COMPROMISO SOCIAL - Universidad Iberoamericana
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Año I ● Número 1 ● Febrero-abril de 2009<br />
REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA<br />
<strong>COMPROMISO</strong> <strong>SOCIAL</strong><br />
Escriben: DAVID FERNÁNDEZ MIGUEL ÁNGEL GRANADOS<br />
CHAPA JOSÉ EMILIO PACHECO GABRIEL ZAID<br />
Líder Ibero: ROBERTO HERNÁNDEZ<br />
Entrevistas con: HÉCTOR GARCÍA<br />
ELENA PONIATOWSKA<br />
SERGIO AGUAYO QUEZADA: ¿Y POR QUÉ EL 68 NO SE OLVIDA?, MAURICIO DE MARIA<br />
Y CAMPOS: UNA VENTANA A LAS BELLEZAS DE SUDÁFRICA, ILÁN SEMO: ¿LA ERA POSIDENTITARIA?<br />
1
INDICE<br />
3 Carta del Rector,<br />
Dr. José Morales Orozco, S. J.<br />
4 Democracia y compromiso social,<br />
por Miguel Ángel Granados Chapa<br />
6 Gigantismo y productividad,<br />
por Gabriel Zaid<br />
10 Para qué sirven las estatuas<br />
y otros poemas,<br />
por José Emilio Pacheco<br />
12 La calidad académica<br />
como pertinencia social,<br />
por David Fernández, S. J.<br />
20 El éxito se basa en la constancia<br />
y en el trabajo: Roberto Hernández,<br />
por Carlos Deveaux Homs<br />
26 Héctor García: Fotógrafo de la luz;<br />
cronista de la realidad social,<br />
por Beatriz Palacios<br />
30 ¿La era posidentitaria?,<br />
por Ilán Semo<br />
32 ¿Y por qué el 68 no se olvida?...,<br />
por Sergio Aguayo Quezada<br />
36 Literatura, periodismo y realidad<br />
social: entrevista con Elena Poniatowska,<br />
por Juan Domingo Argüelles<br />
40 Los alumnos de la Ibero ante la crisis<br />
financiera mundial<br />
42 Una ventana a las bellezas de Sudáfrica,<br />
por Mauricio de Maria y Campos<br />
44 La comida está de alivio,<br />
por Paco Ignacio Taibo I<br />
46 ¿Qué leer y por qué?<br />
48 ¿Qué escuchar y por qué?<br />
CARTA DEL RECTOR<br />
El anhelo de contribuir al mejoramiento de la sociedad<br />
ha constituido el horizonte de sentido para el quehacer<br />
de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> desde su fundación.<br />
En este marco nace , Revista de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>,<br />
con el compromiso de abrir un nuevo espacio para la expresión del<br />
pensamiento, la cultura, el conocimiento y el saber en general, a fin<br />
de contribuir al debate constructivo, que exige de cada uno de nosotros<br />
la participación para lograr una sociedad libre, justa, solidaria<br />
y productiva.<br />
Recientemente, el Padre Adolfo Nicolás, S. J., Superior General<br />
de los jesuitas, recordaba que el éxito de una institución educativa<br />
confiada a la Compañía de Jesús debía medirse por lo que sus alumnos<br />
llegan a ser una vez que la han abandonado. Nuestra propuesta educativa,<br />
por ello, no está circunscrita al desarrollo de competencias académicas,<br />
sino que se enfoca a la formación de personas con alta calidad humana,<br />
ciudadanos comprometidos y grandes profesionales.<br />
No resulta casual, por esto, el hecho de que el primer número<br />
de nuestra revista esté dedicado al Compromiso Social, pues la educación<br />
es hoy determinante frente a los tres principales desafíos que enfrenta<br />
México: la superación de la desigualdad económica, la instauración<br />
de una cultura plenamente democrática y la convivencia armónica<br />
en el respeto a las diversas y verdaderas libertades.<br />
Esta publicación que hoy comienza, y que llegará a toda la comunidad<br />
de la UIA y a muchos otros ámbitos académicos y sociales que nos<br />
interesan, tiene entre sus principios irrenunciables los de ser una revista<br />
plural y de calidad, abierta a la libertad plena, el compromiso con la verdad<br />
y el respeto irrestricto a la expresión personal y la responsabilidad<br />
individual de lo suscrito.<br />
Nos sentimos satisfechos, orgullosos y agradecidos de haber hallado<br />
el eco deseado entre los consejeros editoriales, colaboradores, estudiantes,<br />
ex alumnos, asesores y simpatizantes de la labor de la UIA, para hacer<br />
realidad esta obra común a la que se sumarán muchos más en el futuro,<br />
para mejorarla, consolidarla y mantenerla siempre en renovación.<br />
LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES.<br />
Dr. José Morales Orozco, S. J.<br />
Rector<br />
DIRECTORIO<br />
UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA CIUDAD DE MÉXICO Dr. José Morales Orozco, S. J. RECTOR Dr. Javier Prado Galán, S. J. VICERRECTOR ACADÉMICO<br />
REVISTA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA CONSEJO EDITORIAL Juan Pablo Franco Ávalos, Víctor Gavito, Miguel Ángel Granados Chapa, Vicente Leñero, José Morales Orozco,<br />
S. J., María Nieves Noriega de Autrey, Paola Ortiz Machain, Eugenio Páramo Ortega, S. J. Javier Prado Galán, S. J. COMITÉ DE ASESORES Carlos Alvarado Santoyo, José Carreño Carlón, Carlos<br />
Lugo Galera, Carlota Peón, Gilberto Prado Galán, Alberto Ruiz, Ilán Semo, Helena Varela, Gabriela Warkentin de la Mora DIRECTOR Carlos Deveaux Homs DIRECTOR EDITORIAL Juan Domingo<br />
Argüelles ASISTENTE DE EDICIÓN Beatriz Palacios ADMINISTRACIÓN Áurea Maristany INFORMACIÓN Angélica Cortés, Francelia Vargas REDACCIÓN Carlos Mario Castro, Ana Langner<br />
DISEÑO Gloria Martínez<br />
GRUPO MEXICANO DE MEDIOS, S.A DE C.V.<br />
SOCIOS DIRECTORES Elías González Rogel, Ricardo Rubio Martínez GERENTE EDITORIAL Sergio Albarrán Vaca DISEÑO Manuel Hernández Fernández del Castillo COMERCIALIZACIÓN<br />
Jorge Hernández Ambriz, Israel Villanueva Villegas ATENCIÓN A CLIENTES Lupita Espínola Medina, Yazmín Hernández López VENTAS PUBLICIDAD (55) 5291-5577 CORREO ELECTRÓNICO<br />
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, Revista de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> es una publicación trimestral, febrero-abril de 2009, de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Ciudad de México y de Grupo Mexicano de Medios, S. A. de C.V., bajo la responsabilidad<br />
de la Dirección de Comunicación Institucional de la UIA. Editor responsable: Carlos Deveaux Homs, carlos.deveaux@uia.mx. Número de Certificado de Reserva otorgado por el Instituto Nacional de Derechos de Autor (en trámite).<br />
Número de Certificado de Licitud de Título (en trámite). Número de Certificado de Licitud de Contenido (en trámite). Domicilio de la publicación: Prolongación Paseo de la Reforma 880, Lomas de Santa Fe, México, D. F., C. P.<br />
01219. Tel. 5950 4197 y 5950 4198. Fax: 5950 4316. Imprenta: Offset Multicolor, S. A. de C. V., Calzada de la Viga 1332, 09430 México, D. F. La responsabilidad de los artículos publicados refleja, de manera exclusiva, la opinión de<br />
sus autores y no necesariamente el criterio de la institución. No se devuelven originales no solicitados ni se entablará correspondencia al respecto. Prohibida la reproducción parcial o total, por cualquier medio o procedimiento,<br />
del contenido de la revista, sin autorización previa y expresa, por escrito, de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>. Año I, número 1, febrero-abril de 2009. Portada: Mirada insólita (fotografía de Héctor García, 1972). ISSN en trámite.<br />
3
4<br />
<strong>COMPROMISO</strong> <strong>SOCIAL</strong> meditaciones<br />
›DEMOCRACIA<br />
Y <strong>COMPROMISO</strong><br />
<strong>SOCIAL</strong> Miguel Ángel Granados Chapa<br />
Detalle de ¡Córrele!, de Héctor García, México, D. F., 1947.<br />
Inmersa en un sistema político en cuya cima se hallaba un Presidente de la República dotado de poderes incontrastables, al<br />
mando de un partido dominante casi único, la sociedad mexicana añoró durante décadas una experiencia que nunca había<br />
vivido, la de la democracia electoral en donde los votos deciden quiénes gobiernan tras una contienda equitativa de partidos<br />
que no monopolizan el poder ni concentran las posibilidades de la victoria y la derrota, sino que a veces ganan y a veces<br />
pierden, y nunca para siempre.<br />
Tan distante estaba esa imagen deseada, que se convirtió en un espejismo, una trampa mental y moral. Salvo quienes en distintos<br />
momentos del siglo XX eligieron la confrontación armada con ese propósito, la mayoría de los mexicanos supusimos que la<br />
transformación social de México dependía de que ejerciéramos la libertad del sufragio, al lado de otros derechos públicos como el de<br />
reunión y el de expresión. Dadnos la democracia electoral y todo lo demás vendrá por añadidura: en eso parecía sintetizarse nuestro<br />
reclamo. Pero apenas avanzamos en esa dirección quedó al descubierto, para infortunio de todos y desesperanza de muchos, que un<br />
sistema electoral respetuoso de la voluntad de las personas era apenas un requisito necesario pero no suficiente para que la sociedad<br />
se diera a sí misma poderes que emprendieran las transformaciones urgentes y largamente aplazadas.<br />
Para colmo, el progreso social hacia la contienda electoral eficaz encontró pronto sus límites y engendró sus propios demonios.<br />
Sucesivas reformas electorales, iniciadas o admitidas por el presidencialismo que accedió a acotarse a sí mismo, permitieron<br />
el fortalecimiento del sistema de partidos y la distribución del poder. Así, a partir de 1989 los ciudadanos pudieron elegir gobernadores<br />
entre candidatos distintos de los del PRI, al punto de que hoy éste conserva el dominio de “sólo” 17 entidades, casi la mitad<br />
del total, a diferencia de lo que ocurría hace apenas dos décadas. Hace apenas una que el partido oficial dejó de controlar el Poder<br />
Legislativo federal. Y hace ocho años se produjo el relevo de partidos en la institución presidencial.
Dos factores esenciales para esa distribución del poder<br />
inimaginable en una era en que el PRI era el partido invencible,<br />
cuya omnipotencia contrastaba con la impotencia de sus<br />
adversarios, fueron los partidos y los órganos electorales. Pero<br />
demasiado pronto unos y otros dieron de sí, se convirtieron<br />
en lastre de la transformación que estuvieron llamados a protagonizar.<br />
El financiamiento público a los partidos, necesario<br />
para equilibrar la fuerza de la oposición con la del gobierno y<br />
su partido, envenenó la vida partidaria y la convirtió en arena<br />
de disputas internas por el dinero, que se tradujo en creciente<br />
distanciamiento de las necesidades de la sociedad. En una afirmación<br />
general que, por lo mismo requiere de matices, puede<br />
decirse que los partidos son hoy aparatos burocráticos que viven<br />
para sí y no para los ciudadanos.<br />
Los órganos electorales, que entre 1996 y 2003 propiciaron<br />
el desarrollo de comicios bien arbitrados en que los<br />
votos se contaban y se contaban bien, se deterioraron en el<br />
trienio siguiente, y con sus insuficiencias, sesgos y aun ilegalidades<br />
contribuyeron al retorno de la desconfianza ciudadana en<br />
materia electoral. Ante una elección muy reñida, en que el re-<br />
sultado formal consistió en una diferencia mínima entre los dos<br />
candidatos presidenciales más votados (0.51 por ciento, 230 mil<br />
votos en un universo de 42 millones de sufragios) el Instituto<br />
Federal Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la<br />
Federación quedaron por debajo de la exigencia planteada por<br />
la elección misma y por los reclamos de la sociedad.<br />
De ese modo, hemos involucionado. Cuando supusimos<br />
que al éxito de la democracia electoral sucedería la ventura de<br />
la democracia plena, cabal, al menos entendida de la manera<br />
módica en que la proclama la Constitución (no sólo como<br />
estructura jurídica y régimen político sino como un sistema de<br />
vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y<br />
cultural del pueblo) nos encontramos con que es preciso volver<br />
a empezar. Pero tal vez hemos aprendido la lección. Quizá hoy<br />
sabemos que no es necesario, ni prudente, proceder por etapas,<br />
sino que es preciso el avance simultáneo en los diversos ámbitos<br />
de la democracia. En un país atenaceado por la pobreza y la inequidad,<br />
la democracia que no persiga eliminar esos lastres, que<br />
no camine hacia el bien general (el bien estar y el bien ser) y no<br />
equilibre a la sociedad para que no haya opulencia insultante al<br />
lado de miseria degradante, no es una democracia.<br />
Hace falta incorporar a las formas democráticas (al<br />
mismo tiempo que se las restaure) contenidos impregnados<br />
por diversas formas del compromiso social. Se requiere<br />
establecer ese compromiso entre el gobierno y los gobernados,<br />
dentro de los partidos, en la vida social. Entendido<br />
como la conjunción de voluntades que conciba a las personas<br />
como centros de imputación de derechos y deberes<br />
sociales, no sólo políticos, el compromiso social debe ser<br />
un instrumento para superar los obstáculos crecientes a la<br />
vida humana plena, para devolver a la sociedad la capacidad<br />
de convivencia en que se expresa la vocación gregaria de<br />
las personas.<br />
Definir e instrumentar las diversas formas de compromiso<br />
social es tarea que concierne en muy amplia medida a la<br />
sociedad, a los ciudadanos, al pueblo, a la gente o como quiera<br />
que nos nombremos a nosotros mismos. Durante las décadas<br />
del dominio autoritario priísta, causa y efecto de esa manera de<br />
gobernar que prescindía de los ciudadanos fue la invertebración<br />
social, la nula o escasa existencia de grupos comunitarios. Los<br />
había para fines productivos o de esparcimiento o de propa-<br />
En un país atenaceado por la pobreza y la<br />
inequidad, la democracia que no persiga eliminar<br />
esos lastres, que no camine hacia el bien general<br />
(el bien estar y el bien ser) y no equilibre a la<br />
sociedad para que no haya opulencia insultante al<br />
lado de miseria degradante, no es una democracia.<br />
gación de la fe y de prácticas caritativas. No faltaban en las<br />
ciudades de tamaño medio los “clubes de servicio” trasplantados<br />
de los Estados Unidos que a los convivios de sus socios<br />
agregaban alguna forma de “labor social”. Pero en general los<br />
ciudadanos andaban desperdigados, sin fijarse metas que excedieran<br />
su propia energía.<br />
En la última veintena de años, al contrario de lo<br />
que ocurría bajo el autoritarismo pleno, se han multiplicado<br />
las agrupaciones civiles, llamadas organismos no<br />
gubernamen tales conforme al léxico de la diplomacia internacional,<br />
oenegés por sus siglas. Aunque se han colado<br />
en su universo la charlatanería y la simulación, en general<br />
esas agrupaciones han roto el aislamiento de las personas, la<br />
invertebración de la sociedad. Dedicadas a una amplia variedad<br />
de propósitos (los más de ellos en torno de diversas<br />
maneras de defensa y promoción de los derechos humanos),<br />
constituyen redes de acción ciudadana de las que cabe<br />
esperar que dinamicen el compromiso social, es decir la<br />
conciencia y la acción que conduzcan a eliminar las condiciones<br />
de vida infrahumanas que son el dato dominante de<br />
nuestra estructura social. ●<br />
5
6<br />
<strong>COMPROMISO</strong> <strong>SOCIAL</strong> meditaciones<br />
›GIGANTISMO Y<br />
PRODUCTIVIDADGabriel Zaid<br />
Muchos progresos del siglo XX son progresos<br />
improductivos. Técnicamente pueden<br />
ser maravillosos, pero económicamente<br />
son deficitarios.<br />
Detalle de Nueva York, EUA, de Héctor García, 1971.
A<br />
principios del siglo XIX, la mayor parte de la población<br />
mundial trabajaba por su cuenta. No vendía<br />
su tiempo marcado en un reloj a la puerta de instalaciones<br />
ajenas. Trabajaba en su casa o en lo suyo:<br />
vendía productos y servicios producidos con los recursos<br />
familiares. Tener empleo no era lo más común, ni parecía<br />
deseable. Era como caer en la servidumbre.<br />
En particular, buscar empleo en el gobierno parecía una<br />
falta de sentido común, casi una enfermedad mental, para la cual se<br />
usaba un nombre burlesco: empleomanía. En 1827, José María Luis<br />
Mora publicó un notable Discurso sobre los perniciosos efectos de la<br />
empleomanía que parece escrito para hoy. Sin embargo, lo que hoy<br />
parece una locura es trabajar por cuenta propia.<br />
Hacia 1970, en los grandes países capitalistas, la mayor<br />
parte de la población ya no tenía su propio capital para trabajar:<br />
tenía un empleo. En los socialistas, trabajaba para el gobierno.<br />
La economía mundial se había burocratizado. El trabajo sólo se<br />
concebía bajo la dependencia de jefes que a su vez tienen jefes,<br />
que a su vez tienen jefes: en jerarquías piramidales prometedoras<br />
de ascensos. Producir en otros escenarios era vivir al margen del<br />
progreso, cuando no de la ley.<br />
La nueva normalidad fue definida por John Keneth Galbraith<br />
en The new industrial state (1967): “Con excepción de los<br />
románticos patológicos, todos ahora reconocen que ésta no es<br />
la era del pequeño empresario”. En su opinión, la empresa del<br />
futuro sería “muy, muy grande”. Años después, The Economist<br />
señaló que Galbraith había anunciado esa tendencia precisamente<br />
cuando empezaba a declinar.<br />
La energía barata subsidia el gigantismo. Las burocracias de<br />
la Antigüedad dependían de la energía humana barata: la esclavitud,<br />
la servidumbre y los impuestos. Pero la energía humana no<br />
es tan barata como la energía fósil. La explotación humana, como<br />
la animal, tiene costos de mantenimiento que limitan el margen<br />
explotable y la concentración posible. Los primeros gigantismos<br />
nunca llegaron a tener la escala que permite la explotación de los<br />
recursos naturales, especialmente el carbón y el petróleo.<br />
Durante casi un siglo, los precios del petróleo fueron bajos<br />
y estables. En 1973, la renovación de la guerra contra Israel<br />
y el monopolio de la OPEP los hicieron subir de 3 dólares a 12<br />
en unos cuantos meses, y a 35 en 1979. El nuevo gigantismo se<br />
tambaleó. Las grandes empresas, las grandes ciudades y el sector<br />
público vivieron situaciones turbulentas y difíciles.<br />
El gigantismo tiene rendimientos decrecientes. El poder<br />
político y la destrucción ecológica pueden reforzarlo mientras<br />
no se generaliza. No es lo mismo que el empleo piramidado en<br />
grandes estructuras administrativas ocupe el 1% de la población,<br />
que el 10%, que el 30%. El progreso improductivo no puede<br />
avanzar indefinidamente, porque concentra recursos cada vez<br />
más costosos y menos productivos.<br />
La concentración del poder en burocracias públicas y<br />
privadas recibió un subsidio extraordinario, pero no renovable,<br />
con la energía fósil, cuyo despilfarro empezó en el siglo XIX y<br />
terminará en el XXI. Esos grandes depósitos de energía barata (el<br />
carbón, el petróleo), que se acumularon durante millones de años<br />
para ser consumidos en dos o tres siglos, han servido para que<br />
parezcan económicas muchas cosas que no lo son.<br />
Muchas economías de escala consisten simplemente en<br />
economizar trabajo despilfarrando energía o capital. Al escasear la<br />
energía y el capital baratos, cambian todos los cálculos y se reduce<br />
la escala de operación justificable. No parece casualidad que en<br />
el censo de 1980, por primera vez en la historia de los Estados<br />
Unidos, las grandes ciudades dejaran de crecer. Esto no puede<br />
desconectarse de lo que sucedió después del censo de 1970: el<br />
aumento en los precios de la gasolina, la calefacción y la electricidad,<br />
el aumento en las tasas de interés, la quiebra municipal de<br />
Nueva York, la negativa del gobierno federal a absorber el déficit<br />
de las grandes ciudades, la rebeldía de los contribuyentes al aumento<br />
de impuestos municipales. Cuando el gigantismo deja de<br />
recibir subsidios, deja de crecer.<br />
Muchos progresos del siglo XX son progresos improductivos.<br />
Técnicamente pueden ser maravillosos, pero<br />
económicamente son deficitarios. Para sostenerse, necesitan<br />
energía barata, recursos naturales baratos, crédito barato y, en<br />
general, capital barato. Pero no todos los juguetes maravillosos<br />
son improductivos. Hay otros que economizan energía, que<br />
economizan recursos naturales, que economizan capital. El<br />
teléfono celular, por ejemplo, es un progreso digno de la mejor<br />
tradición: la que aumenta la productividad del trabajo con<br />
inversiones mínimas. Esta tradición viene de los pueblos que<br />
hoy se llaman subdesarrollados: los que inventaron el anzuelo,<br />
la rueda, la aguja, el alfabeto y tantas otras cosas que seguimos<br />
usando. En los tiempos modernos, los pueblos que hoy se llaman<br />
desarrollados inventaron otra maravilla: la bicicleta.<br />
La bicicleta es un progreso sumamente productivo. Con<br />
una inversión mínima, permite moverse cuatro veces más aprisa<br />
que a pie, a un costo calórico cinco veces menor por kilómetro<br />
recorrido. En cambio, un automóvil puede correr diez veces más<br />
aprisa que una bicicleta (suponiendo que todos sean tan amables<br />
de hacerse a un lado y dejar la vía libre), pero el costo en calorías<br />
por pasajero-kilómetro no es menor, sino treinta veces mayor<br />
que andar a pie. Y la inversión no es tan pequeña. Como si fuera<br />
poco, el automóvil contamina y mata a muchas personas.<br />
7
El aura maravillosa del progreso<br />
no facilita los distingos: envuelve todos<br />
los juguetes maravillosos como si fueran<br />
igualmente productivos, celebra todos los<br />
crecimientos como si fueran igualmente<br />
deseables. Pero hay que distinguir las innovaciones<br />
que ahorran trabajo, a costa<br />
de subemplear o despilfarrar el capital socialmente<br />
disponible, de las que permiten<br />
producir lo mismo o más con menos capital,<br />
equipo, materias primas y energía. Hay<br />
que distinguir las maravillas faraónicas de<br />
las miniaturizantes. Hay que distinguir el<br />
crecimiento vertical, piramidal, centralizado,<br />
que por lo general produce menos con los<br />
mismos recursos, del crecimiento horizontal,<br />
descentralizado, comunitario o federativo.<br />
Hay que distinguir la productividad que<br />
favorece la autonomía personal de la que<br />
reduce la autonomía personal. Hay que dis-<br />
tinguir la educación que produce burócratas<br />
de la que produce innovadores, emprendedores,<br />
profesionistas independientes, artistas<br />
y artesanos.<br />
Suele creerse que las empresas<br />
pequeñas son menos eficientes que las<br />
grandes. Si por eficiencia se entiende la cantidad<br />
de producción por persona ocupada,<br />
es verdad. Pero si se entiende la cantidad<br />
producida en proporción a los recursos, las<br />
pequeñas son más eficientes. En las tabulaciones<br />
de los censos económicos que se<br />
presentan por tamaño del establecimiento<br />
(número de personas ocupadas), puede<br />
observarse que la productividad laboral<br />
(valor agregado por persona) aumenta con<br />
el tamaño, mientras que la productividad<br />
de la inversión (valor agregado en proporción<br />
al total de los activos) disminuye. Esta<br />
asimetría explica otra: las grandes empresas<br />
pueden pagar salarios altos, las pequeñas<br />
pueden pagar intereses altos.<br />
Las economías de escala consisten<br />
sobre todo en economizar trabajo, no recursos.<br />
El gigantismo concentra muchos<br />
recursos en muy pocas personas y aumenta<br />
así la productividad de su personal, a costa<br />
8<br />
<strong>COMPROMISO</strong> <strong>SOCIAL</strong> meditaciones<br />
de reducir la productividad de sus recursos.<br />
Si una parte de los recursos destinados<br />
al crecimiento piramidal se asignaran<br />
al crecimiento horizontal, generarían más<br />
empleos y producirían más.<br />
Alguna vez, una revista de negocios<br />
creyó entender en esta afirmación<br />
que las grandes empresas (naturalmente)<br />
son más eficientes, pero como las pequeñas<br />
son más numerosas, entre todas juntas<br />
producen más. No es así. Las grandes<br />
empresas, aunque son pocas, producen<br />
más que todas las pequeñas juntas. También<br />
producen más por hombre. Pero producen<br />
menos con respecto a los recursos<br />
que concentran.<br />
En aquel momento, las empresas<br />
que ocupaban más de 750 personas ocupaban<br />
ocho veces más capital por persona<br />
que las microempresas que ocupaban me-<br />
nos de seis personas; pero no producían<br />
ocho veces más por persona sino cuatro<br />
veces más. Es decir: producían la mitad<br />
por unidad de inversión. Con la misma<br />
inversión, se podían crear 750 empleos<br />
en una empresa grande o 6,000 en 1,200<br />
microempresas de 5 personas. Y si bien las<br />
750 personas producirían lo mismo que<br />
3,000 en 600 microempresas, sólo producirían<br />
la mitad que 6,000 en 1,200. En<br />
una población de 6,000 personas ocupables,<br />
equipar a 750 personas en una sola<br />
gran empresa dejaría sin empleo a 5,250<br />
y produciría la mitad.<br />
Otra forma de ver lo mismo es<br />
que crear un empleo en una gran empresa<br />
cuesta millones de pesos (como puede<br />
comprobarse en las cifras de “Las 500 mayores<br />
empresas” que publica Expansión).<br />
En las medianas y pequeñas empresas, basta<br />
con la décima parte para crear un empleo.<br />
En el autoempleo, basta la centésima.<br />
El progreso improductivo tiende a<br />
concentrar los recursos donde producen<br />
menos. En el sexenio de 1988 a 1994, la<br />
política modernizadora y una coyuntura<br />
internacional favorable lograron que la<br />
inversión extranjera en México aumentara<br />
528% y la inversión fija bruta 54%.<br />
Pero el PIB no aumentó más que 18% (la<br />
tercera parte de 54%) y el empleo formal<br />
4% (la tercera parte del crecimiento de la<br />
población). La productividad laboral de<br />
los empleos formales aumentó 13%, pero<br />
la productividad de la inversión fija bruta<br />
disminuyó 23%. Y en todo el sexenio no<br />
se creó más que un millón de empleos<br />
formales. Así funciona el progreso improductivo.<br />
Las concentraciones de recursos,<br />
de poder y de prestigio se refuerzan<br />
mutuamente. El gigantismo sirve para<br />
negociar, imponerse, piramidar y acumular<br />
improductivamente recursos que<br />
aumenten la productividad laboral y<br />
los sueldos de su personal. A lo cual se<br />
suma el prestigio de pertenecer a grandes<br />
Hay que combatir la idea de que el único escenario<br />
digno del progreso es el gigantismo. Hay que apoyar<br />
a los millones de mexicanos que, afortunadamente,<br />
todavía creen en trabajar por su cuenta.<br />
instituciones y empresas. La seguridad<br />
económica, las instalaciones de lujo, los<br />
viajes y gastos pagados, prestigian la integración<br />
al gigantismo. Este prestigio de la<br />
dependencia (la “jaula de oro” que lleva<br />
a “la ignominia antes que la renuncia”)<br />
parecía ridículo cuando lo prestigiado era<br />
la independencia y muchos orgullosamente<br />
decían: Prefiero ser cabeza de<br />
ratón que cola de león.<br />
A la sociedad le conviene prestigiar<br />
la independencia y las operaciones<br />
en pequeño. Hay que combatir la idea<br />
de que el único escenario digno del progreso<br />
es el gigantismo. Hay que apoyar<br />
a los millones de mexicanos que, afortunadamente,<br />
todavía creen en trabajar por<br />
su cuenta. No sólo porque la autonomía<br />
es un ideal digno del ser humano, sino<br />
porque nunca habrá suficiente capital<br />
para absorberlos como ejecutivos o funcionarios.<br />
En particular, es un desperdicio<br />
preparar universitarios para que busquen<br />
empleos maravillosos (y se lleven un<br />
chasco). Lo práctico es prepararlos para la<br />
autonomía creadora que genera empleos<br />
para otros. ●
10<br />
<strong>COMPROMISO</strong> <strong>SOCIAL</strong> la llama inextin g uible<br />
›PARA QUÉ<br />
SIRVEN LAS<br />
ESTATUAS<br />
Y OTROS<br />
POEMAS<br />
José Emilio Pacheco<br />
El gran poeta, narrador y ensayista José Emilio<br />
Pacheco cumple en 2009 su setenta aniversario,<br />
el cual celebramos con el reconocimiento<br />
que merece su trayectoria literaria y su calidad<br />
humana. Es un honor que, en las páginas del<br />
primer número de , José Emilio Pacheco haya querido<br />
entregar a los lectores estos poemas inéditos que se enmarcan<br />
en el tema del compromiso social que acoge en nuestra<br />
revista, además de la reflexión, el fuego de la palabra poética.<br />
Jaque, de Héctor García, 1958.<br />
Para qué sirven<br />
las estatuas<br />
Fotografía de Rogelio Cuéllar.<br />
Nadie ha de permitir que lo condenen<br />
a una segunda forma de muerte<br />
Si deja que lo empareden a la intemperie<br />
Y lo conviertan en estatua efímera.<br />
¿Para qué sirven las estatuas?<br />
Para dar<br />
Compasión a los árboles,<br />
Risa a los transeúntes,<br />
Letrina a las palomas y otras aves;<br />
Para que los airados<br />
Pinten sus maldiciones al poder;<br />
Para que finalmente las derriben<br />
Y las hagan pedazos<br />
Las multitudes que en su furia son<br />
El gran juicio final,<br />
El veredicto de la historia.
Leyenda<br />
Todos quisimos la corona del rey<br />
Y nadie pudo hallarla en el bosque.<br />
Pero en su busca nos entrematamos.<br />
Por sanguinarios les dimos asco a las fieras.<br />
Siglos después cuando encontré la corona<br />
Vi que era sólo un puñado de polvo.<br />
Lamento de Pol Pot<br />
en su lecho de muerte<br />
Intenté hacer el bien, propagar la bondad,<br />
Sembrar la justicia, urdir la dicha de todos.<br />
Con tan noble propósito engañé,<br />
Asesiné. Encarcelé, torturé, oprimí.<br />
Yo que era compasivo y solidario<br />
Me convertí en uno más de los monstruos.<br />
Ahora sólo puedo pedir perdón.<br />
Sin embargo los muertos no resucitan,<br />
Las heridas nunca se curan.<br />
Así al buscar el Bien y la Verdad<br />
Aumenté con la suma de mis crímenes<br />
El plural sufrimiento de este mundo.<br />
Fundaciones<br />
Cuando se funda una ciudad lo primero que erigen<br />
Son los lugares del poder:<br />
El palacio, la sede del comercio,<br />
El mercado, la iglesia, los cuarteles,<br />
El tribunal, la cárcel y el patíbulo.<br />
En seguida levantan<br />
El burdel, el panteón y el matadero.<br />
Tezontle<br />
Lo que estalla o crepita a cada paso,<br />
Algo como un chasquido o el rumor<br />
Del tiempo al deshacerse…<br />
Los jardines de grava que hay en México,<br />
Senderos de tezontle desmenuzado<br />
En que se pulverizan los instantes.<br />
Hoy espuma de piedra y antes lava<br />
En la boca del Xitle hace dos mil años,<br />
Tezontle del Ajusco que da siempre<br />
La sensación de caminar en fuego.<br />
Vamos por la vereda como sobre un volcán al acecho.<br />
La ciudad toda, cráter que hierve en cólera<br />
A la espera del estallido.<br />
El vencedor<br />
El primer hombre al que maté cayó en Tolemaida.<br />
Trató de protegerse con el escudo<br />
Pero mi lanza fue más rápida.<br />
Se tambaleó, vomitó sangre<br />
Y me miró,<br />
Me miró en silencio.<br />
Me dejó a solas con mi triunfo y su muerte.<br />
11
12<br />
<strong>COMPROMISO</strong> <strong>SOCIAL</strong> examen<br />
›LA CALIDAD<br />
ACADEMICA COMO<br />
PERTINENCIA <strong>SOCIAL</strong><br />
La escuela, de Héctor García, 1950.<br />
David Fernández, S. J.*<br />
Rector de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> Puebla<br />
INTRODUCCIÓN<br />
Una universidad jesuita es siempre una universidad<br />
histórica, esto es, conformada en su<br />
identidad y sus funciones según las exigencias<br />
de la concreta realidad en la que se inserta.<br />
No existe un modelo único de universidad<br />
jesuita, ni los modelos que existen lo son para siempre. La<br />
calidad e idoneidad de una institución universitaria de la<br />
Compañía de Jesús se mide, consecuentemente, en relación<br />
con la respuesta que da a las necesidades históricas<br />
del entorno en cada tiempo y lugar, es decir, por un criterio<br />
esencialmente político de pertinencia social.<br />
En este sentido, la universidad jesuita se desmarca<br />
de las concepciones que el mercado universitario ha<br />
puesto en boga en relación con la calidad académica y<br />
con la función social de la universidad. La universidad<br />
ignaciana tiene la experiencia histórica de la realidad<br />
que la rodea y experimenta la exigencia ética de trabajar para transformarla. En<br />
nuestro país, esa realidad la hemos experimentado como injusta e irracional, y la<br />
exigencia ética la vivimos como el impulso a trabajar a favor de aquellos cambios<br />
que propicien una realidad más justa, libre, solidaria y racional. Esto lo queremos<br />
hacer universitariamente, y con espíritu cristiano.<br />
La universidad jesuita pretende cambiar la sociedad y es el cambio social el<br />
que configura su modo de ser universidad. Esto supone, en términos de Ignacio<br />
Ellacuría, una historización de la actividad universitaria, lo que no significa abandonar<br />
lo universitario a favor de lo estrictamente político, sino procurar una mejor<br />
orientación de lo que es rigurosamente universitario. A la universidad jesuita no le<br />
interesa el saber por el saber, ni siquiera formar profesionales por formarlos, sino<br />
cultivar la realidad local, regional y nacional, y la formación de aquellos que puedan<br />
contribuir a hacer de esa realidad una realidad más humana y equitativa.<br />
Desde la experiencia de la <strong>Universidad</strong> Centroamericana José Simeón<br />
Cañas, de El Salvador, mirando los retos particulares que nos propone la situación<br />
latinoamericana en general, y mexicana en particular, proponemos para su<br />
discusión esta serie de reflexiones sobre la necesaria correspondencia entre la calidad<br />
académica y la pertinencia social, elemento constitutivo de toda universidad<br />
cristiano-ignaciana.
LA CALIDAD ACADÉMICA<br />
Y LA PERTINENCIA <strong>SOCIAL</strong><br />
Una universidad jesuita será mejor universidad en la medida en que<br />
entienda mejor la realidad en la que se inserta y contribuya a transformarla<br />
con mayor eficacia. Una universidad de la Compañía será<br />
de mayor calidad en la medida en que forme a los profesionales que<br />
la sociedad necesita para edificar y animar una sociedad más humana,<br />
más solidaria. La calidad académica de una institución ignaciana<br />
será mayor en tanto sus conocimientos y saberes surjan de la realidad<br />
social a la que se debe y respondan de manera más adecuada a las<br />
necesidades que esa realidad le plantea. Una universidad nuestra será<br />
excelente académicamente cuando su docencia, su investigación y su<br />
vinculación social sean pertinentes socialmente.<br />
La calidad académica suele ser confundida por el mercado y<br />
por los mismos alumnos con la exigencia académica sobre los estudiantes<br />
(entre más agobio, mayor calidad) o, incluso, con el costo de<br />
las colegiaturas (mientras más caro, mejor). Sin dejar de reconocer<br />
que la exigencia y la relación costo-beneficio tienen un papel en la<br />
valoración de la calidad de una institución educativa, para nosotros,<br />
en cambio, calidad académica es, principalmente, pertinencia social:<br />
transmitir, construir, gestionar, conocimientos que tengan que ver<br />
con la concreta realidad socioprofesional<br />
de las carreras, con la<br />
particular realidad sociopolítica<br />
del país, y con el proyecto futuro<br />
de nuestros pueblos. Una universidad<br />
de calidad es, pues, aquella<br />
que es pertinente para el entorno,<br />
para su contexto concreto, desde<br />
un saber riguroso, avanzado y<br />
flexible.<br />
Por pertinencia social de<br />
la universidad entendemos entonces<br />
el hecho y la necesidad de<br />
estar conformada de algún modo por lo que son la realidad y las<br />
necesidades sociales en las que se inserta la institución y la necesidad<br />
de conformar en alguna medida esa realidad social. La pertinencia<br />
social compete primariamente a la universidad como tal y en segundo<br />
grado, a sus unidades estructurales.<br />
De esta manera, la respuesta a las necesidades de la sociedad<br />
—la pertinencia del saber universitario— ha de tener la prioridad<br />
en la planeación institucional y el máximo rango en la operación<br />
cotidiana de la institución. Se trata, en síntesis, de poner a la universidad<br />
como totalidad, aunque a través de sus partes, al servicio de la<br />
trasformación social, en beneficio de los pobres y los excluidos, que<br />
son la mayoría.<br />
LA NECESIDAD DE HISTORIZAR<br />
A LA UNIVERSIDAD<br />
Partimos del hecho macizo de que las universidades en cualquier situación<br />
son elementos activos y pasivos de la estructura social. No son<br />
entes separados. En nuestros países, la realidad es que generalmente<br />
son, más que instrumentos del saber, instrumentos de la dominación.<br />
No hay neutralidad universitaria. La metáfora de la universidad<br />
como “torre de marfil”, aunque sea una metáfora crítica, es, en el<br />
fondo, ideológica, es decir, falsa. La pretensión de neutralidad científica<br />
o profesionalizante que niega la realidad sistémica de la universidad<br />
con el todo social oculta, en realidad, su funcionamiento como instrumento<br />
politizado al servicio de la estructura dominante. Quienes<br />
pretenden que la universidad sea una institución neutral postulan que<br />
la universidad debe dedicarse, dicen, a ser universidad; lo cual supone<br />
en realidad anular la dimensión crítica de ésta, en beneficio de las<br />
fuerzas que conducen dominantemente la totalidad de lo social.<br />
Por esto, es necesario más bien asumir la dimensión política<br />
inevitable de la universidad, pero desde el polo contrario al de la<br />
dominación, desde la voluntad de transformar la sociedad para hacerla<br />
más justa y equitativa. Repolitizar la universidad desde quienes padecen<br />
la realidad, sería la divisa.<br />
En esta repolitización, es claro que el carácter universitario<br />
debe determinar la forma de acción política de la universidad (una<br />
universidad es una universidad, no un partido político ni una ONG),<br />
mientras que lo político debe determinar la forma de cumplir con lo<br />
universitario. Dicho de otro modo, lo prioritario a la hora de orientar<br />
el qué hacer debería venir de las exigencias de la realidad, mientras<br />
que la prioridad a la hora de orientar el modo de hacerlo vendría de<br />
las exigencias de lo académico.<br />
El saber y el saber acomodado a una determinada situación<br />
social son una necesidad de la sociedad y de su trasformación hacia<br />
la justicia. Pero un saber y un saber hacer que no respondan a lo que<br />
La universidad jesuita se desmarca<br />
de las concepciones que el mercado<br />
universitario ha puesto en boga en<br />
relación con la calidad académica y<br />
con la función social de la universidad.<br />
aquí y ahora es una determinada sociedad en su conjunto, sobre todo<br />
cuando esa sociedad sufre deficiencias fundamentales, no constituyen<br />
un saber universitario. No lo constituyen porque no tienen referencia<br />
concreta a la sociedad en que se da la universidad, por más que pudiera<br />
considerarse como teóricamente académico.<br />
Adicionalmente, desde el punto de vista epistemológico, un<br />
saber sin referencia a la praxis carece de comprobación interdisciplinar,<br />
que es uno de los requisitos para que un saber sea universitario;<br />
más aún, como dice Ellacuría en un ensayo sobre <strong>Universidad</strong> y<br />
Política: los saberes verdaderamente reales, esto es, los saberes que<br />
surgen de la realidad y van a la realidad, incluso los que se estiman<br />
como muy teóricos, no tienen radicalidad y fecundidad suficientes<br />
si no tienen como matriz fundamental la realidad circundante, que<br />
en su carácter de circundante ofrece el máximo de realismo fecundo.<br />
Esto no excluye que se reconozcan formas de saber universitario<br />
muy distintas entre sí, de modo que su vinculación a la realidad sea<br />
también muy diversa; la diversidad de contenido y método hacen<br />
que ocupen un lugar y una posición distinta en la totalidad del<br />
saber universitario. Lo que debe responder a la realidad social es<br />
formalmente la totalidad multidisciplinar de la universidad, aunque<br />
también algunas de las partes de esa totalidad; pero aun las formas<br />
menos inmediatistas de saber, se han de poner al servicio de esa incidencia<br />
sobre la realidad social de un modo tal vez indirecto pero<br />
esencial.<br />
13
En una sociedad como la nuestra, en la<br />
que las necesidades sociales son enormes, en<br />
la que la realidad social se presenta como un<br />
desorden establecido (factor teórico) y como<br />
injusticia institucional (factor ético), la obligación<br />
teórica y ética de responder con pertinencia<br />
a lo social se convierte en obligación<br />
teórica y ética de incidir en lo político, por<br />
supuesto, de manera universitaria.<br />
Consecuentemente, una necesidad de<br />
nuestra misión fe-justicia es tener universidades<br />
que reúnan a dialogar a quienes son más capaces<br />
de saber, y hacer que estos se dediquen<br />
realmente a saber, y a saber lo que se debe y se<br />
necesita.<br />
Veamos ahora cada una de las funciones<br />
sustantivas de la universidad desde esta óptica.<br />
LA DOCENCIA<br />
Es la base material de la actividad de nuestras<br />
universidades. Sin alumnos no habría<br />
universidad, aunque los alumnos no son el<br />
sentido último o la razón formal de una institución<br />
universitaria de la Compañía de<br />
Jesús. La docencia es el elemento más necesario,<br />
pero no el más valioso, aunque sea<br />
también principio de valor.<br />
Para que la docencia sea valiosa se requiere<br />
que ésta se guíe desde el objetivo de ser<br />
también pertinente socialmente. Es decir, que<br />
transmita y cree los saberes necesarios para la<br />
atención de las necesidades sociales, en función<br />
de la evolución y la transformación de<br />
la sociedad. Supone una permanente tensión<br />
entre lo que reclaman los alumnos y lo que<br />
reclama la sociedad y su transformación. Los<br />
alumnos, por ejemplo, querrían en su mayoría<br />
instalarse y lucrar en una sociedad que estimamos<br />
injusta, mientras que una universidad<br />
pertinente pretendería cambiar esa sociedad.<br />
Si se anula esta tensión correríamos el peligro<br />
de poner a la universidad al servicio de una<br />
praxis social equivocada —el mantenimiento<br />
y profundización de la injusticia—, o bien a<br />
perder nuestra base material de existencia al<br />
sacrificar las necesidades de los alumnos.<br />
De esta manera, hacer de la docencia<br />
una docencia socialmente pertinente tendría<br />
que ser un principio central de la reforma<br />
académica permanente de la universidad. Es<br />
verdad que en los hechos es la docencia la<br />
que dirige la marcha de la universidad. Pero<br />
con un enfoque meramente profesionalizante,<br />
es decir, centrado sólo en las necesidades del<br />
alumno y sin responder a las necesidades de la<br />
sociedad, tendríamos una mala docencia tanto<br />
desde el punto de vista técnico como desde<br />
14<br />
<strong>COMPROMISO</strong> <strong>SOCIAL</strong> examen<br />
el punto de vista ético. Desde el punto de<br />
vista ético porque los profesionales servirían<br />
solamente para fortalecer el estado injusto<br />
de cosas, y desde el punto de vista técnico,<br />
porque sin la pertinencia social, la docencia<br />
se vuelve inoperante, irrelevante, repetitiva,<br />
vieja y, en el mejor de los casos, abstracta. La<br />
buena docencia depende de la buena orientación<br />
universitaria, de su pertinencia social.<br />
Es ya comúnmente aceptado el aserto<br />
centroamericano de que desde una universidad<br />
jesuita lo que se debe enseñar y lo que<br />
se debe aprender es la gran asignatura de la<br />
realidad histórica del país y la región. Pero,<br />
entre otras cosas, esto quiere decir que cada<br />
materia que se imparta ha de ser configurada<br />
conforme a las demandas de la realidad local<br />
y nacional, que ha de ser como el fundamento<br />
y lugar de aplicación de cualquier materia;<br />
la realidad concreta no sólo configura cada<br />
una de las materias, sino que las unifica y les<br />
da su auténtico carácter transdisciplinario.<br />
La docencia pertinente debe crear<br />
profesionales nuevos o renovados. Estos lo<br />
serán si toda su carrera se constituye como<br />
nueva por el manejo novedoso que hace de<br />
su instrumental, orientado a lo que en realidad<br />
necesita el país y la región. El problema<br />
de la docencia es el de su comprensión desde<br />
la realidad y para un cambio profundo de esa<br />
realidad: así, el profesor ha de dominar de tal<br />
modo la propia profesión que la pueda poner<br />
en relación directa con la estructura social y<br />
con la marcha del proceso histórico.<br />
La docencia es también principio de<br />
valor, se decía arriba. Esto quiere decir que<br />
genera unos valores que sólo se dan mediante<br />
la dinámica de la docencia. La UCA los enumeraba<br />
como sigue:<br />
• Es estímulo a la preparación académica.<br />
• Es uno de los controles de la capacidad,<br />
dedicación, enfoque y compromiso del docente<br />
y de su producción académica.<br />
• Ayuda a la creación de un estilo mental<br />
crítico y dispuesto a dar razón de lo que<br />
afirma.<br />
• Supone un contacto con la pluralidad de<br />
personas y pensamientos, lo que enriquece<br />
a los académicos universitarios.<br />
• Garantiza la existencia de una pluralidad<br />
de profesionales y académicos, así como de<br />
un conjunto de métodos y conocimientos<br />
diversos.<br />
• Puede formar profesionales honestos para<br />
la transformación social.<br />
Conviene aclarar, por último, que la<br />
necesidad de que sean pertinentes socialmente<br />
no anula la especificidad y el dinamismo propios<br />
de cada una de las disciplinas, antes bien,<br />
exige esa especificidad y ese dinamismo para<br />
que sean cabalmente universitarias.<br />
La obligación teórica y ética de<br />
responder con pertinencia a lo<br />
social se convierte en obligación<br />
teórica y ética de incidir en lo<br />
político, por supuesto, de manera<br />
universitaria.<br />
LA INVESTIGACIÓN<br />
Es evidente que sólo una investigación seria,<br />
con una dedicación sólida, es necesaria no sólo<br />
para que la docencia sea la requerida sino para<br />
que toda la universidad se oriente de manera<br />
pertinente a incidir en la sociedad que la rodea.<br />
Pero, al mismo tiempo, es esta necesidad<br />
de pertinencia la que ha de constituirse en la<br />
medida y el control de esa investigación, esto<br />
es, lo que la investigación signifique para la sociedad.<br />
La necesidad de pertinencia social es la<br />
que se convierte en rectora de la investigación,<br />
pero, al mismo tiempo, sólo con la investigación<br />
se llega a saber críticamente lo que la<br />
universidad debe realizar en su atención a las<br />
necesidades sociales y para el cambio racional<br />
de la realidad.<br />
Es inequívoco: en la investigación está<br />
la raíz de la historicidad del quehacer universitario.<br />
Desde la investigación la universidad<br />
conocerá dónde está la realidad social, qué<br />
es lo que esa realidad necesita y cuáles son<br />
los medios para resolver esas necesidades. La<br />
investigación, entonces, debe ser histórica,<br />
política, orientada a la transformación. Esto<br />
no por reducir todo a lo político e histórico,
sino porque lo político e histórico nos llevan<br />
a la comprensión y el encuadramiento exactos<br />
de lo que es lo económico, lo técnico, lo<br />
cultural, lo científico.<br />
La investigación en una universidad de<br />
la Compañía de Jesús ha de entenderse desde<br />
un principio como una totalidad con diversas<br />
partes y funciones, ordenadas las unas a<br />
las otras, cuyo producto total y final ha de ser<br />
eficaz para incidir en la realidad social en la dirección<br />
deseada.<br />
Así, el objetivo central de una investigación<br />
pertinente es llegar a identificar e<br />
interpretar los puntos clave de la situación social<br />
en orden a intervenir universitariamente<br />
en ellos en la dirección del cambio deseado.<br />
Esclarecer científicamente una situación dada<br />
y sus causas, y construir alternativas teóricas y<br />
prácticas a esa situación, es el contenido concreto<br />
de la intervención universitaria.<br />
La experiencia latinoamericana dicta<br />
que en el terreno de la investigación suele<br />
darse una tensión entre lo coyunturalmente<br />
urgente y lo estructuralmente necesario. Si<br />
bien esta tensión puede generar variaciones<br />
y desajustes, es claro que la universidad debe<br />
priorizar a largo plazo la investigación que<br />
atienda a las necesidades estructurales de la<br />
realidad por encima de los requerimientos<br />
coyunturales, por rentables que sean.<br />
Finalmente, la investigación debe llevar<br />
a un producto eficaz, es decir, útil para<br />
la acción social transformadora. Por esto<br />
es necesario determinar las orientaciones,<br />
principios y prioridades que la rijan, y no<br />
dejarla al gusto, conveniencia o facilidad de<br />
cada investigador. Ultimadamente, se trata<br />
de construir la investigación institucional de<br />
la universidad, más que desarrollar la investigación<br />
personal de sus miembros.<br />
LA VINCULACIÓN<br />
Esta función universitaria tiene la misión central<br />
de ayudar a cumplir la obligación histórica<br />
de pertinencia social. Mediante ella se busca la<br />
incidencia inmediata y real del quehacer universitario<br />
en la sociedad. Por vinculación debe<br />
entenderse, entonces, la acción directa de la universidad<br />
sobre la estructura social y su relación<br />
con otros agentes sociales transformadores.<br />
En definitiva, la función de vinculación<br />
trata acerca del cómo poner a la universidad fuera<br />
de sí misma, en la realidad concreta, y acerca<br />
de cómo traer la realidad dentro de la universidad.<br />
Por ello exige una inserción universitaria en<br />
la realidad social, y una articulación con aquellas<br />
fuerzas que empujan el cambio social deseado.<br />
16<br />
<strong>COMPROMISO</strong> <strong>SOCIAL</strong> examen<br />
No debiera, entonces, entenderse meramente<br />
como llevar la universidad a grupos humanos<br />
fuera del recinto universitario, ni siquiera a grupos<br />
que normalmente no accederían a ella. Se<br />
trata, ultimadamente, de hacer de la universidad<br />
un actor social que incida en el cambio de la<br />
realidad en la que se inserta.<br />
Adicionalmente, la vinculación permite<br />
experimentar modelos novedosos de<br />
producción, intercambio, divulgación, organización<br />
y relación entre colectivos sociales<br />
que validen el conocimiento interdisciplinario<br />
de la universidad. Genera, también, mecanismos<br />
experienciales por los que la realidad de<br />
los pobres y excluidos se hace presente en el<br />
quehacer universitario, al mismo tiempo que<br />
realiza un esfuerzo racional para descubrir las<br />
conexiones esenciales y las leyes fundamentales<br />
que rigen el acontecer popular.<br />
LOS INDICADORES DE<br />
CALIDAD COMO CONDICIÓN<br />
DE POSIBILIDAD<br />
Una vez expuesto el marco global mediante<br />
el cual ha de valorarse la calidad académica<br />
de una institución universitaria, conviene<br />
decir ahora que la calidad académica que se<br />
pretende, supone que la institución funciona<br />
adecuadamente, en torno a expectativas,<br />
exigencias y estándares elevados. Esto quiere<br />
decir que, desde esta perspectiva, lo que se<br />
suele enumerar como indicadores de cali-<br />
Archivo de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>.<br />
dad académica son, en realidad, condiciones<br />
de posibilidad para que la calidad académica<br />
fundamental, entendida como pertinencia<br />
social, pueda verificarse. Esto no quita importancia<br />
a cada uno de esos indicadores; por<br />
el contrario, les dota de consistencia y de relevancia.<br />
Enuncio algunos de ellos, a fin de<br />
tenerlos presentes como imprescindibles para<br />
que haya pertinencia institucional:<br />
• Los docentes se encuentran calificados académicamente.<br />
• Los profesores asisten a clases con puntualidad.<br />
• Los profesores entregan su programa al inicio<br />
del curso.<br />
• El curso se evalúa conforme a lo planteado<br />
originalmente.<br />
• Los profesores preparan sus clases y están<br />
actualizados. Incorporan en su docencia<br />
los resultados de las investigaciones institucionales.<br />
• Los profesores hacen trabajar productivamente<br />
a sus alumnos.<br />
• Los alumnos dedican tiempo suficiente al<br />
estudio y participan activamente en las sesiones.<br />
• Los docentes salen bien evaluados por sus<br />
alumnos y por sus pares.<br />
• Hay experiencias de campo significativas.<br />
• Las experiencias profesionales y de servicio<br />
social son relevantes y retadoras.<br />
• Los laboratorios son suficientes y actualizados.<br />
• Los investigadores dedican tiempo a la
18<br />
<strong>COMPROMISO</strong> <strong>SOCIAL</strong> examen<br />
La pertinencia social<br />
de la universidad<br />
y su repolitización<br />
deben ser conducidas<br />
por las necesidades<br />
objetivas de los grupos<br />
sociales mayoritarios,<br />
empobrecidos<br />
y excluidos del<br />
desarrollo.<br />
investigación socialmente pertinente sobre temas relevantes.<br />
• Los responsables de la vinculación están en relación<br />
con los movimientos sociales de la región, y problematizan<br />
la actividad universitaria con datos y demandas<br />
provenientes de la realidad.<br />
• Existen procesos de internacionalización de la universidad.<br />
• Hay intercambios académicos.<br />
• Hay foros, conferencias, congresos y publicaciones,<br />
propios de la universidad.<br />
• Los programas académicos se encuentran acreditados<br />
por organismos externos a la institución.<br />
• Los egresados evalúan positivamente su paso por la<br />
universidad y aplican en su vida profesional los conocimientos<br />
y competencias aprendidos.<br />
• La deserción de los alumnos de su carrera es relativamente<br />
baja.<br />
• La eficiencia terminal es alta.<br />
• La relación de alumnos por académico de tiempo es<br />
elevada.<br />
LA PERSPECTIVA DE LAS MAYORÍAS<br />
POBRES Y EXCLUIDAS<br />
Una última consideración: la sociedad es un conjunto<br />
de grupos humanos con intereses divergentes e, incluso,<br />
encontrados. En nuestra situación concreta la pertinencia<br />
social de la universidad y su repolitización deben ser<br />
conducidas por las necesidades objetivas de los grupos<br />
sociales mayoritarios, empobrecidos y excluidos del desarrollo.<br />
Estas necesidades son deducibles por la propia<br />
realidad objetiva de esos conjuntos humanos, pero también<br />
son cognoscibles en la voluntad expresa de esas<br />
mayorías, manifiesta en las organizaciones y movimientos<br />
populares.<br />
Para argumentar la necesidad de orientar la universidad<br />
desde las necesidades populares Ellacuría esgrimía<br />
tres tipos o niveles de argumentación:<br />
1. La fundamentación teórica se basa en que son las<br />
mayorías y su realidad objetiva el lugar adecuado para<br />
apreciar la verdad o falsedad de un sistema social determinado.<br />
2. La fundamentación ética que consiste en que se estima<br />
como obligación moral básica la de ponerse a favor de<br />
los injustamente oprimidos y contra los opresores.<br />
3. La fundamentación teológica, desde un punto de vista<br />
cristiano, consiste en que el cristianismo considera a<br />
los pobres y a los excluidos como lugar privilegiado<br />
para reconocer y realizar la salvación.<br />
Configurar la acción universitaria desde los intereses<br />
de los grupos sociales mayoritarios implica muchas<br />
cosas a todos los niveles de la vida universitaria. Yendo de<br />
lo más externo a lo más central, podríamos mencionar:<br />
• Un estilo austero en el campus y en las actividades institucionales.<br />
• Maximización de la eficacia en el uso de los recursos humanos<br />
y materiales.<br />
• Proyección de una imagen externa congruente con esta<br />
opción.<br />
• Selección adecuada de personal, conforme a un perfil<br />
de afinidad.<br />
• Realización del trabajo universitario con pasión y entrega.<br />
• Enfoque de la docencia hacia la preparación de profesionales<br />
conscientes y de agentes de transformación social.<br />
• Enfoque de la investigación hacia la realidad local, regional<br />
y nacional, para buscar lo que más ayude para<br />
una vida digna de la gente.<br />
• Liberación de recursos humanos y materiales para entrar<br />
en contacto con las realidades populares.<br />
• Establecer canales para que los pobres y excluidos se<br />
hagan presentes en la universidad y para que la universidad<br />
se haga presente entre los pobres y excluidos.<br />
• Poner signos del compromiso real de la universidad con<br />
las mayorías populares.<br />
CONCLUSIÓN<br />
La politización adecuada de la universidad y su excelencia<br />
académica en lugar de excluirse se potencian<br />
mutuamente. Esta potenciación puede hacerse desde el<br />
concepto de pertinencia social del saber universitario. De<br />
ello puede surgir tanto una mejor universidad como una<br />
mejor política para nuestros países. ●<br />
*Texto elaborado sobre las ideas y la experiencia universitaria de Ignacio<br />
Ellacuría, S. J.
20<br />
LIDER IBERO<br />
ENTREVISTA CON ROBERTO HERNÁNDEZ<br />
›EL EXITO<br />
SE BASA<br />
EN LA<br />
CONSTANCIA<br />
Y EN EL<br />
TRABAJO<br />
Carlos Deveaux Homs<br />
Fotografía de Yolitzma Iñiguez, 2009.
Nacido en Tuxpan, Veracruz, en 1942, Roberto Hernández Ramírez es una de<br />
las personas más exitosas de México y, sin duda alguna, un líder en los ámbitos<br />
nacional e internacional; un Líder Ibero, pues egresó de la <strong>Universidad</strong><br />
<strong>Iberoamericana</strong> en 1964, de la Licenciatura en Administración de Empresas y,<br />
siguiendo sus intereses profesionales, muy pronto destacó como hombre de<br />
negocios, sin mantenerse ajeno al compromiso social.<br />
Ha sido cofundador de Acciones y Valores de México, presidente del Consejo de Administración<br />
de la Bolsa Mexicana de Valores, presidente de la Asociación de Bancos de México,<br />
director general del Banco Nacional de México y, desde 1991 y 2001, respectivamente, es presidente<br />
del Consejo de Administración de Banamex, y miembro del Consejo de Administración de<br />
Citigroup.<br />
Entre otras múltiples actividades vinculadas a su profesión y a su interés en el ámbito<br />
social, es miembro del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, del Patronato Económico<br />
y de Desarrollo de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>, del Patronato del Museo Dolores Olmedo,<br />
de la <strong>Universidad</strong> de las Américas-Puebla, del Patronato del Hospital Infantil de México “Federico<br />
Gómez”, del Instituto<br />
de Fomento e Investigación<br />
Educativa y copresidente Sin duda, la Ibero no ha dejado<br />
de Fomento Cultural Ba-<br />
de mejorar, lo que al paso<br />
namex, Fomento Ecológico<br />
del tiempo nos ubica en un<br />
Banamex y Fomento Social momento, podemos decir, de<br />
Banamex.<br />
gran luminosidad.<br />
Su interés por el<br />
arte, la naturaleza y la<br />
educación lo llevó a aceptar invitaciones para formar parte de instituciones como el Museo<br />
Nacional de Arte, World Monuments Fund, University of Cambridge, The Nature Conservacy<br />
Board, David Rockefeller Center for Latin American Studies at Harvard, entre otras muchas.<br />
Presidente de la Junta de Directores del Club de Banqueros de México, A. C., y consejero<br />
del Centro Mexicano para la Filantropía, Roberto Hernández tiene una gran vocación en<br />
cuanto al compromiso social, de ahí que participe activamente en diferentes organismos enfocados<br />
a apoyar actividades como el arte, la educación, la cultura, la ecología y la economía.<br />
Su capacidad de liderazgo en el ámbito financiero lo ha llevado a convertirse en uno<br />
de los profesionistas, egresados de la UIA, más importantes de México. La Revista de la <strong>Universidad</strong><br />
<strong>Iberoamericana</strong> tiene el orgullo de inaugurar la sección Líder Ibero con el aleccionador<br />
testimonio de quien es hoy uno de los hombres más influyentes de nuestro país. Este testimonio,<br />
recogido mediante la entrevista, nos ofrece, de viva voz, las recordaciones, la reflexión y<br />
la pasión vocacional de Roberto Hernández Ramírez.<br />
21
22<br />
LIDER IBERO<br />
LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA,<br />
INSTITUCIÓN EDUCATIVA PLURAL<br />
Haber estudiado en la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> fue<br />
una experiencia que me dejó lecciones para toda la vida.<br />
Es una institución educativa plural, en la que se promueven<br />
una serie de valores y el respeto a las diversas<br />
formas de pensamiento en un ambiente de gran camaradería.<br />
Al hacer una valoración de su trayectoria, encuentro<br />
que la UIA ha buscado que su crecimiento sea más<br />
cualitativo que cuantitativo, tratando de conservar el sentido<br />
de pertenencia, sus valores y la calidad educativa, todo<br />
lo cual me parece muy afortunado. Doy por sentado el<br />
sello humanista de su formación que se traduce en profesionistas<br />
preocupados por su realidad. A pesar del énfasis<br />
en lo cualitativo, la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong> es una<br />
institución grande,<br />
con cerca de 11,000<br />
Haber estudiado<br />
en la <strong>Universidad</strong><br />
<strong>Iberoamericana</strong><br />
fue una experiencia<br />
que me dejó<br />
lecciones para<br />
toda la vida.<br />
alumnos, sin contar<br />
los matriculados,<br />
en los otros campus<br />
de Puebla, Torreón,<br />
Tijuana, León, Acapulco<br />
y el ITESO.<br />
Sin duda, la<br />
Ibero no ha dejado<br />
de mejorar, lo que al<br />
paso del tiempo nos<br />
ubica en un momento,<br />
podemos decir,<br />
de gran luminosidad.<br />
Para mí ha sido muy<br />
satisfactorio haber<br />
conservado a lo largo de mi trayectoria profesional los vínculos<br />
con la UIA, buscando, de alguna forma, retribuir lo<br />
que mi alma máter me aportó. De esta forma me tocó en<br />
suerte ser presidente del Patronato Económico de la Ibero<br />
cuando empezamos la campaña financiera para el proyecto<br />
de Santa Fe; después fui presidente del Patronato de Fomento<br />
de Investigación y Cultura Superior, A. C. (FICSAC); y<br />
más tarde miembro de UIAC, que es la única agrupación<br />
conformada por jesuitas y laicos en igual número.<br />
EL CAMINO DEL LIDERAZGO<br />
Mucha gente ha abordado este tema, y de entre la serie<br />
de elementos que se han señalado como características<br />
de un líder, encuentro que es fundamental la capacidad<br />
para entusiasmar a otros de sus ideas y que, a partir de<br />
ello, logre que se sumen en favor del proyecto que ha<br />
propuesto. Tiene que haber delivery; el líder debe entregar<br />
lo que está ofreciendo, dar los resultados esperados para<br />
así poder alcanzar el éxito. Al delivery se suma lo que se<br />
conoce como accountability, es decir, una forma de medir<br />
los resultados, de una manera responsable, que pueden ser<br />
más visibles con el paso del tiempo.<br />
También cuenta el estar en el lugar y tiempo adecuados.<br />
Algunas veces ello se atribuye a la suerte, pero no<br />
es así. Si se analiza cómo se alcanza el éxito, éste se basa en<br />
la constancia, el trabajo y en caminar sobre la misma línea,<br />
lograr que los procesos en los que se está involucrado<br />
maduren para que se puedan obtener frutos, porque hay<br />
muchos esfuerzos, trabajos e ideas que se siembran aun<br />
sabiendo que uno no podrá ver lo cosechado. Un buen<br />
ejemplo de ello es la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>: mucha<br />
gente se involucró en el proyecto, invirtió dinero, tiempo<br />
y esfuerzo y sólo algunos pudieron verlo madurar. Sin<br />
embargo, el resultado nos debe hacer sentir satisfechos<br />
a todos.<br />
LOS RETOS DE MÉXICO ANTE<br />
LA CRISIS FINANCIERA MUNDIAL<br />
Aunque todas las crisis tienen características diferentes,<br />
la banca al ser un intermediario que trabaja con dinero<br />
del público, que está apalancado, es el catalizador de las<br />
crisis económicas. En tiempos normales el promedio de<br />
las razones de apalancamiento deben estar 12 a 1, es decir,<br />
doce veces de crédito por uno de capital.<br />
Generalmente las crisis traen aparejado un detonante<br />
dentro del sector financiero, que no necesariamente<br />
tiene un efecto de muy corto plazo en el mundo real.<br />
Déjenme ilustrar con la crisis más reciente, la que estamos<br />
viviendo. El origen se da en el sector de los bienes raíces.<br />
En países como Inglaterra, España e Irlanda, a raíz de la<br />
crisis en los bienes raíces, el incremento de su valor se<br />
fue dando mucho más que proporcionalmente al costo<br />
de la construcción. Hubo sobredemanda de un bien, sin<br />
que necesariamente hubiera relación con el costo de producción<br />
de éste. Curiosamente Estados Unidos no fue<br />
el país donde subieron más los bienes raíces; varios índices<br />
internacionales indican que Estados Unidos se quedó<br />
aproximadamente en la mitad de los incrementos que se<br />
registraron en Europa.<br />
Es hasta después de año y medio de crisis en el sector<br />
financiero que las repercusiones se reflejan en el mundo<br />
real. Como consecuencia se prevén resultados negativos<br />
en el último trimestre de 2008 y cuando menos los dos<br />
primeros trimestres de 2009. La tendencia apunta al crecimiento<br />
del desempleo, la baja del consumo y la menor<br />
producción industrial.<br />
Si las medidas que estamos tomando para revertir<br />
esta tendencia funcionan como esperamos, posiblemente<br />
podremos ver resultados positivos hacia mediados de 2009<br />
y se podrá empezar a frenar el desempleo y la caída de la<br />
demanda.<br />
Actualmente, México está en un buen momento en<br />
cuanto a sus finanzas públicas. Las cuentas, las reservas y el<br />
superávit se encuentran bien, y por lo mismo, es decir, porque<br />
todo lo hemos hecho bien, existe resistencia a aceptar que la<br />
crisis mundial nos afectará. Pero somos parte de una economía<br />
totalmente globalizada, y nuestra interacción se da por el<br />
comercio, las comunicaciones, etcétera. Y en consecuencia<br />
tendremos efectos locales de las turbulencias mundiales.
Precisando, la caída de las bolsas en China, Rusia<br />
o Brasil, afecta la psicología de los inversionistas de<br />
nuestro país, y al mismo tiempo los inversionistas globales<br />
se empiezan a retirar y crean presiones en el peso. Por<br />
otra parte la naturaleza global de la crisis la vuelve diferente<br />
a todas las que hemos vivido, pero en términos<br />
de comunicación es mucho más difícil explicarle a la<br />
gente cómo, habiendo hecho bien las cosas en nuestro<br />
país, estamos entrando en crisis. Efectivamente gracias<br />
a las medidas tomadas por la Secretaría de Hacienda,<br />
como la cobertura de los precios del petróleo, por citar<br />
un ejemplo notable, vamos a poder demorar un poco<br />
las repercusiones desde el punto de vista del sector<br />
público, lo que nos va a dar un margen para poner en<br />
marcha políticas anticíclicas que básicamente tendrán<br />
que aplicarse en el renglón de infraestructura. Pero esto<br />
no quiere decir que no vamos a sufrir el efecto de la<br />
crisis mundial. Hay que reconocer que formamos parte<br />
de un mundo globalizado y, que si hay una crisis en el<br />
resto del mundo, tenemos que prepararnos para cuando<br />
lleguen sus efectos negativos a nosotros. Por lo pronto,<br />
en México ya estamos viendo cómo cae la demanda de<br />
productos como automóviles o aparatos electrónicos.<br />
Somos parte de una<br />
economía totalmente<br />
globalizada, y nuestra<br />
interacción se da<br />
por el comercio, las<br />
comunicaciones, etcétera.<br />
Y en consecuencia<br />
tendremos efectos locales<br />
de las turbulencias<br />
mundiales.<br />
INVESTIGACIÓN Y AVANCES<br />
TECNOLÓGICOS<br />
Fotografía de Yolitzma Iñiguez, 2009.<br />
Hablando en lo general y por ello, con honrosas excepciones,<br />
en México estamos fuera de los avances<br />
tecnológicos. Duele decirlo, pero debemos afrontar la<br />
realidad si es que queremos avanzar: en nuestro país no<br />
tenemos la mentalidad de pensar que la investigación y<br />
los avances tecnológicos son una vía para el desarrollo<br />
y el crecimiento. Las evidencias son lastimosas; cito dos.<br />
En algunas escuelas científicas e institutos de investigación,<br />
repiten experimentos o se ensayan pruebas que<br />
ya están desarrolladas y documentadas en otros lugares.<br />
Otro ejemplo, las universidades registran un número decreciente<br />
de alumnos en las carreras de ingeniería. Hace<br />
cuarenta años, por citar un periodo de fuerte industrialización<br />
en México, aspirábamos a realizar mucho más en<br />
este rubro.<br />
Es muy difícil tener un avance tecnológico por<br />
generación espontánea. En México hay genios, excelentes<br />
profesionista y profesores dignos de cualquier universidad<br />
del mundo, pero es muy difícil que con el apoyo que<br />
tienen, con los recursos que se destinan a la materia, se<br />
23
24<br />
LIDER IBERO<br />
llegue a algún avance o investigación de consumo global. Para<br />
lograr niveles competitivos tendremos que replantear nuevos<br />
esquemas, por ejemplo, generar claustros de investigación. Existe<br />
además, paradójicamente, una inhibición para publicar lo que<br />
se está investigando, lo cual es una falta de disciplina.<br />
Por ello hay que aportar nuestro grano de arena en ese<br />
sentido. En Banamex estamos en proceso de fondear un edificio<br />
destinado a la investigación. Ya tenemos los recursos y los convenios<br />
para echar a andar el proyecto, pero con realismo. Son<br />
actividades a las que hay que invertirles mucho y los resultados<br />
se verán a largo plazo. Apunto un tema para la reflexión: como<br />
país destinamos demasiados recursos a la burocracia y al gasto<br />
corriente, y no se está invirtiendo lo que se debería en investigación.<br />
¿Cuánto tendremos que esperar a los visionarios que<br />
vengan a hacer los cambios que necesitamos?<br />
BANAMEX Y SU <strong>COMPROMISO</strong> <strong>SOCIAL</strong><br />
CON MÉXICO<br />
Banamex tiene una vocación importante en tres ámbitos: cultural,<br />
social y ecológico. Por ello tenemos una fundación para el<br />
impulso de actividades para el desarrollo y fomento de cada una<br />
de estas áreas. Teniendo como centro México, algunos proyectos<br />
coinciden, sobre todo en lo social y lo cultural, como el<br />
Para decirlo en forma breve, nos<br />
concentramos en la educación de<br />
calidad y el combate a la pobreza a<br />
través de dos vertientes: obras de<br />
bienestar social (salud, educación,<br />
agua potable) y el impulso a la<br />
productividad y al empleo.<br />
apoyo a las artesanías y el rescate de tradiciones. Para decirlo<br />
en forma breve, nos concentramos en la educación de calidad<br />
y el combate a la pobreza a través de dos vertientes: obras de<br />
bienestar social (salud, educación, agua potable) y el impulso a<br />
la productividad y al empleo. El tercer campo de acción se relaciona<br />
con el medio ambiente. En este rubro estamos trabajando<br />
en materia de reforestación y agua, áreas naturales protegidas y<br />
especies en peligro de extinción.<br />
En el rubro social hemos puesto en marcha muchos y<br />
muy importantes proyectos, por ejemplo, fuimos los creadores<br />
de los fondos de desastres naturales. Para ello impulsamos el<br />
“uno por uno”, para multiplicar los recursos en beneficio de<br />
los damnificados. Ejemplo: ante un temblor abrimos cuentas,<br />
captamos las aportaciones del público y hacemos un matching<br />
fund. Con estos recursos, organizamos equipos para llevar a cabo<br />
los trabajos que se requieran, por ejemplo de autoconstrucción<br />
de vivienda o simplemente para paliar la emergencia. Dejando<br />
claro que el énfasis de nuestra acción en el caso de los desastres,<br />
se da después de ocurridos estos. Nos concentramos en recons-<br />
trucción de vivienda, de caminos, de las actividades productivas<br />
y al apoyo para la restauración del medio ambiente.<br />
Para ilustrar lo diverso de las acciones en el rubro social:<br />
realizamos equipamiento y reconstrucción de escuelas y<br />
viviendas; hemos instalado desayunadores y comedores infantiles<br />
en lugares alejados, además de albergues permanentes en<br />
zonas de serranía o de difícil acceso. Evidentemente estas acciones<br />
están orientadas a poblaciones con recursos escasos o<br />
de pobreza extrema.<br />
Buscamos en todos estos proyectos que quienes aportan<br />
recursos y la población en general vean cómo y dónde<br />
se invierte el dinero con total transparencia y de esta manera<br />
alentarlos a que sigan contribuyendo. Fuimos, junto con<br />
Televisa, los iniciadores del Teletón; pertenecemos a diferentes<br />
patronatos, entre ellos el del Hospital Infantil de México, y<br />
colaboramos en muchos otros proyectos de desarrollo como<br />
el rescate de haciendas, que no es sólo con un fin turístico,<br />
sino que persigue también el rescate de la historia de los pueblos.<br />
Se apoya a los marginados con talleres, con ayuda para<br />
construcción y ordenamiento de los pueblos, con acciones en<br />
favor de mejor salud y escuelas. Al cabo de 15 años de acción<br />
permanente se ha logrado continuar el esfuerzo para construir<br />
un proyecto integral.<br />
En cuanto a la parte cultural, me honra ser presidente<br />
del patronato del Museo Nacional<br />
de Arte (Munal), ya que<br />
durante varios años mi acción se<br />
enfocó a la promoción del gran<br />
proyecto Munal 2000. Con ello<br />
conseguimos la remodelación<br />
del Museo, logrando, lo digo con<br />
orgullo, que estuviera al nivel de<br />
los mejores del mundo, y junto<br />
con varios amantes del arte<br />
continuamos vinculados al Museo<br />
apoyando su mantenimiento<br />
e impulsando acciones diversas.<br />
Realizamos exposiciones, para<br />
mostrar el gran acervo que tenemos<br />
en bodega; lo exhibimos en diversas regiones del país, y en<br />
muchos casos estas muestras están orientadas a artistas de la localidad<br />
o al rescate y estudio de diversos artistas, pero siempre<br />
con una visión internacional.<br />
Otra acción que muestra lo versátil y apasionante que<br />
puede ser el impulso a la cultura en su sentido más amplio: un<br />
rescate muy importante de la Huasteca potosina. En Xilitla<br />
promovimos un patronato, adquirimos la reserva natural para garantizar<br />
su preservación y estamos trabajando en la restauración<br />
de la parte ecológica y en la consolidación de todo el ecosistema<br />
que tenemos en medio de la selva. Además, en Veracruz, Yucatán y<br />
Chiapas hemos restaurado muchos conventos e iglesias, así como<br />
en Oaxaca, donde el Convento de Santo Domingo es ejemplo de<br />
estos esfuerzos. No es una tarea fácil darles seguimiento a todos<br />
estos proyectos y generar que el público los visite, pero verlos madurar<br />
es en lo personal muy satisfactorio. En este sentido, reitero<br />
que el éxito se basa en la constancia y en el trabajo. Puede haber<br />
buena suerte, que nunca está de más, pero si no hay trabajo ni<br />
constancia en lo que se anhela, el éxito nunca llegará. ●
26<br />
<strong>COMPROMISO</strong> <strong>SOCIAL</strong> mirador<br />
›HECTOR<br />
GARCIA<br />
FOTÓGRAFO DE<br />
LA LUZ; CRONISTA DE LA<br />
REALIDAD <strong>SOCIAL</strong><br />
Beatriz Palacios<br />
La obra de Héctor García, más allá<br />
de su labor como reportero gráfico,<br />
es reconocida por su visión comprometida<br />
con la sociedad, por ser<br />
testimonio de la marginación y la<br />
injusticia. Recorrió diversos países de Europa, África, Asia y América donde retrató desde los movimientos vallejista y del 68, hasta<br />
el asalto al Cuartel Moncada y los conflictos en Medio Oriente, entre muchos otros acontecimientos.<br />
Fiel cronista gráfico de todo lo que ha dejado huella en el acontecer de México y el mundo, el fotógrafo de la calle, como<br />
se le conoce, nació en la ciudad de México en 1923. Estudió en el Instituto Politécnico Nacional y en la Academia de Artes y<br />
Ciencias Cinematográficas, donde fue discípulo de Manuel Álvarez Bravo y Gabriel Figueroa.<br />
Desde 1945 trabajó como periodista gráfico para diversas publicaciones y agencias informativas de México y del extranjero,<br />
entre ellas Life y Paris Match, en las que tuvo ocasión de trabajar junto a Henri Cartier-Bresson, que a decir del propio Héctor<br />
García, fue “un verdadero gigante y pionero del fotorreportaje”.<br />
Sus imágenes han sido exhibidas en cerca de un centenar de exposiciones realizadas dentro y fuera del país y forman parte<br />
de importantes colecciones públicas y privadas, entre las que destacan la del Museo Nacional de Antropología e Historia y la del<br />
Museo de la Fotografía, en México, así como la de la Bibliothèque Nationale, en París; The Library of Congress, en Washington,<br />
y el Museo del Vaticano.<br />
Ha merecido en tres ocasiones el Premio Nacional de Periodismo; en 2002 le fue otorgado el Premio Nacional de Bellas<br />
Artes, el más alto reconocimiento que concede el gobierno mexicano, y en 2007, en el marco de la Feria Internacional del Libro<br />
de Guadalajara, le entregaron el Premio Nacional de Periodismo Cultural Fernando Benítez.<br />
Parte de esta obra se encuentra publicada en libros como Escribir con luz, Diego Rivera de carne y hueso, México sin retoque,<br />
Un día en la gran ciudad de México y Cámara oscura, entre otros, y a principios de 2008 comenzó a circular el volumen Chiles verdes,<br />
publicado por la UAM-Xochimilco, que es una selección realizada por Dionicio Morales de los textos que Héctor García escribió<br />
mes con mes desde hace más de una década en su columna del mismo nombre en la revista Gentesur, en la que abordó desde<br />
acontecimientos de actualidad histórica o cultural y el fenómeno de la fotografía, hasta un recorrido por las personalidades que<br />
conoció, con las cuales conservó una gran amistad.<br />
En la siguiente conversación, Héctor García, a quien Diego Rivera definió como “un excelente artista que expresa con<br />
emoción, belleza, plenitud de forma y profunda sensibilidad y comprensión humanas, la vida que lo rodea”, nos ofrece un acercamiento<br />
a su particular visión sobre su labor como fotógrafo.<br />
Adelantado a su<br />
tiempo<br />
El maestro Héctor García es un fotógrafo con olfato, con un tremendo<br />
instinto de oportunidad periodístico, y un innovador. Un ojo curioso lo<br />
define. Adelantado a su tiempo, creó nuevas publicaciones, una agencia y<br />
hoy su fundación. Con profunda admiración por su trabajo, le mando un<br />
abrazo fraterno.<br />
[ULISES CASTELLANOS. Testimonio recogido por<br />
JDA, el 18 de diciembre de 2008]<br />
Entre el progreso y el desarrollo, de Héctor García, ciudad de México, 1950.
ENTREVISTA CON HÉCTOR<br />
Y MARÍA GARCÍA<br />
ME INTERESA MOSTRAR LA<br />
REALIDAD <strong>SOCIAL</strong>:<br />
HÉCTOR GARCÍA<br />
¿Cómo podría definir la fotografía?<br />
La fotografía es luz. Pero el instante<br />
que viene con esa luz va a convertirse en algo<br />
que no sabemos, va a ser lo que le toque ser. Y<br />
con esa luz venimos todos.<br />
Cada fotografía es única, es algo que<br />
no puedo hacer de nuevo.<br />
¿Qué es lo que lo mueve a sacar<br />
la cámara y captar una imagen?<br />
Lo que siento en un instante, en mi<br />
corazón. Casi todo me interesa, pero sobre<br />
todo los niños.<br />
Tiene fotografías que son<br />
estéticamente muy bellas, pero<br />
al mismo tiempo muy crudas...<br />
Sí, y especialmente eso me interesa<br />
mostrar: la realidad social.<br />
En la entrada de su Galería-<br />
Fundación hay una escultura con<br />
la imagen de Niño en el vientre<br />
de concreto, ¿qué representa para<br />
usted esta fotografía?<br />
Es el instante en que nacemos, está<br />
diciendo “voy al mundo”. Es cuando el niño<br />
viene a la luz, viene a la vida, con dolor. Eso<br />
es lo que yo siento. Y esto te lo digo sólo a ti;<br />
es único. Tienes suerte.<br />
¿Cómo valora la creación de la<br />
Fundación donde está todo su<br />
trabajo reunido?<br />
Con esto le estoy dando a la humanidad<br />
la buena y la mala. Digo que vengo a<br />
trabajar. Los compañeros quieren también<br />
este edificio, porque es un lugar para trabajar<br />
juntos, para dar al mundo, a los niños y a los<br />
viejos, cosas maravillosas.<br />
¿Qué opinión tiene del trabajo de<br />
los jóvenes fotógrafos?<br />
Yo lo veo maravilloso, es muy bueno.<br />
En esta profesión tienen que sentir dolor en el<br />
pecho, en el corazón. Si sienten ese dolor, en ese<br />
momento la luz entra.<br />
Niño en el vientre de concreto, de Héctor García,<br />
ciudad de México, ca. 1953.<br />
En su libro Chiles verdes usted creó<br />
imágenes con palabras...<br />
¿Verdad que sí? Eso mismo es el libro.<br />
De todos los personajes que<br />
aparecen en su libro, y con los que<br />
tuvo una relación cercana,<br />
¿a quiénes recuerda especialmente?<br />
El Dr. Atl era un gran amigo y un artista<br />
extraordinario. Reía mucho. Lo conocí<br />
cuando yo era un niño y él me dio de comer;<br />
fue como si me dieran el pan de Dios. Cuando<br />
veo sus cuadros, sus paisajes, me dan ganas<br />
de llorar. Él tenía una luz especial. Todavía<br />
siento que su espíritu ronda por el Paricutín.<br />
Después de más de 60 años de<br />
labor como fotógrafo ¿se siente<br />
satisfecho con su trabajo y con los<br />
reconocimientos que ha recibido<br />
por ello?<br />
Sí, y disfruto los premios, porque puedo<br />
celebrar con mi familia y amigos con un<br />
trago y una buena comida.<br />
¿Le falta algo por hacer?<br />
Yo sigo trabajando. Siempre traigo<br />
mi cámara conmigo y tomo fotografías de<br />
todo lo que llama mi atención, y las mando<br />
a los periódicos para que se publiquen.<br />
Su formidable<br />
sensibilidad<br />
poética<br />
Trabajé muchos años al lado de Héctor y su mujer, María.<br />
Recuerdo haber sido testigo de las primeras fotos que<br />
tomó María, quien es también una gran fotógrafa. Esto fue<br />
hace muchísimo tiempo, y hoy seguimos siendo grandes<br />
amigos. Héctor siempre fue un fotógrafo muy atrevido, a tal<br />
grado que un día fuimos los dos a parar a la cárcel, porque<br />
unos policías no querían que Héctor tomara una foto y,<br />
cuando le iban a arrebatar la cámara, me la dio a mí para<br />
que la escondiera. De todos modos me la quitaron y nos<br />
detuvieron. Héctor me acompañó también muchas veces<br />
cuando entrevisté a Jesusa Palancares, y tomó bastantes<br />
fotografías. Por cierto, yo estuve presente cuando él realizó<br />
una de sus fotos más famosas, Niño en el vientre de<br />
concreto, pues el primer niño que se metió en el nicho<br />
fue mi hijo Mane, y después el papelerito al que Héctor<br />
inmortalizó con su formidable sensibilidad poética.<br />
[ELENA PONIATOWSKA. Testimonio<br />
recogido por JDA, el 9 de diciembre de 2008]<br />
Una nueva<br />
estética donde<br />
el centro es la<br />
preocupación<br />
social<br />
Sin duda estamos ante un fotógrafo extraordinario. Héctor<br />
tiene un sentido poco común para encontrar las imágenes<br />
realmente valiosas y en segundos dar con el ángulo y la luz<br />
adecuados. Es un artista natural, nació creador, la cámara<br />
fue inventada para él, es su instrumento esencial, o su arma<br />
de guerrero. En la fotografía está en su elemento. Nos ha<br />
mostrado al país en toda su desnudez y grandiosidad; lo<br />
que llama la atención es su sencillez, su modestia: parece<br />
no percatarse de su genio y de la importancia de su obra:<br />
renovó el fotoperiodismo y lo hizo un arte acabado,<br />
perfecto, sublime, una nueva estética donde el centro es la<br />
preocupación social.<br />
[RENÉ AVILÉS FABILA. Testimonio<br />
recogido por JDA, el 11 de diciembre de 2008]<br />
27
MARÍA GARCÍA Y LA FUNDACIÓN-<br />
GALERÍA: ESFUERZO Y HOMENAJE<br />
María García, esposa y compañera de profesión<br />
de Héctor García, se dio a la tarea de crear la<br />
Fundación-Galería que el maestro siempre había<br />
deseado, donde se pudiera conservar su legado fotográfico<br />
y mostrarlo a las nuevas generaciones. Con<br />
gran generosidad, la familia García invirtió en este<br />
proyecto todo su patrimonio para finalmente abrir<br />
las puertas de la Fundación al público el 28 de<br />
octubre de 2008.<br />
¿Cómo surge la Fundación Héctor<br />
García?<br />
Inicialmente Héctor no pensó en hacer<br />
una fundación, sino más bien una galería,<br />
y en una ocasión le dijo a una tía: “La harán<br />
cuando yo me muera”. En ese momento yo<br />
dije: “No. Es ahora o nunca”.<br />
La casa donde está la Fundación ya<br />
tenía muchos años que estaba en venta y nadie<br />
la compraba. Incluso Héctor<br />
intentó adquirirla en varias ocasiones,<br />
pero regateaba y no llegaba<br />
a un acuerdo con los dueños. Entonces<br />
un día fui a la casa con la<br />
intención de comprarla y justo en<br />
ese momento llegó otro cliente;<br />
pero yo insistí en que la quería y<br />
al final me la vendieron.<br />
Después pensé en sólo<br />
mandarla a pintar, pero una persona<br />
me dijo: “oye, si tienes un<br />
amigo que es fotógrafo y arquitecto,<br />
¿por qué no lo llamas?”<br />
Y así lo hice. Le dije a Enrique<br />
Villaseñor que había comprado<br />
la casa para hacer la galería que<br />
quería Héctor y su bóveda para<br />
guardar todos sus negativos. Platicamos<br />
varias ocasiones e hizo<br />
el proyecto, adaptándose al presupuesto<br />
mínimo con el que<br />
contábamos en ese momento.<br />
El resultado fue extraordinario;<br />
se le hicieron las<br />
adecuaciones necesarias a la casa<br />
y quedó como una galería de<br />
primer mundo. Jamás nadie pensó<br />
que yo podría lograr hacerlo con<br />
esta calidad.<br />
La Fundación es un<br />
proyecto totalmente mío, la inversión<br />
es nuestra, y voy a pedir<br />
apoyos para poder mostrar paulatinamente<br />
todo el material que<br />
28<br />
<strong>COMPROMISO</strong> <strong>SOCIAL</strong> mirador<br />
Una<br />
lección de<br />
compromiso<br />
y entusiasmo<br />
La obra de Héctor García es reflejo de la pasión<br />
por la vida. En varias décadas documentó la<br />
esencia de este país: movimientos sociales, la<br />
vida política y cultural, el México indígena, la vida<br />
cotidiana, entre otros temas. Su obra es memoria<br />
histórica para la presente y las futuras generaciones.<br />
Héctor García es maestro del llamado<br />
“Nuevo fotoperiodismo”, que inicia a finales de<br />
los años setenta. Es inspiración para la presente<br />
generación de fotógrafos documentales. En el<br />
futuro su pensamiento y su obra serán atinadamente<br />
difundidas por medio de la Fundación<br />
Héctor García. La fotografía de Héctor es una lección<br />
de compromiso y entusiasmo. El valor de su<br />
obra es incalculable.<br />
[MARCO ANTONIO CRUZ.<br />
Testimonio recogido por JDA, el 11<br />
de diciembre de 2008]<br />
tenemos y para cubrir otro tipo<br />
de necesidades; requerimos de un<br />
vigilante, una secretaria, muebles<br />
para conservar el material, en fin,<br />
una serie de cosas para que pueda<br />
funcionar adecuadamente.<br />
Este espacio es único. Sólo<br />
Cartier-Bresson tiene su galería en<br />
París, y ahora Héctor García tiene<br />
la suya. Es un lugar que merece y<br />
que se lo ganó con base en esfuerzo<br />
y trabajo, y en su arte y su genio.<br />
¿Qué actividades se<br />
realizarán en este espacio?<br />
Tengo muchos proyectos.<br />
Quiero hacer exposiciones de<br />
Manuel Álvarez Bravo, de Nacho<br />
López, de Gabriel Figueroa, y de<br />
todos los artistas de su época, de<br />
los que fueron sus maestros. También<br />
visitas guiadas para que la<br />
gente joven venga a conocer el<br />
trabajo de los grandes maestros,<br />
además de coloquios y cursos de fotografía de alto<br />
nivel. Estoy trabajando en todo eso, a ver qué logro<br />
hacer. Pero si ya tuve la fuerza de comenzar y todo me<br />
ha salido así de bien, pues voy a seguir.<br />
Además vamos a tener una exposición permanente<br />
de Héctor. Ahora están expuestos los<br />
iconos que él escogió, pero pienso cambiarla periódicamente,<br />
porque lo que se conoce de su trabajo<br />
es mínimo. Tengo exposiciones de China, Europa,<br />
Japón, Sudamérica, Medio Oriente, y muchas cosas<br />
de México que deben difundirse, y así mostrar el<br />
país que él vio.<br />
Ciudad de México, de Héctor García, ca. 1958.<br />
Héctor García es autor de imágenes<br />
memorables, como la de Siqueiros en<br />
Lecumberri, que incluso motivó a Pablo<br />
Neruda a escribirle un poema. Entre esas<br />
miles de fotografías, ¿hay algunas que<br />
tengan especial significado?<br />
A Héctor le gusta fotografiar todo, pero especialmente<br />
lo que es injusto, lo que con su foto puede<br />
hacer reaccionar a la gente. Le gusta mucho la fotografía<br />
de los niños, incluso hubo una exposición a<br />
la que después le pusieron Los hijos de Héctor García, y<br />
dentro de éstas están Paso a la luz, que es una niña que<br />
va cruzando una puerta, Niño en el vientre de concreto<br />
y Ése soy yo, que es un niño comiéndose un taco, que<br />
André Malraux calificó como la imagen más cruel de<br />
nuestra historia. También hay otra foto, el Zapatista,<br />
de la que Elena Poniatowska dijo que la única tierra<br />
que ganó ese hombre es la que tiene en las arrugas.<br />
Héctor tiene un ojo increíble, único, y en una sola<br />
foto lo dice todo. ●
30<br />
MEDITACIONES<br />
›¿LA ERA<br />
POSIDENTITARIA?<br />
Detalle de Fiesta de Día de Muertos, de Héctor García, Janitzio, Michoacán, ca. 1952.<br />
Ilán Semo<br />
En 2008, los censos estadísticos confirmaron dos<br />
tendencias que eran predecibles.<br />
Según el recuento que realiza cada año<br />
ARDA (The Association of Religion Data Archives),<br />
los estadounidenses han ido cambiando de credos<br />
e identidades religiosas en los últimos tiempos. Los católicos<br />
y los musulmanes son las “minorías” que han crecido con<br />
mayor rapidez. En una demografía que subdivide a las “profesiones<br />
de fe” en varios centenares de ritos e iglesias —tan<br />
sólo los protestantes están fragmentados en varias decenas de<br />
“cultos”— ya representan en algunos estados de la Unión<br />
“mayorías relativas” en el conjunto total de los creyentes.<br />
Aunque parezca paradójico, el universo del protestantismo<br />
tiene un rasgo en común con el islam: son religiones<br />
insulares, ninguna de ellas alberga un poder o una autoridad<br />
central. Sus creyentes se distribuyen en miles de fragmentadas<br />
comunidades que se distinguen y diferencian no sólo por<br />
sus rituales y vocaciones sino (sobre todo) por sus inclinaciones<br />
políticas y sus afinidades ideológicas. Sin embargo, la<br />
distancia entre ambas es abismal: el islam es (en cierta manera<br />
al igual que el catolicismo) una variante del politeísmo, es<br />
decir, un credo constituido por una multitud de deidades.<br />
Los registros censales muestran también que el símbolo<br />
que congrega hoy en Estados Unidos al mayor número<br />
relativo ascendente de adherentes pertenece al catolicismo:
la Virgen de Guadalupe. Entre los católicos que emigran de<br />
América Latina y los nuevos adherentes que provienen de<br />
las más disímbolas identidades (11% en total), el guadalupanismo<br />
se ha convertido en un credo central en parte del<br />
abigarrado mosaico religioso de Estados Unidos.<br />
La otra estadística reveladora confirma el crecimiento<br />
del protestantismo en México. Los números varían<br />
de censo en censo. Pero en 2008, cuando menos 18% de<br />
todos los creyentes (casi uno de cada cinco) habían optado<br />
por alguno de los diferentes cultos de sus congregaciones<br />
(en 1980 sumaban tan sólo 7%).<br />
Visto desde la perspectiva de sus prácticas y sus<br />
rituales, el guadalupanismo born in USA tiene poco o<br />
nada que ver con el guadalupanismo mexicano. En Los<br />
Ángeles o en Tucson, Guadalupe es una virgen que cada<br />
comunidad se apropia a partir de fusiones culturales locales<br />
y rituales inéditos que no pasan necesariamente por<br />
la sanción de la Iglesia. De igual manera, los códigos y la<br />
experiencia del protestantismo en México se asemejan<br />
más a los del catolicismo que a los que marcaron su diseminación<br />
original.<br />
Hablar por ello<br />
de la “latinización” de la<br />
cultura estadounidense<br />
o de la “norteamericanización”<br />
de la cultura<br />
mexicana es en cierta<br />
manera un anacronismo.<br />
Lo único que se<br />
podría aventurar es que<br />
nos hallamos frente al<br />
nacimiento de nuevas<br />
religiones, que han perdido<br />
gradualmente los<br />
nexos con su origen.<br />
Términos como los de<br />
“mestizaje”, “sincretismo”<br />
o “hibridación”, que aluden a un universo semántico y<br />
conceptual de una era donde la producción de culturas nuevas<br />
se entendía como una reformulación de las ya instituidas,<br />
se han vaciado prácticamente de sentido. Simplemente ya no<br />
logran describir lo que se proponían desdibujar, ni tampoco<br />
expresar lo que debían expresar.<br />
La razón es sencilla y compleja a la vez: vivimos en<br />
un mundo donde las identidades cambian, mutan, desaparecen<br />
o se reformulan con mayor rapidez que el tiempo que<br />
requieren para convertirse en hábitos consumados o formas<br />
sociales duraderas. Mucho antes de que una comunidad<br />
logre producir referentes estables, rituales predecibles y memorias<br />
instituidas, el cambio impredecible de su espacio de<br />
experiencia habrá de sustraer los fundamentos que permiten<br />
transferir una cultura de una generación a la siguiente.<br />
Lo único seguro es que los hijos se educarán en un mundo<br />
radicalmente distinto al de los padres. Y el malestar que esto<br />
produce todavía no tiene formas de ser superado.<br />
Hoy las únicas identidades que logran sortear los<br />
retos de su sobrevivencia son en cierta manera las aidentidades,<br />
las no-identidades, que se muestren capaces de mutar,<br />
transformarse y reciclarse hasta volverse irreconocibles para<br />
sí mismas.<br />
La producción actual de identidades se ha convertido<br />
en un ejercicio aleatorio de elecciones y decisiones<br />
que define a sus sujetos como pasajeros no de un tren que<br />
nunca se puede desabordar, como sucedía hasta hace dos<br />
décadas, sino compañeros fortuitos de viaje que van de<br />
una estación a otra para cambiar de trenes que los conectan<br />
con redes que se acoplan y desacoplan, cuyo único<br />
sentido es simplemente no quedarse fuera del tren o sin<br />
tren alguno.<br />
Un estudio reciente sobre la tipología de los géneros<br />
(a diferencia del binomio de los sexos) tal y como<br />
aparece en los anuncios clasificados personales en Estados<br />
Unidos logró hacer un recuento de 48 identidades<br />
distintas: heterosexuales monogámicos, heterosexuales<br />
poligámicos, heterosexuales unirraciales, heterosexuales<br />
multirraciales, bisexuales monogámicos, bisexuales<br />
Vivimos en un mundo donde<br />
las identidades cambian, mutan,<br />
desaparecen o se reformulan<br />
con mayor rapidez que el tiempo<br />
que requieren para convertirse<br />
en hábitos consumados o<br />
formas sociales duraderas.<br />
multigámicos, homosexuales unirraciales, homosexuales<br />
multirraciales, etcétera, etcétera. El artículo asegura que<br />
este recuento sólo es válido para el año 2006, porque<br />
seguramente en los próximos años las “identidades de género<br />
serán muy distintas”.<br />
Las antiguas identidades están definidas por conceptos<br />
como “el mestizaje” o las “culturas híbridas” han<br />
devenido en un proceso incesante de producción y destrucción,<br />
de constitución y disolución de culturas fusión<br />
que no aguardan (ni pueden aguardar) el futuro predecible<br />
y supuestamente estable que les prometían las signaturas<br />
culturales de la era moderna.<br />
Acaso lo que observamos es el paso a una era<br />
posidentitaria, en que las apelaciones identitarias se han<br />
vuelto líquidas, es decir, apelaciones que no logran asegurar<br />
su forma durante un tiempo duradero.<br />
¿Tendrá el concepto de identidad algún sentido<br />
todavía? ●<br />
31
32<br />
EXAMEN<br />
›¿Y POR QUE<br />
EL 68 NO SE<br />
OLVIDA?...<br />
…Porque el Movimiento<br />
Estudiantil de 1968<br />
fue el parteaguas de la inacabada transición<br />
a la democracia. Impactó tanto porque<br />
llegó de sorpresa. Se sabía que había algunas<br />
inconformidades, pero nadie anticipaba<br />
su profundidad y amplitud. El gobierno<br />
aplastó las movilizaciones, pero fue incapaz<br />
de frenar las fuerzas que siguieron carcomiendo,<br />
sin destruirlo del todo, al viejo régimen.<br />
Sustentaré la afirmación con cinco enunciados<br />
que se relacionan, de diferentes maneras,<br />
con la lentísima jornada hacia un régimen<br />
democrático.<br />
Sergio Aguayo Quezada
EXORCIZANDO AL MIEDO<br />
Aquellos meses hicieron trizas el mito de que la pasividad forma<br />
parte integral del DNA mexicano. Retrocedamos en el tiempo.<br />
Durante el siglo XX los fraudes, la represión y los silencios habían<br />
alimentado la pasividad. Uno de los aspectos más terribles del<br />
fraude de 1929, escribió Mauricio Magdaleno, fue “salir sin el<br />
menor disimulo a la calle y hablar y gritar rabiosamente nuestra<br />
desesperación. Nadie nos hizo caso, como si lo de 1929 no hubiese<br />
existido nunca”. Lo mismo sucedió en 1952 cuando, según<br />
Carlos Martínez Assad, la “vergüenza de la derrota les hizo seguir<br />
[a los henriquistas] la conspiración silenciosa impuesta por los<br />
vencedores”.<br />
El viejo régimen era muy hábil en el manejo de la fuerza<br />
y el castigo. Las reglas eran difusas, y variaban con el gobernante<br />
en turno, pero todas y todos traían grabado, en su epidermis y<br />
en la profundidad del inconsciente, la existencia de límites, y las<br />
consecuencias pagadas por quien los trasgredía. Primero venía la<br />
advertencia amable seguida por algún coscorrón entre hostil y<br />
amistoso, el cual podía convertirse en golpiza para escalar y llegar,<br />
en casos extremos, a la tortura, la desaparición y la masacre.<br />
El 68 le dio una estocada directa al miedo; durante poco más<br />
de tres meses, las calles fueron<br />
tomadas por centenares de miles<br />
de personas que proclamaban<br />
sus ilusiones y/o vociferaban sus<br />
frustraciones. Aquella generación<br />
tenía un dilema…<br />
¿BALAS O VOTOS?<br />
En el 68 se expresaron dos propuestas<br />
sobre el método a seguir<br />
para combatir al autoritarismo.<br />
Por un lado estaban los convencidos,<br />
en izquierda y derecha, de que la violencia era la única<br />
vía dejada por un gobierno intolerante y represor. Esa corriente<br />
se enfrentó al aparato represor que reaccionó con una violencia<br />
que provocó la Guerra Sucia.<br />
Una aclaración antes de seguir adelante. Como la insurgencia<br />
armada de aquellos años salió de organizaciones de<br />
izquierda, hay la creencia de que la vía armada es patrimonio<br />
exclusivo de esa corriente. No es el caso. Luis H. Álvarez menciona<br />
en sus memorias los esfuerzos que debieron hacer para<br />
contener, en diferentes momentos, a los panistas que se inclinaban<br />
por el recurso de la violencia.<br />
En el 68 salió el rencor acumulado. Los estudiantes<br />
le mentaron la mano, ¡en público!, al presidente, quien les respondió<br />
en sus memorias con un sonoro “hijos de la chingada”.<br />
Sin embargo, cuando se revisan los múltiples desplegados elaborados<br />
durante aquellos meses, es evidente que la mayoría de<br />
quienes protestaban deseaban un cambio pacífico, que transformara<br />
a México en país democrático. Entre sus representantes<br />
más preclaros estaría el rector de la UNAM, Javier Barros Sierra,<br />
quien protestó por la violación de la autonomía universitaria, y<br />
encabezó una marcha contra la violencia gubernamental legitimando,<br />
así, la toma de las calles, y sentando las bases para una<br />
alianza entre estudiantes y profesores. Pero el movimiento del<br />
68 se conecta con las luchas por la democracia, electoral y participativa,<br />
a través del pliego petitorio de seis puntos presentado<br />
al gobierno. En otras palabras, la radicalidad del 68 estuvo en la<br />
exigencia de “un ‘transitorio’, que señalaba el medio por el cual<br />
debían solucionarse las seis demandas: diálogo público”.<br />
En lugar de la solemnidad, el secreto y las medias palabras<br />
propias del sistema político, la juventud exigía una transparencia<br />
total, absoluta, irreverente, subversiva. Una petición salida<br />
de asambleas multitudinarias donde se practicaba la democracia<br />
participativa, media hermana de la democracia electoral o representativa.<br />
En 2009 mantienen la misma exigencia.<br />
LA EMANCIPACIÓN DE INTELECTUALES<br />
Y PERIODISTAS<br />
El movimiento del 68 retó a los intelectuales y a los medios<br />
de comunicación. La mayoría se plegó a las directrices del<br />
régimen, pero hubo una minoría de académicos y periodistas<br />
que ejercieron su independencia e iniciaron una colaboración<br />
que se fue retroalimentando y haciendo posible un ingrediente<br />
indispensable de la democracia: la libertad de expresión.<br />
En 2009 persiste la tentación<br />
de la violencia y seguimos<br />
esperando que la democracia<br />
funcione y que los partidos<br />
representen nuestros intereses.<br />
“A principios de agosto de 1968 —escribe el director<br />
de Excélsior, Julio Scherer— y en ascenso el movimiento estudiantil,<br />
Daniel Cosío Villegas se aproximó al diario. De la manera<br />
más natural me hizo saber su deseo de incorporarse a la sección<br />
editorial de Excélsior”. Y desde esas páginas Cosío Villegas y<br />
otros empezaron a criticar al poder convirtiéndose en uno de<br />
los paradigmas a seguir demostrando, en la práctica, la posibilidad<br />
de disentir… y sobrevivir. Fue uno de los espaldarazos más<br />
estratégicos a la vía pacífica.<br />
LA FRACTURA EN EL INTERIOR<br />
DEL APARATO DE SEGURIDAD<br />
El 2 de octubre en Tlatelolco hubo una masacre desencadenada<br />
por un grupo de francotiradores que dispararon desde las alturas;<br />
el ejército fue acusado en diversos sectores de asesinar a<br />
inocentes.<br />
La crítica caló fuerte en el interior de las fuerzas armadas<br />
que hicieron saber, de manera discreta, pero inequívoca,<br />
que habían sido metidos en una trampa. En 1970 el teniente<br />
coronel Manuel Urrutia publicó un libro interesantísimo<br />
porque incluye entrevistas con el entonces secretario de la<br />
33
34<br />
EXAMEN<br />
Defensa, Marcelino García Barragán, entre otros militares.<br />
Ninguno culpó a los estudiantes de ser los francotiradores, todos<br />
hablaban de una emboscada y sólo insinuaron la identidad<br />
de los iniciadores del caos.<br />
Años después Julio Scherer García y Carlos Monsiváis<br />
aclararon el misterio cuando publicaron un texto del<br />
ex secretario de la Defensa, Marcelino García Barragán. Los<br />
francotiradores formaban parte de una maquinación siniestra:<br />
Gustavo Díaz Ordaz le ordenó a su jefe del Estado Mayor Presidencial,<br />
el general Luis Gutiérrez Oropeza, que enviara a un<br />
grupo de guardias presidenciales a los edificios que todavía rodean<br />
la Plaza de las Tres Culturas. Llevaban la orden de disparar<br />
En el 68 se expresaron<br />
dos propuestas sobre el método<br />
a seguir para combatir al<br />
autoritarismo.<br />
contra la multitud para, de esa manera, culpar a los estudiantes<br />
de iniciar la balacera y justificar, así, la detención de los líderes<br />
del movimiento, y el despliegue de la fuerza que acabaría con<br />
las protestas. Díaz Ordaz ya había aplicado el mismo esquema<br />
en Chilpancingo y San Luis Potosí; pero en Tlatelolco se descarriló<br />
el plan y la historia tomó un rumbo no anticipado.<br />
LA RUPTURA DEL CONTROL INFORMATIVO<br />
Y LAS FISURAS DE LA COMUNIDAD<br />
INTERNACIONAL<br />
Días antes del 2 de octubre los estudiantes se habían enfrentado en<br />
Tlatelolco a las fuerzas de seguridad, y es posible que en la planificación<br />
de la masacre el gobierno hubiera anticipado la misma<br />
belicosidad.<br />
Sin embargo, la tarde del 2 de octubre el movimiento<br />
estudiantil mostró su expresión pacífica, mientras que la violencia<br />
gubernamental fue difundida por el mundo entero. No<br />
contaban con que en la Plaza de las Tres Culturas habría, esa<br />
tarde, a través de 14 agencias noticiosas internacionales, 20<br />
corresponsales y 62 enviados de medios extranjeros que coincidieron<br />
en el salvajismo y la barbarie oficiales.<br />
Se tambaleó la historia oficial sobre un enfrentamiento<br />
entre estudiantes agresivos y las fuerzas encargadas de mantener el<br />
orden. La versión gubernamental terminaría de hacerse pedazos<br />
con la publicación de varios libros entre los cuales destacan Los<br />
días y los años de Luis González de Alba y La noche de Tlatelolco<br />
de Elena Poniatowska. Desde otra perspectiva, la interacción de<br />
los líderes estudiantiles con los medios internacionales sería otra<br />
etapa en el proceso de apertura al mundo y subrayaría la importancia<br />
para la oposición de presentar sus puntos de vista en el<br />
exterior. Nunca antes había pasado algo igual.<br />
El 2 de octubre traería consecuencias muy importantes<br />
para la transición. Buena parte de la sociedad capitalina<br />
rechazó el uso de las armas, y cambió su opinión sobre el<br />
presidente a raíz de ese hecho. De acuerdo con un raro par<br />
de encuestas ordenadas por Gobernación, antes de Tlatelolco<br />
el 60% de los capitalinos calificaba al presidente como un<br />
gobernante “comprensivo”; la cifra cayó a un 10% después<br />
del hecho. Por el 2 de octubre, el 50% calificó al presidente<br />
como “rígido”. Una conclusión es inevitable: la población no<br />
deseaba la violencia.<br />
El hecho también modificó la actitud de las fuerzas armadas.<br />
Por la emboscada en Tlatelolco el ejército se embarcó en<br />
una revolución silenciosa, durante<br />
la cual revisó su misión, y em-<br />
pezaron a negarse a ser utilizados<br />
como represores de manifestantes<br />
pacíficos. Con la enorme lentitud<br />
de algunos cambios históricos,<br />
las fuerzas armadas dejaron de<br />
hacer las funciones de policía<br />
política y empezaron a dialogar<br />
con personajes representativos de<br />
la sociedad. Eso iría reduciendo la<br />
utilización de la fuerza gubernamental<br />
para enfrentar conflictos políticos.<br />
La masacre de aquella tarde empujó a la insurrección<br />
a miles de jóvenes convencidos de que la vía pacífica era un<br />
callejón sin salida. Pero incluso ellos terminarían contribuyendo<br />
a la transición pacífica. La guerrilla mexicana quería derrocar al<br />
régimen pero tenía escasísimas posibilidades de tener éxito. Sus<br />
casi dos mil combatientes estaban divididos, tenían poca capacidad<br />
militar y una desigual preparación ideológica. La base social<br />
de la guerrilla urbana era frágil; la rural tenía un mayor respaldo<br />
popular pero operaba en regiones aisladas de un solo estado.<br />
Finalmente, era una insurgencia ignorada por la izquierda mundial<br />
que prefirió dar el espaldarazo a las autoridades mexicanas.<br />
En síntesis, la guerrilla mexicana nunca fue una amenaza real a<br />
la seguridad del Estado.<br />
Pese a ello, el gobierno aplastó a la insurgencia con un<br />
excesivo uso de la fuerza y violó masivamente los derechos humanos.<br />
La tragedia humanitaria se facilitó por la indiferencia<br />
de la sociedad mexicana y la comunidad internacional que,<br />
con unas cuantas excepciones, sancionó implícitamente la brutalidad<br />
empleada por el Estado mexicano. Todos estos hechos<br />
desencadenaron una revolución pacífica a favor de los derechos<br />
humanos; con el tiempo esta sería una de las columnas tras la<br />
exigencia de elecciones libres y confiables.<br />
Hubo éxito y vino la alternancia sin que la democracia<br />
funcionara del todo. En 2009 persiste la tentación de la violencia y<br />
seguimos esperando que la democracia funcione y que los partidos<br />
representen nuestros intereses y… también hay avances que reportar:<br />
la represión se ha reducido y hay espacios para ejercer libertades<br />
básicas y siguen utilizándose los métodos pacíficos para hacer posible<br />
la aspiración de los centenares de miles de jóvenes que salieron a la<br />
calle en 1968. Dicho esto, buena parte de esas aspiraciones siguen sin<br />
ser satisfechas; por eso es que el 68 no se olvida. ●
36<br />
<strong>COMPROMISO</strong> <strong>SOCIAL</strong> palabra viva<br />
› LITERATURA,<br />
PERIODISMO Y<br />
REALIDAD <strong>SOCIAL</strong><br />
ENTREVISTA CON ELENA PONIATOWSKA<br />
Juan Domingo Argüelles<br />
Nacida en París el 19 de mayo de 1932, Elena Poniatowska Amor llegó a México a los<br />
diez años de edad. Mexicana por herencia y por residencia, muy joven se inició en el<br />
periodismo y, casi inmediatamente después, en la literatura. Su obra tanto periodística<br />
como literaria está estrechamente vinculada al compromiso social, desde sus<br />
primeros escritos que datan de 1953.<br />
En 1954 publicó su primer libro,<br />
Lilus Kikus, un breve volumen de<br />
cuentos, y en 2006 El tren pasa primero,<br />
inspirado en la lucha social de los<br />
ferrocarrileros mexicanos, que obtuvo<br />
un año después el Premio Internacional<br />
de Novela Rómulo Gallegos.<br />
Autora de una vasta obra literaria y<br />
periodística, ha cultivado el cuento, la<br />
novela, el reportaje, la crónica, el ensayo,<br />
la entrevista y la poesía. Además<br />
de los ya mencionados, son sobresalientes<br />
sus libros Todo empezó en<br />
domingo (1960), Hasta no verte Jesús<br />
mío (1969), La noche de Tlatelolco<br />
Elena Poniatowska (al centro), con su madre y su hija. Fotografía de Rogelio Cuéllar.<br />
(1971), De noche vienes (1979), Fuerte<br />
es el silencio (1980), ¡Ay vida, no me mereces! (1985), La Flor de Lis (1988), Nada, nadie: las voces del<br />
temblor (1988), Tinísima (1992), Luz y luna, las lunitas (1994), La piel del cielo (2001) y Rondas de la<br />
niña mala (2008). Entre 1990 y 2003 reunió, en ocho volúmenes, sus entrevistas con personalidades<br />
del arte y la cultura, con el título general Todo México.
¿Cómo asume Elena Poniatowska,<br />
desde la literatura, el compromiso<br />
social?<br />
Siempre me impresionó lo que decían<br />
de José Revueltas, a quien todos queríamos y<br />
admirábamos: que no había sido un gran escritor,<br />
a pesar de su indudable talento, porque<br />
entregó más tiempo a los compromisos sociales<br />
y políticos que a la literatura; que de haberse<br />
dedicado más a la escritura y menos a la política,<br />
hubiera sido un gran escritor. Y creo que, de algún<br />
modo, esto es cierto.<br />
En mi caso, yo nunca he partido de la<br />
premisa de que soy o que quiero ser una gran<br />
escritora, y ello quizá se deba a que mis inicios<br />
en la escritura se dieron en el periodismo.<br />
No negaré, sin embargo, que me gustaría escribir<br />
una gran novela, como supongo que lo<br />
desea todo novelista, del mismo modo que,<br />
supongo, un poeta ambiciona escribir un gran<br />
poema. Por supuesto, desearlo es una cosa, y<br />
conseguirlo, otra.<br />
Escribir ha sido mi vida. El periodismo<br />
me llevó a la escritura<br />
diaria, sin más pretensiones<br />
que informar y<br />
decir, en una nota, en<br />
un reportaje, en un<br />
artículo, en una entrevista,<br />
algo útil a los<br />
lectores. La literatura<br />
es, desde luego, muy<br />
diferente. Escribir una<br />
novela es un acto de<br />
soledad, y debo decir<br />
que me aterra mucho<br />
la soledad ante<br />
la mesa de trabajo.<br />
La gran aventura empieza<br />
sobre esa mesa<br />
donde hay papeles<br />
de diversos temas y,<br />
de repente, el tema<br />
que buscamos surge<br />
de lo impalpable; no<br />
de lo que está en la<br />
mesa, sino de lo que está en nuestra memoria<br />
y en nuestra inteligencia. Esto no quiere<br />
decir que, cuando escribimos una novela, no<br />
esté presente en nosotros la tragedia diaria de<br />
la realidad.<br />
¿Cómo juzgas hoy tu profesión<br />
periodística?<br />
Tal y como lo he conversado varias<br />
veces contigo y con otras personas, yo he<br />
hecho periodismo sin parar, durante casi toda<br />
mi vida. Llevo 55 años en los periódicos. Creo<br />
que fue Chateaubriand el que dijo que para<br />
escribir literatura se requerían manos limpias y<br />
tranquilidad, para que estés en contacto contigo<br />
mismo. En cambio, el periodismo es como<br />
escribir en una estación del ferrocarril, llena de<br />
ruido y de trajín.<br />
Respecto de tu novela-biografía<br />
Hasta no verte Jesús mío, ¿cómo<br />
llega a ti Jesusa Palancares o de<br />
qué modo llegas tú a ella, para<br />
reconstruir la historia de ese<br />
personaje popular tan entrañable?<br />
Ése es un regalo de Dios; de la divina<br />
providencia. Jesusa es una mujer a la que yo<br />
oí hablar y me pareció maravilloso lo que<br />
platicaba y cómo lo decía: la fuerza con la que<br />
expresaba las cosas y cómo las sentía. Trabajaba<br />
de lavandera y tenía una gran sabiduría.<br />
Además, me llamó mucho la atención el que<br />
hubiese sido soldadera y conocido a Zapata y<br />
a Carranza. La busqué para que me platicara<br />
de su vida, con un enorme miedo de que ella<br />
se negara a conversar o que me rechazara. Y<br />
fue esto, exactamente, lo que pasó. Se negó a<br />
hablar, me rechazó, y sólo me aceptó, tiempo<br />
después, luego de ponerme a prueba. Me<br />
pidió que sacara a asolear sus gallinas a la calle<br />
y que lavara los overoles que ella tenía que<br />
lavar: unas prendas tan sucias, tan percudidas<br />
que parecían de cartón; y lo tenía que hacer<br />
sobre una tablita, en su pequeño cuarto,<br />
porque ella no quería ir a los lavaderos. Me<br />
decía: “¡Usted es una catrina de esas que no<br />
sirven para nada!”.<br />
Luego de mucho insistir y después<br />
de haber pasado por todas esas pruebas,<br />
acabó aceptándome, entre refunfuños y, con<br />
el tiempo, poco a poco, nació cierto cariño.<br />
Las primeras veces ni siquiera me invitaba<br />
a pasar, y cuando yo iba acompañada por<br />
ejemplo de Héctor García o le comentaba<br />
que algunas amigas querían conocerla, rápido<br />
atajaba: “Ya no me ande trayendo tanta gente,<br />
ni que no tuviera quehacer”. Yo siempre<br />
he dicho que Hasta no verte Jesús mío es un<br />
relato que le pertenece a ella. Yo quería que<br />
el libro apareciera con su nombre y con el<br />
mío, en coautoría, pero ella me dijo que no,<br />
y me dio el siguiente argumento: “Usted no<br />
entiende ni la mitad de lo que yo le cuento”.<br />
Era muy enojona, inconforme, rejega, brava.<br />
Su nombre verdadero era Josefina Bórquez y<br />
yo se lo cambié a Jesusa Palancares. Por Jesús,<br />
obviamente.<br />
¿Crees en Dios?<br />
Recuerda que yo me eduqué en un<br />
convento de monjas en Estados Unidos, el<br />
Convento del Sagrado Corazón de Jesús, y<br />
antes tuve también una educación religiosa,<br />
pero yo creo que lo que más me ha marcado<br />
es la fe: la mía y la de los otros. Por ejemplo,<br />
la fe que ponía en Dios mi nana Magdalena<br />
Castillo, y la fe de mi mamá (Paulette Dolores<br />
Amor) que, aunque no era una mujer muy<br />
religiosa, al final de su vida supo aguantar,<br />
gracias a su fe, la muerte de su hijo, mi hermano<br />
Jan, que murió a los 21 años de edad y a<br />
quien yo dedico, precisamente, Hasta no verte<br />
Jesús mío. Mi madre se liberó del sufrimiento<br />
cuando, en un acto de fe, concluyó que Jan<br />
había partido a una mejor vida y que, quizá,<br />
si se hubiera quedado a vivir sobre esta tierra<br />
hubiera padecido mayores penas, mayores<br />
sufrimientos.<br />
¿Qué me dices de La noche de<br />
Tlatelolco luego de cuarenta años?<br />
Lo veo del siguiente modo: he escuchado<br />
muchas veces que los jóvenes de hoy<br />
no son iguales que los de hace cuarenta años,<br />
en cuanto a la natural rebeldía y la oposición<br />
a la injusticia y al autoritarismo. Según esto,<br />
los jóvenes de antes eran mucho más combativos.<br />
Pero no es verdad. Los jóvenes siguen<br />
siendo combativos y se oponen con valentía<br />
al autoritarismo y a la injusticia.<br />
En este sentido, ¿La noche de<br />
Tlatelolco sigue vigente?<br />
En estos últimos meses eso se ha<br />
hecho más evidente, por las conmemoraciones<br />
de los cuarenta años del movimiento<br />
estudiantil. Cuatro décadas después, se ha reactivado<br />
el interés por el esclarecimiento de<br />
la historia; han aparecido nuevos testimonios<br />
y se han desclasificado documentos, se han<br />
escrito nuevos libro s, entre ellos uno espléndido<br />
de Carlos Monsiváis, El 68, la tradición<br />
de la resistencia. En general, hay mucha más<br />
información: documentales, conferencias, entrevistas<br />
con los líderes, rescate de material<br />
fotográfico y filmado de gente que ya murió,<br />
como Leobardo López Arreche. No hay duda:<br />
el 68 sigue vivo.<br />
¿Hemos estado perdiendo la<br />
memoria histórica en México?<br />
Sí, eso creo. En general, los ricos, los<br />
políticos, los grandes empresarios, siempre<br />
tienen alguien a su servicio que escribe sobre<br />
sus vidas. Hay libros sobre Ruiz Cortines, López<br />
Mateos, Carlos Slim, etcétera, pero acerca<br />
de los héroes populares o los próceres sociales<br />
se escribe siempre muy tarde, si es que se<br />
escribe. Hay muchos que se quedan en la oscuridad,<br />
casi en el olvido. Por eso los jóvenes<br />
no saben quién fue Demetrio Vallejo.<br />
37
<strong>COMPROMISO</strong> <strong>SOCIAL</strong> palabra viva<br />
El país que yo deseo es uno en el que<br />
no haya tan gigantesco abismo entre una<br />
clase social y otra, entre el mundo de los<br />
que tienen mucho y el mundo de los que<br />
no tienen nada o casi nada.<br />
¿Cuál es el país que deseas?<br />
Esto lo tengo muy claro: el país que yo<br />
deseo es uno en el que no haya tan gigantesco<br />
abismo entre una clase social y otra, entre el<br />
mundo de los que tienen mucho y el mundo<br />
de los que no tienen nada o casi nada. El<br />
México que yo deseo es ese en el que todo<br />
el mundo se vaya a dormir habiendo comido<br />
más o menos lo mismo, y en el que no haya<br />
tantas injusticias como las que vemos a<br />
diario: un México en el que todos alcancen<br />
escuela y universidad, y en el que haya salud<br />
y bienestar para todos. Hoy es más que<br />
evidente que habitamos un país donde un<br />
sector privilegiado ignora, casi por completo,<br />
o tal vez finge ignorar, las circunstancias tan<br />
desfavorables en las que vive la gran mayoría<br />
de los mexicanos.<br />
¿Qué tan importante es, en este<br />
proceso de cambio, el desarrollo<br />
educativo para alcanzar ese país<br />
deseado?<br />
Muy importante, por supuesto. La<br />
educación debería ser para todos, pero desde<br />
luego en México la educación es un privilegio,<br />
porque todavía existe mucha gente que<br />
no sabe leer ni escribir o que pertenece a<br />
esa enormidad del analfabetismo funcional.<br />
No te estoy diciendo nada nuevo, porque<br />
tú mismo has estudiado este tema y sabes a<br />
lo que me refiero. Lo terrible es que, desde<br />
mi punto de vista, en este ámbito no hemos<br />
avanzado demasiado desde que José Vasconcelos<br />
repartió los clásicos universales en todo<br />
el país, incluido el México rural.<br />
Desde tu posición de escritora, ¿cómo<br />
entiendes el compromiso social?<br />
El primer compromiso de un escritor<br />
es escribir bien, porque si un escritor hace las<br />
cosas mal a nadie le sirven. Para un escritor,<br />
es importante que sus libros se puedan leer<br />
y despierten algún interés y quizá alguna<br />
reflexión. Sin embargo, en un país como el<br />
nuestro es muy difícil, incluso para un escritor,<br />
apartarse del compromiso social, porque la<br />
38<br />
realidad exterior está también en tu casa, se<br />
adentra en tu vida, te mira hacer el amor,<br />
comer, dormir; se te planta en frente. Entonces,<br />
¿cómo puedes escribir una novela, un cuento<br />
o un poema, exclusivamente sobre tus estados<br />
de ánimo, sobre tu intimidad, cerrando los<br />
ojos ante la realidad cuando, por ejemplo, ha<br />
ocurrido un terremoto o te percatas que hay<br />
mucha gente que vive hacinada y sin comer,<br />
muriéndose de frío, pasando mil penalidades,<br />
etcétera? En este sentido, aunque el primer<br />
compromiso del escritor sea el de escribir<br />
bien, también es válido que en situaciones<br />
como las que describo, ese escritor guarde<br />
incluso su máquina, su computadora o su<br />
bolígrafo y vea en qué puede ser más útil, o<br />
bien utilice esas mismas herramientas para un<br />
fin menos privado.<br />
¿En qué momento percibiste<br />
la injusticia social en México?<br />
Creo que el hecho de no haber nacido<br />
en México, de haber llegado aquí a los<br />
10 años de edad, me dio una conciencia de<br />
la injusticia social que quizá no me parecía<br />
tan obvia en los años cuarenta, a pesar de que<br />
ya me percataba, desde la infancia, que, en<br />
la calle, había muchos niños y muchas niñas<br />
sin zapatos y con andrajos por toda vestimenta.<br />
Desde que llegué a México percibí<br />
que la pobreza se miraba también en la cara,<br />
porque a una niña como yo, de clase privilegiada,<br />
a la que nunca le faltó nada —y creo que<br />
a cualquier niño con cierto grado de comodidad—,<br />
tenían que llamarle la atención esos<br />
tremendos contrastes.<br />
En 2009 se cumplen 55 años de Lilus<br />
Kikus, tu primer libro. ¿Cómo era<br />
la Elena Poniatowska que escribió<br />
Lilus Kikus y cómo es hoy la Elena<br />
Poniatowska de las Rondas de la niña<br />
mala, tu libro más reciente, publicado<br />
en 2008?<br />
En esencia es la misma, en muchas cosas.<br />
Por ejemplo, en la costumbre y yo diría<br />
que en la vocación de formular preguntas más<br />
que en el tener las respuestas. Lo<br />
que sí hay es más desencanto y no<br />
sólo de mi parte, sino de parte de un enorme<br />
sector del país. Advierto hoy en México un<br />
desencanto que antes no había. También debo<br />
advertir que en la época de mi primer libro,<br />
yo tenía una cierta inconciencia de la realidad,<br />
es decir una mirada más ingenua de las<br />
cosas. Ahora no. Ese candor ha desaparecido.<br />
No tengo, y creo que no tenemos, más opción<br />
que observar y concentrarnos en la realidad,<br />
porque de ello depende mucho nuestra vida.<br />
¿A qué atribuyes ese desencanto?<br />
En gran medida a la imposibilidad o a<br />
las grandes dificultades para realizar algo en la<br />
vida. Vivimos en una realidad que actúa contra<br />
nosotros. El trabajo es agobiante y prácticamente<br />
insatisfactorio. Vivimos en medio de la angustia,<br />
que es nuestra más cercana compañera, llenos<br />
de adrenalina y con un sentimiento de miedo a<br />
fracasar. Yo diría que la realidad en México es un<br />
torbellino. La sensación es que en vez de estar<br />
tú gobernando tu vida, la vida te está usando y<br />
desgastando a ti, sin mayor satisfacción.<br />
¿La verdad nos hace libres?<br />
La verdad íntima nosotros nos la inventamos.<br />
Pero la verdad política y la verdad<br />
social es difícil saberlas. Nuestros vínculos con<br />
los demás se fundan en la relatividad. Cada vez<br />
estoy más convencida de que la vida está hecha<br />
de instantes. Lo digo hoy, claro, a mi edad, 76<br />
años: vida hecha de instantes que se superponen<br />
unos a otros y que me hacen atravesar el día y<br />
llegar a la noche para volver a empezar.<br />
¿Cuál es la verdad que necesita<br />
este país?<br />
Creo que este país debería tener una<br />
verdad política y sobre todo una verdad social.<br />
La una está ligada a la otra. La verdad es<br />
que todos los mexicanos deberían tener las<br />
mismas oportunidades y los mismos derechos;<br />
esas oportunidades y esos derechos de los que<br />
hoy gozan tan sólo los más afortunados. Esta<br />
es la verdad que necesitamos y que, desafortunadamente,<br />
a veces parece muy lejos de<br />
alcanzar. ●
40<br />
GENTE QUE CAMBIARA AL MUNDO<br />
›LOS ALUMNOS<br />
DE LA IBERO<br />
ANTE LA CRISIS<br />
FINANCIERA<br />
MUNDIAL En el segundo semestre de 2008, una<br />
crisis financiera mundial sacudió a los<br />
mercados y cobró tales dimensiones<br />
para la economía de los Estados<br />
Unidos que la Reserva Federal tuvo<br />
que rescatar a las entidades hipotecarias<br />
más grandes de esa nación. En<br />
septiembre ya se hablaba de pánico<br />
financiero y de colapso económico<br />
Fotografía de Julio César López.<br />
en todo el mundo. En su libro<br />
El nuevo paradigma de los mercados<br />
financieros (Taurus, 2008), el inversionista, filántropo y activista político<br />
liberal George Soros advirtió que “ésta es la peor crisis financiera<br />
desde 1930” y que todavía pasará algún tiempo para superarla siempre<br />
y cuando se le enfrente con inteligencia para, ante todo, calmar las<br />
turbulencias bursátiles y tranquilizar las operaciones de los mercados<br />
y los bancos. Para Soros, “el estallido de la crisis financiera de 2008<br />
puede fijarse oficialmente en agosto de 2007, pues fue cuando los bancos<br />
centrales tuvieron que intervenir para proporcionar liquidez”. Ante el<br />
panorama aún incierto, son muchos los que se preguntan y tratan de<br />
responder qué ocurrió y cómo seguirá impactando esto en la sociedad<br />
globalizada. Entre estas reflexiones, recogemos algunos aportes de cuatro<br />
estudiantes de la UIA, atentos al acontecer de esta realidad ineludible.
LO MÁS GRAVE<br />
ES EL DESEMPLEO:<br />
Laura Ruiz Martínez<br />
La crisis financiera mundial es el producto de una reacción<br />
en cadena entre los bancos que dan préstamos e<br />
hipotecas sin la seguridad de que podrán ser devueltos;<br />
personas que compran a crédito y luego ya no tienen forma<br />
de pagar, etcétera. Estamos hablando de préstamos<br />
sobre préstamos que al final nadie puede cubrir. También<br />
es producto de la codicia de empresarios que al jugar en<br />
la bolsa de valores inflan el valor de sus empresas con el<br />
dinero de inversionistas que compran acciones que no<br />
tienen ningún respaldo físico de su costo.<br />
Todas estas fallas provocan la recesión económica<br />
que estamos sintiendo actualmente. Por otra<br />
parte, el temor de la crisis y la falta de flujo de efectivo<br />
provocan que las personas dejen de comprar y busquen<br />
ahorrar lo más posible y, como consecuencia<br />
de todo esto, las empresas al vender menos reducen<br />
la producción y recortan personal, sube la tasa de<br />
desempleo y el mercado se estanca porque ya nadie<br />
puede comprar. Este es el panorama mundial que ya<br />
se resiente en México. Las noticias anuncian, cada día,<br />
la quiebra de empresas o la salida del mercado de<br />
ciertos productos. Es importantísimo tomar medidas<br />
urgentes, sobre todo para superar la situación más<br />
grave, representada por el gran número de personas<br />
que se están quedando sin empleo.<br />
[Laura Ruiz Martínez,<br />
Diseño Gráfico, octavo semestre]<br />
EL EFECTO NO SÓLO<br />
SERÁ ECONÓMICO:<br />
Jacqueline Gesund Kattan<br />
En la actualidad el mundo se está enfrentando a una<br />
crisis financiera y económica que también afectará a<br />
nuestro país a corto o largo plazo. El efecto de esta crisis<br />
no sólo se apreciará en términos económicos, como<br />
se ha venido observando con el constante incremento<br />
del valor del dólar ante el valor del peso mexicano, sino<br />
que también tendrá una gran repercusión dentro de la<br />
organización política, social e incluso cultural tanto de<br />
nuestro país como del resto del mundo.<br />
Como joven universitaria, creo que la respuesta<br />
a esta situación no sólo se encuentra en<br />
manos de cada país, ni de la comunidad internacional.<br />
También nosotros como individuos,<br />
ciudadanos de México y del mundo podemos hacer<br />
algo. Tenemos que comenzar a concienciar<br />
acerca de nuestros gastos e inversiones y tratar de<br />
que el consumismo reinante en gran parte de Occidente<br />
no nos maneje.<br />
[Jaqueline Gesund Kattan,<br />
Historia, primer semestre]<br />
CRISIS ES TAMBIÉN<br />
OPORTUNIDAD Y RETO:<br />
Daniel Berezowsky Ramírez<br />
En China, la palabra crisis tiene dos acepciones. Una<br />
de ellas es igual a la que nosotros entendemos; la<br />
otra tiene un sentido positivo: crisis es oportunidad y<br />
reto. Esta última es mi visión del proceso económico<br />
por el que está pasando el mundo, y específicamente<br />
México. Toda crisis es un reacomodo de fuerzas y de<br />
posiciones; en este caso, habrá Estados que resulten<br />
favorecidos y otros que sufran (o que incluso, ya están<br />
sufriendo) un severo golpe no sólo económico sino<br />
político. Específicamente para México, es un gran reto.<br />
El problema, sin embargo, es que el Programa para<br />
Impulsar el Crecimiento y el Empleo que anunció el<br />
presidente Calderón en octubre, tiene profundos problemas<br />
de conceptualización. Más que una serie de<br />
medidas para contrarrestar el efecto de la disminución<br />
del turismo, las remesas, el precio del petróleo y la<br />
inversión extranjera, se enfocó en mantener el gasto<br />
programable en el que había incrementado más de<br />
30% las partidas de seguridad. Las inversiones que se<br />
proponen en el PICE podrían ser una catapulta a largo<br />
plazo, pero es muy importante que se establezcan los<br />
candados burocráticos y de gasto adecuados para que<br />
los recursos, que a fin de cuentas provienen de una<br />
deuda que se le traspasó por completo a Pemex, no<br />
sean desviados ni erogados en gasto corriente.<br />
Una recesión económica, por definición,<br />
es periódica; no será algo permanente y no será<br />
algo imposible de contrarrestar. Sin embargo,<br />
como es evidente, es y será un periodo en el que<br />
habrá que aumentar la cautela respecto a gastos<br />
innecesarios. Me preocupa particularmente que no<br />
exista un control adecuado sobre los créditos que<br />
se otorgan ni una cultura de ahorro en la sociedad<br />
Archivo de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong>.<br />
mexicana. Creo que hay importantes avances cuando<br />
se aprueban reformas como las que ocurrieron<br />
en el Congreso recientemente, pero es necesario<br />
profundizar aún más en asuntos como éste para<br />
evitar que nos suceda lo que ocurrió en Estados<br />
Unidos en 2008.<br />
[Daniel Berezowsky Ramírez,<br />
Ciencias Políticas<br />
y Administración Pública, quinto semestre]<br />
TODO CAMBIO<br />
ES NECESARIO<br />
E INEVITABLE:<br />
Eduardo Díaz Adán<br />
Hoy en día no se puede hablar de un mundo en el<br />
cual los países se mantengan completamente aislados<br />
uno del otro; la globalización, principalmente<br />
la económica, ha llevado a un efecto dom inó, en<br />
el que cualquier suceso que tenga un impacto fuera<br />
de la lógica cotidiana, en la que se mueven los<br />
mercados internacionales, inevitablemente afectará<br />
a toda economía que se halle dentro del esquema<br />
global.<br />
Lo que sucede actualmente con la crisis financiera<br />
y económica no es más que un período de<br />
reorganización y replanteamiento drástico, para que<br />
se pongan en marcha nuevas estructuras económicas<br />
dentro del orden mundial. Todo cambio es necesario<br />
e inevitable y en el caso de la actual crisis, ésta terminará<br />
por resolverse cuando se dé la reestructuración<br />
económica debida, a nivel mundial.<br />
[Eduardo Díaz Adán, Comunicación]<br />
●<br />
41
42<br />
EL VIAJERO ILUSTRADO<br />
›UNA VENTANA<br />
A LAS BELLEZAS<br />
DE SUDÁFRICA<br />
Mauricio de Maria y Campos<br />
Director del IIDSESS de la <strong>Universidad</strong> <strong>Iberoamericana</strong><br />
y ex embajador de México en Sudáfrica
Todo turista en Sudáfrica suele visitar cuando<br />
menos Ciudad del Cabo, realizar algún safari<br />
fotográfico y hacer una breve parada en Johannesburgo,<br />
aunque sea al aeropuerto como<br />
punto de entrada y salida al país.<br />
Ciudad del Cabo es uno de los escenarios<br />
naturales junto al mar, más bellos<br />
del mundo; comparable con Río de Janeiro,<br />
Sydney y San Francisco. Más allá de ser una<br />
ciudad con mucha vida y movimiento, las<br />
playas, montañas, jardines botánicos y poblaciones<br />
que rodean a Ciudad del Cabo son un<br />
gran atractivo internacional. Tal vez la mejor<br />
manera de gozar el paisaje sea tomando el funicular<br />
a Table Mountain —la montaña plana<br />
como mesa— en cuya cumbre existe un jardín<br />
observatorio de la ciudad y sus alrededores.<br />
La península del Cabo de Buena<br />
Esperanza —donde se encuentra ubicada—,<br />
con sus numerosas bahías, playas, pingüinos y<br />
focas y su faro en la punta extrema del continente<br />
africano, permiten disfrutar de paisajes,<br />
fauna y flora deslumbrantes.<br />
Pero en sus alrededores también están<br />
anidados, en pequeños valles, rodeados de verdes<br />
montañas, los viñedos, campos de olivos y<br />
granjas frutales de Stellenbosch, Paarl y Frankschoek<br />
que se extienden a otros valles más<br />
lejanos, cercanos a la costa de la Provincia del<br />
Cabo Occidental y hacen la delicia del catador<br />
de vinos y el gourmet en románticos hoteles y<br />
restaurantes a precios muy accesibles. De hecho,<br />
la Ruta de los Jardines, los 1,500 kilómetros de<br />
costa al este de Ciudad del Cabo, hasta llegar al<br />
puerto de Durban —el más grande del país—<br />
están marcados por pequeñas y hermosas bahías,<br />
donde se pueden observar ballenas y tiburones<br />
blancos (Hermannus), lagunas marinas para el<br />
cultivo de ostras (Knysna) y mejillones (Mossel<br />
Bay), granjas de avestruces (Outdshorn) y parques<br />
especializados para observar aves, monos<br />
y elefantes.<br />
Por ello cuando se visita Ciudad del<br />
Cabo hay que buscar el tiempo para pasar ahí<br />
cuando menos 4 días y cuando menos otros<br />
tantos en la costa este. Si además le gusta a usted<br />
practicar el golf, el buceo y otros deportes<br />
acuáticos o realizar largas caminatas con paisajes<br />
rocosos para observar las aves marinas en las playas<br />
encontrará aquí un mundo deslumbrante.<br />
Los parques de animales para el safari<br />
fotográfico, algunos de los más interesantes y<br />
mejor administrados del mundo, y los hoteles<br />
ubicados en su territorio son siempre un renovado<br />
descubrimiento. En contraste con las visitas<br />
a las llanuras de Kenia y Tanzania, los parques<br />
sudafricanos están cubiertos de matorrales y huizaches<br />
que convierten el safari fotográfico en<br />
una constante búsqueda de animales escondidos.<br />
El parque Kruger —en el noroeste del país— es<br />
del tamaño de Israel y hospeda dentro y, sobre<br />
todo, en sus alrededores más de cien reservas de<br />
animales con una excelente organización y administración.<br />
Los hay de todos precios y paisajes.<br />
Por lo general permiten observar a los 5 Grandes,<br />
los animales más peligrosos y buscados: el león,<br />
el leopardo, el búfalo, el elefante y el rinoceronte.<br />
Ahí puede gozarse de excelentes comidas<br />
y cenas para compensar las “desmañanadas” a<br />
las 4:30 a.m. —hora en que se parte al safari<br />
matutino— y a las 4:00 p.m. al vespertino, con<br />
puesta de sol, gin-and-tonic, café y biltong (carne<br />
seca de res y animales de caza) incluidos.<br />
La región del Parque Kruger es la<br />
más popular para los safaris fotográficos, pero<br />
hay otras regiones en el sur y en el oeste del<br />
país que también son muy socorridas. Existe<br />
incluso la posibilidad de visitar interesantes<br />
parques de animales y jardines botánicos muy<br />
bellos a menos de dos horas de Johannesburgo,<br />
la gran megalópolis sudafricana o Pretoria,<br />
ciudad capital sede del presidente, su gabinete<br />
y las embajadas.<br />
Johannesburgo es una gran ciudad<br />
de origen minero llena de contrastes, pero<br />
con gran vida y movimiento, restaurantes,<br />
teatros y museos —destacando el Museo del<br />
Apartheid. Esta es una visita imprescindible<br />
para entender la vida de Sudáfrica y el combate<br />
al ignominioso régimen discriminatorio<br />
racial del Apartheid. La lucha de Nelson<br />
Mandela y el resto del pueblo africano por su<br />
libertad vibran en cada rincón con atractivos<br />
apoyos audiovisuales.<br />
Los centros comerciales de Johannesburgo<br />
y en particular el de Sandton (el<br />
Santa Fe de Johannesburgo), no pueden dejarse<br />
de visitar, ya que ofrecen múltiples<br />
tentaciones, desde artesanías de todo el continente<br />
hasta diamantes —según el bolsillo.<br />
Por su parte, Pretoria, la capital del<br />
poder ejecutivo, a 45 kilómetros de Johannesburgo<br />
por magnífica carretera (y pronto<br />
comunicada a través de un tren bala), es una<br />
agradable ciudad de poco más de un millón<br />
de habitantes llena de jardines y museos, que<br />
La lucha de Nelson Mandela y el<br />
resto del pueblo africano por su<br />
libertad vibran en cada rincón con<br />
atractivos apoyos audiovisuales.<br />
en octubre se viste de lila con jacarandas que<br />
engalanan todas sus calles.<br />
Ya sea que se decida a visitar Sudáfrica<br />
durante la Copa Mundial de Futbol<br />
de 2010 o que acuda usted antes o después<br />
de este acontecimiento, estas son algunas<br />
regiones y poblaciones que hacen la delicia<br />
del turista. Un segundo viaje lo llevaría<br />
a maravillosos descubrimientos, incluyendo<br />
interesantes países vecinos como Botswana,<br />
Mozambique, Namibia y las imponentes cataratas<br />
Victoria entre Zimbabwe y Zambia,<br />
así como a la posibilidad de un crucero muy<br />
recomendable por las islas del paradisíaco<br />
Océano Índico de África del Sur: Mauricio,<br />
Madagascar, Reunión, las Comores, Zanzíbar<br />
y Mombasa.<br />
Sudáfrica, con largas costas y bellas<br />
montañas a lo largo de un territorio, que es<br />
dos tercios el de México y que goza de climas<br />
y temperaturas muy parecidas a las nuestras, es<br />
mucho más que eso. Es un país de 45 millones<br />
de habitantes en proceso de reconstrucción<br />
económica y social, que constituye hoy día la<br />
capital de África y su puerta de entrada más<br />
importante. No deje de visitarlo. ●<br />
43
44<br />
SABERES sabores<br />
›LA<br />
COMIDA<br />
ESTÁ DE<br />
ALIVIO<br />
Paco Ignacio Taibo I<br />
Gourmet democrático, si es posible decirlo así,<br />
y gran escritor y periodista asturiano-mexicano,<br />
Paco Ignacio Taibo I nació en Gijón en 1924, llegó<br />
a México en 1958 y aquí se quedó, con nosotros, para<br />
siempre. Murió el 13 de noviembre de 2008, pero<br />
su obra, su don de gente, su inteligencia, su espléndido humor<br />
y su emoción permanecen como enseñanzas de vida que nos legó<br />
en los diversos ámbitos. Como homenaje a este hombre singular<br />
y a este escritor y periodista inolvidable, rescatamos un par de páginas<br />
de su gozoso Breviario del mole poblano (1981), hoy agotado,<br />
para iniciar esta sección de y para estar, como él mismo<br />
dijo, de alivio y no de luto, asomándonos a la risueña vida que<br />
disfrutó y compartió. Muchas gracias, querido Paco, por seguirnos<br />
acompañando.
Los ingleses, muchos franceses y algunos españoles<br />
contemplan los calamares en su tinta con<br />
un cierto recelo; sospechan que si el mar se<br />
pone de luto sus razones tendrá.<br />
Este sentimiento de cautela frente a<br />
las comidas negras u oscuras, acaso parte de<br />
los gustos de nuestros ancestros, los simios,<br />
quienes siguen prefiriendo el verde, los colores<br />
amarillentos, rojizos o de un ocre suave.<br />
En una película de Tarzán, he visto a<br />
Chita comerse una chistera, pero habrá que<br />
aceptar que se trató más de un acto compulsivo<br />
y extravagante, que de una verdadera<br />
apetencia alimenticia.<br />
Lo negro suele relacionarse, en Occidente,<br />
con las lágrimas, y cuando yo era niño<br />
existía la costumbre de que los Reyes Magos,<br />
junto con los juguetes, dejaban a los muchachos<br />
traviesos unas piedras de<br />
carbón. Ese carbón era dulce, pero<br />
yo recuerdo haberlo comido sólo<br />
después de atravesar una seria barrera<br />
de obstáculos inhibidores.<br />
Comer cosas negras es<br />
tarea pesada para algunos y para<br />
otros incapacidad total.<br />
Exagerando algo, podríamos<br />
decir que lo negro es alimento<br />
ideal para ciegos, y lujo para esa<br />
minoría que se acerca al caviar de<br />
Beluga sin tener que vender previamente<br />
el automóvil.<br />
Sin embargo, y a pesar<br />
de esto, en la cocina mexicana<br />
abundan los manjares de color<br />
serio y son recibidos con un júbilo<br />
que nadie oculta. Aparece<br />
sobre la mesa el plato colmado<br />
de apetitosas oscuridades y es<br />
recibido con un aplauso nutrido<br />
y exento de recelos.<br />
Los manjares negros en México viajan<br />
en primera, y no son discriminados, ni<br />
aun por los descendientes de sajones; el color,<br />
diría yo, incluso favorece su estatus en las minutas,<br />
ya que suele ser señalado con énfasis.<br />
Así, a la hora de las frutas, se sugiere el zapote<br />
negro, y si usted viaja hasta Oaxaca, le pedirán<br />
que se coma unas tortillas negras.<br />
Incluso el frijol negro tiene muy entusiastas<br />
defensores frente a los frijoles bayos,<br />
los blancos, los pintos y los otros muchos de<br />
variado tono.<br />
Hay un hongo negro que se nutre de<br />
las mazorcas del maíz y que es una delicia;<br />
este hongo se llama huitlacoche, y ya entró<br />
en la gran cocina del brazo de las crepas, en<br />
donde guarece su negrura pero estalla en sabor,<br />
apenas si se muerde la suave envoltura de<br />
harina blanca. En el Restaurante del Lago, en<br />
el Bosque de Chapultepec de la ciudad de<br />
México, ofrecen un pollo relleno de huitlacoche<br />
que es fenomenal.<br />
Y no olvidemos que el chocolate<br />
puede ser tan oscuro como un watusi y que<br />
nació, justamente, por estas tierras mexicas.<br />
En fin, que a la cocina mexicana le<br />
sienta bien el luto y que entre tanta alegría<br />
gastronómica vestida de serio, destaca el mole<br />
que puede llegar a la negrura absoluta (en<br />
Mérida), pero que en Puebla, lugar al que<br />
acude este Breviario, adquiere un tono muy<br />
oscuro que va del rojo acafetado, al negro<br />
amarronado, pero que mantiene dentro de sí<br />
mismo el negro como elemento preponderante<br />
y característico.<br />
Estar de alivio es perder<br />
la pena y asomarse<br />
a la vida.<br />
El mole poblano, si no es tan negro<br />
como la chistera de Chita, sí entra en esa<br />
seriedad que asombra a los degustadores de<br />
países que sólo usan el negro para acudir a<br />
los panteones.<br />
Y acaso sea este hecho, su manifiesta<br />
oscuridad, el que añada una nota curiosamente<br />
extraña; un cierto elemento rechazante y<br />
un problema de aventura.<br />
Acercarse al mole por vez primera sin<br />
un cierto recelo es casi imposible, y alejarse<br />
del mole sin una profunda nostalgia papilar es<br />
cosa para gentes dadas a comidas sin entraña.<br />
El mole, diré para terminar este capítulo,<br />
no es un manjar que está de luto; pero sí un<br />
manjar que está de alivio.<br />
Situación en la que se encontraban<br />
nuestras abuelas cuando salían del negro que<br />
predicaba su afiliación, y aun no se encontraban<br />
suficientemente dispuestas a caer en los<br />
verdes, los rojos y otros colores alegres.<br />
Estar de alivio es perder la pena y asomarse<br />
a la vida.<br />
Si el mole es manjar que está de alivio,<br />
es porque no hay pena que se le resista. ●<br />
45
Carlos Monsiváis<br />
recomienda<br />
Gomorra,<br />
de Roberto Saviano<br />
[Debate, 2008]<br />
46<br />
LA VOZ DEL LIBRO el eco de la lectura<br />
›QUÉ LEER<br />
Y POR QUÉ<br />
Uno de los mejores libros que<br />
he leído en los últimos días y<br />
que recomiendo, enfáticamente,<br />
es Gomorra: Un viaje al imperio<br />
económico y al sueño de poder de<br />
la camorra, de Roberto Saviano.<br />
Lo recomiendo por muchas cosas,<br />
pero sobre todo porque está<br />
extraordinariamente bien escrito,<br />
porque demuestra que es posible<br />
trasladar a la literatura un tema tan<br />
brutalmente sórdido y policiaco,<br />
y porque demuestra también que<br />
la literatura se tiene que adaptar a<br />
las realidades y no las puede dejar<br />
de lado.<br />
CARLOS MONSIVÁIS.<br />
Escritor. Su más reciente<br />
libro es El 68: La tradición<br />
de la resistencia (Era, 2008).<br />
Julieta Fierro<br />
recomienda<br />
La región más<br />
transparente,<br />
de Carlos Fuentes [Alfaguara,<br />
2008, edición conmemorativa]<br />
Sugiero Chéri, de Sidonie Colette,<br />
a quienes disfruten el francés<br />
y deseen enterarse de algunas<br />
formas en que las mujeres vemos<br />
a los hombres. Recomiendo<br />
también Saturday, de Ian McEwan,<br />
porque es apasionante, fresca,<br />
inteligente, impredecible. Y una<br />
relectura obligada es La región<br />
más transparente, de Carlos<br />
Fuentes: existe una nueva edición,<br />
conmemorativa, a cargo de las<br />
Academias de la Lengua, del sello<br />
Alfaguara, donde además de un<br />
glosario aparecen textos de seis<br />
distinguidos académicos.<br />
JULIETA FIERRO.<br />
Astrónoma y escritora.<br />
Uno de sus más recientes<br />
libros es Cartas astrales: Un<br />
romance científico del tercer<br />
tipo (Alfaguara, 2006).<br />
Esta sección de acude a los lectores expertos, a los<br />
apasionados en la lectura, y son ellos los que recomiendan los<br />
siguientes libros que podrían entregar a otros lectores experiencias<br />
imborrables y transformadoras. Agradecemos a Carlos Monsiváis,<br />
Julieta Fierro, Tomás Granados Salinas, Carlos Gómez<br />
Camarena, Héctor de Mauleón, Claudio Isaac, Marco Antonio<br />
Campos y Daniel Goldin su disposición a responder nuestra<br />
encuesta. (JDA)<br />
Tomás Granados<br />
Salinas<br />
recomienda Vidas<br />
perpendiculares,<br />
de Álvaro Enrigue<br />
[Anagrama, 2008]<br />
El libro que recomendaría sin dudar<br />
ni siquiera un instante es Vidas<br />
perpendiculares, de Álvaro Enrigue.<br />
El argumento (un hombre mediocre<br />
que logra recordar sus vidas pasadas,<br />
todas emocionantes), la calidad de la<br />
escritura (hay en ella un amplísimo<br />
registro de tonos, un lenguaje rico<br />
y fresco aun en los arcaísmos, un<br />
humor sutil, guiños constantes a<br />
otros libros y autores, en particular<br />
Quevedo), la estructura (que hilvana<br />
pequeños cuentos, casi todos bien<br />
redondeados), la recreación histórica<br />
(lo mismo la Palestina en tiempos<br />
de Jesucristo que los altos de Jalisco<br />
a mediados del siglo XX): Enrigue<br />
emprendió una aventura ambiciosa y<br />
salió más que airoso.<br />
TOMÁS GRANADOS<br />
SALINAS. Ensayista,<br />
crítico y editor. Director del<br />
suplemento de libros Hoja<br />
por Hoja.<br />
Carlos Gómez<br />
Camarena<br />
recomienda<br />
El lugar de los<br />
encuentros:<br />
Comunicación<br />
y cultura en un<br />
centro comercial,<br />
de Inés Cornejo<br />
[<strong>Universidad</strong><br />
<strong>Iberoamericana</strong>, 2007]<br />
Para quienes hoy ven las películas<br />
en pedacitos o leen los libros a<br />
cachitos y sin orden está El lugar de<br />
los encuentros. Un centro comercial<br />
actualmente se recorre como<br />
nuestras películas y nuestros libros:<br />
sin un orden estricto, circularmente,<br />
fragmentado. Como el<br />
aeropuerto, el<br />
centro comercial<br />
también es un<br />
lugar donde<br />
coinciden la<br />
cultura y la<br />
comunicación.<br />
¿Cómo es su<br />
cultura y qué se<br />
comunica? Para<br />
los morbosos que<br />
quieren explicaciones de lo cotidiano<br />
será una delicia, especialmente<br />
si se habita el no-lugar del centro<br />
comercial. Nuestras maneras de leer<br />
han cambiado también.<br />
CARLOS GÓMEZ<br />
CAMARENA.<br />
Psicoanalista y académico<br />
de la <strong>Universidad</strong><br />
<strong>Iberoamericana</strong>.
Héctor de Mauleón<br />
recomienda<br />
La intimidad como<br />
espectáculo,<br />
de Paula Sibilia<br />
[Fondo de Cultura<br />
Económica, 2008]<br />
El espectáculo de la intimidad, de<br />
Paula Sibilia, es un estudio sobre el<br />
eclipse de la intimidad en tiempos<br />
de Facebook y MySpace, las redes<br />
sociales en donde las vidas privadas<br />
de millones de personas son<br />
exhibidas diariamente sin ningún<br />
pudor. ¿Dónde quedó la intimidad,<br />
un avance de la civilización que<br />
en el siglo XVII permitió a los seres<br />
humanos escapar de la mirada de<br />
los otros e impuso la división de<br />
conceptos entre “vida pública” y<br />
“vida privada”? Para Sibilia, el “show<br />
del yo” en Internet es la respuesta<br />
del hombre a las megalópolis, una<br />
reacción frente a los terrores que<br />
desatan el anonimato y la soledad.<br />
Exhibirse es existir: sólo eres si eres<br />
conocido. El libro de Sibilia analiza<br />
con extraordinaria lucidez un cambio<br />
cultural que parece llevarnos de<br />
vuelta a la Edad Media, bajo la tiranía<br />
de la mirada de “los otros”.<br />
HÉCTOR DE MAULEÓN.<br />
Narrador y editor. Uno de<br />
sus libros más recientes es<br />
Como nada en el mundo<br />
(Planeta, 2006).<br />
Claudio Isaac<br />
recomienda<br />
Pensando<br />
en la izquierda,<br />
de Héctor Aguilar Camín<br />
[Fondo de Cultura<br />
Económica, 2008]<br />
A través de catorce ensayos<br />
agudos, en Pensando en la<br />
izquierda, Héctor Aguilar Camín nos<br />
dibuja un mapa histórico de lo que<br />
es la izquierda mexicana, desde sus<br />
raíces nos explica sus circunstancias<br />
actuales, sus vertientes, sus<br />
pormenores. Un libro que a<br />
muchos puede resultarle sacrílego<br />
o incómodo, pero provechoso para<br />
que el lector desenmarañe este<br />
panorama actual en que la izquierda<br />
se ahoga bajo el peso de las<br />
seudoideologías oportunistas.<br />
CLAUDIO ISAAC. Escritor,<br />
pintor y cineasta. Su más<br />
reciente libro es Cenizas<br />
de mi padre (Juan Pablos,<br />
2008).<br />
Marco<br />
Antonio Campos<br />
recomienda releer<br />
la Flor nueva de<br />
romances viejos,<br />
de Ramón Menéndez Pidal<br />
[Espasa Calpe, 2000]<br />
Para mí ha sido<br />
una delicia leer<br />
de nuevo la Flor<br />
nueva de romances<br />
viejos, que preparó<br />
Ramón Menéndez<br />
Pidal. Hay en<br />
esos romances<br />
españoles la raíz<br />
o la continuidad<br />
épicas, fragmentos definitivos de<br />
la historia española, relatos de<br />
lealtad honorable y de traiciones,<br />
de actos valerosos y de cobardías<br />
abyectas, aun momentos de<br />
delicado erotismo. Por otro lado,<br />
releo también los libros de la<br />
Historia Universal Asimov, sobre<br />
todo los de la historia de Roma<br />
(La república romana, El imperio<br />
romano), que son un modelo<br />
de inteligencia, de síntesis y de<br />
una amenidad tan grande que no<br />
quieres abandonarlos. La historia<br />
viva. Los grandes actores de la<br />
política y de la guerra parece que<br />
los conoces y los has visto muchas<br />
veces en la calle. Por demás,<br />
muchas acciones políticas tienen<br />
una increíble actualidad.<br />
MARCO ANTONIO<br />
CAMPOS. Poeta, narrador,<br />
ensayista y traductor.<br />
Obtuvo en 2008 el Premio<br />
de Poesía Antonio Machado<br />
en España.<br />
Daniel Goldin<br />
recomienda<br />
El ardor de la<br />
sangre y Suite<br />
francesa,<br />
de Irene Nemirovsky<br />
[Salamandra, 2007<br />
y 2006]<br />
Acabo de leer las dos obras<br />
póstumas de Irene Nemirovsky, la<br />
genial novelista rusa judía, emigrada<br />
a Francia y asesinada en Auschwitz<br />
en 1942. El ardor de la sangre es<br />
una novela corta, construida como<br />
una pieza perfecta de ingeniería de<br />
la pasión amorosa, sus escondrijos<br />
y paradojas. Suite francesa es, en<br />
cambio, una obra de largo aliento y<br />
más amplia perspectiva, en la que<br />
se narra el entramado de relaciones<br />
entre los supuestamente amigos y<br />
enemigos en la<br />
Francia ocupada.<br />
Las dos novelas<br />
se desarrollan<br />
fundamentalmente<br />
en el mismo<br />
escenario de la<br />
provincia francesa.<br />
En ella nadie<br />
queda a salvo,<br />
ni por obedecer al amor ni por<br />
negarlo, ni por estar de uno u otro<br />
bando. Nemirovsky es implacable<br />
y aguda, sin embargo no es<br />
desesperanzadora. Es sorprendente<br />
la madurez de una autora de 39<br />
años, que sin duda estaba llamada a<br />
ser una de las grandes del siglo XX.<br />
Las recomiendo ampliamente. Cada<br />
una es una joya. Pero se disfrutan<br />
mejor juntas. La poesía está en el<br />
interlineado.<br />
DANIEL GOLDIN. Editor,<br />
escritor y promotor de la<br />
lectura. Su más reciente<br />
libro es Al otro lado de la<br />
página (Santillana, 2008)<br />
●<br />
47
48<br />
MUSICA PARA CAMALEONES<br />
›QUÉ ESCUCHAR<br />
Y POR QUÉ<br />
Al igual que la sección La voz del libro/<br />
El eco de la lectura, dedicada a libros, Música<br />
para camaleones (que toma su nombre de un<br />
célebre texto de Truman Capote) es una sección<br />
dedicada a la recomendación de obras musicales,<br />
para lo cual se ha invitado a melómanos,<br />
investigadores, expertos, editores, musicólogos<br />
y denodados amantes de la música. En esta<br />
ocasión, agradecemos a María Cristina García<br />
Cepeda, Alejandro Marcovich, Carlos Muñoz<br />
Izquierdo, Benjamín Salcedo V. y Modesto López,<br />
el que con tanta gentileza y generosidad hayan<br />
accedido a compartir con los lectores de<br />
su experiencia y su pasión.<br />
María Cristina García<br />
Cepeda recomienda:<br />
New Year’s Concert<br />
2009, de Daniel Barenboim<br />
& Wiener Philharmoniker [2009]<br />
Recomiendo escuchar el disco del tradicional<br />
Concierto de Año Nuevo que se lleva a cabo<br />
en la ciudad de Viena, en Austria. Desde<br />
hace ya más de seis décadas es toda una<br />
institución y hoy en día es televisado a más<br />
de 50 países en todo el mundo. En esta<br />
ocasión, el pianista y director de orquesta<br />
argentino-israelí, Daniel Barenboim, hace<br />
su debut al frente de la conducción de<br />
la Orquesta Filarmónica de Viena con un<br />
tradicional programa de música ligera de<br />
la familia Strauss y de varios autores más<br />
como Josef Hellmesberger y Franz Joseph<br />
Haydn. Desde el 8 de enero está a la venta<br />
en línea para ser descargado por Internet,<br />
pero también es<br />
posible adquirirlo<br />
ya en la tienda de<br />
discos.<br />
MARÍA<br />
CRISTINA<br />
GARCÍA<br />
CEPEDA.<br />
Directora del<br />
Auditorio<br />
Nacional.<br />
Alejandro<br />
Marcovich<br />
recomienda<br />
In Between<br />
Dreams,<br />
de Jack Johnson<br />
[Brushfire Records,<br />
2005]<br />
En compañía, o hasta<br />
para viajar solos,<br />
mientras manejamos en carretera, el disco que<br />
yo recomiendo es In Between Dreams, del<br />
músico hawaiano Jack Johnson. Este CD aborda<br />
temas sobre el medio ambiente, la guerra y la<br />
obsesión capitalista del negocio como eje de<br />
vida. Canciones como “Better Together”, “Never<br />
Know” y “Good People”, entre otras, pueden<br />
hacernos pasar un rato agradable al tiempo<br />
que reflexionamos sobre los problemas de la<br />
actualidad.<br />
ALEJANDRO MARCOVICH. Compositor,<br />
guitarrista, arreglista, productor<br />
y ex integrante del grupo Caifanes.<br />
Carlos Muñoz<br />
Izquierdo<br />
recomienda Verdi<br />
Gala [Euroarts, 2001]<br />
Recomiendo la grabación de<br />
un concierto, difundido en dos<br />
DVD’s, que fue realizado el 11<br />
de marzo de 2001 en el teatro<br />
Padiglione de Parma, Italia,<br />
para conmemorar el centenario<br />
del fallecimiento de Giuseppe<br />
Verdi. Esa grabación se intitula Verdi Gala,<br />
y reúne un estupendo elenco de artistas<br />
que interpretan diversos fragmentos de<br />
12 de las 28 óperas que debemos a ese<br />
compositor. Independientemente de que<br />
todas las interpretaciones son estupendas,<br />
a mí me impresionó de manera muy especial<br />
la intervención de Marcelo Álvarez, joven tenor<br />
argentino, en el famoso cuarteto de la ópera<br />
Rigoletto. La grabación fue realizada bajo el sello<br />
de Euroarts, y el número de identificación que<br />
aparece en el código de barras<br />
es el 8 8024251057 0.<br />
CARLOS MUÑOZ IZQUIERDO. Investigador<br />
emérito del Instituto<br />
de Investigaciones para el Desarrollo<br />
de la Educación (INIDE), de la UIA.<br />
Benjamín Salcedo V.<br />
recomienda Fantasy<br />
Black Channel,<br />
de Late of the Pier [EMD, 2008]<br />
Cuando lees que el grupo es una<br />
combinación de Frank Zappa con Prince,<br />
difícilmente dejarás pasar la oportunidad de<br />
escucharlo. Perfectamente permeado por la<br />
maravillosa locura de ambos; experimental<br />
y accesible, rítmico pero a la vez diferente.<br />
Uno de los descubrimientos del año.<br />
Este quinteto inglés navega por las aguas<br />
sintetizadas de los Klaxons pero con un gran<br />
respeto por el new wave más exquisito del<br />
estilo que hicieran famosos a Gary Numan<br />
o Ultravox. Original<br />
y desquiciante, sin<br />
convencionalismos.<br />
BENJAMÍN<br />
SALCEDO V.<br />
Director de<br />
Rolling Stone<br />
México.<br />
Modesto<br />
López recomienda<br />
Antonio Preciado,<br />
poeta: entre cantos<br />
y marimbas [Ediciones<br />
Pentagrama, colección La<br />
Palabra, 2008]<br />
Antonio Preciado: ecuatoriano, poeta de<br />
la negritud, hombre latinoamericano. Es<br />
esta una edición<br />
doble (CD/DVD),<br />
que contiene un<br />
documental sobre<br />
la vida y obra de<br />
Preciado, radiografía<br />
de las influencias que<br />
lo hicieron ser quien es<br />
y de la honda huella de<br />
su paso por la cultura<br />
de su patria, y un disco<br />
compacto que recopila, en propia voz,<br />
algunos de sus más celebrados poemas.<br />
Se trata pues de un binomio infaltable para<br />
aquellos amantes<br />
de la palabra y una oportunidad para<br />
conocer la obra de quien el inolvidable<br />
Nicomedes Santa Cruz señalara como<br />
“el gran poeta de la negritud de este<br />
continente”.<br />
MODESTO LÓPEZ. Músico, editor<br />
e investigador musical. Director<br />
de Ediciones Pentagrama.<br />
●