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Comunidad Israelita BET OR
AVA KADOSH
Padre Santo y Eterno, sabemos que hemos pecado, que hemos trasgredido tus
mandamientos, que hemos pecado no solo contra ti sino contra nuestro
prójimo. Que nuestra mala conducta a generado espíritus acusadores que se
han levantado delante de tu trono para pedir en nuestra contra, para pedir que
levantes edictos que nos sean contrarios, para dañarnos, para castigarnos,
para matarnos, para dañar lo que es nuestro y a los nuestros, para quitarnos lo
que Tú nos has dado, pero en esta oportunidad te pedimos que nos escuches a
nosotros también, que mires en nuestro corazón el arrepentimiento sincero con
que venimos delante de ti, sabiendo que merecemos todo lo que ellos dicen
que merecemos, que ellos tienen razón y que lo único que podemos hacer hoy,
es confiar en tu bondad, en tu misericordia, en tu paciencia, en la gracia que
podamos hallar en tus ojos gracias a la labor de nuestro rey Yeshua nuestro
Mesías.
Perdona nuestras faltas Padre Santo, danos otra oportunidad, y ordena que
todo decreto que nos sea contrario sea anulado, sea clavado en esa cruz en
donde nuestro Adom murió por nuestros pecados, y puedas levantar decretos
de paz y bendición sobre nosotros y sobre todo tu pueblo Israel, para bien, para
vida y para paz.
EJAD
Aunque para las naciones halla muchos dioses y señores, para nosotros solo
hay un Dios, YHWH TZEBAOT, de quien proceden todas las cosas y nosotros
somos para El y para nadie más.
Y un solo Señor, Yeshua haMashiaj, por medio del cual son todas las cosas y
nosotros por medio de él, y a él YHWH le dado toda autoridad por sobre Su
creación, y por medio de él, toda rodilla se doblará y confesará a YHWH como
su único Dios.
A YESHUA NUESTRO REY
MASHIJEINU
Yeshua tu eres el hijo de YHWH, Tu eres la vid verdadera, y nuestro Padre es
el viñador.
Todo sarmiento que en ti no da fruto, YHWH lo quita; y todo el que da fruto, lo
poda para que dé más fruto.
Nosotros hemos sido limpiados por la palabra que nos has hablado.
Queremos permaneced en ti, y que tu permanezcas en nosotros. Como el
sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no permanece en la vid, así
tampoco nosotros no podremos dar fruto, si no permanecemos en ti.
Tú eres la vid, nosotros tus sarmientos; el que permanece en ti y tu en él, ése
da mucho fruto, porque separados de ti nada podemos hacer.
Si alguno no permanece en ti, es echado fuera como un sarmiento y se seca; y
los recogen, los echan al fuego y se queman.
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