Revista Aduanas #22, Gracia navideña - DGA

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>> Desde la izquierda, doña Minerva de Cocco, Miguel Cocco, director de Aduanas, recibe una placa de manos de Leo
Corporán; Saturnino Pérez, presidente del Club Mauricio Báez; y Nely Manuel Doñé.
Cocco manifestó que el Club
Mauricio Báez supo conquistar
el corazón de la juventud, en los
momentos en que en el país predominaba
–de manera implacable–
el nepotismo ilustrado y los
jóvenes carecían de instrumentos
idóneos para buscar orientación,
estudiar, luchar y resistir
los embates de un gobierno que
quería “establecer de forma antihistórica
una hegemonía de pensamiento”.
Sostuvo que el Club Mauricio
Báez fue el escenario adecuado
para el surgimiento de
múltiples formas de resistencia,
cuyo propósito básico era hacer
frente, de una manera coherente,
al pensamiento hegemónico
que dominaba la vida política del
país en esa época. Situación que
pocos lograban superar, sin embargo,
Villa Juana no sólo se impuso,
sino que logró trascender.
Explicó que hubo una serie
de factores que hicieron posible
>> Parte del público que asistió al desayuno del Club Mauricio Báez.
la trascendencia y la permanencia
del Club Mauricio Báez,
entre los que se destaca, en
primer lugar, la coherencia de
sus actores iniciales los que no se
dejaron “envolver y arropar por la
lucha ideológica (entupida) y una
instrumentación partidaria de lucha
que conllevó tanto desgarramientos
que sólo algunos pudieron
resistir”.
Agregó que esa organización
no sólo resistió, sino que tam-
bién supo plasmar en los hechos,
con coordinación, con ejemplo y
acción, un futuro mejor para los
jóvenes de esa barriada humilde
de Santo Domingo.
Resaltó que la coherencia inicial
de los fundadores del Club
Mauricio Báez ha continuado,
“se ha plasmado cotidianamente”,
ya que el ejemplo de lucha de
Mauricio Báez –luchador revolucionario
defensor de las mejores
ideas de este pueblo, asesinado