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El velo del destino

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como el de un puerco espín con sus púas erizadas. -Existía un potente elemento de<br />

oposición en aquella reunión y a medida que hablaba se podían distinguir<br />

claramente las dos facciones por los colores de sus auras respectivas. Un grupo<br />

mostraba el escarlata de la cólera, pero en el otro este color estaba en mezcolanza<br />

con el gris, el color <strong>del</strong> miedo.<br />

- Era digno de notar cómo, aunque los hombres grises estaban en mayoría, los otros<br />

ganaban la partida y era que cada tímido se creía sólo o a lo menos con pocos<br />

defensores y le asustaba por consiguiente el defender o expresar su opinión. Si uno<br />

de los que pueden percibir esta condición hubiese estado presente y hubiese ido a<br />

cada uno de aquellos en quienes se manifestaba el aura de la disensión,<br />

asegurándoles que formaba parte de la mayoría, la ola de gente se hubiera vuelto en<br />

la dirección opuesta. -A menudo acontece así en los negocios humanos puesto que<br />

actualmente la mayoría es incapaz de ver debajo de la superficie <strong>del</strong> cuerpo físico y<br />

percibir de esta manera el verdadero estado y la corriente de los pensamientos y<br />

sentimientos de los demás. En otra ocasión visitó el autor una reunión de<br />

revivificación a la que asistían muchos miles de espectadores para oír a un orador<br />

de reputación nacional. -En los comienzos <strong>del</strong> "meeting" se puso en evidencia,<br />

<strong>del</strong>atado por el estado de las auras de la gente, que la inmensa mayoría había<br />

acudido con el sólo propósito de pasar un buen rato y ver algo agradable. Los<br />

pensamientos, sentimientos y emociones en conexión con la vida ordinaria de cada<br />

uno eran plenamente visibles, bien que en algunos un color azul oscuro mostraba<br />

una actitud de inquietud; parecía como si ellos sufrieran alguna desilusión en su vida<br />

y estaban muy intranquilos. Al aparecer el orador tuvo lugar un curioso fenómeno:<br />

los cuerpos de deseos están usualmente en un estado de movimiento constante,<br />

pero en aquel instante pareció que toda aquella vasta asistencia retenía su<br />

respiración en actitud de expectación, pues los variados colores de los cuerpos de<br />

deseos individuales cesaron y el básico naranja oscuro fue perfectamente<br />

perceptible por un momento; seguidamente comenzó entonces el cántico de himnos<br />

y esto mostró el valor y el efecto de la música, pues todos los que se unían cantando<br />

idénticas palabras con la misma melodía, las mismas vibraciones rítmicas que<br />

surgían de todos aquellos cuerpos de deseos parecía envolverles a todos y hacer de<br />

todos ellos, momentáneamente, solamente uno. Un buen número de ellos estaban<br />

sentados a lo bufón, por así decirlo, rehusando cantar y unirse a los demás. A la<br />

vista espiritual aparecían como hombres de acero, vistiendo una armadura de aquel<br />

color, y de cada uno de ellos, sin excepción alguna, se desprendía una vibración que<br />

expresaba más claramente de lo que podían haberlo hecho las palabras: "Dejadme<br />

solo; no os ocupéis de mí". Algo interior les había arrastrado allí, pero se sentían<br />

mortalmente asustados de entregarse al momento por consiguiente toda su aura<br />

expresaba este color acerado <strong>del</strong> miedo que es como una armadura <strong>del</strong> alma contra<br />

las interferencias exteriores.<br />

Terminado el primer cántico, la unidad de color y vibración desapareció casi<br />

inmediatamente rodeándose cada uno de su atmósfera de pensamiento<br />

acostumbrada y, de no haberse hecho nada más, todos hubiesen vuelto a su<br />

existencia habitual. Pero el evangelista, aunque incapaz de verlo, sabía por<br />

experiencia que su auditorio no estaba en sazón todavía y por consiguiente, una<br />

sucesión de cánticos se elevaron con acompañamiento de palmas y batir de<br />

tambores, amén de las gesticulaciones de aquel director ayudado por una masa<br />

coral entrenada. Esta ceremonia reunió otra vez a las almas dispersas en un lazo de<br />

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