“MADRES PORTADORAS DE SIMIENTE DE DIOS.” - XFATBoY

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REVERENDO WILLIAM SOTO SANTIAGO
Ahora, siendo tan grande la labor de una madre, siendo tan
grande ese privilegio, el Señor Jesucristo hablándonos de
cosas espirituales, tipificó algo grande, que en lo espiritual es
hecho en cada Hijo de Dios, lo tipificó con el nacimiento de
un hijo a través de una madre.
Y le dijo a Nicodemo en una ocasión: “De cierto te digo,
que si no naces de nuevo, no podrás ver el Reino de Dios, no
podrás entrar.” Para entrar en el Reino de Dios, hay que nacer
de nuevo del Agua y del Espíritu.
Si es grande el nacer de una madre aquí en la Tierra,
también es grande el nacer de nuevo. Es necesario nacer de
nuevo, dijo el Señor; porque con el nacimiento a través de una
madre terrenal, solamente vivimos en la Tierra, y este cuerpo
terrenal que hemos obtenido a través del nacimiento,
solamente es temporero.
Pero los hijos siguen siendo hijos. Sabemos que los hijos
siguen siendo hijos en el aspecto de haber venido aquí a la
Tierra a través de los padres que Dios nos haya dado, para
aparecer este planeta tierra. Pero además de ser hijos, también
somos hermanos los unos de los otros, aún de nuestros padres,
porque somos hijos del Padre que está sobre todos los padres;
y somos hijos de la Palabra, de la Madre que está sobre todas
las madres: La Palabra de Dios.
Por eso nos dice la Escritura que hemos sido engendrados
y hemos nacido por la Palabra de Dios. Esa es nuestra madre
en lo Espiritual, y esa Palabra está en Su Iglesia.
Por lo tanto, Su Iglesia entonces teniendo la Palabra, ha
tenido entonces hijos de Dios, han nacido hijos de Dios a
través de la Palabra que ha estado en la Iglesia en cada edad;
o sea, que la Iglesia ha venido a ser madre de los hijos de cada
edad.
Ahora, esto es en lo espiritual, ya que el matrimonio de un
hombre y de una mujer representa el matrimonio espiritual de
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hay en esta Tierra.
Es realmente un privilegio saber que hemos nacido y que no
hemos nacido en un laboratorio, sino que hemos nacido a
través de una madre que traía el laboratorio por dentro.
Así que, ¿para qué los científicos quieren hacer un
laboratorio, cuando hay tantos laboratorios caminantes, llenas
de amor y de entusiasmo en la vida, y en el hogar, y en el
matrimonio, para traer vida al mundo, y para traer seres
humanos que sientan amor por el instrumento que Dios ha
tenido en la Tierra, para traerlos a vida?
Realmente el instrumento que Dios ha estado utilizando
para traernos a la existencia, ha sido un buen instrumento. Y
amamos a Dios, y amamos el instrumento que Dios ha
utilizado. Y recordamos que no ha sido nuestra elección, el
venir a través de tal o cual madre, sino que ha sido la elección
divina; y hemos venido a través de la que Dios haya elegido,
para que nosotros viniéramos a este mundo.
Y cuando podemos ver que todo está en el Programa
Divino, entonces le damos gracias a Dios por ese Programa
tan grande que Él tiene, y no le buscamos entonces faltas a los
instrumentos que Dios haya utilizado.
Para traernos a este mundo utilizó a la madre y también al
padre, pero la madre es la que nos ha dado a luz, la que ha
sufrido los dolores y nos tuvo, a unos en nueve meses, a otros
en siete meses, y ha tenido el privilegio de traer vida al
mundo. Eso es un privilegio muy grande.
Y la mujer teniendo ese privilegio tan grande, allá en el
principio tuvo problemas, cuando todavía no había traído al
mundo vida. Tuvo ciertos problemas, pero no vamos a hablar
mal de la primer mujer y de la primer madre que hubo aquí en
la Tierra.
Si ella no hubiera sido madre, ustedes madres que existen en
este tiempo, tampoco hubieran podido ser madres; y la raza