un periodismo muy pobre intelectual y<br />
analíticam<strong>en</strong>te hablando, e incluso muy pobre desde el punto de<br />
vista informativo, porque es un periodismo que está <strong>en</strong> la piel<br />
de los hechos y no va mucho más allá. Yo escribo una columna<br />
diaria, de lunes a viernes, <strong>en</strong> el diario Mil<strong>en</strong>io, y casi todas las semanas<br />
me t<strong>en</strong>go que fugar de los temas que tra<strong>en</strong> los diarios para<br />
no repetir lo que repit<strong>en</strong> todos. Trato asuntos literarios o busco<br />
temas que me saqu<strong>en</strong> de la rutina machacona de ese periodismo<br />
inmediatista. Este es un asunto <strong>en</strong> el que los periodistas deberíamos<br />
reflexionar. Hay que at<strong>en</strong>der m<strong>en</strong>os el chascarrillo y buscar<br />
más el s<strong>en</strong>tido profundo de las cosas.<br />
IBERO 31
LÍDER IBERO<br />
El periodismo ti<strong>en</strong>e<br />
que ser parte de la<br />
intelig<strong>en</strong>cia,<br />
de la compr<strong>en</strong>sión,<br />
la responsabilidad y<br />
la conducta cívica,<br />
solidaria y ética de los<br />
lectores, de los públicos.<br />
Háblame, por favor, de tus otras dos vocaciones<br />
profesionales: la historia y la ficción, es decir la<br />
investigación histórica y tu obra narrativa.<br />
Yo llegué a la historia por una razón alim<strong>en</strong>ticia. Solicité, <strong>en</strong><br />
El Colegio de México, la beca para estudiar el doctorado <strong>en</strong><br />
Historia, que no exigía <strong>en</strong>tonces haber t<strong>en</strong>ido una formación<br />
histórica previa: un experim<strong>en</strong>to que diseñó José Gaos y que<br />
creo que resultó bastante bu<strong>en</strong>o. Fue así como me hice historiador,<br />
pero lo que yo quería ser, <strong>en</strong> el fondo de mi corazón, desde<br />
muy jov<strong>en</strong>, era escritor y, especialm<strong>en</strong>te, novelista. Por ello, tanto<br />
la historia como el periodismo fueron para mí géneros afines<br />
que me permitieron ganarme la vida sin separarme mucho de<br />
la vocación literaria e incluso, diría yo, alim<strong>en</strong>tando mucho esa<br />
vocación, porque de la historia y del periodismo yo obtuve un<br />
conocimi<strong>en</strong>to de mi sociedad, de mi país, que ninguna otra cosa<br />
me había dado. Tanto la historia como el periodismo fueron<br />
grandes v<strong>en</strong>tanas hacia la realidad y grandes desafíos para mi vocación<br />
literaria. Soy y he sido un escritor realista, pero bastante<br />
m<strong>en</strong>os realista de lo que se cree. Bu<strong>en</strong>a parte de lo que he escrito<br />
como ficción es ficción, y no la simple transcripción de hechos<br />
o novelas <strong>en</strong> clave sobre personajes de la vida real trasladados a<br />
la literatura. La historia y el periodismo me indujeron a hacer<br />
una literatura <strong>en</strong> la que se pudiera s<strong>en</strong>tir el ritmo y los conflictos<br />
de mi tiempo, de mi sociedad. Al final, han sido disciplinas muy<br />
converg<strong>en</strong>tes y muy <strong>en</strong>riquecedoras <strong>en</strong> el cruce de la literatura.<br />
¿Hoy eres más escritor que periodista e historiador?<br />
No sé bi<strong>en</strong> a bi<strong>en</strong> qué es lo que soy, y tampoco me importa. Por<br />
ejemplo, ahora estoy escribi<strong>en</strong>do un libro literario que es la evocación<br />
de la historia de mis padres. Es, obviam<strong>en</strong>te, una historia<br />
de la vida real, pero ll<strong>en</strong>a de interpolaciones del historiador y del<br />
creador de ficciones, porque al final, <strong>en</strong>tre el periodista, el historiador<br />
y el creador de ficciones éste es, de los tres, el que mejor<br />
32 IBERO<br />
escribe. Pi<strong>en</strong>so que la manera más eficaz de conocer es escribir<br />
y escribir bi<strong>en</strong>, escribir con fervor literario la significación y el<br />
poder de los detalles, y eso es algo que se apr<strong>en</strong>de <strong>en</strong> el periodismo<br />
superficialm<strong>en</strong>te, que se apr<strong>en</strong>de <strong>en</strong> la historia de manera<br />
profesional, pero que sólo se apr<strong>en</strong>de, creativam<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> la literatura.<br />
La literatura es el espacio donde la precisión de la realidad<br />
y la claridad de los detalles van más allá de la realidad porque la<br />
p<strong>en</strong>etran y la dotan de un s<strong>en</strong>tido que no ti<strong>en</strong>e por sí sola.<br />
La verdad es que me si<strong>en</strong>to muy cómodo <strong>en</strong>tre las tres verti<strong>en</strong>tes<br />
de mi escritura: periodismo, historia y ficción. Acudo<br />
mucho a la reconstrucción histórica, con las técnicas del historiador;<br />
acudo mucho también al reportaje periodístico, tratando<br />
de mant<strong>en</strong>erme <strong>en</strong> esc<strong>en</strong>arios reconocibles que t<strong>en</strong>gan el sabor<br />
de lo vivido para los lectores, y disfruto mucho el trabajo de<br />
la escritura de ficción y de recreación. Mi nuevo libro, Pasado<br />
p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te, es un libro donde están, como <strong>en</strong> ninguna de mis demás<br />
obras, estas tres vocaciones juntas: la del historiador, la del<br />
periodista y la del escritor de ficciones. Es un libro <strong>en</strong> donde todo<br />
es autobiografía, todo es ficción y todas las historias son verdaderas. Si<br />
algui<strong>en</strong> quiere saber cuál es el libro donde estoy más completo<br />
o digamos <strong>en</strong> posesión de las disciplinas que he adquirido <strong>en</strong><br />
la vida es éste: la mejor mezcla que he logrado del escritor, el<br />
historiador y el periodista.<br />
De 1980, cuando publicas Morir <strong>en</strong> el golfo, a 2010,<br />
<strong>en</strong> que aparece Pasado p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te, han transcurrido<br />
tres décadas. ¿Cómo ha cambiado el escritor Héctor<br />
Aguilar Camín <strong>en</strong> estos últimos treinta años?<br />
T<strong>en</strong>go mucha más confianza <strong>en</strong> mis dones y soy m<strong>en</strong>os atropellado<br />
<strong>en</strong> mi conducta como escritor. Paradójicam<strong>en</strong>te, nunca he<br />
escrito con más dificultad que ahora y si<strong>en</strong>to que ap<strong>en</strong>as estoy<br />
apr<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do a escribir. En los och<strong>en</strong>ta me s<strong>en</strong>tía un escritor<br />
maduro; hoy me si<strong>en</strong>to un apr<strong>en</strong>diz de escritor.
Volvi<strong>en</strong>do a tu vocación histórica y a tu ejercicio<br />
de analista político, ¿dirías que México es un país<br />
democrático?<br />
México es un país democrático, sin duda, pero no es un país<br />
cívico, no es un país donde la democracia sea la expresión cívica<br />
última de un modo solidario de ser y de vivir. Las desigualdades<br />
de México hac<strong>en</strong> que todo —la democracia, el civismo, la<br />
solidaridad, la educación, el conocimi<strong>en</strong>to, etcétera— sea algo<br />
fracturado. México es un país fracturado por sus desigualdades.<br />
No vivimos <strong>en</strong> una comunidad pareja, <strong>en</strong> donde las personas se<br />
mir<strong>en</strong> a la cara como iguales. Es un país que está as<strong>en</strong>tado mucho<br />
<strong>en</strong> el privilegio y <strong>en</strong> la desigualdad, y <strong>en</strong> la discriminación,<br />
suave, hipocritona como es la discriminación mexicana, pero<br />
una discriminación muy real y muy profunda, y eso hace que la<br />
democracia sea también una democracia incompleta, íntima e<br />
interpersonalm<strong>en</strong>te incompleta. Los mexicanos no somos iguales,<br />
ni psicológica ni socialm<strong>en</strong>te. Pi<strong>en</strong>so <strong>en</strong> los contrastes <strong>en</strong>tre<br />
los dos México <strong>en</strong> donde yo he vivido y estudiado: el México<br />
del norte, el de nuestros criollos norteños, francos y abiertos,<br />
y el México tuyo y mío, nuestro México indíg<strong>en</strong>a, el México<br />
de Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Chiapas. Un ranchero<br />
pobre sinalo<strong>en</strong>se ti<strong>en</strong>e una actitud psicológica de igualdad con<br />
qui<strong>en</strong> se le pare <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>te; una actitud que no ti<strong>en</strong>e un indíg<strong>en</strong>a<br />
aculturado de Chiapas. No dep<strong>en</strong>de sólo ni fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te<br />
de dinero ni de educación ni de, digamos, la condición social.<br />
Hay algo que falta profundam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la democracia mexicana<br />
que es la igualdad psicológica, ese s<strong>en</strong>tir que pert<strong>en</strong>ecemos a una<br />
comunidad de reglas comunes <strong>en</strong> la que todos somos iguales aunque<br />
seamos distintos, y esto ti<strong>en</strong>e mucho que ver con el hecho de<br />
que las condiciones de la vida democrática, empezando por la<br />
igualdad ante la ley, están también fracturadas. Es evid<strong>en</strong>te que<br />
aunque <strong>en</strong> la ley y <strong>en</strong> el discurso dominante de la polis mexicana<br />
todos somos iguales, algunos, como decía Ow<strong>en</strong>, son muchísimos<br />
más iguales que otros. Esto es un asunto de largo plazo,<br />
porque es, sobre todo, un asunto de civilización <strong>en</strong> el que las<br />
oportunidades económicas, la prosperidad y la educación vayan<br />
creando poco a poco una segunda naturaleza para que realm<strong>en</strong>te<br />
todos seamos iguales <strong>en</strong> el ámbito psicológico, <strong>en</strong> el ámbito íntimo,<br />
aunque seamos muy distintos <strong>en</strong> nuestros logros, <strong>en</strong> nuestras<br />
riquezas y <strong>en</strong> nuestra posición social. Éste es uno de los grandes<br />
p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> nuestra incompleta vida democrática.<br />
¿Cómo juzgas hoy al poder mexicano? ¿Ha sido<br />
rebasado por los graves problemas que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta el país?<br />
Lo veo muy fracturado también, <strong>en</strong>tre los distintos órd<strong>en</strong>es de<br />
gobierno. La fractura es vertical porque hay una descoordinación<br />
gravísima del gobierno federal con los gobiernos estatales y<br />
municipales, y es también horizontal <strong>en</strong>tre los distintos poderes<br />
del país. La división de poderes <strong>en</strong> el ámbito federal ti<strong>en</strong>de a ser<br />
más que fu<strong>en</strong>te de equilibrios, orig<strong>en</strong> de parálisis. Los poderes<br />
Legislativo, Ejecutivo y Judicial más que equilibrarse se contrarrestan.<br />
Y hacia abajo, del poder federal hacia los poderes locales,<br />
hay también una falta de acuerdos de reglas operativas, de disposiciones<br />
y disponibilidades políticas para la corresponsabilidad.<br />
Esto es realm<strong>en</strong>te muy preocupante, porque hemos pasado de<br />
un sistema político piramidado a uno suelto y disgregado. En el<br />
tema de la inseguridad, lo que se observa es la increíble falta de<br />
coordinación de las acciones federales con las acciones estatales<br />
y municipales. Raya <strong>en</strong> el absurdo el comportami<strong>en</strong>to de los<br />
poderes locales fr<strong>en</strong>te al hampa y el narcotráfico, por la aus<strong>en</strong>cia<br />
de acciones de los gobernantes locales <strong>en</strong> sus propias ciudades, a<br />
cu<strong>en</strong>ta de que estas grandes espirales del crim<strong>en</strong> son atribuibles<br />
al narcotráfico y, dado que éste es un asunto del fuero federal,<br />
ellos no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> nada qué hacer <strong>en</strong> esa materia: todo es responsabilidad<br />
<strong>en</strong>tonces del gobierno federal, lo cual es una manera<br />
inaceptable de zafarse fr<strong>en</strong>te a lo que les pasa a los ciudadanos de<br />
carne y hueso. No hay ciudadanos federales, hay ciudadanos de<br />
cada ciudad, de cada municipio, de cada estado. Esto ha conducido<br />
primero a la infiltración y a la captura de las policías y los<br />
poderes locales por los narcotraficantes y por los miembros del<br />
crim<strong>en</strong> organizado. En este tema, el camino de Calderón no se<br />
ve con ninguna claridad hacia adelante. Fr<strong>en</strong>te a la viol<strong>en</strong>cia, que<br />
parece no t<strong>en</strong>er fin <strong>en</strong> algunas ciudades y <strong>en</strong> algunas regiones, lo<br />
que vemos, literalm<strong>en</strong>te, es a la autoridad local hacerse a un lado<br />
como si no fuese su problema, y al gobierno federal no t<strong>en</strong>er los<br />
t<strong>en</strong>táculos sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te finos para arreglar ese problema de<br />
viol<strong>en</strong>cia local, sino quizá al contrario: ti<strong>en</strong>e unos instrum<strong>en</strong>tos<br />
tan burdos que probablem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> lugar de hacer la cirugía, rompe<br />
equilibrios, y g<strong>en</strong>era una viol<strong>en</strong>cia mucho mayor de la que<br />
hubiera esperado <strong>en</strong> un diagnóstico inicial.<br />
El poder mexicano es como nunca un poder múltiple y compartido,<br />
<strong>en</strong> su responsabilidad, y como nunca, al m<strong>en</strong>os que yo<br />
recuerde <strong>en</strong> mi g<strong>en</strong>eración, es también un poder fragm<strong>en</strong>tado y<br />
fracturado <strong>en</strong> su capacidad de cogobernar y corresponsabilizarse<br />
de las cosas. Éste es el problema c<strong>en</strong>tral de México desde el punto<br />
de vista político, aunque seguimos con los viejos reflejos de<br />
decir que el que no sirve es el presid<strong>en</strong>te. T<strong>en</strong>emos presid<strong>en</strong>tes<br />
equilibrados hasta la parálisis por los otros poderes, y rechazados<br />
como socios por los poderes locales. Es obvio que ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />
que ser malos presid<strong>en</strong>tes; no hay manera que result<strong>en</strong> bu<strong>en</strong>os<br />
o con grandes logros. La opinión pública sigue esperando de<br />
los gobiernos federales cosas que éstos ya no pued<strong>en</strong> dar, cosas<br />
que sólo van a poder dar los gobiernos locales que, como ya<br />
vimos, van muy atrás <strong>en</strong> su trabajo de comprometerse con la<br />
seguridad <strong>en</strong> este caso, pero también con la vida democrática,<br />
con la seguridad social, con el crecimi<strong>en</strong>to económico, etcétera.<br />
Los gobiernos locales son eslabones muy débiles de nuestra vida<br />
institucional, y el gobierno federal que era, digamos, el animal<br />
fuerte, está muy disminuido por los otros miembros de la manada.<br />
Entonces, t<strong>en</strong>emos un problema de gobierno no débil sino<br />
debilitado, y no plural sino fragm<strong>en</strong>tado.<br />
En este esc<strong>en</strong>ario, ¿qué podemos esperar de las<br />
elecciones <strong>en</strong> 2012?<br />
Quién sabe. Parece muy fácil el camino del PRI, salvo que las<br />
cosas <strong>en</strong> la vida no pued<strong>en</strong> ser tan fáciles. Parece muy <strong>en</strong>redado<br />
el espectro de la izquierda, salvo que la izquierda todavía debe<br />
definir un candidato. Y los posibles candidatos del PAN parec<strong>en</strong><br />
muy desdibujados. Pero, quizá, lo peor de todo es que a la política<br />
le pasa lo que a los periódicos. Ha perdido intelig<strong>en</strong>cia <strong>en</strong><br />
materia de proponer a los ciudadanos lo que quiere hacer, <strong>en</strong><br />
materia de programas. Los ciudadanos no sab<strong>en</strong> qué país está<br />
<strong>en</strong> las cabezas de cada uno de estos señores que nos quier<strong>en</strong><br />
gobernar. Es una política como la pr<strong>en</strong>sa: muy inmediatista, cortoplacista,<br />
de pocas ambiciones estratégicas, una política del día<br />
con día y de la elección por la elección, sin proyectos, sin linajes<br />
claros de los partidos o de las fuerzas que compit<strong>en</strong>, sin difer<strong>en</strong>cias<br />
distinguibles de lo que quier<strong>en</strong> para el país.<br />
IBERO 33
la llama inextinguible<br />
La<br />
limpidez<br />
poética<br />
Óscar<br />
de<br />
Octavio Paz escribió: “La poesía de Óscar Oliva (Tuxtla<br />
Gutiérrez, Chiapas, 1938) me recuerda la de Éluard, no<br />
por el erotismo sino por la limpidez: edificios verbales<br />
hechos de aire”.<br />
Hace nueve lustros, al destacar la obra del <strong>en</strong>tonces jov<strong>en</strong> poeta<br />
(Óscar Oliva t<strong>en</strong>ía 30 años), Paz se refirió a la inv<strong>en</strong>tiva y la experim<strong>en</strong>tación<br />
de una poesía que incorporaba a la lírica mexicana ciertos<br />
elem<strong>en</strong>tos que le estaban faltando: la rabia, la fuerza, la osadía.<br />
Ap<strong>en</strong>as el año pasado se cumplió el medio siglo de la aparición de<br />
la primera colección poética de este autor: La voz desbocada (1960),<br />
incluida <strong>en</strong> el volum<strong>en</strong> colectivo La espiga amotinada. A lo largo de<br />
estos cincu<strong>en</strong>ta años, Oliva ha seguido construy<strong>en</strong>do una obra que<br />
ha reunido <strong>en</strong> el volum<strong>en</strong> Trabajo ilegal, título simbólico y emblemático<br />
de lo que ha sido y es su poesía: el trabajo al marg<strong>en</strong>.<br />
En 1971, su libro Estado de sitio obtuvo el Premio Nacional de<br />
Poesía Aguascali<strong>en</strong>tes, y <strong>en</strong> 1990 le fue conferido el Premio Chiapas<br />
de Arte y Literatura, máximo reconocimi<strong>en</strong>to que <strong>en</strong>trega su estado<br />
natal a los escritores y artistas chiapanecos más destacados.<br />
Es autor también de Li<strong>en</strong>zos transpar<strong>en</strong>tes (2003), libro sobre el<br />
cual afirmó: “Aquí hay un testimonio dicho desde las <strong>en</strong>trañas, es<br />
un libro que nace del deseo no de escribir poemas, sino de uno que<br />
dé cu<strong>en</strong>ta de la memoria de este tiempo”.<br />
Al referirse a su vocación ha dicho: “Estoy <strong>en</strong> el sitio que he<br />
escogido para <strong>en</strong>tablar mi personal diálogo con la exist<strong>en</strong>cia; para<br />
continuar el relato donde algo se gesta y se destruye; para concluir<br />
con el asunto de estar vivo”. Para Oliva, “la poesía es una forma de<br />
resist<strong>en</strong>cia para preguntar qué mundo está por nacer”.<br />
Cuando ha rebasado ya los 70 años, de los que ha dedicado más<br />
de medio siglo a la poesía, Óscar Oliva publicará <strong>en</strong> los próximos<br />
meses, bajo el sello de Editorial Aldus, un nuevo libro, Estratos, del<br />
que forma parte este poema, hasta hoy inédito, que <strong>en</strong>tregamos a los<br />
lectores de IBERO.<br />
34 IBERO<br />
Fotografía de Rogelio Cuéllar.
Oliva<br />
Un poema inédito<br />
¿Qué apagas y <strong>en</strong>ci<strong>en</strong>des <strong>en</strong> las<br />
paredes, <strong>en</strong>tre techos y pisos, por<br />
patios y corredores sin conexión?<br />
Miras a través de la v<strong>en</strong>tana,<br />
levem<strong>en</strong>te inclinado sobre tu mesa<br />
de trabajo; sosti<strong>en</strong>es <strong>en</strong> una mano<br />
un lápiz. Tu mirada se deti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> un<br />
árbol de muchas cabezas, exacto a las<br />
muchas cabezas florales del brócoli.<br />
En los mapas ext<strong>en</strong>didos sobre<br />
una manta, señalas ríos que se<br />
<strong>en</strong>trecruzan y fracturan desde<br />
ad<strong>en</strong>tro, bosques que se muev<strong>en</strong>,<br />
países que ya no exist<strong>en</strong>, barcos<br />
pesqueros <strong>en</strong>callados <strong>en</strong> páramos de<br />
ar<strong>en</strong>a, como si hubieran caído del<br />
cielo. Tu rostro está resplandeci<strong>en</strong>te<br />
por una luz que no sabes por<br />
qué está ahí, cuando todo ha sido<br />
extinguido.<br />
Es el mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que te veo,<br />
cuando haces la lectura <strong>en</strong> voz<br />
alta del docum<strong>en</strong>to inconcluso,<br />
que deseas abandonar, para<br />
redireccionarlo. Hago lo mismo. Es<br />
el mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que me ves, con<br />
papeles ext<strong>en</strong>didos sobre la mesa,<br />
int<strong>en</strong>tando el juego del montaje<br />
final. Voy a otra v<strong>en</strong>tana. Nos damos<br />
cu<strong>en</strong>ta que no existe el equilibrio<br />
<strong>en</strong> nuestros escritos porque nuestras<br />
historias no se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran.<br />
No sabemos cuándo hemos<br />
cometido un error y cuándo hemos<br />
dado pie para com<strong>en</strong>zar otro.<br />
Conducimos por distintas autopistas,<br />
por solitarios caminos de extravío,<br />
que estaban ocultos a nuestra visión<br />
de paralaje, un cambio inútil <strong>en</strong><br />
nuestra actitud de observadores.<br />
Procesamos y g<strong>en</strong>eramos paisajes<br />
desde un mismo modelo, un mismo<br />
acto, una misma búsqueda, un<br />
cuadro de Vermeer, el <strong>en</strong>cogido mar<br />
de Aral, el carro que conduces a<br />
gran velocidad, que conduzco a gran<br />
velocidad; no vamos a saber cuándo<br />
dar vuelta <strong>en</strong> U, cuándo meter el<br />
fr<strong>en</strong>o a fondo, dejar de escribir, leer,<br />
dejar de llegar.<br />
No hay un lápiz que rompa una hoja<br />
de papel desde abajo, y nos distraiga<br />
totalm<strong>en</strong>te. Tal como lo hac<strong>en</strong><br />
los camellos cerca de los barcos<br />
inclinados.<br />
IBERO 35
TRIVIUM/<strong>en</strong>sayo literario<br />
Jorge Volpi<br />
Narrador, <strong>en</strong>sayista e investigador. Doctor <strong>en</strong> Filología Hispánica por la <strong>Universidad</strong> de Salamanca. Sus novelas han t<strong>en</strong>ido un gran<br />
impacto <strong>en</strong> el ámbito hispánico y se han traducido al inglés, francés, alemán y griego; <strong>en</strong>tre ellas, En busca de Klingsor (1999),<br />
El fin de la locura (2003), No será la tierra (2006), El jardín devastado (2008) y Oscuro bosque oscuro (2009). Entre<br />
sus libros <strong>en</strong>sayísticos destacan La imaginación y el poder (1998), M<strong>en</strong>tiras contagiosas (2008) y El insomnio de Bolívar<br />
(2009). Entre otros reconocimi<strong>en</strong>tos ha recibido el Premio Biblioteca Breve Seix Barral, el Premio Mazatlán de Literatura, el Premio<br />
Debate Casamérica y el Premio José Donoso. Ha sido director del Instituto de México <strong>en</strong> París y, actualm<strong>en</strong>te, es director g<strong>en</strong>eral del<br />
Canal 22 de televisión<br />
Lectores camaleón y<br />
novelas espejo<br />
Las miradas animales escudriñan el laboratorio <strong>en</strong> busca de<br />
sus cuidadores, sin hallarlos. Las miserables criaturas no<br />
pued<strong>en</strong> saber que, como todos los días a la una y media de<br />
la tarde, investigadores y asist<strong>en</strong>tes se congregan <strong>en</strong> una pequeña<br />
trattoria a pocos pasos de distancia y, fr<strong>en</strong>te a un g<strong>en</strong>eroso platón<br />
de tortellini, discut<strong>en</strong> sobre las habilidades cognitivas de los<br />
primates —y sobre la última derrota del Parma FC. Entretanto,<br />
los macacos permanec<strong>en</strong> <strong>en</strong> sus jaulas con los cráneos abiertos y<br />
los cerebros <strong>en</strong>chufados a una telaraña de circuitos que permite<br />
analizar qué neuronas se activan cuando ellos miran un objeto,<br />
juegan, com<strong>en</strong>, retozan o pelean <strong>en</strong>tre sí.<br />
36 IBERO<br />
Fotos: Corbis
Uno de los ci<strong>en</strong>tíficos se adelanta a sus compañeros y, todavía<br />
con medio helado de pistache <strong>en</strong> la mano, se introduce <strong>en</strong> el laboratorio<br />
de forma intempestiva. Los instrum<strong>en</strong>tos <strong>en</strong>loquec<strong>en</strong>:<br />
<strong>en</strong> cuanto los monos observan al humano zamparse su cornetto,<br />
sus cerebros no sólo se lanzan <strong>en</strong> una actividad neuronal des<strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ada<br />
<strong>en</strong> sus áreas de percepción, sino también, para sorpresa<br />
de propios y extraños, <strong>en</strong> el área F-5, una zona motora del cerebro.<br />
¿Por qué diablos se <strong>en</strong>ci<strong>en</strong>d<strong>en</strong> neuronas motoras del macaco<br />
ante el goloso movimi<strong>en</strong>to del ci<strong>en</strong>tífico?<br />
Giacomo Rizzolatti y su equipo se <strong>en</strong>contraban fr<strong>en</strong>te a un<br />
f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o inédito <strong>en</strong> los estudios sobre el ce-<br />
rebro. Como demostraron <strong>en</strong> una larga serie<br />
de experim<strong>en</strong>tos posteriores, al parecer los seres<br />
humanos —y otros animales— contamos<br />
con un tipo especial de neuronas motoras que<br />
se activan cuando vemos a algui<strong>en</strong> comer un<br />
helado o, usando un ejemplo paradigmático,<br />
cuando vemos que algui<strong>en</strong> patea una pelota.<br />
Y no sólo eso: también saltan <strong>en</strong>loquecidas<br />
cuando imaginamos que algui<strong>en</strong> patea una pelota,<br />
escuchamos que algui<strong>en</strong> patea una pelota e incluso cuando<br />
pronunciamos la mera palabra “patear”.<br />
Imposible adivinarlo: la evolución nos <strong>en</strong>tregó una herrami<strong>en</strong>ta<br />
que nos lleva a reconocer los actos aj<strong>en</strong>os como si fueran<br />
propios. Te veo caminar e, inevitablem<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> mi cerebro, yo<br />
camino. De igual modo, si te imagino caminando, si algui<strong>en</strong> me<br />
cu<strong>en</strong>ta que te ha visto caminar o —algo es<strong>en</strong>cial para este libro—<br />
si leo un libro donde se dice que tú caminas, <strong>en</strong> mi m<strong>en</strong>te<br />
yo también me lanzo <strong>en</strong> un delicioso paseo. No había mejor<br />
nombre para estas neuronas, claro, que neuronas espejo.<br />
Escritores y filósofos habían prefigurado su exist<strong>en</strong>cia: sólo<br />
podemos compr<strong>en</strong>der a los demás, afirmaba por ejemplo el filósofo<br />
Alvin Goldman, cuando simulamos interiorm<strong>en</strong>te el estado<br />
emocional <strong>en</strong> el que se hallan. Si <strong>en</strong> verdad me importa saber<br />
cómo te si<strong>en</strong>tes —<strong>en</strong>amorada, triste, rozagante, melancólica—,<br />
estoy obligado a padecer lo mismo, aunque sea de forma vicaria<br />
y pasajera, <strong>en</strong> mi fuero interno. De otro modo: de manera involuntaria,<br />
todo el tiempo nos ponemos <strong>en</strong> el lugar de los otros.<br />
¿Para qué? Como ya podríamos sospecharlo, <strong>en</strong> primera instancia<br />
para prever el futuro: saber si me vas a servir agua <strong>en</strong> esa copa<br />
o si planeas estrellarla <strong>en</strong> mi cabeza determinará cómo yo deba<br />
reaccionar, agradeciéndotela con efusión o esquivando el golpe.<br />
La imitación, mecanismo es<strong>en</strong>cial para nuestra superviv<strong>en</strong>cia,<br />
se halla <strong>en</strong> la base de ese extraño comportami<strong>en</strong>to, tantas veces<br />
vilip<strong>en</strong>diado o m<strong>en</strong>ospreciado, que conocemos como empatía.<br />
Me meto <strong>en</strong> tu pellejo para averiguar si eres amigo o <strong>en</strong>emigo, si<br />
me t<strong>en</strong>derás la mano o me clavarás un cuchillo por la espalda y, al<br />
hacerlo, al mismo tiempo te conozco mejor —y de paso me conozco<br />
mejor a mí mismo. El inm<strong>en</strong>so poder de la ficción deriva<br />
de la actividad misma de las neuronas espejo —y de ellas se despr<strong>en</strong>de<br />
una idea todavía más amplia y g<strong>en</strong>erosa, la humanidad.<br />
Desde que nacemos estamos programados para reconocer e<br />
imitar a los otros: el bebé sonríe ap<strong>en</strong>as distingue la borrosa cara<br />
de su madre aun si su mueca carece aún de cont<strong>en</strong>ido —imposible<br />
deducir, por ahora, si <strong>en</strong> efecto está feliz. Para bi<strong>en</strong> o para<br />
mal, a partir de ese mom<strong>en</strong>to no dejamos de imitar el comportami<strong>en</strong>to<br />
de los otros: sus posturas, sus guiños, sus sonidos y, por<br />
supuesto, sus ideas —sus memes.<br />
Poco a poco, conforme apr<strong>en</strong>demos a ser humanos, nuestras<br />
Abro una novela, distingo las huellas<br />
que el autor ha dejado, las completo<br />
con los patrones que extraigo de mi<br />
memoria y descubro, de pronto, a un<br />
personaje —a algui<strong>en</strong> como yo.<br />
int<strong>en</strong>ciones quedan codificadas <strong>en</strong> nuestros registros corporales,<br />
<strong>en</strong> nuestros gestos, ademanes y guiños. Contradici<strong>en</strong>do el título<br />
de este libro, <strong>en</strong> realidad no somos capaces de leer la m<strong>en</strong>te de<br />
los demás —aunque nos pese, las neuronas no son libros que se<br />
dej<strong>en</strong> ojear al desgaire. Lo único que podemos aspirar a leer es la<br />
apari<strong>en</strong>cia externa de los otros —tus ojos llorosos o tu sonrisa<br />
abierta, tus brazos ext<strong>en</strong>didos o tu dedo cordial am<strong>en</strong>azante, tu<br />
parpadeo seductor o tu bostezo— y deducir, a partir de ellos, el<br />
ánimo que los inspira.<br />
Reconozcámoslo: nos fascina parecernos a los demás —de allí<br />
el espíritu de grupo, pero también el nacionalismo, el racismo<br />
y la x<strong>en</strong>ofobia, ideas siempre odiosas— para así podernos s<strong>en</strong>tir<br />
id<strong>en</strong>tificados, seguros, <strong>en</strong> casa. Observa, por ejemplo, a esa pareja<br />
que juega con sus hijos: sus miembros ap<strong>en</strong>as se parec<strong>en</strong>, pero<br />
guardan cierto “aire de familia”: un porte, algunos tics y algunos<br />
gestos que los vuelv<strong>en</strong> reconocibles. Un gracioso experim<strong>en</strong>to<br />
demostró, por otra parte, que los chicos que mejor habían cong<strong>en</strong>iado<br />
con sus parejas durante la primera cita eran aquellos que<br />
sincronizaron sus movimi<strong>en</strong>tos y ademanes con mayor precisión.<br />
En Oscuro bosque oscuro relaté un caso más siniestro: los miembros<br />
del batallón 102 de la policía de reserva de Hamburgo perdieron<br />
la oportunidad de no convertirse <strong>en</strong> criminales por su<br />
incapacidad de dar dos pasos al fr<strong>en</strong>te y despr<strong>en</strong>derse, así, del<br />
resto del batallón. De haberlo hecho, hubieran sido excusados<br />
de asesinar a miles de judíos, sin consecu<strong>en</strong>cia alguna para ellos.<br />
¿La razón? Pocos temores más ac<strong>en</strong>drados que el miedo a la<br />
vergü<strong>en</strong>za pública, al ridículo.<br />
Admiramos tanto a los héroes y execramos tanto a los criminales<br />
porque <strong>en</strong> realidad se requiere un <strong>en</strong>orme esfuerzo para<br />
IBERO 37
distinguirse de la multitud. Una especie de inercia imitativa guía<br />
bu<strong>en</strong>a parte de nuestras conductas: como el Zelig de Woody<br />
All<strong>en</strong>, nuestro animal totémico es el camaleón. Parecemos cond<strong>en</strong>ados<br />
a la uniformidad, a repetir los mismos aspavi<strong>en</strong>tos de<br />
la masa, sus mismos prejuicios, sus mismos pudores, sus mismas<br />
manías. No se trata tanto de que las multitudes no pi<strong>en</strong>s<strong>en</strong>, sino<br />
de que el contagio de una actitud, <strong>en</strong> especial si es viol<strong>en</strong>ta o<br />
<strong>en</strong>tusiasta, se vuelve atractiva de inmediato y empieza a correr<br />
como la pólvora.<br />
Los brazos <strong>en</strong> alto remedan una tabla gimnástica, los gritos<br />
se suman <strong>en</strong> un coro <strong>en</strong>ardecido, los rostros iracundos, febriles<br />
o extáticos se repit<strong>en</strong> por doquier y, sin ap<strong>en</strong>as darnos cu<strong>en</strong>ta,<br />
nos descubrimos vitoreando a un goleador —o linchando a un<br />
pobre diablo.<br />
Las neuronas espejo han alcanzado la perfección de una maquinaria<br />
de relojería. Algunas, llamadas “estrictam<strong>en</strong>te congru<strong>en</strong>tes”,<br />
se activan con solo observar un movimi<strong>en</strong>to, mi<strong>en</strong>tras<br />
otras, llamadas “lógicam<strong>en</strong>te congru<strong>en</strong>tes”, lo hac<strong>en</strong> incluso<br />
antes de que éste se produzca —por ejemplo, cuando distingues<br />
sobre la mesa ese plato de lasaña que no tardarás <strong>en</strong> comerte. Y<br />
no olvidemos a las “neuronas canónicas”, que parec<strong>en</strong> codificar<br />
los objetos <strong>en</strong> abstracto, silla, mesa, pelota, v<strong>en</strong>tana, sin tomar<br />
<strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta sus propiedades subjetivas —los qualia que tanto han<br />
incomodado a los filósofos desde la Antigüedad.<br />
La extrema sutileza del mecanismo, que a veces se produce a<br />
escala unicelular, permite av<strong>en</strong>turar que las células espejo tal vez<br />
sean las precursoras del l<strong>en</strong>guaje. Desde muy pequeños somos<br />
capaces de imitar los movimi<strong>en</strong>tos de los labios y la boca, incluso<br />
los más suaves y refinados —por eso los niños apr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> de inmediato<br />
la fonética de su l<strong>en</strong>gua materna. Observ<strong>en</strong>, si no, cualquier<br />
conversación: bu<strong>en</strong>a parte del s<strong>en</strong>tido reposa <strong>en</strong> las muecas y<br />
modales, más que <strong>en</strong> las palabras, como sabe cualquiera que haya<br />
int<strong>en</strong>tado ligar <strong>en</strong> una discoteca con la música a todo volum<strong>en</strong>.<br />
Por fortuna, las neuronas espejo no sólo nos llevan a imitar las<br />
conductas de los demás, por más abnegadas o infame que éstas<br />
sean, sino a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derlas. Antes se creía que int<strong>en</strong>tábamos compr<strong>en</strong>der<br />
a los otros por analogía, comparándonos racionalm<strong>en</strong>te<br />
con ellos; ahora sabemos que el proceso es más expedito e involuntario.<br />
Cuando te miro llorar, <strong>en</strong> mi cerebro tú lloras y yo lloro<br />
al mismo tiempo: las dos personas gramaticales se confund<strong>en</strong>.<br />
En las neuronas espejo, el yo y el otro se traslapan, se tr<strong>en</strong>zan,<br />
se <strong>en</strong>marañan, por un instante dejamos de estar aislados <strong>en</strong> el<br />
recóndito interior de nuestros cráneos y creamos un vínculo<br />
virtual con los demás. Seré más drástico: de hecho, el yo sólo se<br />
modela a partir del contacto con los otros. Como demuestran las<br />
historias de niños ferales, como el infeliz Kaspar Hauser, un niño<br />
que crece <strong>en</strong> aislami<strong>en</strong>to es ap<strong>en</strong>as humano. Por eso la soledad<br />
extrema conduce con frecu<strong>en</strong>cia a la desesperación o a la locura.<br />
La magia singular de las neuronas espejo radica, sin embargo,<br />
<strong>en</strong> su capacidad para activarse sin dep<strong>en</strong>der de un acontecimi<strong>en</strong>to<br />
real —p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> algui<strong>en</strong> equivale a observarlo. En otras<br />
38 IBERO<br />
palabras: para ponerme <strong>en</strong> tu sitio, para ser tú por un instante, lo<br />
único que t<strong>en</strong>go que hacer es imaginarte. Al hacerlo, te copio, te<br />
arremedo, y mi cerebro int<strong>en</strong>ta ad<strong>en</strong>trarse así, de pronto, <strong>en</strong> tu<br />
imp<strong>en</strong>etrable magma interior.<br />
El mundo m<strong>en</strong>tal, pues, me condiciona: aunque su<strong>en</strong>e a manual<br />
de autoayuda, debo cuidar con quién me id<strong>en</strong>tifico. Otro<br />
experim<strong>en</strong>to: a un grupo de adolesc<strong>en</strong>tes se le pide hablar durante<br />
una hora de los hooligans que la semana pasada sabotearon<br />
un partido de futbol; a un segundo grupo, imaginar el trabajo<br />
realizado por los físicos nucleares del cern; y, al último, como<br />
control, charlar con des<strong>en</strong>fado sobre cualquier tema. A continuación,<br />
todos los jóv<strong>en</strong>es son sometidos a un exam<strong>en</strong> de matemáticas.<br />
En efecto, qui<strong>en</strong>es p<strong>en</strong>saron <strong>en</strong> los físicos obti<strong>en</strong><strong>en</strong>, por<br />
mucho, las mejores notas; <strong>en</strong> segundo lugar qui<strong>en</strong>es no conversaron<br />
de nada <strong>en</strong> particular; y, <strong>en</strong> un lejano último puesto, los<br />
que se sumergieron <strong>en</strong> el t<strong>en</strong>ebroso universo de los vándalos.<br />
¿P<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> profesores me hace más intelig<strong>en</strong>te que p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong><br />
gamberros? ¿La imaginación altera de forma tan drástica nuestras<br />
aptitudes? Por chabacano que su<strong>en</strong>e, parece que así es. Pasar<br />
todas las tardes ley<strong>en</strong>do a Corín Tellado ti<strong>en</strong>de a convertirme <strong>en</strong><br />
una romántica insufrible, mi<strong>en</strong>tras que sumergirme a diario <strong>en</strong><br />
Cioran ac<strong>en</strong>túa mi pesimismo —no lo olvidemos, Alonso Quijano<br />
es un personaje realista. Pero tampoco simplifiquemos <strong>en</strong><br />
exceso: si las neuronas espejo me induc<strong>en</strong> a copiar los modelos<br />
que comparec<strong>en</strong> fr<strong>en</strong>te a mí, la razón, el pudor o el miedo le<br />
impon<strong>en</strong> toda suerte de límites a mi v<strong>en</strong>a camaleónica.<br />
Aunque me horrorice decirlo, “p<strong>en</strong>sar positivam<strong>en</strong>te” ayuda,<br />
<strong>en</strong> efecto, a ser positivo. Y maldecir y echar pestes por cualquier<br />
cosa, a todas horas, a ser infeliz. La práctica m<strong>en</strong>tal es casi tan<br />
bu<strong>en</strong>a como la física: imaginarse resolvi<strong>en</strong>do un problema de<br />
cálculo o saltando con pértiga <strong>en</strong> verdad ayuda a resolverlo o<br />
a romper un récord olímpico. Nada hay <strong>en</strong> ello de misterioso<br />
o esotérico: no se trata de lo que crédulos y charlatanes d<strong>en</strong>ominan<br />
el “poder de la m<strong>en</strong>te”, sino del auténtico poder de la<br />
m<strong>en</strong>te, es decir, de cómo el cerebro nos predispone a la hora de<br />
confrontar al mundo.<br />
Nos topamos, aquí, fr<strong>en</strong>te a un ineludible dilema ético. Ahora<br />
sabemos que las imág<strong>en</strong>es públicas, reales o ficticias, influy<strong>en</strong><br />
directam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los comportami<strong>en</strong>tos sociales, como no se han<br />
cansado de señalar los apocalípticos. La reiteración de la viol<strong>en</strong>cia<br />
sí provoca conductas viol<strong>en</strong>tas; la repetición incesante del<br />
machismo, el racismo o la homofobia sí g<strong>en</strong>era actitudes machistas,<br />
racistas u homófobas. ¿Deberíamos regular <strong>en</strong>tonces la<br />
producción y difusión de estas ideas <strong>en</strong> los medios de comunicación?<br />
¿T<strong>en</strong>dría que haber algún tipo de c<strong>en</strong>sura —o autoc<strong>en</strong>sura—<br />
<strong>en</strong>tre periodistas, directores de cine o incluso novelistas? La<br />
cuestión no es fácil de dirimir. Aunque <strong>en</strong> principio uno siempre<br />
busca colocarse del lado de la libertad de expresión, sería<br />
irresponsable no evaluar las consecu<strong>en</strong>cias que podría desatar la<br />
expansión de ciertas ideas —la imaginación se puede convertir<br />
<strong>en</strong> un peligro.
Gracias al descubrimi<strong>en</strong>to de las neuronas espejo, se ha corroborado<br />
una intuición ancestral: leer una novela es como habitar<br />
el mundo. Cuando me introduzco con Guerra y paz <strong>en</strong> la Rusia<br />
de Alejandro I o con En busca del tiempo perdido <strong>en</strong> la Francia<br />
de principios del siglo xx, mi cerebro se comporta igual que<br />
cuando recorro las calles de mi barrio o paseo por el Zócalo de<br />
la ciudad de México. En cierto nivel, el cerebro sabe distinguir<br />
la realidad de la ficción; pero, mi<strong>en</strong>tras me mant<strong>en</strong>go allí, <strong>en</strong> la<br />
Rusia de Tolstói o el París de Proust —mi<strong>en</strong>tras leo—, mis neuronas<br />
espejo se activan con la misma int<strong>en</strong>sidad que fr<strong>en</strong>te a un<br />
esc<strong>en</strong>ario auténtico —las novelas también son videojuegos.<br />
Y no sólo eso: si digo que los personajes de un libro me habitan,<br />
o que yo vivo <strong>en</strong> ellos, no se trata de una simple baladronada<br />
metafórica. A causa de las neuronas espejo, yo <strong>en</strong> verdad<br />
soy Hamlet, Gargantúa, Tristam Shandy, Juli<strong>en</strong> Sorel, Joseph K.,<br />
Lulú o Aura: hago lo que ellos hac<strong>en</strong>, vivo sus av<strong>en</strong>turas, gozo<br />
o padezco, dudo, traiciono o me convierto, de un mom<strong>en</strong>to a<br />
otro, <strong>en</strong> una anciana. Y, a la inversa, ellos se vuelv<strong>en</strong> una parte<br />
sustancial de mí. Cada vez que pi<strong>en</strong>so <strong>en</strong> ellos, resucitan —y, me<br />
trastocan. Mi<strong>en</strong>tras no me olvide de ellos, permanec<strong>en</strong> <strong>en</strong> mi<br />
m<strong>en</strong>te como polizones: viajan a mis exp<strong>en</strong>sas y, <strong>en</strong> más de una<br />
ocasión, reaparec<strong>en</strong> para determinar mis respuestas a un determinado<br />
comportami<strong>en</strong>to social.<br />
En un artículo famoso, “¿Cómo ser un murciélago?”, el filósofo<br />
Thomas Nagel se empañaba <strong>en</strong> cuestionar los alcances de<br />
la empatía, negando que fuese posible ponerse <strong>en</strong> el lugar de<br />
un murciélago. En realidad, las neuronas espejo nos permit<strong>en</strong><br />
colocarnos prácticam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> cualquier sitio: <strong>en</strong> un t<strong>en</strong>ebroso<br />
El contagio de una actitud, <strong>en</strong><br />
especial si es viol<strong>en</strong>ta o <strong>en</strong>tusiasta,<br />
se vuelve atractiva de inmediato y<br />
empieza a correr como la pólvora.<br />
mamífero alado, <strong>en</strong> un ali<strong>en</strong>íg<strong>en</strong>a anoréxico, <strong>en</strong> un zombi, <strong>en</strong><br />
una planta, incluso <strong>en</strong> un cadáver —aunque al hacerlo los torne<br />
un poco humanos, un poco como yo.<br />
El crítico James Woods recuerda que, <strong>en</strong> Elizabeth Costello, el<br />
gran J. M. Coetzee hace decir a su personaje que la posibilidad<br />
de imaginar la vida interior de un murciélago define a un bu<strong>en</strong><br />
novelista. Por supuesto, otra cosa es empecinarse <strong>en</strong> romper la<br />
id<strong>en</strong>tificación irracional que nos liga a un personaje por una<br />
razón ética o estética —como Brecht, qui<strong>en</strong> obligaba al espectador<br />
a distanciarse de sus actores para que pudies<strong>en</strong> juzgar a<br />
Madre Coraje privados de s<strong>en</strong>tim<strong>en</strong>talismo.<br />
Si bi<strong>en</strong> las neuronas espejo nos impulsan a id<strong>en</strong>tificarnos con<br />
el primero que pasa —de las c<strong>en</strong>ici<strong>en</strong>tas de las tel<strong>en</strong>ovelas a<br />
los estereotipos de Dan Brown o Danielle Steel—, sólo aquellas<br />
figuras que despliegan una amplia gama de posibilidades, que<br />
nos lanzan a debatirnos con nuestros temores y deseos, que nos<br />
cuestionan y arrebatan, merecerían ser imitadas —o leídas. Mi<br />
convicción es la sigui<strong>en</strong>te: la gran literatura construye personajes<br />
que escapan de los modelos previsibles, de los clichés y los<br />
lugares comunes no sólo con el afán de sorpr<strong>en</strong>dernos o anonadarnos,<br />
sino de sacudirnos y de hacernos compr<strong>en</strong>der la infinita<br />
complejidad de lo humano.<br />
Re<strong>en</strong>carnar <strong>en</strong> la chica que se casa con el príncipe o <strong>en</strong> el<br />
detective que resuelve sus casos siempre de la misma forma, nos<br />
metamorfosea <strong>en</strong> criaturas tópicas, desprovistas de emoción. Repres<strong>en</strong>tar<br />
m<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te a Jean Valjean, a Adrian Leverkühn o a<br />
Mersault, <strong>en</strong> cambio, quizás nos transforme por un mom<strong>en</strong>to<br />
<strong>en</strong> seres atorm<strong>en</strong>tados y sombríos, pero también nos permite<br />
IBERO 39
observar con at<strong>en</strong>ción nuestros anhelos, frustraciones o desvaríos<br />
y <strong>en</strong>trever, acaso, quiénes somos <strong>en</strong> realidad. Según Kundera,<br />
los personajes de ficción son egos experim<strong>en</strong>tales. ¿Qué s<strong>en</strong>tido<br />
t<strong>en</strong>dría, <strong>en</strong>tonces, repetir una y otra vez la misma prueba, cuyos<br />
resultados conocemos de antemano, <strong>en</strong> vez de av<strong>en</strong>turarnos hacia<br />
lo desconocido? Las grandes novelas no nos reconfortan: nos<br />
desafían. No nos alegran la tarde: cambian, literalm<strong>en</strong>te, nuestras<br />
vidas.<br />
Eliminemos, eso sí, las bu<strong>en</strong>as int<strong>en</strong>ciones: leer no nos convierte<br />
por fuerza mejores personas —a lo mucho nos torna un<br />
poco m<strong>en</strong>os obtusos. Qui<strong>en</strong> frecu<strong>en</strong>ta el arte de la ficción ti<strong>en</strong>e<br />
un acceso privilegiado a las variedades de la naturaleza humana<br />
al que sólo podría aspirar algui<strong>en</strong> con una <strong>en</strong>febrecida vida social:<br />
<strong>en</strong> unas cuantas páginas conocemos a dec<strong>en</strong>as de personas<br />
—y nos introducimos <strong>en</strong> ellas. Una bu<strong>en</strong>a novela es, <strong>en</strong> realidad,<br />
un tratado sobre el yo.<br />
Además de sumergirnos <strong>en</strong> las m<strong>en</strong>tes de los demás, la ficción<br />
literaria nos permite experim<strong>en</strong>tar sus emociones. De hecho,<br />
numerosos críticos consideran que la función c<strong>en</strong>tral del arte<br />
consiste, más que hacernos p<strong>en</strong>sar, <strong>en</strong> hacernos s<strong>en</strong>tir. ¿Cuántas<br />
personas no van al cine o le<strong>en</strong> una novela para desfogarse, para<br />
desternillarse a carcajadas o llorar a lágrima suelta sin ser juzgadas<br />
por ello? No es fácil mostrar, así como así, tus emociones:<br />
la ficción, <strong>en</strong> cambio, te concede el permiso provisional de exhibirlas<br />
<strong>en</strong> público con la apar<strong>en</strong>te tranquilidad de que no son<br />
emociones reales —aunque lo sean.<br />
Antes de continuar, vale la p<strong>en</strong>a distinguir de una vez las emociones<br />
de los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos. Según el neuroci<strong>en</strong>tífico de orig<strong>en</strong><br />
portugués António Damásio, las emociones son conjuntos complejos<br />
de respuestas químicas y neuronales que forman un patrón<br />
distintivo, mi<strong>en</strong>tras que los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos son percepciones<br />
sobre estados del cuerpo. En otras palabras: una emoción describe<br />
un estado m<strong>en</strong>tal, mi<strong>en</strong>tras que un s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to es, antes que<br />
nada, una percepción física. Según Damásio, esto explica que las<br />
emociones precedan a los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos. Tratemos de ver cómo<br />
funcionan. Com<strong>en</strong>cemos, pues, con las emociones.<br />
Cuando el cerebro detecta un “estímulo emocionalm<strong>en</strong>te<br />
compet<strong>en</strong>te” (eec), una pres<strong>en</strong>cia real o imaginada, o una idea<br />
sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te poderosa —la rep<strong>en</strong>tina muerte de tu madre,<br />
por ejemplo—, libera un serie de neurotransmisores que alteran<br />
drásticam<strong>en</strong>te tu estado m<strong>en</strong>tal. No me det<strong>en</strong>dré aquí a cantar<br />
las virtudes y pecados de la serotonina, la dopamina, la noradr<strong>en</strong>alina<br />
y demás –inas. En nuestros términos, prefiero abordar el<br />
f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o desde otra perspectiva: aunque todos los seres vivos<br />
buscan la homeostasis, los seres humanos perseguimos, además,<br />
ese estado interior al que llamamos un tanto equívocam<strong>en</strong>te<br />
bi<strong>en</strong>estar. Una s<strong>en</strong>sación de equilibrio interior que <strong>en</strong> primera<br />
instancia dep<strong>en</strong>de de la correlación de neurotransmisores <strong>en</strong> el<br />
cerebro pero que, <strong>en</strong> última instancia, se articula a partir de la<br />
regulación de nuestras emociones.<br />
La evolución nos ha programado para experim<strong>en</strong>tar placer y<br />
dolor —los estados físicos que d<strong>en</strong>ominamos placer y dolor— a<br />
40 IBERO<br />
fin de hacernos capaces de responder a experi<strong>en</strong>cias pot<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te<br />
b<strong>en</strong>éficas o dañinas. El placer sexual me conduce a buscar<br />
una (o varias) parejas con las cuales replicar mis g<strong>en</strong>es y el dolor<br />
de muelas a buscar a un d<strong>en</strong>tista antes de que la infección se expanda<br />
por toda mi mandíbula, por poner dos ejemplos s<strong>en</strong>cillos.<br />
A partir de esta polaridad básica se desarrollan todas las demás<br />
emociones, aquellas que llamamos primarias (ira, miedo, tristeza,<br />
alegría) y secundarias (amor, sorpresa, vergü<strong>en</strong>za, asco).<br />
Todas ellas nos alertan sobre cómo reaccionar fr<strong>en</strong>te a determinados<br />
eec conforme a patrones codificados previam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la<br />
memoria. Si una situación me provoca miedo, es porque <strong>en</strong> el<br />
pasado atestigüé una am<strong>en</strong>aza —y <strong>en</strong>tonces huyo. Si otra situación<br />
desata mi embarazo, se debe a que ya antes padecí la crueldad<br />
de la burla aj<strong>en</strong>a —y <strong>en</strong>tonces me resguardo. La alegría nos<br />
vuelve expansivos, abiertos, y propicia la reproducción; el miedo<br />
nos repliega y nos protege; la ira nos lleva a def<strong>en</strong>dernos de las<br />
agresiones; y la tristeza nos ral<strong>en</strong>tiza y nos invita al recogimi<strong>en</strong>to<br />
y a la reflexión. (Precisemos que las “emociones sociales”, como<br />
la vergü<strong>en</strong>za o el asco, varían de una cultura a otra.)<br />
Los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos, por su parte, no son cad<strong>en</strong>as de ideas, sino<br />
s<strong>en</strong>saciones. No me pi<strong>en</strong>so feliz, me si<strong>en</strong>to feliz: reconozco <strong>en</strong> mi<br />
cuerpo ciertas disposiciones o estados que id<strong>en</strong>tifico con la felicidad<br />
—los músculos relajados, el pulso constante, esa mueca <strong>en</strong><br />
mi rostro que llamo sonrisa. Si, por el contrario, me pesa la espalda,<br />
he perdido el apetito, me cuesta levantar los brazos y no tolero<br />
que nadie me visite, lo más probable es que esté triste o melancólico.<br />
Los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos son indicadores: mapas del interior del<br />
cuerpo que nuestro cerebro asocia con ciertas emociones.<br />
No sin razón, los antiguos creían que los humanos estábamos<br />
dominados por nuestras pasiones y que la tarea de la civilización<br />
consistía <strong>en</strong> domarlas como si fues<strong>en</strong> bestias salvajes. Las emociones<br />
han sido vistas, desde <strong>en</strong>tonces, como fuerzas imbatibles,<br />
capaces de lanzarnos a los peores excesos. Esta percepción no es<br />
del todo exagerada: <strong>en</strong> efecto, las emociones no derivan de un<br />
impulso racional, sino de la predisposición del cerebro a reaccionar<br />
de forma expedita ante las am<strong>en</strong>azas externas.<br />
Si me detuviera a analizar conci<strong>en</strong>zudam<strong>en</strong>te qué hacer fr<strong>en</strong>te<br />
al <strong>en</strong>ergúm<strong>en</strong>o que se abalanza contra mí <strong>en</strong>febrecido, probablem<strong>en</strong>te<br />
ya me habría matado a palos. Para evitar esta dilación fatal,<br />
mi cerebro se despreocupa de la razón y de inmediato asocia a<br />
ese eec una conducta predeterminada —correr a toda velocidad—<br />
sin det<strong>en</strong>erse a evaluar cada uno de los riesgos. El miedo<br />
es un seguro de vida. Las neuronas espejo vuelv<strong>en</strong> a ocupar, <strong>en</strong><br />
este ejemplo, un papel c<strong>en</strong>tral. Ellas detectan esas marcas exteriores,<br />
esas huellas o atisbos que me permit<strong>en</strong> adivinar qué<br />
sucede <strong>en</strong> la m<strong>en</strong>te del agresor —qué emociones lo animan o<br />
atorm<strong>en</strong>tan— y reaccionar fr<strong>en</strong>te a él de la forma más rápida.<br />
Siempre que me confronto con otro ser humano ocurre lo<br />
mismo. Primero, distingo ciertos ademanes, ciertas muecas, ciertas<br />
posturas; mis neuronas espejo se activan; repito exactam<strong>en</strong>te<br />
esos mismos ademanes, muecas y posturas <strong>en</strong> mi interior, como<br />
si me pert<strong>en</strong>ecieran y, al hacerlo, por fin sé lo que te pasa: estás
agobiada o meditabunda o<br />
irascible. Y, al tú estarlo, lo<br />
estoy yo también. A continuación,<br />
según el caso,<br />
buscaré consolarte, te dejaré<br />
<strong>en</strong> paz o huiré de ti.<br />
Puedo equivocarme, por<br />
supuesto —las neuronas<br />
espejo no son infalibles—, y creer que estás <strong>en</strong>ojada cuando<br />
estás triste o triste cuando sólo si<strong>en</strong>tes vergü<strong>en</strong>za. Leer a los<br />
otros, es decir, leer sus cuerpos para tratar de leer sus m<strong>en</strong>tes, es una<br />
actividad que se apr<strong>en</strong>de y refina con el tiempo tras observar<br />
a ci<strong>en</strong>tos o miles de personas o, minuciosam<strong>en</strong>te, a una —a ti.<br />
Cuando nos hallamos fr<strong>en</strong>te a una ficción, cuando la leemos, la<br />
miramos o la escuchamos, ocurre un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o análogo —para<br />
el cerebro, lo sabemos, las imág<strong>en</strong>es m<strong>en</strong>tales son siempre equival<strong>en</strong>tes.<br />
Abro una novela, distingo las huellas que el autor ha dejado,<br />
las completo con los patrones que extraigo de mi memoria<br />
y descubro, de pronto, a un personaje —a algui<strong>en</strong> como yo.<br />
Después, lo mismo: observo ciertos ademanes, ciertas muecas,<br />
ciertas posturas; mis neuronas espejo se activan; repito exactam<strong>en</strong>te<br />
esos mismos ademanes, muecas y posturas <strong>en</strong> mi m<strong>en</strong>te<br />
como si me pert<strong>en</strong>ecieran y, al hacerlo, por fin sé lo que le<br />
pasa —el personaje está agobiado o meditabundo o irascible.<br />
Y, al estarlo, lo estoy yo también. A continuación, según el caso,<br />
t<strong>en</strong>dré el impulso de consolarlo, de dejarlo <strong>en</strong> paz o de huir de<br />
él —aun si, <strong>en</strong> este caso, no pueda hacer nada de eso y deba<br />
conformarme con proseguir el camino trazado por el escritor.<br />
Puedo equivocarme, por supuesto —las neuronas espejo no son<br />
infalibles—, y creer que el personaje está <strong>en</strong>ojado cuando estás<br />
triste o triste cuando sólo si<strong>en</strong>te vergü<strong>en</strong>za. Leer una novela, es<br />
decir, convertir ciertos signos <strong>en</strong> un personaje, y el personaje<br />
<strong>en</strong> una persona, es una actividad que se apr<strong>en</strong>de y refina con el<br />
tiempo tras leer ci<strong>en</strong>tos o miles de novelas o, <strong>en</strong>loquecidam<strong>en</strong>te,<br />
una misma —ésta.<br />
Entre muchas otras cosas —guardianes de la memoria, transmisores<br />
de ideas y patrones, breviarios del futuro—, la ficción<br />
también funciona como una máquina de emociones. Ad<strong>en</strong>trarse<br />
<strong>en</strong> una película, una teleserie, una radionovela, una pieza de teatro<br />
o un relato es como subirse <strong>en</strong> una montaña rusa emocional:<br />
saltamos de un personaje a otro y, a veces <strong>en</strong> contra de nuestra<br />
voluntad, sufrimos, amamos, gozamos, nos <strong>en</strong>altecemos, nos<br />
paralizamos o nos derrumbamos con cada uno de ellos —hay<br />
temperam<strong>en</strong>tos que no toleran este fr<strong>en</strong>esí.<br />
La ficción nos inocula, de pronto, el síndrome de personalidad<br />
múltiple: me estremezco, casi simultáneam<strong>en</strong>te, como<br />
aquel, como aquel y como aquel,<br />
uno tras otro, sin parar. No<br />
sólo soy Emma Bovary,<br />
si-no que me aburro, me<br />
frustro, me desconcierto<br />
y me abandono como<br />
Aunque me horrorice decirlo,<br />
“p<strong>en</strong>sar positivam<strong>en</strong>te”<br />
ayuda, <strong>en</strong> efecto, a ser<br />
positivo. Y maldecir y echar<br />
pestes por cualquier cosa, a<br />
todas horas, a ser infeliz.<br />
Emma Bovary. Y, ap<strong>en</strong>as<br />
unos segundos —unas páginas—<br />
más tarde, sufro,<br />
desconfío y me <strong>en</strong>furezco<br />
con Charles, su marido.<br />
Madame Bovary c’est moi,<br />
sin duda, pero Pierre Bovary<br />
c’est moi aussi.<br />
Una novela es un campo de pruebas emocional: si Platón ord<strong>en</strong>ó<br />
expulsar a los poetas de su República, era para evitarles a<br />
los ciudadanos este torbellino interior que terminaría por distraerlos<br />
de sus ord<strong>en</strong>adas labores cotidianas. Platón no <strong>en</strong>t<strong>en</strong>día<br />
—o, perversam<strong>en</strong>te, lo <strong>en</strong>t<strong>en</strong>día muy bi<strong>en</strong>— que las emociones<br />
provocadas por la ficción (o la poesía) nos <strong>en</strong>señan a ser auténticam<strong>en</strong>te<br />
humanos. Los regím<strong>en</strong>es totalitarios empeñados <strong>en</strong><br />
sancionar y regular la ficción, como la Unión Soviética o la<br />
China de Mao, estaban empecinadas <strong>en</strong> convertir a sus súbditos<br />
<strong>en</strong> criaturas fáciles de modelar, manejables, previsibles, a través<br />
de novelas, cu<strong>en</strong>tos y poemas que exaltas<strong>en</strong> sólo aquellas emociones<br />
adecuadas para sus fines —<strong>en</strong> primer sitio, ese el<strong>en</strong>co de<br />
emociones primarias, tan fáciles de instrum<strong>en</strong>talizar, como el<br />
patriotismo, el miedo al otro o la fidelidad.<br />
En s<strong>en</strong>tido contrario, ahora podemos compr<strong>en</strong>der por qué<br />
los artistas han def<strong>en</strong>dido con tanto énfasis la autonomía de la<br />
ficción. Si tantos de ellos han estado dispuestos a arriesgar sus<br />
vidas por una novela o un relato (o un poema), es porque <strong>en</strong><br />
las novelas y <strong>en</strong> los relatos (y <strong>en</strong> los poemas) se cifra una de la<br />
mayores conquistas de nuestra especie: la posibilidad de experim<strong>en</strong>tar<br />
<strong>en</strong> carne propia, sin ningún límite, todas las variedades<br />
de la experi<strong>en</strong>cia humana. La libertad de la ficción es siempre la<br />
medida de nuestra libertad individual.<br />
IBERO 41
TRIVIUM/diálogo<br />
Élmer M<strong>en</strong>doza nació <strong>en</strong> Culiacán, Sinaloa, <strong>en</strong> 1949, ciudad<br />
donde reside y donde es catedrático <strong>en</strong> la <strong>Universidad</strong><br />
Autónoma de Sinaloa. Como novelista se dio a conocer<br />
con el libro Un asesino solitario (Tusquets, 1999), al cual siguieron<br />
El amante de Janis Joplin (2001, Premio Nacional de Literatura<br />
José Fu<strong>en</strong>tes Mares), Efecto tequila (2004, finalista del Premio<br />
Dashiell Hammett), Cóbraselo caro (2006), Balas de plata (2007,<br />
Premio Tusquets de Novela) y La prueba del ácido (2010).<br />
A decir de Federico Campbell, Élmer M<strong>en</strong>doza es “el primer<br />
narrador que recoge con acierto el efecto de la cultura del narcotráfico<br />
<strong>en</strong> nuestro país”. Su obra ha sido traducida a diversos<br />
idiomas (<strong>en</strong>tre ellos, el francés, el alemán, el italiano, el portugués<br />
y el ruso) y está considerado como uno de los escritores más<br />
destacados de los últimos años <strong>en</strong> el panorama de la novela de<br />
habla hispana.<br />
El novelista español Arturo Pérez-Reverte lo llama su maestro<br />
y su amigo, y asegura que La Reina del Sur “nació de las cantinas,<br />
del narcocorrido y de sus novelas”.<br />
Conversamos con él acerca de la realidad y la ficción, de la<br />
democracia, el narcotráfico y el futuro de la literatura mexicana<br />
y del país.<br />
42 IBERO<br />
Literatura, viol<strong>en</strong>cia y<br />
narcotráfico<br />
Entrevista con<br />
Élmer M<strong>en</strong>doza<br />
Juan Domingo Argüelles<br />
Director editorial de IBERO<br />
¿Cómo influye la realidad <strong>en</strong> tu literatura?<br />
Trabajo una realidad estru<strong>en</strong>dosa que ahora ti<strong>en</strong>e a bu<strong>en</strong>a parte<br />
de los mexicanos atrapados emocionalm<strong>en</strong>te; <strong>en</strong>tonces siempre<br />
está allí. Sin embargo, creo que el acto de escribir nace de sí<br />
mismo, de sus iguales. Se hace ficción y se parte de la ficción, y<br />
un escritor no se forma sinti<strong>en</strong>do la realidad sino sinti<strong>en</strong>do la<br />
ficción. Un autor que no haya leído siempre escribirá difer<strong>en</strong>te<br />
a los que se han formado <strong>en</strong> la lectura. Además es un aspecto<br />
que define la vocación. Claro, la realidad proporciona l<strong>en</strong>guaje y<br />
ayuda a crear esc<strong>en</strong>arios.<br />
¿Cómo puede influir la literatura para modificar la<br />
realidad?<br />
Leer es culturizarse. Qui<strong>en</strong> además lee literatura, ti<strong>en</strong>e la oportunidad<br />
de conocerse y ubicarse <strong>en</strong> el mundo para triunfar. Si<br />
ese triunfo consiste de modificar la realidad, será inevitable que<br />
sus ideas y acciones estén adicionadas por los libros leídos.<br />
¿Ti<strong>en</strong>e México una narcodemocracia?<br />
No. Somos un país <strong>en</strong> transición donde la democracia cuesta<br />
demasiado por la desconfianza, pero no creo que <strong>en</strong>tremos <strong>en</strong><br />
esa clasificación y tampoco nos parecemos a Colombia.
Trabajo una realidad<br />
estru<strong>en</strong>dosa que ahora ti<strong>en</strong>e a<br />
bu<strong>en</strong>a parte de los mexicanos<br />
atrapados emocionalm<strong>en</strong>te.<br />
¿Eliges tus temas para tus<br />
novelas o los temas te elig<strong>en</strong><br />
a ti?<br />
He t<strong>en</strong>ido ambas experi<strong>en</strong>cias. Un<br />
asesino solitario y Cóbraselo caro, me<br />
eligieron. En las demás pude elegir.<br />
¿Existe realm<strong>en</strong>te una corri<strong>en</strong>te literaria sobre el<br />
narcotráfico <strong>en</strong> México?<br />
Sí. Ahora somos tantos como los surrealistas; hemos provocado la<br />
at<strong>en</strong>ción de académicos de universidades, sobre todo norteamericanas;<br />
hay también australianas, arg<strong>en</strong>tinas, mexicanas, españolas,<br />
alemanas, etcétera. Los críticos son los que han definido la<br />
verti<strong>en</strong>te literaria y aclarado sus características. He podido hablar<br />
del asunto <strong>en</strong> bastantes espacios, incluso <strong>en</strong> la Ibero, y para mí<br />
otro aspecto importante son los libros de no-ficción sobre el<br />
tema: también hay sufici<strong>en</strong>tes.<br />
Desde el norte del país, ¿cómo se ve la realidad<br />
mexicana?<br />
Escabrosa. Sabemos <strong>en</strong> qué país vivimos. Ahora nos afecta un<br />
país <strong>en</strong> el que no vivimos que, sin embargo, es importante para<br />
nuestra economía. Las leyes antiemigrantes han traído personas<br />
de regreso antes de tiempo y la viol<strong>en</strong>cia ha paralizado el turis-<br />
mo. Pero el norte colinda con la nada. Nuestros mayores tuvieron<br />
que crear todo. V<strong>en</strong>cieron al desierto. Entonces sabemos el valor<br />
del optimismo y el valor que ti<strong>en</strong>e el agua que sale de las piedras.<br />
¿Cuál es el futuro de nuestra literatura?<br />
Estamos <strong>en</strong> transición. Lo digital afectará la percepción pero saldremos<br />
bi<strong>en</strong>. Es un arte y el arte es como Dios: Nunca muere.<br />
Pronto la Ilíada cumplirá tres mil años de haber sido compuesta<br />
por Homero y sigue tan campante. Y Horacio. He estado hace<br />
unos días <strong>en</strong> una c<strong>en</strong>a con políticos donde hablamos unos quince<br />
minutos de Horacio; recordamos la Carta a los Pisones. Sé de<br />
primera mano que <strong>en</strong> Europa vuelve el interés por la literatura<br />
latinoamericana y ahora mismo están ley<strong>en</strong>do a mexicanos.<br />
Nuestra literatura debe estar <strong>en</strong> todas partes.<br />
¿Qué futuro le ves al país?<br />
Todo futuro está condicionado. Si nuestros líderes políticos, empresariales,<br />
académicos, intelectuales, trabajan <strong>en</strong> las car<strong>en</strong>cias<br />
más graves de nuestro país: <strong>en</strong> educación, empleo, recuperación<br />
de la credibilidad <strong>en</strong> materia de aplicación de las leyes, nos esperan<br />
bu<strong>en</strong>os días. Los novelistas, poetas, músicos, artistas plásticos,<br />
cineastas, etcétera, nos <strong>en</strong>cargaremos de contar al mundo de qué<br />
estamos orgullosos los mexicanos. El futuro t<strong>en</strong>emos que crearlo<br />
con optimismo; quizá con optimismo <strong>en</strong>fermizo.<br />
IBERO 43
GENTE QUE CAMBIA AL MUNDO<br />
Los alumnos de la Ibero<br />
ante las elecciones<br />
Los comicios de<br />
2011 y las perspectivas<br />
para 2012<br />
Osvelia Ramírez y<br />
Pedro R<strong>en</strong>dón López<br />
Redactores de IBERO<br />
Jorge Salgado Sepúlveda<br />
La elección presid<strong>en</strong>cial se define<br />
por sus características propias<br />
El Estado de México ha sido señalado<br />
como el que da la pauta para la elección<br />
presid<strong>en</strong>cial, pero <strong>en</strong> los dos o tres casos<br />
anteriores no ha sido así; es más bi<strong>en</strong> una<br />
perspectiva mediática. La elección presid<strong>en</strong>cial<br />
se define por sus características<br />
propias al igual que <strong>en</strong> la <strong>en</strong>tidad mexiqu<strong>en</strong>se.<br />
Espero que los próximos comicios<br />
estén marcados por una compet<strong>en</strong>cia<br />
democrática y con bu<strong>en</strong>as propuestas por<br />
parte de los candidatos; asimismo, es deseable<br />
que los militantes de cada partido<br />
hagan su trabajo de acuerdo a sus plataformas<br />
políticas para evitar lo ocurrido<br />
<strong>en</strong> 2006.<br />
Estudiante del Doctorado <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Sociales<br />
y Políticas, 2º semestre.<br />
Adán García<br />
Elecciones que pued<strong>en</strong> modificar el<br />
panorama político del país<br />
Las próximas elecciones a la gubernatura<br />
del Estado de México podrían modificar<br />
el panorama político del país. El<br />
44 IBERO<br />
PRI y el PRD medirán fuerzas. Considero<br />
que la elección que haga Enrique<br />
Peña Nieto para designar el candidato a<br />
la gubernatura de su estado influirá <strong>en</strong><br />
el PRI a nivel nacional para nombrarlo<br />
a él candidato a la presid<strong>en</strong>cia. En el<br />
caso del PRD, una fuerte batalla <strong>en</strong><br />
contra del PRI podría hacer<br />
que sus distintas fracciones<br />
llegu<strong>en</strong> a un acuerdo y<br />
alcanc<strong>en</strong> un pacto que<br />
les b<strong>en</strong>eficie.<br />
Estudiante de la Maestría<br />
<strong>en</strong> Sociología, 2º<br />
semestre.<br />
Cyntia Jiménez<br />
Jiménez<br />
Los políticos deberían<br />
hablar antes que nada de<br />
educación<br />
En las elecciones de 2011 creo que sería<br />
una bu<strong>en</strong>a estrategia de los políticos hablar<br />
antes que nada de educación, pues<br />
ésta es la base para que se pueda t<strong>en</strong>er<br />
un mayor crecimi<strong>en</strong>to económico y, a<br />
la vez, social y político. Por otra parte, la<br />
El 1º de julio de 2012, México elegirá nuevo Presid<strong>en</strong>te de<br />
la República, al tiempo que <strong>en</strong> esa misma jornada electoral<br />
se votará también por diputados y s<strong>en</strong>adores, por más de<br />
quini<strong>en</strong>tos presid<strong>en</strong>tes municipales y por seis gobernadores.<br />
Pero antes de estos sufragios, <strong>en</strong> 2011, el cal<strong>en</strong>dario<br />
electoral marca elecciones locales <strong>en</strong> Baja California Sur<br />
(6 de febrero), Hidalgo, Coahuila, Estado de México y<br />
Nayarit (31 de julio) y Michoacán (13 de noviembre). Las<br />
elecciones <strong>en</strong> algunos de estos estados, y especialm<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> el de México, son consideradas de gran importancia<br />
por los politólogos, ya que lo que ocurra <strong>en</strong> ellas será de<br />
algún modo revelador de lo que podría ocurrir <strong>en</strong> las<br />
elecciones federales de 2012. En este esc<strong>en</strong>ario, algunos de<br />
los alumnos de la Ibero, siempre at<strong>en</strong>tos a su realidad social<br />
y política, opinan sobre estos procesos que son sin duda<br />
decisivos para la vida democrática del país.<br />
Cyntia<br />
Jiménez<br />
Jiménez<br />
lucha contra el narcotráfico influirá sin<br />
duda porque es un tema de vital importancia:<br />
es necesario acabar con el narcotráfico,<br />
pero fr<strong>en</strong>ar también la trem<strong>en</strong>da<br />
viol<strong>en</strong>cia que hay <strong>en</strong> el país. Pi<strong>en</strong>so que<br />
lo que ocurra <strong>en</strong> el Estado de México<br />
dará la pauta de lo que sucederá <strong>en</strong><br />
las elecciones federales de 2012,<br />
no sólo porque <strong>en</strong> esta <strong>en</strong>tidad<br />
se conc<strong>en</strong>tra una parte<br />
muy importante de la<br />
población nacional, sino<br />
también porque la pres<strong>en</strong>cia<br />
del PRI, con la<br />
figura del gobernador<br />
Enrique Peña Nieto, se<br />
fortalecerá a nivel nacional<br />
si el triunfador mexiqu<strong>en</strong>se<br />
es priísta.<br />
Estudiante de la Lic<strong>en</strong>ciatura <strong>en</strong><br />
Administración de la Hospitalidad, 6° semestre.<br />
K<strong>en</strong>ia Lizbeth Nava Aguilar<br />
La viol<strong>en</strong>cia es uno de los<br />
problemas más complicados de<br />
México<br />
Es importante y necesario votar, pero
Bernardo Vargas<br />
K<strong>en</strong>ia Lizbeth<br />
Nava Aguilar<br />
también t<strong>en</strong>er mejores opciones para elegir, a fin de que no nos<br />
pongan a cualquiera a gobernarnos. Otra cosa importante es eliminar<br />
la viol<strong>en</strong>cia, que es uno de los problemas más complicados<br />
que vive México. Más allá de que se hagan o no las alianzas <strong>en</strong><br />
las elecciones de 2011, como veo actualm<strong>en</strong>te las cosas, creo que<br />
Peña Nieto, por su popularidad, ganará las elecciones <strong>en</strong> 2012.<br />
Estudiante de la Lic<strong>en</strong>ciatura <strong>en</strong> Comunicación, 2° semestre.<br />
Luis Gabriel<br />
El resultado de las elecciones de 2011 puede influir <strong>en</strong> el<br />
de 2012<br />
El resultado de las elecciones de 2011 puede influir <strong>en</strong> las elecciones<br />
del 2012. Creo que el PAN ha perdido terr<strong>en</strong>o y el PRI<br />
ha ganado fuerza. Si el PRI triunfa <strong>en</strong> estas elecciones locales,<br />
se fortalecerá aún más y ello será decisivo <strong>en</strong> la votación presid<strong>en</strong>cial<br />
de 2012.<br />
Estudiante de la Lic<strong>en</strong>ciatura <strong>en</strong> Diseño Interactivo, tercer semestre.<br />
Bernardo Vargas<br />
Serán elecciones muy competidas<br />
Estas elecciones locales t<strong>en</strong>drán un impacto <strong>en</strong> las elecciones federales<br />
de 2012. A mi modo de ver, serán elecciones muy competidas,<br />
pues <strong>en</strong> algunos estados la difer<strong>en</strong>cia será mínima <strong>en</strong>tre<br />
un candidato y otro, según como podemos anticiparlo de acuerdo<br />
con las <strong>en</strong>cuestas. Lo que ocurra <strong>en</strong> ellas, marcará el rumbo<br />
de las elecciones presid<strong>en</strong>ciales.<br />
Estudiante de la Lic<strong>en</strong>ciatura <strong>en</strong> Finanzas, 8º semestre.<br />
AGENDA IBERO<br />
Algunas actividades destacadas<br />
de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong><br />
Ciudad de México<br />
Febrero-marzo de 2011<br />
Confer<strong>en</strong>cias del C<strong>en</strong>tro Astronómico Clavius<br />
El inicio del universo y “El Gran Diseño”, de Steph<strong>en</strong> Hawking.<br />
»Imparte: Dr. Salvador Carrillo Mor<strong>en</strong>o.<br />
»2 de febrero, 19:00 horas.<br />
»Auditorio Xavier Scheifler, Edificio S, piso 2.<br />
M1, La Nebulosa del Cangrejo.<br />
Imparte: M. <strong>en</strong> C. Lor<strong>en</strong>a Arias Montaño.<br />
»16 de febrero, 19:00 horas.<br />
»Auditorio Xavier Scheifler, Edificio S, piso 2.<br />
Cosmología e inflación.<br />
»Imparte: Dra. Gabriella Piccinelli Bocci.<br />
»23 de febrero, 19:00 horas.<br />
»Auditorio Fernando Bustos, Edificio S, piso 2.<br />
Festival Kinoki<br />
Festival Internacional de Cine Universitario, organizado por<br />
estudiantes de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de<br />
México, <strong>en</strong> su séptima edición.<br />
»21 al 25 de febrero.<br />
»Organiza el Departam<strong>en</strong>to de Comunicación.<br />
Voleibol de playa tercera etapa del Circuito Playero “Master”<br />
El equipo de voleibol de playa de la Ibero compite <strong>en</strong> este circuito.<br />
»25 al 27 de febrero.<br />
»Acapulco-Ixtapa.<br />
»Organiza la Oficina de Deportes y Promoción de la Salud.<br />
Exposición de Emiliano Gironella<br />
Parra<br />
Muestra de pintura y grabado.<br />
»1 de febrero al 3 de marzo.<br />
»Espacio Cultural, Edificio S, sótano.<br />
»Organiza la Coordinación de<br />
Difusión Cultural.<br />
Exposición Comer y ser<br />
Muestra acerca de las raíces gastronómicas de México.<br />
»Febrero-marzo.<br />
»Galería Andrea Pozzo, S. J., Edificio T, planta baja.<br />
»Organiza la Coordinación de Difusión Cultural.<br />
La Ibero lam<strong>en</strong>ta profundam<strong>en</strong>te la muerte del padre<br />
Samuel Ruiz García, Obispo Emérito de San Cristóbal de las<br />
Casas, Chiapas, def<strong>en</strong>sor de los pobres y de los indíg<strong>en</strong>as<br />
y hombre comprometido con las causas justas; Doctor<br />
Honoris Causa por la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>. Le<br />
sobrevive su labor ejemplar.<br />
IBERO 45
el viajero ilustrado<br />
Palomas para las<br />
A Jorge Bustamante y Neftalí Coria<br />
Marco Antonio Campos<br />
Poeta, narrador e investigador. Ha sido profesor de literatura <strong>en</strong><br />
la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México y, por su obra<br />
literaria, ha recibido múltiples reconocimi<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> México y el<br />
extranjero, <strong>en</strong>tre ellos los Premios Xavier Villaurrutia y Ramón<br />
López Velarde, <strong>en</strong> México, y el Antonio Machado, <strong>en</strong> España.<br />
Dos de sus libros más reci<strong>en</strong>tes son Viernes <strong>en</strong> Jerusalén (Visor,<br />
Madrid, 2005), V Premio Casa de América de Poesía Americana<br />
y Dime dónde, <strong>en</strong> qué país (Visor, Madrid, 2010), XXXI<br />
Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla<br />
46 IBERO<br />
Palomas <strong>en</strong> diagonal van y regresan del limonero al naranjo<br />
para que hojas y frutos fuljan bajo la luz del sol ante la<br />
severa capilla con paredes desbastadas del Señor de la Columna.<br />
No hay cuadrángulo de plaza más mínimo, más inseparable<br />
<strong>en</strong> lo íntimo <strong>en</strong> Morelia, y aun podrías llevarlo bajo el brazo<br />
o colgártelo del cuello para v<strong>en</strong>derlo como artesanía c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>aria<br />
<strong>en</strong> la Plaza de San Francisco. El mundo a esta hora parece reducirse<br />
al color de un limonero o de un naranjo, a una capilla para<br />
solitario y a borrascas de palomas grises que vuelan de un árbol<br />
a otro, de una casa a otra, de una casa a un árbol.<br />
Me <strong>en</strong>camino por calle Madero. Construida a pie firme, t<strong>en</strong>go<br />
la fe y la impresión de que Morelia resistirá intacta las discontinuas<br />
catástrofes hasta el final que será el principio del amanecer<br />
de la flor <strong>en</strong> la búsqueda del alma de la mariposa donde la jov<strong>en</strong><br />
aparece con ligero atavío de color de llama viva. La avalancha<br />
de personas que se despeña por la acera desde el lado poni<strong>en</strong>te<br />
parece un argayo de piedras que me precipitará calle abajo.<br />
Llego a los Portales. Me si<strong>en</strong>to <strong>en</strong> una mesa. Mi<strong>en</strong>tras observo<br />
a la vez los laureles de la India y el techo del kiosco de Plaza<br />
de Armas, mi<strong>en</strong>tras el gris <strong>en</strong>losado se cubre de palomas grises,<br />
me pregunto <strong>en</strong> serio, pero de veras <strong>en</strong> serio, si los poetas son<br />
aquellos que purifican la palabra de la tribu y desembrollan el<br />
galimatías del político, los números del dueño del dinero y la<br />
nota <strong>en</strong>gañosa del periodista que escupe <strong>en</strong> el libro de ética.
plazas<br />
Fr<strong>en</strong>te a los Portales pasa con estrépito un vehículo desv<strong>en</strong>cijado,<br />
y el chofer, que aúlla por el megáfono, anuncia espectáculos<br />
no vistos, igual que <strong>en</strong> mi niñez, <strong>en</strong> un vehículo trastabillante,<br />
a través de las calles desmedradas de San Pedro de los Pinos, se<br />
anunciaba a los niños la promoción excepcional de tres películas<br />
de la matinée del domingo libre.<br />
He caminado de Morelia sus plazas y no hay calle del c<strong>en</strong>tro<br />
que no guarde la sombra de los cuerpos que tuvo mi cuerpo. En<br />
la década de los set<strong>en</strong>ta era una ciudad idílica, y diría aun, casi<br />
recoleta, y yo caminaba instintivo con la mano <strong>en</strong> vez de brújula.<br />
Si me paraba <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro del c<strong>en</strong>tro y miraba, ya al sur o ya al<br />
norte, veía hundirse las líneas del sol <strong>en</strong> lo arbolado de las montañas,<br />
las cuales hoy, talados los árboles y cubiertas de casas, no<br />
recordarán lo que fueron. Pero cuánto ha pasado <strong>en</strong> mí, cuántas<br />
cosas han pasado desde <strong>en</strong>tonces. Cuánto sufrimi<strong>en</strong>to me cavó<br />
el alma como un pozo oscuro, cuánta angustia como pájaro guillado<br />
picoteó <strong>en</strong> mi corazón hasta dejarlo como dedal. Cuántas<br />
veces vi <strong>en</strong> la mala luz de los inviernos de Praga, de Vi<strong>en</strong>a o<br />
Budapest mi cara de solitario a doce grados bajo cero. Cuánta<br />
soledad, como terrón con sed, se vive y se padece por unas horas<br />
de felicidad que brillan igual que el agua con la luz del sol <strong>en</strong> la<br />
fu<strong>en</strong>te de Las Tarascas. Nadie sabrá de la Vía si no sufrió antes <strong>en</strong><br />
la vía la aus<strong>en</strong>cia de fe, de esperanza y caridad para ganar la gloria<br />
artística <strong>en</strong> la que creí estúpidam<strong>en</strong>te.<br />
He caminado de<br />
Morelia sus plazas y no<br />
hay calle del c<strong>en</strong>tro<br />
que no guarde la<br />
sombra de los cuerpos<br />
que tuvo mi cuerpo.<br />
No sé por qué, pero ¿quién podría decir qué secreto existe<br />
para que las mujeres duelan o <strong>en</strong>tristezcan <strong>en</strong> equis y ye sitio a<br />
equis y ye hora, para que después, <strong>en</strong> otro sitio y a otra hora, te<br />
duela otra y otra? A cierta hora, de tal minuto <strong>en</strong> determinada<br />
calle una mujer figura su figura <strong>en</strong> el corazón como los juegos<br />
de luz que se v<strong>en</strong> ahora <strong>en</strong> la portada de cantera rosa de la catedral<br />
y <strong>en</strong> la altura de los campanarios. ¿Quién no quisiera que<br />
cada palabra de amor resonara <strong>en</strong> el corazón de una mujer <strong>en</strong><br />
el mom<strong>en</strong>to que te desangra? Una mujer u otra se roban definitivam<strong>en</strong>te<br />
lo que escribes <strong>en</strong> el fuego horizontal a la hora de<br />
la jardinera.<br />
Llegan uno a uno los amigos. Llegan José, Jesús, Gaspar, Neftalí<br />
y Jorge. Llegan tray<strong>en</strong>do la amistad como agua clara y parec<strong>en</strong><br />
resumirse <strong>en</strong> un instante las conversaciones de varias décadas<br />
cuando la poesía y el ángel no conocían el reloj victimario <strong>en</strong><br />
manos de la víctima. Y sin que ellos se d<strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta me guardo la<br />
mañana del 17 de febrero <strong>en</strong> el bolsillo y el año 2006 lo pongo<br />
bajo el brazo, y cerca de la puerta de catedral vislumbro a Jesucristo<br />
azul, y escucho, escucho de nuevo y otra vez y de nuevo<br />
el tañido múltiple de las campanas que resu<strong>en</strong>an con fuerza tan<br />
armónica, que no puedo p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> qué sitio de qué ciudad dejé<br />
a la mujer <strong>en</strong> qui<strong>en</strong> p<strong>en</strong>saba.<br />
IBERO 47
LA VOZ DEL LIBRO/el eco de la lectura<br />
Qué leer<br />
y por Qué<br />
Eduardo Lizalde recomi<strong>en</strong>da Dime dónde,<br />
<strong>en</strong> qué país, de Marco Antonio Campos,<br />
XXXI premio Internacional de poesía Ciudad<br />
de Melilla [Visor libros, Colección Visor<br />
de poesía, Madrid, 2010]<br />
Agrega Marco Antonio Campos a su ya<br />
ext<strong>en</strong>sa, personalísima y sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te obra<br />
de poeta, de crítico, de traductor, de cronista,<br />
de historiador y estudioso de la literatura<br />
mexicana y de otras, este libro<br />
ejemplar que él titula Dime dónde, <strong>en</strong> qué<br />
país (una línea que toma de Villon) y que<br />
ha compuesto, como dice, con poemas<br />
<strong>en</strong> prosa y una fábula. el libro es bello y<br />
complejo, <strong>en</strong> su apar<strong>en</strong>te s<strong>en</strong>cillez, pero<br />
intrincado, contexto de refer<strong>en</strong>cias, alusiones<br />
literarias, históricas y artísticas y es,<br />
<strong>en</strong> efecto, tanto verdadera poesía, como<br />
la que ha logrado consumar <strong>en</strong> su lírica<br />
de autor, pero es al mismo tiempo una<br />
colección deslumbradora de visiones, de<br />
crónicas de viaje por el mundo <strong>en</strong>tero,<br />
de paisajes urbanos, amores consumados<br />
y no, mares, ríos, montañas, galerías pictóricas,<br />
<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros con autores leg<strong>en</strong>darios<br />
o nacidos ayer, barrios paupérrimos,<br />
av<strong>en</strong>turas <strong>en</strong> tr<strong>en</strong> y, al mismo tiempo,<br />
48 IBero<br />
esta sección de IBERO acude<br />
a los lectores expertos, a los<br />
apasionados <strong>en</strong> la lectura, y son<br />
ellos los que recomi<strong>en</strong>dan los<br />
sigui<strong>en</strong>tes libros que podrían<br />
<strong>en</strong>tregar a otros lectores<br />
experi<strong>en</strong>cias imborrables y<br />
transformadoras.<br />
profundas y conmovedoras incursiones<br />
<strong>en</strong> la propia biografía, <strong>en</strong> el alma y <strong>en</strong> la<br />
memoria familiar. De algún modo, este<br />
conjunto de Marco Antonio, me hace<br />
p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> el libro admirable y perfecto de<br />
otro ilustre visionario, viajero, cronista y<br />
autobiógrafo impon<strong>en</strong>te: el grande y prolijo<br />
catalán Josep pla, autor de los diarios<br />
voluntariam<strong>en</strong>te imperfectos e invaluables<br />
de su Cuadernos gris, que no ha sido<br />
posible terminar de imprimir. un indisp<strong>en</strong>sable,<br />
querido y cada vez mejor leído<br />
para suyo es Marco Antonio, al que no<br />
alcanzan estas pocas líneas para celebrarlo<br />
como se merece por su nueva —breve—<br />
obra maestra.<br />
EDUARDO LIZALDE. poeta, narrador, traductor,<br />
<strong>en</strong>sayista, bibliómano y melómano. Su libro<br />
más reci<strong>en</strong>te es Almanaque de cu<strong>en</strong>tos y ficciones<br />
(ediciones era, México, 2010).<br />
Víctor Manuel M<strong>en</strong>diola recomi<strong>en</strong>da<br />
Las alas de la palabra, de Marco Antonio Montes<br />
de oca [Fondo de Cultura económica,<br />
México, 2010]<br />
Las alas de la palabra es, hasta ahora, el último<br />
libro de Marco Antonio Montes de<br />
oca. <strong>en</strong>tre este volum<strong>en</strong> y los anteriores<br />
¿hay una difer<strong>en</strong>cia significativa? <strong>en</strong> este<br />
texto ¿el poeta utiliza un estilo difer<strong>en</strong>te?<br />
la forma que hay aquí ¿es distinta a la de<br />
los poemas anteriores? estas composiciones<br />
¿nos muestran otro Marco Antonio<br />
Montes de oca? Definitivam<strong>en</strong>te no. la<br />
poesía que el lector <strong>en</strong>contrará <strong>en</strong> este<br />
nuevo libro ti<strong>en</strong>e las mismas cualidades<br />
que todos los anteriores: una acción verbal<br />
sorpresiva, pujante y arrebatada y, al<br />
mismo tiempo, subidas y bajadas, traspiés<br />
que no impid<strong>en</strong> una pirueta, manotazos<br />
de sol aquí y paletadas de cont<strong>en</strong>to allá.<br />
Todo exactam<strong>en</strong>te igual como cuando<br />
escribió Ruina de la infame Babilonia o<br />
como cuando publicó, ya convertido <strong>en</strong><br />
un poeta admirado, Las fu<strong>en</strong>tes leg<strong>en</strong>darias.<br />
Quizá vale la p<strong>en</strong>a decir que los cambios<br />
de forma <strong>en</strong> Montes de oca sólo son una<br />
apari<strong>en</strong>cia, no una modificación sustancial.<br />
Sus poemas <strong>en</strong> verso, <strong>en</strong> prosa, <strong>en</strong>ormes<br />
o pequeños, sus poemas concretos,<br />
sus minipoemas y a veces su casi haikus<br />
están poseídos por la misma <strong>en</strong>ergía y la<br />
misma manera de proceder: la incesante<br />
creación de mundos inesperados y per-
cepciones agudas, siempre <strong>en</strong> disposición de una<br />
suma y, todavía mejor, de una serie imparable.<br />
Montes de oca no necesita más.<br />
VÍCTOR MANUEL MENDIOLA. poeta, narrador, traductor,<br />
<strong>en</strong>sayista, editor y crítico literario. <strong>en</strong> 2010 obtuvo el<br />
premio Internacional de literatura letras del Bic<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario<br />
<strong>en</strong> la categoría de Novela. uno de sus libros más<br />
reci<strong>en</strong>tes es En carm<strong>en</strong> y oración libre (Verdehalago, México,<br />
2006).<br />
Mal<strong>en</strong>a Mijares recomi<strong>en</strong>da Mujer de cierta edad, con<br />
abanico, de Angélica de Icaza [Samsara editorial, México,<br />
2010]<br />
<strong>en</strong> cada uno de los relatos de este libro se nota<br />
un trabajo artesanal de precisión casi milimétrica<br />
<strong>en</strong> la pureza de su estilo y <strong>en</strong> la int<strong>en</strong>sidad de los<br />
s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos que cond<strong>en</strong>sa. es realm<strong>en</strong>te hermoso<br />
cómo se vuelv<strong>en</strong> universales la mirada, la voz y las<br />
reflexiones de Blues, cómo están trazadas <strong>en</strong> un<br />
mero esbozo su fuerza y su liviandad. es admirable<br />
la forma <strong>en</strong> que <strong>en</strong>trevera esos bocetos —que son<br />
como pinceladas sueltas— para pintar un cuadro<br />
completo y construir un personaje. Tanto <strong>en</strong> la<br />
primera parte como <strong>en</strong> “Mujer de cierta edad, con<br />
abanico” hay una visión fem<strong>en</strong>ina perfectam<strong>en</strong>te<br />
compartible, que interpela de un modo mágico a<br />
las mujeres de nuestra edad pero también, estoy<br />
segura, a cualquier lector s<strong>en</strong>sible.<br />
MALENA MIJARES. Maestra, <strong>en</strong>sayista, editora y periodista.<br />
Directora de la revista Este País.<br />
Daniel Goldin recomi<strong>en</strong>da El arte de la lectura <strong>en</strong> tiempos<br />
de crisis, de Michèle petit [océano Travesía, Madrid,<br />
2009]<br />
este libro está tejido con multitud de voces que dan<br />
cu<strong>en</strong>ta de experi<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> las que se ha manifestado<br />
el poder de la palabra escrita para reconstruir la<br />
vida de personas <strong>en</strong> desgracia. esas voces han sido<br />
<strong>en</strong>garzadas por un p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to, al mismo tiempo<br />
discreto y brillante, que se propuso —lo podemos<br />
s<strong>en</strong>tir <strong>en</strong> su ritmo pausado— apartarse de cualquier<br />
g<strong>en</strong>eralización. un p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to que no se<br />
nutrió de experi<strong>en</strong>cias aj<strong>en</strong>as para afirmar lo previam<strong>en</strong>te<br />
conocido, sino que surgió del <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro<br />
con el otro, y que lo celebra. Bu<strong>en</strong>a parte de esas<br />
experi<strong>en</strong>cias provi<strong>en</strong><strong>en</strong> de Iberoamérica: Michèle<br />
petit tuvo conocimi<strong>en</strong>to de ellas <strong>en</strong> numerosos<br />
viajes e intercambios epistolares que siguieron a la<br />
difusión <strong>en</strong> l<strong>en</strong>gua española de su obra. por esto la<br />
publicación de este libro <strong>en</strong> español es un retorno<br />
y a la vez una muestra más de la importancia del<br />
desvío, del viaje de uno al otro, para redescubrir la<br />
propia imag<strong>en</strong> y revitalizar su vida psíquica.<br />
DANIEL GOLDIN. escritor y editor. Su más reci<strong>en</strong>te libro<br />
es Al otro lado de la página: Imág<strong>en</strong>es de la lectura <strong>en</strong> México<br />
(Santillana, México, 2008).
MÚsica para caMaleones<br />
Edmée Pardo recomi<strong>en</strong>da:<br />
Hero, de Tan Dun [2004]<br />
y Strike, de The Baseballs<br />
[2009]<br />
El disco que recomi<strong>en</strong>do es el<br />
sound track de la película Héroes, del<br />
compositor y director Tan Dun, con la Orquesta<br />
Filarmónica de China. Recuerdo que<br />
la primera vez que escuché este disco fue <strong>en</strong><br />
la radio, y el impacto que me provocó fue<br />
tan fuerte que tuve que tomarme un tiempo<br />
para asimilar los sonidos. Quedé atrapada<br />
por esa música que me transmitió s<strong>en</strong>saciones<br />
que no sabía siquiera que vivían d<strong>en</strong>tro<br />
de mí, las cuales de pronto estaban <strong>en</strong>trando<br />
por mi piel. Enseguida quise comprar el disco;<br />
quería el objeto donde ese sonido vive.<br />
50 IBERO<br />
Qué<br />
EsCuChaR<br />
y POR Qué<br />
Beatriz palacios<br />
Asist<strong>en</strong>te editorial de IBERO<br />
Me emociona el violín, la melancolía, lo épico,<br />
y la pieza “Gone with leaves” me parece<br />
grandiosa y conmovedora <strong>en</strong> lo más íntimo.<br />
Del disco Strike de The Baseballs, me gusta el<br />
ritmo, la voz de los cantantes, lo alegre de sus<br />
melodías, y las letras me parec<strong>en</strong> amistosas y<br />
Música para camaleones está dedicada a<br />
la recom<strong>en</strong>dación de obras musicales,<br />
para lo cual se ha invitado a melómanos,<br />
investigadores, expertos, editores, musicólogos<br />
y d<strong>en</strong>odados amantes de la música. En<br />
esta ocasión agradecemos a Edmée Pardo,<br />
Francisco Quintanar y Natalia Trav<strong>en</strong> el<br />
que con tanta g<strong>en</strong>tileza y g<strong>en</strong>erosidad hayan<br />
accedido a compartir con los lectores de<br />
IBERO su experi<strong>en</strong>cia y su pasión.<br />
solidarias. En este álbum el grupo alemán interpreta<br />
doce versiones de grandes éxitos pero<br />
adaptados a difer<strong>en</strong>tes ritmos, como el swing,<br />
el rockabilly o el pop vocal. Esa combinación<br />
es lo que me agrada y una canción con la me<br />
divierto mucho es “umbrella”, de Rihanna.<br />
Edmée Pardo. Escritora, promotora de la lectura, editora y periodista cultural. Es autora de 15 libros de<br />
cu<strong>en</strong>to y novela, con los que ha obt<strong>en</strong>ido varios reconocimi<strong>en</strong>tos nacionales e internacionales, <strong>en</strong>tre ellos<br />
el Premio Nacional de Cu<strong>en</strong>to san Luis Potosí 2009. algunas de sus obras son El primo Javier, Las plegarias<br />
de mi boca, La voz azul, Enfermedad se escribe con C y Morir de amor, que <strong>en</strong> 2006 <strong>en</strong>cabezó la lista de los libros<br />
más v<strong>en</strong>didos <strong>en</strong> Estados unidos <strong>en</strong> el mes de junio según america Reads spanish, y el cuarto <strong>en</strong> v<strong>en</strong>tas <strong>en</strong><br />
México de acuerdo a librerías Gandhi
Francisco Quintanar<br />
recomi<strong>en</strong>da: La musique<br />
au temps des castrats, varios<br />
autores [2003] y Qawwal<br />
and party: Shah<strong>en</strong>-Shah, de<br />
Nusrat Fateh Ali Khan [1993]<br />
En La musique au temps des castrats, se reún<strong>en</strong><br />
una serie de obras de los siglos XVII y XVIII<br />
creadas por grandes compositores para ser<br />
especialm<strong>en</strong>te interpretadas por castratis, cantantes<br />
que de niños fueron sometidos a una<br />
mutilación g<strong>en</strong>ital para que conservaran su<br />
voz infantil y aguda. En la época barroca dominaron<br />
este tipo de piezas, y <strong>en</strong> este disco<br />
se incluy<strong>en</strong> algunas de esas obras de autores<br />
como antonio Vivaldi, Gregorio allegri,<br />
Charp<strong>en</strong>tier y Riccardo Broschi, con la interpretación,<br />
<strong>en</strong>tre otros, de la soprano Ewa<br />
Malas-Godlewska y el contrat<strong>en</strong>or Dominique<br />
Visse, además de una grabación de 1902<br />
de alejandro Moreschi, un auténtico castrati,<br />
la cual se realizó <strong>en</strong> la Capilla sixtina. Recomi<strong>en</strong>do<br />
también el disco del cantante paquistaní<br />
Nusrat Fateh ali Khan, que destaca por su<br />
extraordinaria voz y por sus interpretaciones<br />
del qawwali, que son cantos devocionales sufíes<br />
del sur de asia, los cuales desde hace más<br />
de 600 años se han heredado de g<strong>en</strong>eración<br />
<strong>en</strong> g<strong>en</strong>eración. Con un estilo vocal proced<strong>en</strong>te<br />
de una tradición de orig<strong>en</strong> persa conocida<br />
como khyal, este cantante cautiva con<br />
la interpretación de las canciones qawwali<br />
que integran este álbum. Estos dos volúm<strong>en</strong>es<br />
demuestran el valor de la interpretación<br />
y las cualidades vocales como una forma de<br />
aproximación espiritual.<br />
Francisco Quintanar. artista plástico y grabador. su obra ha sido exhibida <strong>en</strong> importantes espacios culturales<br />
de México y una veint<strong>en</strong>a de países de Europa y asia, además de formar parte de colecciones públicas<br />
como las del Museo de arte Contemporáneo alfredo Zalce, el Panstwowe Muzeum Na Madjanku <strong>en</strong> Polonia<br />
y el C<strong>en</strong>tro de Gravura Contemporânea de Portugal. Entre otros reconocimi<strong>en</strong>tos, ha obt<strong>en</strong>ido el Grand<br />
Prize award de la 4th. Bharat Bhavan International Bi<strong>en</strong>nial of Print, de la India, y el Premio de adquisición<br />
<strong>en</strong> el VI Concurso Interpretación Moderna del Quijote.<br />
Natalia Trav<strong>en</strong> recomi<strong>en</strong>da:<br />
Buddha Lounge 3: sessions<br />
in ethnic rhythms &<br />
intercontin<strong>en</strong>tal jazz, varios<br />
autores [2004] y Ne me quitte<br />
pas, de Jacques Brel [2004]<br />
Buddha Lounge 3 es un álbum del sello sequoia<br />
Records que <strong>en</strong> tres discos incluye fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te<br />
música instrum<strong>en</strong>tal, jazz y ritmos<br />
étnicos de diversos autores, <strong>en</strong>tre ellos los hermanos<br />
David y steve Gordon. Es una interesante<br />
recopilación multicultural, con ritmos<br />
de diversas partes del mundo, que g<strong>en</strong>era un<br />
ambi<strong>en</strong>te relajante y al mismo tiempo alegre<br />
y cálido. Es uno de esos discos que realm<strong>en</strong>te<br />
invitan a sumergirse <strong>en</strong> la atmósfera y <strong>en</strong><br />
los sonidos de los distintos países <strong>en</strong> los cuales<br />
se inspira cada una de las canciones. También<br />
es muy recom<strong>en</strong>dable escuchar la música de<br />
Jacques Brel, cantante y compositor belga que<br />
radicó <strong>en</strong> París, y es conocido por ser autor<br />
de temas como “amsterdam”, “La valse de<br />
mille temps”, y especialm<strong>en</strong>te por “Ne me<br />
quitte pas”, que dio título a una de sus últimas<br />
producciones discográficas. Esta canción fue<br />
interpretada por grandes cantantes contemporáneos<br />
de Brel (1929-1978), como la conmovedora<br />
versión de Edith Piaf, además de que<br />
exist<strong>en</strong> otros tantos intérpretes de este tema,<br />
<strong>en</strong>tre ellos ute Lemper, Patricia Kaas, Barbra<br />
streisand y hasta sting, sin embargo, haciéndole<br />
justicia a Brel, su versión es sin duda la más<br />
profunda y romántica.<br />
Natalia Trav<strong>en</strong>. actriz, productora, directora escénica<br />
y maestra de teatro. ha actuado <strong>en</strong> más de<br />
una dec<strong>en</strong>a de películas, <strong>en</strong>tre ellas Kada Ki<strong>en</strong> su<br />
Karma, <strong>en</strong> México, y <strong>en</strong> Estados unidos Tras el corazón<br />
de la novia, de Kris Isacsson, Crim<strong>en</strong> sin perdón<br />
(Trade), de Marco Kreuzpaintner y Daño colateral,<br />
protagonizada por arnold schwarz<strong>en</strong>egger. En teatro<br />
ha desarrollado una amplia carrera como actriz,<br />
participando <strong>en</strong> múltiples puestas <strong>en</strong> esc<strong>en</strong>a, si<strong>en</strong>do<br />
las más reci<strong>en</strong>tes Una relación pornográfica y Tal vez<br />
<strong>en</strong> París, actualm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> cartelera.<br />
IBERO 51
ITINERARIO DEL OCIO<br />
adóndE<br />
IR y<br />
pOR qué<br />
MÚSICA<br />
The T<strong>en</strong> T<strong>en</strong>ors: El poder de 10<br />
La agrupación australiana The T<strong>en</strong> T<strong>en</strong>ors, que<br />
ha roto récords de v<strong>en</strong>tas a nivel mundial, llega<br />
a México por vez primera para pres<strong>en</strong>tar<br />
su última producción discográfica titulada El<br />
poder de 10. El concepto musical de este conjunto<br />
ofrece una mezcla única de arias clásicas,<br />
combinadas con sonidos de rock, sin dejar de<br />
lado las melodías románticas. Ejemplo de ello<br />
son las versiones de ac/dc y que<strong>en</strong> fusionadas<br />
con piezas clásicas como Carmina Burana<br />
o el Concierto de aranjuez. Surgido <strong>en</strong> 1990,<br />
The T<strong>en</strong> T<strong>en</strong>ors obtuvo un disco de platino<br />
con su primera producción discográfica, y <strong>en</strong><br />
2006 con su álbum Here’s to the heroes, rompió<br />
todos los récords de las listas de Billboard, convirti<strong>en</strong>do<br />
a esta agrupación <strong>en</strong> un verdadero<br />
f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o musical.<br />
Auditorio Nacional, 21 de febrero<br />
Trupeteando con los clásicos<br />
En este espectáculo la Compañía La Trouppe,<br />
que reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te celebró sus 30 años<br />
de exist<strong>en</strong>cia, reúne piezas de Rossini, Verdi,<br />
Khachaturian y otros grandes maestros de la<br />
música, las cuales son interpretadas de una<br />
forma divertida, ll<strong>en</strong>a de color y ritmo,<br />
sin alterar la es<strong>en</strong>cia de su obra.<br />
dirigido por Mauro M<strong>en</strong>doza,<br />
Sylvia Guevara y Carm<strong>en</strong><br />
Luna, la int<strong>en</strong>ción de este memorable<br />
“concherto” es acercar<br />
a los niños a la música<br />
clásica, traspasando el filtro<br />
de la solemnidad y ejercitar<br />
la fantasía y la imaginación<br />
52 IBERO<br />
ÓPERA<br />
La flauta mágica para niños<br />
La última ópera escrita por Mozart, La flauta mágica, la cual fue estr<strong>en</strong>ada <strong>en</strong> Vi<strong>en</strong>a<br />
<strong>en</strong> 1791, es ahora repres<strong>en</strong>tada, <strong>en</strong> su versión infantil, por los extraordinarios cantantes<br />
Irasema Terrazas, Charles Opp<strong>en</strong>heim y Sandra Maliká, además de contar<br />
con la actuación especial de Cecilia Toussaint. Bajo la dirección artística de Sylvia<br />
Rittner, la dirección de esc<strong>en</strong>a a cargo de Miguel Hernández-Bautista y la conducción<br />
musical de Carlos alberto Vázquez, <strong>en</strong> esta divertida puesta <strong>en</strong> esc<strong>en</strong>a intervi<strong>en</strong><strong>en</strong><br />
también títeres corpóreos y caricaturas, que cu<strong>en</strong>tan la historia, ll<strong>en</strong>a de peligros y av<strong>en</strong>turas, de<br />
un príncipe que va al rescate de una princesa que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra prisionera.<br />
Lunario del Auditorio Nacional, 6 y 20 de marzo<br />
para descubrir de la mano de los sinfónicos<br />
Lady Lucas, Trupo y Toño Canica, que los clásicos<br />
no son serios y aburridos.<br />
Teatro Banamex Santa Fe, hasta el 27 de<br />
febrero<br />
TEATRO<br />
Neurast<strong>en</strong>ia<br />
Esta comedia de Xim<strong>en</strong>a Escalante, narra las<br />
peripecias de una compañía de teatro que<br />
está tratando de montar una obra sobre la<br />
Indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, concretam<strong>en</strong>te sobre Leona<br />
Vicario, mujer adinerada que dejó su fortuna<br />
y posición social a favor de la causa de los<br />
más pobres, y que d<strong>en</strong>tro de la historia patria<br />
ha sido un personaje poco estudiado. Bajo la<br />
dirección de Carlos Corona, y las<br />
actuaciones de Karina Gidi, Carlos<br />
aragón, Carm<strong>en</strong> Ramos, Raúl Villegas<br />
y Bernardo Velazco, la puesta<br />
<strong>en</strong> esc<strong>en</strong>a revela una abrumadora similitud<br />
<strong>en</strong>tre la sociedad actual y la<br />
de 1810, desde la vida cotidiana hasta<br />
las difer<strong>en</strong>cias sociales, el abuso y<br />
el descont<strong>en</strong>to, como una suerte de<br />
espejo histórico que elije el humor<br />
para des<strong>en</strong>mascarar la hipocresía.<br />
Teatro Helénico, hasta el 28 de marzo<br />
ARTES VISUALES<br />
José Clem<strong>en</strong>te Orozco: Pintura y<br />
verdad<br />
Esta exposición exhibe por primera vez más<br />
de 20 dibujos inéditos que realizó José Clem<strong>en</strong>te<br />
Orozco como estudios previos al mural<br />
La gran legislación revolucionaria mexicana,<br />
así como bocetos de los reconocidos murales<br />
Paraninfo y La trinchera, además<br />
de obras realizadas <strong>en</strong>tre 1919 y<br />
1949, que provi<strong>en</strong><strong>en</strong> de colecciones<br />
públicas y privadas como<br />
el Museo de arte Moderno de<br />
nueva york. Las salas están divididas<br />
bajo un criterio temáticohistórico<br />
y <strong>en</strong> ellas el espectador<br />
podrá ad<strong>en</strong>trase de forma integral<br />
a todas las facetas artísticas de Orozco, algunas<br />
de ellas poco conocidas, como sus trabajos de<br />
caricatura política, pintura <strong>en</strong> caballete,<br />
dibujo, grabado, acuarela y retratos<br />
de personajes de su tiempo como el<br />
poeta José Juan Tablada.<br />
Antiguo Colegio de San Idelfonso,<br />
hasta el 27 de febrero<br />
Águila Real, símbolo vivo de<br />
México<br />
Con el propósito de crear conci<strong>en</strong>cia<br />
sobre la preservación del águila real,<br />
especie <strong>en</strong> peligro de extinción que forma<br />
parte de la id<strong>en</strong>tidad de los mexicanos, esta<br />
exposición está conformada por 96 piezas arqueológicas<br />
e históricas, como metales, piedras,<br />
cerámica, fotografías y videos interactivos, que<br />
muestran las raíces históricas de la apreciación<br />
del águila real, así como la evolución de la<br />
iconografía de este símbolo nacional a partir<br />
del <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro de las dos culturas y durante el<br />
México indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te. En la exhibición destacan<br />
una pieza única de la época prehispánica<br />
que es similar a la del Caballero Águila que<br />
se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> el Templo Mayor, así como<br />
un escudo de orig<strong>en</strong> franciscano, elaborado<br />
<strong>en</strong> los primeros años de contacto con los españoles,<br />
<strong>en</strong> el que el arte prehispánico se sintetiza<br />
con el colonial, y muestra a una águila<br />
postrada sobre el mundo cristiano.<br />
Museo Nacional de Historia del Castillo de<br />
Chapultepec, hasta el 30 de abril
ACTUALIDAD IBERO<br />
› Campaña de Procuración de Fondos<br />
para construir la sede de Prepa Ibero<br />
Ab<strong>en</strong>amar Sánchez Pablo<br />
Redactor de IBERO<br />
Para lograr la construcción de las instalaciones de la Prepa<br />
Ibero <strong>en</strong> un ambi<strong>en</strong>te de equilibrio ecológico y de conviv<strong>en</strong>cia<br />
con la naturaleza, se dio inicio a la Campaña de<br />
Procuración de Fondos, bajo el lema “Todos somos uno”, con una<br />
reunión <strong>en</strong> la que participaron el Rector de la Ibero, doctor José<br />
Morales Orozco, S. J.; el presid<strong>en</strong>te de FICSAC, Patronato Económico<br />
y de Desarrollo de la UIA, Fernando Chico Pardo; la directora<br />
de FICSAC, Marcela Arregui, y el consejero de este mismo patronato,<br />
Gustavo Lara; así como la directora de la Prepa Ibero, Raquel<br />
Druker, y varios exalumnos de la Ibero y del Instituto Patria.<br />
La nueva infraestructura será erigida sobre un área de 200 mil<br />
metros cuadrados <strong>en</strong> la zona de La Marquesa, <strong>en</strong> el Estado de México,<br />
a 20 kilómetros de la Ibero Ciudad de México y a la misma<br />
distancia de Toluca. Dará cabida a 900 alumnos, y las dos etapas<br />
iniciales estarán concluidas <strong>en</strong> el primer semestre de 2011. Se prevé<br />
que la construcción quede lista <strong>en</strong> un plazo no mayor a dos años.<br />
Contará con amplias aulas y salones de proyectos versátiles, auditorio<br />
para 2 mil 254 personas, talleres con tecnología de última g<strong>en</strong>eración,<br />
biblioteca especializada, at<strong>en</strong>ción psicopedagógica, servicios<br />
médicos, infraestructura deportiva y oratorio.<br />
En tanto, la Prepa Ibero continuará operando <strong>en</strong> las instalaciones<br />
de la UIA, <strong>en</strong> Santa Fe, donde empezó a mediados de 2010 con 144<br />
estudiantes.<br />
El doctor José Morales Orozco explicó que la Prepa Ibero es<br />
una institución confiada a la Compañía de Jesús, y explicó que se<br />
decidió su apertura al considerar que la educación del nivel medio<br />
superior repres<strong>en</strong>ta una etapa <strong>en</strong> la cual se pued<strong>en</strong> trabajar más los<br />
valores <strong>en</strong> los jóv<strong>en</strong>es, para formarlos integralm<strong>en</strong>te, y porque se<br />
observa que a veces llegan con defici<strong>en</strong>cias a las universidades.<br />
El Rector de la Ibero dijo que el proyecto urbanístico se vinculará<br />
con el <strong>en</strong>torno inmediato, porque al estar d<strong>en</strong>tro de una zona<br />
otomí, se buscará apoyar a la comunidad y colaborar <strong>en</strong> la promoción<br />
de la cultura y las l<strong>en</strong>guas indíg<strong>en</strong>as.<br />
Reiteró que la Prepa Ibero no sólo busca que los alumnos llegu<strong>en</strong><br />
mejor preparados a la universidad sino que también su mo-<br />
54 IBERO<br />
delo b<strong>en</strong>eficie al país <strong>en</strong> el nivel medio superior, pues cu<strong>en</strong>ta con<br />
un modelo educativo replicable que puede ser utilizado <strong>en</strong> otros<br />
proyectos académicos que también estén preocupados por una formación<br />
integral del ser humano que incluya, además de la efici<strong>en</strong>cia<br />
profesional, un s<strong>en</strong>tido ético y un compromiso social.<br />
Por su parte, Fernando Chico Parco afirmó que t<strong>en</strong>er la oportunidad<br />
de construir la Prepa Ibero es un privilegio para aquellos que<br />
se han formado mediante la educación jesuita y qui<strong>en</strong>es sab<strong>en</strong> que<br />
la calidad educativa es muy importante para el país.<br />
Añadió que por el humanismo y la espiritualidad que caracteriza<br />
a las instituciones confiadas a la Compañía de Jesús, la Prepa<br />
Ibero será también semillero de bu<strong>en</strong>os alumnos, como lo ha sido<br />
y lo sigue si<strong>en</strong>do la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> de cuyas aulas han<br />
egresado unos 50 mil profesionistas que manti<strong>en</strong><strong>en</strong> su vínculo con<br />
la Ibero y <strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>es se buscará la captación de recursos que se<br />
propone esta campaña.<br />
Bajo el lema “Todos<br />
somos uno” captará<br />
recursos, con la<br />
participación de ex<br />
alumnos de la Ibero y<br />
del Instituto Patria.<br />
Marcela Arregui y Gustavo Lara, que <strong>en</strong>cabezan el Comité de<br />
Campaña, explicaron que no sólo se involucra a los ex alumnos de<br />
la Ibero sino también a los del Instituto Patria, y <strong>en</strong>fatizaron que, de<br />
los recursos que se obt<strong>en</strong>gan, no se destinará ni un solo peso a gastos<br />
de operación, sino que serán destinados, íntegram<strong>en</strong>te, a la construcción<br />
y equipami<strong>en</strong>to de las nuevas instalaciones.<br />
El arquitecto Francisco Serrano, qui<strong>en</strong> concibió y lidera el proyecto<br />
arquitectónico, pres<strong>en</strong>tó porm<strong>en</strong>ores de la construcción que<br />
se ciñe a un uso racional del lugar: el desplante es mínimo y se están<br />
usando los desniveles naturales del terr<strong>en</strong>o.<br />
La maestra Raquel Druker explicó que la Prepa Ibero ti<strong>en</strong>e un<br />
modelo educativo ori<strong>en</strong>tado principalm<strong>en</strong>te a dos materias que se<br />
dan alternadam<strong>en</strong>te: formación integral humanista y formación y<br />
acción social. En la primera los alumnos hac<strong>en</strong> reflexión y <strong>en</strong> la<br />
segunda pasan a la acción: se trata de cambiar el <strong>en</strong>torno.<br />
La invitación que se lanzó es a contribuir todos, como uno solo,<br />
con el espíritu humanista y g<strong>en</strong>eroso característico de la formación<br />
jesuita.
innovación tecnológica<br />
Dispositivos e<br />
instrum<strong>en</strong>tos<br />
que facilitan<br />
la viDa<br />
Televisión intelig<strong>en</strong>te<br />
Samsung dio a conocer su nueva serie D8000 de televisores <strong>en</strong> 3D, que<br />
se destaca además de su rediseño, por la incorporación del sistema<br />
Smart TV (TV intelig<strong>en</strong>te) que se refiere a la integración de Internet con<br />
la televisión, incorporando un navegador completo, con búsquedas<br />
multimedia y un sistema de recom<strong>en</strong>dación de cont<strong>en</strong>idos que invita<br />
a explorar la Web. Asimismo, este aparato se acompaña del control<br />
remoto Touch Control con pantalla de 3 pulgadas y tecnología Micro<br />
Dimming Plus, que permite un control más preciso de la luz.<br />
56 iBero<br />
Escáner personal<br />
el escáner personal Doxie cu<strong>en</strong>ta con un software<br />
que permite digitalizar docum<strong>en</strong>tos con<br />
una resolución de hasta 600 Dpi y con su botón<br />
multipropósito, que integra diversos servicios de<br />
internet, es posible <strong>en</strong>viar las páginas escaneadas<br />
directam<strong>en</strong>te a sitios como picassa, picknic, lightroom,<br />
iphoto, Google Docs, scrib o evernote, o<br />
compartirlas vía correo electrónico, chat o twitter<br />
por medio del cloud Doxie pDf. además, realiza<br />
automáticam<strong>en</strong>te el contraste, ajuste de rotación,<br />
recorte y limpieza de la imag<strong>en</strong>. se conecta a través<br />
de usB, que también sirve para cargarlo, y por<br />
sus dim<strong>en</strong>siones es muy fácil de transportar junto<br />
con la computadora portátil.<br />
Videocámara de<br />
alta definición<br />
ultracompacta<br />
la videocámara playfull desarrollada<br />
por Kodak, con tan sólo 4.1 x 9.9<br />
x 1.8 c<strong>en</strong>tímetros y 95 gramos de<br />
peso, cu<strong>en</strong>ta con una pantalla de<br />
1.5 pulgadas y es capaz de grabar<br />
<strong>en</strong> alta definición y captar imág<strong>en</strong>es<br />
de hasta 5 megapixeles. la memoria<br />
interna de 128 mB puede ampliarse<br />
mediante tarjetas sD e incluye<br />
conexiones con salida av, usB<br />
retráctil y microHDmi.<br />
cepillo d<strong>en</strong>tal que no requiere pasta<br />
La empresa japonesa Shik<strong>en</strong> creó el cepillo de di<strong>en</strong>tes iónico<br />
Soladey-J3X que funciona con <strong>en</strong>ergía solar y no necesita pasta,<br />
ya que desde el panel ubicado <strong>en</strong> su base transmite electrones<br />
sobre una barra de titanio hacia la parte superior del cepillo,<br />
que reaccionan con el ácido <strong>en</strong> la boca, creando así un efecto<br />
químico que descompone la placa y mata las bacterias de los<br />
di<strong>en</strong>tes.