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Año II Número 12 Febrero - marzo de 2011<br />

2 o<br />

aniversario<br />

REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA<br />

líder ibero<br />

Héctor aguilar<br />

camín:<br />

méxico es un<br />

país fracturado<br />

por sus<br />

desigualdades<br />

transitar a la<br />

democracia<br />

PORTE PAGADO<br />

PP15-5159<br />

(PUBLICACIÓN PERIÓDICA)<br />

AUTORIZADO POR SEPOMEX<br />

Miguel Ángel<br />

Granados<br />

Chapa<br />

Carlos Lomas<br />

Carlos Lugo<br />

Galera<br />

Tomás<br />

Segovia<br />

Hel<strong>en</strong>a Varela<br />

José<br />

Wold<strong>en</strong>berg<br />

Inéditos<br />

de Óscar<br />

Oliva y<br />

Jorge Volpi<br />

Marco Antonio Campos<br />

El viajero ilustrado <strong>en</strong> Morelia<br />

Élmer M<strong>en</strong>doza Literatura,<br />

viol<strong>en</strong>cia y narcotráfico<br />

Rogelio Naranjo y Rius<br />

¡Basta de sangre!: ¿Algui<strong>en</strong><br />

dijo democracia?


Índice<br />

Transitar a la democracia<br />

3 Dr. José Morales Orozco, S. J. Carta del Rector<br />

4 José Wold<strong>en</strong>berg. Hacia el 2012<br />

6 Miguel Ángel Granados Chapa. Democracia y crim<strong>en</strong> organizado<br />

8 Hel<strong>en</strong>a Varela. ¿De qué hablamos cuando hablamos de democracia?<br />

14 Carlos Lugo Galera. Democracia y participación ciudadana<br />

16 Tomás Segovia. Justicia y democracia<br />

20 Rogelio Naranjo y Eduardo del Río, Rius. Mirador. ¡Basta de sangre! ¿Algui<strong>en</strong><br />

dijo democracia?<br />

24 Carlos Lomas. Tiempo de olvidos, tiempo de memoria<br />

18 Juan Domingo Argüelles. Líder Ibero. México es un país fracturado por sus<br />

desigualdades. Entrevista con Héctor Aguilar Camín<br />

24 18<br />

42<br />

50<br />

52<br />

Actualidad, ci<strong>en</strong>cia, tecnología, cultura y<br />

<strong>en</strong>tret<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to<br />

34 Óscar Oliva. La llama inextinguible. Un poema inédito<br />

36 Jorge Volpi. Trivium/<strong>en</strong>sayo literario. Lectores camaleón<br />

y novelas espejo<br />

42 Juan Domingo Argüelles. Trivium/diálogo. Literatura,<br />

viol<strong>en</strong>cia y narcotráfico. Entrevista con Élmer M<strong>en</strong>doza<br />

44 Osvelia Ramírez y Pedro R<strong>en</strong>dón López. G<strong>en</strong>te que<br />

cambia al mundo. Los alumnos de la Ibero ante las<br />

elecciones<br />

45 Ag<strong>en</strong>da Ibero<br />

46 Marco Antonio Campos. El viajero ilustrado. Palomas<br />

para las plazas<br />

48 La voz del libro / el eco de la lectura. Qué leer y por qué<br />

50 Beatriz Palacios. Música para camaleones. Qué escuchar<br />

y por qué<br />

52 Itinerario del ocio. Adónde ir y por qué<br />

54 Ab<strong>en</strong>amar Sánchez Pablo Actualidad Ibero. Campaña de<br />

Procuración de Fondos para construir la sede de Prepa Ibero<br />

56 Innovación tecnológica. Dispositivos e instrum<strong>en</strong>tos que<br />

facilitan la vida<br />

DIRECTORIO<br />

UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA<br />

CIUDAD DE MÉXICO<br />

Dr. José Morales Orozco, S. J. Rector<br />

Dr. Javier Prado Galán, S. J. Vicerrector<br />

Académico<br />

IBERO, REVISTA DE LA UNIVERSIDAD<br />

IBEROAMERICANA<br />

Consejo editorial Víctor Gavito, Miguel Ángel<br />

Granados Chapa, Alan Huber Schowiecky,<br />

Vic<strong>en</strong>te Leñero, José Morales Orozco, S. J.,<br />

María Nieves Noriega de Autrey,<br />

Gonzalo Olivares Velázquez, Eug<strong>en</strong>io Páramo<br />

Ortega, S. J., Javier Prado Galán, S. J.<br />

Comité de asesores Carlos Alvarado Santoyo,<br />

José Carreño Carlón, Carlos Lugo Galera,<br />

Ignacio Padilla, Carlota Peón, Gilberto Prado<br />

Galán, Alberto Ruiz Treviño, Ilán Semo,<br />

Hel<strong>en</strong>a Varela, Gabriela Wark<strong>en</strong>tin<br />

Director Carlos Deveaux Homs<br />

Director editorial Juan Domingo Argüelles<br />

Asist<strong>en</strong>te editorial Beatriz Palacios<br />

Administración Áurea Maristany<br />

Información Angélica Cortés, Paola García<br />

Alarcón, Francelia Vargas<br />

Redacción Osvelia Ramírez, Pedro R<strong>en</strong>dón,<br />

Ab<strong>en</strong>amar Sánchez<br />

revistaibero@uia.mx<br />

(55) 5950-4197<br />

Consulta la versión electrónica <strong>en</strong>:<br />

www.uia.mx/revistaibero/<br />

GRUPO MEXICANO DE MEDIOS, S. A. DE C. V.<br />

Socios directores Elías González Rogel,<br />

Ricardo Rubio Martínez<br />

Editora Gráfica Albelia Gamboa y Vázquez<br />

V<strong>en</strong>tas Jorge Hernández Ambriz<br />

At<strong>en</strong>ción a cli<strong>en</strong>tes Lupita Espínola Medina<br />

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CORREO ELECTRÓNICO<br />

v<strong>en</strong>tas@gmmedios.com.mx<br />

Sígu<strong>en</strong>os <strong>en</strong> Revista Ibero<br />

, Revista de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> es una publicación bimestral de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México y de Grupo Mexicano de Medios, S. A.<br />

de C. V., bajo la responsabilidad de la Dirección de Comunicación Institucional de la UIA. Editor responsable: Carlos Deveaux Homs, carlos.deveaux@uia.mx. Número de<br />

Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor: 04-2009-082412294600-102. Número de Certificado de Licitud de Título:14722; número<br />

de Certificado de Licitud de Cont<strong>en</strong>ido: 12295, otorgados por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación. Domicilio<br />

de la publicación: Prolongación Paseo de la Reforma 880, Lomas de Santa Fe, México, D.F., C.P. 01219. Teléfono 5950-4197 y 5950-4198. Fax: 5950-4316. Impr<strong>en</strong>ta:<br />

Compañía Impresora El Universal, S.A. de C.V. All<strong>en</strong>de No. 176, Col. Guerrero, México 06300, D.F. Teléfono 5117-0190. Distribución: Servicio Postal Mexicano. Porte<br />

pagado PP15-5159, autorizado por SEPOMEX. La responsabilidad de los artículos publicados refleja, de manera exclusiva, la opinión de sus autores y no necesariam<strong>en</strong>te el<br />

criterio de la institución. No se devuelv<strong>en</strong> originales no solicitados ni se <strong>en</strong>tablará correspond<strong>en</strong>cia al respecto. Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio<br />

o procedimi<strong>en</strong>to, del cont<strong>en</strong>ido de la revista, sin autorización previa y expresa, por escrito, de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>. Año II, número 12, febrero-marzo de 2011.<br />

Fotografía de portada: Héctor Aguilar Camín. Fotografía de Rogelio Cuéllar. ISSN <strong>en</strong> trámite.


Al llegar a su segundo aniversario, la Revista de la<br />

<strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> se consolida como un medio<br />

plural y abierto al aporte de qui<strong>en</strong>es, con el p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to<br />

y la acción, contribuy<strong>en</strong> a la construcción de un<br />

mejor país.<br />

Para celebrar estos dos años, hemos querido dedicar las páginas<br />

de esta <strong>en</strong>trega al tema de la democracia, es<strong>en</strong>cial para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der<br />

el actual contexto.<br />

Desde el punto de vista económico y político, vivimos circunstancias<br />

muy difíciles, singularizadas por la viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>démica<br />

que ha v<strong>en</strong>ido a complicarlas, al poner <strong>en</strong> <strong>en</strong>tredicho la eficacia y,<br />

<strong>en</strong> muchos casos, la integridad de las instituciones democráticas.<br />

El incierto avance <strong>en</strong> el logro de una conviv<strong>en</strong>cia más armónica<br />

y ser<strong>en</strong>a, ha sembrado <strong>en</strong> la ciudadanía escepticismo y desali<strong>en</strong>to.<br />

Ante esta situación, es pertin<strong>en</strong>te preguntarse si vivimos <strong>en</strong><br />

una democracia real o si seguimos aspirando a ella y, <strong>en</strong> este caso,<br />

cArTA del recTor<br />

si estamos dando los pasos necesarios para alcanzarla. Por tanto, es<br />

necesario reflexionar acerca del tipo de democracia que es posible<br />

construir hoy <strong>en</strong> México, cuál debe ser el aporte de los partidos<br />

políticos, de las instituciones sociales, de las universidades, y,<br />

sobre todo, el de los ciudadanos, <strong>en</strong> este mom<strong>en</strong>to todavía de<br />

arranque o de transición a la democracia.<br />

Para la Ibero queda claro que la participación ciudadana no<br />

puede reducirse al voto, que es preciso que todos contribuyamos<br />

crítica y constructivam<strong>en</strong>te para hacer de México el país que<br />

todos deseamos.<br />

Hemos pedido a un grupo de especialistas que, desde su análisis<br />

y visión del mom<strong>en</strong>to actual, nos ayud<strong>en</strong> a perfilar el carácter<br />

de esta contribución. A ellos, y a las dec<strong>en</strong>as de colaboradores<br />

que han hecho posibles estos primeros dos años de IBERO, les<br />

damos las gracias por su responsable ejercicio ciudadano <strong>en</strong> aras<br />

de un México mejor.<br />

La veRdad nos haRá LIbRes<br />

Dr. José Morales Orozco, S. J.<br />

Rector<br />

IbEro 3


TRANSITAR A LA DEMOCRACIA/exam<strong>en</strong><br />

Foto: Corbis.<br />

4 IBERO<br />

Hacia<br />

el


José Wold<strong>en</strong>berg<br />

Lic<strong>en</strong>ciado <strong>en</strong> Sociología, maestro <strong>en</strong> Estudios Latinoamericanos y doctor <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Políticas<br />

por la Facultad de Ci<strong>en</strong>cias Políticas y Sociales de la UNAM. Fue consejero ciudadano y<br />

consejero presid<strong>en</strong>te del Instituto Federal Electoral (IFE). Ha sido director de la revista Nexos<br />

y colaborador <strong>en</strong> múltiples publicaciones nacionales y extranjeras. En 2004 recibió el Premio<br />

Nacional de Periodismo. Es autor de varios libros de investigación y reflexión políticas, <strong>en</strong>tre<br />

ellos La construcción de la democracia (Plaza y Janés, 2003) y Después de la transición:<br />

Gobernabilidad, espacio público y derechos (Cal y Ar<strong>en</strong>a, 2006)<br />

Las elecciones son<br />

sólo la punta de un<br />

iceberg civilizatorio que<br />

permite la conviv<strong>en</strong>cia<br />

y compet<strong>en</strong>cia de la<br />

pluralidad política que<br />

cruza a un país.<br />

Lo primero que hay que decir es que t<strong>en</strong>dremos auténticas<br />

elecciones. Partidos políticos fuertes, con arraigo y recursos,<br />

se disputarán la voluntad de los votantes. Esto que parece una<br />

obviedad no lo es, porque hasta hace muy poco tiempo, nuestros<br />

comicios eran rituales que se cumplían con puntualidad pero <strong>en</strong><br />

los cuales los ganadores y los perdedores estaban predeterminados.<br />

Y hay que recordar que las elecciones son sólo la punta de un<br />

iceberg civilizatorio que permite la conviv<strong>en</strong>cia y compet<strong>en</strong>cia de<br />

la pluralidad política que cruza a un país. Son la expresión más<br />

decantada de los sistemas democráticos y puede afirmarse que de<br />

sus cualidades dep<strong>en</strong>de que un régim<strong>en</strong> de gobierno pueda o no<br />

ost<strong>en</strong>tarse como tal. Sobra decir que <strong>en</strong> los regím<strong>en</strong>es autoritarios,<br />

dictatoriales o totalitarios las elecciones —si es que exist<strong>en</strong>— no<br />

son competitivas, porque se supone que una sola fuerza política es<br />

la que <strong>en</strong>carna todos los valores positivos, mi<strong>en</strong>tras las otras no son<br />

sino la <strong>en</strong>carnación del “mal”. En nuestro caso, luego de una espiral<br />

de conflictos y reformas, fuimos capaces de construir un esc<strong>en</strong>ario<br />

para la confrontación pacífica e institucional de la pluralidad que se<br />

asi<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> México.<br />

Se trata de elecciones federales g<strong>en</strong>erales, es decir, conti<strong>en</strong>das <strong>en</strong><br />

las que no estará <strong>en</strong> juego sólo la presid<strong>en</strong>cia de la República sino<br />

también la composición de las dos Cámaras del Congreso. Estas<br />

últimas han v<strong>en</strong>ido adquiri<strong>en</strong>do una c<strong>en</strong>tralidad que hace ap<strong>en</strong>as<br />

quince años resultaba imp<strong>en</strong>sable (para muchos). Desde 1997 <strong>en</strong> la<br />

Cámara de Diputados ningún partido ha logrado alcanzar la mayoría<br />

absoluta de los escaños y desde el 2000 ninguna fuerza política <strong>en</strong><br />

singular ha logrado esa misma mayoría <strong>en</strong> el S<strong>en</strong>ado. De tal suerte<br />

que a partir de <strong>en</strong>tonces los mexicanos nos hemos v<strong>en</strong>ido acostumbrando<br />

a que cualquier iniciativa requiera de diálogo, negociación<br />

y acuerdo si es que se desea que prospere <strong>en</strong> el circuito legislativo.<br />

2012IBERO<br />

5


El proceso electoral puede servir para<br />

que aflor<strong>en</strong> los difer<strong>en</strong>tes diagnósticos y las<br />

propuestas de los partidos y candidatos<br />

o para inundar el espacio de frases huecas<br />

y recursos mercadotécnicos que sólo<br />

ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a adelgazar el significado de<br />

las elecciones.<br />

Las elecciones federales serán concurr<strong>en</strong>tes con elecciones locales<br />

<strong>en</strong> diez u once estados <strong>en</strong> los que se elegirán gobernadores (no <strong>en</strong><br />

todos), congreso y ayuntami<strong>en</strong>tos. De tal suerte que bu<strong>en</strong>a parte del<br />

mapa de la repres<strong>en</strong>tación política <strong>en</strong> el país estará <strong>en</strong> juego. Sobre<br />

todo si se toma <strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta la muy desigual inserción social de algunos<br />

de nuestros partidos. No obstante, <strong>en</strong> todos los casos, dados los<br />

cambiantes humores públicos, pued<strong>en</strong> darse sorpresas. Los tiempos<br />

de los nacidos para ganar y los cond<strong>en</strong>ados a perder han quedado<br />

(v<strong>en</strong>turosam<strong>en</strong>te) atrás.<br />

Contamos además con un sistema electoral sofisticado, cargado de<br />

candados de seguridad, pero que ofrece grados importantes de certidumbre<br />

<strong>en</strong> relación a la limpieza de la conti<strong>en</strong>da. El padrón electoral,<br />

piedra fundadora de cualquier elección, es auditado de manera perman<strong>en</strong>te<br />

por 333 comisiones de vigilancia <strong>en</strong> las que participan repres<strong>en</strong>tantes<br />

de los partidos, además de que un comité técnico integrado por<br />

especialistas de difer<strong>en</strong>tes disciplinas realiza un seguimi<strong>en</strong>to del mismo.<br />

Aquellas jornadas <strong>en</strong> las que se especulaba que el padrón estaba plagado<br />

de “fantasmas” (personas inexist<strong>en</strong>tes que abultaban el listado y que mágicam<strong>en</strong>te<br />

votaban) y además “rasurado” (ciudadanos realm<strong>en</strong>te exist<strong>en</strong>tes<br />

a los que se suprimía de manera ilegal), son parte de la historia.<br />

Las mesas directivas de casilla serán integradas por ciudadanos<br />

sorteados y capacitados que recibirán y contarán el voto de sus vecinos.<br />

Junto a ellos estarán repres<strong>en</strong>tantes de los partidos, <strong>en</strong>cargados<br />

de vigilar que la jornada transcurra de manera limpia.<br />

En la noche a través del Programa de Resultados Preliminares<br />

(PREP) cualquiera podrá observar desde su hogar, al mismo tiempo<br />

que las autoridades y los repres<strong>en</strong>tantes de los partidos, la manera <strong>en</strong><br />

que se van agregando los resultados electorales. Se les podrá consultar<br />

a nivel nacional, por estado, por distrito, por circunscripción, y<br />

qui<strong>en</strong> quiera, incluso casilla por casilla. Los tiempos <strong>en</strong> que se abría<br />

un espacio de especulación antes de contar con cifras oficiales es un<br />

asunto del pasado.<br />

Enumerar los candados de seguridad de las elecciones mexicanas<br />

puede resultar tedioso. Pero vale la p<strong>en</strong>a recordar que todos y cada<br />

uno de los eslabones del proceso (desde el registro de candidatos<br />

hasta el cómputo de los votos, pasando por el diseño y confección<br />

de las boletas, la infraestructura de las casillas o el sorteo de las letras<br />

para insacular a los funcionarios de casilla) se hac<strong>en</strong> bajo la estricta<br />

vigilancia de los repres<strong>en</strong>tantes de todos los partidos.<br />

La preocupación fundam<strong>en</strong>tal es sobre la calidad de la conti<strong>en</strong>da.<br />

6 IBERO<br />

El proceso electoral puede servir para que aflor<strong>en</strong> los difer<strong>en</strong>tes<br />

diagnósticos y las propuestas de los partidos y candidatos o para<br />

inundar el espacio de frases huecas y recursos mercadotécnicos que<br />

sólo ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a adelgazar el significado de las elecciones. Si sucede<br />

lo primero, las elecciones pued<strong>en</strong> resultar pedagógicas, formativas; si<br />

pasa lo segundo, una nueva nebulosa de jingles y sonrisas, de ataques<br />

y ocurr<strong>en</strong>cias se apoderará del espacio público. Lo más probable,<br />

sin embargo, es que se dé una combinación de ambas posibilidades.<br />

El papel de los medios será crucial. Si actúan de manera objetiva,<br />

profesional y equitativa, se creará un clima propicio para la<br />

conviv<strong>en</strong>cia y la compet<strong>en</strong>cia. Por el contrario, si su actuar resulta<br />

faccioso, el ambi<strong>en</strong>te puede nublarse y los ánimos volverse agrios.<br />

Qui<strong>en</strong>es pi<strong>en</strong>san que desde ahora puede darse como ganador a<br />

un pre-candidato (creo) se equivocan. En reiteradas ocasiones hemos<br />

observado cómo las int<strong>en</strong>ciones del voto cambian a lo largo<br />

de las campañas, que precisam<strong>en</strong>te están diseñadas para ello. Bastaría<br />

recordar que si las elecciones del año 2000 se hubies<strong>en</strong> celebrado <strong>en</strong><br />

febrero, el ganador (según las <strong>en</strong>cuestas) hubiera sido Francisco Labastida;<br />

y si las del 2006 hubieran sucedido <strong>en</strong> marzo, el triunfador<br />

hubiera sido Andrés Manuel López Obrador.<br />

No habrá —creo— ningún ganador absoluto ni perdedores totales,<br />

sino más bi<strong>en</strong> un reequilibrio de las fuerzas. Por supuesto que<br />

la organización política que gane la presid<strong>en</strong>cia se proclamará como<br />

v<strong>en</strong>cedora con toda justicia, pero es muy probable (subrayo probable,<br />

porque siempre pued<strong>en</strong> darse sorpresas), que sus votos no le alcanc<strong>en</strong><br />

para ost<strong>en</strong>tar mayorías absolutas <strong>en</strong> las dos Cámaras del Congreso,<br />

lo cual g<strong>en</strong>erará un esc<strong>en</strong>ario similar al que el país vi<strong>en</strong>e vivi<strong>en</strong>do<br />

desde 1997. Es decir, una conformación del Legislativo que<br />

obliga, como ya se apuntó, al diálogo, la negociación y el acuerdo.<br />

Pero más allá de ganadores y perdedores (siempre coyunturales),<br />

lo más importante es que se siga as<strong>en</strong>tando <strong>en</strong>tre nosotros la convicción<br />

de que un país complejo, masivo y contradictorio como México<br />

no puede ni debe caber bajo el manto de un solo ideario, una<br />

sola s<strong>en</strong>sibilidad, una sola política, una sola organización. Nuestro<br />

país es plural y ningún exorcismo logrará unificar lo que por definición<br />

es diverso. Ese reconocimi<strong>en</strong>to es el que nos obliga a construir<br />

y fortalecer un esc<strong>en</strong>ario <strong>en</strong> el cual la pluralidad de pulsiones que<br />

viv<strong>en</strong> y conviv<strong>en</strong> <strong>en</strong> el país, pueda expresarse, recrearse y competir<br />

de manera civilizada y sin viol<strong>en</strong>cia. Esa es la promesa profunda de<br />

los sistemas democráticos.


traNsitar a la democracia/exam<strong>en</strong><br />

Miguel Ángel Granados Chapa<br />

Lic<strong>en</strong>ciado <strong>en</strong> Periodismo y Derecho por la UNAM, y doctor <strong>en</strong><br />

Historia por la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México. En su<br />

larga trayectoria periodística, ha sido director del semanario Proceso<br />

y del diario La Jornada, así como director g<strong>en</strong>eral de la revista Mira.<br />

Fue consejero ciudadano del Instituto Federal Electoral. Ha recibido<br />

<strong>en</strong> tres ocasiones el Premio Nacional de Periodismo, y <strong>en</strong> 2008<br />

el S<strong>en</strong>ado de la República lo distinguió con la Medalla Belisario<br />

Domínguez, por su lucha constante <strong>en</strong> pro de la libertad de expresión<br />

y la justicia <strong>en</strong> México. Doctor Honoris Causa por la <strong>Universidad</strong><br />

Autónoma Metropolitana y miembro de la Academia Mexicana<br />

de la L<strong>en</strong>gua. Es columnista de Proceso y del diario Reforma<br />

y conductor del programa Interés Público <strong>en</strong> Radio <strong>Universidad</strong><br />

(UNAM). Entre otros libros ha publicado Votar, ¿para qué?<br />

Manual de elecciones (1985), ¡Escuche, Carlos Salinas! (1996),<br />

Fox & Co. Biografía no autorizada (2000) y Los periodistas no<br />

deb<strong>en</strong> ser socios de los políticos (El Financiero, 2010)<br />

No hay sociedad —con algunas contadas excepciones,<br />

posibles por su condición marginal <strong>en</strong> la economía<br />

globalizada—, sea democrática o esté sometida a un<br />

régim<strong>en</strong> autoritario, que no padezca la pres<strong>en</strong>cia del<br />

crim<strong>en</strong> organizado. Sus dim<strong>en</strong>siones pued<strong>en</strong> ser mayores o m<strong>en</strong>ores,<br />

su persist<strong>en</strong>cia puede deberse a l<strong>en</strong>idad o incapacidad gubernam<strong>en</strong>tal,<br />

o a la propia complexión de la delincu<strong>en</strong>cia. Pero se<br />

trata de una pres<strong>en</strong>cia, una cond<strong>en</strong>a inexorable. El crim<strong>en</strong> organizado<br />

es una realidad derivada de problemas ancestrales (la codicia<br />

como antivalor per<strong>en</strong>ne) y de modalidades nuevas, asociadas a<br />

la trasnacionalización de la economía y de las relaciones sociales.<br />

8 IBERO<br />

Democracia<br />

y crim<strong>en</strong><br />

organizado<br />

La democracia y el crim<strong>en</strong> organizado se repel<strong>en</strong>, son realidades<br />

antagónicas. Por eso se traban <strong>en</strong> lucha perman<strong>en</strong>te. Ent<strong>en</strong>dida<br />

como sistema de relaciones humanas y no sólo como mecanismo<br />

de integración del gobierno y la repres<strong>en</strong>tación política, la<br />

democracia es el clima m<strong>en</strong>os favorable al crim<strong>en</strong> organizado. Al<br />

contrario, las defici<strong>en</strong>cias de la democracia pued<strong>en</strong> ser caldo de<br />

cultivo de la delincu<strong>en</strong>cia, la común y la que opera a través de<br />

bandas integradas como empresas. En México la desigualdad de<br />

oportunidades, cuyo contrario es uno de los compon<strong>en</strong>tes de la<br />

democracia, alim<strong>en</strong>ta a la delincu<strong>en</strong>cia organizada. G<strong>en</strong>eraciones<br />

<strong>en</strong>teras car<strong>en</strong>tes de trabajo bi<strong>en</strong> remunerado no <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran<br />

salidas más que la de emigrar a Estados Unidos o la de insertarse<br />

<strong>en</strong> las mafias criminales. Es notorio el abatimi<strong>en</strong>to de la edad<br />

<strong>en</strong>tre las víctimas y los verdugos de la guerra que libran <strong>en</strong>tre sí<br />

las bandas, o la que ha lanzado el gobierno contra esas organizaciones:<br />

cada vez son más jóv<strong>en</strong>es los protagonistas de la inm<strong>en</strong>sa<br />

tragedia nacional, cuyos contornos crec<strong>en</strong> <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que<br />

disminuye el acceso de la juv<strong>en</strong>tud al empleo o al bachillerato y<br />

la educación superior.<br />

Ese déficit de la democracia se completa con el que ha hecho<br />

perder a la sociedad confianza <strong>en</strong> las costumbres institucionales.<br />

Suponemos que es fácil resolver el dilema de buscar acceso a las<br />

bandas criminales o no hacerlo. En una sociedad sólidam<strong>en</strong>te<br />

democrática impera el respeto a la legalidad y a las instituciones<br />

que la prove<strong>en</strong> y la practican. En nuestro país, <strong>en</strong> cambio, ha<br />

cundido una cultura de la ilegalidad que propone formas de<br />

comportami<strong>en</strong>to aj<strong>en</strong>as al régim<strong>en</strong> jurídico pero que <strong>en</strong> apari<strong>en</strong>cia<br />

no constituy<strong>en</strong> delitos.<br />

El que no transa no avanza, es decir, la cond<strong>en</strong>a a la mediocridad<br />

de qui<strong>en</strong>es buscan at<strong>en</strong>erse a los términos de la ley <strong>en</strong> su<br />

conducta cotidiana, es una fórmula que resume este desprecio al


estado de derecho, vulnerado cotidianam<strong>en</strong>te por amplias capas<br />

de la sociedad y ext<strong>en</strong>sas porciones del aparato gubernam<strong>en</strong>tal.<br />

Sin respeto a la ley y a los poderes <strong>en</strong>cargados de hacerla valer no<br />

hay democracia, y por lo tanto se g<strong>en</strong>eran condiciones propicias<br />

a la criminalidad.<br />

Para prosperar, la delincu<strong>en</strong>cia organizada requiere vulnerar<br />

las instituciones, acrec<strong>en</strong>tar el desdén hacia las formas legales<br />

de vida. Citemos como ejemplo la piratería. En esa actividad<br />

ilegal se percibe con claridad esta circunstancia. Sin necesidad<br />

de desarrollar expresam<strong>en</strong>te un discurso <strong>en</strong> su provecho, la fabricación<br />

y difusión de bi<strong>en</strong>es que usurpan la propiedad industrial<br />

descansa <strong>en</strong> el ánimo social cada vez más ext<strong>en</strong>dido de que no<br />

hay intereses directam<strong>en</strong>te afectados con el comercio de artículos<br />

que imitan a los que circulan <strong>en</strong> la economía formal, o que,<br />

si los hay, su dim<strong>en</strong>sión es tal que es imperceptible el daño o el<br />

perjuicio que se les infiere.<br />

Los no pocos propagandistas de la piratería hac<strong>en</strong> ver que la<br />

difer<strong>en</strong>cia de precio de un disco producido ilegalm<strong>en</strong>te y el que<br />

corresponde a uno protegido por el régim<strong>en</strong> de propiedad industrial<br />

es tan ancho que revela un abuso ante el cual es lícito<br />

que los consumidores y usuarios se defi<strong>en</strong>dan. No estarían dispuestos<br />

a escuchar, o no le concederían<br />

credibilidad, el alegato sobre la estructura<br />

de costos de lo producido conforme a la<br />

ley, que se refleja <strong>en</strong> el precio.<br />

Todas las actividades de la delincu<strong>en</strong>cia<br />

internacional, como esta que proponemos<br />

a título de ejemplo, son deleznables y deb<strong>en</strong><br />

ser evitadas y combatidas. Pero hay algunas<br />

de mayor peligrosidad social, porque<br />

es más amplio el universo de los intereses lacerados y es de mayor<br />

alcance el conjunto de los valores que se perturban. Tal es el caso<br />

del comercio de drogas ilegales, la trata de personas, el contrabando<br />

de armas, el secuestro, que a m<strong>en</strong>udo aparec<strong>en</strong> vinculados.<br />

La alta r<strong>en</strong>tabilidad de estas formas de delincu<strong>en</strong>cia les permite<br />

minar deliberadam<strong>en</strong>te las instituciones democráticas, a las que<br />

logran quebrantar aunque no llegu<strong>en</strong> nunca a desmoronarse. La<br />

corrupción administrativa y judicial es un v<strong>en</strong><strong>en</strong>o que corroe a<br />

las instituciones democráticas, que las priva de su razón de ser,<br />

porque si el gobierno no está al servicio de los gobernados sino<br />

al de las bandas criminales, el pacto social <strong>en</strong> que ha de basarse<br />

la conviv<strong>en</strong>cia carece de s<strong>en</strong>tido.<br />

La democracia, la electoral y la sustantiva, deb<strong>en</strong> ser antídotos<br />

contra la delincu<strong>en</strong>cia organizada, el único modo de cont<strong>en</strong>erla.<br />

Democráticam<strong>en</strong>te, es decir con la participación de la sociedad<br />

<strong>en</strong> consonancia con sus autoridades, deb<strong>en</strong> definirse los modos<br />

de la cont<strong>en</strong>ción al crim<strong>en</strong> organizado. Debe discutirse <strong>en</strong> la<br />

sociedad y <strong>en</strong> las instituciones legítimam<strong>en</strong>te animadas por el<br />

voto popular la posición del gobierno ante el comercio de drogas<br />

prohibidas, por ejemplo. Es decir, la legalización de los estupefaci<strong>en</strong>tes<br />

m<strong>en</strong>os dañinos que el alcohol, <strong>en</strong> las modalidades y<br />

con la velocidad que se establezca, sólo puede ser fruto de una<br />

discusión realizada tanto <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>o de las organizaciones civiles<br />

—el modo de participación cotidiana de los ciudadanos <strong>en</strong> la<br />

democracia— como <strong>en</strong> el esc<strong>en</strong>ario <strong>en</strong> que actúan los poderes.<br />

No es útil ni sano que, como ha ocurrido <strong>en</strong> México <strong>en</strong> el último<br />

lustro, se despliegue una estrategia militar contra el crim<strong>en</strong><br />

organizado y no se revise esa conducta gubernam<strong>en</strong>tal ante la<br />

evid<strong>en</strong>cia de su insufici<strong>en</strong>cia y aun su índole contraproduc<strong>en</strong>te.<br />

Una confesión de parte respecto de la necesidad de participación<br />

social fue la convocatoria, casi cuatro años después de iniciada<br />

la lucha <strong>en</strong> términos puram<strong>en</strong>te bélicos, a agrupaciones<br />

sociales a las que, sin embargo, se las requiere para avalar, y no<br />

para discutir a fondo la ruta gubernam<strong>en</strong>tal.<br />

Es posible docum<strong>en</strong>tar las innumerables formas de debilitami<strong>en</strong>to<br />

gubernam<strong>en</strong>tal causado por la delincu<strong>en</strong>cia organizada.<br />

Pero estamos <strong>en</strong> riesgo de peores embates contra la democracia.<br />

Uno principalísimo es la fragilidad de nuestra estructura electoral.<br />

En los años reci<strong>en</strong>tes, <strong>en</strong> elecciones federales y locales han<br />

aparecido ominosas señales sobre la capacidad de p<strong>en</strong>etración<br />

del narcotráfico <strong>en</strong> los procesos comiciales. Es preciso cobrar<br />

conci<strong>en</strong>cia de ese riesgo y que la sociedad civil organizada y las<br />

instituciones lo combatan, a fin de evitar que el peligro de t<strong>en</strong>er<br />

autoridades impuestas por el crim<strong>en</strong> organizado nos alcance y<br />

conduzca al extremo de convertirnos <strong>en</strong> un narcoestado.<br />

En México la desigualdad de<br />

oportunidades, cuyo contrario es uno<br />

de los compon<strong>en</strong>tes de la democracia,<br />

alim<strong>en</strong>ta a la delincu<strong>en</strong>cia organizada.<br />

Cartón de Rogelio Naranjo.


transitar a la demoCraCia/exam<strong>en</strong><br />

10 IBERO<br />

Hel<strong>en</strong>a Varela<br />

Lic<strong>en</strong>ciada <strong>en</strong> Geografía e Historia, maestra <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Sociales y doctora <strong>en</strong><br />

Ci<strong>en</strong>cia Política, Sociología y Antropología Social. Es Directora del Departam<strong>en</strong>to<br />

de Ci<strong>en</strong>cias Sociales y Políticas de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad<br />

de México. Ha realizado múltiples investigaciones <strong>en</strong> torno a los procesos<br />

de transición y consolidación democráticas, la calidad de la democracia y<br />

el funcionami<strong>en</strong>to del poder legislativo. Entre otras publicaciones, es<br />

coautora <strong>en</strong> el volum<strong>en</strong> colectivo Democracia reprobada: la elección<br />

presid<strong>en</strong>cial de 2006<br />

¿De qué<br />

hablamos cuando<br />

hablamos de<br />

democracia?<br />

Para responder a la pregunta de si México se <strong>en</strong>camina<br />

hacia una democracia es importante t<strong>en</strong>er <strong>en</strong> consideración<br />

dos cuestiones previas: por un lado, id<strong>en</strong>tificar<br />

la s<strong>en</strong>da por la cual estamos transitando; y por el otro,<br />

conocer muy bi<strong>en</strong> el destino al que nos dirigimos, esto es, qué<br />

<strong>en</strong>t<strong>en</strong>demos por eso que d<strong>en</strong>ominamos democracia. Si bi<strong>en</strong> pudiera<br />

parecer un asunto trivial, <strong>en</strong> realidad ti<strong>en</strong>e repercusiones<br />

fundam<strong>en</strong>tales, puesto que el camino que t<strong>en</strong>gamos que tomar<br />

para alcanzar la democracia dep<strong>en</strong>derá de su significado.<br />

¿De qué hablamos cuando hablamos de democracia? ¿Ent<strong>en</strong>demos<br />

todos lo mismo? Desde mi punto de vista, no todos definimos<br />

la democracia de la misma manera; al contrario, si hay un<br />

término que ha permitido múltiples acepciones e interpretaciones,<br />

y que sirve para referirse a realidades difer<strong>en</strong>tes, ese es el de<br />

democracia. El problema es que al no t<strong>en</strong>er un significado único,<br />

se ha limitado nuestra capacidad de acercarnos y compr<strong>en</strong>der la<br />

realidad, cuestionando la validez del concepto. 1<br />

Foto: Corbis.


el término democracia<br />

adquirió tantos<br />

significados que dejó de<br />

servir como un refer<strong>en</strong>te<br />

para compr<strong>en</strong>der una<br />

realidad concreta.<br />

Según Manheim y Rich, los conceptos deb<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er ciertas<br />

características que permitan cumplir con esa utilidad ci<strong>en</strong>tífica:<br />

deb<strong>en</strong> referirse a f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os que sean observables, deb<strong>en</strong> ser<br />

precisos; y deb<strong>en</strong> t<strong>en</strong>er un alcance teórico. En el caso del término<br />

“democracia”, como concepto de ci<strong>en</strong>cia política, cumple<br />

con el primer y tercer criterio, pero dista mucho de t<strong>en</strong>er la<br />

segunda característica, esto es, la de ser preciso.<br />

La democracia y sus múltiples acepciones<br />

La tarea de pres<strong>en</strong>tar las difer<strong>en</strong>tes formas de <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der el concepto<br />

de democracia rebasaría con creces el espacio del que aquí<br />

se dispone. Quisiera no obstante señalar las corri<strong>en</strong>tes teóricas<br />

más importantes que surgieron <strong>en</strong> torno al estudio de la democracia,<br />

porque con la id<strong>en</strong>tificación de las mismas, es posible<br />

compr<strong>en</strong>der algunos de los problemas que hoy <strong>en</strong> día afrontamos<br />

<strong>en</strong> el desarrollo de los sistemas políticos democráticos. 2<br />

En primer lugar, los teóricos distingu<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre la democracia<br />

ideal (el “deber ser”) y la democracia real (“lo que es”). En el<br />

primer caso, se <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>de la democracia a partir de sus aspiraciones,<br />

del reconocimi<strong>en</strong>to de las mejores formas de organización<br />

política que permitan la conviv<strong>en</strong>cia pacífica de una sociedad.<br />

En el segundo caso, se parte del hecho de que lo ideal es inalcanzable<br />

y que hay que c<strong>en</strong>trarse <strong>en</strong> aquellas características<br />

susceptibles de ponerse <strong>en</strong> práctica. Uno de los teóricos que<br />

reconoció la distancia que puede existir <strong>en</strong>tre lo deseable y lo<br />

posible, fue Dahl, qui<strong>en</strong> considerando que no se debía utilizar el<br />

mismo concepto para dos f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os difer<strong>en</strong>tes, acuñó el concepto<br />

de “poliarquía” para referirse a la aplicación práctica de la<br />

democracia. 3 Sin embargo, la mayoría de los teóricos siguieron<br />

usando el término de democracia tanto desde la filosofía política<br />

(como ideal) como desde la ci<strong>en</strong>cia política (el ser).<br />

En segundo lugar, también desde la perspectiva de la ci<strong>en</strong>cia<br />

política, <strong>en</strong>contramos múltiples acepciones de lo que es la democracia.<br />

De forma esquemática, podemos distinguir <strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>es<br />

<strong>en</strong>ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> la democracia como un conjunto de procedimi<strong>en</strong>tos<br />

o reglas del juego que determinan quién llega al poder, cómo<br />

llega y cómo lo ejerce (democracia procedim<strong>en</strong>tal, c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong><br />

las reglas electorales y <strong>en</strong> la protección de las garantías individuales),<br />

fr<strong>en</strong>te a aquellos que consideran que la democracia, más<br />

que procedimi<strong>en</strong>tos, es un conjunto de principios y valores que<br />

permit<strong>en</strong> el bu<strong>en</strong> funcionami<strong>en</strong>to de la sociedad (democracia<br />

sustantiva, basada <strong>en</strong> la igualdad y <strong>en</strong> aspectos como la participación<br />

ciudadana, la autonomía, la tolerancia, las libertades y la<br />

pluralidad). Pero incluso <strong>en</strong> cada una de estas corri<strong>en</strong>tes, hay una<br />

gran variedad de definiciones, dep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do del aspecto específico<br />

de la democracia que quiera ser destacado. De esta manera,<br />

casi cualquier régim<strong>en</strong> podía ser definido como democrático,<br />

pues todo dep<strong>en</strong>día de la característica que quisiera ser resaltada.<br />

IBERO 11


transitar a la demoCraCia/exam<strong>en</strong><br />

el discurso político secuestró<br />

y hegemonizó la noción<br />

de lo que es democrático,<br />

sirvi<strong>en</strong>do a los intereses de<br />

cada qui<strong>en</strong>.<br />

Los adjetivos de la democracia<br />

Resultó <strong>en</strong>tonces que el término democracia adquirió tantos<br />

significados que dejó de servir como un refer<strong>en</strong>te para compr<strong>en</strong>der<br />

una realidad concreta. Y <strong>en</strong>tonces, tuvimos que acompañarlo<br />

de algún calificativo que le otorgara la precisión perdida,<br />

matizándolo y acotándolo. Hoy hablamos, por ejemplo, de democracia<br />

ideal, real, sustantiva, valorativa, procedim<strong>en</strong>tal, electoral,<br />

política, social, elitista, participativa, deliberativa, delegativa,<br />

multicultural, liberal, radical, cosmopolita, creativa… La lista<br />

podría continuar; es difícil <strong>en</strong>contrar un concepto <strong>en</strong> la ci<strong>en</strong>cia<br />

política que haya t<strong>en</strong>ido que ser acompañado de tantos adjetivos,<br />

y que aun así siga pres<strong>en</strong>tando tantos problemas para id<strong>en</strong>tificar<br />

la realidad concreta a la que nos estamos refiri<strong>en</strong>do.<br />

La situación se agrava cuando consideramos la forma <strong>en</strong> que<br />

la clase política se apropió del término, y ha hecho uso (y abuso)<br />

del mismo, puesto que le ha permitido justificar y legitimar<br />

cualquier acción, por el simple hecho de ser “democrática”. Un<br />

término que de por sí había perdido precisión, <strong>en</strong> manos de los<br />

políticos también perdió alcance teórico, lo cual ha impactado<br />

de forma directa <strong>en</strong> los propios procesos democráticos.<br />

La democracia real: cuando los políticos se apropiaron<br />

del concepto<br />

El desarrollo de las democracias occid<strong>en</strong>tales vino acompañado<br />

de la utilización del término democracia como un arma política,<br />

mediante la cual se respaldaba cualquier medida tomada por la<br />

clase política, incluso de aquellas que t<strong>en</strong>ían claros tintes autoritarios.<br />

El discurso político secuestró y hegemonizó la noción de<br />

lo que es democrático, sirvi<strong>en</strong>do a los intereses de cada qui<strong>en</strong>;<br />

los políticos se vanaglorian de contribuir al fortalecimi<strong>en</strong>to de<br />

las instituciones democráticas, y de esta manera fundam<strong>en</strong>tan sus<br />

acciones, cualquier que ésta sea. Es así como explicamos la apar<strong>en</strong>te<br />

paradoja de nuestra democracia: los cambios ocurridos <strong>en</strong><br />

12 IBERO<br />

las últimas décadas supuestam<strong>en</strong>te van <strong>en</strong>caminados a instaurar<br />

una democracia, pero ésta no parece estar funcionando.<br />

Para explicar esta paradoja, nuevam<strong>en</strong>te t<strong>en</strong>emos que regresar<br />

a la distinción <strong>en</strong>tre democracia procedim<strong>en</strong>tal y democracia<br />

sustantiva. Como m<strong>en</strong>cioné al principio, según cuál sea nuestro<br />

destino, t<strong>en</strong>dremos que tomar un camino difer<strong>en</strong>te. Si domina<br />

un concepto procedim<strong>en</strong>tal de la democracia, ésta será exitosa<br />

<strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que sus instituciones funcion<strong>en</strong> y permitan<br />

tomar decisiones, sin considerar el grado <strong>en</strong> que se está promovi<strong>en</strong>do<br />

una mayor libertad o una mayor igualdad <strong>en</strong>tre los<br />

integrantes de la sociedad, que es lo que importaría <strong>en</strong> el caso de<br />

dominar una visión más valorativa de la democracia.<br />

¿Cuál es el concepto de democracia que está dominando hoy<br />

<strong>en</strong> día? El discurso hegemónico está c<strong>en</strong>trado más que nada <strong>en</strong><br />

los procedimi<strong>en</strong>tos que caracterizan a la democracia a partir de<br />

su capacidad de establecer reglas claras que permitan la toma de<br />

decisiones. Es más, esas reglas parec<strong>en</strong> estar protegi<strong>en</strong>do unos<br />

intereses específicos, que son los que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> que ver con el<br />

desarrollo del modelo económico del libre mercado. Por este<br />

motivo, la democracia está más basada <strong>en</strong> el individuo y <strong>en</strong> el<br />

mercado que <strong>en</strong> la sociedad y el bi<strong>en</strong> común, lo cual ha llevado<br />

a olvidar ciertos valores, como la igualdad o la solidaridad. En<br />

resum<strong>en</strong>, se trata de una democracia que favorece a determinados<br />

grupos de interés, más c<strong>en</strong>trada <strong>en</strong> los procesos y <strong>en</strong> las instituciones,<br />

y que está impidi<strong>en</strong>do el desarrollo de aspectos tan relevantes<br />

como los derechos y las libertades, además de cuestiones como<br />

la igualdad y la solidaridad. Es posible que México se esté<br />

<strong>en</strong>caminando hacia la democracia: la clave radica <strong>en</strong> saber hacia<br />

qué tipo de democracia nos dirigimos y si es ese el destino al<br />

que queremos llegar.<br />

1 sobre el papel de los conceptos <strong>en</strong> la ci<strong>en</strong>cia política, ver manheim, Jarol B. &<br />

rich, richard C. Análisis politico empírico. madrid, alianza <strong>Universidad</strong>, 2001. también<br />

nohl<strong>en</strong> (“Concepto y contexto. <strong>en</strong> torno al desarrollo de la comparación <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cia<br />

Política”. Working Paper núm. 265, institut de Ciènces Polítiques i socials. Barcelona,<br />

2008) apuntó que “la realidad social no se percibe nunca de forma directa,<br />

sino siempre a través de conceptos que estructuran lo observado por difer<strong>en</strong>tes<br />

observadores de manera difer<strong>en</strong>te”.<br />

2 la bibliografía sobre el tema es vastísima. Una bu<strong>en</strong>a síntesis sobre las difer<strong>en</strong>tes<br />

corri<strong>en</strong>tes se puede <strong>en</strong>contrar <strong>en</strong> Berlanga santos, José luis, “democracia”. <strong>en</strong> (Pre)<br />

textos para el análisis político. Disciplinas, reglas y procesos. Coordinado por eduardo<br />

Villarreal Cantú y Víctor Hugo martínez González. méxico, FlaCso, 2010.<br />

3 dahl, robert a., La poliarquía. madrid, tecnos, 1989.


transitar a la dEmoCraCia/exam<strong>en</strong><br />

Carlos Lugo Galera<br />

Politólogo, especialista <strong>en</strong> procesos electorales y partidos políticos.<br />

Lic<strong>en</strong>ciado <strong>en</strong> Sociología por la <strong>Universidad</strong> Autónoma<br />

Metropolitana, maestro <strong>en</strong> Sociología por la <strong>Universidad</strong><br />

<strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México, y candidato a Doctor <strong>en</strong><br />

Comunicación y Cultura de Masas por la <strong>Universidad</strong> Complut<strong>en</strong>se<br />

de Madrid. Es profesor de tiempo completo del Departam<strong>en</strong>to de<br />

Ci<strong>en</strong>cias Sociales y Políticas de la Ibero<br />

Democracia y<br />

participación<br />

ciudadana<br />

El pasado primero de diciembre de 2010 se cumplió una década<br />

de la caída del régim<strong>en</strong> priísta y la alternancia <strong>en</strong> la presid<strong>en</strong>cia<br />

de México. Para muchos analistas la transición a la<br />

democracia culminaba e iniciaba la democratización del país. Sin<br />

embargo la democratización se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra marcada por signos de<br />

interrogación, debido a que la alternancia <strong>en</strong> el Poder Ejecutivo no<br />

ha sido sufici<strong>en</strong>te para que se cumplan los principios básicos de la<br />

democracia <strong>en</strong> nuestro país.<br />

Una mirada a la historia política de la década de los años nov<strong>en</strong>ta<br />

nos muestra que las reformas electorales otorgaron las libertades<br />

necesarias de participación a las organizaciones civiles y políticas,<br />

d<strong>en</strong>tro de las que destacan el respeto al voto y a la voluntad de las<br />

mayorías que han sido la base de los nuevos gobiernos surgidos de<br />

los procesos electorales de la primera década del nuevo mil<strong>en</strong>io.<br />

Sin embargo el proceso de democratización del país requiere del<br />

cumplim<strong>en</strong>to de los principios básicos de la democracia. O’ Donell 1<br />

señala que un Estado que se diga democrático debe cumplir con<br />

la calidad de la democracia, misma que ti<strong>en</strong>e que ver directam<strong>en</strong>te<br />

con la participación ciudadana, así como con el cumplim<strong>en</strong>to de los<br />

derechos políticos, económicos y sociales.<br />

Pero <strong>en</strong> México exist<strong>en</strong> varias asignaturas p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes que no logran<br />

cumplir esos principios básicos. Por un lado <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tamos una<br />

crisis económica que ha llevado a ci<strong>en</strong>tos de miles de ciudadanos a<br />

niveles de pobreza inimaginables. A la par de lo anterior se muestran<br />

los límites y acotami<strong>en</strong>tos de la participación ciudadana que tan<br />

sólo alcanza a suscribirse al ámbito de la participación electoral.<br />

14 IBERO<br />

Cartón de Rius.<br />

Con respecto a los asuntos políticos, la r<strong>en</strong>dición de cu<strong>en</strong>tas significa<br />

que los ciudadanos ti<strong>en</strong><strong>en</strong> el poder de verificar y evaluar las<br />

demandas expresadas por la sociedad civil. Esto quiere decir que los<br />

gobernantes deb<strong>en</strong> cumplir con los principios básicos de dotar de<br />

información sobre sus actos políticos <strong>en</strong> la toma de las decisiones.<br />

Está muy claro que las reformas electorales otorgaron el derecho<br />

de participación, <strong>en</strong> los procesos políticos y electorales, a los partidos<br />

políticos opositores, a las asociaciones políticas, a los ciudadanos<br />

y a sus distintas organizaciones civiles y a las organizaciones no<br />

gubernam<strong>en</strong>tales, pero esas mismas reformas les concedieron muy<br />

poco marg<strong>en</strong> para exigir al gobierno la r<strong>en</strong>dición de cu<strong>en</strong>tas. Ahí se<br />

<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra un derrotero para la ciudadanía.<br />

¿Como percib<strong>en</strong> la democracia los mexicanos? 2<br />

A pesar de la crisis económica, la falta de empleo, la inseguridad<br />

y los problemas de salud de la población, para m<strong>en</strong>cionar tan sólo


los que más impacto ti<strong>en</strong><strong>en</strong>, los mexicanos apoyamos a medias la<br />

democracia como sistema de gobierno. En el 2009 existía un 42%<br />

de la población que la apoyaba, y para el 2010 se increm<strong>en</strong>tó <strong>en</strong> 7<br />

puntos, llegando a 49%.<br />

Otro dato revelador es la respuesta a la pregunta: “¿La democracia<br />

puede t<strong>en</strong>er problemas, pero es el mejor sistema de gobierno?” El<br />

67% de la población <strong>en</strong>cuestada está muy de acuerdo <strong>en</strong> que es<br />

el mejor sistema de gobierno. Sin embargo, México aparece <strong>en</strong> el<br />

número 16 de los 18 países <strong>en</strong>cuestados, muy por debajo de países<br />

como Honduras, Nicaragua, Costa Rica, que son nuestros vecinos<br />

del sur y que apar<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te no han desarrollado un sistema democrático<br />

como el nuestro.<br />

Sobre la legitimidad del Congreso y la democracia sin<br />

partidos<br />

A la pregunta: “¿Sin Congreso Nacional no pude haber democracia?”,<br />

un 52% percibe que el Congreso es importante para el funcionami<strong>en</strong>to<br />

de la democracia. Y, con respecto a los partidos políticos,<br />

un 57% percibe que sin ellos no puede haber democracia.<br />

Datos muy por debajo de lo que pudiera esperarse, debido a que<br />

ambas instituciones son partes fundam<strong>en</strong>tales del proceso democrático<br />

del país.<br />

Pero el estudio de Latinobarómetro 2010, revela otro dato que es<br />

significativo sobre cómo se percibe la democracia <strong>en</strong> nuestro país.<br />

México es el país con mayor cantidad de población que le da una<br />

baja legitimidad a la democracia (31%). Y el dato es importante y<br />

revelador porque nos muestra a una ciudadanía con grados de des<strong>en</strong>canto<br />

del proceso democrático.<br />

Con respecto a la percepción del público sobre las decisiones<br />

que toma el gobierno para privilegiar a unos pocos, <strong>en</strong>contramos<br />

que un 65% de la población <strong>en</strong>cuestada contestó que esto sin duda<br />

sucede. Y sobre la percepción de que algunos grupos o personas<br />

ti<strong>en</strong><strong>en</strong> tanta influ<strong>en</strong>cia que los intereses de la mayoría son ignorados,<br />

un 62% coincidió <strong>en</strong> señalar que estas son prácticas comunes. Por<br />

último a la pregunta: “¿Se gobierna para el bi<strong>en</strong> de todo el pueblo?”,<br />

tan sólo un 21% de la población respondió afirmativam<strong>en</strong>te.<br />

Quizá estos datos nos pued<strong>en</strong> dar una respuesta a lo que O’ Donnell<br />

señala: “Un Estado que se diga democrático debe cumplir con<br />

la calidad de la democracia”. Y ahí está, quizá, uno de los puntos<br />

nodales para el avance democrático.<br />

¿Cómo se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra la participación ciudadana?<br />

La participación ciudadana es otro de los puntos fundam<strong>en</strong>tales para<br />

el avance de la democracia. Si participación implica la toma de decisiones<br />

de los ciudadanos <strong>en</strong> asuntos del interés público (plebiscito,<br />

referéndum, etcétera) y prácticas sociales que respond<strong>en</strong> a intereses<br />

particulares de los grupos que exist<strong>en</strong> <strong>en</strong> la sociedad 3 , <strong>en</strong>tonces<br />

t<strong>en</strong>emos que la democracia <strong>en</strong> México dista mucho de ser una<br />

democracia de calidad.<br />

Para inc<strong>en</strong>tivar la participación ciudadana, el gobierno federal ha<br />

incluido <strong>en</strong> el Plan de Desarrollo 2007-2012, como objetivo principal,<br />

el “desarrollar una cultura cívico-política que promueva la<br />

participación ciudadana <strong>en</strong> el diseño y evaluación de las políticas<br />

públicas”, y como una de sus estrategias el “promover la participación<br />

política de la mujer”.<br />

Cartón de Rius.<br />

la democracia <strong>en</strong><br />

méxico dista mucho<br />

de ser una democracia<br />

de calidad.<br />

Si bi<strong>en</strong> el Plan de Desarrollo es un mecanismo legal y organizacional<br />

que posibilita la participación de los ciudadanos <strong>en</strong> casi todos<br />

los ámbitos, éste se ha visto con recelo por parte de la clase política,<br />

qui<strong>en</strong> hace todo lo posible porque no se difunda masivam<strong>en</strong>te. Además,<br />

se sigu<strong>en</strong> <strong>en</strong>contrando resist<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> algunos grupos políticos<br />

que ti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> a no aceptar del todo la pres<strong>en</strong>cia de los ciudadanos <strong>en</strong><br />

el proceso de toma de decisiones.<br />

Sin embargo, periódicam<strong>en</strong>te se produc<strong>en</strong> movimi<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> busca<br />

de la participación, que desbordan los canales institucionales, caracterizados<br />

g<strong>en</strong>eralm<strong>en</strong>te por su oposición a iniciativas o políticas<br />

gubernam<strong>en</strong>tales que van <strong>en</strong> detrim<strong>en</strong>to de los ciudadanos.<br />

Por último, después de este apretado y sintético recorrido por<br />

el proceso democrático de México, podemos señalar que exist<strong>en</strong><br />

todavía tareas p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes que el Estado debe solucionar y que se<br />

inscrib<strong>en</strong> <strong>en</strong> los ámbitos del desarrollo social, político, cultural y<br />

económico. La gran paradoja <strong>en</strong> que nos <strong>en</strong>contramos es que, para<br />

muchos, somos un país democrático, pero con más de 50 millones<br />

de mexicanos <strong>en</strong> la pobreza.<br />

1 o’ donell, Guillermo. “Es una obligación y un derecho criticar nuestras democracias”<br />

<strong>en</strong> Metapolítica, núm. 39, 2005.<br />

2 los datos que se pres<strong>en</strong>tan fueron tomados del informe latinobarómetro 2010.<br />

http://www.latinobarometro.org/ el 5 de <strong>en</strong>ero de 2011.<br />

3 Bolos, silvia. Organizaciones sociales y gobiernos municipales: construcción de<br />

nuevas formas de participación, <strong>Universidad</strong> iberoamericana, 2003.<br />

IBERO 15


transitar a la demoCraCia/exam<strong>en</strong><br />

Tomás Segovia<br />

Poeta, narrador, <strong>en</strong>sayista, crítico literario<br />

y traductor español. Como consecu<strong>en</strong>cia de<br />

la guerra civil española, residió <strong>en</strong> París<br />

antes de llegar a México <strong>en</strong> 1940. Estudió<br />

literatura <strong>en</strong> nuestro país y fue investigador<br />

de El Colegio de México. Formó parte<br />

del consejo de redacción de las revistas<br />

Plural y Vuelta. Español-mexicano, vive<br />

alternativam<strong>en</strong>te <strong>en</strong>tre España y México,<br />

pues pasa largas temporadas <strong>en</strong> ambos países.<br />

En 1998, el Fondo de Cultura Económica<br />

publicó la recopilación de su obra bajo el<br />

título Poesía (1943-1997). Sus libros más<br />

reci<strong>en</strong>tes son Aluvial (Pre-textos, Val<strong>en</strong>cia,<br />

2009), Cartas de un jubilado (México,<br />

Ediciones Sin Nombre, 2010) y Estuario<br />

(Madrid, 2010). Entre otros reconocimi<strong>en</strong>tos,<br />

ha recibido el Premio Xavier Villaurrutia, el<br />

Alfonso X de Traducción, el Premio Octavio<br />

Paz de Poesía y Ensayo, el Premio Juan<br />

Rulfo de Literatura Latinoamericana y<br />

del Caribe y el Premio de Poesía Federico<br />

García Lorca.Blog:<br />

http://www.tomassegovia2.blogspot.com<br />

16 IBERO<br />

Justicia y<br />

Foto: Corbis.


la democracia es sin duda<br />

alguna inv<strong>en</strong>ción de la izquierda,<br />

hija de la ilustración, de la<br />

revolución Francesa y de la<br />

indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia norteamericana.<br />

Parece claro que hay algún lazo <strong>en</strong>tre la izquierda y el progreso,<br />

pero ese lazo es, por lo m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> gran parte, conting<strong>en</strong>te<br />

e histórico. Porque tampoco la alianza de la justicia con el<br />

progreso es tan sustancial como parece. La clase dirig<strong>en</strong>te y privilegiada<br />

ti<strong>en</strong>de a desconfiar del progreso, pero no por ser progreso,<br />

sino porque es cambio y el cambio ti<strong>en</strong>de a alterar las jerarquías<br />

establecidas. Pero pronto la clase dominante descubrió que no todo<br />

cambio es así y que hay progresos que afianzan las jerarquías <strong>en</strong> lugar<br />

de ponerlas <strong>en</strong> crisis. Esa es claram<strong>en</strong>te la situación <strong>en</strong> nuestros<br />

días, pero <strong>en</strong> realidad la burguesía adoptó esa estrategia casi desde<br />

el principio, desde que la idea de progreso empieza a t<strong>en</strong>er peso<br />

<strong>en</strong> la historia. Incluso, aunque claro que <strong>en</strong> otra forma y bajo otras<br />

categorías, desde mucho antes.<br />

La forma más descarnada de un progreso jerarquizante es el colonialismo,<br />

y el colonialismo empieza <strong>en</strong> el R<strong>en</strong>acimi<strong>en</strong>to. Los conquistadores<br />

y colonos r<strong>en</strong>ac<strong>en</strong>tistas no disponían de los conceptos<br />

que manejará después la burguesía colonialista: el white man’s burd<strong>en</strong><br />

y la labor civilizadora y modernizadora de la colonia; pero es<br />

claro que las ideas de cruzada religiosa y de paz imperial recubrían<br />

también la idea de cruzada civilizadora y de justificación del poder<br />

(y de su injusticia) por un mayor progreso.<br />

Nuestra época, <strong>en</strong> cierto modo, es un nuevo avatar de la vieja historia<br />

colonialista, que desde los tiempos de las colonias cartaginesas<br />

o griegas ha sufrido más de uno. El colonialismo económico es <strong>en</strong><br />

algún s<strong>en</strong>tido más colonial aún que el político, porque la es<strong>en</strong>cia<br />

del colonialismo es evid<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te económica. No hay duda de<br />

que el neocolonialismo neoliberal (¿por qué no neoburgués?) está<br />

fuertem<strong>en</strong>te interesado <strong>en</strong> el progreso que le asegura su hegemonía<br />

política y económica. Pero <strong>en</strong> la “metrópolis” tampoco es verdad<br />

que haya desaparecido la lucha de clases (es probablem<strong>en</strong>te eterna).<br />

Es verdad que resulta un poco ridículo hablar hoy de una clase<br />

proletaria <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>tada a una clase burguesa. Pero las clases seguirán<br />

existi<strong>en</strong>do mi<strong>en</strong>tras haya jerarquías y haya injusticia.<br />

¿Es concebible una jerarquía justa? La respuesta a esta pregunta es<br />

una de las claves fundam<strong>en</strong>tales de la difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre la izquierda y<br />

la derecha. La derecha no sólo pi<strong>en</strong>sa que una jerarquía puede ser<br />

justa de por sí, sin constricciones exteriores, sino que la justicia es<br />

siempre jerárquica.<br />

(Apostilla: cuando digo pi<strong>en</strong>sa no quiero decir que lo exprese<br />

abiertam<strong>en</strong>te o ni siquiera que lo pi<strong>en</strong>se consci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te. Lo digo<br />

así para abreviar, pero me refiero, por supuesto, al s<strong>en</strong>tido que presupon<strong>en</strong><br />

las actitudes y acciones de los interesados.)<br />

La izquierda más rudim<strong>en</strong>taria (y por eso más radical) pi<strong>en</strong>sa que<br />

toda jerarquía es necesariam<strong>en</strong>te injusta. Una izquierda más matizada<br />

hace distinciones, por ejemplo <strong>en</strong>tre jerarquías naturales y jerarquías<br />

sociales o artificiales. Unos seres humanos son más guapos,<br />

más intelig<strong>en</strong>tes, más sanos, más fuertes o más simpáticos que otros,<br />

democraciaIBERO<br />

17


transitar a la demoCraCia/exam<strong>en</strong><br />

lo cual es una injusticia, pero <strong>en</strong> un s<strong>en</strong>tido más bi<strong>en</strong> metafórico,<br />

porque <strong>en</strong> rigor sólo los actos humanos pued<strong>en</strong> ser justos o injustos.<br />

Pero la izquierda pi<strong>en</strong>sa siempre que incluso las jerarquías naturales<br />

deb<strong>en</strong> ser vigiladas para evitar que se conviertan <strong>en</strong> injusticias, porque<br />

las jerarquías, si no son siempre injustas, son la forma <strong>en</strong> que se<br />

realiza necesariam<strong>en</strong>te la injusticia.<br />

La política puede impulsar o no la justicia <strong>en</strong> la sociedad, y puede<br />

impulsar o no el ord<strong>en</strong> <strong>en</strong> la sociedad, pero <strong>en</strong> su propio exterior<br />

no puede impulsar la justicia y no puede dejar de impulsar el ord<strong>en</strong>.<br />

El poder no sólo se <strong>en</strong>carga del ord<strong>en</strong> <strong>en</strong> la sociedad; él mismo<br />

es ord<strong>en</strong>: jerarquía, autoridad. La izquierda <strong>en</strong> el poder es por eso<br />

paradójica y conflictiva. Hay una faceta del poder que puede decirse<br />

que es constitutivam<strong>en</strong>te de derechas: la faceta que antepone<br />

necesariam<strong>en</strong>te el ord<strong>en</strong> a la justicia. El poder como poder ti<strong>en</strong>de<br />

<strong>en</strong> efecto a esa postura: un poder injusto sigue si<strong>en</strong>do poder (nos<br />

consta), mi<strong>en</strong>tras que un poder<br />

desord<strong>en</strong>ado empieza a perder<br />

poder <strong>en</strong> la medida <strong>en</strong> que su<br />

ord<strong>en</strong> va sucumbi<strong>en</strong>do. La izquierda<br />

consiste es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> anteponer la justicia al ord<strong>en</strong>.<br />

Si está <strong>en</strong> el poder, esta tarea le<br />

resulta bi<strong>en</strong> difícil.<br />

Pi<strong>en</strong>so que de todas formas<br />

hay que votar por la izquierda <strong>en</strong><br />

las elecciones, porque comparativam<strong>en</strong>te<br />

los programas políticos<br />

de la izquierda serán siempre<br />

de más interés social que los de<br />

derecha. Pero el verdadero lugar<br />

de la izquierda está, más aún que <strong>en</strong> la oposición, <strong>en</strong> la acción social<br />

y cívica, que es <strong>en</strong> principio resist<strong>en</strong>cia al poder, aunque sólo sea <strong>en</strong><br />

la forma at<strong>en</strong>uada de autonomía fr<strong>en</strong>te al poder. El difícil desafío de<br />

la izquierda <strong>en</strong> el poder sería inhibirse ante la resist<strong>en</strong>cia social, r<strong>en</strong>unciar<br />

a su propio poder cuando la sociedad busca la justicia como<br />

sociedad, no como fuerza política, quizá incluso alim<strong>en</strong>tar esa búsqueda<br />

sin absorberla: seguir si<strong>en</strong>do social cuando está ya <strong>en</strong>cerrada<br />

<strong>en</strong> el ámbito de lo político. Ese ideal sería relativam<strong>en</strong>te alcanzable<br />

si no hubiera la derecha, o más bi<strong>en</strong> si la derecha no fuera lo que<br />

es. Pero dadas las condiciones reales, la derecha se apoderará de toda<br />

posición de poder que la izquierda no monopolice. ¿No es esto lo<br />

que está sucedi<strong>en</strong>do día a día <strong>en</strong> la España actual?<br />

Ley<strong>en</strong>do a Krauze, a Vargas Llosa, el increíble editorial de El País<br />

sobre el Che Guevara, me parece ver clara la astucia argum<strong>en</strong>tativa<br />

de la derecha. Por un lado, pres<strong>en</strong>tan la discusión como si la alternativa<br />

fuera <strong>en</strong>tre la izquierda y la democracia. En ese s<strong>en</strong>tido, Krauze<br />

y Vargas Llosa son insuperables. Aunque nunca lo afirman abiertam<strong>en</strong>te,<br />

hablan todo el tiempo sobre el presupuesto de que toda<br />

la izquierda es estalinista y totalitaria. Pero cuando aceptan alguna<br />

distinción <strong>en</strong>tre izquierda y estalinismo, de todos modos, a r<strong>en</strong>glón<br />

seguido y sin ningún rubor lógico, culpan a la izquierda <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral<br />

de los crím<strong>en</strong>es de Stalin. Ellos <strong>en</strong> cambio no son cómplices de los<br />

crím<strong>en</strong>es del nazifascismo, puesto que ellos son demócratas.<br />

La torpeza argum<strong>en</strong>tativa de la izquierda, que está estos tiempos<br />

18 IBERO<br />

la sociedad<br />

norteamericana, incluso<br />

cuando gobiernan los<br />

“demócratas”, no es <strong>en</strong><br />

absoluto más democrática<br />

que la sociedad sueca de<br />

fines del siglo XX, que era<br />

fuertem<strong>en</strong>te socialista e<br />

“izquierdista”.<br />

lam<strong>en</strong>tablem<strong>en</strong>te desori<strong>en</strong>tada, se ve <strong>en</strong> esa debilidad de aceptar<br />

siempre los términos polémicos de la derecha. La izquierda debería<br />

dejar siempre bi<strong>en</strong> claro que la dicotomía no es <strong>en</strong>tre izquierda y<br />

democracia, sino más bi<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre derecha y democracia. La democracia<br />

es sin duda alguna inv<strong>en</strong>ción de la izquierda, hija de la Ilustración,<br />

de la Revolución Francesa y de la Indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia norteamericana.<br />

Es cierto que algunos sectores de la izquierda traicionaron esa democracia<br />

que habían inv<strong>en</strong>tado. También la traicionaron, con toda<br />

evid<strong>en</strong>cia, sectores de la derecha, que además no la habían inv<strong>en</strong>tado.<br />

Una vez impuesta esa tonalidad <strong>en</strong> la argum<strong>en</strong>tación, les es fácil<br />

echar a correr la insidia de que la izquierda es <strong>en</strong>emiga de la libertad.<br />

Si no hubiéramos perdido tan vergonzosam<strong>en</strong>te como lo hemos<br />

perdido el oído histórico, nos haría saltar del asi<strong>en</strong>to oír decir<br />

que la libertad es obra de la derecha.<br />

Hay que poner at<strong>en</strong>ción tam-<br />

bién <strong>en</strong> la sutil insidia con que<br />

usan la palabra liberal. Como es<br />

sabido, esta palabra es de orig<strong>en</strong><br />

español. Los liberales españoles<br />

no eran propiam<strong>en</strong>te demócratas,<br />

eran antimonárquicos, que<br />

no es lo mismo. Lo que oponían<br />

a las limitaciones del régim<strong>en</strong><br />

monárquico no era es<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te<br />

ni la democracia y ni siquiera<br />

la república, era el mercantilismo.<br />

En ese s<strong>en</strong>tido nuestros neo-liberales<br />

ti<strong>en</strong><strong>en</strong> perfecto derecho<br />

a llamarse liberales, aunque quizá<br />

no tan “neo”. Pero es por el mercantilismo, no por la libertad —o la<br />

democracia. En la propia Norteamérica, la difer<strong>en</strong>cia original <strong>en</strong>tre<br />

“republicanos” y “demócratas” es la difer<strong>en</strong>cia <strong>en</strong>tre más mercantilistas<br />

y m<strong>en</strong>os mercantilistas. En ese contexto, los “demócratas” son<br />

la izquierda y por eso son más demócratas. Mirado <strong>en</strong> otro contexto<br />

más amplio, a mí me parece evid<strong>en</strong>te, digan lo que digan los<br />

Vargas Llosa y los François Revel, que la sociedad norteamericana,<br />

incluso cuando gobiernan los “demócratas”, no es <strong>en</strong> absoluto más<br />

democrática que la sociedad sueca de fines del siglo XX, que era<br />

fuertem<strong>en</strong>te socialista e “izquierdista”.<br />

Es que <strong>en</strong> esa argum<strong>en</strong>tación se disimula también otra sutil falacia.<br />

Esta derecha ilustrada se jacta de moderada cuando confiesa que<br />

“la democracia” ti<strong>en</strong>e sus defectos, pero es con todo, hasta ahora,<br />

la mejor organización política que ha conocido la historia. Cosa<br />

innegable, qué duda cabe, pero que no implica lo que ese argum<strong>en</strong>to<br />

finge dar por implicado: por lo tanto cualquier t<strong>en</strong>tativa de un<br />

cambio que no sea de detalle, lo que ellos llaman “reformismo” y<br />

que no afecta a ningún nivel estructural, es una t<strong>en</strong>tativa totalitaria.<br />

De donde resulta que apoyar a la democracia es apoyar a la derecha<br />

—puesto que, una vez más, toda la izquierda y sólo la izquierda es<br />

totalitaria. La “democracia” resulta así incriticable —e imperfectible—<br />

por ser el m<strong>en</strong>os malo de los sistemas. Es como si nos dijeran<br />

que el m<strong>en</strong>os malo de los torturadores es incriticable porque los<br />

demás son peores.


MIRADOR/¡Basta de sangre!<br />

Algui<strong>en</strong> dijo<br />

democracia<br />

Eduardo<br />

del Río,<br />

Rius, y<br />

Rogelio<br />

Naranjo<br />

Periodistas gráficos<br />

de larga trayectoria<br />

<strong>en</strong> el país.<br />

Colaboradores de<br />

los más importantes<br />

periódicos y<br />

revistas. Autores<br />

de múltiples libros<br />

de crítica política y<br />

educación ciudadana<br />

20 IBERO<br />

En la segunda semana de <strong>en</strong>ero, Eduardo del Río, mejor<br />

conocido como Rius, lanzó la campaña “¡Basta de sangre!”,<br />

una “loca y romántica idea”, según dice él mismo. Esta iniciativa<br />

fue acogida por diversos medios y múltiples moneros<br />

y caricaturistas o editorialistas gráficos de todo el país,<br />

así como por diversos sectores ciudadanos. A partir de una imag<strong>en</strong><br />

gráfica, a modo de lema y consigna se llama a la ciudadanía a demandar<br />

un alto a la viol<strong>en</strong>cia que padece México. En estas páginas<br />

les damos la voz y la tinta a Rius y Rogelio Naranjo.


Eduardo del Río, Rius<br />

¡Basta de sangre!<br />

La idea es motivar a que la g<strong>en</strong>te no se quede cruzada de brazos<br />

y m<strong>en</strong>tando madres, impot<strong>en</strong>te de no poder hacer nada. Desde<br />

el 10 de <strong>en</strong>ero empezó esta campaña, apoyada por Proceso, La Jornada<br />

y El Chamuco, y que tratamos de que se haga <strong>en</strong> todo el país.<br />

Sólo somos ciudadanos mexicanos <strong>en</strong>cabronados por lo que está<br />

pasando, sin apoyos políticos ni empresariales, que tratamos de<br />

que la g<strong>en</strong>te no se quede pasmada y sin manifestar su descont<strong>en</strong>to.<br />

T<strong>en</strong>emos que hacerle ver a los gobernantes y actores de la<br />

absurda guerrita calderoniana, que no estamos cont<strong>en</strong>tos con lo<br />

que está pasando. Es una forma pacífica de protestar por tanta<br />

sangre de mexicanos que también ti<strong>en</strong><strong>en</strong> familia que los pierde,<br />

aunque sean soldados o policías. México no se merece este baño<br />

de sangre”.<br />

¿ALGUIEN DIJO DEMOCRACIA?<br />

Ap<strong>en</strong>as estamos <strong>en</strong> un proceso de transición que, chance y algún<br />

día, posiblem<strong>en</strong>te, nos lleve a la democracia. No hay ninguna seguridad<br />

de eso... Porque no es la democracia la que va a traernos<br />

justicia, mejores condiciones de vida, bu<strong>en</strong>os sistemas de salud,<br />

mejor educación, etcétera, sino que esas “ganancias” son las que<br />

nos llevan a la democracia.<br />

IBERO 21


Rogelio Naranjo<br />

¡Basta de sangre!<br />

Los hechos hablan por sí solos. La población, la sociedad civil <strong>en</strong><br />

nuestro país, con todas las atrocidades que estamos vivi<strong>en</strong>do, ha<br />

llegado a un cons<strong>en</strong>so: México es un país muy deprim<strong>en</strong>te no<br />

sólo <strong>en</strong> su realidad interna, sino <strong>en</strong> la imag<strong>en</strong>, también real, que<br />

proyecta hacia el mundo. Esto no es un asunto de percepción,<br />

como dic<strong>en</strong> las autoridades, sino de una realidad salvaje. Los<br />

mexicanos no sólo vivimos indef<strong>en</strong>sos ante la inseguridad y la<br />

viol<strong>en</strong>cia, sino también avergonzados. “¡Basta de sangre!”, la pro-<br />

22 IBERO<br />

puesta de Rius a la que nos hemos sumado muchos, y se sigu<strong>en</strong><br />

sumando más, desea expresar esa indignación, porque esto ya no<br />

puede seguir así. Hay que hacer algo. Por lo pronto, protestar de<br />

alguna manera, correr la voz, y hacerle saber a las autoridades<br />

que, por supuesto, no estamos de acuerdo con la manera <strong>en</strong> que<br />

están procedi<strong>en</strong>do. Sabemos, porque no somos ing<strong>en</strong>uos, de los<br />

oídos sordos de las autoridades, de su terquedad y de su falta de<br />

visión. Pero si nos organizamos y somos muchos los que alzamos<br />

la voz, pese a su sordera, t<strong>en</strong>drán que escuchar. Vivimos <strong>en</strong> un<br />

país donde nos está gobernando la viol<strong>en</strong>cia.


¿ALGUIEN DIJO DEMOCRACIA?<br />

Es obvio que no vivimos <strong>en</strong> una democracia. Hay muchas defici<strong>en</strong>cias<br />

<strong>en</strong> la práctica democrática que, automáticam<strong>en</strong>te, impid<strong>en</strong><br />

el ejercicio real de la democracia. El IFE y los partidos, <strong>en</strong>tre<br />

otras instituciones, se han convertido <strong>en</strong> simples membretes que<br />

no respond<strong>en</strong> a las inquietudes y derechos de la ciudadanía. Y<br />

porque no vivimos <strong>en</strong> una democracia, es necesario que la sociedad<br />

civil alce la voz y exija verdaderas instituciones y auténticas<br />

prácticas democráticas. El objetivo es, precisam<strong>en</strong>te, alcanzar<br />

la democracia.<br />

IBERO 23


TRANSiTAR A LA DemoCRACiA /exam<strong>en</strong><br />

Tiempo<br />

de olvidos, tiempo<br />

de memoria<br />

24 IBERO<br />

La educación<br />

democrática debe<br />

contribuir a la<br />

emancipación de<br />

las personas<br />

Foto: Corbis.


Carlos Lomas<br />

Carlos Lomas es doctor <strong>en</strong> Filología Hispánica y catedrático de L<strong>en</strong>gua castellana y Literatura <strong>en</strong> Gijón (España). Fue<br />

director de la revista Signos (1990-1997) y es codirector de Textos de Didáctica de la L<strong>en</strong>gua y la Literatura.<br />

Como formador ha interv<strong>en</strong>ido <strong>en</strong> diversos congresos, cursos y jornadas <strong>en</strong> España, Portugal, Brasil, México, V<strong>en</strong>ezuela,<br />

Puerto Rico, Chile y Colombia. Es autor, <strong>en</strong>tre otros libros, de El espectáculo del deseo (Octaedro, 1996), Cómo<br />

<strong>en</strong>señar a hacer cosas con las palabras (Paidós, 1999), Érase una vez la escuela: Los ecos de la escuela <strong>en</strong> las<br />

voces de la literatura (Graó, 2007) y ¿El otoño del patriarcado? Luces y sombras de la igualdad <strong>en</strong>tre mujeres<br />

y hombres (P<strong>en</strong>ínsula, 2008). En unos meses aparecerá <strong>en</strong> Barcelona el libro colectivo, por él coordinado, Lecciones<br />

contra el olvido: Memoria de la educación y educación de la memoria (Octaedro, 2011).<br />

Dic<strong>en</strong> que la distancia es el olvido”, reza un hermoso<br />

bolero. De igual manera oímos a m<strong>en</strong>udo<br />

que “el tiempo lo borra todo”. Sin embargo, hace<br />

tiempo que sabemos que no siempre es ni debe ser<br />

así y que la lejanía <strong>en</strong> el mapa y <strong>en</strong> el cal<strong>en</strong>dario no<br />

conduce inevitablem<strong>en</strong>te al olvido ni borra el recuerdo de lo que<br />

fuimos y ya no somos. Y aunque a veces la memoria no sea de fiar,<br />

es la memoria lo que <strong>en</strong> última instancia nos configura como seres<br />

humanos. Porque sin memoria no hay nada ni somos nadie ni es<br />

posible <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der el mundo <strong>en</strong> que vivimos.<br />

Somos memoria. Lo que somos y lo que sabemos está tejido con<br />

los hilos del recuerdo y de la memoria. Somos lo que sabemos, sí,<br />

pero acaso sólo sabemos quiénes somos cuando nos acercamos al<br />

sufrimi<strong>en</strong>to y a las emociones de los otros, de esos otros aus<strong>en</strong>tes<br />

e invisibles, de esas mujeres y de esos hombres que a lo largo de la<br />

convulsa historia de la humanidad han sufrido las mil y una formas<br />

posibles de la injusticia, de las tiranías y de las viol<strong>en</strong>cias. Quizá<br />

porque la memoria no es sólo añoranza, recuerdos y emociones<br />

sino también, como escribiera Walter B<strong>en</strong>jamín (2008), un modo<br />

específico y alternativo de conocimi<strong>en</strong>to elaborado a partir de la<br />

mirada de las víctimas de la sinrazón humana, de ese sueño de la<br />

razón que, <strong>en</strong> palabras de Goya, <strong>en</strong>g<strong>en</strong>dra monstruos. Sin memoria<br />

de la injusticia humana no hay justicia posible. Sin memoria de las<br />

víctimas el crim<strong>en</strong> sigue impune.<br />

Contra la r<strong>en</strong>dición del tiempo, la<br />

restauración de los derechos de la<br />

memoria es un vehículo de liberación<br />

y una de las más notables tareas del<br />

p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to humano.<br />

Herbert Marcuse<br />

Es obvio que el olvido constituye con frecu<strong>en</strong>cia un conjuro inevitable<br />

contra lo que nos resulta incómodo y am<strong>en</strong>aza nuestro pres<strong>en</strong>te,<br />

una eficaz terapia contra la crueldad del pasado y un antídoto<br />

contra la cegadora luz de los recuerdos. De ahí que haya qui<strong>en</strong>es argum<strong>en</strong>tan<br />

a favor de las v<strong>en</strong>tajas del olvido y de la amnesia colectiva<br />

a la hora de afrontar juntos el futuro. Sin embargo, otras personas<br />

vindicamos el derecho a la memoria no sólo como un acto de justicia<br />

con las víctimas de la injusticia, de las viol<strong>en</strong>cias, de las miserias y<br />

de las diásporas sino también como una estrategia ética ori<strong>en</strong>tada a<br />

fom<strong>en</strong>tar la emerg<strong>en</strong>cia de una ciudadanía crítica y democrática. La<br />

conci<strong>en</strong>cia social de las sombras del ayer (y del hoy) constituye una<br />

condición indisp<strong>en</strong>sable para el ejercicio de la libertad <strong>en</strong> la medida<br />

<strong>en</strong> que, como señalara Sor<strong>en</strong> Kierkegaard, la vida debe ser vivida<br />

hacia delante pero sólo puede <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derse hacia atrás.<br />

En nombre del futuro no cabe el olvido de un pasado y de un<br />

pres<strong>en</strong>te tan imperfectos (guerras, matanzas, injusticias, g<strong>en</strong>ocidios,<br />

dictaduras…) porque constatamos a diario la terca perviv<strong>en</strong>cia de<br />

la miseria, de la opresión, de la desigualdad y de la viol<strong>en</strong>cia <strong>en</strong><br />

demasiadas zonas del planeta que cond<strong>en</strong>a a millones de personas<br />

al hambre, al analfabetismo, a la <strong>en</strong>fermedad, a las violaciones, a las<br />

torturas y a la muerte, cuando no al exilio y a la emigración a la<br />

búsqueda desesperada de otros paisajes y de otras patrias donde la<br />

vida humana t<strong>en</strong>ga aún algún valor y donde al m<strong>en</strong>os sea posible<br />

ejercer el derecho a vivir <strong>en</strong> paz.<br />

Vivimos, <strong>en</strong> estos albores del siglo XXi, <strong>en</strong> un tiempo<br />

de sil<strong>en</strong>cios, <strong>en</strong> un tiempo <strong>en</strong> el que se fom<strong>en</strong>ta,<br />

<strong>en</strong> nombre de la conviv<strong>en</strong>cia democrática, una<br />

amnesia colectiva que m<strong>en</strong>osprecia el valor de<br />

la memoria histórica.<br />

IBERO 25


TRANSiTAR A LA DemoCRACiA /exam<strong>en</strong><br />

Hacer visible lo invisible<br />

En España vivimos, <strong>en</strong> estos albores del siglo XXI, <strong>en</strong> un tiempo<br />

de sil<strong>en</strong>cios, <strong>en</strong> un tiempo <strong>en</strong> el que se fom<strong>en</strong>ta, <strong>en</strong> nombre de la<br />

conviv<strong>en</strong>cia democrática, una amnesia colectiva que m<strong>en</strong>osprecia<br />

el valor de la memoria histórica y sigue arrojando a las víctimas de<br />

la barbarie franquista, tantas décadas después, a las fosas del olvido.<br />

De esta manera los apologistas del olvido int<strong>en</strong>tan algo tan obsc<strong>en</strong>o<br />

como eliminar las obvias difer<strong>en</strong>cias <strong>en</strong>tre verdugos y víctimas<br />

y afirmar categóricam<strong>en</strong>te el absurdo de vindicar, aunque sea de<br />

manera simbólica, el derecho de las víctimas de las dictaduras a la<br />

justicia y a la memoria. Por ello, y sigui<strong>en</strong>do el consejo feminista,<br />

urge hacer visible lo invisible, urge mirar el mundo con los ojos de los<br />

olvidados, de qui<strong>en</strong>es nacieron para perder, y urge vindicar el derecho<br />

a la memoria como un deber de justicia con las víctimas de<br />

tantas imposturas, de tantos sil<strong>en</strong>cios, de tantos maltratos, de tantos<br />

exilios y de tantas diásporas, de tantas cárceles, de tantas torturas y<br />

de tantas muertes.<br />

Una ética implicada <strong>en</strong> la construcción de formas de vida y de<br />

sociedades equitativas y democráticas exige aceptar que el convulso<br />

pres<strong>en</strong>te <strong>en</strong> que vivimos y ese futuro al que algunos apelan para<br />

justificar el olvido de la barbarie humana están construidos sobre<br />

las víctimas, sobre los sin nombre, sobre qui<strong>en</strong>es aún son invisibles.<br />

De ahí la importancia que ti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> cualquier afán emancipatorio<br />

(y la educación democrática debiera contribuir a la emancipación<br />

de las personas) imaginar al otro (y a la otra), ponerse <strong>en</strong> la piel de<br />

otros seres humanos, emocionarse e indignarse ante el desamparo y<br />

el dolor aj<strong>en</strong>os, asomarse al espanto de las injusticias humanas y a las<br />

tragedias de tantas vidas sometidas a la pobreza, al analfabetismo, a la<br />

diáspora, a la viol<strong>en</strong>cia y a la injusticia. Sólo así es posible el diálogo<br />

y el <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong>tre las personas y <strong>en</strong>tre las culturas porque “la<br />

memoria colectiva produce reconciliación cuando es memoria del<br />

sufrimi<strong>en</strong>to del otro” (Mate, 2008: 175).<br />

Lecciones contra el olvido<br />

En nombre de la conviv<strong>en</strong>cia y del futuro abundan de un tiempo a esta<br />

parte las voces que se manifiestan a favor del olvido de la memoria histórica<br />

a la vez que vindican la ocultación de la barbarie humana como<br />

una forma de conjurar <strong>en</strong> nombre de un pres<strong>en</strong>te imperfecto y de un<br />

futuro incierto las sombras del pasado. El eco de esas voces se escucha<br />

<strong>en</strong> la actualidad <strong>en</strong> la educación porque, como señala Ost<strong>en</strong> (2008), “no<br />

es ninguna casualidad que <strong>en</strong> los debates de política educativa ya no se<br />

hable de la formación <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de una participación <strong>en</strong> la memoria<br />

de la humanidad y de la capacidad de juicio que de ella resulta. La<br />

26 IBERO<br />

La educación de la memoria <strong>en</strong> las aulas<br />

debiera contribuir a convertir ese espejo<br />

opaco y hecho añicos <strong>en</strong> un espejo diáfano<br />

que evite los olvidos y las amnesias que nos<br />

impid<strong>en</strong> avanzar <strong>en</strong> la construcción de una<br />

sociedad más libre, igualitaria y democrática.<br />

relegación de la memoria <strong>en</strong> los planes de estudio a los ord<strong>en</strong>adores<br />

y a las bases de datos se realiza con éxito con el objetivo de despr<strong>en</strong>derse<br />

de la carga del recuerdo a cambio de una acelerada obt<strong>en</strong>ción<br />

de compet<strong>en</strong>cias de futuro”. Por el contrario, educar <strong>en</strong> la def<strong>en</strong>sa<br />

del derecho a la memoria de la barbarie humana constituye un<br />

acto de justicia con las víctimas, una invitación al ejercicio moral<br />

de la razón compasiva (Mate, 2008: 25) y <strong>en</strong> consecu<strong>en</strong>cia un deber<br />

ineludible y urg<strong>en</strong>te de la educación (o al m<strong>en</strong>os, de una educación<br />

democrática).<br />

El escritor colombiano Héctor Abad Faciolince afirma que “la<br />

memoria es un espejo opaco y vuelto añicos, o, mejor dicho, está<br />

hecha de intemporales conchas de recuerdos desperdigadas sobre<br />

una playa de olvidos” (2006: 137). La educación de la memoria <strong>en</strong><br />

las aulas debiera contribuir a convertir ese espejo opaco y hecho<br />

añicos <strong>en</strong> un espejo diáfano que evite los olvidos y las amnesias<br />

que nos impid<strong>en</strong> avanzar <strong>en</strong> la construcción de una sociedad más<br />

libre, igualitaria y democrática. Entre otras cosas, porque la escuela<br />

es uno de los esc<strong>en</strong>arios donde se transmite la memoria colectiva y<br />

las id<strong>en</strong>tidades y saberes socialm<strong>en</strong>te legitimados. Y <strong>en</strong> este contexto<br />

convi<strong>en</strong>e subrayar que esa memoria colectiva y esas id<strong>en</strong>tidades<br />

y saberes socialm<strong>en</strong>te legitimados por la escuela están a m<strong>en</strong>udo<br />

construidos sobre los cimi<strong>en</strong>tos del olvido de lo que se considera<br />

irrelevante, doloroso, incómodo e inoportuno. Por ello asistimos <strong>en</strong><br />

la actualidad a tantos debates y a tantas disputas por el control de<br />

las memorias colectivas y a tanta vindicación del olvido como una<br />

forma de imaginar tiempos mejores aunque, al hacerlo, corremos<br />

el riesgo de olvidarnos de las lecciones que se pued<strong>en</strong> apr<strong>en</strong>der a<br />

través del escrutinio de lo que no nos resulta cómodo recordar. Sin<br />

embargo, como señala Noam Chomsky (2002: 28), “es la responsabilidad<br />

intelectual de los maestros int<strong>en</strong>tar decir la verdad. Es un<br />

imperativo moral. […] El apr<strong>en</strong>dizaje verdadero ti<strong>en</strong>e que ver con<br />

descubrir la verdad por sí mismos, sin eliminar las informaciones y<br />

las ideas que pudieran resultar embarazosas para los poderosos: los<br />

que crean, diseñan e impon<strong>en</strong> la política escolar”.<br />

Refer<strong>en</strong>cias<br />

Abad Faciolince, Héctor (2006), El olvido que seremos, planeta, Bogotá.<br />

B<strong>en</strong>jamín, Walter (2008), Tesis sobre la historia y otros fragm<strong>en</strong>tos, Ítaca, méxico.<br />

Chomsky, Noam (2002), La (des)educación, edición e introducción de Donaldo<br />

macedo, Crítica, Barcelona.<br />

mate, Reyes (2008), La her<strong>en</strong>cia del olvido, errata Naturae, madrid.<br />

ost<strong>en</strong>, manfred (2008), La memoria robada. Los sistemas digitales y la destrucción de<br />

la cultura del recuerdo, Siruela, madrid.<br />

Contacto: lomascarlos@gmail.com


LÍDER IBERO<br />

México es<br />

un país<br />

fracturado<br />

por sus<br />

desigualdades<br />

Entrevista con<br />

Héctor Aguilar Camín<br />

Juan Domingo Argüelles<br />

Director editorial de IBERO<br />

Héctor Aguilar Camín (Chetumal, Quintana Roo,<br />

1946) es uno de los líderes de opinión más importantes<br />

de México. Escritor, historiador, periodista y<br />

editor, estudió la carrera de Ci<strong>en</strong>cias y Técnicas de la<br />

Información (hoy Comunicación) <strong>en</strong> la Ibero, y es doctor <strong>en</strong><br />

Historia por El Colegio de México. Carlos Fu<strong>en</strong>tes escribió:<br />

“Héctor Aguilar Camín es uno de los más intelig<strong>en</strong>tes escritores<br />

mexicanos de la g<strong>en</strong>eración que sigue a la mía”.<br />

En su obra literaria destacan las novelas Morir <strong>en</strong> el golfo (1980),<br />

La guerra de Galio (1990), El error de la luna (1995), Un soplo <strong>en</strong> el<br />

río (1998), El resplandor de la madera (1999), Las mujeres de Adriano<br />

(2002), Mandatos del corazón (2003), La conspiración de la fortuna<br />

(2005) y La provincia perdida (2007). Su más reci<strong>en</strong>te obra es Pa-<br />

28 IBERO<br />

sado p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te y otras historias conversadas (Seix Barral, 2010). En su<br />

trabajo de investigación histórica y política sobresal<strong>en</strong> sus libros<br />

La frontera nómada (1977), México; la c<strong>en</strong>iza y la semilla (2000) y<br />

La tragedia de Colosio (2004).<br />

En 1986 recibió el Premio Nacional de Periodismo y <strong>en</strong> 1998<br />

el Premio Mazatlán de Literatura. En 2009, la <strong>Universidad</strong> Veracruzana<br />

le concedió el Doctorado Honoris Causa. Ha sido<br />

director de la Editorial Cal y Ar<strong>en</strong>a y subdirector del diario La<br />

Jornada, y actualm<strong>en</strong>te es director de la revista Nexos, de la cual<br />

es fundador. En televisión, fue conductor del programa Zona<br />

Abierta y participa <strong>en</strong> Tercer Grado, de Televisa, y <strong>en</strong> el periodismo<br />

escrito es columnista del diario Mil<strong>en</strong>io. Tal es el perfil del<br />

líder Ibero que conversa para nuestros lectores.


Las desigualdades<br />

de México hac<strong>en</strong><br />

que todo —la<br />

democracia, el<br />

civismo, la solidaridad,<br />

la educación, el<br />

conocimi<strong>en</strong>to,<br />

etcétera— sea algo<br />

fracturado.<br />

¿Cómo fue tu formación <strong>en</strong> la Ibero?<br />

Lo primero que vi<strong>en</strong>e a mi m<strong>en</strong>te es una universidad mucho<br />

más pequeña y un tanto confesional. Una universidad que era<br />

una especie de club social <strong>en</strong> las afueras de la ciudad de México,<br />

porque <strong>en</strong>tonces estaba ubicada <strong>en</strong> la colonia Campestre<br />

Churubusco. Conservaba, para mí, mucho del ambi<strong>en</strong>te de la<br />

escuela preparatoria, porque yo era muy jov<strong>en</strong>, t<strong>en</strong>ía 16 años,<br />

cuando <strong>en</strong>tré a la universidad, y porque <strong>en</strong> la carrera de Ci<strong>en</strong>cias<br />

y Técnicas de la Información, al igual que <strong>en</strong> la prepa, llevábamos<br />

una cantidad <strong>en</strong>orme de materias. T<strong>en</strong>íamos un dicho: “Si<br />

es materia, la llevamos”.<br />

La novedad absoluta de mi formación universitaria fueron las<br />

mujeres, muy especialm<strong>en</strong>te las alumnas de Filosofía y Letras:<br />

Fotografías de Rogelio Cuéllar.<br />

una colección espectacular de bellezas resplandeci<strong>en</strong>tes. T<strong>en</strong>ían<br />

que ser novedad, porque yo había estudiado toda la vida <strong>en</strong> colegios<br />

de varones y toda la vida también con jesuitas, salvo los<br />

primeros años que estudié con las monjas <strong>en</strong> Chetumal. A raíz<br />

del ciclón Janet, vine con mi familia a la ciudad de México, y<br />

ese mismo año, 1955, <strong>en</strong>tré al Instituto Patria, que era la escuela<br />

que t<strong>en</strong>ían los jesuitas <strong>en</strong> Polanco, también <strong>en</strong> las afueras de la<br />

ciudad, rodeada de milpas, donde hoy está El Palacio de Hierro,<br />

<strong>en</strong> la calle de Molière. En el Patria estuve desde el quinto año de<br />

primaria hasta el segundo de prepa, porque <strong>en</strong>tonces la preparatoria<br />

era sólo de dos años, y de ahí, a partir de 1962, seguí con los<br />

jesuitas cinco años más <strong>en</strong> la Ibero. De manera que soy una fruta<br />

directa de la educación jesuita, cualquier cosa que esto signifique.<br />

¿A qué profesores y condiscípulos recuerdas<br />

especialm<strong>en</strong>te?<br />

Al director de la carrera, Jesús María Cortina, que era un hombre<br />

ll<strong>en</strong>o de bu<strong>en</strong>a voluntad, de bu<strong>en</strong> humor y de s<strong>en</strong>tido práctico,<br />

que fue realm<strong>en</strong>te qui<strong>en</strong> convirtió esa carrera <strong>en</strong> un instrum<strong>en</strong>to<br />

de conocimi<strong>en</strong>to para el trabajo, para salir a ganarse la vida.<br />

Nosotros decíamos que había tres tipos de jesuitas, y creo que<br />

son canónicos y sigu<strong>en</strong> existi<strong>en</strong>do. Uno era el sabio jesuita, que lo<br />

<strong>en</strong>carnaba Felipe Pardinas. Luego estaba el santo varón, que era<br />

un jesuita con un toque muy suave, muy espiritual, muy retirado<br />

de las cosas mundanas, <strong>en</strong>vuelto <strong>en</strong> las obligaciones de la ord<strong>en</strong>,<br />

hombre terso de apari<strong>en</strong>cia beatífica, y el prototipo era el padre<br />

Héctor González Uribe, que fue un tiempo director de la escuela<br />

de Ci<strong>en</strong>cias y Técnicas de la Información y luego rector<br />

de la Ibero. Y el tercer tipo jesuítico era el curita “boxeador”,<br />

mi favorito, porque era el cura que se acercaba realm<strong>en</strong>te, como<br />

amigo, a la vida cotidiana de los alumnos. En el Patria <strong>en</strong> particular<br />

así eran realm<strong>en</strong>te los curas más populares, porque con<br />

ellos se podía departir de tú a tú y porque, además, eran relativam<strong>en</strong>te<br />

jóv<strong>en</strong>es. Formalm<strong>en</strong>te, eran maestrillos más que curas ya<br />

recibidos y constituían la parte de la Compañía de Jesús con la<br />

que uno t<strong>en</strong>ía una relación más amistosa.<br />

Cortina se aproximaba mucho a ese estilo campechano, pragmático,<br />

humorístico, del curita “boxeador”, <strong>en</strong> el bu<strong>en</strong> s<strong>en</strong>tido<br />

de la expresión. Por supuesto también t<strong>en</strong>íamos nuestros<br />

problemas con él, como es natural que los tuviéramos con las<br />

autoridades, pero lo que él llevó a cabo —y que estuvo muy<br />

bi<strong>en</strong> hecho— fue quitarle a la carrera de Comunicación la carga<br />

excesivam<strong>en</strong>te filosófica e intelectual que t<strong>en</strong>ía <strong>en</strong> las manos de<br />

José Sánchez Villaseñor, y volverla más técnica e instrum<strong>en</strong>tal,<br />

con materias como publicidad, periodismo, televisión, cine, etcétera,<br />

indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te de conservar nuestras materias de<br />

filosofía, historia de la cultura, psicología y demás.<br />

La carrera que yo estudié, a difer<strong>en</strong>cia, por ejemplo, de Administración<br />

de Empresas, que era quizá la más prestigiada <strong>en</strong>tre<br />

todas las escuelas de <strong>en</strong>tonces, era una miscelánea de una <strong>en</strong>orme<br />

diversidad de cosas difícilm<strong>en</strong>te compatibles <strong>en</strong>tre sí, pero <strong>en</strong><br />

eso residía un poco su <strong>en</strong>canto. Íbamos a clases mañana y tarde:<br />

<strong>en</strong>trábamos a las ocho de la mañana y salíamos a las once o a<br />

las doce, y luego volvíamos a las cuatro y salíamos a las ocho o<br />

a las nueve de la noche, de acuerdo con la infinita cantidad de<br />

materias que podíamos tomar.<br />

IBERO 29


LÍDER IBERO<br />

Yo siempre he mirado el<br />

periodismo como una forma de<br />

repartir el conocimi<strong>en</strong>to, de darle<br />

a la sociedad lo que necesita<br />

para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der lo que sucede.<br />

Yo pert<strong>en</strong>ecí a la cuarta g<strong>en</strong>eración. Todavía era una g<strong>en</strong>eración<br />

muy pequeña, de unos cuar<strong>en</strong>ta o cuar<strong>en</strong>ta y cinco alumnos.<br />

La primera había sido sólo de catorce, y había arrancado <strong>en</strong><br />

la calle de Zaragoza, <strong>en</strong> Coyoacán, con Sánchez Villaseñor. Sánchez<br />

Villaseñor t<strong>en</strong>ía una idea bastante romántica aunque también<br />

muy práctica de la escuela. Quería formar un humanista, un<br />

hombre con el conocimi<strong>en</strong>to profundo e intelectual de su tiempo<br />

y con los instrum<strong>en</strong>tos también de su época, para difundir un<br />

bu<strong>en</strong> m<strong>en</strong>saje. Pero la verdad es que a esas primeras g<strong>en</strong>eraciones<br />

de la carrera <strong>en</strong>tramos puros despistados. Íbamos cay<strong>en</strong>do allá<br />

porque no t<strong>en</strong>íamos claro qué cosa queríamos hacer. Eran tan<br />

diversas las materias, al igual que las posibilidades profesionales,<br />

que todo esto le quedaba muy bi<strong>en</strong> a nuestro desconcierto.<br />

De la primera g<strong>en</strong>eración recuerdo ahora, y de toda la vida,<br />

a José María Pérez Gay; también a Eduardo Maldonado, un cineasta<br />

docum<strong>en</strong>talista muy notable, y a Yolanda Lazo. De la segunda<br />

g<strong>en</strong>eración, los primeros que vi<strong>en</strong><strong>en</strong> a mi memoria son<br />

dos amigos míos de toda la vida: Luis Linares Zapata y Alberto<br />

Ulloa. De la tercera recuerdo a Paco Prieto, a Francisco Rodríguez<br />

Ezeta y a María Angélica Luna Parra. Y de mi g<strong>en</strong>eración<br />

a varios amigos que conservo a la fecha, como Sergio González<br />

Romero y Ernesto García Cabral, <strong>en</strong>tre otros, algunos de los<br />

cuales fueron mis compañeros desde el Instituto Patria. La Ibero<br />

era, realm<strong>en</strong>te, como una pequeña familia ext<strong>en</strong>sa.<br />

¿Siempre te s<strong>en</strong>tiste a gusto con la educación jesuita?<br />

En ese <strong>en</strong>tonces, quizá lo que echábamos de m<strong>en</strong>os <strong>en</strong> la Ibe-<br />

30 IBERO<br />

ro era un poco el tema deportivo y un<br />

poco también la mayor libertad que t<strong>en</strong>íamos,<br />

desde el punto de vista personal<br />

y religioso, <strong>en</strong> el Patria. La Ibero t<strong>en</strong>ía <strong>en</strong>tonces<br />

un toque confesional: se rezaba el<br />

ángelus <strong>en</strong> las tardes, y los curas vigilaban<br />

con cierto celo las relaciones amorosas de<br />

los alumnos, eran un poco dirigistas con<br />

nuestra vida personal, a fin de corregir las<br />

conductas que consideraban desviantes.<br />

Además, una bu<strong>en</strong>a parte de ellos t<strong>en</strong>ía<br />

la convicción, razonable, de que yo estaba<br />

completam<strong>en</strong>te loco, que era un personaje<br />

desviante y un poco anárquico, y lo<br />

era <strong>en</strong> realidad, porque a pesar de ser un<br />

hijo de las escuelas jesuitas, nunca tuve<br />

una disciplina religiosa, una profesión de<br />

fe o ciertas conductas vinculadas a la ética<br />

del rito católico. Siempre fui bastante<br />

agnóstico y anárquico. Entonces, tuve algunos<br />

problemas con los curas, especialm<strong>en</strong>te<br />

con una pequeña plaga que llegó<br />

de España: unos curas franquistas bastante<br />

conservadores y <strong>en</strong>trometidos. Pero la<br />

verdad es que yo recuerdo mi paso por la<br />

Ibero, y por la educación jesuita <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral,<br />

con gran gusto, como <strong>en</strong> medio de un<br />

cierto resplandor.<br />

¿Qué opinión ti<strong>en</strong>es hoy de la<br />

Ibero?<br />

La Ibero <strong>en</strong> la que yo estudié estaba <strong>en</strong><br />

una fase experim<strong>en</strong>tal; era una universidad que estaba empezando<br />

a ofrecer sus cursos y que t<strong>en</strong>ía muy pocas carreras. Estaba<br />

<strong>en</strong> su fase de construcción. La <strong>Iberoamericana</strong> de hoy es una<br />

universidad muy consolidada, muy profesional y nada confesional.<br />

Y cuando digo profesional me refiero a que la mayor parte<br />

de las autoridades que nosotros t<strong>en</strong>íamos, sino es que todas, eran<br />

sacerdotes. Los principales maestros eran sacerdotes, y aunque<br />

había externos muy importantes (por ejemplo Vic<strong>en</strong>te Leñero,<br />

que fue nuestro maestro de periodismo, si<strong>en</strong>do él muy jov<strong>en</strong>), la<br />

verdad es que todo t<strong>en</strong>ía un toque de pedagogía sacerdotal, <strong>en</strong><br />

un contexto jesuita absolutam<strong>en</strong>te religioso.<br />

Pero ahora lo que t<strong>en</strong>emos es una universidad donde las autoridades<br />

mayores pued<strong>en</strong> ser miembros de una Compañía mucho<br />

más liberal, cercana al mundo; una universidad meritocrática,<br />

con <strong>en</strong>orme cantidad de laicos y civiles conduciéndola. Sobre<br />

todo, una universidad muy progresista; a veces incluso ing<strong>en</strong>uam<strong>en</strong>te<br />

progresista, como queri<strong>en</strong>do pagar todavía alguna aduana<br />

por ser una universidad privada, a fin de no ser tachada como<br />

una universidad conservadora o burguesa. Pero tanto por la calidad<br />

de la <strong>en</strong>señanza como por las instalaciones y la cantidad<br />

de las carreras, la Ibero es hoy una de las mejores universidades.<br />

A partir de tu formación profesional, ¿cómo <strong>en</strong>ti<strong>en</strong>des el<br />

periodismo?<br />

Yo siempre he mirado el periodismo como una forma de repartir<br />

el conocimi<strong>en</strong>to, de darle a la sociedad lo que necesita<br />

para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der lo que sucede. No lo he visto como un negocio


o como una forma de simple <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>imi<strong>en</strong>to. En este s<strong>en</strong>tido,<br />

mi visión del periodismo es una visión elitista, porque no me<br />

interesa el periodismo popular, ni el periodismo de escándalo,<br />

ni el periodismo de la farándula. Me interesa el periodismo del<br />

conocimi<strong>en</strong>to, que t<strong>en</strong>ga una influ<strong>en</strong>cia sobre los cambios que la<br />

sociedad necesita; un periodismo para crear conci<strong>en</strong>cia y hacer<br />

política <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido más amplio y g<strong>en</strong>eroso del término política:<br />

mejorar la cosa pública.<br />

¿Cómo ves el periodismo actual?<br />

El periodismo <strong>en</strong> México vive, a la vez, un gran mom<strong>en</strong>to y un<br />

mom<strong>en</strong>to muy pobre. Es el gran mom<strong>en</strong>to de la pluralidad, la<br />

libertad y la riqueza (<strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de dinero y <strong>en</strong> el s<strong>en</strong>tido de la<br />

calidad de profesionistas que lo ejerc<strong>en</strong>). Pero, al mismo tiempo,<br />

es un periodismo muy poco responsable, <strong>en</strong> términos de llevarle<br />

a la g<strong>en</strong>te el conocimi<strong>en</strong>to que necesita para ser mejores ciudadanos<br />

y seres humanos más intelig<strong>en</strong>tes. Los grandes periódicos<br />

son grandes intelectuales colectivos: máquinas de g<strong>en</strong>erar información<br />

para ayudar a ser más intelig<strong>en</strong>tes y más eficaces a sus<br />

lectores; para <strong>en</strong>señarles a compr<strong>en</strong>der cosas que difícilm<strong>en</strong>te van<br />

a compr<strong>en</strong>der solos, a conocer a su sociedad, y a crear comunidad<br />

intelig<strong>en</strong>te, que compr<strong>en</strong>da y esté al tanto de lo que pasa <strong>en</strong><br />

todos los ámbitos (político, económico, social, deportivo, cultural,<br />

etcétera). Si los periódicos no son grandes intelectuales colectivos<br />

—y <strong>en</strong> este s<strong>en</strong>tido soy muy sanchezvillaseñoriano—, no diría<br />

que son despreciables, pero sí que son instrum<strong>en</strong>tos de segunda<br />

calidad pública: bu<strong>en</strong>os negocios o bu<strong>en</strong>os divertim<strong>en</strong>tos, pero<br />

car<strong>en</strong>tes de ese ethos que yo, quizá, apr<strong>en</strong>dí <strong>en</strong> la Ibero: ser algo<br />

más que divulgadores, <strong>en</strong>tret<strong>en</strong>edores, escandalizadores y masajeadores<br />

de la sociedad. Ser sus cerebros, sus intelectuales colectivos.<br />

En este s<strong>en</strong>tido, ¿el periodismo debe t<strong>en</strong>er una<br />

vocación educativa, formativa?<br />

Sí, claro. El periodismo ti<strong>en</strong>e que ser parte de la intelig<strong>en</strong>cia, de<br />

la compr<strong>en</strong>sión, la responsabilidad y la conducta cívica, solidaria y<br />

ética de los lectores, de los públicos. Y yo si<strong>en</strong>to que nuestro periodismo<br />

r<strong>en</strong>uncia demasiado fácilm<strong>en</strong>te a toda noción que no sea una<br />

formulación tan limitada como la sigui<strong>en</strong>te: “A mí no me importa<br />

nada más que la noticia y yo no t<strong>en</strong>go más responsabilidad que<br />

atraer a los lectores a mi medio, sin callarme nada, y si hace falta<br />

subiéndole bastantes decibeles a los gritos y los susurros de la sociedad”.<br />

Una formulación así me resulta muy pobre como periodismo.<br />

¿Así era el periodismo cuando fundaste Nexos?<br />

Cuando fundamos Nexos el periodismo mexicano era un periodismo<br />

bastante provinciano, sometido, amordazado y alquilado<br />

<strong>en</strong> muchos s<strong>en</strong>tidos. Había muy pocos periódicos realm<strong>en</strong>te<br />

indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes y libres, aunque por ello mismo, también, una<br />

<strong>en</strong>orme oportunidad para hacer el periodismo que a mí me ha<br />

interesado siempre. Nexos se fundó <strong>en</strong> los años set<strong>en</strong>ta, y com<strong>en</strong>zaba<br />

a haber <strong>en</strong> México una cierta riqueza muy visible, muy<br />

madura ya, de conocimi<strong>en</strong>to académico; de g<strong>en</strong>te que estudiaba<br />

con rigor la política, la economía, la dinámica social. Y lo que<br />

nosotros hicimos <strong>en</strong> Nexos fue tratar de traer ese conocimi<strong>en</strong>to,<br />

que había <strong>en</strong> los claustros académicos, a un espacio público<br />

intermedio <strong>en</strong>tre el artículo de periódico y el <strong>en</strong>sayo académico,<br />

añadi<strong>en</strong>do desde luego algo que ya era una riqueza muy<br />

consolidada de la vida cultural mexicana: la creación y la crítica<br />

literaria, <strong>en</strong> el ámbito de las humanidades.<br />

La titulamos Nexos, sociedad, ci<strong>en</strong>cia y literatura, porque nos parecía<br />

desde <strong>en</strong>tonces que había un tema tecnológico y ci<strong>en</strong>tífico<br />

que estaba también escondido y del que nadie se hacía<br />

cargo <strong>en</strong> los espacios de las audi<strong>en</strong>cias periodísticas. Fue una<br />

decisión acertada que le permitió a la revista t<strong>en</strong>er un perfil<br />

muy claro desde el principio. Luego lo que nosotros iniciamos<br />

se acabó volvi<strong>en</strong>do una moda, de manera que ahora t<strong>en</strong>emos<br />

una <strong>en</strong>orme desv<strong>en</strong>taja si persistimos <strong>en</strong> ser un espacio periodístico-académico,<br />

porque todos los periódicos están ll<strong>en</strong>os de<br />

com<strong>en</strong>taristas de una gran solidez académica, que desahogan <strong>en</strong><br />

las páginas editoriales, con mucha eficacia, lo que han apr<strong>en</strong>dido<br />

<strong>en</strong> las aulas; y, paradójicam<strong>en</strong>te, ahora el espacio abierto para una<br />

revista como Nexos es el increíble espacio que han dejado los<br />

periódicos mexicanos a causa de ir <strong>en</strong> pos de ese periodismo de<br />

inmediatez, de shock y escándalo. El periodismo mexicano ha<br />

r<strong>en</strong>unciado al reportaje largo, complejo, bi<strong>en</strong> escrito; ha r<strong>en</strong>unciado<br />

a la crónica, a la <strong>en</strong>trevista de perfiles, de larga p<strong>en</strong>etración,<br />

y, <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral, ha r<strong>en</strong>unciado a la escritura, y, especialm<strong>en</strong>te, a la<br />

bu<strong>en</strong>a escritura. Con unas cuantas excepciones, <strong>en</strong> los periódicos,<br />

escrib<strong>en</strong> mucho mejor los columnistas y los articulistas que<br />

los reporteros que reduc<strong>en</strong> su ejercicio a dar síntesis noticiosas.<br />

¿Ti<strong>en</strong>e esto que ver con una crisis de la lectura o con la<br />

preemin<strong>en</strong>cia del periodismo como negocio?<br />

Ti<strong>en</strong>e que ver con una cuestión de negocio, obviam<strong>en</strong>te, pero<br />

también con un contagio del periodismo televisivo y radiofónico<br />

sobre los hábitos informativos de la g<strong>en</strong>te y, por tanto, sobre<br />

lo que la g<strong>en</strong>te tolera leer <strong>en</strong> un periódico. Los periódicos han<br />

ido sigui<strong>en</strong>do el tema de la inmediatez y del formato corto y<br />

rápido de las noticias de televisión y de radio, y han r<strong>en</strong>unciado,<br />

poco a poco, a los lectores. Los periódicos tratan a los lectores<br />

como si fueran radioescuchas: les dic<strong>en</strong> rápidam<strong>en</strong>te las cosas, y<br />

no hay ninguna confianza <strong>en</strong> que un lector de periódico pueda<br />

leerse, de principio a fin, un reportaje que ocupe dos planas o<br />

plana y media de un periódico estándar. El periodismo mexicano<br />

se ha empobrecido mucho al contagiarse de la rapidez y del<br />

s<strong>en</strong>tido de choque y de inmediatez de la radio y la televisión.<br />

Hasta los periódicos mejor hechos lo que le dan al público son<br />

noticias casi casi como soundbits que pued<strong>en</strong> escuchar <strong>en</strong> la radio.<br />

Y <strong>en</strong>tre más escandaloso, rijoso y descontrolado el dicho de un<br />

político, más va a la primera plana. Ahora t<strong>en</strong>emos un nuevo modelo<br />

de ganarse la primera plana con la l<strong>en</strong>gua, dici<strong>en</strong>do chascarrillos<br />

y gracejadas y tirando lancetas. Es, además, un periodismo<br />

amarranavajas, que ofrece a los lectores muy pocos instrum<strong>en</strong>tos<br />

para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>der lo que sucede y para portarse de un modo más<br />

intelig<strong>en</strong>te que como se portan con sus propios medios.<br />

Lo paradójico es que t<strong>en</strong>emos, <strong>en</strong> México, un periodismo más<br />

libre y más plural que nunca, con más garra <strong>en</strong> la búsqueda de<br />

la noticia, pero a la vez un periodismo muy pobre intelectual y<br />

analíticam<strong>en</strong>te hablando, e incluso muy pobre desde el punto de<br />

vista informativo, porque es un periodismo que está <strong>en</strong> la piel<br />

de los hechos y no va mucho más allá. Yo escribo una columna<br />

diaria, de lunes a viernes, <strong>en</strong> el diario Mil<strong>en</strong>io, y casi todas las semanas<br />

me t<strong>en</strong>go que fugar de los temas que tra<strong>en</strong> los diarios para<br />

no repetir lo que repit<strong>en</strong> todos. Trato asuntos literarios o busco<br />

temas que me saqu<strong>en</strong> de la rutina machacona de ese periodismo<br />

inmediatista. Este es un asunto <strong>en</strong> el que los periodistas deberíamos<br />

reflexionar. Hay que at<strong>en</strong>der m<strong>en</strong>os el chascarrillo y buscar<br />

más el s<strong>en</strong>tido profundo de las cosas.<br />

IBERO 31


LÍDER IBERO<br />

El periodismo ti<strong>en</strong>e<br />

que ser parte de la<br />

intelig<strong>en</strong>cia,<br />

de la compr<strong>en</strong>sión,<br />

la responsabilidad y<br />

la conducta cívica,<br />

solidaria y ética de los<br />

lectores, de los públicos.<br />

Háblame, por favor, de tus otras dos vocaciones<br />

profesionales: la historia y la ficción, es decir la<br />

investigación histórica y tu obra narrativa.<br />

Yo llegué a la historia por una razón alim<strong>en</strong>ticia. Solicité, <strong>en</strong><br />

El Colegio de México, la beca para estudiar el doctorado <strong>en</strong><br />

Historia, que no exigía <strong>en</strong>tonces haber t<strong>en</strong>ido una formación<br />

histórica previa: un experim<strong>en</strong>to que diseñó José Gaos y que<br />

creo que resultó bastante bu<strong>en</strong>o. Fue así como me hice historiador,<br />

pero lo que yo quería ser, <strong>en</strong> el fondo de mi corazón, desde<br />

muy jov<strong>en</strong>, era escritor y, especialm<strong>en</strong>te, novelista. Por ello, tanto<br />

la historia como el periodismo fueron para mí géneros afines<br />

que me permitieron ganarme la vida sin separarme mucho de<br />

la vocación literaria e incluso, diría yo, alim<strong>en</strong>tando mucho esa<br />

vocación, porque de la historia y del periodismo yo obtuve un<br />

conocimi<strong>en</strong>to de mi sociedad, de mi país, que ninguna otra cosa<br />

me había dado. Tanto la historia como el periodismo fueron<br />

grandes v<strong>en</strong>tanas hacia la realidad y grandes desafíos para mi vocación<br />

literaria. Soy y he sido un escritor realista, pero bastante<br />

m<strong>en</strong>os realista de lo que se cree. Bu<strong>en</strong>a parte de lo que he escrito<br />

como ficción es ficción, y no la simple transcripción de hechos<br />

o novelas <strong>en</strong> clave sobre personajes de la vida real trasladados a<br />

la literatura. La historia y el periodismo me indujeron a hacer<br />

una literatura <strong>en</strong> la que se pudiera s<strong>en</strong>tir el ritmo y los conflictos<br />

de mi tiempo, de mi sociedad. Al final, han sido disciplinas muy<br />

converg<strong>en</strong>tes y muy <strong>en</strong>riquecedoras <strong>en</strong> el cruce de la literatura.<br />

¿Hoy eres más escritor que periodista e historiador?<br />

No sé bi<strong>en</strong> a bi<strong>en</strong> qué es lo que soy, y tampoco me importa. Por<br />

ejemplo, ahora estoy escribi<strong>en</strong>do un libro literario que es la evocación<br />

de la historia de mis padres. Es, obviam<strong>en</strong>te, una historia<br />

de la vida real, pero ll<strong>en</strong>a de interpolaciones del historiador y del<br />

creador de ficciones, porque al final, <strong>en</strong>tre el periodista, el historiador<br />

y el creador de ficciones éste es, de los tres, el que mejor<br />

32 IBERO<br />

escribe. Pi<strong>en</strong>so que la manera más eficaz de conocer es escribir<br />

y escribir bi<strong>en</strong>, escribir con fervor literario la significación y el<br />

poder de los detalles, y eso es algo que se apr<strong>en</strong>de <strong>en</strong> el periodismo<br />

superficialm<strong>en</strong>te, que se apr<strong>en</strong>de <strong>en</strong> la historia de manera<br />

profesional, pero que sólo se apr<strong>en</strong>de, creativam<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> la literatura.<br />

La literatura es el espacio donde la precisión de la realidad<br />

y la claridad de los detalles van más allá de la realidad porque la<br />

p<strong>en</strong>etran y la dotan de un s<strong>en</strong>tido que no ti<strong>en</strong>e por sí sola.<br />

La verdad es que me si<strong>en</strong>to muy cómodo <strong>en</strong>tre las tres verti<strong>en</strong>tes<br />

de mi escritura: periodismo, historia y ficción. Acudo<br />

mucho a la reconstrucción histórica, con las técnicas del historiador;<br />

acudo mucho también al reportaje periodístico, tratando<br />

de mant<strong>en</strong>erme <strong>en</strong> esc<strong>en</strong>arios reconocibles que t<strong>en</strong>gan el sabor<br />

de lo vivido para los lectores, y disfruto mucho el trabajo de<br />

la escritura de ficción y de recreación. Mi nuevo libro, Pasado<br />

p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te, es un libro donde están, como <strong>en</strong> ninguna de mis demás<br />

obras, estas tres vocaciones juntas: la del historiador, la del<br />

periodista y la del escritor de ficciones. Es un libro <strong>en</strong> donde todo<br />

es autobiografía, todo es ficción y todas las historias son verdaderas. Si<br />

algui<strong>en</strong> quiere saber cuál es el libro donde estoy más completo<br />

o digamos <strong>en</strong> posesión de las disciplinas que he adquirido <strong>en</strong><br />

la vida es éste: la mejor mezcla que he logrado del escritor, el<br />

historiador y el periodista.<br />

De 1980, cuando publicas Morir <strong>en</strong> el golfo, a 2010,<br />

<strong>en</strong> que aparece Pasado p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te, han transcurrido<br />

tres décadas. ¿Cómo ha cambiado el escritor Héctor<br />

Aguilar Camín <strong>en</strong> estos últimos treinta años?<br />

T<strong>en</strong>go mucha más confianza <strong>en</strong> mis dones y soy m<strong>en</strong>os atropellado<br />

<strong>en</strong> mi conducta como escritor. Paradójicam<strong>en</strong>te, nunca he<br />

escrito con más dificultad que ahora y si<strong>en</strong>to que ap<strong>en</strong>as estoy<br />

apr<strong>en</strong>di<strong>en</strong>do a escribir. En los och<strong>en</strong>ta me s<strong>en</strong>tía un escritor<br />

maduro; hoy me si<strong>en</strong>to un apr<strong>en</strong>diz de escritor.


Volvi<strong>en</strong>do a tu vocación histórica y a tu ejercicio<br />

de analista político, ¿dirías que México es un país<br />

democrático?<br />

México es un país democrático, sin duda, pero no es un país<br />

cívico, no es un país donde la democracia sea la expresión cívica<br />

última de un modo solidario de ser y de vivir. Las desigualdades<br />

de México hac<strong>en</strong> que todo —la democracia, el civismo, la<br />

solidaridad, la educación, el conocimi<strong>en</strong>to, etcétera— sea algo<br />

fracturado. México es un país fracturado por sus desigualdades.<br />

No vivimos <strong>en</strong> una comunidad pareja, <strong>en</strong> donde las personas se<br />

mir<strong>en</strong> a la cara como iguales. Es un país que está as<strong>en</strong>tado mucho<br />

<strong>en</strong> el privilegio y <strong>en</strong> la desigualdad, y <strong>en</strong> la discriminación,<br />

suave, hipocritona como es la discriminación mexicana, pero<br />

una discriminación muy real y muy profunda, y eso hace que la<br />

democracia sea también una democracia incompleta, íntima e<br />

interpersonalm<strong>en</strong>te incompleta. Los mexicanos no somos iguales,<br />

ni psicológica ni socialm<strong>en</strong>te. Pi<strong>en</strong>so <strong>en</strong> los contrastes <strong>en</strong>tre<br />

los dos México <strong>en</strong> donde yo he vivido y estudiado: el México<br />

del norte, el de nuestros criollos norteños, francos y abiertos,<br />

y el México tuyo y mío, nuestro México indíg<strong>en</strong>a, el México<br />

de Quintana Roo, Yucatán, Campeche, Chiapas. Un ranchero<br />

pobre sinalo<strong>en</strong>se ti<strong>en</strong>e una actitud psicológica de igualdad con<br />

qui<strong>en</strong> se le pare <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>te; una actitud que no ti<strong>en</strong>e un indíg<strong>en</strong>a<br />

aculturado de Chiapas. No dep<strong>en</strong>de sólo ni fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te<br />

de dinero ni de educación ni de, digamos, la condición social.<br />

Hay algo que falta profundam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la democracia mexicana<br />

que es la igualdad psicológica, ese s<strong>en</strong>tir que pert<strong>en</strong>ecemos a una<br />

comunidad de reglas comunes <strong>en</strong> la que todos somos iguales aunque<br />

seamos distintos, y esto ti<strong>en</strong>e mucho que ver con el hecho de<br />

que las condiciones de la vida democrática, empezando por la<br />

igualdad ante la ley, están también fracturadas. Es evid<strong>en</strong>te que<br />

aunque <strong>en</strong> la ley y <strong>en</strong> el discurso dominante de la polis mexicana<br />

todos somos iguales, algunos, como decía Ow<strong>en</strong>, son muchísimos<br />

más iguales que otros. Esto es un asunto de largo plazo,<br />

porque es, sobre todo, un asunto de civilización <strong>en</strong> el que las<br />

oportunidades económicas, la prosperidad y la educación vayan<br />

creando poco a poco una segunda naturaleza para que realm<strong>en</strong>te<br />

todos seamos iguales <strong>en</strong> el ámbito psicológico, <strong>en</strong> el ámbito íntimo,<br />

aunque seamos muy distintos <strong>en</strong> nuestros logros, <strong>en</strong> nuestras<br />

riquezas y <strong>en</strong> nuestra posición social. Éste es uno de los grandes<br />

p<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes <strong>en</strong> nuestra incompleta vida democrática.<br />

¿Cómo juzgas hoy al poder mexicano? ¿Ha sido<br />

rebasado por los graves problemas que <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ta el país?<br />

Lo veo muy fracturado también, <strong>en</strong>tre los distintos órd<strong>en</strong>es de<br />

gobierno. La fractura es vertical porque hay una descoordinación<br />

gravísima del gobierno federal con los gobiernos estatales y<br />

municipales, y es también horizontal <strong>en</strong>tre los distintos poderes<br />

del país. La división de poderes <strong>en</strong> el ámbito federal ti<strong>en</strong>de a ser<br />

más que fu<strong>en</strong>te de equilibrios, orig<strong>en</strong> de parálisis. Los poderes<br />

Legislativo, Ejecutivo y Judicial más que equilibrarse se contrarrestan.<br />

Y hacia abajo, del poder federal hacia los poderes locales,<br />

hay también una falta de acuerdos de reglas operativas, de disposiciones<br />

y disponibilidades políticas para la corresponsabilidad.<br />

Esto es realm<strong>en</strong>te muy preocupante, porque hemos pasado de<br />

un sistema político piramidado a uno suelto y disgregado. En el<br />

tema de la inseguridad, lo que se observa es la increíble falta de<br />

coordinación de las acciones federales con las acciones estatales<br />

y municipales. Raya <strong>en</strong> el absurdo el comportami<strong>en</strong>to de los<br />

poderes locales fr<strong>en</strong>te al hampa y el narcotráfico, por la aus<strong>en</strong>cia<br />

de acciones de los gobernantes locales <strong>en</strong> sus propias ciudades, a<br />

cu<strong>en</strong>ta de que estas grandes espirales del crim<strong>en</strong> son atribuibles<br />

al narcotráfico y, dado que éste es un asunto del fuero federal,<br />

ellos no ti<strong>en</strong><strong>en</strong> nada qué hacer <strong>en</strong> esa materia: todo es responsabilidad<br />

<strong>en</strong>tonces del gobierno federal, lo cual es una manera<br />

inaceptable de zafarse fr<strong>en</strong>te a lo que les pasa a los ciudadanos de<br />

carne y hueso. No hay ciudadanos federales, hay ciudadanos de<br />

cada ciudad, de cada municipio, de cada estado. Esto ha conducido<br />

primero a la infiltración y a la captura de las policías y los<br />

poderes locales por los narcotraficantes y por los miembros del<br />

crim<strong>en</strong> organizado. En este tema, el camino de Calderón no se<br />

ve con ninguna claridad hacia adelante. Fr<strong>en</strong>te a la viol<strong>en</strong>cia, que<br />

parece no t<strong>en</strong>er fin <strong>en</strong> algunas ciudades y <strong>en</strong> algunas regiones, lo<br />

que vemos, literalm<strong>en</strong>te, es a la autoridad local hacerse a un lado<br />

como si no fuese su problema, y al gobierno federal no t<strong>en</strong>er los<br />

t<strong>en</strong>táculos sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te finos para arreglar ese problema de<br />

viol<strong>en</strong>cia local, sino quizá al contrario: ti<strong>en</strong>e unos instrum<strong>en</strong>tos<br />

tan burdos que probablem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> lugar de hacer la cirugía, rompe<br />

equilibrios, y g<strong>en</strong>era una viol<strong>en</strong>cia mucho mayor de la que<br />

hubiera esperado <strong>en</strong> un diagnóstico inicial.<br />

El poder mexicano es como nunca un poder múltiple y compartido,<br />

<strong>en</strong> su responsabilidad, y como nunca, al m<strong>en</strong>os que yo<br />

recuerde <strong>en</strong> mi g<strong>en</strong>eración, es también un poder fragm<strong>en</strong>tado y<br />

fracturado <strong>en</strong> su capacidad de cogobernar y corresponsabilizarse<br />

de las cosas. Éste es el problema c<strong>en</strong>tral de México desde el punto<br />

de vista político, aunque seguimos con los viejos reflejos de<br />

decir que el que no sirve es el presid<strong>en</strong>te. T<strong>en</strong>emos presid<strong>en</strong>tes<br />

equilibrados hasta la parálisis por los otros poderes, y rechazados<br />

como socios por los poderes locales. Es obvio que ti<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

que ser malos presid<strong>en</strong>tes; no hay manera que result<strong>en</strong> bu<strong>en</strong>os<br />

o con grandes logros. La opinión pública sigue esperando de<br />

los gobiernos federales cosas que éstos ya no pued<strong>en</strong> dar, cosas<br />

que sólo van a poder dar los gobiernos locales que, como ya<br />

vimos, van muy atrás <strong>en</strong> su trabajo de comprometerse con la<br />

seguridad <strong>en</strong> este caso, pero también con la vida democrática,<br />

con la seguridad social, con el crecimi<strong>en</strong>to económico, etcétera.<br />

Los gobiernos locales son eslabones muy débiles de nuestra vida<br />

institucional, y el gobierno federal que era, digamos, el animal<br />

fuerte, está muy disminuido por los otros miembros de la manada.<br />

Entonces, t<strong>en</strong>emos un problema de gobierno no débil sino<br />

debilitado, y no plural sino fragm<strong>en</strong>tado.<br />

En este esc<strong>en</strong>ario, ¿qué podemos esperar de las<br />

elecciones <strong>en</strong> 2012?<br />

Quién sabe. Parece muy fácil el camino del PRI, salvo que las<br />

cosas <strong>en</strong> la vida no pued<strong>en</strong> ser tan fáciles. Parece muy <strong>en</strong>redado<br />

el espectro de la izquierda, salvo que la izquierda todavía debe<br />

definir un candidato. Y los posibles candidatos del PAN parec<strong>en</strong><br />

muy desdibujados. Pero, quizá, lo peor de todo es que a la política<br />

le pasa lo que a los periódicos. Ha perdido intelig<strong>en</strong>cia <strong>en</strong><br />

materia de proponer a los ciudadanos lo que quiere hacer, <strong>en</strong><br />

materia de programas. Los ciudadanos no sab<strong>en</strong> qué país está<br />

<strong>en</strong> las cabezas de cada uno de estos señores que nos quier<strong>en</strong><br />

gobernar. Es una política como la pr<strong>en</strong>sa: muy inmediatista, cortoplacista,<br />

de pocas ambiciones estratégicas, una política del día<br />

con día y de la elección por la elección, sin proyectos, sin linajes<br />

claros de los partidos o de las fuerzas que compit<strong>en</strong>, sin difer<strong>en</strong>cias<br />

distinguibles de lo que quier<strong>en</strong> para el país.<br />

IBERO 33


la llama inextinguible<br />

La<br />

limpidez<br />

poética<br />

Óscar<br />

de<br />

Octavio Paz escribió: “La poesía de Óscar Oliva (Tuxtla<br />

Gutiérrez, Chiapas, 1938) me recuerda la de Éluard, no<br />

por el erotismo sino por la limpidez: edificios verbales<br />

hechos de aire”.<br />

Hace nueve lustros, al destacar la obra del <strong>en</strong>tonces jov<strong>en</strong> poeta<br />

(Óscar Oliva t<strong>en</strong>ía 30 años), Paz se refirió a la inv<strong>en</strong>tiva y la experim<strong>en</strong>tación<br />

de una poesía que incorporaba a la lírica mexicana ciertos<br />

elem<strong>en</strong>tos que le estaban faltando: la rabia, la fuerza, la osadía.<br />

Ap<strong>en</strong>as el año pasado se cumplió el medio siglo de la aparición de<br />

la primera colección poética de este autor: La voz desbocada (1960),<br />

incluida <strong>en</strong> el volum<strong>en</strong> colectivo La espiga amotinada. A lo largo de<br />

estos cincu<strong>en</strong>ta años, Oliva ha seguido construy<strong>en</strong>do una obra que<br />

ha reunido <strong>en</strong> el volum<strong>en</strong> Trabajo ilegal, título simbólico y emblemático<br />

de lo que ha sido y es su poesía: el trabajo al marg<strong>en</strong>.<br />

En 1971, su libro Estado de sitio obtuvo el Premio Nacional de<br />

Poesía Aguascali<strong>en</strong>tes, y <strong>en</strong> 1990 le fue conferido el Premio Chiapas<br />

de Arte y Literatura, máximo reconocimi<strong>en</strong>to que <strong>en</strong>trega su estado<br />

natal a los escritores y artistas chiapanecos más destacados.<br />

Es autor también de Li<strong>en</strong>zos transpar<strong>en</strong>tes (2003), libro sobre el<br />

cual afirmó: “Aquí hay un testimonio dicho desde las <strong>en</strong>trañas, es<br />

un libro que nace del deseo no de escribir poemas, sino de uno que<br />

dé cu<strong>en</strong>ta de la memoria de este tiempo”.<br />

Al referirse a su vocación ha dicho: “Estoy <strong>en</strong> el sitio que he<br />

escogido para <strong>en</strong>tablar mi personal diálogo con la exist<strong>en</strong>cia; para<br />

continuar el relato donde algo se gesta y se destruye; para concluir<br />

con el asunto de estar vivo”. Para Oliva, “la poesía es una forma de<br />

resist<strong>en</strong>cia para preguntar qué mundo está por nacer”.<br />

Cuando ha rebasado ya los 70 años, de los que ha dedicado más<br />

de medio siglo a la poesía, Óscar Oliva publicará <strong>en</strong> los próximos<br />

meses, bajo el sello de Editorial Aldus, un nuevo libro, Estratos, del<br />

que forma parte este poema, hasta hoy inédito, que <strong>en</strong>tregamos a los<br />

lectores de IBERO.<br />

34 IBERO<br />

Fotografía de Rogelio Cuéllar.


Oliva<br />

Un poema inédito<br />

¿Qué apagas y <strong>en</strong>ci<strong>en</strong>des <strong>en</strong> las<br />

paredes, <strong>en</strong>tre techos y pisos, por<br />

patios y corredores sin conexión?<br />

Miras a través de la v<strong>en</strong>tana,<br />

levem<strong>en</strong>te inclinado sobre tu mesa<br />

de trabajo; sosti<strong>en</strong>es <strong>en</strong> una mano<br />

un lápiz. Tu mirada se deti<strong>en</strong>e <strong>en</strong> un<br />

árbol de muchas cabezas, exacto a las<br />

muchas cabezas florales del brócoli.<br />

En los mapas ext<strong>en</strong>didos sobre<br />

una manta, señalas ríos que se<br />

<strong>en</strong>trecruzan y fracturan desde<br />

ad<strong>en</strong>tro, bosques que se muev<strong>en</strong>,<br />

países que ya no exist<strong>en</strong>, barcos<br />

pesqueros <strong>en</strong>callados <strong>en</strong> páramos de<br />

ar<strong>en</strong>a, como si hubieran caído del<br />

cielo. Tu rostro está resplandeci<strong>en</strong>te<br />

por una luz que no sabes por<br />

qué está ahí, cuando todo ha sido<br />

extinguido.<br />

Es el mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que te veo,<br />

cuando haces la lectura <strong>en</strong> voz<br />

alta del docum<strong>en</strong>to inconcluso,<br />

que deseas abandonar, para<br />

redireccionarlo. Hago lo mismo. Es<br />

el mom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> que me ves, con<br />

papeles ext<strong>en</strong>didos sobre la mesa,<br />

int<strong>en</strong>tando el juego del montaje<br />

final. Voy a otra v<strong>en</strong>tana. Nos damos<br />

cu<strong>en</strong>ta que no existe el equilibrio<br />

<strong>en</strong> nuestros escritos porque nuestras<br />

historias no se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran.<br />

No sabemos cuándo hemos<br />

cometido un error y cuándo hemos<br />

dado pie para com<strong>en</strong>zar otro.<br />

Conducimos por distintas autopistas,<br />

por solitarios caminos de extravío,<br />

que estaban ocultos a nuestra visión<br />

de paralaje, un cambio inútil <strong>en</strong><br />

nuestra actitud de observadores.<br />

Procesamos y g<strong>en</strong>eramos paisajes<br />

desde un mismo modelo, un mismo<br />

acto, una misma búsqueda, un<br />

cuadro de Vermeer, el <strong>en</strong>cogido mar<br />

de Aral, el carro que conduces a<br />

gran velocidad, que conduzco a gran<br />

velocidad; no vamos a saber cuándo<br />

dar vuelta <strong>en</strong> U, cuándo meter el<br />

fr<strong>en</strong>o a fondo, dejar de escribir, leer,<br />

dejar de llegar.<br />

No hay un lápiz que rompa una hoja<br />

de papel desde abajo, y nos distraiga<br />

totalm<strong>en</strong>te. Tal como lo hac<strong>en</strong><br />

los camellos cerca de los barcos<br />

inclinados.<br />

IBERO 35


TRIVIUM/<strong>en</strong>sayo literario<br />

Jorge Volpi<br />

Narrador, <strong>en</strong>sayista e investigador. Doctor <strong>en</strong> Filología Hispánica por la <strong>Universidad</strong> de Salamanca. Sus novelas han t<strong>en</strong>ido un gran<br />

impacto <strong>en</strong> el ámbito hispánico y se han traducido al inglés, francés, alemán y griego; <strong>en</strong>tre ellas, En busca de Klingsor (1999),<br />

El fin de la locura (2003), No será la tierra (2006), El jardín devastado (2008) y Oscuro bosque oscuro (2009). Entre<br />

sus libros <strong>en</strong>sayísticos destacan La imaginación y el poder (1998), M<strong>en</strong>tiras contagiosas (2008) y El insomnio de Bolívar<br />

(2009). Entre otros reconocimi<strong>en</strong>tos ha recibido el Premio Biblioteca Breve Seix Barral, el Premio Mazatlán de Literatura, el Premio<br />

Debate Casamérica y el Premio José Donoso. Ha sido director del Instituto de México <strong>en</strong> París y, actualm<strong>en</strong>te, es director g<strong>en</strong>eral del<br />

Canal 22 de televisión<br />

Lectores camaleón y<br />

novelas espejo<br />

Las miradas animales escudriñan el laboratorio <strong>en</strong> busca de<br />

sus cuidadores, sin hallarlos. Las miserables criaturas no<br />

pued<strong>en</strong> saber que, como todos los días a la una y media de<br />

la tarde, investigadores y asist<strong>en</strong>tes se congregan <strong>en</strong> una pequeña<br />

trattoria a pocos pasos de distancia y, fr<strong>en</strong>te a un g<strong>en</strong>eroso platón<br />

de tortellini, discut<strong>en</strong> sobre las habilidades cognitivas de los<br />

primates —y sobre la última derrota del Parma FC. Entretanto,<br />

los macacos permanec<strong>en</strong> <strong>en</strong> sus jaulas con los cráneos abiertos y<br />

los cerebros <strong>en</strong>chufados a una telaraña de circuitos que permite<br />

analizar qué neuronas se activan cuando ellos miran un objeto,<br />

juegan, com<strong>en</strong>, retozan o pelean <strong>en</strong>tre sí.<br />

36 IBERO<br />

Fotos: Corbis


Uno de los ci<strong>en</strong>tíficos se adelanta a sus compañeros y, todavía<br />

con medio helado de pistache <strong>en</strong> la mano, se introduce <strong>en</strong> el laboratorio<br />

de forma intempestiva. Los instrum<strong>en</strong>tos <strong>en</strong>loquec<strong>en</strong>:<br />

<strong>en</strong> cuanto los monos observan al humano zamparse su cornetto,<br />

sus cerebros no sólo se lanzan <strong>en</strong> una actividad neuronal des<strong>en</strong>fr<strong>en</strong>ada<br />

<strong>en</strong> sus áreas de percepción, sino también, para sorpresa<br />

de propios y extraños, <strong>en</strong> el área F-5, una zona motora del cerebro.<br />

¿Por qué diablos se <strong>en</strong>ci<strong>en</strong>d<strong>en</strong> neuronas motoras del macaco<br />

ante el goloso movimi<strong>en</strong>to del ci<strong>en</strong>tífico?<br />

Giacomo Rizzolatti y su equipo se <strong>en</strong>contraban fr<strong>en</strong>te a un<br />

f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o inédito <strong>en</strong> los estudios sobre el ce-<br />

rebro. Como demostraron <strong>en</strong> una larga serie<br />

de experim<strong>en</strong>tos posteriores, al parecer los seres<br />

humanos —y otros animales— contamos<br />

con un tipo especial de neuronas motoras que<br />

se activan cuando vemos a algui<strong>en</strong> comer un<br />

helado o, usando un ejemplo paradigmático,<br />

cuando vemos que algui<strong>en</strong> patea una pelota.<br />

Y no sólo eso: también saltan <strong>en</strong>loquecidas<br />

cuando imaginamos que algui<strong>en</strong> patea una pelota,<br />

escuchamos que algui<strong>en</strong> patea una pelota e incluso cuando<br />

pronunciamos la mera palabra “patear”.<br />

Imposible adivinarlo: la evolución nos <strong>en</strong>tregó una herrami<strong>en</strong>ta<br />

que nos lleva a reconocer los actos aj<strong>en</strong>os como si fueran<br />

propios. Te veo caminar e, inevitablem<strong>en</strong>te, <strong>en</strong> mi cerebro, yo<br />

camino. De igual modo, si te imagino caminando, si algui<strong>en</strong> me<br />

cu<strong>en</strong>ta que te ha visto caminar o —algo es<strong>en</strong>cial para este libro—<br />

si leo un libro donde se dice que tú caminas, <strong>en</strong> mi m<strong>en</strong>te<br />

yo también me lanzo <strong>en</strong> un delicioso paseo. No había mejor<br />

nombre para estas neuronas, claro, que neuronas espejo.<br />

Escritores y filósofos habían prefigurado su exist<strong>en</strong>cia: sólo<br />

podemos compr<strong>en</strong>der a los demás, afirmaba por ejemplo el filósofo<br />

Alvin Goldman, cuando simulamos interiorm<strong>en</strong>te el estado<br />

emocional <strong>en</strong> el que se hallan. Si <strong>en</strong> verdad me importa saber<br />

cómo te si<strong>en</strong>tes —<strong>en</strong>amorada, triste, rozagante, melancólica—,<br />

estoy obligado a padecer lo mismo, aunque sea de forma vicaria<br />

y pasajera, <strong>en</strong> mi fuero interno. De otro modo: de manera involuntaria,<br />

todo el tiempo nos ponemos <strong>en</strong> el lugar de los otros.<br />

¿Para qué? Como ya podríamos sospecharlo, <strong>en</strong> primera instancia<br />

para prever el futuro: saber si me vas a servir agua <strong>en</strong> esa copa<br />

o si planeas estrellarla <strong>en</strong> mi cabeza determinará cómo yo deba<br />

reaccionar, agradeciéndotela con efusión o esquivando el golpe.<br />

La imitación, mecanismo es<strong>en</strong>cial para nuestra superviv<strong>en</strong>cia,<br />

se halla <strong>en</strong> la base de ese extraño comportami<strong>en</strong>to, tantas veces<br />

vilip<strong>en</strong>diado o m<strong>en</strong>ospreciado, que conocemos como empatía.<br />

Me meto <strong>en</strong> tu pellejo para averiguar si eres amigo o <strong>en</strong>emigo, si<br />

me t<strong>en</strong>derás la mano o me clavarás un cuchillo por la espalda y, al<br />

hacerlo, al mismo tiempo te conozco mejor —y de paso me conozco<br />

mejor a mí mismo. El inm<strong>en</strong>so poder de la ficción deriva<br />

de la actividad misma de las neuronas espejo —y de ellas se despr<strong>en</strong>de<br />

una idea todavía más amplia y g<strong>en</strong>erosa, la humanidad.<br />

Desde que nacemos estamos programados para reconocer e<br />

imitar a los otros: el bebé sonríe ap<strong>en</strong>as distingue la borrosa cara<br />

de su madre aun si su mueca carece aún de cont<strong>en</strong>ido —imposible<br />

deducir, por ahora, si <strong>en</strong> efecto está feliz. Para bi<strong>en</strong> o para<br />

mal, a partir de ese mom<strong>en</strong>to no dejamos de imitar el comportami<strong>en</strong>to<br />

de los otros: sus posturas, sus guiños, sus sonidos y, por<br />

supuesto, sus ideas —sus memes.<br />

Poco a poco, conforme apr<strong>en</strong>demos a ser humanos, nuestras<br />

Abro una novela, distingo las huellas<br />

que el autor ha dejado, las completo<br />

con los patrones que extraigo de mi<br />

memoria y descubro, de pronto, a un<br />

personaje —a algui<strong>en</strong> como yo.<br />

int<strong>en</strong>ciones quedan codificadas <strong>en</strong> nuestros registros corporales,<br />

<strong>en</strong> nuestros gestos, ademanes y guiños. Contradici<strong>en</strong>do el título<br />

de este libro, <strong>en</strong> realidad no somos capaces de leer la m<strong>en</strong>te de<br />

los demás —aunque nos pese, las neuronas no son libros que se<br />

dej<strong>en</strong> ojear al desgaire. Lo único que podemos aspirar a leer es la<br />

apari<strong>en</strong>cia externa de los otros —tus ojos llorosos o tu sonrisa<br />

abierta, tus brazos ext<strong>en</strong>didos o tu dedo cordial am<strong>en</strong>azante, tu<br />

parpadeo seductor o tu bostezo— y deducir, a partir de ellos, el<br />

ánimo que los inspira.<br />

Reconozcámoslo: nos fascina parecernos a los demás —de allí<br />

el espíritu de grupo, pero también el nacionalismo, el racismo<br />

y la x<strong>en</strong>ofobia, ideas siempre odiosas— para así podernos s<strong>en</strong>tir<br />

id<strong>en</strong>tificados, seguros, <strong>en</strong> casa. Observa, por ejemplo, a esa pareja<br />

que juega con sus hijos: sus miembros ap<strong>en</strong>as se parec<strong>en</strong>, pero<br />

guardan cierto “aire de familia”: un porte, algunos tics y algunos<br />

gestos que los vuelv<strong>en</strong> reconocibles. Un gracioso experim<strong>en</strong>to<br />

demostró, por otra parte, que los chicos que mejor habían cong<strong>en</strong>iado<br />

con sus parejas durante la primera cita eran aquellos que<br />

sincronizaron sus movimi<strong>en</strong>tos y ademanes con mayor precisión.<br />

En Oscuro bosque oscuro relaté un caso más siniestro: los miembros<br />

del batallón 102 de la policía de reserva de Hamburgo perdieron<br />

la oportunidad de no convertirse <strong>en</strong> criminales por su<br />

incapacidad de dar dos pasos al fr<strong>en</strong>te y despr<strong>en</strong>derse, así, del<br />

resto del batallón. De haberlo hecho, hubieran sido excusados<br />

de asesinar a miles de judíos, sin consecu<strong>en</strong>cia alguna para ellos.<br />

¿La razón? Pocos temores más ac<strong>en</strong>drados que el miedo a la<br />

vergü<strong>en</strong>za pública, al ridículo.<br />

Admiramos tanto a los héroes y execramos tanto a los criminales<br />

porque <strong>en</strong> realidad se requiere un <strong>en</strong>orme esfuerzo para<br />

IBERO 37


distinguirse de la multitud. Una especie de inercia imitativa guía<br />

bu<strong>en</strong>a parte de nuestras conductas: como el Zelig de Woody<br />

All<strong>en</strong>, nuestro animal totémico es el camaleón. Parecemos cond<strong>en</strong>ados<br />

a la uniformidad, a repetir los mismos aspavi<strong>en</strong>tos de<br />

la masa, sus mismos prejuicios, sus mismos pudores, sus mismas<br />

manías. No se trata tanto de que las multitudes no pi<strong>en</strong>s<strong>en</strong>, sino<br />

de que el contagio de una actitud, <strong>en</strong> especial si es viol<strong>en</strong>ta o<br />

<strong>en</strong>tusiasta, se vuelve atractiva de inmediato y empieza a correr<br />

como la pólvora.<br />

Los brazos <strong>en</strong> alto remedan una tabla gimnástica, los gritos<br />

se suman <strong>en</strong> un coro <strong>en</strong>ardecido, los rostros iracundos, febriles<br />

o extáticos se repit<strong>en</strong> por doquier y, sin ap<strong>en</strong>as darnos cu<strong>en</strong>ta,<br />

nos descubrimos vitoreando a un goleador —o linchando a un<br />

pobre diablo.<br />

Las neuronas espejo han alcanzado la perfección de una maquinaria<br />

de relojería. Algunas, llamadas “estrictam<strong>en</strong>te congru<strong>en</strong>tes”,<br />

se activan con solo observar un movimi<strong>en</strong>to, mi<strong>en</strong>tras<br />

otras, llamadas “lógicam<strong>en</strong>te congru<strong>en</strong>tes”, lo hac<strong>en</strong> incluso<br />

antes de que éste se produzca —por ejemplo, cuando distingues<br />

sobre la mesa ese plato de lasaña que no tardarás <strong>en</strong> comerte. Y<br />

no olvidemos a las “neuronas canónicas”, que parec<strong>en</strong> codificar<br />

los objetos <strong>en</strong> abstracto, silla, mesa, pelota, v<strong>en</strong>tana, sin tomar<br />

<strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta sus propiedades subjetivas —los qualia que tanto han<br />

incomodado a los filósofos desde la Antigüedad.<br />

La extrema sutileza del mecanismo, que a veces se produce a<br />

escala unicelular, permite av<strong>en</strong>turar que las células espejo tal vez<br />

sean las precursoras del l<strong>en</strong>guaje. Desde muy pequeños somos<br />

capaces de imitar los movimi<strong>en</strong>tos de los labios y la boca, incluso<br />

los más suaves y refinados —por eso los niños apr<strong>en</strong>d<strong>en</strong> de inmediato<br />

la fonética de su l<strong>en</strong>gua materna. Observ<strong>en</strong>, si no, cualquier<br />

conversación: bu<strong>en</strong>a parte del s<strong>en</strong>tido reposa <strong>en</strong> las muecas y<br />

modales, más que <strong>en</strong> las palabras, como sabe cualquiera que haya<br />

int<strong>en</strong>tado ligar <strong>en</strong> una discoteca con la música a todo volum<strong>en</strong>.<br />

Por fortuna, las neuronas espejo no sólo nos llevan a imitar las<br />

conductas de los demás, por más abnegadas o infame que éstas<br />

sean, sino a <strong>en</strong>t<strong>en</strong>derlas. Antes se creía que int<strong>en</strong>tábamos compr<strong>en</strong>der<br />

a los otros por analogía, comparándonos racionalm<strong>en</strong>te<br />

con ellos; ahora sabemos que el proceso es más expedito e involuntario.<br />

Cuando te miro llorar, <strong>en</strong> mi cerebro tú lloras y yo lloro<br />

al mismo tiempo: las dos personas gramaticales se confund<strong>en</strong>.<br />

En las neuronas espejo, el yo y el otro se traslapan, se tr<strong>en</strong>zan,<br />

se <strong>en</strong>marañan, por un instante dejamos de estar aislados <strong>en</strong> el<br />

recóndito interior de nuestros cráneos y creamos un vínculo<br />

virtual con los demás. Seré más drástico: de hecho, el yo sólo se<br />

modela a partir del contacto con los otros. Como demuestran las<br />

historias de niños ferales, como el infeliz Kaspar Hauser, un niño<br />

que crece <strong>en</strong> aislami<strong>en</strong>to es ap<strong>en</strong>as humano. Por eso la soledad<br />

extrema conduce con frecu<strong>en</strong>cia a la desesperación o a la locura.<br />

La magia singular de las neuronas espejo radica, sin embargo,<br />

<strong>en</strong> su capacidad para activarse sin dep<strong>en</strong>der de un acontecimi<strong>en</strong>to<br />

real —p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> algui<strong>en</strong> equivale a observarlo. En otras<br />

38 IBERO<br />

palabras: para ponerme <strong>en</strong> tu sitio, para ser tú por un instante, lo<br />

único que t<strong>en</strong>go que hacer es imaginarte. Al hacerlo, te copio, te<br />

arremedo, y mi cerebro int<strong>en</strong>ta ad<strong>en</strong>trarse así, de pronto, <strong>en</strong> tu<br />

imp<strong>en</strong>etrable magma interior.<br />

El mundo m<strong>en</strong>tal, pues, me condiciona: aunque su<strong>en</strong>e a manual<br />

de autoayuda, debo cuidar con quién me id<strong>en</strong>tifico. Otro<br />

experim<strong>en</strong>to: a un grupo de adolesc<strong>en</strong>tes se le pide hablar durante<br />

una hora de los hooligans que la semana pasada sabotearon<br />

un partido de futbol; a un segundo grupo, imaginar el trabajo<br />

realizado por los físicos nucleares del cern; y, al último, como<br />

control, charlar con des<strong>en</strong>fado sobre cualquier tema. A continuación,<br />

todos los jóv<strong>en</strong>es son sometidos a un exam<strong>en</strong> de matemáticas.<br />

En efecto, qui<strong>en</strong>es p<strong>en</strong>saron <strong>en</strong> los físicos obti<strong>en</strong><strong>en</strong>, por<br />

mucho, las mejores notas; <strong>en</strong> segundo lugar qui<strong>en</strong>es no conversaron<br />

de nada <strong>en</strong> particular; y, <strong>en</strong> un lejano último puesto, los<br />

que se sumergieron <strong>en</strong> el t<strong>en</strong>ebroso universo de los vándalos.<br />

¿P<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> profesores me hace más intelig<strong>en</strong>te que p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong><br />

gamberros? ¿La imaginación altera de forma tan drástica nuestras<br />

aptitudes? Por chabacano que su<strong>en</strong>e, parece que así es. Pasar<br />

todas las tardes ley<strong>en</strong>do a Corín Tellado ti<strong>en</strong>de a convertirme <strong>en</strong><br />

una romántica insufrible, mi<strong>en</strong>tras que sumergirme a diario <strong>en</strong><br />

Cioran ac<strong>en</strong>túa mi pesimismo —no lo olvidemos, Alonso Quijano<br />

es un personaje realista. Pero tampoco simplifiquemos <strong>en</strong><br />

exceso: si las neuronas espejo me induc<strong>en</strong> a copiar los modelos<br />

que comparec<strong>en</strong> fr<strong>en</strong>te a mí, la razón, el pudor o el miedo le<br />

impon<strong>en</strong> toda suerte de límites a mi v<strong>en</strong>a camaleónica.<br />

Aunque me horrorice decirlo, “p<strong>en</strong>sar positivam<strong>en</strong>te” ayuda,<br />

<strong>en</strong> efecto, a ser positivo. Y maldecir y echar pestes por cualquier<br />

cosa, a todas horas, a ser infeliz. La práctica m<strong>en</strong>tal es casi tan<br />

bu<strong>en</strong>a como la física: imaginarse resolvi<strong>en</strong>do un problema de<br />

cálculo o saltando con pértiga <strong>en</strong> verdad ayuda a resolverlo o<br />

a romper un récord olímpico. Nada hay <strong>en</strong> ello de misterioso<br />

o esotérico: no se trata de lo que crédulos y charlatanes d<strong>en</strong>ominan<br />

el “poder de la m<strong>en</strong>te”, sino del auténtico poder de la<br />

m<strong>en</strong>te, es decir, de cómo el cerebro nos predispone a la hora de<br />

confrontar al mundo.<br />

Nos topamos, aquí, fr<strong>en</strong>te a un ineludible dilema ético. Ahora<br />

sabemos que las imág<strong>en</strong>es públicas, reales o ficticias, influy<strong>en</strong><br />

directam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> los comportami<strong>en</strong>tos sociales, como no se han<br />

cansado de señalar los apocalípticos. La reiteración de la viol<strong>en</strong>cia<br />

sí provoca conductas viol<strong>en</strong>tas; la repetición incesante del<br />

machismo, el racismo o la homofobia sí g<strong>en</strong>era actitudes machistas,<br />

racistas u homófobas. ¿Deberíamos regular <strong>en</strong>tonces la<br />

producción y difusión de estas ideas <strong>en</strong> los medios de comunicación?<br />

¿T<strong>en</strong>dría que haber algún tipo de c<strong>en</strong>sura —o autoc<strong>en</strong>sura—<br />

<strong>en</strong>tre periodistas, directores de cine o incluso novelistas? La<br />

cuestión no es fácil de dirimir. Aunque <strong>en</strong> principio uno siempre<br />

busca colocarse del lado de la libertad de expresión, sería<br />

irresponsable no evaluar las consecu<strong>en</strong>cias que podría desatar la<br />

expansión de ciertas ideas —la imaginación se puede convertir<br />

<strong>en</strong> un peligro.


Gracias al descubrimi<strong>en</strong>to de las neuronas espejo, se ha corroborado<br />

una intuición ancestral: leer una novela es como habitar<br />

el mundo. Cuando me introduzco con Guerra y paz <strong>en</strong> la Rusia<br />

de Alejandro I o con En busca del tiempo perdido <strong>en</strong> la Francia<br />

de principios del siglo xx, mi cerebro se comporta igual que<br />

cuando recorro las calles de mi barrio o paseo por el Zócalo de<br />

la ciudad de México. En cierto nivel, el cerebro sabe distinguir<br />

la realidad de la ficción; pero, mi<strong>en</strong>tras me mant<strong>en</strong>go allí, <strong>en</strong> la<br />

Rusia de Tolstói o el París de Proust —mi<strong>en</strong>tras leo—, mis neuronas<br />

espejo se activan con la misma int<strong>en</strong>sidad que fr<strong>en</strong>te a un<br />

esc<strong>en</strong>ario auténtico —las novelas también son videojuegos.<br />

Y no sólo eso: si digo que los personajes de un libro me habitan,<br />

o que yo vivo <strong>en</strong> ellos, no se trata de una simple baladronada<br />

metafórica. A causa de las neuronas espejo, yo <strong>en</strong> verdad<br />

soy Hamlet, Gargantúa, Tristam Shandy, Juli<strong>en</strong> Sorel, Joseph K.,<br />

Lulú o Aura: hago lo que ellos hac<strong>en</strong>, vivo sus av<strong>en</strong>turas, gozo<br />

o padezco, dudo, traiciono o me convierto, de un mom<strong>en</strong>to a<br />

otro, <strong>en</strong> una anciana. Y, a la inversa, ellos se vuelv<strong>en</strong> una parte<br />

sustancial de mí. Cada vez que pi<strong>en</strong>so <strong>en</strong> ellos, resucitan —y, me<br />

trastocan. Mi<strong>en</strong>tras no me olvide de ellos, permanec<strong>en</strong> <strong>en</strong> mi<br />

m<strong>en</strong>te como polizones: viajan a mis exp<strong>en</strong>sas y, <strong>en</strong> más de una<br />

ocasión, reaparec<strong>en</strong> para determinar mis respuestas a un determinado<br />

comportami<strong>en</strong>to social.<br />

En un artículo famoso, “¿Cómo ser un murciélago?”, el filósofo<br />

Thomas Nagel se empañaba <strong>en</strong> cuestionar los alcances de<br />

la empatía, negando que fuese posible ponerse <strong>en</strong> el lugar de<br />

un murciélago. En realidad, las neuronas espejo nos permit<strong>en</strong><br />

colocarnos prácticam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> cualquier sitio: <strong>en</strong> un t<strong>en</strong>ebroso<br />

El contagio de una actitud, <strong>en</strong><br />

especial si es viol<strong>en</strong>ta o <strong>en</strong>tusiasta,<br />

se vuelve atractiva de inmediato y<br />

empieza a correr como la pólvora.<br />

mamífero alado, <strong>en</strong> un ali<strong>en</strong>íg<strong>en</strong>a anoréxico, <strong>en</strong> un zombi, <strong>en</strong><br />

una planta, incluso <strong>en</strong> un cadáver —aunque al hacerlo los torne<br />

un poco humanos, un poco como yo.<br />

El crítico James Woods recuerda que, <strong>en</strong> Elizabeth Costello, el<br />

gran J. M. Coetzee hace decir a su personaje que la posibilidad<br />

de imaginar la vida interior de un murciélago define a un bu<strong>en</strong><br />

novelista. Por supuesto, otra cosa es empecinarse <strong>en</strong> romper la<br />

id<strong>en</strong>tificación irracional que nos liga a un personaje por una<br />

razón ética o estética —como Brecht, qui<strong>en</strong> obligaba al espectador<br />

a distanciarse de sus actores para que pudies<strong>en</strong> juzgar a<br />

Madre Coraje privados de s<strong>en</strong>tim<strong>en</strong>talismo.<br />

Si bi<strong>en</strong> las neuronas espejo nos impulsan a id<strong>en</strong>tificarnos con<br />

el primero que pasa —de las c<strong>en</strong>ici<strong>en</strong>tas de las tel<strong>en</strong>ovelas a<br />

los estereotipos de Dan Brown o Danielle Steel—, sólo aquellas<br />

figuras que despliegan una amplia gama de posibilidades, que<br />

nos lanzan a debatirnos con nuestros temores y deseos, que nos<br />

cuestionan y arrebatan, merecerían ser imitadas —o leídas. Mi<br />

convicción es la sigui<strong>en</strong>te: la gran literatura construye personajes<br />

que escapan de los modelos previsibles, de los clichés y los<br />

lugares comunes no sólo con el afán de sorpr<strong>en</strong>dernos o anonadarnos,<br />

sino de sacudirnos y de hacernos compr<strong>en</strong>der la infinita<br />

complejidad de lo humano.<br />

Re<strong>en</strong>carnar <strong>en</strong> la chica que se casa con el príncipe o <strong>en</strong> el<br />

detective que resuelve sus casos siempre de la misma forma, nos<br />

metamorfosea <strong>en</strong> criaturas tópicas, desprovistas de emoción. Repres<strong>en</strong>tar<br />

m<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te a Jean Valjean, a Adrian Leverkühn o a<br />

Mersault, <strong>en</strong> cambio, quizás nos transforme por un mom<strong>en</strong>to<br />

<strong>en</strong> seres atorm<strong>en</strong>tados y sombríos, pero también nos permite<br />

IBERO 39


observar con at<strong>en</strong>ción nuestros anhelos, frustraciones o desvaríos<br />

y <strong>en</strong>trever, acaso, quiénes somos <strong>en</strong> realidad. Según Kundera,<br />

los personajes de ficción son egos experim<strong>en</strong>tales. ¿Qué s<strong>en</strong>tido<br />

t<strong>en</strong>dría, <strong>en</strong>tonces, repetir una y otra vez la misma prueba, cuyos<br />

resultados conocemos de antemano, <strong>en</strong> vez de av<strong>en</strong>turarnos hacia<br />

lo desconocido? Las grandes novelas no nos reconfortan: nos<br />

desafían. No nos alegran la tarde: cambian, literalm<strong>en</strong>te, nuestras<br />

vidas.<br />

Eliminemos, eso sí, las bu<strong>en</strong>as int<strong>en</strong>ciones: leer no nos convierte<br />

por fuerza mejores personas —a lo mucho nos torna un<br />

poco m<strong>en</strong>os obtusos. Qui<strong>en</strong> frecu<strong>en</strong>ta el arte de la ficción ti<strong>en</strong>e<br />

un acceso privilegiado a las variedades de la naturaleza humana<br />

al que sólo podría aspirar algui<strong>en</strong> con una <strong>en</strong>febrecida vida social:<br />

<strong>en</strong> unas cuantas páginas conocemos a dec<strong>en</strong>as de personas<br />

—y nos introducimos <strong>en</strong> ellas. Una bu<strong>en</strong>a novela es, <strong>en</strong> realidad,<br />

un tratado sobre el yo.<br />

Además de sumergirnos <strong>en</strong> las m<strong>en</strong>tes de los demás, la ficción<br />

literaria nos permite experim<strong>en</strong>tar sus emociones. De hecho,<br />

numerosos críticos consideran que la función c<strong>en</strong>tral del arte<br />

consiste, más que hacernos p<strong>en</strong>sar, <strong>en</strong> hacernos s<strong>en</strong>tir. ¿Cuántas<br />

personas no van al cine o le<strong>en</strong> una novela para desfogarse, para<br />

desternillarse a carcajadas o llorar a lágrima suelta sin ser juzgadas<br />

por ello? No es fácil mostrar, así como así, tus emociones:<br />

la ficción, <strong>en</strong> cambio, te concede el permiso provisional de exhibirlas<br />

<strong>en</strong> público con la apar<strong>en</strong>te tranquilidad de que no son<br />

emociones reales —aunque lo sean.<br />

Antes de continuar, vale la p<strong>en</strong>a distinguir de una vez las emociones<br />

de los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos. Según el neuroci<strong>en</strong>tífico de orig<strong>en</strong><br />

portugués António Damásio, las emociones son conjuntos complejos<br />

de respuestas químicas y neuronales que forman un patrón<br />

distintivo, mi<strong>en</strong>tras que los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos son percepciones<br />

sobre estados del cuerpo. En otras palabras: una emoción describe<br />

un estado m<strong>en</strong>tal, mi<strong>en</strong>tras que un s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>to es, antes que<br />

nada, una percepción física. Según Damásio, esto explica que las<br />

emociones precedan a los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos. Tratemos de ver cómo<br />

funcionan. Com<strong>en</strong>cemos, pues, con las emociones.<br />

Cuando el cerebro detecta un “estímulo emocionalm<strong>en</strong>te<br />

compet<strong>en</strong>te” (eec), una pres<strong>en</strong>cia real o imaginada, o una idea<br />

sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te poderosa —la rep<strong>en</strong>tina muerte de tu madre,<br />

por ejemplo—, libera un serie de neurotransmisores que alteran<br />

drásticam<strong>en</strong>te tu estado m<strong>en</strong>tal. No me det<strong>en</strong>dré aquí a cantar<br />

las virtudes y pecados de la serotonina, la dopamina, la noradr<strong>en</strong>alina<br />

y demás –inas. En nuestros términos, prefiero abordar el<br />

f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o desde otra perspectiva: aunque todos los seres vivos<br />

buscan la homeostasis, los seres humanos perseguimos, además,<br />

ese estado interior al que llamamos un tanto equívocam<strong>en</strong>te<br />

bi<strong>en</strong>estar. Una s<strong>en</strong>sación de equilibrio interior que <strong>en</strong> primera<br />

instancia dep<strong>en</strong>de de la correlación de neurotransmisores <strong>en</strong> el<br />

cerebro pero que, <strong>en</strong> última instancia, se articula a partir de la<br />

regulación de nuestras emociones.<br />

La evolución nos ha programado para experim<strong>en</strong>tar placer y<br />

dolor —los estados físicos que d<strong>en</strong>ominamos placer y dolor— a<br />

40 IBERO<br />

fin de hacernos capaces de responder a experi<strong>en</strong>cias pot<strong>en</strong>cialm<strong>en</strong>te<br />

b<strong>en</strong>éficas o dañinas. El placer sexual me conduce a buscar<br />

una (o varias) parejas con las cuales replicar mis g<strong>en</strong>es y el dolor<br />

de muelas a buscar a un d<strong>en</strong>tista antes de que la infección se expanda<br />

por toda mi mandíbula, por poner dos ejemplos s<strong>en</strong>cillos.<br />

A partir de esta polaridad básica se desarrollan todas las demás<br />

emociones, aquellas que llamamos primarias (ira, miedo, tristeza,<br />

alegría) y secundarias (amor, sorpresa, vergü<strong>en</strong>za, asco).<br />

Todas ellas nos alertan sobre cómo reaccionar fr<strong>en</strong>te a determinados<br />

eec conforme a patrones codificados previam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> la<br />

memoria. Si una situación me provoca miedo, es porque <strong>en</strong> el<br />

pasado atestigüé una am<strong>en</strong>aza —y <strong>en</strong>tonces huyo. Si otra situación<br />

desata mi embarazo, se debe a que ya antes padecí la crueldad<br />

de la burla aj<strong>en</strong>a —y <strong>en</strong>tonces me resguardo. La alegría nos<br />

vuelve expansivos, abiertos, y propicia la reproducción; el miedo<br />

nos repliega y nos protege; la ira nos lleva a def<strong>en</strong>dernos de las<br />

agresiones; y la tristeza nos ral<strong>en</strong>tiza y nos invita al recogimi<strong>en</strong>to<br />

y a la reflexión. (Precisemos que las “emociones sociales”, como<br />

la vergü<strong>en</strong>za o el asco, varían de una cultura a otra.)<br />

Los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos, por su parte, no son cad<strong>en</strong>as de ideas, sino<br />

s<strong>en</strong>saciones. No me pi<strong>en</strong>so feliz, me si<strong>en</strong>to feliz: reconozco <strong>en</strong> mi<br />

cuerpo ciertas disposiciones o estados que id<strong>en</strong>tifico con la felicidad<br />

—los músculos relajados, el pulso constante, esa mueca <strong>en</strong><br />

mi rostro que llamo sonrisa. Si, por el contrario, me pesa la espalda,<br />

he perdido el apetito, me cuesta levantar los brazos y no tolero<br />

que nadie me visite, lo más probable es que esté triste o melancólico.<br />

Los s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos son indicadores: mapas del interior del<br />

cuerpo que nuestro cerebro asocia con ciertas emociones.<br />

No sin razón, los antiguos creían que los humanos estábamos<br />

dominados por nuestras pasiones y que la tarea de la civilización<br />

consistía <strong>en</strong> domarlas como si fues<strong>en</strong> bestias salvajes. Las emociones<br />

han sido vistas, desde <strong>en</strong>tonces, como fuerzas imbatibles,<br />

capaces de lanzarnos a los peores excesos. Esta percepción no es<br />

del todo exagerada: <strong>en</strong> efecto, las emociones no derivan de un<br />

impulso racional, sino de la predisposición del cerebro a reaccionar<br />

de forma expedita ante las am<strong>en</strong>azas externas.<br />

Si me detuviera a analizar conci<strong>en</strong>zudam<strong>en</strong>te qué hacer fr<strong>en</strong>te<br />

al <strong>en</strong>ergúm<strong>en</strong>o que se abalanza contra mí <strong>en</strong>febrecido, probablem<strong>en</strong>te<br />

ya me habría matado a palos. Para evitar esta dilación fatal,<br />

mi cerebro se despreocupa de la razón y de inmediato asocia a<br />

ese eec una conducta predeterminada —correr a toda velocidad—<br />

sin det<strong>en</strong>erse a evaluar cada uno de los riesgos. El miedo<br />

es un seguro de vida. Las neuronas espejo vuelv<strong>en</strong> a ocupar, <strong>en</strong><br />

este ejemplo, un papel c<strong>en</strong>tral. Ellas detectan esas marcas exteriores,<br />

esas huellas o atisbos que me permit<strong>en</strong> adivinar qué<br />

sucede <strong>en</strong> la m<strong>en</strong>te del agresor —qué emociones lo animan o<br />

atorm<strong>en</strong>tan— y reaccionar fr<strong>en</strong>te a él de la forma más rápida.<br />

Siempre que me confronto con otro ser humano ocurre lo<br />

mismo. Primero, distingo ciertos ademanes, ciertas muecas, ciertas<br />

posturas; mis neuronas espejo se activan; repito exactam<strong>en</strong>te<br />

esos mismos ademanes, muecas y posturas <strong>en</strong> mi interior, como<br />

si me pert<strong>en</strong>ecieran y, al hacerlo, por fin sé lo que te pasa: estás


agobiada o meditabunda o<br />

irascible. Y, al tú estarlo, lo<br />

estoy yo también. A continuación,<br />

según el caso,<br />

buscaré consolarte, te dejaré<br />

<strong>en</strong> paz o huiré de ti.<br />

Puedo equivocarme, por<br />

supuesto —las neuronas<br />

espejo no son infalibles—, y creer que estás <strong>en</strong>ojada cuando<br />

estás triste o triste cuando sólo si<strong>en</strong>tes vergü<strong>en</strong>za. Leer a los<br />

otros, es decir, leer sus cuerpos para tratar de leer sus m<strong>en</strong>tes, es una<br />

actividad que se apr<strong>en</strong>de y refina con el tiempo tras observar<br />

a ci<strong>en</strong>tos o miles de personas o, minuciosam<strong>en</strong>te, a una —a ti.<br />

Cuando nos hallamos fr<strong>en</strong>te a una ficción, cuando la leemos, la<br />

miramos o la escuchamos, ocurre un f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o análogo —para<br />

el cerebro, lo sabemos, las imág<strong>en</strong>es m<strong>en</strong>tales son siempre equival<strong>en</strong>tes.<br />

Abro una novela, distingo las huellas que el autor ha dejado,<br />

las completo con los patrones que extraigo de mi memoria<br />

y descubro, de pronto, a un personaje —a algui<strong>en</strong> como yo.<br />

Después, lo mismo: observo ciertos ademanes, ciertas muecas,<br />

ciertas posturas; mis neuronas espejo se activan; repito exactam<strong>en</strong>te<br />

esos mismos ademanes, muecas y posturas <strong>en</strong> mi m<strong>en</strong>te<br />

como si me pert<strong>en</strong>ecieran y, al hacerlo, por fin sé lo que le<br />

pasa —el personaje está agobiado o meditabundo o irascible.<br />

Y, al estarlo, lo estoy yo también. A continuación, según el caso,<br />

t<strong>en</strong>dré el impulso de consolarlo, de dejarlo <strong>en</strong> paz o de huir de<br />

él —aun si, <strong>en</strong> este caso, no pueda hacer nada de eso y deba<br />

conformarme con proseguir el camino trazado por el escritor.<br />

Puedo equivocarme, por supuesto —las neuronas espejo no son<br />

infalibles—, y creer que el personaje está <strong>en</strong>ojado cuando estás<br />

triste o triste cuando sólo si<strong>en</strong>te vergü<strong>en</strong>za. Leer una novela, es<br />

decir, convertir ciertos signos <strong>en</strong> un personaje, y el personaje<br />

<strong>en</strong> una persona, es una actividad que se apr<strong>en</strong>de y refina con el<br />

tiempo tras leer ci<strong>en</strong>tos o miles de novelas o, <strong>en</strong>loquecidam<strong>en</strong>te,<br />

una misma —ésta.<br />

Entre muchas otras cosas —guardianes de la memoria, transmisores<br />

de ideas y patrones, breviarios del futuro—, la ficción<br />

también funciona como una máquina de emociones. Ad<strong>en</strong>trarse<br />

<strong>en</strong> una película, una teleserie, una radionovela, una pieza de teatro<br />

o un relato es como subirse <strong>en</strong> una montaña rusa emocional:<br />

saltamos de un personaje a otro y, a veces <strong>en</strong> contra de nuestra<br />

voluntad, sufrimos, amamos, gozamos, nos <strong>en</strong>altecemos, nos<br />

paralizamos o nos derrumbamos con cada uno de ellos —hay<br />

temperam<strong>en</strong>tos que no toleran este fr<strong>en</strong>esí.<br />

La ficción nos inocula, de pronto, el síndrome de personalidad<br />

múltiple: me estremezco, casi simultáneam<strong>en</strong>te, como<br />

aquel, como aquel y como aquel,<br />

uno tras otro, sin parar. No<br />

sólo soy Emma Bovary,<br />

si-no que me aburro, me<br />

frustro, me desconcierto<br />

y me abandono como<br />

Aunque me horrorice decirlo,<br />

“p<strong>en</strong>sar positivam<strong>en</strong>te”<br />

ayuda, <strong>en</strong> efecto, a ser<br />

positivo. Y maldecir y echar<br />

pestes por cualquier cosa, a<br />

todas horas, a ser infeliz.<br />

Emma Bovary. Y, ap<strong>en</strong>as<br />

unos segundos —unas páginas—<br />

más tarde, sufro,<br />

desconfío y me <strong>en</strong>furezco<br />

con Charles, su marido.<br />

Madame Bovary c’est moi,<br />

sin duda, pero Pierre Bovary<br />

c’est moi aussi.<br />

Una novela es un campo de pruebas emocional: si Platón ord<strong>en</strong>ó<br />

expulsar a los poetas de su República, era para evitarles a<br />

los ciudadanos este torbellino interior que terminaría por distraerlos<br />

de sus ord<strong>en</strong>adas labores cotidianas. Platón no <strong>en</strong>t<strong>en</strong>día<br />

—o, perversam<strong>en</strong>te, lo <strong>en</strong>t<strong>en</strong>día muy bi<strong>en</strong>— que las emociones<br />

provocadas por la ficción (o la poesía) nos <strong>en</strong>señan a ser auténticam<strong>en</strong>te<br />

humanos. Los regím<strong>en</strong>es totalitarios empeñados <strong>en</strong><br />

sancionar y regular la ficción, como la Unión Soviética o la<br />

China de Mao, estaban empecinadas <strong>en</strong> convertir a sus súbditos<br />

<strong>en</strong> criaturas fáciles de modelar, manejables, previsibles, a través<br />

de novelas, cu<strong>en</strong>tos y poemas que exaltas<strong>en</strong> sólo aquellas emociones<br />

adecuadas para sus fines —<strong>en</strong> primer sitio, ese el<strong>en</strong>co de<br />

emociones primarias, tan fáciles de instrum<strong>en</strong>talizar, como el<br />

patriotismo, el miedo al otro o la fidelidad.<br />

En s<strong>en</strong>tido contrario, ahora podemos compr<strong>en</strong>der por qué<br />

los artistas han def<strong>en</strong>dido con tanto énfasis la autonomía de la<br />

ficción. Si tantos de ellos han estado dispuestos a arriesgar sus<br />

vidas por una novela o un relato (o un poema), es porque <strong>en</strong><br />

las novelas y <strong>en</strong> los relatos (y <strong>en</strong> los poemas) se cifra una de la<br />

mayores conquistas de nuestra especie: la posibilidad de experim<strong>en</strong>tar<br />

<strong>en</strong> carne propia, sin ningún límite, todas las variedades<br />

de la experi<strong>en</strong>cia humana. La libertad de la ficción es siempre la<br />

medida de nuestra libertad individual.<br />

IBERO 41


TRIVIUM/diálogo<br />

Élmer M<strong>en</strong>doza nació <strong>en</strong> Culiacán, Sinaloa, <strong>en</strong> 1949, ciudad<br />

donde reside y donde es catedrático <strong>en</strong> la <strong>Universidad</strong><br />

Autónoma de Sinaloa. Como novelista se dio a conocer<br />

con el libro Un asesino solitario (Tusquets, 1999), al cual siguieron<br />

El amante de Janis Joplin (2001, Premio Nacional de Literatura<br />

José Fu<strong>en</strong>tes Mares), Efecto tequila (2004, finalista del Premio<br />

Dashiell Hammett), Cóbraselo caro (2006), Balas de plata (2007,<br />

Premio Tusquets de Novela) y La prueba del ácido (2010).<br />

A decir de Federico Campbell, Élmer M<strong>en</strong>doza es “el primer<br />

narrador que recoge con acierto el efecto de la cultura del narcotráfico<br />

<strong>en</strong> nuestro país”. Su obra ha sido traducida a diversos<br />

idiomas (<strong>en</strong>tre ellos, el francés, el alemán, el italiano, el portugués<br />

y el ruso) y está considerado como uno de los escritores más<br />

destacados de los últimos años <strong>en</strong> el panorama de la novela de<br />

habla hispana.<br />

El novelista español Arturo Pérez-Reverte lo llama su maestro<br />

y su amigo, y asegura que La Reina del Sur “nació de las cantinas,<br />

del narcocorrido y de sus novelas”.<br />

Conversamos con él acerca de la realidad y la ficción, de la<br />

democracia, el narcotráfico y el futuro de la literatura mexicana<br />

y del país.<br />

42 IBERO<br />

Literatura, viol<strong>en</strong>cia y<br />

narcotráfico<br />

Entrevista con<br />

Élmer M<strong>en</strong>doza<br />

Juan Domingo Argüelles<br />

Director editorial de IBERO<br />

¿Cómo influye la realidad <strong>en</strong> tu literatura?<br />

Trabajo una realidad estru<strong>en</strong>dosa que ahora ti<strong>en</strong>e a bu<strong>en</strong>a parte<br />

de los mexicanos atrapados emocionalm<strong>en</strong>te; <strong>en</strong>tonces siempre<br />

está allí. Sin embargo, creo que el acto de escribir nace de sí<br />

mismo, de sus iguales. Se hace ficción y se parte de la ficción, y<br />

un escritor no se forma sinti<strong>en</strong>do la realidad sino sinti<strong>en</strong>do la<br />

ficción. Un autor que no haya leído siempre escribirá difer<strong>en</strong>te<br />

a los que se han formado <strong>en</strong> la lectura. Además es un aspecto<br />

que define la vocación. Claro, la realidad proporciona l<strong>en</strong>guaje y<br />

ayuda a crear esc<strong>en</strong>arios.<br />

¿Cómo puede influir la literatura para modificar la<br />

realidad?<br />

Leer es culturizarse. Qui<strong>en</strong> además lee literatura, ti<strong>en</strong>e la oportunidad<br />

de conocerse y ubicarse <strong>en</strong> el mundo para triunfar. Si<br />

ese triunfo consiste de modificar la realidad, será inevitable que<br />

sus ideas y acciones estén adicionadas por los libros leídos.<br />

¿Ti<strong>en</strong>e México una narcodemocracia?<br />

No. Somos un país <strong>en</strong> transición donde la democracia cuesta<br />

demasiado por la desconfianza, pero no creo que <strong>en</strong>tremos <strong>en</strong><br />

esa clasificación y tampoco nos parecemos a Colombia.


Trabajo una realidad<br />

estru<strong>en</strong>dosa que ahora ti<strong>en</strong>e a<br />

bu<strong>en</strong>a parte de los mexicanos<br />

atrapados emocionalm<strong>en</strong>te.<br />

¿Eliges tus temas para tus<br />

novelas o los temas te elig<strong>en</strong><br />

a ti?<br />

He t<strong>en</strong>ido ambas experi<strong>en</strong>cias. Un<br />

asesino solitario y Cóbraselo caro, me<br />

eligieron. En las demás pude elegir.<br />

¿Existe realm<strong>en</strong>te una corri<strong>en</strong>te literaria sobre el<br />

narcotráfico <strong>en</strong> México?<br />

Sí. Ahora somos tantos como los surrealistas; hemos provocado la<br />

at<strong>en</strong>ción de académicos de universidades, sobre todo norteamericanas;<br />

hay también australianas, arg<strong>en</strong>tinas, mexicanas, españolas,<br />

alemanas, etcétera. Los críticos son los que han definido la<br />

verti<strong>en</strong>te literaria y aclarado sus características. He podido hablar<br />

del asunto <strong>en</strong> bastantes espacios, incluso <strong>en</strong> la Ibero, y para mí<br />

otro aspecto importante son los libros de no-ficción sobre el<br />

tema: también hay sufici<strong>en</strong>tes.<br />

Desde el norte del país, ¿cómo se ve la realidad<br />

mexicana?<br />

Escabrosa. Sabemos <strong>en</strong> qué país vivimos. Ahora nos afecta un<br />

país <strong>en</strong> el que no vivimos que, sin embargo, es importante para<br />

nuestra economía. Las leyes antiemigrantes han traído personas<br />

de regreso antes de tiempo y la viol<strong>en</strong>cia ha paralizado el turis-<br />

mo. Pero el norte colinda con la nada. Nuestros mayores tuvieron<br />

que crear todo. V<strong>en</strong>cieron al desierto. Entonces sabemos el valor<br />

del optimismo y el valor que ti<strong>en</strong>e el agua que sale de las piedras.<br />

¿Cuál es el futuro de nuestra literatura?<br />

Estamos <strong>en</strong> transición. Lo digital afectará la percepción pero saldremos<br />

bi<strong>en</strong>. Es un arte y el arte es como Dios: Nunca muere.<br />

Pronto la Ilíada cumplirá tres mil años de haber sido compuesta<br />

por Homero y sigue tan campante. Y Horacio. He estado hace<br />

unos días <strong>en</strong> una c<strong>en</strong>a con políticos donde hablamos unos quince<br />

minutos de Horacio; recordamos la Carta a los Pisones. Sé de<br />

primera mano que <strong>en</strong> Europa vuelve el interés por la literatura<br />

latinoamericana y ahora mismo están ley<strong>en</strong>do a mexicanos.<br />

Nuestra literatura debe estar <strong>en</strong> todas partes.<br />

¿Qué futuro le ves al país?<br />

Todo futuro está condicionado. Si nuestros líderes políticos, empresariales,<br />

académicos, intelectuales, trabajan <strong>en</strong> las car<strong>en</strong>cias<br />

más graves de nuestro país: <strong>en</strong> educación, empleo, recuperación<br />

de la credibilidad <strong>en</strong> materia de aplicación de las leyes, nos esperan<br />

bu<strong>en</strong>os días. Los novelistas, poetas, músicos, artistas plásticos,<br />

cineastas, etcétera, nos <strong>en</strong>cargaremos de contar al mundo de qué<br />

estamos orgullosos los mexicanos. El futuro t<strong>en</strong>emos que crearlo<br />

con optimismo; quizá con optimismo <strong>en</strong>fermizo.<br />

IBERO 43


GENTE QUE CAMBIA AL MUNDO<br />

Los alumnos de la Ibero<br />

ante las elecciones<br />

Los comicios de<br />

2011 y las perspectivas<br />

para 2012<br />

Osvelia Ramírez y<br />

Pedro R<strong>en</strong>dón López<br />

Redactores de IBERO<br />

Jorge Salgado Sepúlveda<br />

La elección presid<strong>en</strong>cial se define<br />

por sus características propias<br />

El Estado de México ha sido señalado<br />

como el que da la pauta para la elección<br />

presid<strong>en</strong>cial, pero <strong>en</strong> los dos o tres casos<br />

anteriores no ha sido así; es más bi<strong>en</strong> una<br />

perspectiva mediática. La elección presid<strong>en</strong>cial<br />

se define por sus características<br />

propias al igual que <strong>en</strong> la <strong>en</strong>tidad mexiqu<strong>en</strong>se.<br />

Espero que los próximos comicios<br />

estén marcados por una compet<strong>en</strong>cia<br />

democrática y con bu<strong>en</strong>as propuestas por<br />

parte de los candidatos; asimismo, es deseable<br />

que los militantes de cada partido<br />

hagan su trabajo de acuerdo a sus plataformas<br />

políticas para evitar lo ocurrido<br />

<strong>en</strong> 2006.<br />

Estudiante del Doctorado <strong>en</strong> Ci<strong>en</strong>cias Sociales<br />

y Políticas, 2º semestre.<br />

Adán García<br />

Elecciones que pued<strong>en</strong> modificar el<br />

panorama político del país<br />

Las próximas elecciones a la gubernatura<br />

del Estado de México podrían modificar<br />

el panorama político del país. El<br />

44 IBERO<br />

PRI y el PRD medirán fuerzas. Considero<br />

que la elección que haga Enrique<br />

Peña Nieto para designar el candidato a<br />

la gubernatura de su estado influirá <strong>en</strong><br />

el PRI a nivel nacional para nombrarlo<br />

a él candidato a la presid<strong>en</strong>cia. En el<br />

caso del PRD, una fuerte batalla <strong>en</strong><br />

contra del PRI podría hacer<br />

que sus distintas fracciones<br />

llegu<strong>en</strong> a un acuerdo y<br />

alcanc<strong>en</strong> un pacto que<br />

les b<strong>en</strong>eficie.<br />

Estudiante de la Maestría<br />

<strong>en</strong> Sociología, 2º<br />

semestre.<br />

Cyntia Jiménez<br />

Jiménez<br />

Los políticos deberían<br />

hablar antes que nada de<br />

educación<br />

En las elecciones de 2011 creo que sería<br />

una bu<strong>en</strong>a estrategia de los políticos hablar<br />

antes que nada de educación, pues<br />

ésta es la base para que se pueda t<strong>en</strong>er<br />

un mayor crecimi<strong>en</strong>to económico y, a<br />

la vez, social y político. Por otra parte, la<br />

El 1º de julio de 2012, México elegirá nuevo Presid<strong>en</strong>te de<br />

la República, al tiempo que <strong>en</strong> esa misma jornada electoral<br />

se votará también por diputados y s<strong>en</strong>adores, por más de<br />

quini<strong>en</strong>tos presid<strong>en</strong>tes municipales y por seis gobernadores.<br />

Pero antes de estos sufragios, <strong>en</strong> 2011, el cal<strong>en</strong>dario<br />

electoral marca elecciones locales <strong>en</strong> Baja California Sur<br />

(6 de febrero), Hidalgo, Coahuila, Estado de México y<br />

Nayarit (31 de julio) y Michoacán (13 de noviembre). Las<br />

elecciones <strong>en</strong> algunos de estos estados, y especialm<strong>en</strong>te<br />

<strong>en</strong> el de México, son consideradas de gran importancia<br />

por los politólogos, ya que lo que ocurra <strong>en</strong> ellas será de<br />

algún modo revelador de lo que podría ocurrir <strong>en</strong> las<br />

elecciones federales de 2012. En este esc<strong>en</strong>ario, algunos de<br />

los alumnos de la Ibero, siempre at<strong>en</strong>tos a su realidad social<br />

y política, opinan sobre estos procesos que son sin duda<br />

decisivos para la vida democrática del país.<br />

Cyntia<br />

Jiménez<br />

Jiménez<br />

lucha contra el narcotráfico influirá sin<br />

duda porque es un tema de vital importancia:<br />

es necesario acabar con el narcotráfico,<br />

pero fr<strong>en</strong>ar también la trem<strong>en</strong>da<br />

viol<strong>en</strong>cia que hay <strong>en</strong> el país. Pi<strong>en</strong>so que<br />

lo que ocurra <strong>en</strong> el Estado de México<br />

dará la pauta de lo que sucederá <strong>en</strong><br />

las elecciones federales de 2012,<br />

no sólo porque <strong>en</strong> esta <strong>en</strong>tidad<br />

se conc<strong>en</strong>tra una parte<br />

muy importante de la<br />

población nacional, sino<br />

también porque la pres<strong>en</strong>cia<br />

del PRI, con la<br />

figura del gobernador<br />

Enrique Peña Nieto, se<br />

fortalecerá a nivel nacional<br />

si el triunfador mexiqu<strong>en</strong>se<br />

es priísta.<br />

Estudiante de la Lic<strong>en</strong>ciatura <strong>en</strong><br />

Administración de la Hospitalidad, 6° semestre.<br />

K<strong>en</strong>ia Lizbeth Nava Aguilar<br />

La viol<strong>en</strong>cia es uno de los<br />

problemas más complicados de<br />

México<br />

Es importante y necesario votar, pero


Bernardo Vargas<br />

K<strong>en</strong>ia Lizbeth<br />

Nava Aguilar<br />

también t<strong>en</strong>er mejores opciones para elegir, a fin de que no nos<br />

pongan a cualquiera a gobernarnos. Otra cosa importante es eliminar<br />

la viol<strong>en</strong>cia, que es uno de los problemas más complicados<br />

que vive México. Más allá de que se hagan o no las alianzas <strong>en</strong><br />

las elecciones de 2011, como veo actualm<strong>en</strong>te las cosas, creo que<br />

Peña Nieto, por su popularidad, ganará las elecciones <strong>en</strong> 2012.<br />

Estudiante de la Lic<strong>en</strong>ciatura <strong>en</strong> Comunicación, 2° semestre.<br />

Luis Gabriel<br />

El resultado de las elecciones de 2011 puede influir <strong>en</strong> el<br />

de 2012<br />

El resultado de las elecciones de 2011 puede influir <strong>en</strong> las elecciones<br />

del 2012. Creo que el PAN ha perdido terr<strong>en</strong>o y el PRI<br />

ha ganado fuerza. Si el PRI triunfa <strong>en</strong> estas elecciones locales,<br />

se fortalecerá aún más y ello será decisivo <strong>en</strong> la votación presid<strong>en</strong>cial<br />

de 2012.<br />

Estudiante de la Lic<strong>en</strong>ciatura <strong>en</strong> Diseño Interactivo, tercer semestre.<br />

Bernardo Vargas<br />

Serán elecciones muy competidas<br />

Estas elecciones locales t<strong>en</strong>drán un impacto <strong>en</strong> las elecciones federales<br />

de 2012. A mi modo de ver, serán elecciones muy competidas,<br />

pues <strong>en</strong> algunos estados la difer<strong>en</strong>cia será mínima <strong>en</strong>tre<br />

un candidato y otro, según como podemos anticiparlo de acuerdo<br />

con las <strong>en</strong>cuestas. Lo que ocurra <strong>en</strong> ellas, marcará el rumbo<br />

de las elecciones presid<strong>en</strong>ciales.<br />

Estudiante de la Lic<strong>en</strong>ciatura <strong>en</strong> Finanzas, 8º semestre.<br />

AGENDA IBERO<br />

Algunas actividades destacadas<br />

de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong><br />

Ciudad de México<br />

Febrero-marzo de 2011<br />

Confer<strong>en</strong>cias del C<strong>en</strong>tro Astronómico Clavius<br />

El inicio del universo y “El Gran Diseño”, de Steph<strong>en</strong> Hawking.<br />

»Imparte: Dr. Salvador Carrillo Mor<strong>en</strong>o.<br />

»2 de febrero, 19:00 horas.<br />

»Auditorio Xavier Scheifler, Edificio S, piso 2.<br />

M1, La Nebulosa del Cangrejo.<br />

Imparte: M. <strong>en</strong> C. Lor<strong>en</strong>a Arias Montaño.<br />

»16 de febrero, 19:00 horas.<br />

»Auditorio Xavier Scheifler, Edificio S, piso 2.<br />

Cosmología e inflación.<br />

»Imparte: Dra. Gabriella Piccinelli Bocci.<br />

»23 de febrero, 19:00 horas.<br />

»Auditorio Fernando Bustos, Edificio S, piso 2.<br />

Festival Kinoki<br />

Festival Internacional de Cine Universitario, organizado por<br />

estudiantes de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de<br />

México, <strong>en</strong> su séptima edición.<br />

»21 al 25 de febrero.<br />

»Organiza el Departam<strong>en</strong>to de Comunicación.<br />

Voleibol de playa tercera etapa del Circuito Playero “Master”<br />

El equipo de voleibol de playa de la Ibero compite <strong>en</strong> este circuito.<br />

»25 al 27 de febrero.<br />

»Acapulco-Ixtapa.<br />

»Organiza la Oficina de Deportes y Promoción de la Salud.<br />

Exposición de Emiliano Gironella<br />

Parra<br />

Muestra de pintura y grabado.<br />

»1 de febrero al 3 de marzo.<br />

»Espacio Cultural, Edificio S, sótano.<br />

»Organiza la Coordinación de<br />

Difusión Cultural.<br />

Exposición Comer y ser<br />

Muestra acerca de las raíces gastronómicas de México.<br />

»Febrero-marzo.<br />

»Galería Andrea Pozzo, S. J., Edificio T, planta baja.<br />

»Organiza la Coordinación de Difusión Cultural.<br />

La Ibero lam<strong>en</strong>ta profundam<strong>en</strong>te la muerte del padre<br />

Samuel Ruiz García, Obispo Emérito de San Cristóbal de las<br />

Casas, Chiapas, def<strong>en</strong>sor de los pobres y de los indíg<strong>en</strong>as<br />

y hombre comprometido con las causas justas; Doctor<br />

Honoris Causa por la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>. Le<br />

sobrevive su labor ejemplar.<br />

IBERO 45


el viajero ilustrado<br />

Palomas para las<br />

A Jorge Bustamante y Neftalí Coria<br />

Marco Antonio Campos<br />

Poeta, narrador e investigador. Ha sido profesor de literatura <strong>en</strong><br />

la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México y, por su obra<br />

literaria, ha recibido múltiples reconocimi<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> México y el<br />

extranjero, <strong>en</strong>tre ellos los Premios Xavier Villaurrutia y Ramón<br />

López Velarde, <strong>en</strong> México, y el Antonio Machado, <strong>en</strong> España.<br />

Dos de sus libros más reci<strong>en</strong>tes son Viernes <strong>en</strong> Jerusalén (Visor,<br />

Madrid, 2005), V Premio Casa de América de Poesía Americana<br />

y Dime dónde, <strong>en</strong> qué país (Visor, Madrid, 2010), XXXI<br />

Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla<br />

46 IBERO<br />

Palomas <strong>en</strong> diagonal van y regresan del limonero al naranjo<br />

para que hojas y frutos fuljan bajo la luz del sol ante la<br />

severa capilla con paredes desbastadas del Señor de la Columna.<br />

No hay cuadrángulo de plaza más mínimo, más inseparable<br />

<strong>en</strong> lo íntimo <strong>en</strong> Morelia, y aun podrías llevarlo bajo el brazo<br />

o colgártelo del cuello para v<strong>en</strong>derlo como artesanía c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>aria<br />

<strong>en</strong> la Plaza de San Francisco. El mundo a esta hora parece reducirse<br />

al color de un limonero o de un naranjo, a una capilla para<br />

solitario y a borrascas de palomas grises que vuelan de un árbol<br />

a otro, de una casa a otra, de una casa a un árbol.<br />

Me <strong>en</strong>camino por calle Madero. Construida a pie firme, t<strong>en</strong>go<br />

la fe y la impresión de que Morelia resistirá intacta las discontinuas<br />

catástrofes hasta el final que será el principio del amanecer<br />

de la flor <strong>en</strong> la búsqueda del alma de la mariposa donde la jov<strong>en</strong><br />

aparece con ligero atavío de color de llama viva. La avalancha<br />

de personas que se despeña por la acera desde el lado poni<strong>en</strong>te<br />

parece un argayo de piedras que me precipitará calle abajo.<br />

Llego a los Portales. Me si<strong>en</strong>to <strong>en</strong> una mesa. Mi<strong>en</strong>tras observo<br />

a la vez los laureles de la India y el techo del kiosco de Plaza<br />

de Armas, mi<strong>en</strong>tras el gris <strong>en</strong>losado se cubre de palomas grises,<br />

me pregunto <strong>en</strong> serio, pero de veras <strong>en</strong> serio, si los poetas son<br />

aquellos que purifican la palabra de la tribu y desembrollan el<br />

galimatías del político, los números del dueño del dinero y la<br />

nota <strong>en</strong>gañosa del periodista que escupe <strong>en</strong> el libro de ética.


plazas<br />

Fr<strong>en</strong>te a los Portales pasa con estrépito un vehículo desv<strong>en</strong>cijado,<br />

y el chofer, que aúlla por el megáfono, anuncia espectáculos<br />

no vistos, igual que <strong>en</strong> mi niñez, <strong>en</strong> un vehículo trastabillante,<br />

a través de las calles desmedradas de San Pedro de los Pinos, se<br />

anunciaba a los niños la promoción excepcional de tres películas<br />

de la matinée del domingo libre.<br />

He caminado de Morelia sus plazas y no hay calle del c<strong>en</strong>tro<br />

que no guarde la sombra de los cuerpos que tuvo mi cuerpo. En<br />

la década de los set<strong>en</strong>ta era una ciudad idílica, y diría aun, casi<br />

recoleta, y yo caminaba instintivo con la mano <strong>en</strong> vez de brújula.<br />

Si me paraba <strong>en</strong> el c<strong>en</strong>tro del c<strong>en</strong>tro y miraba, ya al sur o ya al<br />

norte, veía hundirse las líneas del sol <strong>en</strong> lo arbolado de las montañas,<br />

las cuales hoy, talados los árboles y cubiertas de casas, no<br />

recordarán lo que fueron. Pero cuánto ha pasado <strong>en</strong> mí, cuántas<br />

cosas han pasado desde <strong>en</strong>tonces. Cuánto sufrimi<strong>en</strong>to me cavó<br />

el alma como un pozo oscuro, cuánta angustia como pájaro guillado<br />

picoteó <strong>en</strong> mi corazón hasta dejarlo como dedal. Cuántas<br />

veces vi <strong>en</strong> la mala luz de los inviernos de Praga, de Vi<strong>en</strong>a o<br />

Budapest mi cara de solitario a doce grados bajo cero. Cuánta<br />

soledad, como terrón con sed, se vive y se padece por unas horas<br />

de felicidad que brillan igual que el agua con la luz del sol <strong>en</strong> la<br />

fu<strong>en</strong>te de Las Tarascas. Nadie sabrá de la Vía si no sufrió antes <strong>en</strong><br />

la vía la aus<strong>en</strong>cia de fe, de esperanza y caridad para ganar la gloria<br />

artística <strong>en</strong> la que creí estúpidam<strong>en</strong>te.<br />

He caminado de<br />

Morelia sus plazas y no<br />

hay calle del c<strong>en</strong>tro<br />

que no guarde la<br />

sombra de los cuerpos<br />

que tuvo mi cuerpo.<br />

No sé por qué, pero ¿quién podría decir qué secreto existe<br />

para que las mujeres duelan o <strong>en</strong>tristezcan <strong>en</strong> equis y ye sitio a<br />

equis y ye hora, para que después, <strong>en</strong> otro sitio y a otra hora, te<br />

duela otra y otra? A cierta hora, de tal minuto <strong>en</strong> determinada<br />

calle una mujer figura su figura <strong>en</strong> el corazón como los juegos<br />

de luz que se v<strong>en</strong> ahora <strong>en</strong> la portada de cantera rosa de la catedral<br />

y <strong>en</strong> la altura de los campanarios. ¿Quién no quisiera que<br />

cada palabra de amor resonara <strong>en</strong> el corazón de una mujer <strong>en</strong><br />

el mom<strong>en</strong>to que te desangra? Una mujer u otra se roban definitivam<strong>en</strong>te<br />

lo que escribes <strong>en</strong> el fuego horizontal a la hora de<br />

la jardinera.<br />

Llegan uno a uno los amigos. Llegan José, Jesús, Gaspar, Neftalí<br />

y Jorge. Llegan tray<strong>en</strong>do la amistad como agua clara y parec<strong>en</strong><br />

resumirse <strong>en</strong> un instante las conversaciones de varias décadas<br />

cuando la poesía y el ángel no conocían el reloj victimario <strong>en</strong><br />

manos de la víctima. Y sin que ellos se d<strong>en</strong> cu<strong>en</strong>ta me guardo la<br />

mañana del 17 de febrero <strong>en</strong> el bolsillo y el año 2006 lo pongo<br />

bajo el brazo, y cerca de la puerta de catedral vislumbro a Jesucristo<br />

azul, y escucho, escucho de nuevo y otra vez y de nuevo<br />

el tañido múltiple de las campanas que resu<strong>en</strong>an con fuerza tan<br />

armónica, que no puedo p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> qué sitio de qué ciudad dejé<br />

a la mujer <strong>en</strong> qui<strong>en</strong> p<strong>en</strong>saba.<br />

IBERO 47


LA VOZ DEL LIBRO/el eco de la lectura<br />

Qué leer<br />

y por Qué<br />

Eduardo Lizalde recomi<strong>en</strong>da Dime dónde,<br />

<strong>en</strong> qué país, de Marco Antonio Campos,<br />

XXXI premio Internacional de poesía Ciudad<br />

de Melilla [Visor libros, Colección Visor<br />

de poesía, Madrid, 2010]<br />

Agrega Marco Antonio Campos a su ya<br />

ext<strong>en</strong>sa, personalísima y sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te obra<br />

de poeta, de crítico, de traductor, de cronista,<br />

de historiador y estudioso de la literatura<br />

mexicana y de otras, este libro<br />

ejemplar que él titula Dime dónde, <strong>en</strong> qué<br />

país (una línea que toma de Villon) y que<br />

ha compuesto, como dice, con poemas<br />

<strong>en</strong> prosa y una fábula. el libro es bello y<br />

complejo, <strong>en</strong> su apar<strong>en</strong>te s<strong>en</strong>cillez, pero<br />

intrincado, contexto de refer<strong>en</strong>cias, alusiones<br />

literarias, históricas y artísticas y es,<br />

<strong>en</strong> efecto, tanto verdadera poesía, como<br />

la que ha logrado consumar <strong>en</strong> su lírica<br />

de autor, pero es al mismo tiempo una<br />

colección deslumbradora de visiones, de<br />

crónicas de viaje por el mundo <strong>en</strong>tero,<br />

de paisajes urbanos, amores consumados<br />

y no, mares, ríos, montañas, galerías pictóricas,<br />

<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tros con autores leg<strong>en</strong>darios<br />

o nacidos ayer, barrios paupérrimos,<br />

av<strong>en</strong>turas <strong>en</strong> tr<strong>en</strong> y, al mismo tiempo,<br />

48 IBero<br />

esta sección de IBERO acude<br />

a los lectores expertos, a los<br />

apasionados <strong>en</strong> la lectura, y son<br />

ellos los que recomi<strong>en</strong>dan los<br />

sigui<strong>en</strong>tes libros que podrían<br />

<strong>en</strong>tregar a otros lectores<br />

experi<strong>en</strong>cias imborrables y<br />

transformadoras.<br />

profundas y conmovedoras incursiones<br />

<strong>en</strong> la propia biografía, <strong>en</strong> el alma y <strong>en</strong> la<br />

memoria familiar. De algún modo, este<br />

conjunto de Marco Antonio, me hace<br />

p<strong>en</strong>sar <strong>en</strong> el libro admirable y perfecto de<br />

otro ilustre visionario, viajero, cronista y<br />

autobiógrafo impon<strong>en</strong>te: el grande y prolijo<br />

catalán Josep pla, autor de los diarios<br />

voluntariam<strong>en</strong>te imperfectos e invaluables<br />

de su Cuadernos gris, que no ha sido<br />

posible terminar de imprimir. un indisp<strong>en</strong>sable,<br />

querido y cada vez mejor leído<br />

para suyo es Marco Antonio, al que no<br />

alcanzan estas pocas líneas para celebrarlo<br />

como se merece por su nueva —breve—<br />

obra maestra.<br />

EDUARDO LIZALDE. poeta, narrador, traductor,<br />

<strong>en</strong>sayista, bibliómano y melómano. Su libro<br />

más reci<strong>en</strong>te es Almanaque de cu<strong>en</strong>tos y ficciones<br />

(ediciones era, México, 2010).<br />

Víctor Manuel M<strong>en</strong>diola recomi<strong>en</strong>da<br />

Las alas de la palabra, de Marco Antonio Montes<br />

de oca [Fondo de Cultura económica,<br />

México, 2010]<br />

Las alas de la palabra es, hasta ahora, el último<br />

libro de Marco Antonio Montes de<br />

oca. <strong>en</strong>tre este volum<strong>en</strong> y los anteriores<br />

¿hay una difer<strong>en</strong>cia significativa? <strong>en</strong> este<br />

texto ¿el poeta utiliza un estilo difer<strong>en</strong>te?<br />

la forma que hay aquí ¿es distinta a la de<br />

los poemas anteriores? estas composiciones<br />

¿nos muestran otro Marco Antonio<br />

Montes de oca? Definitivam<strong>en</strong>te no. la<br />

poesía que el lector <strong>en</strong>contrará <strong>en</strong> este<br />

nuevo libro ti<strong>en</strong>e las mismas cualidades<br />

que todos los anteriores: una acción verbal<br />

sorpresiva, pujante y arrebatada y, al<br />

mismo tiempo, subidas y bajadas, traspiés<br />

que no impid<strong>en</strong> una pirueta, manotazos<br />

de sol aquí y paletadas de cont<strong>en</strong>to allá.<br />

Todo exactam<strong>en</strong>te igual como cuando<br />

escribió Ruina de la infame Babilonia o<br />

como cuando publicó, ya convertido <strong>en</strong><br />

un poeta admirado, Las fu<strong>en</strong>tes leg<strong>en</strong>darias.<br />

Quizá vale la p<strong>en</strong>a decir que los cambios<br />

de forma <strong>en</strong> Montes de oca sólo son una<br />

apari<strong>en</strong>cia, no una modificación sustancial.<br />

Sus poemas <strong>en</strong> verso, <strong>en</strong> prosa, <strong>en</strong>ormes<br />

o pequeños, sus poemas concretos,<br />

sus minipoemas y a veces su casi haikus<br />

están poseídos por la misma <strong>en</strong>ergía y la<br />

misma manera de proceder: la incesante<br />

creación de mundos inesperados y per-


cepciones agudas, siempre <strong>en</strong> disposición de una<br />

suma y, todavía mejor, de una serie imparable.<br />

Montes de oca no necesita más.<br />

VÍCTOR MANUEL MENDIOLA. poeta, narrador, traductor,<br />

<strong>en</strong>sayista, editor y crítico literario. <strong>en</strong> 2010 obtuvo el<br />

premio Internacional de literatura letras del Bic<strong>en</strong>t<strong>en</strong>ario<br />

<strong>en</strong> la categoría de Novela. uno de sus libros más<br />

reci<strong>en</strong>tes es En carm<strong>en</strong> y oración libre (Verdehalago, México,<br />

2006).<br />

Mal<strong>en</strong>a Mijares recomi<strong>en</strong>da Mujer de cierta edad, con<br />

abanico, de Angélica de Icaza [Samsara editorial, México,<br />

2010]<br />

<strong>en</strong> cada uno de los relatos de este libro se nota<br />

un trabajo artesanal de precisión casi milimétrica<br />

<strong>en</strong> la pureza de su estilo y <strong>en</strong> la int<strong>en</strong>sidad de los<br />

s<strong>en</strong>timi<strong>en</strong>tos que cond<strong>en</strong>sa. es realm<strong>en</strong>te hermoso<br />

cómo se vuelv<strong>en</strong> universales la mirada, la voz y las<br />

reflexiones de Blues, cómo están trazadas <strong>en</strong> un<br />

mero esbozo su fuerza y su liviandad. es admirable<br />

la forma <strong>en</strong> que <strong>en</strong>trevera esos bocetos —que son<br />

como pinceladas sueltas— para pintar un cuadro<br />

completo y construir un personaje. Tanto <strong>en</strong> la<br />

primera parte como <strong>en</strong> “Mujer de cierta edad, con<br />

abanico” hay una visión fem<strong>en</strong>ina perfectam<strong>en</strong>te<br />

compartible, que interpela de un modo mágico a<br />

las mujeres de nuestra edad pero también, estoy<br />

segura, a cualquier lector s<strong>en</strong>sible.<br />

MALENA MIJARES. Maestra, <strong>en</strong>sayista, editora y periodista.<br />

Directora de la revista Este País.<br />

Daniel Goldin recomi<strong>en</strong>da El arte de la lectura <strong>en</strong> tiempos<br />

de crisis, de Michèle petit [océano Travesía, Madrid,<br />

2009]<br />

este libro está tejido con multitud de voces que dan<br />

cu<strong>en</strong>ta de experi<strong>en</strong>cias <strong>en</strong> las que se ha manifestado<br />

el poder de la palabra escrita para reconstruir la<br />

vida de personas <strong>en</strong> desgracia. esas voces han sido<br />

<strong>en</strong>garzadas por un p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to, al mismo tiempo<br />

discreto y brillante, que se propuso —lo podemos<br />

s<strong>en</strong>tir <strong>en</strong> su ritmo pausado— apartarse de cualquier<br />

g<strong>en</strong>eralización. un p<strong>en</strong>sami<strong>en</strong>to que no se<br />

nutrió de experi<strong>en</strong>cias aj<strong>en</strong>as para afirmar lo previam<strong>en</strong>te<br />

conocido, sino que surgió del <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro<br />

con el otro, y que lo celebra. Bu<strong>en</strong>a parte de esas<br />

experi<strong>en</strong>cias provi<strong>en</strong><strong>en</strong> de Iberoamérica: Michèle<br />

petit tuvo conocimi<strong>en</strong>to de ellas <strong>en</strong> numerosos<br />

viajes e intercambios epistolares que siguieron a la<br />

difusión <strong>en</strong> l<strong>en</strong>gua española de su obra. por esto la<br />

publicación de este libro <strong>en</strong> español es un retorno<br />

y a la vez una muestra más de la importancia del<br />

desvío, del viaje de uno al otro, para redescubrir la<br />

propia imag<strong>en</strong> y revitalizar su vida psíquica.<br />

DANIEL GOLDIN. escritor y editor. Su más reci<strong>en</strong>te libro<br />

es Al otro lado de la página: Imág<strong>en</strong>es de la lectura <strong>en</strong> México<br />

(Santillana, México, 2008).


MÚsica para caMaleones<br />

Edmée Pardo recomi<strong>en</strong>da:<br />

Hero, de Tan Dun [2004]<br />

y Strike, de The Baseballs<br />

[2009]<br />

El disco que recomi<strong>en</strong>do es el<br />

sound track de la película Héroes, del<br />

compositor y director Tan Dun, con la Orquesta<br />

Filarmónica de China. Recuerdo que<br />

la primera vez que escuché este disco fue <strong>en</strong><br />

la radio, y el impacto que me provocó fue<br />

tan fuerte que tuve que tomarme un tiempo<br />

para asimilar los sonidos. Quedé atrapada<br />

por esa música que me transmitió s<strong>en</strong>saciones<br />

que no sabía siquiera que vivían d<strong>en</strong>tro<br />

de mí, las cuales de pronto estaban <strong>en</strong>trando<br />

por mi piel. Enseguida quise comprar el disco;<br />

quería el objeto donde ese sonido vive.<br />

50 IBERO<br />

Qué<br />

EsCuChaR<br />

y POR Qué<br />

Beatriz palacios<br />

Asist<strong>en</strong>te editorial de IBERO<br />

Me emociona el violín, la melancolía, lo épico,<br />

y la pieza “Gone with leaves” me parece<br />

grandiosa y conmovedora <strong>en</strong> lo más íntimo.<br />

Del disco Strike de The Baseballs, me gusta el<br />

ritmo, la voz de los cantantes, lo alegre de sus<br />

melodías, y las letras me parec<strong>en</strong> amistosas y<br />

Música para camaleones está dedicada a<br />

la recom<strong>en</strong>dación de obras musicales,<br />

para lo cual se ha invitado a melómanos,<br />

investigadores, expertos, editores, musicólogos<br />

y d<strong>en</strong>odados amantes de la música. En<br />

esta ocasión agradecemos a Edmée Pardo,<br />

Francisco Quintanar y Natalia Trav<strong>en</strong> el<br />

que con tanta g<strong>en</strong>tileza y g<strong>en</strong>erosidad hayan<br />

accedido a compartir con los lectores de<br />

IBERO su experi<strong>en</strong>cia y su pasión.<br />

solidarias. En este álbum el grupo alemán interpreta<br />

doce versiones de grandes éxitos pero<br />

adaptados a difer<strong>en</strong>tes ritmos, como el swing,<br />

el rockabilly o el pop vocal. Esa combinación<br />

es lo que me agrada y una canción con la me<br />

divierto mucho es “umbrella”, de Rihanna.<br />

Edmée Pardo. Escritora, promotora de la lectura, editora y periodista cultural. Es autora de 15 libros de<br />

cu<strong>en</strong>to y novela, con los que ha obt<strong>en</strong>ido varios reconocimi<strong>en</strong>tos nacionales e internacionales, <strong>en</strong>tre ellos<br />

el Premio Nacional de Cu<strong>en</strong>to san Luis Potosí 2009. algunas de sus obras son El primo Javier, Las plegarias<br />

de mi boca, La voz azul, Enfermedad se escribe con C y Morir de amor, que <strong>en</strong> 2006 <strong>en</strong>cabezó la lista de los libros<br />

más v<strong>en</strong>didos <strong>en</strong> Estados unidos <strong>en</strong> el mes de junio según america Reads spanish, y el cuarto <strong>en</strong> v<strong>en</strong>tas <strong>en</strong><br />

México de acuerdo a librerías Gandhi


Francisco Quintanar<br />

recomi<strong>en</strong>da: La musique<br />

au temps des castrats, varios<br />

autores [2003] y Qawwal<br />

and party: Shah<strong>en</strong>-Shah, de<br />

Nusrat Fateh Ali Khan [1993]<br />

En La musique au temps des castrats, se reún<strong>en</strong><br />

una serie de obras de los siglos XVII y XVIII<br />

creadas por grandes compositores para ser<br />

especialm<strong>en</strong>te interpretadas por castratis, cantantes<br />

que de niños fueron sometidos a una<br />

mutilación g<strong>en</strong>ital para que conservaran su<br />

voz infantil y aguda. En la época barroca dominaron<br />

este tipo de piezas, y <strong>en</strong> este disco<br />

se incluy<strong>en</strong> algunas de esas obras de autores<br />

como antonio Vivaldi, Gregorio allegri,<br />

Charp<strong>en</strong>tier y Riccardo Broschi, con la interpretación,<br />

<strong>en</strong>tre otros, de la soprano Ewa<br />

Malas-Godlewska y el contrat<strong>en</strong>or Dominique<br />

Visse, además de una grabación de 1902<br />

de alejandro Moreschi, un auténtico castrati,<br />

la cual se realizó <strong>en</strong> la Capilla sixtina. Recomi<strong>en</strong>do<br />

también el disco del cantante paquistaní<br />

Nusrat Fateh ali Khan, que destaca por su<br />

extraordinaria voz y por sus interpretaciones<br />

del qawwali, que son cantos devocionales sufíes<br />

del sur de asia, los cuales desde hace más<br />

de 600 años se han heredado de g<strong>en</strong>eración<br />

<strong>en</strong> g<strong>en</strong>eración. Con un estilo vocal proced<strong>en</strong>te<br />

de una tradición de orig<strong>en</strong> persa conocida<br />

como khyal, este cantante cautiva con<br />

la interpretación de las canciones qawwali<br />

que integran este álbum. Estos dos volúm<strong>en</strong>es<br />

demuestran el valor de la interpretación<br />

y las cualidades vocales como una forma de<br />

aproximación espiritual.<br />

Francisco Quintanar. artista plástico y grabador. su obra ha sido exhibida <strong>en</strong> importantes espacios culturales<br />

de México y una veint<strong>en</strong>a de países de Europa y asia, además de formar parte de colecciones públicas<br />

como las del Museo de arte Contemporáneo alfredo Zalce, el Panstwowe Muzeum Na Madjanku <strong>en</strong> Polonia<br />

y el C<strong>en</strong>tro de Gravura Contemporânea de Portugal. Entre otros reconocimi<strong>en</strong>tos, ha obt<strong>en</strong>ido el Grand<br />

Prize award de la 4th. Bharat Bhavan International Bi<strong>en</strong>nial of Print, de la India, y el Premio de adquisición<br />

<strong>en</strong> el VI Concurso Interpretación Moderna del Quijote.<br />

Natalia Trav<strong>en</strong> recomi<strong>en</strong>da:<br />

Buddha Lounge 3: sessions<br />

in ethnic rhythms &<br />

intercontin<strong>en</strong>tal jazz, varios<br />

autores [2004] y Ne me quitte<br />

pas, de Jacques Brel [2004]<br />

Buddha Lounge 3 es un álbum del sello sequoia<br />

Records que <strong>en</strong> tres discos incluye fundam<strong>en</strong>talm<strong>en</strong>te<br />

música instrum<strong>en</strong>tal, jazz y ritmos<br />

étnicos de diversos autores, <strong>en</strong>tre ellos los hermanos<br />

David y steve Gordon. Es una interesante<br />

recopilación multicultural, con ritmos<br />

de diversas partes del mundo, que g<strong>en</strong>era un<br />

ambi<strong>en</strong>te relajante y al mismo tiempo alegre<br />

y cálido. Es uno de esos discos que realm<strong>en</strong>te<br />

invitan a sumergirse <strong>en</strong> la atmósfera y <strong>en</strong><br />

los sonidos de los distintos países <strong>en</strong> los cuales<br />

se inspira cada una de las canciones. También<br />

es muy recom<strong>en</strong>dable escuchar la música de<br />

Jacques Brel, cantante y compositor belga que<br />

radicó <strong>en</strong> París, y es conocido por ser autor<br />

de temas como “amsterdam”, “La valse de<br />

mille temps”, y especialm<strong>en</strong>te por “Ne me<br />

quitte pas”, que dio título a una de sus últimas<br />

producciones discográficas. Esta canción fue<br />

interpretada por grandes cantantes contemporáneos<br />

de Brel (1929-1978), como la conmovedora<br />

versión de Edith Piaf, además de que<br />

exist<strong>en</strong> otros tantos intérpretes de este tema,<br />

<strong>en</strong>tre ellos ute Lemper, Patricia Kaas, Barbra<br />

streisand y hasta sting, sin embargo, haciéndole<br />

justicia a Brel, su versión es sin duda la más<br />

profunda y romántica.<br />

Natalia Trav<strong>en</strong>. actriz, productora, directora escénica<br />

y maestra de teatro. ha actuado <strong>en</strong> más de<br />

una dec<strong>en</strong>a de películas, <strong>en</strong>tre ellas Kada Ki<strong>en</strong> su<br />

Karma, <strong>en</strong> México, y <strong>en</strong> Estados unidos Tras el corazón<br />

de la novia, de Kris Isacsson, Crim<strong>en</strong> sin perdón<br />

(Trade), de Marco Kreuzpaintner y Daño colateral,<br />

protagonizada por arnold schwarz<strong>en</strong>egger. En teatro<br />

ha desarrollado una amplia carrera como actriz,<br />

participando <strong>en</strong> múltiples puestas <strong>en</strong> esc<strong>en</strong>a, si<strong>en</strong>do<br />

las más reci<strong>en</strong>tes Una relación pornográfica y Tal vez<br />

<strong>en</strong> París, actualm<strong>en</strong>te <strong>en</strong> cartelera.<br />

IBERO 51


ITINERARIO DEL OCIO<br />

adóndE<br />

IR y<br />

pOR qué<br />

MÚSICA<br />

The T<strong>en</strong> T<strong>en</strong>ors: El poder de 10<br />

La agrupación australiana The T<strong>en</strong> T<strong>en</strong>ors, que<br />

ha roto récords de v<strong>en</strong>tas a nivel mundial, llega<br />

a México por vez primera para pres<strong>en</strong>tar<br />

su última producción discográfica titulada El<br />

poder de 10. El concepto musical de este conjunto<br />

ofrece una mezcla única de arias clásicas,<br />

combinadas con sonidos de rock, sin dejar de<br />

lado las melodías románticas. Ejemplo de ello<br />

son las versiones de ac/dc y que<strong>en</strong> fusionadas<br />

con piezas clásicas como Carmina Burana<br />

o el Concierto de aranjuez. Surgido <strong>en</strong> 1990,<br />

The T<strong>en</strong> T<strong>en</strong>ors obtuvo un disco de platino<br />

con su primera producción discográfica, y <strong>en</strong><br />

2006 con su álbum Here’s to the heroes, rompió<br />

todos los récords de las listas de Billboard, convirti<strong>en</strong>do<br />

a esta agrupación <strong>en</strong> un verdadero<br />

f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>o musical.<br />

Auditorio Nacional, 21 de febrero<br />

Trupeteando con los clásicos<br />

En este espectáculo la Compañía La Trouppe,<br />

que reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>te celebró sus 30 años<br />

de exist<strong>en</strong>cia, reúne piezas de Rossini, Verdi,<br />

Khachaturian y otros grandes maestros de la<br />

música, las cuales son interpretadas de una<br />

forma divertida, ll<strong>en</strong>a de color y ritmo,<br />

sin alterar la es<strong>en</strong>cia de su obra.<br />

dirigido por Mauro M<strong>en</strong>doza,<br />

Sylvia Guevara y Carm<strong>en</strong><br />

Luna, la int<strong>en</strong>ción de este memorable<br />

“concherto” es acercar<br />

a los niños a la música<br />

clásica, traspasando el filtro<br />

de la solemnidad y ejercitar<br />

la fantasía y la imaginación<br />

52 IBERO<br />

ÓPERA<br />

La flauta mágica para niños<br />

La última ópera escrita por Mozart, La flauta mágica, la cual fue estr<strong>en</strong>ada <strong>en</strong> Vi<strong>en</strong>a<br />

<strong>en</strong> 1791, es ahora repres<strong>en</strong>tada, <strong>en</strong> su versión infantil, por los extraordinarios cantantes<br />

Irasema Terrazas, Charles Opp<strong>en</strong>heim y Sandra Maliká, además de contar<br />

con la actuación especial de Cecilia Toussaint. Bajo la dirección artística de Sylvia<br />

Rittner, la dirección de esc<strong>en</strong>a a cargo de Miguel Hernández-Bautista y la conducción<br />

musical de Carlos alberto Vázquez, <strong>en</strong> esta divertida puesta <strong>en</strong> esc<strong>en</strong>a intervi<strong>en</strong><strong>en</strong><br />

también títeres corpóreos y caricaturas, que cu<strong>en</strong>tan la historia, ll<strong>en</strong>a de peligros y av<strong>en</strong>turas, de<br />

un príncipe que va al rescate de una princesa que se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra prisionera.<br />

Lunario del Auditorio Nacional, 6 y 20 de marzo<br />

para descubrir de la mano de los sinfónicos<br />

Lady Lucas, Trupo y Toño Canica, que los clásicos<br />

no son serios y aburridos.<br />

Teatro Banamex Santa Fe, hasta el 27 de<br />

febrero<br />

TEATRO<br />

Neurast<strong>en</strong>ia<br />

Esta comedia de Xim<strong>en</strong>a Escalante, narra las<br />

peripecias de una compañía de teatro que<br />

está tratando de montar una obra sobre la<br />

Indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia, concretam<strong>en</strong>te sobre Leona<br />

Vicario, mujer adinerada que dejó su fortuna<br />

y posición social a favor de la causa de los<br />

más pobres, y que d<strong>en</strong>tro de la historia patria<br />

ha sido un personaje poco estudiado. Bajo la<br />

dirección de Carlos Corona, y las<br />

actuaciones de Karina Gidi, Carlos<br />

aragón, Carm<strong>en</strong> Ramos, Raúl Villegas<br />

y Bernardo Velazco, la puesta<br />

<strong>en</strong> esc<strong>en</strong>a revela una abrumadora similitud<br />

<strong>en</strong>tre la sociedad actual y la<br />

de 1810, desde la vida cotidiana hasta<br />

las difer<strong>en</strong>cias sociales, el abuso y<br />

el descont<strong>en</strong>to, como una suerte de<br />

espejo histórico que elije el humor<br />

para des<strong>en</strong>mascarar la hipocresía.<br />

Teatro Helénico, hasta el 28 de marzo<br />

ARTES VISUALES<br />

José Clem<strong>en</strong>te Orozco: Pintura y<br />

verdad<br />

Esta exposición exhibe por primera vez más<br />

de 20 dibujos inéditos que realizó José Clem<strong>en</strong>te<br />

Orozco como estudios previos al mural<br />

La gran legislación revolucionaria mexicana,<br />

así como bocetos de los reconocidos murales<br />

Paraninfo y La trinchera, además<br />

de obras realizadas <strong>en</strong>tre 1919 y<br />

1949, que provi<strong>en</strong><strong>en</strong> de colecciones<br />

públicas y privadas como<br />

el Museo de arte Moderno de<br />

nueva york. Las salas están divididas<br />

bajo un criterio temáticohistórico<br />

y <strong>en</strong> ellas el espectador<br />

podrá ad<strong>en</strong>trase de forma integral<br />

a todas las facetas artísticas de Orozco, algunas<br />

de ellas poco conocidas, como sus trabajos de<br />

caricatura política, pintura <strong>en</strong> caballete,<br />

dibujo, grabado, acuarela y retratos<br />

de personajes de su tiempo como el<br />

poeta José Juan Tablada.<br />

Antiguo Colegio de San Idelfonso,<br />

hasta el 27 de febrero<br />

Águila Real, símbolo vivo de<br />

México<br />

Con el propósito de crear conci<strong>en</strong>cia<br />

sobre la preservación del águila real,<br />

especie <strong>en</strong> peligro de extinción que forma<br />

parte de la id<strong>en</strong>tidad de los mexicanos, esta<br />

exposición está conformada por 96 piezas arqueológicas<br />

e históricas, como metales, piedras,<br />

cerámica, fotografías y videos interactivos, que<br />

muestran las raíces históricas de la apreciación<br />

del águila real, así como la evolución de la<br />

iconografía de este símbolo nacional a partir<br />

del <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro de las dos culturas y durante el<br />

México indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>te. En la exhibición destacan<br />

una pieza única de la época prehispánica<br />

que es similar a la del Caballero Águila que<br />

se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> el Templo Mayor, así como<br />

un escudo de orig<strong>en</strong> franciscano, elaborado<br />

<strong>en</strong> los primeros años de contacto con los españoles,<br />

<strong>en</strong> el que el arte prehispánico se sintetiza<br />

con el colonial, y muestra a una águila<br />

postrada sobre el mundo cristiano.<br />

Museo Nacional de Historia del Castillo de<br />

Chapultepec, hasta el 30 de abril


ACTUALIDAD IBERO<br />

› Campaña de Procuración de Fondos<br />

para construir la sede de Prepa Ibero<br />

Ab<strong>en</strong>amar Sánchez Pablo<br />

Redactor de IBERO<br />

Para lograr la construcción de las instalaciones de la Prepa<br />

Ibero <strong>en</strong> un ambi<strong>en</strong>te de equilibrio ecológico y de conviv<strong>en</strong>cia<br />

con la naturaleza, se dio inicio a la Campaña de<br />

Procuración de Fondos, bajo el lema “Todos somos uno”, con una<br />

reunión <strong>en</strong> la que participaron el Rector de la Ibero, doctor José<br />

Morales Orozco, S. J.; el presid<strong>en</strong>te de FICSAC, Patronato Económico<br />

y de Desarrollo de la UIA, Fernando Chico Pardo; la directora<br />

de FICSAC, Marcela Arregui, y el consejero de este mismo patronato,<br />

Gustavo Lara; así como la directora de la Prepa Ibero, Raquel<br />

Druker, y varios exalumnos de la Ibero y del Instituto Patria.<br />

La nueva infraestructura será erigida sobre un área de 200 mil<br />

metros cuadrados <strong>en</strong> la zona de La Marquesa, <strong>en</strong> el Estado de México,<br />

a 20 kilómetros de la Ibero Ciudad de México y a la misma<br />

distancia de Toluca. Dará cabida a 900 alumnos, y las dos etapas<br />

iniciales estarán concluidas <strong>en</strong> el primer semestre de 2011. Se prevé<br />

que la construcción quede lista <strong>en</strong> un plazo no mayor a dos años.<br />

Contará con amplias aulas y salones de proyectos versátiles, auditorio<br />

para 2 mil 254 personas, talleres con tecnología de última g<strong>en</strong>eración,<br />

biblioteca especializada, at<strong>en</strong>ción psicopedagógica, servicios<br />

médicos, infraestructura deportiva y oratorio.<br />

En tanto, la Prepa Ibero continuará operando <strong>en</strong> las instalaciones<br />

de la UIA, <strong>en</strong> Santa Fe, donde empezó a mediados de 2010 con 144<br />

estudiantes.<br />

El doctor José Morales Orozco explicó que la Prepa Ibero es<br />

una institución confiada a la Compañía de Jesús, y explicó que se<br />

decidió su apertura al considerar que la educación del nivel medio<br />

superior repres<strong>en</strong>ta una etapa <strong>en</strong> la cual se pued<strong>en</strong> trabajar más los<br />

valores <strong>en</strong> los jóv<strong>en</strong>es, para formarlos integralm<strong>en</strong>te, y porque se<br />

observa que a veces llegan con defici<strong>en</strong>cias a las universidades.<br />

El Rector de la Ibero dijo que el proyecto urbanístico se vinculará<br />

con el <strong>en</strong>torno inmediato, porque al estar d<strong>en</strong>tro de una zona<br />

otomí, se buscará apoyar a la comunidad y colaborar <strong>en</strong> la promoción<br />

de la cultura y las l<strong>en</strong>guas indíg<strong>en</strong>as.<br />

Reiteró que la Prepa Ibero no sólo busca que los alumnos llegu<strong>en</strong><br />

mejor preparados a la universidad sino que también su mo-<br />

54 IBERO<br />

delo b<strong>en</strong>eficie al país <strong>en</strong> el nivel medio superior, pues cu<strong>en</strong>ta con<br />

un modelo educativo replicable que puede ser utilizado <strong>en</strong> otros<br />

proyectos académicos que también estén preocupados por una formación<br />

integral del ser humano que incluya, además de la efici<strong>en</strong>cia<br />

profesional, un s<strong>en</strong>tido ético y un compromiso social.<br />

Por su parte, Fernando Chico Parco afirmó que t<strong>en</strong>er la oportunidad<br />

de construir la Prepa Ibero es un privilegio para aquellos que<br />

se han formado mediante la educación jesuita y qui<strong>en</strong>es sab<strong>en</strong> que<br />

la calidad educativa es muy importante para el país.<br />

Añadió que por el humanismo y la espiritualidad que caracteriza<br />

a las instituciones confiadas a la Compañía de Jesús, la Prepa<br />

Ibero será también semillero de bu<strong>en</strong>os alumnos, como lo ha sido<br />

y lo sigue si<strong>en</strong>do la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> de cuyas aulas han<br />

egresado unos 50 mil profesionistas que manti<strong>en</strong><strong>en</strong> su vínculo con<br />

la Ibero y <strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>es se buscará la captación de recursos que se<br />

propone esta campaña.<br />

Bajo el lema “Todos<br />

somos uno” captará<br />

recursos, con la<br />

participación de ex<br />

alumnos de la Ibero y<br />

del Instituto Patria.<br />

Marcela Arregui y Gustavo Lara, que <strong>en</strong>cabezan el Comité de<br />

Campaña, explicaron que no sólo se involucra a los ex alumnos de<br />

la Ibero sino también a los del Instituto Patria, y <strong>en</strong>fatizaron que, de<br />

los recursos que se obt<strong>en</strong>gan, no se destinará ni un solo peso a gastos<br />

de operación, sino que serán destinados, íntegram<strong>en</strong>te, a la construcción<br />

y equipami<strong>en</strong>to de las nuevas instalaciones.<br />

El arquitecto Francisco Serrano, qui<strong>en</strong> concibió y lidera el proyecto<br />

arquitectónico, pres<strong>en</strong>tó porm<strong>en</strong>ores de la construcción que<br />

se ciñe a un uso racional del lugar: el desplante es mínimo y se están<br />

usando los desniveles naturales del terr<strong>en</strong>o.<br />

La maestra Raquel Druker explicó que la Prepa Ibero ti<strong>en</strong>e un<br />

modelo educativo ori<strong>en</strong>tado principalm<strong>en</strong>te a dos materias que se<br />

dan alternadam<strong>en</strong>te: formación integral humanista y formación y<br />

acción social. En la primera los alumnos hac<strong>en</strong> reflexión y <strong>en</strong> la<br />

segunda pasan a la acción: se trata de cambiar el <strong>en</strong>torno.<br />

La invitación que se lanzó es a contribuir todos, como uno solo,<br />

con el espíritu humanista y g<strong>en</strong>eroso característico de la formación<br />

jesuita.


innovación tecnológica<br />

Dispositivos e<br />

instrum<strong>en</strong>tos<br />

que facilitan<br />

la viDa<br />

Televisión intelig<strong>en</strong>te<br />

Samsung dio a conocer su nueva serie D8000 de televisores <strong>en</strong> 3D, que<br />

se destaca además de su rediseño, por la incorporación del sistema<br />

Smart TV (TV intelig<strong>en</strong>te) que se refiere a la integración de Internet con<br />

la televisión, incorporando un navegador completo, con búsquedas<br />

multimedia y un sistema de recom<strong>en</strong>dación de cont<strong>en</strong>idos que invita<br />

a explorar la Web. Asimismo, este aparato se acompaña del control<br />

remoto Touch Control con pantalla de 3 pulgadas y tecnología Micro<br />

Dimming Plus, que permite un control más preciso de la luz.<br />

56 iBero<br />

Escáner personal<br />

el escáner personal Doxie cu<strong>en</strong>ta con un software<br />

que permite digitalizar docum<strong>en</strong>tos con<br />

una resolución de hasta 600 Dpi y con su botón<br />

multipropósito, que integra diversos servicios de<br />

internet, es posible <strong>en</strong>viar las páginas escaneadas<br />

directam<strong>en</strong>te a sitios como picassa, picknic, lightroom,<br />

iphoto, Google Docs, scrib o evernote, o<br />

compartirlas vía correo electrónico, chat o twitter<br />

por medio del cloud Doxie pDf. además, realiza<br />

automáticam<strong>en</strong>te el contraste, ajuste de rotación,<br />

recorte y limpieza de la imag<strong>en</strong>. se conecta a través<br />

de usB, que también sirve para cargarlo, y por<br />

sus dim<strong>en</strong>siones es muy fácil de transportar junto<br />

con la computadora portátil.<br />

Videocámara de<br />

alta definición<br />

ultracompacta<br />

la videocámara playfull desarrollada<br />

por Kodak, con tan sólo 4.1 x 9.9<br />

x 1.8 c<strong>en</strong>tímetros y 95 gramos de<br />

peso, cu<strong>en</strong>ta con una pantalla de<br />

1.5 pulgadas y es capaz de grabar<br />

<strong>en</strong> alta definición y captar imág<strong>en</strong>es<br />

de hasta 5 megapixeles. la memoria<br />

interna de 128 mB puede ampliarse<br />

mediante tarjetas sD e incluye<br />

conexiones con salida av, usB<br />

retráctil y microHDmi.<br />

cepillo d<strong>en</strong>tal que no requiere pasta<br />

La empresa japonesa Shik<strong>en</strong> creó el cepillo de di<strong>en</strong>tes iónico<br />

Soladey-J3X que funciona con <strong>en</strong>ergía solar y no necesita pasta,<br />

ya que desde el panel ubicado <strong>en</strong> su base transmite electrones<br />

sobre una barra de titanio hacia la parte superior del cepillo,<br />

que reaccionan con el ácido <strong>en</strong> la boca, creando así un efecto<br />

químico que descompone la placa y mata las bacterias de los<br />

di<strong>en</strong>tes.

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