globalización: redes de relaciones locales, regionales y globales

ceso de globalización no puede intensificarse sin fragmentación cada vez más
profunda y sin fuerte desarrollo a nivel local. La existencia de fuertes relaciones
en ambos niveles constituye una condición necesaria para que el desarrollo
socioeconómico continue. Pues hoy día, lugares muy lejanos geográficamente
están intercontectados de tal manera, que lo que pasa en el nivel local en un lugar
depende de los acontecimientos que se dan en otros lugares, alejados a centenares
o miles de kilómetros. Aquí nace una pregunta: ¿esas relaciones mutuas es
algo fijo o tan sólo temporal?
HAGGET (HAGGET 2001) considera, que la cuestión de una creciente globalización
y las relaciones entre lo global y local hay que estudiar desde las tres
perspectivas diferentes: convergencia, divergencia e hibridización.
La convergencia la examina en la dimensión cultural y considera que ésta se
manifiesta en la creciente semejanza de las culturas (especialmente en la percepción
en la cultura de lo que se considera como atractivo). Desde esa perspectiva
la globalización se relaciona con la modernización de tal manera que ambas
tratan de eliminar las diferencias culturales a nivel global. La ampliación continúa
de las redes de relaciones mutuas conducen a una estandarización no solamente
de los bienes materiales sino también culturales. HAGGET (op. cit.) considera
que las empresas transnacionales racionalizando sus actividades introducen
en todas sus dependencias y filiales las mismas regulaciones y formas de
gestión. Es decir: la racionalización se refiere a la eficacia, calculabilidad, previsión
y control, también en la esfera cultural. Según HAGGET (op. cit.) la Macdonaldización
constituye tanto un problema relacionado con la modernización
como una manifestación del imperialismo cultural.
La divergencia pone el acento en el punto opuesto a la perspectiva convergente.
Subraya la diversificación del mundo, especialmente desde el punto de
vista social. La cuestión de las diferencias sociales la examina por el prisma de la
formación de identidades de diferentes grupos y regiones.
La tercera perspectiva subraya el proceso de mezcla y de cruce de diferentes
fenómenos y procesos en el límite entre el nivel global y local, lo que conduce a
un proceso de formación de nuevas cualidades – de la llamada hibridización
estructural – según HAGGET (2001).
La discusión acerca de las relaciones entre lo global y local fue enriquecida
considerablemente por SCHOLTE (2000). Ese autor considera que en los estudios
de los procesos de globalización no se pueden aplicar los métodos utilizados
en el análisis regional, ya que la globalización no toma en cuenta a los aspectos
espaciales de los procesos y fenómenos (SCHOLTE 2000), aunque considera a la
vez, que „el fin del territorialismo relacionado con la globalización no significa
la falta del territorialismo en general” (SCHOLTE 2000), o, en otras palabras: el
hecho de que la geografía socioeconómica no puede ser considerada como la
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