O curruncho dos versos - Centro Gallego de Vitoria

A Muralla de Lugo declarada Patrimonio da Humanidade
o primeiro número desta revista, o Centro Galego de Vitoria
Nmostraba o seu apoio (ademais de facer unha recolleita de firmas)
para que a muralla romana de Lugo fose declarada Patrimonio da
Humanidade, pola súa grande importancia artística, cultural e histórica,
e por tratarse dunha obra única que hai que protexer e conservar.
Ó día de hoxe xa é unha realidade, por fin foi recoñecido o grande
esforzo que fixeron os lucenses e diversos colectivos. Todos nós brindamos
cos paisanos de Lugo ó tempo que lles damos a noraboa a todos
os que traballaron para levar a bo termo ese proxecto.

Edita:
Número 2 • Nadal • 2000
SUMARIO
Limiar 4
Saúdo do Diputado Xearal 5
Apuntes sobre o Día das Letras Galegas 6
Un paseo polo Caurel. Lembrando a Uxío 9
Lendas do Camiño de Santiago 15
O curruncho dos nomes de lugar (I e II) 19-20
No hay nada para leer (cuento) 21
Cando o mar laia (conto) 22
La parada del autobús (cuento) 24
Curiosidades 25
VI Pleno do Consello das Comunidades Galegas 26
Estación Ourense-Empalme 29
Actividades do Centro 31
Castelao 36
Galego na UPV 39
Contos (alumnos do curso de galego) 42
O curruncho dos versos 49
Centro Galego de Vitoria-Gasteiz.
C/ Gernikako Arbola, 11
01011 Vitoria-Gasteiz
Teléfono y Fax 945 27 98 01
Presidente: Ramón Pampín
Coordinan:
Vicente Touzón
Alberto Gil Castro
Portada: Alberto Gil Castro
Depósito legal: VI-279/00
Colaboran neste n˙mero:
Directiva do Centro
Federico Pomar de la Iglesia
Vicente Touzón
Imanol López Lacalle
Mercedes Espiño
Maeba García Sánchez
Mª Inmaculada Gómez Buela
Enrique Touzón
Beni Rojo
Mónica Calvo
Andrés Temprano
Mª José Alaya Docal
Mª Luísa Campillo Novo
Esther López de Armentia
Juan Carlos Santos Herrera
Izaskun Arriarán Murgiondo
Felisa Fernández Río
3

4
LIMIAR
Estamos de novo aquí. Demos rematado a segunda edición de Raiola.
Esta revista naceu empurrada polas inquedanzas de algúns dos socios, pero sobre todo é
froito do pulo da directiva, a teima do presidente era sacar á luz algo que servira de referente
ou de soporte onde plasmar actividades, creacións literarias, comentarios, curiosidades,
vidas e obras de paisanos ilustres e de outros que nunca foron recoñecidos pero
que fixeron cousas grandes e deixaron as marcas do seu paso onde queira que estivesen...
En definitiva, un lugar de encontro coa nosa cultura, a nosa fala, con esa galeguidade
que levamos dentro.
Queremos facer desde estas páxinas (quizais pobres de contido e de calidade, pero traballadas
con moito agarimo), unha chamada de colaboración, dirixida a todos aqueles e
aquelas, homes e mulleres, rapaces e rapazas, pequenos ou grandes, que teñan algo que
dicir: un conto daqueles da lareira, unha poesía, unha cantiga, un vilancico, refrán, adiviñanza,
ou calquera outra cousa que lembredes ou xurda da propia creatividade.
Sería mágoa que Raoila morrera despois dos traballiños que deu para nacer, e pode
suceder tal cousa se non atopamos quen colabore na súa manutención.
Raiola espera moito de todos vosoutros.

No hace mucho tiempo
inaugurábamos
la nueva sede del
Centro Gallego en Vitoria.
Un acontecimiento entrañable
fruto del esfuerzo y
de la tenacidad de los hombres
y mujeres que trabajan
y viven en Álava y mantienen
el carácter de su tierra
de origen, Galicia. Y en
esta ocasión, tengo la oportunidad
de dar la bienvenida
al segundo número de
"Raiola".
Saludo para Raiola
Con esta revista el
Centro Gallego quiere dar a
conocer sus opiniones, ideas,
actividades, pero estoy convencido
que sobre todo nace con la voluntad de
constituir un puente de unión entre
pueblos, comunidades e instituciones.
Siempre he admirado la constancia
del colectivo gallego por mantener
vivas sus tradiciones, a pesar de las distancias
geográficas. La voluntad por
transmitir a sus hijos el cariño por estas
manifestaciones, que también, han
conseguido introducirse entre los alaveses.
Y es, precisamente en la diversidad,
donde las sociedades se enriquecen. El
intercambio de experiencias y costumbres
es, sin ninguna duda, un elemento
dinamizador y de avance para todos.
Por todo ello felicito a los miembros
del Centro Gallego promotores de esta
publicación, que va a permitirles plasmar
su día a día, y, a nosotros conocer
mejor su realidad.
Desde la Diputación Foral de Álava,
quiero subrayar nuestro apoyo decidido
a cualquier iniciativa que contribuya a
difundir y potenciar la riqueza cultural
en nuestro territorio como estoy seguro
lo va a hacer "Raiola".
Ramón Rabanera Rivacoba
Diputado General de Álava.
5

6
Algunas notas sobre el día de las
Letras Gallegas
Federico Pomar de la Iglesia
La celebración por parte de Galicia
y de todos los gallegos esparcidos
por el mundo, agrupados en
Hogares, Casas y Centros, del 17 de
mayo como fecha de exaltación de una
cultura propia y definida, cuya más nítida
expresión es la lengua originaria, se
ha asentado felizmente como una prueba
de la identidad para unos, los gallegos,
y de identificación de Galicia para
todos los demás pueblos. Desde aquel
primer año en que se inició la conmemoración
hasta el presente, muchas
han sido las figuras gallegas, preferente
y consecuentemente, de su literatura,
que han recibido, junto al recuerdo
a g radecido por sus aportaciones, el
homenaje de un pueblo. Al menos, una
vez al año, un personaje gallego del
pasado remoto o próximo, ha reunido
la atención común y, por lo general, la
veneración de una más o menos concreta
gratitud.
Como bien saben los lectores de
RAIOLA, la elección de la fecha estuvo
El Día de las Letras Gallegas se
celebró por primera vez el 17 de
mayo de 1963, cuando se cumplían
100 años de la publicación del libro
«Cantares Gallegos» y, naturalmente,
fue dedicado a Rosalía.
determinada, tanto para los iniciadores
e impulsores de la idea como para
quienes la acogieron, siguieron y apoyaron,
por ser coincidente con la prim
e ra edición del libro de ve r s o s
gallegos que, bajo el título de CANTA-
Rosalía de Castro
RES GALLEGOS, escribiera Rosalía de
Castro, que comienza con el verso: as
de cantar y que, con admiración y cierta
gratitud en virtud de sus aportaciones
a un mejor aprecio de Galicia, dedicara
a «Fernán Caballero», precisamente
en la fecha del 17 de mayo de 1863.
A los cien años de cumplirse tal
e vento, expresiva relación de dos
mujeres escritoras, es decir, el 17
de mayo de 1963, cuando el
Ministerio de Información y
Turismo, entonces dirigido por
don Manuel Fraga Iribarne,
aprueba la iniciativa propuesta

por la Real Academia Gallega, se conm
e m o ra la publicación, se instituye la
n a t u raleza de ese Día y, pese a la singular
popularidad del personaje,
Rosalía, y de la obra, no rebasa el significado
ni la importancia el ámbito de
c í rculos culturales muy determinados.
Sin embargo, queda ya la cimentación
de un acontecimiento que irá creciendo
en entidad y divulgación. De
h e cho, se unían así la exaltación de la
c r e a t ividad gallega y ese afán de prom
over una atención a su lengua, con
un gran acontecimiento de una y de
o t ra como fue la publicación de la
o b ra rosaliana, que abrió sentimientos
espontáneos de reconocimiento de
una peculiar manera de ser y de sentir,
acaso con mucha más fuerza e
influencia popular que muchas otra s
a c c i o n e s .
Por muy distintas razones, ya afirmadas
por los promotores y consentidas
a partir de la primera celebra c i ó n ,
según las diferentes propuestas a lo
largo de los años, siempre se eligieron
personajes con obra mayo r i t a r i a m e n t e
escrita en gallego, y así fue como poetas,
narradores, historiadores y científicos
de Galicia recibieron una
revitalización por sucesivos renuevo s
de la memoria histórica que, colecti-
El Día de las Letras
Gallegas (17 de mayo) coincide
con el de la primera
publicación del libro de versos
«Cantares Gallegos»
de Rosalía de Castro.
Manuel Murguía fue el
primer presidente de la
Real Academia Gallega,
institución promovida e
impulsada desde la galleguidad
de La Habana.
vamente, fijaba la atención en sus personalidades
y en sus textos de dive r s a
n a t u raleza y contenido. Algunos de
ellos, y no hay causa suficiente para
negarlo, consiguieron ser conocidos y
alcanzar cierta popularidad, cuando
menos transitoria, en el año en que fueron
festejados.
Recordemos que allá por el año 1886,
ya fallecida Rosalía, Manuel Murguía preside
el Certamen Literario, organizado
por el periódico O GALICIANO, que los
días 9 y 10 de agosto tiene lugar en
Pontevedra, durante los tradicionales festejos
de esta ciudad en honor de su patrona
la Virgen Peregrina, y en el que, como
es bien conocido, todos los trabajos presentados
estaban escritos en gallego. En
el discurso pronunciado como presidente,
Murguía hizo un elocuente canto en
defensa de la lengua gallega, resaltando
que constituía el signo más evidente de
identidad y que, por ello, era necesario
que todos se aprestaran a cultivarla. A
raíz de este discurso, tanto las polémicas
originadas en la prensa, con disparidad
de posturas, como algunas referencias
literales del texto, entrecomilladas en castellano
por quienes lo aducen o comentan,
hacen sospechar que ésta fue la
lengua usada en dicho parlamento.
7

8
Manuel Murguía
Por otra parte, el hecho de que en el
presente año se haya escogido la personalidad
y obra de Manuel Martínez
Murguía como la figura representativa de
las Letras Gallegas, a pesar de que apenas
escribió en la lengua nativa, induce a
comentar que son todavía muchas las
grandes personalidades de la literatura,
en sus más diversos géneros, que ha
dado Galicia para honra y prez de su
propia cultura y de la común de toda
España, a la que supieron proyectar la
que era peculiar de su país, en sus costumbres
y modos de expresión, introduciendo
palabras y giros tan específicos
como enriquecedores.
La elección de Murguía, el primer
presidente de la Real Academia
Gallega, institución promovida e impulsada
desde la galleguidad de La
Habana, como centro del Día de las
L e t ras Gallegas del presente año, hace
abrigar esperanzas de que, cualquier
año de la presente centuria, puedan
aparecer junto a Labarta Pose o
Victoriano Taibo, Fernández Flórez,
Julio Camba o José María Castrov i e j o ,
junto a Antonio Fraguas o Fi l g u e i ra
Va l verde, de tan recientes tránsitos
que aún parecen estar muy presentes
entre nosotros, Joaquín Lorenzo
«Xocas», Eloy Luís André o Vi c t o r i a n o
G a rcía Martí, o al lado de Presidentes
que fueron de la Academia, como
Manuel Casás o Sebastián Martínez-
Risco, narradores de la talla de Emilia
Pardo Bazán, Ramón del Va l l e - I n c l á n
o Gonzalo Torrente Ballester, porque
unos y otros contribuyeron a la afirmación
de Galicia desde la presencia de
ella en la narra t iva, en el humor, en la
poesía, en el ensayo, en la filosofía, en
una mayor amplitud y posibilidades de
ser difundida y conocida, desde la
autenticidad de sus tradiciones, desde
la interpretación de la vida y de los
hombres o desde los reflejos de la
sociedad a lo largo de los tiempos.
¿ Por qué ha de empequeñecerse la
c r e a t ividad gallega? ¿No fue Manuel
Murguía, desde sus primeras narraciones
quien, pasando por una durad
e ra labora periodística, armó en sus
i nvestigaciones históricas y estudios
de investigación una estructura de
identificación y de conciencia de lo
singular gallego? La globalización
c u l t u ral quizás exige una perspectiva
n u e va de la proyección de Galicia y
de su total aportación a ese acervo
cada día más unive r s a l .

Vicente Touzón
Un paseo polo Caurel.
Lembrando a Uxío
Eu tiven a dita de ver a luz no
Caurel, unha bisbarra situada no
sureste de Lugo, coma cada quen
tivo a sorte de nacer no lugar que a
deusa Fortuna lle dispuxo; o mesmo dá
vir ó mundo nun sitio ou noutro, porque
cada terra ten ese aroma peculiar
que aspiramos no momento de nacer e
queda ancorado para sempre no máis
p r o f u n d o
do noso
s e r, é
coma un
c o r d ó n
u m b i l i c a l
que nos
m a n t é n
u n i d o s
coa terra
nai.
Quizabes ese primeiro alento que
recibimos da terra ten en Galicia un
algo especial. Non o sei.
Non lles vou falar neste espacio da
fermosura desa bisbarra que me viu
nacer, esa terra que engaiolou a Ánxel
Fole; hai varios libros escritos que a
describen moito mellor que o faría eu.
Non lles falarei da devesa da Rogueira,
unha das máis ricas de Europa en varie-
Fontes na devesa da Rogueira: unha de auga vermella e outra de auga branca
«Augas brancas da Rogueira!
Bouzas pechas d’uces e xestas!!
Abrairas teixos faias xardois e reboleiras!
Outo bosco calado!
Fontiñas do corzo!
Carrozos picafondo!
Non hai outro templo máis vasto
nin outro credo
que este silencio...»
Uxío Novoneyra.
9

10
dades autóctonas.
Nin lles falarei do castelo do
Carbedo. Nin dos itinerarios, cumes,
«Ventana de Doña Ildara
prá banda da tara!
Castelo do Carbedo
sólo prá tarde no bico do penedo!»
Uxío Novoneyra.
ríos; nin dos soutos de castiñeiros,
ferrerías, explotacións auríferas dos
romanos; nin dos castros, nin das pontes
e acueductos romanos... Nin dos
alvares esparexidos polos montes.
Eu, como deixo dito, nacín e pasei a
infancia e primeira xuventude (ata os
15 anos) nunha aldea de Caurel, coma
c a l q u e ra outro rapazolo daquela
época, anos 50-60, fun moitas veces
coas vacas, fun
apañar castañas,
arrincar
cozas, segar
outono e centeo
co fouciño,
herba coa
gadaña, ara r
co arado romano...
E algunhas
ve c e s
tamén iamos á
escola con don
Andrés, que
era un mestre
con moita
sona, todos
revoltos, nenos
e nenas desde
5 ata 14 ou 15
Túnel-acueducto de Romeor (do século I-III)
para levar a auga ás explotacións de ouro
anos, anque a
escola só se enchía cando chovía a
cántaros ou nevaba a copo tendido. O
mestre ás veces soltaba a man, ou a
regra, ou o punteiro, ou poñía a un de
xeonllos cos brazos estendidos e un
Quixote en cada man; os lapotes case
sempre os recibían os mesmos, aqueles
que pagaban todas as trasnadas, quen
queira que as fixese.
Na escola falabamos o castelán e
tamén cando o mestre ía acompañado
Castro da Torre en Sobredo
de alguén de fóra e topabamos con eles
tiñamos que dar as boas tardes en castelán,
senón endoutro día había castigo.
Tamén teimaba moito neso de falar
o castelán cando viña o inspector. Así é
que ós que nos tocou vivir aqueles tempos
eramos galegos eivados (é un dicir);
eu aprendín a escribir (isto tamén é un
dicir) e ler en galego despois de saír de
Galicia, pero nunca é tarde se...
O que máis boto de menos agora,
cando vou a Caurel, é aquel barullo
dos nenos. Aquela ringleira de pequenos
camiño da escola, uns cunha coza
na man, outros cunha gaveliña de estelas
para a estufa. E todos contentos, en
canto o mestre dicía «la tabla del dos»,

que era a que
mellor sabiamos,
todos nos puñamos
a cantar ó
momento «dos
por una es dos,
dos por dos cuatro,
dos por
tres...»... E cando
viña o inspector,
un señor engarabatado,
con sombreiro,
serio,
arrogante... O
mestre xa nos
av i s a ra o día
anterior, «decirle
a vuestras madres
que mañana os
pongan una
camisa limpia y
que os dén un
trapo para sonar los mocos, no os
sonéis con la manga, lavaos la cara y
quiero veros bien peinados. ¡Ah!, y que
no oiga una sola palabra en gallego».
Ese día mandábanos sentar estratexicamente,
pero iso non valía de nada, o
inspector sempre preguntaba a quen
non debía, ou o que non debía. Unha
vez chegou á escola,
todos nós caladiños,
temerosos, de pé ata
que dicía: «Ya pueden
sentarse.» El
quedaba de pé,
paseando a vista por
enriba das nosas
cabezas, logo tende o brazo e apunta
co dedo a Manolo Cach o e i ra .
«Salvados», pensamos todos, porque o
Cachoeira era o máis listo da clase,
Parede da ferrería de Seoane
O mestre ás veces soltaba a
man, ou a regra, ou o punteiro,
ou poñía a un de xeonllos cos
b razos estendidos e un
Quixote en cada man.
11
sabía de carreiriña
todos os ríos
que verten no mar
e máis de corenta
afluentes; ata
sabía os nomes
de todos os reis
godos, que era n
moitos, porque os
herdeiros da
coroa tiñan présa
por ocupar o
trono e en canto o
rei levaba unhas
poucas semanas
gobernando, xa o
mandaban matar
para poñerse eles
a reinar, non sei
para qué xa que
de alí a pouco
tempo pasaban
pola mesma situación. O Cachoeira
posto de pé, saca peito, como dicindo
pode preguntar o que queira... O mestre
cun sorriso de orella a orella, o inspector
deixa pasar o tempo, facéndose
o importante, e logo poñendo voz de
Maruxo, di: «dime, guapo, ¿cómo te
llamas?» «Manuel Cach o e i ra López,
para servir a usted, a
Dios y a España.»
«Muy bien. Puedes
sentarte». E a continuación
unha vo z
que non se sabía de
onde saíu «nós chamámoslle
Capa
Lagartos» O mestre e mailo inspector
míranse un ó outro e o mestre di:
«luego me encargaré yo de ese gracioso».
O inspector fai outro percorrido

12
coa vista e vai dar no
pobriño do Pepe Aira
que naquel intre estaba
furgando co dedo no
nariz. «A ve r, usted,
¿cuántos años tiene? O
rapaciño posto de pé,
medio enconicado,
pensando na súa mala
pata, había alí quen
tiña dez ou doce, pero
vaille preguntar a el;
bo, colle aire e responde
«nós temos dous
años e unha añiña,
pero a ovella pinta
logo vai parir.» O mestre enruga o fuciño,
o inspector fai un aceno coa testa e,
de súpeto vexo aquel dedo coma unha
lanza apuntando cara a min. «A ver,
usted, dígame los nombre de tres reyes
visigodos». Trágame terra, eu conseguira
aprender algúns daqueles nomes cunha
e s t ratexia que
me ensinara o
C a ch o e i ra; el
dixérame un día,
«mira, para lemb
rar os nomes
de Eurico e de
Alarico, ti pensas
«Eu rico, Alá
rico», el ata
pegaba no peito
co puño cando
dicía eso de «Eu,
rico».
Así é que eses
dous nomes
tíñaos perfectamente
grava d o s
na memoria,
Ferbenza no carrozo da Laruda
Ponte romana en Lousadela
pero só eses dous: «Eurico, Alarico y...»
O outro nome non aparecía en ningún
recanto da miña cabeza, entón escoito
unha voz tras de min «Ludov i c o » .
Salvado, penso, e ca mesma repito os
tres: «Eurico, Alarico y Ludov i c o .
«¿Ludo qué?», pregunta o inspector,
que o de Ludovico non lle soaba de
nada, anque penso que tampouco el os
sabía todos. Eu lembrei entón o que
dixera o mestre respecto do gallego, e
repito tan campante: «Yorico, Alarico y
Ludobeso».
Fiquei abraiado cando vin a ollada
do mestre coma un trade aburacando
os meus ollos.
O que segue é un conto que anda
por aí, non lle sucedeu a ninguén da
miña aldea.
«A ver, usted, ¿quién escribió el
Quijote?» —preguntou o inspector—.
«Eu non fun, señon inspector», apresurouse
a responder o neno. O mestre
torce a cabeza, o inspector pasa a man

Minas de ouro dos romanos: Mina da Toca.
Ó fondo a de Torubio
polo pelo. Bo, parece que me creu,
pensa o rapaz. Pero ca, a cousa non
quedou aí. Foi comer co alcalde despois
de visitar outras escolas e insistiu
no asunto. «En estas escuelas hace falta
mano dura», lle dixo. E iso debeu chegar
a oídos do noso mestre, porque
endoutro día uns cantos pasamos a
mañá cos brazos en cruz e un Quixote
en cada man. «Quiere saber que esta
mañana le pregunto a uno de los chicos
quién había escrito el Quijote y me
contesta que él no fue.»
Menos mal que o alcalde era unha
persoa cabal e non se deixou asoballar:
«Pois se o rapaz dixo que el no foi,
pódeo crer, aquí os rapaces non son
nada mentireiros.»
Pero o tipo aínda non foi conforme,
cando ía subir ó catro catro para marchar,
din que levou as mans á cabeza e
exclamou: «¡Ay! Góngora, que olvidado
te tienen.»
Despois deste repaso ós tempos da
escola, quixera falarlles dalgúns persoeiros
do Caurel, sempre houbo alí cantadores,
brindeiros, poetas e gaiteiros,
destes uns tocaban ben a muiñeira,
13
outros a mazurca ou pasodobre
e, en fin, como dicía unha
muller do meu pobo «o caso é
tocar a gaita, galán.»
Hoxe, porque o espacio non dá
para máis, falarei dos poetas.
Eu sempre pensei que os poetas
son xente rara, cantan e louban
a fermosura das rapazas guapas,
cousa que non é preciso facer,
porque ben se ve; outras veces
soñan con tesouros e falan dos
cabelos dourados, os labios de rubí, os
dentes de perlas; e cando lle fan as beiras
a unha moza xa tolean de todo, dinlle
cousas así:
« E s p é rame mañana a la sombra del
ciprés, esta noche cogeré la luna para
ponerla a tus pies», ou toladas polo estilo,
como se para coller a lúa non fixera
falta máis que estirar o brazo e botarlle
a man. É certo que hai poetas gra n d e s ,
poetas que son grandes non só polo que
din senón polo ben que o saben dicir.
O poeta do Caurel, o máis grande foi,
e é (a obra permanece), Uxío Novo n e y ra ,
do que neste outono se cumpre un ano do
seu falecemento.
«Branca, Uxío i Arturo
quedaranse no Futuro
quedaredes no Futuro
pre que siga o Pasado
e ti Galicia a durar
anque se funda o lousado
e caia a neve no lar.
Anque se descubra o faiado.
No coarto en que fun nado
e no mesmo leito ha nevar.»
Uxío Novoneyra.

14
Uxío Novoneyra no acto de presentación dos libros que se citan
Non quero facer aquí unha lembra nza
da súa vida e da súa obra, porque hai
dabondo escrito. Só quero que estas
liñas sexan un recordo, unha pequena
homenaxe neste aniversario a ese home
g rande en todos os sentidos. Eu tiven o
p racer de coñecelo persoalmente, estiven
na súa casa de Pa rada parolando
(«A casa de pedra e cal vella
—solaina e ventanas prá serra—
feita fai cen anos á miña maneira!»)
Uxío Novoneyra.
con el, comendo chourizo e xamón e
bebendo uns grolos de viño (o primeiro
que facía cando alguén chegaba a súa
casa era poñer enriba da mesa algo de
comer e de beber), en compañía do
común amigo Xesús Manuel Marc o s ,
outro escritor que chegará lonxe. Tive n
tamén o grande honor de que el present
a ra o meu libro «Juegos al anoch e c e r » ,
xunto con «Te r ra queimada» de Xesús
Manuel Marcos.
Calou aquela voz un día triste,
a voz que nas penedas ecoaba
un día dun outono treboento,
un día que menceu sen alborada
montou dacabalo dunha nube
que foi arrastrada polo vento.
Mais o eco que mora nas penedas
anda sempre revoando polas fragas,
polos soutos, por devesas e pradeiras,
por camiños, corredoiras e carreiros,
por carrozos, por regueiros e pincheiras,
e o vento vai tras del algo tristeiro
e ás noites choromica polos eidos.
Calou aquela voz un triste día,
voz melosa nos beizos da pastora,
clamorosa chorando a Ribadaira,
voz irada fronte das inxustizas,
voz garimosa se é voz enamorada.
Voz que bebeu da auga destas fontes,
que agatuñou polas abas destes montes,
voz espida mergullando naquel lago
que andou paseniño de Caurel ata Santiago.
Vicente Touzón.

L e yendas del Camino de Santiago:
San Virila y San Ve r e m u n d o
Imanol López Lacalle
Es bien conocida la vinculación
estrecha de las tierras de Navarra
con el Camino de Santiago porque
en ellas confluyen gran parte de los
caminos europeos que por vía terrestre
se dirigían a la tumba del Apóstol
Santiago en Compostela.
En la zona media de Nava r ra, a orillas
del río Arga, en Puente la Reina,
Pontis Reginae, se unían los peregrinos
procedentes de Italia, del sur de
Alemania, del Valle del Ródano o del
Languedoc que venían por la vía
Tolosana, con aquellos que lo hacían
por las vías que partiendo de Le Puy,
Tours o Ve z e l ay, atravesaban el Pirineo
Cabecera San Salvador de Leire
15
por Roncesvalles; estos caminos recogían
a los viajeros del norte de Europa
y la parte central y occidental de
Francia.
El camino Tolosano que franqueaba
el Pirineo por el puerto de Somport,
discurre por Jaca y la Canal de Verdún,
primitivo solar en el que se gesta primero
el condado y luego el reino de
Aragón. Al final de este largo valle y al
entrar en las tierras más orientales de
N ava r ra, en una elevada balconada
natural, a la derecha del camino y
situada al sur del contrafuerte pirenáico
del Arangoiti, está enclavado desde los
más oscuros tiempos de la Edad Media
el monasterio de Leyre. Leyre era ya un
cenobio afamado
y de un
notable desarrollointelectual
en la mitad
del siglo IX
cuando fue
visitado por
San Eulogio de
Córdoba. La
p r i m e ra leye nda
que vamos a
t raer a estas
líneas es la de
un abad de este
m o n a s t e r i o ,
San Vi r i l a ,
datado históricamente
en el
año 928.
Leyre tiene en

16
Cripta de San Salvador de Leire
su iglesia la cabecera románica más
antigua de Nava r ra y quizás de la
Península Ibérica con una cripta debajo
de ella que por la tosquedad y voluminosidad
de su aparejo es del más
rancio sabor altomedieval. Todo ello se
construyó entre 1025 y 1060. En la portada
occidental de la iglesia trabajó,
azares de la vida, el maestro Esteban, el
mismo cantero que construyó y adornó
la puerta de las Platerías de la Catedral
de Santiago.
Desde Puente la Reina discurre
por un solo camino, el famoso Camino
Francés, el fluir de los peregrinos europeos
que, como hemos dicho, venían a
unirse en este pueblo adornado con un
bello puente románico de la primera
mitad del siglo XI.
Pasado Estella, o las ruinas del
monasterio de Zarapuz si se va por el
primitivo camino, el peregrino jacobeo
medieval hacía posada en el monaste-
rio de Irache. Este cenobio benedictino
cuyo origen se remonta a la primera
mitad de la décima centuria, situado al
pie de Montejurra, montaña de reminiscencias
heroicas para el carlismo, es
un enorme edificio que alberga en sus
diferentes estancias el arte románico de
mediados del XII, el protogótico cisterciense
de finales del XII y principios del
XIII, el plateresco de la primera mitad
del XVI, el herreriano y el barroco. Los
vetustos sillares del viejo monasterio de
Irache están cargados de historia y la
leyenda adorna, también, la figura del
más importante de sus abades, ya que
fue en tiempos del abadiato de
Veremundo cuando el cenobio cobró
sus más altos vuelos.
Tanto Leyre como Irache son dos
lugares que el peregrino, el viajero y el
turista amante de las cosas hermosas y
de la historia no deben dejar de visitar.
Sin embargo, vayamos ya a las dos
leyendas que se fraguaron en las largas
veladas de invierno, al calor de la
hoguera de sus hospederías, entre los
monjes y peregrinos que se refugiaban
de las noches frías, de la cellisca, el
agua o la nieve de los campos.
Una hermosa y fresca mañana de
primavera, cuentan, cerró el portón del
monasterio el abad Virila y salió paseando
hasta internarse en el bosque de
robles, encinos y bojes que hay en el
lindero norte del muro de clausura. Iba
el viejo abad de Leyre dándole vueltas
en la cabeza a un tema que lleva b a
m u chos tiempos preocupándole y para
el que no encontraba respuesta:
¿Cómo sería posible gozar de una vida

Interior S. Salvador de Leire
feliz en el Cielo durante toda la eternidad
sin caer en el tedio y el aburrimiento?
Concentrado en estos
pensamientos, oyó el armonioso canto
de un pajarillo y, puesta su atención en
la bella melodía de sus trinos, lo siguió
hasta llegar a una fuente de agua fría y
cristalina. Virila se sentó plácidamente
ensimismado con el canto del pájaro y
pasó mucho tiempo hasta que de
n u e vo volvió a la realidad. Cuando
quiso regresar se encontró rodeado de
vegetación y sin ninguna huella del
sendero que lo había llevado hasta allí.
Con gran esfuerzo logró atravesar la
e s p e s u ra de zarzas, ramas y helech o s
hasta que dio vista al claro del bosque
donde se encontraba el monasterio.
El pequeño cenobio que había dejado
con las primeras luces del día se le
hizo desconocido; la puerta no era la
misma, una gran iglesia había en el
lugar del pequeño oratorio en el que
17
había rezado esa mañana maitines y
laudes. Golpeó varias veces en la puerta
y salió a abrirle un monje vestido con
cogulla blanca. Nuestro abad se encontraba
totalmente confundido; el portero
le preguntó quién era y Virila respondió
que el abad de aquel monasterio.
Después de hacerle pasar a la hospedería
contó el portero a su abad la presencia
de un anciano monje vestido
con hábito negro que decía ser el abad
Virila que había salido a pasear por la
mañana.
En el monasterio se creó un gran
revuelo; miraron en los viejos pergaminos
del archivo y allí figuraba el abad
Virila que había desaparecido del
monasterio una mañana de hacía trescientos
años. Leyre había pasado, en
ese gran intervalo de tres siglos, de
mano de los benedictinos a los cistercienses
que visten hábito blanco.
Una vez difundida la noticia a la
comunidad todos se llenaron de gozo y
alegría por la vuelta prodigiosa del
abad y fueron a dar acción de gracias al
Señor recitando el salmo que reza:
“Mil años ante tus ojos son como el
día de ayer que ya pasó”.
Veamos que nos dice la segunda
leyenda.
Veremundo había nacido en un
pueblo a los pies de Montejurra que
bien pudo ser Villatuerta o Arellano,
lugares que llevan reivindicando el
uno contra el otro el ser la cuna de
nacimiento de nuestro santo.

18
Veremundo ingresó en Ira che de adolescente
siendo abad del monasterio
Munio que era su tío. Fue Ve r e m u n d o
hombre de larga vida y sobresalientes
virtudes. Su longevidad le permitió
conocer a cuatro reyes del viejo reino
de Pamplona: Sancho III el Mayo r,
G a rcía III el de Nájera, Sancho IV el
de Peñalén y Sancho Ramírez de
A ragón y de Pa m p l o n a .
Dice la leyenda que siendo jove n
monje profeso fue encargado por su
tío Munio, dada su prudencia y laboriosidad,
para atender la portería del
monasterio. Allí llegaban en busca de
refugio o alimento muchos peregrinos
y pobres de los alrededores. Una
tarde de crudo frío invernal, después
de vísperas, Veremundo encontró en
el zaguán de la portería a varios peregrinos
que tiritaban de frío y traían las
ropas empapadas por el aguanieve
que les había caído desde su salida
de Zarapuz, una legua más atrás.
Veremundo los hizo pasar y acerc a r s e
junto al fuego bajo del refectorio de
la hospedería mientras él iba a la
cocina del monasterio a buscar algún
trozo de pan para saciar el hambre de
aquellos pobres peregrinos. Cuando
regresaba a la hospedería se cruzó en
el claustro con su tío el abad Dom
Munio. El joven monje llevaba los
mendrugos de pan recogidos en la
cogulla. Munio, receloso de la exces
iva largueza de su sobrino, le preg
u n t ó :
—¿Qué llevas escondido en la
c o g u l l a ?
Respondió Ve r e m u n d o :
— L l e vo unas astillas de leña a la
Monje bebiendo Santa María de Irache
hospedería para av ivar el fuego y
calentar a unos peregrinos que han
llegado totalmente mojados y ateridos
de frío.
Munio, desconfiado, hizo que se
las mostra ra y he aquí que los trozos
de pan se habían convertido en
a s t i l l a s .
Veremundo continuó su camino
y fue a atender con diligencia a sus
huéspedes que agradecieron aquellos
trozos de pan.
A los pocos años de este milagroso
suceso, Veremundo fue nomb
rado abad de Ira che. Duró su
mandato cuarenta y cinco años, en
los cuales Ira che fue favorecido con
cuantiosas y ricas donaciones de iglesias,
pueblos y monasterios. Nuestro
abad murió el 8 de marzo de 1099 y
junto a Santo Domingo de la Calzada
y San Juan de Ortega completa la
nómina de grandes santos del
Camino de Santiago.

O Curruncho dos Nomes
de Lugar (I)
Mercedes Espiño, da Mesa pola Normalización
Lingüística.
Con esta sección que se irá
repetindo ao longo dos
números desta publicación
do Centro Galego de Vi t o r i a -
Gasteiz, queremos dar a coñecer os
diferentes significados e orixes dos
topónimos ou nomes de lugar.
Tentaremos buscar e xustificar as
formas orixinais destes topónimos,
pois consideramos que moitos deles
moi estendidos non son formas
correctas, por termos sufrido un
proceso de deturpación toponímica
por influxo do español durante anos
e séculos.
A toponimia estuda a orixe e significado
dos nomes de lugar. Entre
os topónimos galegos, encontra m o s
formas prerromanas (que poden ser
preindoeuropeas, preceltas ou celtas,
linguas faladas antes do latín),
formas latinas (procedentes do latín)
e formas xermánicas ou ára b e s .
Por exemplo, os topónimos
preindoeuropeos son nomes de
lugares bastante estendidos como
Veiga, Va r cia , Queiroga,
G á n d a ra, Coto ou Cotón (significa
«elevación do terreo»), Barra l ,
Barreiro, Touza, Touzal, To u c e d a
19
ou Touzón (estes catro últimos
queren dicir «matorreira»), etc...
Topónimos preceltas hai menos:
Ambroa, Páramo, Vi a s c ó n ,
Ta rascón, Ledusco...
En canto aos celtas temos
algúns como: Bergantiños,
Bretoña, Céltigos, Nemancos,
Tabeirón, Barallobre, Canzobre,
L e s t r o b e . . .
De orixe latina hai moitísimos
restos, (cómpre lembrar que o
setenta por cento do léxico galego
é de orixe latina): Castelo,
Castrelo, Fi s t e r r a, Moimenta,
Mosteiro, Pazo, Pazos, Pe d ra f i t a ,
Po n t e ve d ra, Po n t e d e u m e ,
Vi l a n ova . . .
Dos xermanos quedáronnos
moitas formas: Baltar, Gondar,
G o n d o m a r, Amil, Castromil, Samil,
Vaamonde, Beariz, Guitiriz,
Mondariz, Gomesende, Ta n x i l ,
Godos, Suevos, Vi l a g u d e . . .
Tamén, aínda que pareza estraño,
existen en Galicia topónimos
deixados polos árabes como
Aldea, Alfoz, Almuzara, A
Mezquita, Rábade....

20
O Curruncho dos Nomes
de Lugar (II)
Xa explicamos de que linguas procedían
os nosos topónimos galegos
(preindoeuropeos, preceltas,
celtas, latinos, xermánicos e árabes).
Agora imos ver que causas externas á
propia lingua incidiron na formación
deses topónimos:
Formas ou tipos de poboacións:
Burgo, Castro, Póboa, Vigo (que provén
do latín «vicus» que significaba
«aldea», un topónimo bastante estendido
por Galicia), Vi l a r,
Vila...Edificacións: Castelo, Celeiro
(lugar onde se gardaba o gran), Muros,
Pazo, Pombal, To r r e . . .
Establecimentos industriais: Batán,
Folón, Cutián, Pisón (todos eles reférense
a unha máquina movida por auga,
lembremos o Paseo del Batán de Vitoria-
Gasteiz co mesmo significado e coa
mesma orixe), Forno, Fornelos, Muíños,
Telleira...
To p o g rafía ou configuración do
chan: Eira, Chan, Chao, Devesa (terreo
acoutado, limitado por valos ou muros),
Montouto (monte alto), Outeiro...
Constitución do terreo: Areas,
Barreiro, Lousada, Seixo, Seixido...
Hidrografía e augas: Augasmestas,
Augadoce, Augalevada, Caldas (augas
quentes, moi abundantes en Galicia),
Fonte, Fonmiñá (onde nace o río
Miño), Fontán, Fontao, Ribas,
Ribadumia, Ribeira . . .
F l o ra e cultivos: Ameixedo,
Ameixenda, Amieiro, Ameneiro,
N o g u e i ra, As Nogais, Carballeda,
Carballiño, Castiñeiro, Fi g u e i r i d o ,
Figueiredo, Freixo, Fr e i x e i r o ,
Loureiro, Maceira, Souto, Soutelo...
Fauna e animais domésticos:
A b e l l e i ra (de abellas), Armenteira
(lugar onde hai gando va c ú n ) ,
Leboráns, Leboreiro (lugar onde hai
«lebres»), Lobeira, Oseira . . .
Camiños e obras neles: A
E s t rada, A Rúa, Ponte Carreira ,
Portela, Po u s a d o i r o . . .
Edificacións e nomes relacionados
coa relixión: A Capela, Eirexa,
Igrexario, Mosteiro...
Nomes de santos: Sanfiz,
Santabaia, Sanxenxo, Sanxiao,
Sanxurxo, San Paio, Santa Comba...
Nomes de fundadores ou propietarios:
Vilar de Donas, Vilar de Frades,
Vi l a g a rcía, Vilaxoán, Guitiriz (de
Witerico), Chorente (de Florentius, que
dá Florencio)...
En próximas entregas aprofundaremos nestes nomes de lugar. Se vostede ten interese en
coñecer algún topónimo especifico, non dubide en escribir ou telefonar á revista do
Centro Galego de Vitoria-Gasteiz. Tentaremos darlle resposta.

No hay nada para leer
Maeba García Sánchez —15 años—
Instituto Eduardo Pondal. Santiago de Compostela
ensé que iba a ser un día nor-
Pmal como otro cualquiera, una
tarde de domingo aburrida
encerrada en mi habitación, leyendo el
estúpido libro que nos había encargado
el profesor. Cuando estaba en la segunda
página de mi lectura, noté como
algo caía por mi mano. Cuando me
quise dar cuenta, el suelo estaba lleno
de letras. Letras mayúsculas y minúsculas.
Corrí a llamar a mi abuela, que
como siempre estaba en su butaca
leyendo su viejo libro de poemas, el
cual nunca llegó a acabar, ya que cuando
iba por la mitad tenía que volver al
principio porque no se acordaba.
Cuando le conté el suceso, me gritó
que dejara de inventar cosas, que la
televisión me estaba derritiendo el
cerebro, camino por el cual no iba mal,
porque entre los exámenes y el agobio
de los deberes, creo que ya no me quedaba
masa cerebral en mi cabeza.
Regresé a mi habitación, no sin
intentar comprender por qué las letras
de mi libro se habían escurrido de éste.
Abrí el libro, más bien lo que quedaba
de él, y por suerte, o por desgracia,
descubrí que las fotos del libro era
lo único que se había quedado en las
Ñ
21
páginas. Empecé a pasar hojas, todas
en blanco. Mi mayor sorpresa fue descubrir
que las fotos se movían, que
tenían vida. Cuando pude dar crédito a
lo que estaba pasando, empecé a creer
en las palabras de mi abuela.
Salí corriendo de mi habitación.
Volví a entrar. Ilusión óptica. En el
suelo no había nada.
Al día siguiente volví a abrir el libro
y noté como las letras se movían y
empezaban a hablar... ¿Hablar? Pensé
que a lo mejor había tomado algo de
vino. Hablaban. Y las escuché.
Estaban enfadadas porque nadie
quería leerlas. Decían que en conjunto
formaban una historia, muy bella.
Interesante, pensé. Me senté y empecé
a leer. Las letras tenían razón. Una
narración muy interesante. Al cabo de
dos horas, me di cuenta que había terminado
el libro, aquel libro que yo
había calificado de aburrido.
Me empecé a interesar por la lectura,
e incluso llegué a leer el libro de
poemas de mi abuela. Soy una apasionada
de la lectura, y tengo una gran
colección de libros. Me encanta leer. Es
mi entretenimiento favorito.

22
Mª Inmaculada Gómez Buela —14 años—
Instituto Eduardo Pondal. Santiago de Compostela
Estupefacta, miraba ao exterior. A auga
corría polos ollos de boi e o frío polo
meu corpo. As ondas de calor, procedentes
da vella estufa de gasóleo, aliviaban
periódicamente o meu insufrible
estado de conxelación.
E ra o meu aniversario; un anive r s a r i o
cheo de soidade, falto de cariño, e no meu
subconsciente, sen eu me decatar de todo,
agardaba que fora o último.
Todo comezara había dous meses, cando
a uns compañeiros e a min nos concedera n
o submariño máis grande que posuía a
Armada Naval para facermos as nosas inve st
i g a c i ó n s .
A «viaxe» ía xenial, ata que, ás tres semanas,
un paso en falso dun dos meus amigos
e s t r o p e a ra a radio. Te n t a ramos poñernos en
contacto coa base, pero fóranos imposible.
Daquela decidiramos subir á superficie.
Supostamente estariamos no norte do
Atlántico, pero o submariño non ascendeu.
En total eramos cinco, e dous eran especialistas
na materia. Sen embargo, o fallo foi
irremediable, e agora eu vía o meu futuro
moi negro.
A cámara frigorífica non tiña nin comida,
nin bebida, pero tampouco estaba va l e i ra: alí
descansaban os corpos inertes daqueles que
f o ran os mellores amigos que se pode ter. Eu
e ra a única supervivinte, pero sen saber por
que, estaba convencida de que non estaba
soa naquel monstro férreo.
A zona que agora divisaba polo meu ollo
de boi era piscicolamente paupérrima, aínda
que iso pouco me importaba neses momentos.
A pesar de que as turbulencias submariñas
non eran moi comúns, ás veces un
esporádico abaneo facíame perder pé. Po r
momentos amorriñábame e case dormitaba.
Cando voltaba en min dábame outra ve z
Cando o mar laia
conta da realidade, e iso non me gustaba.
Tiña que conducir o submariño a un
lugar seguro onde poder conectar o piloto
automático sen risco a que a máquina batera
c o n t ra as pedras e cora i s .
Recordei entón, pode que por inercia, o
Titanic. Aquel barco do que dixeran que nin
os Titáns poderían afundir, ousara desafiar a
furia dos deuses, e ao fin, estes puideran con
el. Isto pasaba por ráfagas pola miña mente,
así como, ás veces, a idea de abrir as portas
e rematar así con todo.
A desesperación que ao principio me
consumía, agora tornárase resignación, unha
tenebrosa resignación ao coñecemento de
que ía morrer, como se fose a cousa máis
normal que ese momento ch e g a ra. Había
períodos temporais nos que me parecía que
o mellor era iso, acabar xa con todo sufrimento,
e entón pasou: unha inmensa ch a i ra
mariña, sen pedras, corais, ou outros elementos
naturais que entorpeceran o meu
paso, abriuse ante min.
Sen pensalo dúas veces conectei o piloto
automático, collín a caixa de ferramentas e
dirixinme ao cuarto escuro no que estaban as
unidades de conexión da nave. Estaba húmido
e tiña que ter coidado por mor da corrente.
Fiquei un momento a mirar para os cables
pertencentes á conexión na que estaba o erro
que impedía o ascenso.
As correntes mariñas producían nas
pezas soltas do submariño un monótono ostinato
de suaves golpes. Cada vez estaba máis
s e g u ra de que non estaba soa, pero xa non
me importaba porque tiña claro e asumido
que eu non conseguiría nada naquel cuartucho,
como pasara cos meus amigos, e morrería
tamén. Ao fin e ao cabo, eles era n
especialistas e eu unicamente unha aficionada
nesa materia.

Botei outra ollada rápida, e polo rabiño
do ollo, pareceume ver un reflexo de lanterna.
Achegueime ao lugar e quedei petrificada:
detrás dunhas cintas de casete
había, moi ben agochado, ¡un cable! ¡O
maldito cable do piloto de ascenso estaba
desenchufado! A ira comezou a carcomerme
pensando en que os meus compañeiros
morreran porque a un desgraciado se lle
esquecera conectar o cable.
E n chufeino bruscamente e fun de novo
ao control. Mirando ao exterior todo parecía
fermoso, e tranquiliceime escuetamente.
Sobresalteime. Un forte golpe para l i s o u m e .
Repúxenme da primeira impresión e, poñendo
en marcha o piloto, o submariño ascendeu.
Os golpes continuaban, e cada vez era n
máis intensos. Armeime coa lanterna e dirixín
os meus pasos cara á habitación contigua
á cámara frigorífica, de onde semellaban vir
os golpes. Sorteei as caixas que había no
chan e descubrín, entre elas, un vaso e unha
botella cun chisco de xenebra no fondo.
Valeirei a botella e seguín o meu camiño.
L e vaba o vaso na man, sen comprender
aínda moi ben por qué va l e i ra ra nel a botella
no lugar de levala comigo, e cheguei á
conclusión de que nada do que me estaba a
pasar era lóxico. Esperaba rematar pronto co
que fose que producía os ruídos, para vo l t a r
de seguido á sala de control e afogar naquel
vasiño ridículo de alcohol as miñas penas,
ou alomenos parte delas.
A porta da estancia abriuse ao unísono
cos meus movementos. Enfoquei coa lanterna
e a escuridade disipouse ao se mestura r
con aquela reconfortante luz. Iluminei o
teito, e fixeime na vella e mofosa bombilla
que colgaba del. Apestaba a rancio a causa
da humidade, e isto provocábame arcadas e
c o nvulsións repulsivas. Descubrín entón
23
unha argola de ferro no chan. O medo, o
cheiro, a impotencia... mareábanme, consumíanme
como unha vela, mentres o son se
facía insoportable. Pousei o vaso e coidadosamente
tirei do oxidado ferrallo. Unha
noxenta oleada fétida fíxome retroceder. O
meu estómago non puido soportar aquilo, e
botei todo o pouco que tiña, fóra, alí mesmo.
Sentei dous minutos, pode que tres, e cando
e s t iven mellor e recuperei folgos, reanudei a
miña expedición. Iluminei cara ao fondo, e
vin unha escada. O final daquel improv i s ado
pozo non se vía. Os golpes, indubidablemente,
viñan de alí. Decidida, baixei,
mentres notaba como o submariño subía só.
Saquei o coitelo da funda, situada no peto
t raseiro do pantalón, e empuñándoo nunha
man, proseguín o descenso. Cheguei abaixo
antes do que cría. A lanterna caeume das
mans, nun estúpido movemento, aínda que
non me importou de máis. O cheiro facíaseme
insoportable e os golpes axordexábanme.
O coitelo seguía na miña man, e en
canto os ollos se me afixeron a aquela
p e n u m b ra, tranquiliceime esaxera d a m e n t e .
Alí había mobles vellos, apodrecidos polo
tempo, e un deles, un armario, batía fortemente
as súas portas. Cerreinas e o silencio
precedeu a un estado case de «nirvana» dentro
de min.
Subín a escada e regresei xunto ao meu
vaso. Pe chei o portexo e a ledicia do
momento fíxome botar unha estrepitosa gargallada.
Cando rematei regresei ao meu
posto. Xa case podía ch e i rar o polo do xantar
de miña nai.
Decididamente botei un grolo e xireime
a mirar polo ollo de boi aos peixes. O va s o
e s varoume das mans, conxestionóuseme a
c a ra, as luces apagáronse e vendo aquela
s o m b ra non puiden reprimir un berro.

24
Enrique Touzón
La parada de autobús
Me observa con sus ojos encendidos
de furia maniática. «¿Que haces?
Me estas haciendo daño» le digo estupefacto.
Resulta increíble lo ridículo
que puede uno llegar a parecer en
determinadas situaciones, ésta en particular
me aturde. Intento apartar sus
g a r ras, pero estoy perfectamente
i n m ovilizado, y continúan ahí, desgar
rando la carne. La parada de autobús
está atestada, de repente parece una
plaza de toros. Siento sus asquerosas
m i radas pegadas a mí y como la escasa
sangre que mana de mi oreja acaba
de adherirlas por completo a mi piel.
«¡Dale, dale!» exclama un ch aval, que
tiene ese aspecto que da miedo a los
cobardes, redimido de Dios sabe qué.
¡ I m b é c i l !
La situación no tiene visos de camb
i a r, claro está que no, y además
comienzo a enervarme, así que yo, por
mi parte, habiendo dejado de sentir
dolor desde el primer desgarro, intento
posicionarme de modo que el tipo
tenga la máxima facilidad para acabar
lo que ha empezado, entre toda esa
m a raña de furia que es su cara me ha
parecido entrever entonces una tímida
aunque sincera sonrisa de agra d e c im
i e n t o .
Al cabo de un rato siento un clic,
como cuando me saco una taba, y
entonces comienza un dolor que va
aumentando insoportablemente, de
igual modo puedo oír una especie de
arenga gutural, múltiple y unisonada
que crece por momentos en toda la
p a rada y que concluye en una serie de
«Oh-s!» muy enfervorecidos. Un pitido
de dolor se instala en mi cabeza a
modo de epitafio.
Pienso, aunque no demasiado, que
lo mejor sera acudir de inmediato a
urgencias, pero antes alzo la mirada y
los observo llevando a hombros al
tipo, éste, a su vez, en la mano alzada
y triunfante porta mi oreja derech a ,
con pendiente y todo.
“¡Dale, dale!” Exclama un
chaval, que tiene ese
aspecto que da miedo a los
cobardes, redimido de Dios
sabe qué. ¡Imbécil!

Qué dicen los sabios...
«Para vivir una vida desprendida, no debemos considerar nada como de nuestra
propiedad». Buda.
«No sólo de pan vive el hombre». Moisés.
«El que habla sin modestia, se encontrará con que sus palabras son difíciles de realizar».
Confucio.
«La felicidad es el mayor bien que sólo algunos pueden alcanzar». Aristóteles.
«Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco». Epicuro.
«Oh, hombre tres o cuatro veces feliz». Virgilio.
«No hay mayor dolor que acordarse de la felicidad desde la miseria». Dante.
QUE o faro de cabo Vilán, na Costa da Morte, é o faro de maior alcance de toda
a costa galega: 40 millas.
QUE o máis famoso dos xogos de casino, é dicir, a roleta, naceu no Tíbet?
QUE o teito do mundo, situado na cima do Everest, foi conquistado por primeira
vez o 29 de maio de 1953, polo neozelandés Edmund Percival Hillary, co sherpa
Tensing?
Barro é o home, barro é o xarro,
mais non son dun mesmo barro.
O cebo é o que engana, non o pescador
nin a cana.
O que moito reza e peta no peito,
moito mal fai ou ten feito.
Acórdome agora que te atopo, que
se non te atopara, non me acordara.
¿Sabías...?
O Refraneiro
25
O rosario na man, lévano moitos
polo qué dirán.
Cando falares de alguén, mira de
quen a quen.
Non fales mal do enemigo, que un
día pode ser teu amigo.
O que escoita e axexa, oe e ve cousas
que despois lle pesa.

26
Vicente Touzón
VI Pleno do Consello de
Comunidades Galegas
Os días 30 de xuño, 1 e 2 de
xullo celebrouse en Santiago
de Compostela o VI Pleno do
Consello de Comunidades Galegas
organizado pola Secretaría Xeral para
as Relacións coas Comunidades
Galegas da XUNTA DE GALICIA.
A este Pleno asistiron representantes
das agrupacións culturais, centros galegos
e casas de Galicia esparexidas por
todo o orbe: comunidades autónomas
españolas, países europeos, Canadá,
Estados Unidos, Centro e Sudamérica,
así como de Australia e Nova Zelanda.
O programa de actividades foi moi
denso, comezando a tarde-noite do día
30 coa recepción dos participantes e a
presentación dos actos polo Comité
Organizador; despois tivo lugar o acto
oficial de apertura no que tomaron
parte diversas personalidades: o
Conselleiro de Presidencia, don Jaime
Presentáronse catro relatorios:
«Acción Social. Especial
Atención á Terceira Idade»
«Participación da Galicia Exterior
na Política de Galicia»
«Acción Cultural e Novas
Comunicacións na Galicia
Universal»
«Xuventude»
Pita, en representación do Presidente
da Xunta; o Secretario Xeral para as
Relacións coas Comunidades Galegas,
don Fernando Amarelo de Castro, entre
outras.
O sábado día 1 pola mañá tivo lugar
a sesión plenaria de apertura, con informe
do Secretario Xeral..., onde resaltou
os resultados dos plans de actuación
durante os tres anos transcorridos desde
o último pleno, que se celebrou en
Ourense. Interviron tamén membros
natos do Consello: Conselleiros da
Xunta, Rectores das Unive r s i d a d e s
galegas e o Presidente do Consello de
Cultura Galega. Este acto foi seguido
pola lectura dos relatorios e a presentación
de comunicacións ós relatorios
polos membros do Pleno, para seren
despois de xantar debatidos e consensuados
nas diferentes mesas de traballo.
A Casa de Galicia de Montevideo,
en colaboración co Centro Gallego de
Buenos Aires, Real Soc. Española de
Beneficencia de Salvador-Bahía, Hogar
Gallego para Ancianos de Buenos Aires
e a Sociedad Cultural Rosalía de Castro
de Cornellá, presentou o primeira o
relatorio: «Acción Social. Especial atención
á terceira idade.»
Peña Galicia de California, en
c o l a b o ración coa Peña Galega de
M u n i ch, Centro Gallego de Puerto
Rico, Hermandad Gallega de Cara c a s
e Centro Gallego de Montevideo, presentou
o segundo relatorio:

Representantes de Centros Gallegos do País Vasco durante a cea
« Participación da Galicia Exterior na
Política de Galicia.»
A Nosa Galiza de Ginebra, en colab
o ración co Centro Gallego de
Nüremberg, Centro Gallego de
Salamanca, Centro Galicia de Buenos
Aires e Centro Gallego de México, presentou
o relatorio titulado «Acción
Cultural e Novas Comunicacións na
Galicia Universal.»
O último relatorio titulado
« X u ventude» foi presentado pola
Agrupación Cultural Galega Saudade
de Barcelona, en colaboración co
Centro Galego de Londres, Centro
Gallego de Vi z c aya en Bara c a l d o ,
Círculo Social Valle Miñor de Buenos
Aires e Centro Deportivo e Social de
Bolos Valle Miñor de Montevideo.
Desde as catro e media da tarde do
sábado ata as oito , os conselleiros asistentes
puideron presentar as súas cand
i d a t u ras para formar parte da
27
C o m i s i ó n
Delegada do
Consello no
trienio 2001-
2003. Esta
Comisión reúnese
unha vez
ó ano para
face-lo seguimento
dos
plans trienais.
As votacións e
reconto público
de vo t o s
r e a l i z á r o n s e
na mañá do
día seguinte.
Despois léronse as conclusións dos
catro relatorios, proclamación dos
membros elixidos para a Comisión
Delegada 2001-2003 e logo xa se procedeu
ó acto de clausura do VI
Consello de Comunidades Galegas.
O Domingo día dous, despois do
acto de clausura do Consello, os asistentes
fomos trasladados ó Concello de
Muras. Alí recibiunos e déuno-la benvida
o alcalde-presidente do concello,
don Issam Alnagm Azzan, que segundo
dicían foi o primeiro alcalde árabe en
España, logo tivo lugar a inauguración
da Praza da Galeguidade, que é a primeira
praza no mundo que recibe este
nome. A comitiva foi agasallada polo
Concello en pleno cunha comida campestre
e ademais, o alcalde impuxo a
cada un dos conselleiros e acompañantes
a medalla do Concello de Muras.
O Sábado pola noite asistimos á
conferencia “Santiago de Compostela,
Cidade Europea da Cultura do ano

28
2000” a cargo do profesor don José
Carro Otero, no Hostal Hogar San
Francisco, seguida de cea, e o domingo,
no Palacio de Congresos, ó
Concerto da Orquestra Sinfónica de
Hungría, dirixida por András Ligeti.
Os debates dos relatorios deixaron
ver as particularidades que caracterizan
ós integrantes das comunidades galegas
nas distintas partes do mundo e as súas
inquietudes. Os residentes en Centro e
Sudamérica resaltaban a importancia
de fomentar Centros de Día, axudas
asistenciais para a terceira idade, centros
sanitario, incrementar a organización
de viaxes a Galicia para as persoas
Hostal Hogar San Francisco
maiores que non teñen medios económicos
e que viven coa morriña de voltar
á terra que os viu nacer. Neste
sentido, recoñecían o esforzo da Xunta,
anque insistían en que non era suficiente.
Así mesmo, os residentes fóra
de España formularon a necesidade
dunha participación na política de
Galicia coa creación dun Consello
Superior de Galicia no Exterior e contando
tamén con representantes na
Xunta.
A min chamoume especialmente a
atención a magnitude dos centros e
agrupacións de Iberoaamérica, algúns
deles contan con máis de corenta mil
familias asociadas, e a maioría realizando
un labor encomiable, contan
con sociedades deportivas, hospitais,
residencias para anciáns...
Os dirixentes destes centros son
case todos xente ben posicionada,
algúns son xa a segunda ou
terceira xeración dos primeiros
emigrantes, que
levan no sangue esa galeguidade
que os seus devanceiros
lles inculcaron.
Tiven tamén ocasión de
falar con persoas de países
onde aquelo de face-las
américas pasou á historia,
que aproveitaban este
evento para ver «por última
vez», dicían, a Terra Nai.
«Teño 78 anos, dicía José,
e levaba 54 sen ver esta
t e r ra. Desque ch e g u e i
ando polas nubes, atopo
todo tan descoñecido que non acabo
de crer que estou aquí; non fago máis
que pensar no momento de chegar ó
meu pobo e por outra parte teño certo
receo, temendo que chegue... Visitarei
tamén o pobo de miña dona... Ela faleceu
sen podelo ver.

Beni Rojo
ESTACION “Ourense-Empalme”
Alguien se preguntará ¿a qué viene
hablar aquí de una estación
de tren?, esa estación de la que
todos, más o menos, tenemos una
imagen en la memoria: las vías, las
viejas máquinas aparcadas o arra st
rando vagones, las traviesas de madera
sobre unas piedras que conforman
los trazos genéricos de una vía.
Esto viene a cuento, porque la
imagen que duerme en mi memoria
desde la infancia, está parada en un
momento concreto, en unos años
concretos. Los años de la emigra c i ó n ,
son los años de la postguerra en que
se abren las fronteras hacia Europa.
Galicia se mueve para buscar fortuna,
el medio para dar de comer a sus
hijos, en el extranjero. Los destinos
m ayoritarios: Suiza, Alemania,
Francia, Holanda..
En medio de este abrir de fronteras
allí estaba la “fiel vigia”, Estación
Ourense-Empalme. Gentes que iban
cargadas con maletas, abrumadas porque
dejaban en Galicia a la familia,
a los amigos, a sus gentes, en defin
i t iva. Un contrato de trabajo les
e s p e raba allende los Pirineos.
En Ourense se juntaban las líneas
de Santiago, Vigo y Lisboa. Y no
sólo allí confluían los emigra n t e s ,
también para los estudiantes era punto
de despedidas para emprender
29
n u e vos caminos, unos a Santiago,
otros a León, Salamanca, Va l l a d o l i d ,
Madrid. Y como no, tambien los militares
sabían de despedidas, soldados
que salían al País Vasco, a León, a
Madrid, a Zaragoza, etc... !Cuánta
nostalgia Dios mío!, y la estación vigilante,
testigo mudo de tantas y tan
diferetes despedidas.
También sabe esta estación de las
gentes que se iban a las siegas a
Castilla, cuadrillas que se iban a
regar con el sudor de su frente los
campos castellanos, tuvo Rosalía de
Castro unas advertencias para los
p a t r o n e s :
“Castellanos de Castilla:
Tratade ben ôs gallegos;
cando van, van como rosas;
cando ven, ven como negros...”
!Cuánta nostalgia!, !cuántos
recuerdos!, !cuántas lágrimas!, !cuántos
abrazos y recomendaciones!, casi
tren en marcha. Ourense-Empalme
lugar de despedidas y lugar de
encuentro, !cuánta emoción!, !cuánta
alegría!, es el regreso, el retorno
por vacaciones de los seres queridos
que se fueron, y que cada año, cada
acontecimiento familiar, es pretexto
p a ra subir al tren con la maleta.
!Cuántos secretos guarda esta estación!
Hoy, años de prosperidad, esta

30
estación mira y ve complacida, los
viajes de tantas gentes que siguen
m oviéndose en su entorno, pero... por
diferentes motivos.
To d avía duelen las despedidas de
las gentes que un año se fueron y
que tienen que seguir bregando fuera
de nuestras fronteras para alcanzar
una jubilación digna, como pago
de sus esfuerzos y trabajos. To d o s
v u e l ven con los años y Ourense los
acoge en su estación con los bra z o s
abiertos y las farolas encendidas.
Todo ha cambiado, los tiempos
han cambiado, pero la estación enlace
con tantos pueblos y culturas, no
pierde comba, sigue mirando con
cariño a esos hijos de la Madre Pa t r i a
que pasan cada año por las taquillas
Estación Ourense-Empalme
de su fiel vigía: ”La estación ansiada
y deseada” de tanta gente que un día
se marchó, pero que vuelve a pisar
suelo sobre aquellas vías ennegrecidas
por el humo de un tren en marcha
y el sonido del chirriar de sus
ruedas sobre los raíles de una vía
abierta a varias direcciones, circ u n stancias
y destinos.
G racias Estación de Ourense-
Empalme, vives en mi recuerdo, como
el sueño de un lugar de encuentros.
!Cuánta nostalgia!, !cuántos
recuerdos!, !cuántas lágrimas!, !cuántos
abrazos y recomendaciones!

Mónica Calvo
Actividades y celebraciones
El día 4 de junio, en el salón multiusos
del Centro, se celebró el Día de las Letra s
Gallegas, el acto comenzó con una breve
reseña de la vida del historiador gallego
Manuel Murguía, a quien la Academia
Galega dedica este año las Letras Gallegas.
A continuación el Lector de Gallego de
la Universidad del País Vasco, Andrés
Te m p a rano Ferreiro, nos ofreció una conferencia
sobre Alfonso Daniel Rodríguez
Castelao, de quien este año se cumple el 50
a n iversario de su muerte.
Seguidamente Vicente Touzón Y Sergio
C a r racedo nos presentaron el primer número
de nuestra revista “Raiola”.
Día das Letras Galegas
D ecíamos en el primer número de esta revista que nuestra pretensión era que el
Centro, además de mantener vivo el patrimonio cultural gallego, sirviera de impulsor
de la simbiosis entre los principios socioculturales de Vitoria y Álava y el sentir gallego.
En esta línea tratamos de desarrollar nuestras activ i d a d e s .
Las componentes del grupo “Xurxulak” en plena actuación
Día das Letras Galegas
31
Después de la presentación
de la revista,
pudimos disfrutar de las
rapsodas, Ángela Serna
y Pilar Corcuera, componentes
del grupo
“Xurxulak”, que nos
deleitaron con un recital
de poemas en gallego
de Rosalía de Castro.
Para rematar el acto de celebración del Día de las Letras Gallegas, el grupo
“Arte galego” nos ofreció una actuación del folclore de nuestra tierra.

32
Como viene siendo
costumbre, el Centro
Gallego celebró el día
de Santiago Apóstol;
aunque las fiestas duraron
todo el fin de semana,
el día más emotivo
para todos nosotros es
el 25 de julio. Este día
comenzó con la tradicional
procesión del
Apóstol Santiago y la
Santa Misa.
Fiesta de Santiago Apóstol
Comida de hermandad en el recinto ferial
Misa el día de Santiago
A continuación, en
el recinto ferial del
Parque del Norte, tuvo
lugar la recepción de
autoridades y la comida
de hermandad de
los socios del Centro.

Actuaciones en la Fiesta de Santiago
Actuación de los grupos de Eibar y Vitoria
33
El grupo de Arte
Galego y el grupo del
Centro Gallego de Eibar,
nos deleitaron con la
música y bailes de nuestra
tierra.

34
Primer aniversario de la nueva sede
Cena de socios con motivo del primer aniversario de la nueva SEDE.
Exposición de grabados
Con motivo del primer
a n iversario de la nueva
sede del Centro, tuvo lugar
una cena para socios, y se
aprovechó tal ocasión para
entregar los diplomas a los
alumnos y alumnas del
curso de Gallego que,
entre los meses de mayo y
junio, impartió el profesor
lector de gallego de la
Universidad del País Vasco,
Andrés Temprano Ferreiro,
el cual fue nombrado Socio
de Honor de nuestro
Centro.
Entre los días 2 y 14 de diciembre el Centro acogió una exposición de grabados con
motivos del Camino de Santiago, de los artistas Ilargi, Carlos Patxeko y José Luís
Cariñanos. Además, dichos artistas explicaban las técnicas del grabado y realizaban
demostraciones en vivo.

Cena de
hermandad
para celebrar
la fiesta del
magosto
Fiesta del “magosto”
El día 25 de noviembre se celebró la fiesta del magosto: después de abrir boca con los bullós asados,
más de un centenar de socios disfrutaron de una cena a base de lacón con grelos y vino ribeiro.
Tampoco faltó la música de gaita, y contamos además con la actuación humorística de Félix Showman.
35

36
Andrés Temprano
Do libro: Castelao corenta anos despois
"Debuxei sempre en galego; escribín
sempre en galego; e se tirades o
que hai de galego e de humano na
miña obra non quedaría nada dela".
Alfonso R. Castelao.
Castelao
Poderiamos definir a Castelao
coma un home polifacético:
debuxante, escritor e político,
cunha biografía vencellada ós acontecementos
históricos que lle tocou viv i r
e cun obxectivo común en todas as
manifestacións do seu saber: o desexo
de conseguir que Galicia fose unha
nacionalidade de seu en igualdade de
condicións coas do resto do mundo.
Ás 10 da mañá do día trinta de
xaneiro de 1886 nacía na vila de
Rianxo un neno que sería bautizado o
mesmo día co nome de Alfonso Daniel
Manuel Rodríguez Castelao. Aínda que
os máis íntimos lle chamaban Daniel,
el mesmo adoptou como nome público
o de Alfonso R. Castelao.
Hai dous aspectos salientables da
súa infancia: a lembranza dos relatos
fantásticos oídos a carón da lareira e
mais as noticias que lle daba a súa
avoa sobre a I República.
Cando tiña 10 anos marcha coa súa
nai á Arxentina, onde coñece ó seu
pai, instalado na Pampa. Alí engrosouse
a familia coa chegada de dúas irmás
Xosefina (1897) e Tereixa (1898).
En 1900 os pais decidiron abandonar
Arxentina e regresar a Galicia cun
certo desafogo económico o que lle
permitiu a Castelao cursar por libre o

a charelato en só 3 cursos, estudiando
posteriormente a carreira de Medicina
e participando na vida unive r s i t a r i a
coma tuno e coma debuxante.
Rematada a carreira, marcha a Madrid
onde seu pai pretende que curse o
d o u t o ramento, sen chegar a rematalo.
En 1910 regresa a Rianxo onde
funda o semanario El barbero munici -
pal, no que critica a política dos caciques
e do alcalde, tamén exercerá de
médico ó longo de 5 anos pero contra
finais de 1915 vai opositar a unha praza
de funcionario do Estado, o que lle vai
supor o abandono da Medicina como
el mesmo di "por amainar a conciencia
guindei co meu título de médico no
fondo dunha gaveta" pois "fíxenme
médico por amor a meu pai e deixei a
Medicina por amor á Humanidade".
Sen embargo, un andanzo mortífero de
gripe impúlsao a exercer de novo como
médico no seu Rianxo natal.
En 1912 casa con Virxinia Pe r e i ra ,
na Estrada, e en 1914
nace o seu primoxénito,
Alfonso Xesús de Braga e
sofre un desprendemento
de retina que o deixa
p racticamente cego por
unha tempada o que va i
influír na súa decisión de
deixar a Medicina e optar
polo funcionariado.
A creación das
Irmandades da Fala en
1916-23 van supor un
esforzo importantísimo na
r e c u p e ración cultural de
37
Galicia ata a dictadura de Primo de
R ive ra e Castelao vaise incorporar ó proxecto
en 1917, participando no boletín
nacionalista A Nosa Te r ra. Outro feito
importante será a Xeración Nós integrada
por Otero Pe d rayo, Risco e Cuevillas
e a súa revista Nós, na que vai colabora r
o noso insigne escritor. Outro acontecemento
salientable na reconstrucción
c u l t u ral galega será a creación do
Seminario de Estudios Galegos a finais
de 1923, que estará integrado por universitarios
galeguistas. Dúas serán as
principais contribucións de Castelao ó
proxecto: fomentar a conciencia galeguista
no mundo universitario e promocionar
a nosa cultura .
Entre 1922-29, vai comenzar o seu
intenso labor como humorista gráfico
na prensa galega: álbum Nós e tamén
aparecen os seus primeiros tra b a l l o s
como escritor Un ollo de vidro.
Memoria dun esquelete (1922). C o u s a s
(1926-29).
A siña Sinforosa rezou por «un rapaciño que morreu en Tronco»
do libro Cousas

38
En 1928 morre o seu único fillo
con 13 anos o que o suma nunha profunda
crise que vai marcar un antes e
un despois.
Entre 1930-36 participa de xeito
moi activo na loita política sendo elexido
dúas veces deputado (1931 e
1936) e será o fundador do Pa r t i d o
Galeguista. Culmina a súa carreira
l i t e raria coa publicación, en 1934, de
R e t r i n c o s , con ilustracións de Maside,
e da súa novela Os dous de sempre.
Neste ano ingresa na Academia
Galega co discurso "As cruces de
p e d ra na Galiza"
Entre 1936-40 sorpréndeo a Guerra
C ivil e sofre o primeiro exilio. Van ser
tempos de intesa actividade política e
de producción propagandística pola
causa republicana e da autonomía de
Galicia. Durante a guerra, o labor de
Castelao a prol da República será moi
intenso, colaborando con xornais e
revistas. Publica en Valencia (1937) os
álbumes de guerra Galicia Mártir e
Atila en Galicia (exposto daquela na
URSS, USA e en Cuba). En xullo de
1938 embarca cara a Nova York, onde
publicará o teceiro dos seus álbumes
de guerra: M i l i c i a n o s , ademais de
a p r oveitar para rematar a peza teatra l
Os vellos non deben de namora r s e ,
que será estreada dous anos despois
na Arxentina e bosquexar o que será o
seu libro Sempre en Galiza. Vai participar
como conferenciante en 66
actos a prol da República Española.
Entre 1940-45 estará exiliado en
Bos Aires, onde traballará arreo na
organización dos case medio millón
de emigrantes galegos, na súa dinamización
cultural e na difusión das ideas
galeguistas e democráticas. Nesta
etapa, Castelao pronuncia numerosos
discursos e conferencias; colabora
a c t ivamente nas revistas da emigración
galega, na revista Galeuzca, preside
o Consello de Galiza, constituído
en 1944; ano no que sae do prelo a
súa obra Sempre en Galiza c o n s i d e rada
a "Biblia do galeguismo".
Entre 1945-50, Participa no
Gabinete Giral ó longo de 1946-47,
do que sae desilusionado. A súa saúde
reséntese. O día da Patria Galega de
1948 pronuncia, a xeito de despedida,
o seu emotivo discurso "Alba de
Groria". A cegueira iralle en aumento
e seralle diagnósticado un cancro de
pulmón, que o obrigará a estar encamado
longos perídos de tempo e
cando os médicos deciden unha intervención
á desesperada para lle aliv i a r
a dor, non dará superado o postoperatorio,
morrendo, o 2 de xaneiro de
1950, no Sanatorio do Centro Galego
de Bos Aires. O seu pasamento foi
multitudinario na Arxentina, dando
instruccións as autoridades fra n q u i s t a s
p a ra que se amortecese o feito nos
medios de comunicación galegos. Os
seus restos foron trasladados ó
Panteón de Galegos Ilustres de San
Domingos de Bonaval en 1984.
Os seus restos descansan no Panteón de
Galegos Ilustres de San Domingos de Bonaval

Mónica Calvo
Galego na UPV-EHU
Andrés Te m p rano Ferreiro, ch egou
a Vitoria-Gasteiz o día 15
de febreiro de 1997, env i a d o
pola Consellería de Educación e
Ordenación Universitaria da Xunta de
Galicia, como profesor-lector de
Lingua e Litera t u ra Galegas na
U n iversidade do País Vasco / Euskal
Herriko Unibertsitatea. Entre o alumnado
agardaba atopar descendentes
de galegos, xa que en Euskadi existen
13 Casas de Galicia, sen embargo, a
realidade foi outra e na actualidade os
asistentes ás súas clases son maioritariamente
de orixe va s c a .
¿Cal é a finalidade dos lectorados
que está a crear a Xunta de Galicia?
Un dos obxectivos básicos que ten a
Xunta de Galicia á hora de crear Centros
de Estudios Galegos nas unive r s i d a d e s
do mundo é o de achegar a lingua, a
l i t e ra t u ra e cultura galegas non só ós
galegos do exterior e ós seus descendentes
senón tamén a todas aquelas persoas
interesadas no feito diferencial da nosa
identidade cultural. Ademais, o feito de
ter un artellamento de Centros de
Estudios Galegos en diferentes unive r s idades
contribúe moi positivamente á
dignificación do noso idioma e ó mellor
estudio de toda a súa riqueza tanto filolóxica
como sociocultura l .
¿En que países funcionan lectorados
de galego?
39
En Euskadi, existen lectorados de
galego na Universidade do País Vasco e
na Universidade de Deusto. No resto
do Estado en: Madrid, Salamanca,
Alacante, Barcelona, Murcia, Granada,
Estremadura... e no resto do mundo en
sitios tan diversos como: Roma,
Oxford, París, Lisboa, Birminghan,
Heidelberg, Helsinki, San Petersburgo,
Va r s ovia, La Habana, Santiago de
Chile, Buenos Aires, Montevideo, Río
de Xaneiro, Nova York, California,
Australia, ... ata un total de aproximadamente
40 universidades con preto de
3000 alumnos.
¿Que actividades de promoción da
cultura galega realiza o lectorado da
UPV/EHU?
O noso ámbito de actuación non se
limita soamente á docencia senón que,
no caso da Universidade do País Vasco
/ Euskal Herriko Unibertsitatea exiten
tres grandes áreas de actuación:
-Docencia e Investigación. Neste
apartado cómpre salientar que, na
actualidade, ofértanse catro materias
(dúas de lingua galega e outras dúas de
l i t e ra t u ra), e no ámbito da inve s t i g a c i ó n ,
todos os anos un alumno do Centro de
Estudios Galegos vai cunha bolsa de
i nvestigación a Galicia realizar algún
proxecto relacionado coa nosa cultura .
A poesía de postguerra, a poesía feminima
actual, a obra dramática de Álva r o
Cunqueiro ou unha aproximación á

40
e m i g ración galega en Euskadi, foron
algúns dos proxectos seleccionados. O
estudio compara t ivo entre a obra de
Celso Emilio Ferreiro e Gabriel Aresti,
realizado por Gustavo Nanclares, foi
galardonado co Premio "Becerro de
Bengoa" da Deputación Fo ral de Álava .
-Promoción e Extensión Cultura l .
Este apartado é un dos que máis atención
mereceu desde a creación do
Centro e entre as diferentes activ i d a d e s
realizadas non debemos esquecernos da
c e l e b ración do Día das Letras Galegas,
de varias xornadas sobre diferentes períodos
da nosa litera t u ra e de exposicións
(como a de 14 Gravadores Galegos
Contemporáneos, en colaboración coa
Casa de Galicia de Madrid), recitais poéticos,
obradoiros literarios, música...
-Intercambios e colaboracións coas
Comunidades Galegas. A nosa relación
cos Centros Galegos consiste no asesoramento
lingüístico e no intercambio
cultural.
¿Que relacións mantén coas Casas
de Galicia de Euskadi?
En colaboración coa Irmandade de
Centros Galegos de Euskadi, estableceuse
desde Curso 1997/98, o Certame
Literario "Galicia en Euskadi", e na
actualidade mantivéronse conve r s a s
informais de cara á colaboración nun
proxecto moito máis ambicioso e
cunha incidencia directa na emigración
galega en Euskadi.
¿En que colabora co Centro Galego
de Vitoria-Gasteiz?
Coma no resto dos Centros, co de
Vitoria-Gasteiz existe un interc a m b i o
c u l t u ral para a promoción da nosa
realidade social. Ademais, en repetidas
ocasións este Centro colaborou
no programa de actividades da
Semana das Letras Galegas da
UPV/EHU, o que aproveito para agradecer
publicamente pola súa desinteresada
participación.
No curso de galego que se realizou
no noso Centro ¿Cales cre que foron as
principais motivacións dos asistentes?
Penso, que ó ser o primeiro curso
que se daba moita xente viña a ver que
era o se ofrecía, pero co paso do tempo
foise conformando un grupo, que de
ser hetereoxéno ó comenzo pasou a ser
moi uniforme. Penso que este feito contribuíu
moi positivamente no seu
desenvolvemento. O feito de colaboraren
todos na clasificación da biblioteca
do Centro, de interpretaren, tras moitos
ensaios, o noso himno na celebración
das Letras Galegas ou a súa colaboración
coa revista Raiola... son probas
evidentes de que ó final entre todos
fomos quen de despertar o interese
necesario de cara á comprensión da
nosa riqueza cultural.
¿Considera que os galegos mantemos
vivas as nosas tradicións?
Creo que, ó igual que está a suceder
en Galicia, moitas tradicións que
antigamente eran coñecidas por
todos, estanse a recupera r, tras unha
época de abandono por dive r s o s
m o t ivos históricos. Nos Centros de

Euskadi, estase a desenvo l ver un
importantísimo labor neste aspecto e
t rala celebración masiva dos magostos
ou do San Xoán, estanse a rescatar
o u t ras tradicións moi galegas coma o
entroido tradicional e sobre todo a
festa dos maios.
Andrés Temprano galardoado como socio de honra
¿Que pensa que deberían face-las
Casas de Galicia para asegurar a súa
continuidade?
¡¡¡Uff!!!, Esta é a pregunta do millón...
Quero dicir que no caso de sabela sería o
primeiro en espallala ós catro ventos.
Considero que predecir o futuro é algo
moi difícil, a pesar de que Galicia teña
fama de que se dan as meigas coma os
nabos... En fin, non sei se parece que
41
estou esquivando a pregunta pero ó
certo é que calquera proxecto para
afianzarse precisa da participación dos
máis novos que, en definitiva, son o
futuro e polo tanto a continuidade. O
problema que lles vexo é que a maioría
naceron nos sitios de destino e que ou
se fai un importantísimo labor previo
de darlles protagonismo e, como non
responsabilidades ou, pola contra, todo
vai quedar nun grupo de amigos que se
xuntan nunha especie de "txoko" con
bandeira galega.
Recentemente, o noso Centro concedeulle
a distinción de socio de honra
¿Que valoración lle merece esta consideración?
En primeiro lugar sorpresa... e, non
sei se antes ou despois da sorpresa,
moita satisfacción. Calquera premio
sempre é un recoñecemento ó teu
labor, pero o feito de ser galardoado
como socio de honra, moito máis porque
supón a aceptación por parte da
maioría dos socios de tal distinción.
Non creo que sexa merecente de tal
honra, pero asegúrovos que intentarei
l e vala e conservala para que, polo
menos a maioría, non se arrepinta de
tomar a decisión demasiado precipitadamente.
A todos vós, moitas gracias
polo feito de sentirme un máis e polo
feito de que a pesar da distancia fagades
que todos os galegos nos sintamos
coma na casa. Ata sempre.
Moitas gracias a Andrés por estes
minutiños de parola e por todo o que
ten feito polo Centro Galego de Vitoria-
Gasteiz.

42
Contos: alumnos de galego
Andrés Temprano entregando o título a un alumno
Grupo de alumnos co profesor de galego
s relatos que seguen xur-
Odiron do curso de galego
impartido polo profesor
Andrés Temprano Ferreiro. Todos
eles falan da lúa e mais dun alfinete,
porque ese era o tema que
propuxo o profesor.

Mª José Alaya Dacal
Ámiña nai sempre lle gustou ollar
a lúa cando estaba chea... Ela
sempre dicía que cando tiveramos
un problema que estivese a piques
de superarnos, esperasemos á primeira
lúa chea do mes... e sentados nun
recuncho, cando todos estivesen durmindo,
lle contasemos as nosas angurias
de xeito que segundo ía devecendo
a lúa, tamén se irían esvaendo os nosos
problemas...
Aquela noite, lembrei as súas palabras
murmuriadas centos de veces. Á
mañá seguinte, casaba meu irmán, e eu
ía ser a madriña. A nosa nai deixounos
hai catro anos... unha noite na que a
lúa non saíu a despedila...
O día anterior pasámolo buscando
un alfinete nunha vella caixas que sempre
estivera moi ben gardadas. A tradición
dicía que o noivo tiña que recibir
o día da voda o alfinete e telo sempre
no seu fogar ata que un dos seus fillos
casara, entón debía entregarllo.
O alfinete tiña máis de cen anos e ó
día seguinte sería eu quen o traspasase.
Eu nunca o vira, pero cando meu
pai o sacou daquela vella caixa e o
pousou enriba das miñas mans, sentín
algo moi especial que me percorreu
todo o corpo.
Pola noite puxen o alfinete na súa
caixa preto dunha fenestra e acendín
unha vela grande que tiña que deixar
consumir ata se apagar. Daquel xeito o
Aquela noite
43
alfinete rebosaría coas enerxías anovadas.
Abrín a fenestra e deiteime na cama mentres
ollaba para a vela.
Aquela noite ía moita calor e ía unha
lúa chea que no medio desa escuridade
alumeaba todo o cuarto. A sombra da
vela e da caixa debuxábanse no chan.
Por uns intres pechei os ollos e comecei
a imaxinar cantas madriñas coma min
estarían, nunha noite de lúa chea, velando
un alfinete. De súpeto, sentín un ruído
e achegueime á fenestra cos ollos fixos
naquela caixa pero... o alfinete xa non
estaba. Desesperada baixei as escaleiras
de catro en catro á vez que toda a historia
da nosa familia e daquel alfinete
tamén o facía.
Pasei case dúas horas remexendo no
xardín coa esperanza de salvar aquela
situación e cando xa non podía máis sentei
no chan e dirixín os meus ollos cara á
lúa e, como me tiña dito miña nai moitas
veces, púxenme a falar con aquela bola
branca e brillante...
Ó cabo de cinco minutos o gato dos
nosos veciños, que sempre quixo moito
ós da casa, menos a min, traía un obxecto
brillante entre os dentes. Pasou mansiño
ó meu carón, como endexamais o tiña
feito, e pousou o alfinete onda os meus
pés.
O certo é que non se volveu saber
nunca máis do gato pero eu, cada noite
de verán no que a lúa loce enchida de
brancura sinto un ruxir estraño á beira da
miña fenestra.

44
O verdadeiro amor do rei sol
Mª Luísa Campillo Novo
Hai moitos anos, cando os homes
aínda non apareceran neste
mundo e a natureza era a protagonista,
aconteceu a historia que vos vou
contar...
Daquela o sol era o rei indiscutible do
universo e paseaba coma un cacique nos
seus dominios, sen facer caso a ningún e
sen que ninguén o despoxase a súa supremacía.
Canso de dar voltas e máis voltas
polos séculos dos séculos pensou que xa
lle era moita hora de casar. Desde entón
comezou a buscar con quen facelo comezando
así os seus problemas. Todo aquelo
ó que se achegaba era engulido polos
seus abraiantes lóstregos. O sol comezou
a entristecer e xa perdera a esperanza de
atopar a alguén, cando reparou nunha
cariña repoluda e esbrancuxada coma un
queixo que contaxiada polo seu penar
vertía bágoas prateadas.
En cando a viu namorouse dela e con
ela quixo casar. Todo o día andou tras
dela pregando que fose a súa compañeira,
pero ó chegar a noite a lúa desaparecía
polo que o sol sentiu unha dor moi
profunda no seu corazón.
Ó amencer do día seguinte a ledicia
tornou pois, de novo, a fermosa dama
estaba diante dos seus ollos:
-¿Onde fuches? preguntoulle el.
-A ningures, respostoulle ela.
-Entón, ¿Por que non te vin ó chegar a
noite?, inquiriulle el
- Porque non teño luz e de noite
durmo, aclaroulle ela.
-Pois antes de que desaparezas, has
respostar á pregunta que che fixen
¿Queres casar comigo? suplicoulle el.
-E ¿Que imos facer pola noite se non
nos podemos ver?, díxolle ela moi magoada.
-Non importa estaremos xuntos polo
día e mais pola noite, aínda que non nos
vexamos, eu saberei que estás aí, agardando
por min.
A lúa púxose moi leda e contoulle ás
estreliñas o que o sol lle pedira. As estreliñas
fixéronlle un traxe branco e un velo
que prenderon nos seus prateados cabelos
cun fermoso alfinete recuberto dun
milleiro de estrelas pequerrechiñas que
relucían cando a lúa sorría. O sol ó vela
quedou engaiolado e todos os astros, planetas
e constelacións foron convidados á
voda.
A maior sorpresa chegou pola noite
cando o sol descubriu que ó ollar para a
lúa os seus raios reflectíanse no alfinete
que levaba cravado na súa cabeleira e coa
súa claridade podía contemplar o semblante
da súa namorada. Desde entón,
aínda que sexa de noite, gracias a un insignificante
alfinete, podemos contemplar a
faciana da súa ve n e rada compañeira.

Esther López de Armentia
Oque vou contar, ocorreulle a
un home moi novo, duns trinta
anos, no solpor dun longo
día de ve r á n . . .
Ía camiño da súa casa despois de
traballar cando ollou para á lúa no
cénit da súa prominente inchazón, non
moi branca, nun ceo aínda tinguido de
raios azuis, xa que o sol estaba deitado
tralos montes e deixaba ver o seu resplandor
alongando o día.
Sentiu unhas aguilloadas. Primeiro,
no pé dereito, de alí a un pouco na
íngua, esta vez algo máis agudo.
Seguiu andando e cando xa chegara
á porta da súa casa, meteu a
man no peto para sacar a chave e nesto
unha dor moi forte no lado interno
do cóbado obrigouno a tirar as chaves
ó chan, ó tempo que levaba a man
esquerda ó lugar do que proviña aquela
dor. Unha pinta vermella e quente
cubríalle a camisa, algo punzante pinchouno
na xema do dedo anular.
No seu maxín vo l veu ver á lúa
domeando aquela noite e caeu ó ch a n . . .
Pendurando da lúa
45
Encontrouno un veciño afogado
nunha poza de sangue aínda quente.
Petou á porta da súa casa mais ninguén
respostou e non sabendo que facer,
chamou ó servicio médico...
A ambulancia xa o atopou morto
aínda que chegou ó pouco tempo.
No intre de facerlle a autopsia o
único que descubriron foi unha ferida
na vea e o cranio lañado pola metade...
Ninguén soubo dicir
que foi o que lle causou a
morte... se a caída ó chan, se
o susto de ver o sangue ou se fora
o pequeno alfinete que atoparon na
manga da súa camisa ensanguentada.
O certo é que ninguén pode asegurar
se foi ou non o pequeno e insignificante
alfinete...

46
Juan Carlos Santos Herrera
No carballo vive unha das bolboretas
máis raras do mundo... a
adoradora da lúa.
Nel, e sempre coincidindo cos
ciclos da lúa vai desova r. Pon os seus
ovos en minguante, eclosionan ós
poucos días coa nona, pasa a ninfa
co crecente e renace coa
chea...Aparece e despois os ovo s
morren sen saír nin coñecer outro
lugar ca aquel no que nacen.
Daquela apareceu nunha das
pólas dese vello carballo un estra ñ o
obxecto cravado de cor pra t e a d a
cunha perla no extremo que ch a m a b a
a atención daquelas bolboretas.
Aquela perla tiña a mesma forma da
lúa e sen pensalo dúas veces vo a r o n
ata achegárense a ela. Deron voltas e
mais voltas arredor dela axitanto as ás
pero sen se pousaren ¿Que será?
Preguntábase a ninfa unha e outra
vez, sen percatarse que había quen a
A ninfa eterna
estaba asexando. Era unha formiga
soldado que andaba aló de patrulla e
pensou en contarlles as propiedades
daquel obxecto... Díxolle ás bolboretas
que aquela cousa con forma aluada
tiña o poder de facer realidade
todos os seus desexos pero que tivesen
moito coidado co que pedían,
porque aquela perla era como a
mesma lúa, mentireira e intrigante, e
por iso tiñan que ser moi cautelosas e
pensalo moi ben... Despois de daren
moitas voltas e pensáreno moito,
unha das ninfas decidiu facer a
seguinte petición: "Quero ser como
son agora por sempre." Unha forza
externa arrincou o alfinete prateado e
cun tino infalible atravesou o pequenos
corpo da bolboreta quedando
inmortalizada para sempre.

Izaskun Arriarán Murgiondo
espois dun baño relaxante e
Dagradable, cheo de borbollóns
de escuma e algunha
que outra cántiga... o neniño xa estaba
t ranquilo. To m a ra o seu biberón de
leite morno ós poucos
e, paseniñamente, qued
a ra durmino coma un
anxeliño no colo da súa
nai... Ela ergueuse da cadeira con
moito tino para non espertalo e levo uno
ó seu berc e .
Ó espertar, púxose ch o ra que
ch o ra, e súa nai a pesar dos bicos e
aloumiños, non lograba tranquilizalo e
cada vez ch o raba máis e máis...
Cantoulle unha fermosa cántiga de
b e rce arroupándoo no seu colo, pero
o neno non deixaba de salaiar. . .
A chegouno á fiestra e veu que a lúa
tamén estaba derramando unhas
pequenas bágoas esbrancuxadas...
¿ Por que ch o raba a lúa? Po r q u e
tiña un alfinete cravado. Os seus
salaios levantaban unha brisa suave e
as súas bágoas ían cubrindo de bréte-
O arrolo da lúa
47
ma todo a zona. Cando a brétema era
moi densa, a lúa, achegouse á fiestra e
dixo: Se me alivias esta dor, sacándome
o alfinete do meu corazón, eu cantarei
a cántiga máis fermosa que
xamais teñas oído para que o teu neno
durma toda a noite.
E así foi, eu arrinqueille dun só
golpe aquel cravo do seu corazón e ela
quedou pousada nos vidros da miña
fiestra toda a noite, cantando fermosas
cántigas que amainaron ó meu neno e
que tamén despexaron as brétemas do
ambiente.
A partir de entón, cando o meu
neno non pode durmir, retiro as cortinas
do seu cuarto e alí está a lúa bailando
entre os vidros da fiestra ,
despexando as penas da nosa vida.

48
Felisa Fernández Río
Esta é unha pequena historia dunha
parella de namorados, dunha
terra, na que algúns din que hai
meigas. O que si hai é fermosas paisaxes,
queixas, bágoas, suspiros, cantos e
amores.
Xa hai moito tempo, no amencer
dun día do verán, cando cantaban os
galos, os paxaros piaban, e o sol dourado
saía por riba dos montes, non moi
lonxe dunha pequena aldea, paseniñamente,
collidos da man, ían unha parella
de namorados.
Camiñando aló pola beira do río,
entre castiñeiros, carballos
e silve i ras con
algunha que outra
a m o ra, e ó son da
auga que baixaba polo
río, ían contemplando o
ceo azul, facéndose milleiros
de agarimos, sen ocultarlle á
O refulxir do amor
n a t u r eza o seu amor.
Antes de retornar quixeron deixar
unha lembranza naquel lugar, por se
voltaban algún día.
Na saia dela, como de costume,
levaba preso un longo alfinete, regalo
da súa avoa.
E alí mesmo, colleron unha lousa do
río, e con aquel longo alfinete debuxaron
nela un corazón e mais unha lúa. Ó
pé do carballo deixaron cravados o alfinete
e mais a lousa. Mais a noite chegou
e só co fuxir das augas, viron como
a lúa saía de entre os piñeiros... facendo,
co seu refulxir, que o alfinete fose
como un diamante, aquela noite que
seguiu o seu camiño, non brillaron nin
as estrelas nin os luceiros, só irradiaba
luz aquel alfinete e aquela lúa, reflexo
dun grande amor, que voltou, non se
sabe a que lugar.

Vicente Touzón
Terra do Caurel
Caurel das mil corredoiras
e cen camiños da vena,
onde cantaron os carros
e os homes choraron penas.
Caurel de cen fontes grandes
e mil fontelas pequenas,
todas de auga transparente
e ata algunhas milagreiras.
Caurel de mil ricas fragas,
devesas e carballeiras,
onde o espírito se amansa
e a liberdade se asenta.
Caurel dos castriños celtas,
a devesa da Rogueira,
e tamén pontes romanas
e acueductos entre penas.
Caurel de portas abertas
para calquera viaxeiro,
ninguén pregunta: ¿é da terra
ou é vostede extranxeiro?
Caurel da xente galante,
orgullosa, esforzada,
de homes nobres e valentes
e de mulleres bizarras,
laboriosiñas mulleres
que con suor te regaron,
o mesmo cargaban feixes
que agarraban un arado.
O curruncho dos versos
Caurel da pel gaduñada
por unha rella romana;
Caurel de testa morena
e barriga acastañada.
Terra humilde, xenerosa,
moi belida, fachendosa,
que vai ensinando as veigas
sen esconde-las penedas.
Terra pobre de recursos
que din eses gobernantes
que te teñen olvidada
desde xa fai moitos lustros,
¿non saben os ignorantes
que fuches en tempos rica,
pretendida e desexada,
cunha ringleira de amantes?
Tes o corazón dourado,
e de ouro negro as costelas,
(xa che andan a pel raxando
para sacarche parte delas).
¡Ai! Caurel, miña terriña,
esquecida, maltratada,
tanto fuches desprezada
como agora apetecida.
Ti, apartadiña do mundo,
ninguén por ti fixo nada,
e agora cómente a bicos
por mor desa costelada.
49

50
Dille ós que veñen a verte,
cóntalle a toda esa xente
que fuches reverenciada,
poderosa e envexada.
E ós que se marabillan
de te ver desocupada,
cóntalles como mantiñas
a toda unha rabañada.
Se souberan, coitadiña,
que tes toda a pel rañada,
a dos pés, a da barriga,
a do peito e a da cara.
Aínda lle renxen os peitos,
aínda se os sinte bater,
ós homes que te rañaron
para sacar que comer.
Tamén se sinten os laios
daqueles que te deixaron
coa morriña de voltar,
¡e cantos nunca voltaron!
Ti es, Caurel, terra humilde,
pero sempre engalanada,
ou co vestidiño verde,
ou coa saia floreada.
Eses perfumados aires,
que dende os montes vaixan,
na primavera nacente
son saúdos da alborada.
Cando estou lonxe de ti
sinto morriña e saudade,
sinto sen querer sentir,
porque te levo no sangue.
Lembro aqueles verdes prados,
aqueles montes floridos,
os soutos de castiñeiros,
tantas fontes e regueiros...
Lembro os muíños e as veigas,
carrozos e cachoeiras,
as labradas, as xesteiras,
as fragas e as carballeiras.
Lembro aquelas corredoiras
onde os nenos sen idade
xogamos a ser maiores
sen penas nin soidades.
Tamén xogamos a xogos
que chamabamos secretos,
deses que son inocentes
e tamén inconfesables.
Lembro os xogos de pastores
e da seitura os cantares,
e aquel choutar de alegría
ó remataren as mallas...
Aquel correr polos aires
da musiquiña da gaita,
aquelas festas do entroido,
aquelas festas da mata...