CREO, AYUDA A MI POCA FE - Arquidiócesis de Cali

CREO, AYUDA A MI POCA FE
(Marcos 9,24)
El grito de este papá desesperado por la enfermedad de su hijo,
puede ser también hoy, 2011, el grito de todos nosotros:
sacerdotes, feligreses, practicantes de misa dominical o
creyentes de cada día. Porque también en pleno siglo XXI tiene
validez el diagnóstico de Jesús: Oh generación incrédula! ¿Hasta
cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os soportaré?”. El
diálogo entre el papá del joven y Jesús nos puede ayudar a
CRECER EN LA FE.
“Si algo puedes” dice él con desespero. Y Jesús le replica: “Todo
es posible para el que cree”. Es decir, el que tiene fe lo puede
todo, porque YA NO ES SU FUERZA la que actúa SINO LA
FUERZA DE DIOS.
Creer implica apoyarse en Dios; dejar que sea Dios el que obre
cuando uno mismo se reconoce impotente. El grito de este papá:
“CREO, AYUDA A MI POCA FE” deja entrever el abismo
confuso de su alma; pero como pide ayuda a Jesús, entonces la
recibe. El gran milagro que narra san Marcos es pues el deseo de
CREER de este padre angustiado y el cumplimiento de su
anhelo: la curación de su hijo.
Jesús posee el Espíritu de Dios, de ahí que tenga poder sobre los
espíritus inmundos. Todo encuentro con Jesús es sanador porque
él es el Dios en medio nuestro, él quiere nuestro bien y encima
nos lo regala en abundancia. El pasaje dice que “Jesús tomando
su mano lo despertó, y se levantó”. Son los verbos usados en la

primera comunidad creyente para la resurrección de Jesús. Sí,
eso es lo que nos trae el Hijo de Dios, la salud definitiva, la salud
total, la VIDA que triunfa sobre el mal y la muerte.
Al final hay una escena privada entre Jesús y sus discípulos (que
son también en este Evangelio los incrédulos, los faltos de fe), es
una instrucción para ellos: La receta para la expulsión de todo
espíritu malo es la ORACIÓN, es decir, la ayuda divina. La
oración expresa una confianza tal en Dios como la que logró el
papá de aquel muchacho enfermo, cuando Jesús le ayudó a poner
su deseo de creer por encima de su incredulidad. La oración
capaz de arrojar espíritus difíciles y persistentes consiste pues en
el abandono de uno mismo en el poder de Dios. La fe es
CONTACTO CON DIOS, de tú a Tú. La fe no es el recurso a la
llamada “energía positiva” de las personas o de las cosas, como
se suele pensar actualmente, incluso entre creyentes católicos.
No, en la visión bíblica, la raíz de todo mal está en que los seres
humanos vivimos de espaldas a Dios que es la fuente de la luz y
de la vida; vivimos marchando por el camino que nos aleja del
jardín del Edén que Dios plantó para nosotros. Cristo nos abre un
camino nuevo: TODO ES POSIBLE PARA EL QUE CREE, él
es el vencedor de la muerte, él nos trae VIDA NUEVA.
Ese pasaje tan sugestivo del Evangelio de san Marcos bien puede
ser el EJE CONDUCTOR de un proyecto de fe, bien puede ser
un itinerario de crecimiento en la fe a lo largo del próximo año
2011 para nuestras parroquias y también para el clero de la
Arquidiócesis de Cali.

Tal vez no necesitemos estrategias complicadas, tal vez no
necesitemos grandes diagramas, tal vez lo necesario es más
sencillo: VOLVER A HACER NUESTRA PROFESIÓN DE FE.
El CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA nos recuerda
que “el símbolo de la fe” es ante todo el símbolo bautismal.
Puesto que el Bautismo es dado “en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo” (Mateo 28,19), las verdades de fe
profesadas en el Bautismo son articuladas según su referencia a
las tres personas de la Santísima Trinidad (número 189). Y
agrega más adelante: Como el día de nuestro Bautismo, cuando
toda nuestra vida fue confiada “a la regla de doctrina” (Romanos
6,17), acogemos el símbolo de esta fe nuestra que da la vida.
Recitar con fe el Credo es entrar en comunión con Dios Padre,
Hijo y Espíritu Santo, es entrar también en comunión con toda la
Iglesia que nos transmite la fe y en el seno de la cual creemos:
Este símbolo es el sello espiritual, es la meditación de nuestro
corazón y el guardián siempre presente, es, con toda certeza, el
tesoro de nuestra alma” (San Ambrosio, Explanatio Symboli).
Entonces en nuestras parroquias, en las que desde el comienzo
del año ya intentamos planear el día de las primeras comuniones,
las confirmaciones, los cursos bíblicos o litúrgicos para nuestros
feligreses y muchas otras actividades pastorales, la propuesta
para este 2011 es tomar como hilo conductor de todos los
programas pastorales EL CREDO, no como exposición abstracta
de verdades sino COMO AUTÉNTICA PROFESIÓN VIVA DE
FE, celebrada cada DOMINGO, experimentada al filo del AÑO

LITÚRGICO con su centro en LA PASCUA ANUAL y
concretizada en las diversas catequesis de nuestras parroquias.
Junto con un equipo de sacerdotes y laicos comprometidos de
cada zona pastoral, en círculos menores, a través de los
arciprestazgos, propongo dos esquemas (a escoger): un esquema
litúrgico, siguiendo las etapas de ADVIENTO-NAVIDAD-
TIEMPO ORDINARIO-CUARESMA-PASCUA-TIEMPO
ORDINARIO. O un esquema bíblico: El año 2011 corresponde
al ciclo A. El Evangelio que ese año se proclama en la lectura
continua de los Domingos es el de san Mateo, un EVANGELIO
ECLESIAL, él puede servir de hilo conductor de los guiones que
entre varios hagamos para revitalizar nuestra fe.