Murió un nene calcinado en Romero Denuncia penal contra la ...

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La última semana, el pueblo italiano de L’ Aquila
sufrió un violento terremoto que se cobró la vida
de cientos de personas. Sin embargo, con esa
catástrofe natural, tembló todo el mundo. Las
desgarradoras imágenes del rescate, de las víctimas,
de los sobrevivientes y de los funerales, fueron
postales ineludibles de la Semana Santa.
Y siempre cuando suceden estos fenómenos
aparecen los interrogantes.
¿No se pueden anticipar los terremotos?
La respuesta es afirmativa,
lo que no se puede
determinar es el instante con
exactitud. “La falla de casi
10 km que generó el terremoto
en L’ Aquila representaba
una laguna quieta desde
tiempos inmemorables, ubicada
entre otras dos. Una más al
norte que había provocado un terremoto
en 1703, y otra más al sur responsable
de un terremoto en 1300. Entonces
era legítimo esperar que también esta falla-laguna,
en algún momento, se iba a activar”, explicó
Gianluca Valensise, directivo del Instituto italiano
de geofísica y vulcanología (INGV).
En la actualidad distintos centros sísmicos de
todo el mundo, trabajan cooperativamente intercambiando
información acerca de los distintos
temblores que se producen.
En la provincia de Mendoza funciona la Estación
Sismológica. Su director, el ingeniero
Víctor Luraghi, explicó que “actualmente se
limita a hacer lecturas diarias de las interpretaciones
sísmicas de todo mundo y de los sismos regionales”,
y agregó que “damos informes a distintos
centros sismológicos para colaborar con la interpretación
de los parámetros en forma mundial e
informar a la población de los sismos regionales”.
Lo que permite esta labor en conjunto es “hacer
mediciones y observaciones a distintos puntos sobre
la dinámica de la corteza de la tierra y correlacionar
esa dinámica con la ocurrencia de movimientos
sísmicos, con sus parámetros, como la
energía, parámetros epicentrales, las profundidades
de foco y la dirección, etc.”, aclaró Luraghi.
Los animales como alarma
Durante mucho tiempo se prestó atención a algunos
indicios “naturales” para intentar predecir
movimientos sísmicos. Así se reparó en la presencia
de gas radón en la superficie, en las variaciones
del nivel de los fluidos subterráneos
y en el comportamiento de animales
como: perros, gatos y gallinas.
Se cuenta que, presos de la
exaltación maoísta, y buscando
preanunciar la llegada de
terremotos catastróficos, en
los ‘70 los chinos pusieron a
las guardias rojas a recorrer el
territorio buscando indicios
en la naturaleza. Así, en febrero
de 1975 en la región Haicheng,
lograron evacuar a sus habitantes
antes de que un terremoto derrumbe
más de la mitad de las viviendas. Sin embargo,
la efectividad del método sufrió un duro golpe un
año más tarde, cuando un sismo en Tangshan dejó
300 mil muertos.
“El error cometido por algunos investiga-
dores, que estaban abocados al estudio de la
prevención sísmica, fue creer que había una relación
unívoca de causa y efecto entre la aparición
de uno de estos fenómenos y la sacudida
del terremoto”, informó el sismólogo italiano
Massimo Cocco.
Por el momento, la tarea de los especialistas parece
limitarse -y no poca cosa- a prevenir y buscar
atenuar los posibles efectos dañinos que puedan
provocar estos terremotos.
La Plata, martes 14 de abril de 2009
¿SE PUEDE HACER ALGO?
Cuando la tierra se cobra vidas
A pesar de los avances tecnológicos
y científicos, todavía no es posible
anticipar cuándo se producirá un
sismo. Las estadísticas, los datos
históricos, geológicos y las señales
que aporta la naturaleza son
instrumentos que no siempre
llegan a tiempo...
Presentan prototipo
de invernadero lunar
Uno de los desafíos del programa Constelación
de la NASA, que pretende instalar
bases en la Luna de cara a una futura misión
tripulada a Marte, es desarrollar la
tecnología necesaria para cultivar plantas
en el satélite terrestre. Odyssey Moon,
uno de los equipos que compite por llevarse
parte de los 30 millones de dólares
del desafío Google Lunar X Prize, ha unido
fuerzas con la compañía espacial Paragon
para desarrollar el primer prototipo
de un invernadero concebido para ser
lanzado a la superficie de la Luna en el
marco del proyecto Lunar Oasis.
“Imaginen una flor brillante dentro de
una cámara de cristal en la superficie de
la Luna, con la Tierra alzándose por encima
del paisaje del satélite”, afirmó la presidenta
de Paragon, Jane Poynter.
Paragon construirá el vivero con la colaboración
de Odyssey Moon para llevarse
una parte del premio de esa carrera ideada
por Google y la fundación Lunar X,
que consiste en colocar un robot en el satélite
para que complete una serie de actividades,
como realizar un paseo de 500
metros o enviar imágenes en alta definición
a la Tierra.
Especialistas del Instituto de Geofísica de la
Universidad Nacional Autónoma de México (U-
NAM), un país severamente castigado por los
movimientos telúricos, señalan que “los sismólogos
actuales se encuentran trabajando sobre bases
científicas, para lograr en un futuro la predicción
de temblores de tierra; pero es conveniente
saber que no ha podido lograrse aún una metodología
confiable para precisar el lugar, la fecha y
la magnitud de un terremoto”.