S U M A R I O - Llano de Bureba

página 12 Asociación Cultural “AMIGOS DE LLANO”
Había pensado titular este artículo para nuestra Revista con el
nombre de: “Desde mi ventana”, o “Desde mi atalaya” o tal vez
“Contemplando los hermosos paisajes primaverales desde mi mesa
de trabajo y estudio”; pues la verdad es que levantando la vista de mi
habitual lectura observaba con admiración las maravillas de la
Creación.
Veía a lo lejos los verdes campos de las Campiñas, de
Cortinas, de Valhondo y de Cabargán y más cercanos los de la Vega,
de la Presilla... Y hasta el camino rural que allá en la lejanía
zigzagueaba con dirección a Carcedo.
También observaba las rojas amapolas y las amarillas
jébenes, que semejaban a la bandera de España, que no del Estado
Español.
Mas después de pasear con Pedro y aprender, no siempre, sus
sabias enseñanzas, decidí cambiar el encabezamiento del presente
escrito. A continuación relataré algunas de las muchas cosas vistas,
oídas y recorridas, aunque unidas todas en el mismo artículo.
Provisto de su cachava-chuzo o de su azadilla con el mango
invertido, --siempre hay muchas malas hierbas que cortar y que, por
cierto cortó, – emprendimos unos largos paseos acompañados de sus
oportunas lecciones.
Un día le pregunté: ¿A dónde vas? – A Valdemostajo, respondió.
Y...¿dónde está eso? indagué. – “En las Aguas”, contestó. -
¡¡Aaaaaaaah!!, dije. Y esta interjección de admiración y sorpresa se
repetiría a lo largo y ancho de los campos muchas veces más.
Yendo por el camino de Carralences alfombrado de humildes
margaritas y más humildes violetas que nosotros hollábamos con
nuestro tosco calzado, señalando con la cachava-chuzo dijo: “Estas
hierbas se llaman rompesacos o centinillas y ésas son malvas,
aquéllas melgas y tiernos cerrajos, sabrosa y nutritiva comida de los
animales de antaño y de hogaño. Vimos el pan de pecu, buen
alimento para las ovejas...
Llegamos a Socasa, Valdelamú y otros términos. Subimos a la
Peña San Juan, no sin antes encontrarnos con unos cardos gigantes y
unos hermosos lirios silvestres. Arriba en la Peña me recordó la
historia y me nombró a Jaime y a Pedro Martínez (q.e.p.d.) y sus
excavaciones.
¡Qué agilidad y soltura al trepar por las torcas aquéllas! ¡Qué
seguridad en sus pisadas y pasos! Me vinieron a la mente los gráciles
corzos y sus veloces carreras remontando la montaña.
Me acordé también de los simpáticos personajes Sr. Tomás y
Josete creados por nuestro querido y asiduo colaborador Jesús
Fuentes, Chusmary para los amigos.
Atravesamos en nuestros recorridos fincas de guisantes en
Tomillo
Zarzaparrilla
Violeta
Brezo