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manantiales granada_uno.qxp 08/05/2006 21:07 PÆgina 38
GUIA MANANTIALES GRANADA
La provincia de Granada es potencialmente
rica en este tipo de aguas, y, hoy día cuenta
con una planta embotelladora, aunque de
resonancia nacional, Aguas de Lanjarón, y
siete balnearios en activo. Una veintena de
proyectos de explotación en marcha auguran
un futuro más que prometedor a este
sector industrial en la provincia.
Aguas procedentes de acuíferos
carbonáticos
La provincia de Granada presenta una considerable
proporción de materiales carbonatados,
con mayor o menor desarrollo, generalmente
afectados por procesos de
karstificación. Tanto las calizas, dolomías y
mármoles de las sierras meridionales del
Complejo Alpujárride (Sierras de Lújar, Tejeda
y Almijara o Baza), como los relieves serranos
del Subbético y Prebético (Sierra Gorda, Montes
orientales, Sierra Arana y sierras de Orce,
Castril, Seca y Huéscar), fracturados y fisurados,
alumbran importantes manantiales, casi
siempre con unas características comunes.
Se trata de aguas de una magnífica calidad
para cualquier tipo de uso, generalmente
carbonatadas o bicarbonatadas cálcicas
o cálcico - magnésicas, aunque, dada
la vulnerabilidad de los acuíferos de los que
proceden, extremadamente sensibles a la
contaminación. Esto se debe a que la capacidad
de autodepuración de las aguas subterráneas
en las rocas carbonatadas es
muy baja, por lo que un foco de contaminación
aun muy alejado del punto de alumbramiento
puede ocasionar alteraciones de la
calidad química natural de las aguas del
manantial.
Otra característica común a estos manantiales
es la de acusar una relación generalmente
muy directa entre el caudal de alum-
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bramiento y las precipitaciones que recargan
el macizo fracturado y karstificado que
las alimenta. Este fenómeno es debido a
que una parte de esas precipitaciones discurre
de manera subterránea por la parte
más superficial del karst hasta alcanzar
una salida rápida por los manantiales. Suele,
por tanto, aumentar rápidamente el caudal
del manantial tras una lluvia significativa
o un intenso período de lluvia, y disminuir
en períodos prolongados de sequía.
Los manantiales que descargan los grandes
sistemas o acuíferos kársticos, sin ser
una norma general, suelen presentar otra
característica común, la de propiciar, entre
relieves serranos, el nacimiento de ríos de
singular belleza y valor ecológico. Esta circunstancia
se debe a la propia ubicación
❖ Encauzamiento de las aguas del Manzanil a su
salida.
geológica de los manantiales, casi siempre
en el contacto entre el borde carbonatado de
las sierras y los materiales más impermeables
en zonas bajas o depresiones, en donde
más tarde se desarrollará una red de drenaje
más extensa. Existen bellos ejemplos en la
provincia, como los manantiales que dan origen
a ríos tan emblemáticos como el Castril y
Guardal, Darro, Cacín y Alhama, entre otros.
Aguas procedentes de acuíferos
detríticos (carbonáticos y detríticos)
Los rellenos detríticos de las depresiones
intramontañosas béticas de Granada,
Guadix y Baza, o de los deltas y depresiones
litorales y de los propios aluviales de
los ríos, también ofrecen alumbramientos,
aunque, en estos casos, con características
más variables y diferentes a las de los
manantiales kársticos.
En primer lugar la composición química de
las aguas es mucho más variada y heterogénea,
ya que responde de una manera
muy directa a la también heterogénea naturaleza
de los sedimentos y al tiempo de permanencia
del agua en el acuífero. Pueden
existir, así, aguas sulfatadas, cloruradas o
carbonatadas, de composición sódica, cálcica
o magnésica, con muy diferentes grados
de calidad, a veces incluso, desde su
nacimiento, no útiles para su aprovechamiento.
Sin embargo, y también sin ser norma
general, son menos vulnerables a la contaminación
que las aguas kársticas, debido
a la capacidad autodepuradora del propio
medio detrítico por el que circulan
lentamente. No obstante, hay que extremar
su protección ante posibles focos de
contaminación.
Los manantiales según su origen
Lo cual no quiere decir, ni mucho menos,
que debamos descuidar su extrema
protección, sino que ante un foco accidental
de contaminación, por ejemplo, el
propio material detrítico que constituye el
acuífero ayuda a restituir la calidad del
agua, a medida que esta se aleja del foco
de contaminación.
Generalmente, los caudales de manantiales
procedentes de acuíferos detríticos
fluctúan menos que los de los kársticos,
y no con una respuesta tan directamente
relacionada con las precipitaciones momentáneas.
Esto es debido a que la velocidad
de transmisión del agua, dentro de
los sedimentos detríticos es generalmente
mucho más lenta que en los acuíferos
kársticos.
❖ Fuente de la Reja, Guadix.
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