“MADRES PORTADORAS DE SIMIENTE DE DIOS.” - XFATBoY

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REVERENDO WILLIAM SOTO SANTIAGO
un cuerpo inmortal, la única forma en la cual se puede hacer
mortal es por el pecado.
Jesús, ese cuerpo que nació de María vino por creación. Él
decía: “Nadie me quita la vida, Yo la pongo por mí mismo,
para volverla a tomar.” Así que hay una diferencia grande
entre un cuerpo nacido, aparecido por creación, y un cuerpo
nacido por relaciones íntimas de un hombre y una mujer.
El cuerpo nacido por las relaciones de un hombre y de una
mujer, es un cuerpo mortal, temporero, corruptible, sujeto a
esta dimensión terrenal, con la que tiene esta dimensión
terrenal.
Un cuerpo nacido por creación no está sujeto a esta
dimensión, ni a las leyes de la dimensión terrenal, como
hemos visto en Jesús: podía caminar sobre las aguas, podía
multiplicar los panes y los peces, podía pasar por las paredes
y entrar a una casa aún con las puertas cerradas, y luego
ascendió al Cielo, sin usar medios de transporte humano,
como aviones o cohetes.
Ahora, se requiere para nacer de nuevo, se requiere una
madre. Dios hizo provisión para usted y para mí de una madre
terrenal, para aparecer en este planeta Tierra, para algo
temporero, una estadía por determinado tiempo. Y Él tiene
una madre para ese nuevo nacimiento, del cual Él estuvo
hablándole a Nicodemo.
Y nos preguntamos, porque usted y yo sabemos cuál es
nuestra madre terrenal que nos dio este cuerpo físico, a la cual
estamos agradecidos en todo, y a Dios por esa madre terrenal.
Ahora, veamos la madre, nuestra madre del nuevo
nacimiento. Primero se nace en otra dimensión: así como
Adán, como Jesús, porque estamos hablando de nacer por
creación, porque solamente así se puede vivir eternamente.
Estando en el día de la madre o de las madres, queremos
también honrar nuestra Madre que nos ha traído el nuevo
COMPENDIO: MADRES PORTADORAS DE SIMIENTE . . . 61
dice:
“...sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la
ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de
muchos millares de ángeles,
a la congregación de los primogénitos que están inscritos
en los cielos”
La congregación de los Primogénitos son los hijos de la
Jerusalén Celestial, que es la Madre de todos nosotros; porque
ella es el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, en donde el
Señor Jesucristo, como el Esposo, ha colocado Su Palabra
creadora para crear los hijos de Dios, para producir el nuevo
nacimiento de cada hijo de Dios en el Reino de Dios.
La madre de todos nosotros, como hemos visto, es la Nueva
Jerusalén (la Celestial). Ahí está nuestro nombre escrito, y
somos nosotros miembros de la Jerusalén celestial. Por esa
causa Él prometió colocar en cada uno de nosotros Su
Nombre, el Nombre eterno de Dios y el nombre nuevo del
Señor Jesucristo, y la Jerusalén Celestial también tiene ese
Nombre eterno de Dios, porque es la Esposa del Cordero. Por
esa causa Juan la vio como una Esposa ataviada para su
marido. La esposa lleva el nombre del esposo, y también los
hijos.
Ahora, siendo nosotros en el campo espiritual hijos de Dios,
y venidos a esta Tierra para que se realice en nosotros el
nuevo nacimiento en el Reino de Dios, nosotros hemos nacido
en el Reino de Dios por Cristo, el cual ha hablado Su Palabra
a Su Esposa y ha producido el nacimiento, por Creación
divina, de cada uno de nosotros en el Reino de Dios.
La madre terrenal que Dios nos ha dado en este planeta
Tierra viene a ser entonces tipo y figura de la Esposa del
Cordero, es tipo y figura de la Nueva Jerusalén: privilegio
grande que Dios le ha dado a las madres, para que vivan
felices y contentas, y se realice en ellas el propósito divino.