“MADRES PORTADORAS DE SIMIENTE DE DIOS.” - XFATBoY

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REVERENDO WILLIAM SOTO SANTIAGO
siendo ya mayorcito; pero es que el amor de madre, nunca
deja de existir; porque la madre desde el momento que trae al
mundo al hijo, sigue siendo madre de ese niño.
Algunas veces tiene que utilizar un sinnúmero de
estrategias, de mañas, para proteger a esos niños o a esos
hijos; y algunas veces nosotros no comprendemos eso, pero
ellas siempre han deseado y han buscado lo mejor.
Y algunas veces por no vernos sufrir, o cuando niños o
cuando ya más grandes, algunas veces algunos han tenido que
luchar en la Tierra. Algunas veces ellas han tenido que salir
a trabajar, algunas veces han tenido que viajar hasta a otros
países, y no poder llevar sus niños. Algunas veces han visto
que están más seguros en cierto lugar, y han tenido hasta que
hacer esas cosas.
Pero, debemos juzgar siempre que el deseo siempre ha sido
que no suframos cuando ellas van a sufrir. Ellas siempre han
deseado sufrirlo todo y evitar que nosotros suframos. Y
algunas veces hasta nos han ocultado cosas que nos harían
sufrir a nosotros y se han quedado callada la boca, para que
nosotros no sepamos y no suframos con ellas, los sufrimientos
de ellas.
Pero, pensando nosotros en lo que una madre significa para
un hijo, no le imputamos entonces a ellas esos errores que han
cometido. Algunas han cometido errores, que han afectado
aún a la familia completa, pero aún con todo y eso han
seguido siendo la madre de esos hijos.
Y han seguido amándolos, aunque para muchos parezca que
no los aman. Pero una madre sigue siendo madre, y los hijos
siguen siendo hijos, y deben respetarla, amarla, y no
avergonzarla por los errores que haya cometido en la vida,
sino ayudarlas en todos sus problemas.
Quizás los hijos no sepan las circunstancias que le han
rodeado a esos problemas y errores, que ellas han cometido en
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en el otro sentido. Y para eso vamos a estar nosotros aquí;
para recibir a los invitados, a los invitados que hemos de tener
en este tiempo final, que vendrán de otra dimensión, vendrán
del Paraíso, vendrán en la gran resurrección.
Les estamos esperando. Y nos pasa lo mismo que les pasa
a aquellos que están esperando algún invitado, y que tienen la
cena lista, se desesperan cuando como que se tardan; pero no
es que se tarden, es que hay una hora, un día, un año, una
hora, y un momento en específico, en el cual ellos van a
regresar.
La misma desesperación que tenemos nosotros acá, la tienen
ellos allá. Cuando ellos fueron visitados allá por el precursor
de la Segunda Venida del Señor Jesucristo, le dijeron que
ellos estaban esperando a una persona que va a estar entre
ellos, y que va a llevar a cabo allí una labor, y luego van todos
a regresar a la Tierra.Y cuando regresen, entonces ni van a
morir de nuevo, ni van a enfermarse, ni se van a poner viejos,
y ahí en ese tiempo, va ha ser un tiempo de gran fiesta, tiempo
de alegría, el cual nosotros estamos esperando.
Bueno, nosotros estamos esperándolos porque sabemos que
van a venir en este tiempo final.
El gran Apóstol San Pablo en su primera edad, en la primera
edad, él estaba esperando a los muertos en Cristo. Pero era tan
poquitos los que habían muerto. Y él siendo Profeta, el
Apóstol San Pablo, vio que ellos regresarían del Paraíso,
cuando todos los hijos de Dios que estaban en el Programa de
Dios, para ser manifestados en carne y sangre aquí en la
Tierra, cuando ellos hubieran participado ya de carne y
sangre, y hubieran terminado su labor acá en la Tierra, y
luego cuando quedarán las últimas personas que habrían de
nacer en esta Tierra, a través de esas madres felices, que
tendrían el privilegio de dar a luz a los últimos hijos de Dios
que vivirían en esta Tierra, y que nacerían en esta Tierra, los