S U M A R I O - Llano de Bureba

página 30 Asociación Cultural “AMIGOS DE LLANO”
MARAVILLAS DE LA NATURALEZA
Hay muchas cosas en este mundo nuestro que, al mirarlas con
ojos muy humanos, nos sobrecogen.
Las cordilleras imponentes por su altura, el mar inmenso,
tranquilo o alborotado, los valles y colinas verdes, el otoño con
sus variantes colores, el invierno con sus nieves coronando las
montañas… Una puesta de sol entre colinas o dibujada de colores
sobre el mar... Una luna que se levanta al atardecer y que se
acuesta en el pronto amanecer, como una bola plateada enorme,
en la que casi a simple vista intuimos las montañas y otros accidentes geográficos.
Las flores que en la fresca primavera pueblan nuestros parques, las laderas de los
montes, los jardines...
Hay tantas cosas a las que hay que saber no sólo mirar, sino ver, fijándose, con ojos de
artista que se maravilla ante ellas con detenimiento, examinándolas, admirándolas...
Yo me he quedado estupefacto, con la vista desde
el avión, del amanecer sobre el desierto amarillo,
inmenso; ante la visión del Kilimanjaro con su
cima de nieve, sobre el verde de sus laderas y por
debajo cubierto por las nubes; ante el arco iris
enorme, de colores intensos, dibujado sobre las
Cataratas Victoria...
Hay mucha gente a quienes esto les parece pura
poesía y pocas veces o nunca se detienen en esta
observación.
LA MARAVILLA DE UN NUEVO NIÑO.
Pero hay una cosa ante la que pocos son ajenos y es la
contemplación de un niño y sobre todo si ese niño es
parte de su ser.
Esa sí que es pura manifestación de vida, de alegría: el
rostro de ese niño, su sonrisa, sus gracias, sus pequeños y
dulces movimientos.
Es que un niño es algo vivo, un ser en el que mejor se
adivina la propia imagen y la imagen de un Dios
amoroso y creador.
EL GÉNESIS Y EL ORIGEN DE LA VIDA.
Al leer el pasaje bíblico del Génesis nos maravillamos en la página de la Creación y de
la bondad de todo cuanto el Señor Dios crea. Cada uno de esos 6 días concluye con un
“Y vio Dios que era bueno” Pero nuestra admiración crece al proclamar en el sexto día
la creación del hombre y la mujer y en el mandato del Creador de “Creced y