S U M A R I O - Llano de Bureba
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página 18 Asociación Cultural “AMIGOS DE LLANO”<br />
La crianza <strong>de</strong>l niño recién nacido durante su primer período <strong>de</strong> vida consistía<br />
únicamente en el amamantamiento por parte <strong>de</strong> su madre. El período <strong>de</strong><br />
lactancia <strong>de</strong>l niño duraba aproximadamente hasta los dieciocho meses <strong>de</strong> vida,<br />
aunque <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> las circunstancias personales <strong>de</strong> la madre y <strong>de</strong>l niño,<br />
podían prolongarse hasta los veinticuatro o más meses.<br />
Hubo un tiempo, aunque ahora parezca imposible o muy remoto, que para<br />
alimentar a un recién nacido, no había más leche que la <strong>de</strong> la madre. Las leches<br />
maternizadas no existían y ni siquiera se conocía el famoso “Pelargón”.<br />
En el caso <strong>de</strong> que la recién parida no tuviera leche, o ésta fuese <strong>de</strong> baja<br />
calidad, o se produjese el fallecimiento <strong>de</strong> la madre durante el parto o en días<br />
posteriores, era necesario recurrir a las amas <strong>de</strong> cría.<br />
Hasta mediados <strong>de</strong>l siglo pasado, la tasa <strong>de</strong> natalidad en nuestro pueblo era<br />
bastante elevada, en relación a la población existente. También era bastante<br />
común que se produjesen algunos fallecimientos durante el parto o días<br />
posteriores, tanto <strong>de</strong> las madres como <strong>de</strong> los recién nacidos. Las condiciones<br />
higiénico-sanitarias en las que se producían los partos, así como las escasas<br />
atenciones médicas que se solían dispensar a las mujeres durante el embarazo<br />
favorecían estas trágicas circunstancias.<br />
El fallecimiento <strong>de</strong> la madre, hacía necesario que para garantizar su<br />
subsistencia se tuviese que buscar a alguna mujer que pudiese amamantarlo. Por<br />
otra parte aquella madre que hubiese perdido a su hijo ya fuese en el parto o en<br />
días posteriores, podía ejercer <strong>de</strong> ama <strong>de</strong> cría para otros niños que lo necesitasen.<br />
Las amas <strong>de</strong> cría eran mujeres que se <strong>de</strong>dicaban a amamantar a los bebés<br />
ajenos, cuando estos no podían ser amantados por su madre, pasando a<br />
consi<strong>de</strong>rarse uno más <strong>de</strong> la familia para la que criaban al niño. Muchas <strong>de</strong> ellas<br />
eran madres que habían perdido a su niño al nacer, cosa que resultaba bastante<br />
común en una época en la que la mortalidad infantil era muy elevada, o mujeres<br />
que producían más leche <strong>de</strong> la que necesitaban para amamantar a su propio hijo y<br />
con la que le sobraba amamantaba al hijo <strong>de</strong> la que no tenía suficiente. Cuando<br />
se producía este hecho a los dos niños amamantados por la misma mujer se les<br />
<strong>de</strong>nominaba hermanos <strong>de</strong> leche.<br />
Cuando a criterio <strong>de</strong> la madre o <strong>de</strong>l ama <strong>de</strong> cría el retoño podía alimentarse<br />
suficientemente a base <strong>de</strong> papillas, o <strong>de</strong> leche, ya fuese <strong>de</strong> vaca o <strong>de</strong> oveja, se